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Tema: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

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    Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    Este hilo pretende dar la versión hoy obviamente distorsionada de antiguas fechorías de curas, frailes y hasta obispos revoltosos en Cataluña; entonces tristemente famosos y criticados, pero últimamente encumbrados y venerados, como todos los progres de su onda, por el sectarismo de sus correligionarios y la espantosa indiferencia e ignorancia histórica de la mayoría.

    Señalar que su subversión no sólo era política y pro-marxista sino especialmente religiosa: contra los principios y orden magisterial, jerárquico y religioso de la propia Iglesia, y contra el orden moral tradicional de la sociedad (defensa del "amor libre", libertad de enseñanza y de religión, despenalizar anticonceptivos, etc). Y ello agravado por hacerse cómplices de los que persiguieron y mariirizaron a más de 2000 religiosos en Cataluña, en la guerra de 1936-39.

    Aunque este hilo se centrará especialmente en la región catalana, es interesante para profundizar y completar el tema subversivo, a nivel nacional, este enlace:
    http://hispanismo.org/crisis-de-la-iglesia/28286-listado-no-exhaustivo-de-actos-subversivos-del-clero-contra-franco-1963-1975-a.html?highlight=clero


    Asimismo, esa subversión religiosa en connivencia con la subversión política, pocos años después ya muerto Franco, daría pie a la transición que nos ha traído a la inexorable y desgraciada situación en que los desventurados catalanes se hallan desde hace décadas:
    “Transición”... para que volviera a las andadas la mafia catalanista de la República


    ***

    En este primer artículo, el autor d. Jaime Tarragó, critica la denuncia en hojas clandestinas de un proceso (con todas las garantías y privilegios concordatarios) a algunos religiosos catalanes (año 1967), concretamente: Escarré (ex.abad de Montserrat); Botey, escolapio; Ricard; Totoseus; Dalmau; Llimona; Bardés; y Garrido Cunill…


    Revista FUERZA NUEVA, nº 53, 13-Ene-1968

    Carta de Cataluña

    SACERDOCIO Y SUBVERSIÓN

    Ya es viejo tópico sectario el de “calumnia, que algo queda”. Y más recientemente el marxismo ha machacado los cerebros de sus esclavos, insistiéndole en que una mentira mil veces repetida resulta una verdad.

    Decimos esto porque hay que estar sumergidos en los más densos ambientes del marxismo y del escándalo imbécil para difundir la hoja ciclostilada cuya foto ilustra esta “Carta de Cataluña”: Una colección de nombres de sacerdotes procesados y multados, cuya actuación merece la máxima repulsa de la opinión pública, por deslealtad y traición a sus hermanos sacerdotes asesinados por el comunismo, por su desconocimiento de lo que fue nuestra “Cruzada”, por desobediencia al Derecho Canónico, a Pablo VI y a los prelados, y por su indisciplina frente a la legítima y soberana autoridad del Estado español.

    Antecedentes históricos

    Vino la República en España (1931), que había sido vaticinada por sus jerifaltes como un régimen de convivencia, de libertad y de progreso. Niceto Alcalá Zamora, el 15 de abril de 1930, en el teatro Apolo de Valencia, prometía una República que tendría “que dar el ejemplo de comprensión, de mirar al alma nacional, hoy y en su tradición de siglos y admitir la representación senatorial de la Iglesia”.

    El mismo Alcalá Zamora, en “Journal de Geneve”, de 17 de enero de 1937, escribía lo siguiente:
    Las primeras siete semanas del Frente Popular fueron las ultimas de mi presidencia, desde el 17 de febrero al 7 de abril de 1936, con el Ministerio Azaña. Durante cierto periodo, uno de los poderes del Estado, el que yo ejercía, escapaba todavía al Frente Popular. Durante los cien días que siguieron y que precedieron a la guerra civil, la ola de anarquía ya no encontró obstáculo...”

    Ángel Ossorio y Gallardo en “El Pueblo Vasco”, de 23 de junio de 1936, escribía:
    A estas horas -hablemos claro, aunque nos duela- ni el Gobierno, ni el Parlamento, ni el Frente Popular significan en España nada. No mandan ellos. Mandan los inspiradores de huelgas inconcebibles: los asesinos a sueldo y los que pagan el sueldo a los asesinos; los mozallones que saquean los automóviles en las carreteras; los que tiene la pistola como razonamiento... ¿Hay alguien contento o siquiera conforme con tal estado de cosas? Nadie. Ninguno sabe lo que va a pasar aquí, ni presume quien sacara el fruto de la anárquica siembra”.

    De ahí que Salvador de Madariaga, en su obra “España”, publicada en Buenos Aires, en 1955, reconozca que
    con la revolución de 1934, la izquierda española perdió hasta la sombra de autoridad moral para condenar la rebelión de 1936”.

    El trágico recuento

    Seguramente que todos los sacerdotes cuyos nombres constan en la hoja que comentamos, difundida clandestinamente, conocen al reverendo don José Sanabre Sanromá, archivero del Arzobispado de Barcelona. Ha sido compañero de alguno de ellos en el bochornoso “Mensaje a los padres conciliares”, del 28 de octubre de 1965. No es un testimonio recusable, dada su firma en un documento que ataca a la Jerarquía y el Estado.

    Don José Sanabre no se ha recatado de demostrar cómo el Gobierno de la República y la Generalidad de Cataluña permitieron, bajo su mandato, se exterminara el pavoroso número de 2.170 sacerdotes de las diócesis catalanas.

    Dice el reverendo Sanabre:
    El vendaval homicida de aquella persecución se desencadenó en las primeras horas del 19 de julio de 1936 en Barcelona y se extendió como un relámpago hasta las más alejadas comarcas catalanas. La mayoría de aquellos atentados personales fueron cometidos durante el segundo semestre de 1936, desde el nombrado 19 de julio hasta últimos de diciembre. En la diócesis de Barcelona, de las 930 víctimas, 860 fueron inmoladas en el mencionado semestre de 1936, aunque la máxima virulencia correspondió a los primeros días, pues desde el 19 al 31 de julio fueron asesinados más de 200 miembros del clero secular y regular de esta diócesis… En cuanto al número de víctimas de las diócesis catalanas, en su conjunto, FUERON INMOLADOS UNOS 2.170 SACERDOTES Y RELIGIOSOS, correspondiendo 930 a la de Barcelona y unos 1240 a las demás diócesis, de los cuales pertenecieron unos 1.570 al clero secular, 550 a las órdenes religiosas masculinas y 50 religiosas. Entre los religiosos, unos 240 se dedicaban a la enseñanza; unos 50 a la beneficencia, entre ellos 29 miembros de la Orden de San Juan de Dios y 9 hermanos del Hospital de San Pablo; otros 30 a la vida contemplativa y los restantes a los ministerios sacerdotales. Las religiosas se dedicaba a la enseñanza, a servicios hospitalarios y a la vida contemplativa”. (…)

    El fondo del asunto

    Un mínimo sentido de ética y de lealtad bastaría a los redactores de dicha hoja para no querer ocultar que si dichos sacerdotes han sido procesados o multados, los motivos no han sido ni religiosos, ni siquiera confesables. Han sido procesados, con el debido permiso de sus respectivos prelados, tratados con todos los privilegios estipulados en el Concordato, lo que les ha permitido, en igualdad de condiciones delictivas con otros ciudadanos, tener un notorio trato de favor y distinción, del cual torpemente abusan. Ni han sido procesados por administrar los sacramentos, ni por enseñar catecismo, ni por predicar el Decálogo, ni los documentos del Concilio Vaticano II, ni la doctrina social del magisterio pontificio.

    Sus actividades no han sido ni impulsadas, ni aconsejadas, ni del agrado de sus obispos, pero entran de lleno en las directrices que Santiago Carrillo, secretario general del partido comunista de España, comentaba tan favorablemente a María Macciochi, corresponsal en París de “L’Unitá”, en febrero de 1967: “La participación del movimiento católico que denominaremos progresista y que comprende un gran número de sacerdotes y un vasto sector de la Acción Católica, es extraordinariamente activa. Los comunistas reconocemos con nuestra mejor voluntad, la lealtad y la combatividad de nuestros amigos católicos. Confiamos en ellos como si fueran nuestros hermanos”.

    (…) A estos sacerdotes procesados y multados les diremos que su actuación sólo merece la explícita aprobación del partido comunista, de Radio España Independiente, de la masonería y de ciertas fuerzas mundiales e indígenas de izquierda, que en otro tiempo aplaudían los asesinatos que tan puntualmente contabilizó el reverendo padre Sanabre.

    Por esto, el Derecho Canónico, en el canon 2.308, dictamina: “Cuando de la conducta de algún clérigo se sigue escándalo o perturbación grave del orden, tiene lugar la reprensión, que hará el Ordinario por sí mismo o por medio de otro”. En esta línea está el documento de la secretaría de Estado de Pablo VI, condenando totalmente la manifestación escandalosa y tumultuaria de sacerdotes en la Via Layetana, el 11 de mayo de 1966, y las declaraciones del cardenal Quiroga Palacios, presidente de la Conferencia Episcopal Española, y la nota del Comité Ejecutivo del Episcopado Español sobre el mismo tema. España entera, y particularmente Barcelona, recuerda la pastoral del arzobispo de Barcelona doctor Marcelo González, de mayo de 1967, repudiando las manifestaciones ilegales en que han reincidido últimamente los reverendos Juan Rofes, Damián Sánchez-Bustamante y Agustín Daura, pese a la prohibición expresa de su prelado. (…)

    En esta línea de equívoco político y de pública desobediencia a la Iglesia, es comprensible la lista de sacerdotes procesados y multados de la archidiócesis de Barcelona. (…)

    En España, en el Estado surgido de la Cruzada, la Iglesia ha encontrado una colaboración como sería difícil encontrar ejemplos paralelos en otras épocas o en otras naciones. Actualmente, algunos sacerdotes plantean conflictos a la vida social, a la convivencia nacional y al Estado. Pero, antes que ciudadanos delincuentes, desgraciadamente para ellos, son sacerdotes que vulneran deberes sagrados con la propia Iglesia. Vean qué información más sofisticada no tienen los redactores de la hoja ciclostilada y clandestina, que hemos oído comentar con asco y con pena. “Los comunistas no podemos permanecer indiferentes ante las posibilidades de acercamiento o compromiso con las fuerzas católicas”, dijo La Pasionaria. Pero, a condición, añadimos nosotros, de que los católicos dejen de ser católicos y los sacerdotes, de hecho, empiecen el camino que va a la apostasía o a engrosar las filas de los Piasecki (*).

    Jaime TARRAGÓ

    (*) Se refiere al “conde Piasecki”: intrigante personaje polaco al servicio de la KGB soviética, que fundó en la Polonia comunista el “Movimiento PAX” para captar jerarquías católicas, disimuladamente, en países de Occidente, especialmente en Francia y en el Concilio Vaticano II; y que, descubierto, suscitó un escándalo mundial a mediados de los 60.


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    Última edición por ALACRAN; 05/05/2023 a las 19:33
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

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    Re: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    Del “Destino” falangista de Burgos al “Destino” de 1968 / Cinco clérigos (Dalmaú, Rubí, Llimona, Montserrat Torrents...) dan “testimonio” en el Ritz barcelonés

    Revista FUERZA NUEVA, nº 61, 9-Mar-1968

    CINCO CLÉRIGOS DAN “TESTIMONIO” EN EL RITZ BARCELONÉS

    Del “Destino” falangista de Burgos al “Destino” de 1968

    Por Jaime TARRAGÓ

    José María Fontana, en su libro “Los catalanes en la guerra de España”, describe los orígenes de la revista “Destino”. Nos dice: “El escritor José Vergés, siempre enfundado en su uniforme azul y negro, fue uno de los más valiosos y eficaces elementos burocráticos de la Falange catalana. Lo teníamos todo estudiado y sólo nos faltaba el título: confeccionamos una lista y mi mujer -dice Fontana- escogió la palabra DESTINO. (Esto ocurría en Burgos).

    A la liberación de Barcelona, “Destino” trasladó su Redacción a la Ciudad Condal. Entonces difundió por toda Cataluña un texto, entre cuyos párrafos se puede leer lo siguiente: “Destino” es el nombre de un semanario, órgano de la FET y de las JONS de Cataluña, que empezó a publicarse en Burgos en los tiempos de guerra. “Destino”, con sus escasos números, es ya un emblema que nos recuerda camaradas que dejaban su cuerpo, donde mandaban el Caudillo: caídos por Dios y por España, en Espinosa de los Monteros, en Belchite y Codo, en las lomas del Ebro y en tantos otros sitios donde se ha vertido sangre catalana para crear esa España Una, Grande y Libre, sueño de ayer y venturosa realidad que va realizando el afán de los días… “Destino” sale en Barcelona, en esta Barcelona liberada que debe ser lo que fue antaño: florón de España, marca de defensa y ataque, río que se vierte por los caminos del mar. Ahora es preciso que se cumpla lo prometido y que “Destino” sea lo que debe ser: voz españolísima de la Falange que clama estentóreamente desde esta tierra de España. “Destino” se dispone a serlo con el signo que requiere nuestra hora apremiante. ¡Arriba España!

    No nos dice Fontana -es una lástima- si esa hoja fue redactada por José Vergés y Matas, el mismo que, en uniforme impecable de falangista, desde el Servicio Nacional de Propaganda, tan buena labor hizo en aquella época.

    De aquel “Destino” al actual de las colaboraciones de Manuel Jiménez de Parga y de las cartas al director contra el idioma catalán que, con inexplicable indiscreción ha publicado el actual director, Néstor Luján, lo separa un auténtico abismo. Nos parece que simbólicamente lo puede representar el contraste entre aquellos millares de sacerdotes catalanes que fueron inmolados por su fidelidad a Cristo y a la Iglesia y el de los cinco clérigos que, como extraño “testimonio” de pobreza, se han hecho fotografías bien apoltronados en el hotel Ritz de Barcelona, exponente máximo del clima burgués, en la noche de la concesión del Premio Nadal de este año.

    Mosén José Dalmau, párroco de Gallifa, en primer lugar

    Desgraciadamente, es muy conocida la actuación de este sacerdote, destacando en la marcha tumultuosa y antisacerdotal del 11 de mayo de 1966, en la Vía Layetana de Barcelona. El cardenal Antoniutti, siendo Nuncio, le mandó retirar las licencias para actuar en Barcelona. Sus escritos, sus extravagancias, sus debilidades, su último libro, enfrentándose con el arzobispo de Barcelona al negarse a presentarlo a la censura eclesiástica, son una cadena de actuaciones incomprensibles.

    Recientemente, en “Cuadernos para el Diálogo” (enero de 1968), publica un artículo que es un ataque a la moral objetiva, a toda autoridad y una invitación al desacato a las leyes, tanto civiles como eclesiásticas. Recogemos un breve centón de este demoledor escrito:

    El Derecho Canónico no se fundaba plenamente en la conciencia colectiva del pueblo de Dios en su conjunto, sino en el de algunos legisladores eclesiásticos”.

    “Antes, el fiel cristiano era el que cumplía la ley con más escrupulosidad, Ahora, el cristiano más fiel es el que cumple más escrupulosamente los dictámenes de su conciencia religiosa, después de haber estudiado la ley e intentado asumirla”.

    “Una de las maneras más normales de poner resistencia a una ley que se cree injusta porque perjudica a muchos hombres inocentes, es no practicarla, desobedecerla pacíficamente. Hoy, sacerdotes de Barcelona, de Madrid, de Bilbao, etc, invocan su objeción de conciencia cuando una disposición no encaja exageradamente con las exigencias pastorales de la evangelización. Unos ponen resistencia a aceptar según qué destinos, otros se ven lanzados a actos de solidaridad con el mundo laboral, etc.”

    Ese es el primer personaje clerical que aparece en la fotografía. Su conciencia no le “objetaba” para mezclarse con el ambiente mundano y capitalista del Ritz y a la sombra de “Destino”, que en otro tiempo luchaba por una “política de unidad”…

    Fray Basilio de Rubí, director de “Criterion”

    La publicación “Criterion” está dirigida por el padre Basilio de Rubí, capuchino, que es el venerable religioso de blanca barba que figura en primer lugar en el sofá. Parece que la influencia paternal y benigna del Poverello de Asís debería irradiar en la prosa y en las publicaciones de un religioso que se profesa seguidor del mismo.

    No obstante, ni la verdad ni la justicia destacan en la obra del padre Basilio de Rubí. Nos bastará abrir, al azar, en el número 3 de “Criterion”. En su página 104, al discurrir sobre la historia de España, se lee textualmente: “Así es cómo la fuerza armada, cuya finalidad es defender la nación contra cualquier potencia extranjera, llega a la monstruosidad de justificar su existencia con una guerra civil”.

    Pensamos que no se puede escribir una calumnia más criminal, más abyecta y más estúpida que la que significa atribuir al Ejército el gustazo de provocar la guerra de 1936 para justificar su existencia. El escritor Felio A. Vilarrubias, en carta pública al padre Basilio de Rubí, le dijo que “para vivir y morir como hijos de Dios y seres libres, y para que los propios autores referidos incluso pudieran escribir en la santa libertad, hubo la Cruzada, de 1936 a 1939, no una guerra civil, como se escribe en términos de maldición”.

    Muy distinto de lo que bajo la dirección del padre Basilio de Rubí se escribe contra el Ejército es lo que dice otro catalán insigne, mucho más alto en todos los sentidos que el capuchino que ahora tiene oficios nocturnos para cenar en el Ritz. El cardenal Pla y Deniel dice: “Los Alféreces Provisionales me parece que sois los que mejor demostráis el genuino carácter de la Cruzada. No fue ésta un mero pronunciamiento militar… Fue el sano pueblo español el que se incorporó al Ejército, dándole el carácter de Cruzada, al luchar por Dios y por España… Terminada la Cruzada, algunos quieren empequeñecer a la misma y aun disputarle su carácter de tal… La Iglesia no había bendecido un mero pronunciamiento militar ni aun un bando de una guerra civil. Bendijo, sí, una Cruzada… Pío XI, por encima e independientemente de toda consideración política, bendijo a los que emprendieron la difícil empresa de defender los derechos de Dios y de la religión en España. Después de esta bendición pontificia, pudimos los obispos españoles no empuñar las armas, que esto a nosotros no nos corresponde, pero sí declarar el derecho que se tenía a un justo Alzamiento contra el terror y la anarquía por el bien común y por la salvación de España”.

    Del insulto intolerable del “Criterion” del padre Basilio de Rubí a las palabras del cardenal Pla y Deniel hay la diferencia como de la noche al día. Pero lo que ha dicho “Criterion” vulnera por completo la Ley de Principios Fundamentales, del 17 de mayo de 1958, en cuya declaración cuarta se lee: “Los ejércitos de España, garantía de su seguridad y expresión de las virtudes heroicas de nuestro pueblo, deberán poseer la fortaleza necesaria para el mejor servicio de la Patria”. Lo mismo puede decirse con referencia al artículo 37 de la Ley Orgánica del Estado: “Las Fuerzas Armadas de la nación, constituidas por los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire y las fuerzas de orden público, garantizan la unidad e independencia de la Patria, la integridad de sus territorios, la seguridad nacional y la defensa del orden institucional”.

    ¿Cómo se tolera lo que ha publicado “Criterion”, calumniando e insultando al Ejército? ¿Qué extraña relación lleva a un padre capuchino, de profesión religiosa pobre de solemnidad, asistir a un banquete con el “Destino” de Jiménez de Parga y de Néstor Luján, tan distinto del “Destino” nacido en Burgos y de las propagandas del “Destino” publicado en Barcelona en 1939?

    Y el tercero es el padre Jorge Llimona

    Todavía en Barcelona no se ha salido del estupor que causaron las manifestaciones del padre Jorge Llimona en “Destino” del 4 de noviembre pasado. Sus afirmaciones no resisten el más mínimo examen ni pueden ajustarse a la doctrina católica. También es chocante que el padre Llimona asistiera al banquete noctámbulo del Ritz. Recuérdese que en las citadas declaraciones dijo: “El capitalismo no sólo es intrínsecamente perverso porque explota al hombre por el hombre, sino que también aboca al empresario a una tensión suicida y homicida en la búsqueda afanosa de mercados y posibilidades”. Desconocemos si el padre Llimona aprovechó la cena del Ritz para decirles esto a los capitalistas, encopetadas damas y damiselas de la burguesa reunión.

    El padre Llimona desde la revista “El Apostolado Franciscano” lleva una larga temporada de editoriales en que practica el divismo demagógico más despampanante. En el mes de junio pasado decía, por ejemplo: “Al primero que hemos de obedecer, porque la obediencia es servicio, es al pueblo. Al pueblo antes que al Rey, al pueblo antes que al Pontífice, al pueblo antes que todo, porque el pueblo está sentado en mi mesa, porque es mi hermano que veo, conozco y con el cual convivo”. Después de escritos como éste, todavía ha sido posible que pudiera continuar predicando, dando conferencias y haciendo declaraciones. Los seglares pensamos que ya es hora que recordemos que el canon 682 del Derecho Canónico dice definitivamente: “Los laicos tienen derecho a recibir del clero, conforme a la disciplina eclesiástica, los bienes espirituales, y especialmente los auxilios necesarios para la salvación”. Después de lo que el padre Llimona ha dicho sobre la castidad, sobre la Iglesia, sobre el socialismo, sobre la moral subjetivista, sobre la obediencia, ¿cuándo se le obligará a retractarse en público?

    El reverendo don José Montserrat Torrents contra Pablo VI

    Fue resonante la campaña política “¡Volem Bisbes Catalans!”. Una de las dianas más estridentes de la misma fue el artículo titulado “El Vaticano en Cataluña”, firmado por el reverendo José María Montserrat Torrents en “Le Monde” del 13 de marzo de 1966. Entre otros insultos a Pablo VI, dicho sacerdote decía: “La Sede Episcopal de Barcelona ha sido objeto de una jugada política… Después del Concilio lo esperábamos todo, de la Iglesia y de Pablo VI menos este menosprecio por su dignidad… Al designar para la capital de Cataluña un pastor que no habla la lengua del pueblo, Roma se ha burlado no solamente de los catalanes, sino también del Concilio. A partir de este hecho, que se inscribe en la línea que se creía superada del papado politizado, Pablo VI resalta en la perspectiva postconciliar…”

    El lector podrá calificar este lenguaje tan impropio de un sacerdote. Pero además, el reverendo Montserrat Torrents luce en la fotografía traje camisa y corbata de seglar. ¿Qué se ha hecho de la “exhortación pastoral sobre el uso del hábito eclesiástico”? ¿No se dice que “sea vuestra norma vestir la sotana y que “debemos limitar el uso del clergyman a lo que exija el régimen pastoral de los fieles? ¿Es papel mojado lo que ordena el prelado? ¿Y lo que dice el canon 136 -”Vistan todos los clérigos traje eclesiástico decente, según las legítimas costumbres de los lugares y las prescripciones del Ordinario”- también ha caído en saco roto? ¿Y lo que dice el canon 2.379 –“Amonéstese gravemente a los clérigos… que no llevaren traje eclesiástico”- también está en huelga?

    Moraleja final

    Que estos cinco sacerdotes hayan asistido a una cena en el Ritz se presta a que un humorista nos divirtiera con sus comentarios. Nosotros queremos recordar aquí lo que leímos en América, a nuestro paso por Caracas, del obispo americano Antonio Corso: “Tampoco faltarán aquellos pocos que, mixtificando el sentido de la pobreza evangélica, hacen gala de ella y juegan a los pobres, sin lograr con ello disimular siquiera la tentación de servir a las riquezas”.

    Pero volvamos a “Destino”. ¿Por qué don José Vergés y Matas, en otro tiempo ardoroso falangista, con su reluciente uniforme y sus arengas patrióticas, no nos cuenta la metamorfosis ideológica que ha padecido el semanario de la Falange catalana en la España nacional? Sería muy interesante conocer la génesis y el proceso de esta evolución.

    Además, puede ser muy ilustrativa la historia de esta mutación. Pondremos un ejemplo. En marzo de 1908, el periódico masónico “L’Accacia” instigaba: “¿Por qué cuando “La Croix” tenga el monopolio incontestado de la dirección de los católicos, no nos apoderamos, con el concurso de los judíos, los protestantes y del Gobierno, de dicho diario, comprando sus acciones?” En la revista “Defense du Foyer”, números 18 y 19, se lee este dato: “… en 1945, en el momento de la liberación, se obliga al diario “La Croix” a aceptar una determinada línea política… ¿No es humillante para los católicos de Francia ver poner bajo tutela su único diario?”

    No dude el señor José Vergés y Matas de contarnos el por qué y el itinerario del transbordo ideológico de “Destino”. Será muy interesante. También aclarará la razón de que estos cinco clérigos, en la noche de Reyes de este año, cenaran opíparamente en el Ritz de Barcelona, a la sombra del “Destino” de Néstor Luján, amigo de “bien comer, bien beber, bien fumar”, como dice Sempronio en “Tele Exprés” del 8 de enero.

    Jaime TARRAGÓ


    Última edición por ALACRAN; 12/05/2023 a las 12:49
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

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    Re: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    … “Que Cataluña se descristianice, en catalán o castellano, es igual. Los intelectuales catalanes separatistas se entienden perfectamente con los marxistas que hablan en castellano o en ruso. Lo que no se entenderán es con los otros catalanes que conservamos la fe” (…)


    Revista FUERZA NUEVA, nº 69, 4-May-1968

    LA TRAICIÓN AL ALMA CATALANA

    (…) En Cataluña se publica mucho, se escribe extraordinariamente, hay un conjunto de novelistas, ensayistas y escritores políticos. Lo que echamos de menos es que en Cataluña se produzcan escritores ni obras de pensamiento encuadradas dentro de la auténtica teología católica de la sociedad, aunque quizá algunos de tales escritores, particularmente, puedan ser practicantes. Es más, lo que objetivamente se constata es un crecimiento marxista de gran virulencia en el pensamiento de ciertos intelectuales catalanes.

    Que Cataluña se descristianice, en catalán o castellano, es igual. Los intelectuales catalanes separatistas se entienden perfectamente con los marxistas que hablan en castellano o en ruso. Lo que no se entenderán es con los otros catalanes que conservamos la fe y el sentido que Torras y Bagés, con su magisterio, expuso en “La Tradició Catalana”.

    Que un grupo calificado de escritores catalanes diga públicamente que los libros más importantes publicados en 1967 sean la biografía de Stalin, la “Teoría económica” de Carlos Marx, “Distensions Cristiano-Marxistes” de mosén Dalmau, “Catalanisme i Revolució Burguesa” de Solé-Tura, “Sociología y Filosofía Social” de Marx, es harto significativo para entender la descristianización a nivel intelectual que padece un sector influyente de Cataluña.

    El fracaso de una táctica

    Este acontecimiento indica un fracaso en la influencia pública y social del clero de Cataluña.

    Dom Casiano María Just, abad de Montserrat, en el número de diciembre de 1966 de la revista “Serra d’Or”, afirmaba “el deber de ensanchar los horizontes de una religiosidad simplemente material y abrir las puertas a diferentes sectores de la opinión”. Estos diferentes sectores de la opinión, para el abad Just, no abarcan únicamente el abanico de las lícitas diferenciaciones dentro del pensamiento cristiano, sino también la propaganda de autores ateos y marxistas, como Bertolt Brecht y el elogio de Fidel Castro, como en ocasiones -para señalar un mínimo de ejemplos- ha hecho “Serra d’Or”.

    Este es el fracaso de la orientación del monasterio de Montserrat y de los sacerdotes y católicos que actúan con sus directrices. Una cosa es la apertura para atraer a Cristo a cuantos están separados, y otra dejar penetrar al enemigo para que despoje de la fe a los demás, apoderándose y utilizando los medios que la Iglesia tiene para cristianizar.

    Unas palabras del cardenal Suhard

    El balance de los escritores e intelectuales catalanes, personalmente muy amigos de ciertos monjes y sacerdotes, pero ideológicamente muy separados de la Iglesia, bastaría para que el abad Just reflexionara a fondo sobre la bancarrota de esta táctica ni evangélica ni eclesiástica ni conciliar.

    Recordaremos al abad Just y a los clérigos catalanes que actúan en esta línea unas palabras del cardenal Suhard, de venerada memoria. Decía el que fue arzobispo de París:

    Cara a las injusticias propias del sistema capitalista, tal como está concretamente realizado, la Iglesia estima que hay muchas cosas mejores que hacer que el favorecer el advenimiento de un colectivismo totalitario y ateo… Es muy cierto que el cristianismo goza en el dominio político de una amplísima iniciativa bajo su propia responsabilidad… No obstante, la Iglesia estima que estos principios imponen, ante las circunstancias de hecho, una actitud determinada, y tiene el derecho y aun el deber de dictar el partido que ha de tomarse. No lo hace sino raramente y cuando hay intereses espirituales directa y gravemente comprometidos; pero entonces lo hace con plena conciencia de cumplir su misión y se estima a sí, propio juez supremo de la oportunidad de su intervención. La opinión opuesta, si fuere admitida, establecería la conciencia cristiana en una autonomía tal con respecto a la Iglesia, que desconocería el papel mediador de esta última en el orden de los actos humanos y que negaría prácticamente el supremo dominio de Dios sobre la totalidad de la vida social. Eso tendría los efectos más nefastos sobre la vida de las almas y sobre la vida de las sociedades. Es decir, que ningún católico puede profesarla sin peligrar gravemente.”

    Considere el abad don Casiano María Just lo que significan estas palabras y compárelas con sus afirmaciones hablando de un “movimiento vital irreversible”, de tan claro matiz de progresismo marxista. Y al contabilizar los intelectuales catalanes que no se cristianizan a pesar de las posturas políticas de algún abad y algunos sectores del clero catalán, y al comprobar el creciente número de secularizaciones monásticas y sacerdotales junto con la descocada marxistización de los autollamados “intelectuales catalanes”, lógicamente debe considerarse incurso en aquella sentencia de nuestro obispo de Vich, doctor Torras y Bagés: “Nos encontramos con una Cataluña espiritualista y cristiana; matarle el espíritu es matarla a ella”.

    ¿Qué han hecho hasta ahora los pretendidos conductores y aglutinadores que se han arrogado “la misión espiritual y cultural…, en nuestra tierra y entre el pueblo”, como “Serra d’Or” y sus colaterales, ante estos intentos de matar el espíritu cristiano de Cataluña?

    Y ya llega a la tragedia

    Si el cardenal Suhard, afirmaba que desconocer el magisterio eclesiástico en la vida social “tendría los efectos más nefastos sobre la vida de las almas y sobre la vida de las sociedades”, en Cataluña, desgraciadamente, hemos de confesar que estamos llegando ya a estos abismos.

    Ya no son los escritores catalanes que proclaman su admiración por Stalin y las obras de Marx. Ya entre ciertos sacerdotes catalanes se llega a límites no alcanzados por el frenesí progresista en ninguna nación.

    Tenemos a la vista la publicación “Correspondencia”, editada en Barcelona, ostentando la censura eclesiástica, que en su número del corriente abril publica un artículo firmado por el reverendo José Bellpuig, párroco se San Feliuet, Moyá, obispado de Vich, en que textualmente dice así:

    “Pronto o tarde, pero de manera gradual y tenaz, la secularización, que es un proceso que se presenta ya como irreversible, hundirá para siempre:
    el clericalismo,
    el Estado confesional,
    el constantinismo,
    el lujo, tan espléndido, de los obispos,
    la obligatoriedad de los preceptos eclesiásticos,
    la uniformidad litúrgica,
    el sentido tradicional de pecado,
    el maniqueísmo,
    la actual disciplina y la misma organización eclesiástica,
    el celibato eclesiástico obligatorio,
    la virginidad más o menos forzosa,
    la vida monástica y conventual,
    las órdenes religiosas,
    los deliciosos y ultra-evangélicos títulos eclesiásticos,
    el argumento de autoridad,
    muchas de las actuales y canónicas interpretaciones del Evangelio,
    las dictaduras religiosas.
    y, concretamente, el estado totalitario titulado Iglesia católica, como a tal Estado.
    Y me figuro que me descuido muchas otras cosas que también caerán. Y quizá alguna de las que he señalado no caerá”.

    Cuando esto se puede escribir con censura eclesiástica, indica claramente que “los efectos más nefastos sobre la vida de las almas y sobre la vida de las sociedades” de que hablaba el cardenal Suhard, por prescindir del magisterio eclesiástico en todos los terrenos -en teología, en filosofía, en sociología, en política, en ilícitas colaboraciones-, ya ha llegado tristemente para Cataluña. Para sus intelectuales y también para parte no pequeña de sus sacerdotes.

    Lo que se impone

    Ante los escritores catalanes arrodillados ante Marx y Stalin, ante los sacerdotes que piden la supresión visible de la Iglesia católica, ante la regresión de la espiritualidad cristiana en Cataluña, ante la realidad de que Cataluña sea una de las regiones con menos práctica religiosa, algo muy serio ha fallado. Por este camino se destruye a Cataluña. Nos referimos y acusamos concretamente a lo que representan publicaciones progresistas de todos conocidas. La Cataluña de San Antonio María Claret, de Jaime Balmes, de Jacinto, Verdaguer, de Torras y Bages, nada tiene que ver con la Cataluña traicionada en su espíritu cristiano por los que han sofisticado su misión evangélica, y colaboran con el marxismo.

    Jaime TARRAGÓ


    Última edición por ALACRAN; 19/06/2023 a las 13:13
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

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    Re: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    Los benedictinos progres de Montserrat insultaban al Portugal católico de Oliveira Salazar…


    Revista FUERZA NUEVA, nº 74, 8-Jun-1968

    Ataques a Portugal, a Fátima y al dogma

    EL MONASTERIO DE MONTSERRAT, PIEDRA DE ESCÁNDALO

    El monasterio de Nuestra Señora de Montserrat se ha convertido en una piedra de escándalo y de enfrentamiento en Cataluña. Bastaría el examen de sus publicaciones para constatar la gravedad de las ideas que durante años y años han propagado las publicaciones de la abadía benedictina de Montserrat.

    En el número de “Serra D’Or”, de julio de 1961, no se recataba de hacer el elogio a Fidel Castro: “Fidel Castro ha derribado esta esclavitud -los trusts americanos- y en ello radica su mérito innegable, y su revolución ha tomado una significación invulnerable que ha arraigado en el corazón de la tierra y del pueblo (…)“.

    En febrero de 1967, “Serra D’Or” publicaba un artículo titulado “Portugal avui” (…). Que “Serra D’Or” ataque a Portugal presenta un carácter grave desde un punto de vista patriótico. España y Portugal tienen firmado el Pacto Ibérico y varios tratados especiales. No es tolerable que, desde una revista cuya publicación depende de un monasterio, se pueda atacar impunemente a la nación hermana.

    Nosotros nos unimos a las palabras del ministro de Asuntos Exteriores, don Fernando María Castiella, cuando en el debate general de la XV Asamblea de las Naciones Unidas, el 24 de septiembre de 1963, decía lapidariamente: “Al defender aquí a Portugal, no estoy defendiendo a un país con el que España tiene un vínculo fraternal irrenunciable, sino pidiendo serenidad y confianza en lo que un pueblo de su tradición histórica y cultural puede hacer y hará no frente a la violencia, sino frente a la paz y frente a su responsabilidad, de la que nunca abdicó”. ¿Defenderemos a Portugal en la ONU y la dejaremos atacar al estilo de “Informations Catholiques Internationales” por la “Serra D’Or” del monasterio de Montserrat? (…)

    También contra Fátima

    Otra publicación de Montserrat es “Documents de Esglesia”. En su número 22, del 15 de septiembre de 1967, se reproduce un manifiesto panfletario contra Fátima y el viaje de Pablo VI al gran santuario mariano. Reproducimos algunos párrafos dignos de los escritores más anti católicos y masónicos, que no han faltado en Portugal. Lo imprevisible es que los monjes benedictinos de Montserrat se ofrecieran como altavoces de esta literatura repugnante.

    He aquí algunas muestras de cómo el padre Hilario Raguer Suñer -director de la revista- “documenta” a sus lectores para enterarles sobre la realidad de Fátima:

    -“El mensaje de Fátima es presentado a menudo como un soporte a Salazar y a su régimen. Esto es una gracia de la Virgen y las plegarias tienen a menudo por objeto la permanencia y la estabilidad del régimen político actual”.

    -“La represión política se apoya a menudo en la religión: los comunistas (es decir, los obreros, los campesinos o estudiantes reivindicadores) son enemigos de Dios y de la Iglesia: los católicos progresistas, malos católicos. Así, “Pragma”, asociación cultural católica legal, que tenía por objeto la difusión en los ambientes intelectuales, obreros y rurales de la encíclica “Pacem in Terris”, ha sido clausurada hace un mes por la policía política, acusada de propaganda subversiva”.

    -“Soporte de la política colonial: mientras que, por un lado, los catequistas africanos destituidos y maltratados en las cárceles, acusados de propagar doctrinas subversivas, en Fátima se ora por las misiones y por la conversión de los “negritos”, como se dice, las plegarias en Fátima piden la paz, identificada con las victorias en la guerra que el Gobierno portugués hace en África. Los guerrilleros son presentados como unos terroristas malos, enemigos de Dios y de los cristianos. La estatua de la Virgen de Fátima hace un viaje de peregrinación a través de todas las regiones de las colonias no ocupadas por los nacionalistas y va acompañada de toda una propaganda nacionalista seudo-religiosa. El “movimiento nacional femenino” lanza por avión, en las regiones en guerra, medallas de la Virgen de Fátima, a fin de dar valor a los soldados, dar mayor eficacia a su acción y, eventualmente, convertir a los malos. ¡Y cuántos milagros (es decir, victorias militares) han alcanzado estas medallas!”

    -“Finalmente, y sobre todo, la religión y Fátima por excelencia, a través del rosario, plegaria de los sencillos, invita al pueblo a ser humilde, paciente, dulce en la pobreza, si no es en la miseria, a no ser violento” (…).

    -“En este contexto, ¿cómo se puede recordar aun la otra cara de la medalla? ¿Cómo puede comprender el pueblo portugués el viaje del Papa, sino como un soporte a aquello que Fátima ha representado siempre: el integrismo. Y la confusión política religiosa?” (…)

    Frente a toda esta verborrea, expresión del detritus de más viejo anticlericalismo, Pablo VI, a su regreso de la peregrinación de Fátima, ya en Roma, dijo públicamente: “Encontré un Portugal un pueblo bueno y piadoso. Fue una experiencia maravillosa que mostró el camino para la reconstrucción del mundo, tal como lo deseamos, de oración, humildad, concordia y buena voluntad”. (…)

    Pero de esto no se enteran los monjes redactores de “Serra D’Or” ni de “Documents d’Esglesia”. Ellos son especialistas en recorrer las cloacas de las más bajas difamaciones contra la acción civilizadora de Portugal y contra Fátima. Por lo visto, de Fátima, ¡ni lo que dice Pablo VI les interesa!

    (…) El domingo tercero de Cuaresma de este año, la abadía de Montserrat, oficialmente, publicaba una hoja catequética de presunta explicación sobre el infierno. Con un lenguaje de caricatura, se pasa más adelante a negar en dicho texto de la responsabilidad moral del hombre que peca. (…) Según la abadía de Montserrat, el infierno sería “el conjunto de vidas absolutamente frustradas porque se han cerrado el amor y se encuentran sin amor y sin Dios, en la infelicidad de su propia cerrazón”. (…)

    El problema gravísimo de que un monasterio de historia tan venerable y de influencia tan decisiva para Cataluña, como es Montserrat, se dedique a la destrucción de las verdades dogmáticas, de la piedad que merece Fátima, y que sirva de vehículo en sus publicaciones a las campañas internacionales contra Portugal, salta a la vista. (…)

    Jaime TARRAGÓ


    Última edición por ALACRAN; 12/07/2023 a las 13:20
    Pious dio el Víctor.
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    Re: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    Los “falsos hermanos”, instrumento de Moscú…

    Revista FUERZA NUEVA, nº 76, 22-Jun-1968

    Los “falsos hermanos”, instrumento de Moscú

    (…) En un documento del cardenal Wyszynski, que acompañaba la nota de la Secretaría de Estado de la Santa Sede sobre la organización seudocatólica-comunista “Pax” de Polonia, destaca cómo su táctica opera “disolviendo, formando focos antagónicos entre los fieles y, sobre todo, en los medios eclesiásticos y religiosos… No atacan jamás a la Iglesia de frente, sino por sus estructuras caducas y los abusos que la desfiguran. Con hábiles maniobras de zapa, forman en los medios eclesiásticos núcleos de insatisfechos, para meterles poco a poco en el clima fecundo de la lucha de clases… Se trata no de liquidar a la Iglesia, sino de sojuzgarla y ponerla al servicio de la revolución comunista”.

    Podemos decir que en Barcelona vivimos este proceso de división planificada, creciente, fácilmente detectable para que no haga política de avestruz.

    Recuérdense las campañas contra el arzobispo doctor Modrego, las manifestaciones subversivas en su Palacio Episcopal, las organizaciones clandestinas, el boicot a la campaña de Rosario en Familia del padre Peyton,
    (ver: http://hispanismo.org/crisis-de-la-iglesia/23262-impactante-reportaje-de-religiosidad-preconciliar.html#post176743)la bien financiada agitación con el slogan provinciano del “Volem Bisbes Catalans”, la manifestación facciosa de sacerdotes en la vía Layetana el 11 de mayo en 1966, el asalto a los cuadros directivos de las asociaciones católicas, la red de editoriales y publicaciones con el claro designio de dividir y “dialectizar” a los católicos, los cargos eclesiásticos que permite la anulación de los que no piensan como ellos y preparan el ambiente para atacar al Vaticano, son una amalgama encadenada de la organización progresista entre nosotros.

    En el programa de acción de Li Wei Han, del Partido Comunista chino, se dice textualmente:

    Hemos llegado a la última etapa. Después de la separación de la Iglesia del Vaticano, se pueden consagrar nuestros propios líderes en la Iglesia. Cuando llegue el momento en que los puestos de responsabilidad del clero sean de los nuestros y sometidos al gobierno popular, se procederá a erradicar paulatinamente los elementos de la liturgia incompatibles con el gobierno popular. Los primeros cambios serán de los sacramentos y de las oraciones, luego se protegerá a las masas contra coacción y presión a asistir a la iglesia, a practicar la religión u organizar grupos colectivos representando cualquier secta religiosa. Cuando la práctica de la religión se convierta en responsabilidad individual, se sabe que lentamente la religión se olvida. Las nuevas generaciones reemplazarán a las pasadas y la religión será un episodio del pasado digno de ser tratado en las historias del futuro”.

    El programa se cumple

    Basta conocer la problemática y el proceso de la que sucede en Barcelona para comprobar la fidelidad con que se cubren etapas como las expuestas.

    Veamos unos ejemplos. Recientemente, la Junta Nacional de la Acción Católica española publicó un comunicado de la sesión plenaria celebrada en 11 del pasado mayo. En el mismo se hacía constar la adhesión a la Jerarquía, el agradecimiento por los trabajos efectuados por los antiguos dirigentes y la Unión que debe reinar en el apostolado seglar organizado. Inmediatamente, el Consejo de Hombres de Acción Católica de Barcelona, cuyos cuadros parroquiales y cuya influencia esencial es ridículamente minúscula -como lo demuestra la ineficacia de su epiléptica disconformidad contra la campaña del Rosario en Familia del padre Peyton y otros “éxitos” similares-, ha hecho pública una nota de disconformidad con la Junta Nacional de Acción Católica. Uno se sorprende de que un organismo diocesano, que toda su fuerza y razón de ser es la vinculación con el Pastor de la diócesis, tenga la facultad -o indebidamente se le tolere- de manifestarse incompatible contra aquellos de quien recibe el mandato apostólico. Al fin y al cabo, el comunicado de la Junta Nacional de Acción Católica no era sino la aplicación de lo que dijo Pablo VI al III Congreso Mundial de Apostolado Seglar. (…) Pero claro, el Consejo de Hombres de Acción Católica de Barcelona no se enteró de este discurso pontificio, pues, con el afán de propagar y divulgar la (herética) “Vida de Jesús”, de Renán, no tuvieron espacio para tal discurso en su publicación “Apostolado Seglar”. (…)

    No lo entendemos. Mejor dicho, sí que lo entendemos. Prácticamente esto corresponde a la etapa que disloca la unidad de la Iglesia, separando a los fieles de la Jerarquía, exacerbando la ruptura en el seno de las parroquias y en los organismos de apostolado. Pero, ¿cómo se tolera este lavado de cerebro que hace admitir como aceptables monstruosidades como la línea fracasada y catastrófica de los clérigos y seglares firmantes de escritos clandestinos, con revistas al servicio de plumas de pastores protestantes, con la inoperancia e inexistencia en la vida pública, con miembros de movimientos especializados que en sus parroquias reúnen a las “Comisiones Obreras”, y con esos “acuerdos” con que ocupan columnas de los periódicos para blasonar de insubordinación, indisciplina y actitudes cismáticas? (…)

    Disparates

    Más recientemente, el padre Jorge Llimona ha vuelto a sorprendernos con ideas disparatadas. En el “Noticiero Universal”, del 10 de abril del presente año, el padre Llimona se permite unas afirmaciones que el más lerdo entiende se trata de auténticos desvaríos. Desfigura totalmente el sentido de la Redención y minimiza la persona de Jesucristo a la de un líder humano. ¡Y nadie le ha descalificado!

    He aquí una breve antología de las frases del padre Jorge Llimona, el “acreditado” comensal del Ritz:

    Cristo ha sido seguido por innumerables profetas de nuestros tiempos y por innumerables justos, muchos de ellos matados por los hombres, por las mismas fuerzas de presión que mataron a Cristo, como a Gandhi, Kennedy, Luther King y tantos otros”.

    “La sociedad civil debe ser tolerante independientemente de una exigencia religiosa”.

    “La dialéctica de libertad religiosa exige un Estado laico, separado de la Iglesia”.

    “Uno de los puntos más importantes para que haya auténtica libertad religiosa en nuestro país es la no exigencia, de derecho o de hecho, de pertenecer a la Iglesia católica según qué clase de cargos públicos o privados”.

    “Es muy necesario establecer el matrimonio civil sin otros requisitos que la voluntad de los contrayentes”.

    “No podemos perder el tiempo en procesiones cuando hay hambre en el mundo, cuando hay violencia y agresión.”

    “Sería de desear que los obispos españoles fueran conscientemente conciliares, y que en lugar de preocuparse si el sacerdote dice la misa con casulla, por ejemplo, se preocupasen, realmente, de proclamar y exigir la aplicación de las leyes conciliares en nuestro país. Se preocuparan también de decir una palabra de paz respecto a toda la comunidad española. De exigir que el sudor, las lágrimas y el sufrimiento nos los repartiéramos entre todos, cuando hay dificultades. Es inmoral que sólo lo sufran la clase más débil.”

    Hasta ahora no se ha publicado ninguna nota oficial del Arzobispado desautorizando cuanto ha dicho el padre Jorge Llimona, a pesar de los comentarios innumerables que provocaron esos exabruptos, con la consiguiente escandalosa sorpresa.

    Lo que buscan y a dónde van

    Cataluña, pero muy particularmente Barcelona, es un campo de experimentación marxista en los medios católicos. En la Conferencia de Moscú de partidos comunistas, de 1961, se reconocía que España constituye una preocupación constante, dadas las dificultades que sigue ofreciendo a una acción eficaz. En España y Portugal no pueden desdeñarse las oportunidades revolucionarias de colaboración con las capas de la oposición, de la pequeña y media burguesía y de las fuerzas democráticas y liberales progresivas”. En un manifiesto del partido comunista, en Barcelona, con el más descomunal cinismo, afirman: “Conviene aclarar la posición de los comunistas respecto a la Iglesia y a los católicos. Aunque de formación filosófica diferente, los comunistas respetan las creencias de sus semejantes. Vamos a limitarnos al programa del partido comunista, en el que se propugna completa libertad de cultos. Reconociendo que la inmensa mayoría de los españoles profesan la religión católica, el Estado aportará subvenciones para el mantenimiento del culto”.

    El comunismo sabe perfectamente que con estas mentiras no puede engañar a nadie. Pero introduce la dialéctica y la contradicción en el seno de la propia Iglesia. (…)

    Recuérdense los procedimientos comunistas para desprestigiar la Jerarquía de la Iglesia y dígasenos lo que significa que la revista “Serra d’Or”, del pasado mayo, en su página 55, publique un anuncio de un libro de mosén José Dalmau contra la obediencia, que carece de toda censura eclesiástica. ¡Y “Serra d’Or” es una publicación de la abadía benedictina de Montserrat! Interprétese el fenómeno de que los hombres de Acción Católica de Barcelona, sin que pase nada, se glorían de su rebeldía y antijerarquismo. Dígasenos cuál sea el significado de que los desatinos del padre Jorge Llimona se hayan publicado sin cortapisas de ninguna clase, cuando son tan puntuales las notas para prohibir otros actos perfectamente lícitos o para poner el veto a personas no progresistas. (…)

    “No son los comunistas quienes nos causan miedo. Lo que nos llena de angustia son los falsos hermanos”, dice un obispo polaco. También repetimos esto aquí. Y si por circunstancias y razones que nosotros no entendemos, este asalto a la fe y la moral, al orden social cristiano, es tolerado por aquellos que tienen obligación de defender tan sagrado depósito, el juicio de este hecho pertenece a Dios. Pero hay una esfera que es específicamente propia del Estado y de la sociedad.

    Lo que viene sucediendo en Barcelona no son simples extralimitaciones de curas deslenguados, frailes atrevidos y seglares católicos “comprometidos”. Los textos de Lenin, Stalin, de Santiago Carrillo, teorizan lo que efectivamente viene ocurriendo entre nosotros. Si algunos no lo ven, hay que dudar de su lucidez mental. Como me decía el cardenal Caggiano, hace unos años en Buenos Aires: “El lavado de cerebro no se hace únicamente con drogas”.

    Jaime TARRAGÓ

    Última edición por ALACRAN; 25/07/2023 a las 13:02
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    Re: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    … más sobre el tal Jorge Llimona: fraile capuchino (aunque descapuchado), insumiso y borde


    Revista FUERZA NUEVA, nº 79, 13-Jul-1968

    (…) Ha llegado el delirio

    El padre capuchino Jorge Llimona ha derrochado artículos disparatados en “Apostolado Franciscano”, en declaraciones a “Destino”, en “El Noticiero Universal”. Personas optimistas susurraban que el padre Llimona ya nunca más tendría ocasión de permitirse estas expansiones… ¡Inocentes!

    Faltaba otro broche -por ahora- al “magisterio” del padre Llimona, que en “Destino”, del 8 de junio, ha descargado sobre Barcelona, y que en opinión de miles de católicos -ante estas tolerancias- se sienten huérfanos de quienes velen por la fe y la moral. Nos limitaremos a copiar textualmente las principales afirmaciones del padre Jorge Llimona:

    Cristo fue hombre porque se hizo hombre en un momento de sociedad patriarcal. Si hubiera sido en un momento de sociedad matriarcal, lógicamente hubiera sido mujer”.

    “Si Cristo hubiera nacido en China, por ejemplo, hubiera consagrado, en lugar del pan y el vino, el té y el arroz”.

    “Supongo que en un futuro el sacerdocio no será exclusivo de unos hombres que hacen de ello una clase alejada de la conciencia histórica, humana, sino que será participado de todos los cristianos, casados, solteros, hombres y mujeres. Y que ésta será una forma de enriquecerlo, de que no haga un tufillo de clérigo que a todos nos huele mal”.

    Cristo no era, ni un disminuido, ni un reprimido sexual como lo han hecho aparecer muchas veces.Su relación con las mujeres era completamente normal. Sentía simpatía y amor hacia las mujeres. Pero en la Iglesia se introdujo una fuerte corriente maniquea y luego, ignorando la cultura hebrea, interpretaron mal los textos bíblicos. Empezó la obsesión del sexo y la castidad. Y en lugar de darle una salida racional y personificadora, acuden a la represión como único método de control. Eso ha creado, por una parte, todas las neurosis medievales (visiones de demonios, etc.); luego la gran frigidez femenina (confusión de sexo y pecado). Ahora estamos en un callejón sin salida”.

    “Además de una educación general que ha dejado la mujer en un plano discriminatorio respecto al hombre, en los países católicos -España, por ejemplo-, la mujer viene siendo educada por monjas: mujeres sin cultura, sin humanismo, sin participación en la vida humana, con una fuerte represión sexual y con una educación religiosa meramente sentimental y ritualista, que han transmitido a nuestras mujeres. Muchos fracasos de las relaciones entre chicos y chicas, de muchos matrimonios en su convivencia y diálogo, nacen de la mala educación sexual, ética y religiosa que han recibido las mujeres en los colegios de monjas”.

    “Opino que si la naturaleza nos ha hecho hombres y mujeres para ir juntos, para ser compañeros y complementarios, esta compañía hay que realizarla desde la primera infancia hasta la muerte, y que la educación debe también ser común, no sólo en las ideas, sino en la participación vital. Este país de sacristanes, dominados por brujos, ha establecido una educación separada que, de entrada, aliena y deseduca. Es una vergüenza que aún se dé la separación de sexos en los colegios. Si esto ha sido debido a una exigencia de la Iglesia, el Estado ha hecho un mal negocio emparentándose con ella”.

    “Lo mismo en París que en Roma, que en España, Checoslovaquia o Rusia, ese movimiento juvenil en general representa un grito de esperanza por la construcción de un mundo mejor y significa en su contenido el deseo de la reestructuración total de la sociedad y que le permita, por lo tanto, educarse de una forma integral y desalienada. Quieren todos, tanto los que claman por la justicia como los que claman por la libertad, el establecimiento de una sociedad íntegramente democrática, lo mismo en el campo político, económico, social y humano. La posibilidad en la realidad de una participación auténtica en las opciones”.

    No vamos a refutar esta mezcolanza anacrónica que firmaría el marqués de Sade. Allá los que tengan que defender las enseñanzas de la Iglesia sobre la “Divini Illius”, sobre la vida religiosa y sobre el amoralismo marxista que respiran las groserías dictadas por este capuchino.

    Pero, ¿este señor celebra misa? ¿Puede administrar sacramentos quien habla así? ¿Puede pertenecer a una orden religiosa? ¿Puede hablar así, impunemente, sin que la Iglesia y el Estado tengan nada que oponer? Por lo visto, hasta ahora, así es.

    Nos vienen a la memoria las palabras de Cristo: “Es necesario que vengan escándalos, mas ¡ay de aquel hombre por el cual viene el escándalo!” Si Jorge Llimona escandaliza es porque aquellos que tienen autoridad religiosa sobre él se lo permiten.

    Pero esto no es simplemente algo que atañe a la vida privada. La concepción materialista de Jorge Llimona, que desde la plataforma de “Destino” llega a millares de lectores, tiene una trascendencia enorme. Él termina en sus declaraciones glorificando las mesnadas marxistas que, en las Universidades de tantos países, son un exponente grave, indeclinable y ostensible del asalto comunista en las naciones. Jorge Llimona se entusiasma con los “provos”, con los “beatniks”, con los “ye-yes”, con los “hippies”, con los gamberros, que gritando a favor del “Che” Guevara, de Ho-Chi-Minh, de “La Pasionaria”, de Cohn-Bendit, según él, representan “un grito de esperanza por la construcción de un mundo mejor”.

    Se realiza lo que escribía “Bezbijnik et Antireligioznik” (sic), en su número 4, de 1939: “Mientras se espera que Dios muera en la conciencia de los creyentes, merced a un profundo trabajo ideológico que quebrante todas las tradiciones ancestrales, las fuerzas vivas del cristianismo deben ser alistadas al servicio del partido y jugar un papel positivo y constructivo en la historia”.

    Nadie diría que con la Ley Orgánica, la Ley de Principios Fundamentales y la actual Ley de Prensa e Imprenta, tales ideas pudieran propagarse. Pero si no se remedia, ¿qué será de nuestra juventud y de nuestros hijos?

    Jaime TARRAGÓ

    Última edición por ALACRAN; 02/08/2023 a las 14:02
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    Re: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    El Ejército (“fascista”), insultado, por “violento” en una hoja parroquial, mientras los frailes de Montserrat defendían la “teología de la violencia” (… obviamente, violencia comunista):

    Revista FUERZA NUEVA, nº 81, 27-Jul-1968

    EL EJÉRCITO, INSULTADO EN UNA HOJA PARROQUIAL

    (…) En la hoja dominical del 26 de mayo del año en curso (1968), en su última página, la parroquia de San Sadurní de Noya, bajo la responsabilidad de su arcipreste, reverendo don Luis María Vidal y Bosch, miembro de la Comisión Asesora de Pastoral Archidiocesana, se ha publicado un texto escarnecedor, desaprensivo, intolerable, contrario a nuestras Leyes Fundamentales, incompatible con las enseñanzas del Concilio Vaticano II y de Pablo VI, cuya prosa ni puede excusarse ni quedar en la impunidad.

    El título he dicho, escrito se rotula: “Los objetores de conciencia”. Entre otras barbaridades, se leen éstas: “ (…) En la guerra condenamos las muertes que se causan y en el servicio militar el aprendizaje del crimen. Estar en el Ejército, incluso sin armas, como sería un servicio auxiliar, consideran que les hace cómplices de lo que hace el Ejército… Y éste en general, mata, destruye, usa la violencia (…)”.

    (…) Lo que han dicho el Concilio y Pablo VI

    En la “Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual” (…) se afirma con toda rotundidad la necesidad de los Ejércitos. Afirma el Concilio: “La guerra no ha sido desarraigada de la humanidad. Mientras exista el riesgo de guerra y falte una autoridad internacional competente y provista de medios eficaces, una vez agotados todos los recursos pacíficos de la diplomacia, no se podrá negar el derecho de legítima defensa a los gobiernos… Los que en el servicio de las patria se hallan en el Ejército considérense instrumentos de la seguridad y libertad de los pueblos, pues desempeñando bien esta función, realmente contribuyen a estabilizar la paz”.
    Conceptos totalmente distintos a los insultos contra el Ejército del Arcipreste de San Sadurní de Noya. (…)

    Nuestra legislación

    En la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento Nacional del 17 de mayo de 1958, su artículo IV declara: “Los Ejércitos de España, garantía de su seguridad y expresión de las virtudes heroicas de nuestro pueblo, deberán poseer la fortaleza necesaria para el mejor servicio de la Patria.”

    En la Ley Orgánica del Estado, aprobada por el referéndum nacional del 14 de diciembre de 1966, su artículo 37 dice: “Las Fuerzas Armadas de la nación, constituidas por los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire y las Fuerzas de orden público garantizan la unidad e independencia de la Patria, la integridad de sus territorios, la seguridad nacional y la defensa del orden institucional”.

    ¿Se puede consentir que desde una “Hoja Dominical” un sacerdote, que ocupa un cargo relevante y de confianza en la Comisión Asesora de Pastoral Archidiocesana, preconice ignominias incompatibles y pasionalmente arbitrarias en contra de las enseñanzas del Concilio y de Pablo VI?

    ¿Es admisible que un párroco ataque las Leyes Fundamentales y concordes totalmente con el derecho natural y el bien común que tiene el Estado español?
    Un teólogo tan autorizado como era el padre Santiago Ramírez afirma rotundamente: “En la esfera propia y en asuntos de orden temporal tiene el Estado perfecta autonomía, y el ciudadano debe obedecer en estas cosas al poder civil más que el eclesiástico. Ambos poderes proceden de Dios: en lo que se refiere a la salud del alma, el poder espiritual tiene la primacía; pero en lo relativo al bienestar temporal, éste pertenece al poder civil”. Una enseñanza tan elemental para todo cristiano ¿es ignorada por un párroco?

    Ahora, la teología de la violencia

    En la propia “Hoja dominical” de la parroquia de Sadurní de Noya, transcribiéndolo de “Documents d’Esglesia”, número 39, que publica el monasterio benedictino de Montserrat, de fecha del 9 de junio, muy en contraste con las tremendas calumnias al Ejército y al servicio militar, preconiza la “teología de la violencia”.

    Sorprendentemente, se expresa así: “(…) El deber de todo cristiano estriba en ser revolucionario, afirmaba en el pasado mes de marzo un llamamiento publicado por el sacerdote argentino Juan García Elorrio, secretario general del Encuentro Latino Americano “Camilo Torres”, que se celebró en Montevideo. Este llamamiento, que se hacía eco de cuatro sacerdotes, entre ellos uno francés, que asistían en enero al Congreso de Cultural de La Habana, y afirmaban que “se comprometían en la lucha revolucionaria hasta las últimas consecuencias, secundada por otros sacerdotes inspirándose en los mismos textos y en las mismas encíclicas”. (…)

    El lector puede preguntarse cómo es posible que desde la misma “Hoja Dominical”, un día se pida la desmovilización total y la liquidación del Ejército, cuando a los pocos días se propugna la violencia, la insurrección, el ataque armado. Esto es lo que queremos explicar…

    El doble ritmo

    Las fuerzas ocultas tienen dos estrategias distintas en su ataque. (…) Por una parte, la desmovilización de las fuerzas vitales de la nación. Por otra, el asalto agresivo, criminal, canallesco, sobre las sociedades adormecidas por los entreguismos progresistas (…)

    Jaime TARRAGÓ

    Última edición por ALACRAN; 08/08/2023 a las 13:11
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

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    Re: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    Ofensiva de curas progresistas contra la devoción mariana; destacaba el sospechoso caso del robo de la Virgen de Nuria (Gerona), que la policía, dificultada por el Concordato, evidenciaba haber sido “secuestrada” por religiosos para chantajear a sus superiores jerárquicos…


    Revista FUERZA NUEVA, nº 84, 17-Ago-1968

    OFENSIVA CONTRA LA DEVOCIÓN MARIANA

    Ya por el año 1964, el cardenal Wyszynski, en unas declaraciones en Roma, manifestaba que “los santuarios de la Virgen María son verdaderos bastiones, incluso en los países en donde cada vez existen menos crucifijos, pero en los que, sin embargo, nadie puede evitar la existencia de las imágenes de la Virgen en el último y más oscuro rincón de las casas”. (…)

    No podía faltar en la Cataluña climatizada por el progresismo el ataque sistemático, desde diversos ángulos, a la devoción a la Virgen. Ya no nos referiremos a la ominosa “contracampaña” al padre Peyton, cuando en Barcelona organizó su concentración del rosario en familia. Ni tampoco a la incomprensible ausencia de doctrina y fomento de la devoción a la Virgen en “Serra D’Or”, publicado por la abadía benedictina de Montserrat. Ni lo sucedido en ciertas escuelas de Tarragona quitando las imágenes de la Virgen. Señalaremos unos hechos, de diversa índole, para demostrar que los sacrilegios contra las imágenes y la devoción a la Virgen abarcan desde la acción directa a la sofisticación de la doctrina.

    Profanación de un relieve mariano

    En Barcelona, en las cercanías del aeropuerto de Prat de Llobregat, hay actualmente la populosa barriada de Bellvitge, nacida en torno a una ermita de poética leyenda. En “La Vanguardia” del 15 de mayo de 1967 se recordaba que el Patronato dedicado a la restauración de los vestigios arqueológicos e históricos de Santa María de Bellvitge “inició la restauración, y en el frontispicio se adosó un relieve que contribuyera a enaltecer mucho más aquel lugar. Este relieve fue costeado por una distinguida familia hospitalense y fue inaugurado allá por el año 1960, con un pie en que se leía -ahora ya no se lee-. “Dolça pagesa d’ulls divins, desde Marina, vetlleu sempre els nostres destins”. Estas palabras han sido bárbaramente profanadas”. La “nueva ola” ha derrumbado toda una leyenda, toda una historia, y los ojos dulces de aquella princesa de yuntas y aperos de labranza han sido cegados por las pedradas de unos desaprensivos. Y todavía ahora el ataque continúa sin castigo…

    Una agresión más significativa

    Si lo de Bellvitge fue una actuación oscura, el artículo, firmado por J. Carrera Planas en “El Noticiero Universal” el 13 de mayo de 1967 tenía el descaro de un ataque a cuerpo descubierto. En aquel mismo día en que Pablo VI en Fátima reafirmaba la fe de la Iglesia en la Virgen, en Barcelona, con unas simples líneas, se mixtificaba en la forma más absurda el sentido de la devoción a María. Así, pues, pretendiendo buscar la devoción mariana “con los matices vivenciales con que nuestra generación la siente”, afirma dicho articulista: “María, comprometida a fondo en la historia de la salvación hasta la rotura de su hogar; María en el Calvario, en pobreza absoluta, no del lado de los poderes triunfantes, sino del Ajusticiado; María, la mujer sencilla y fuerte del pueblo de Nazaret… Tal vez será desde este ángulo que nuestra generación la llamará bienaventurada”.

    Ya entenderá el lector que tan grave afirmación es un intento de una versión “a lo Pasolini” de la Pasión de Cristo. Jamás el magisterio eclesiástico, ni la Sagrada Escritura, ni la enseñanza teológica han presentado la tragedia divina del Calvario en el sentido sociológico de lucha de clases. (…)

    El robo sacrílego de la Virgen de Nuria

    Todo el mundo conoce el sacrílego robo de la Virgen de Nuria (Pirineo gerundense), del que daba cuenta la prensa en julio de 1967. Todavía hoy (1968) no ha aparecido dicha imagen. Las hojas clandestinas firmadas por la llamada “Comissió de sacerdots i militants d’Acció Católica” del 26 de julio de 1967 eran un ataque muy serio contra el Vaticano y constituían una petición pública de “dimisión del doctor Marcelo González, obispo recusado por los fieles de Barcelona como a no catalán y como impuesto contra el espíritu del Concilio por la intervención del Poder civil”. En el “Boletín de Información” número 2 de dicha “Comissió” constatan: “Han pasado ya más de quince días desde que la imagen fue retirada de su santuario. Durante este tiempo ningún obispo se ha preocupado de pedir que sea devuelta. Se han limitado a confiar en las pesquisas de la Guardia Civil, como si se tratase de un vulgar robo de gallinas. Por lo visto, no les importa la imagen auténtica, lo que importaba era solamente la celebración del acto político religioso”.

    Ciertamente sorprende el silencio eclesiástico en el asunto de la desaparición de la imagen de la Virgen de Nuria. En 19 de febrero de este año “Tele-Exprés” anunciaba que el coadjutor de la parroquia de Ribas de Freser había sido procesado por la supuesta participación del encartado en la desaparición de la imagen. Más tarde, el sumario fue sobreseído. El Consejo presbiteral de Seo de Urgel publicó una nota en defensa de dicho sacerdote, al mismo tiempo que de paso hacía constar que lamentaba profundamente la desaparición de la referida imagen de la Virgen de Nuria.

    Pero nadie se explica en Cataluña el silencio eclesiástico en algo que es una vulneración evidente del canon 2.325 del Código de Derecho Canónico. Aquí se recuerda lo que publicaba “Los Sitios”, de Gerona, y que reproducía “El Noticiero Universal” del 14 de julio de 1967: “Las sospechas se encaminan hacia personas muy vinculadas con el santuario, lo que explica la forma en que se llevó a cabo el robo y la rapidez con que se escondió la imagen. La cosa, que a simple vista está muy clara, parece encontrar obstáculos insalvables para llegar a su feliz desenlace. Se comenta que las investigaciones pueden encontrar las dificultades derivadas de determinados privilegios concedidos en el Concordato”. ¿Dónde está la imagen de la Virgen de Nuria? ¿En España o fuera de España? ¿Quién es el inductor principal de la desaparición sacrílega de la imagen de la Virgen de Nuria? A los españoles no nos van los informes Warren… No puede quedar en punto muerto algo tan ofensivo y sintomático como este robo sacrílego. (…)

    Y sigue la racha

    ¿Diremos que en la “Hoja Diocesana” de Vich se ha afirmado que María era una mujer como cualquier otra? ¿Que en la misma “Hoja” se han escrito conceptos injustificables sobre el milagro? ¿Que en la “Hoja Dominical” de Barcelona, en 3 de diciembre de 1967, al hablar de la Inmaculada, se escribía que “fue la primera perdonada”? ¿Que las Congregaciones Marianas han perdido su nombre histórico, tomando la Federación Mundial, órgano central de las CC. MM., el de “Federación Mundial de Comunidades de Vida Cristiana”, “término vago, que puede comprender cualquier tipo de comunidad, incluso no católica”, como anota el periodista barcelonés Martín del Olmo?

    Durante nuestra permanencia en Santiago de Chile tocamos con las manos que la devoción a la Virgen conservaba la fe de aquellas naciones. La revista “Fiducia”, en septiembre de 1963, afirmaba: “Una de los principales consignas de la revolución para nuestros países de América Latina, en cuyos pueblos la devoción mariana está muy arraigada, es la de su destrucción, para que así, en las almas de estos pueblos, puedan abrirse camino y penetrar más fácilmente las doctrinas del error”. Lo mismo oímos decir personalmente en los labios del cardenal Caggiano. Por lo que estamos convencidos de que la devaluación de la devoción a la Virgen es uno de los objetivos primordiales de las sectas. Hemos dado algunas muestras de lo que ocurre.

    Lo que se busca

    Vacío el pueblo cristiano de sus devociones más sentidas, se puede asaltar con más facilidad la estructura jerárquica de la Iglesia. Así, en Barcelona, con fecha del 18 del pasado junio, se ha publicado, por un grupo de sacerdotes que actúan a la luz pública y se reúnen con toda libertad, el resumen de una encuesta -elaborada por ellos mismos con fines premeditados- sobre la oportunidad del nombramiento de obispos auxiliares en Barcelona.

    Los que protestan del concordatario derecho de presentación de los obispos por el Jefe del Estado demuestran, ya sin tapujos, que tampoco quieren el nombramiento directo por parte del sumo Pontífice. No reparan en insultar al Vaticano, pues dicen: “La intervención, aunque velada, del Estado y de la prudencia nos daría obispos de vía media, y en el caso de que la política vaticana (porque según el Concordato en este caso el Estado no interviene) quisiera introducir los hombres, no la juzgamos lo suficientemente leal”.

    Lo que quieren es simplemente la elección de obispos a base de grupos de presión de las sectas progresistas que pululan y actúan abiertamente, permitiéndose que vaya creciendo y aumentando su peligrosidad.

    A pesar de que el actual arzobispo de Barcelona (mons. Marcelo González) ha actuado con longanimidad y favor en el nombramiento de cargos importantes de la Archidiócesis en sacerdotes muy distinguidos por sus actuaciones políticas en contra del Estado español e incluso de la jerarquía eclesiástica, la acción revolucionaria de corte marxista dentro de los medios sacerdotales y de apostolado seglar, no le perdonan su propia condición de prelado nombrado por Pablo VI.

    Ellos quieren obispos prefabricados para impulsar y dinamizar la disolución de toda la vida eclesiástica. Y así, con manifiesta irreverencia, dicen del doctor Marcelo González: “Tampoco se cree conveniente (el nombramiento de obispos auxiliares) mientras haya el obispo actual… No se le ve con bastante capacidad de diálogo dentro de nuestro diverso mundo (se angustia demasiado, se manifiesta nervioso o se cierra en el recinto de su conciencia). Esto no se opone a una buena voluntad de hacerlo, pero… En este caso se habría de urgir la forma de elección para su sustitución cuando sea la hora y el momento oportuno, a fin de tener un jefe de la Iglesia de Barcelona que sea de la Iglesia de Barcelona y para la Iglesia de Barcelona”. Como comprenderá el lector, el racismo de Rosenberg y de Hitler queda chiquitín.

    Cualquiera entiende que los candidatos que proponen, al no ser suficiente su condición de catalanes, deben reunir los requisitos de auténticos activistas. Por eso incluso han votado nombres concretos de los obispos auxiliares que presentan. He aquí los nombres propuestos: Torrella (*), Batlles, Ventosa, Bertrán, Martí, Cuspinera, Rovira Belloso (…) Muchos comentan que es una lástima que en una lista tan pintoresca se hayan olvidado del padre Jorge Llimona y de mosén José Dalmau [ironía].

    Palabras finales

    Como decían muy bien los valientes redactores de la revista “Fiducia” de Santiago de Chile: “Si hoy el mundo teme estar al borde de una gran catástrofe es porque durante siglos de avance progresivo de la revolución anticristiana se ha venido subvirtiendo el verdadero orden, corroyendo y aplastando en los ambientes, en las costumbres, en las ideas, en las instituciones y en los hechos, las enseñanzas de Cristo y de su Iglesia, las verdades inmutables del orden católico”. Entre ellas, principalmente, observamos la continua y perniciosa campaña contra la devoción a la Virgen, que en Cataluña tiene permanentes y escandalosas heridas que sangran. Pero lo que pretenden es la destrucción total de la Iglesia. Pablo VI ha dicho que “es necesario llegar a una respuesta prontamente, tanto en el campo doctrinal como disciplinar, para evitar que el fermento de ideas y de novedades suscitado por el Concilio se traduzca en una inestabilidad arbitraria de pensamiento y en una cohesión menor de la estructura orgánica eclesiástica”.

    Esto es lo que esperamos los católicos catalanes: que terminen las arbitrariedades y las indisciplinas. Pero, quién las debe terminar? ¿O se espera que todavía sean mayores, más escandalosas, con más víctimas, secularizaciones y apostasías?

    Jaime TARRAGÓ
    (*) El tal “activista” Torrella llegaría a ser arzobispo progre de Tarragona en 1983
    Última edición por ALACRAN; 25/08/2023 a las 13:03
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    Re: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    Sobre los nuevos “profetas” de la Eucaristía…


    Revista FUERZA NUEVA, nº 90, 28-Sep-1968

    LOS NUEVOS "PROFETAS" DE LA EUCARISTÍA

    Varios “teólogos” explican el misterio por razones románticas y naturales

    Mientras en Sevilla se ha celebrado el VII Congreso Eucarístico Nacional, y el cardenal Parente, en su homilía hablaba de los “equilibrios sofistas” y protestaba “con todas las fuerzas del teólogo y del obispo ante una insensata negación, que implicaría una condena a la Iglesia de Cristo por haber realizado ella, por veinte siglos, un culto eucarístico que tendría algo de idolátrico”, en Barcelona se publicaba la revista “Phase”, del Centro de Pastoral Litúrgica del Arzobispado de Barcelona, con censura eclesiástica, en la que nueve “sabios” -Juan Bellavista, Pedro Farnés, Juan Llopis, Casimiro Martí, José María Rovira-Belloso, Pedro Tena, Evangelista Vilanova, Joaquín Gomis y Olegario González de Cardenal-, algunos de ellos archiconocidos por anteriores actividades, a pesar de figurar como profesores de la Facultad Teológica de Barcelona y de la Universidad de Salamanca, constituidos en “mesa redonda”, se permitieron los más audaces trabalenguas y escarceos sofísticos, en que con imprudencia de lenguaje, con manifiestas inexactitudes, con medias verdades, con frialdad casi racionalista, prácticamente negaron verdades del culto eucarístico que deben ser indiscutibles para todos los católicos.

    Hablan los “profetas”

    El “profeta” Vilanova -benedictino de Montserrat- afirma tranquilamente que:

    El hecho que la Eucaristía no siempre sea considerada como signo de fe crea muchas dificultades. Aquí tendría que insinuarse el obstáculo que supone para la creación de una verdadera comunidad el precepto dominical obligatorio y otras circunstancias de tipo social e incluso político”. Luego la obligación eclesiástica de oír misa entera los domingos y fiestas de precepto resulta incompatible en la consideración de la Eucaristía como signo de fe… ¿Y qué tiene que ver la Eucaristía con las circunstancias políticas?

    Prosigue el “sabio” Bellavista:

    Durante bastantes siglos, la misa sin asamblea era inconcebible, y ésta no se celebraba diariamente. Me parece que sería temerario admitir un error en este punto en unos tiempos tan definitivos de la tradición teológica… Hay que hacer notar cómo la misa pide ser participada como algo que le es irrenunciable. Esto dimana de su propia estructura y de su fin. No es exagerado decir que la liturgia romana no ha tenido suficientemente esto en cuenta… Hay que señalar igualmente que las misas diarias y repetidas están privando el nacimiento de otras expresiones cristianas de reuniones de plegaria”. El “sabio” Llopis quiso redondear el disparate con esta afirmación: “Si no hay asamblea, visible y efectiva, no hay Eucaristía”.

    Cuanto afirman los “sabios” Bellavista y Llopis está en total contradicción con lo que enseña Pablo VI en la “Mysterium fidei”: “Toda misa, aun la celebrada privadamente por un sacerdote, no es privada, sino acción de Cristo y de la Iglesia… Por lo tanto, paternalmente y con insistencia, recomendamos a los sacerdotes… celebren cada día la misa digna y devotamente, a fin de que ellos mismos y los demás cristianos puedan gozar en abundancia de la aplicación de los frutos que brotan del sacrificio de la cruz. Así también ayudarán sumamente a la salvación del género humano”.

    Pero los redactores de “Phase”, formadores de los seminaristas de Barcelona y de Salamanca, con censura eclesiástica, dicen exactamente al revés… ¡Adelante!

    El “sabio” Llopis quiso puntualizar más al decir que “es muy importante subrayar la realidad de la presencia de Cristo, pero no únicamente circunscrita a lo que normalmente se entiende por presencia real, es decir, a la presencia de Cristo bajo las especies de pan y de vino. Es necesario afirmar la realidad de los otros modos de presencia de Cristo; en la asamblea, en el presidente y los ministros, en la Palabra”. ¡Qué lioso es el “sabio” Llopis! Todos sabemos la realidad de esta presencia de Cristo en la Iglesia peregrinante, predicante y gobernante. Pero dice Pablo VI: “Es muy otro el modo, verdaderamente sublime, con el cual Cristo está presente en su Iglesia, en el sacramento de la Eucaristía… Tal presencia se llama “real”, no por exclusión, como si las otras no fueran reales, sino por antonomasia, ya que es sustancial, pues por ella se hace presente Cristo, Dios y hombre, entero e íntegro”. ¡Qué poco matiza el “sabio” Llopis!

    La asamblea se desmanda

    Climatizados ya en el ambiente de tomarse y ponerse la “Mysterium fidei” por montera, en la “mesa redonda” se descuelgan los otros “profetas”. Así Rovira constata que “la adoración del Santísimo Sacramento ha sido una práctica tan intensa entre el pueblo cristiano que, por contraste, hoy aparece con aspectos de liquidación… La mentalidad romántica y posromántica hacía sentir el dulzor y el silencio de una presencia invisible. En cambio, hoy, el estilo cristiano pasa más por el camino activo de la realización de la comunidad… Probablemente la visita al Santísimo como hecho sociológico masivo del pueblo de Dios esté ligado a unas condiciones culturales, románticas y posrománticas, que en la medida que hayan desaparecido, impiden un retorno masivo a la devoción”.

    Abunda el “profeta” Vilanova:

    Cristo está presente en la Eucaristía para ser tomado como alimento, y no simplemente para ser adorado”.

    Sentencia el “profeta” Gomis:

    Entonces, ¿qué sentido puede tener la visita a un alimento? Para decirlo según la actual moda clerical, ¿no puede ser alienante?”. Se agrega entonces y se anima a opinar el “profeta” Bellavista: “Es difícil llegar a esta visión mientras no se sea más radical en la abstención de exposiciones del Santísimo y de procesiones. Bastaría la reserva normal, en un lugar distinto del altar y fuera del presbiterio”.

    Faltaba la luminosa opinión del “profeta” Martí, que sentencia:

    El mismo término de visita resulta desplazado y hasta inquietante por la sobrecarga intimista y romántica que revela”. El grave “profeta” Tena pontifica: “La funcionalidad de la Eucaristía se concreta en la celebración con la comunión. No hay otras gracias eucarísticas, aparte de éstas, como el pan natural no tiene otra funcionalidad más de la ser comido. La oración ante la reserva del Santísimo hay que colocarla en el contexto de la oración cristiana y no en el del culto eucarístico”. La última palabra la tiene el “archiprofeta” Llopis: “¿Tiene sentido un culto colectivo a las especies? Creo que es muy ambiguo. Tiene el enorme peligro de hacer de la Eucaristía, que es esencialmente instrumento de nuestro culto al Padre, un fin en sí misma. No acierto a comprender qué valores puede tener una adoración de la Eucaristía, desde el punto de vista estrictamente sacramental. Si los tiene, será por otros motivos”.

    De este conjunto inconcebible expresado por sacerdotes, encargados de la formación de seminaristas y con la tolerancia de que, con censura eclesiástica, se divulgue y no se desautorice, como en otras ocasiones se hace con motivos objetivos harto discutibles, no sabemos cuál es el aspecto más hiriente y absurdo, ya que pasa desde la afirmación de que la presencia real de Cristo en la Eucaristía es explicable por la mentalidad romántica y pos romántica en búsqueda del dulzor y el silencio, hasta la más cruda negación de la práctica de la Iglesia, de la doctrina eucarística del Concilio de Trento, de la Constitución conciliar de Liturgia del Vaticano II, de la “Mysterium fidei”, de la Instrucción “Eucharisticum mysterium” (…)

    Después de cuanto se ha dicho, caben estas preguntas: ¿Pueden unos sacerdotes sostener errores como los denunciados por Pablo VI y por el cardenal Parente en Sevilla? ¿Pueden continuar en sus cátedras quienes demuestran una desviación doctrinal gravísima e injustificable? ¿También se dirá que los diocesanos de Barcelona tienen bastante formación para superar estos confusionismos, como se dijo a raíz de las declaraciones indignantes del “profeta” Llimona? Parece que lo mínimo que este caso requiere es ni más ni menos que la destitución de unos profesores que pueden confundir a los seminaristas y desorientar a muchos católicos y a la juventud inexperta. O, ¿también se optará por la política de “no enterarse” ante estas flagrantes negaciones del culto debido a la Eucaristía? Y que conste que la enumeración de las “genialidades” de los sabios no la agotamos. Pero como muestrario del neojansenismo ya basta.

    En esta misma línea de devaluación de la piedad cristiana en sus múltiples manifestaciones y fruto de las mismas teorías de algunos de los “profetas” aludidos, ha sido el intento de casi supresión, y desde luego de una experiencia desafortunada en la procesión de Corpus Christi de este año en Barcelona.

    Algo sobre la procesión del Corpus

    El conocido publicista José Vives Suriá lo ha comentado así:

    Con las innovaciones introducidas, nuestra procesión de Corpus ha perdido su carácter festivo, jubiloso y triunfal, que es el que corresponde a su naturaleza y su historia y se ha convertido en una manifestación entre tumultuaria y desorganizada, deprimida y vergonzante. Es el camino mejor, aunque no se quiera, para ir matándola poco a poco, sin demasiada experiencia. Lo comentaba el público en las aceras, lo delataba a gritos el aire apagado de los asistentes, la falta de elementos nuevos salidos de las asociaciones religiosas y que vinieran a sustituir al pueblo creyente de Barcelona, en el que día a día va cundiendo un escepticismo del que no puede augurarse nada bueno. No hace falta poseer el don de profecía para adivinarlo. O se restituye nuestra profesión a su textura de siempre o en pocos años hemos de contemplar cómo perece a manos de un perfeccionismo arbitrista, que viene a ser como el disfraz del que se está valiendo el diablo para matar muchas cosas buenas sin buscarles clase alguna de sustitución.
    Es triste, es lamentable, pero es así. Nuestra procesión de Corpus se nos va a morir por este camino sin gloria y sin honor… No es prudente, no es tampoco razonable, partir de la base de que nadie sabía lo que se hacía hasta que hemos venido nosotros, los sabios y los puritanos de hoy, que al fin y a la postre vivimos de las rentas y los sacrificios de nuestros antepasados, mientras nos disponemos a echar alegremente por la ventana el patrimonio de nuestra espiritualidad y no acertamos a construir nada que sea estable y verdadero, quizá porque en lo más íntimo de nuestro corazón alienta un espíritu de suficiencia que no nos permite oír la voz de Dios. La fe de nuestro pueblo, en esta hora grave y difícil, está sometida a una presión que puede acabar haciéndose insoportable… No puede pensarse razonablemente que la fe de nuestro pueblo aumentará si se suprimen las procesiones. Hubo un tiempo no demasiado lejano en el que los enemigos de la Iglesia pretendieron acabar con ellas a tiros. Señal indudable de que las procesiones constituyen una manifestación religiosa calificada en orden a la conservación del supremo bien de la fe. Sin embargo, lo que no pudo alcanzarse a tiros es posible que otro día se alcance por un medio más sinuoso e indigno, por la fuerza de unos grupos de presión que están matando a mansalva la fe del pueblo fiel, como quien quita una pesada carga de los hombros envejecidos de la Iglesia. Frente a esto levantamos nuestra voz y como vemos con claridad, a dónde iremos a parar si seguimos por tales vías, pedimos remedio urgente y para el próximo año a esta situación que se halla irremisiblemente destinada a fracasar”.

    Esta es la voz unánime de Barcelona. Hasta que los demócratas “eduquen” -quiérese decir corrompan del todo- a los pobres inmovilistas que permanecen en la fe de la Iglesia. Por algo tienen cátedras y publicaciones en exclusiva.

    La coletilla: contra los obispos

    Si no se respeta la Eucaristía, si prácticamente se escarnecen, con censura eclesiástica, los documentos conciliares y pontificios, con total impunidad y con cargos docentes de primera categoría, no hay por qué, fieles a la teoría de la subversión dentro de la Iglesia, reiterada y ostensiblemente manifiesten su indisciplina frente a los obispos. Fechado en Lérida, pero con muy verosímiles indicios escrita en Barcelona, se ha publicado otra hoja dirigida al nuncio, monseñor Dadaglio, anunciándole que “no obedeceremos a ningún nuevo obispo concordatario”, señalando vetos al estilo de los que la U.R.S.S. emplea en el Consejo de Seguridad de la O.N.U., contra determinados prelados. Terminan diciendo: “¡No queremos ser cómplices de más escándalos -¿no ha habido suficientes?- dentro de nuestra Iglesia!”

    Suponemos que no se refieren a los escándalos producidos por las declaraciones de Llimona, de José Dalmau, de Agustín Daura y Sánchez-Bustamante, en Tarrasa, y al volumen contra la Eucaristía de los nuevos “sabios” de la revista “Phase”.

    Escribimos al aire libre en una casa solariega de las afueras de Mataró en la que radican familiares nuestros. Aquí, de pequeños, conocimos, tratamos íntimamente y recibimos las lecciones del inolvidable mosén José Samsó, el gran párroco de Mataró, de imperecedera memoria. Hoy se moriría de pena ante tragedias espirituales públicas que se sufren en nuestra ciudad. Me lo imagino enfrentándose con quienes, con falsas teologías, quieren desvirtuar la grandeza de la Eucaristía. Jamás habría permitido la supresión o la mutilación de la procesión del Corpus. Él, que sentía tan hondamente el principio de autoridad, pararía los pies a los que bajo diversas formas hunden la fe de Barcelona y de Cataluña con intentos y realizaciones sacrílegas. Porque mosén Samsó tenía todas las virtudes, y por tanto, también las de la fortaleza y el celo. Porque tenía fortaleza supo morir como MÁRTIR. Porque para cumplir con el deber pastoral, a veces hay que llegar al martirio. Y el martirio no son los párrafos edulcorados y las integraciones de los que formalmente son lobos. El martirio supone también taparle la boca a los falsarios de “Phase”, a los que desmedulan el sentido jerárquico de la Iglesia, a los que causan, impasibles, crecientes apostasías y secularizaciones.

    Que mosén Samsó, desde la gloria, nos alcance sacerdotes y católicos de su estilo.

    Jaime TARRAGÓ


    Última edición por ALACRAN; 22/09/2023 a las 12:51
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    Re: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    Sobre "la marea de autodestrucción"


    Revista FUERZA NUEVA, nº 91, 5-Oct-1968

    LA MAREA DE LA AUTODESTRUCCIÓN

    En el “Noticiero Universal” de Barcelona, correspondiente a los días 24, 26 y 27 del pasado agosto (1968), se ha publicado una encuesta sobre la asistencia a la misa dominical. Da la coincidencia que los tres interrogados se autodefinen progresistas… Y sus opiniones son un alarde de contradicciones. Veámoslo.

    El sacerdote de la parroquia de San Francisco de Sales, padre Francisco Mestre –“de los sin sotana, de los llamados adelantados o progresistas”, dice el periodista-, constata el descenso en el cumplimiento del precepto dominical. Dice tranquilamente: “Hoy se va menos a misa que diez años atrás, por ejemplo. La cifra ha descendido mucho, no solo en aspecto masivo, sino en minorías que antes han estado muy cerca de la Iglesia. A veces me encuentro con personas que antes eran asiduos y me dicen que ahora, desde hace cierto tiempo, han dejado de ir a misa”.

    El padre Jaime Cuspinera, párroco de San Pedro Armengol, zona suburbial del Besós, abunda en la misma opinión: “Sí, últimamente se me han ido algunos”.

    El padre Rafael, de Barcelona, vicario provincial de la Orden Capuchina, añade con seráfica sonrisa: “Hablando en términos generales no cabe la menor duda que hoy se va menos a misa que unos años atrás”.

    A cualquier observador, por superficial que fuere, le debería impresionar el énfasis del actual léxico posconciliar que nos atruena hablando de la nueva primavera eclesial, del rejuvenecimiento del rostro de la Iglesia, del nuevo Pentecostés, del “aggiornamento”, de la inmersión en el mundo y su compromiso temporal, cuyo primer efecto es la deserción en masa de muchedumbres de fieles que en los años en que está en erupción el cráter de este volcán, su decisión es dejar de cumplir un precepto público y fácil, grave y obligatorio para todo bautizado.

    Al mismo tiempo, no es menos notoria la olímpica frescura con que algunos sacerdotes encajan una deflación tan seria en la práctica de la vida cristiana. Uno, que ha vivido el celo con que párrocos beneméritos y obispos que sentían muy en serio su deber se angustiaban ante el incumplimiento dominical, se da cuenta que realmente ciertos curas tan insensibles tienen otra psicología, otro estilo y otra carnadura…

    Pero lo más detonante son las causas que se fijan en este descenso del cumplimiento dominical. El padre Mestre afirma que “antes se asistía más por aquello de que había un condicionamiento sociológico; hoy, al adquirir la gente libertad personal, hace que no se sientan tan condicionados, y como sea que la misa, por falta de formación, no responde a la forma de vida de estas gentes, no comprenden del por qué deben asistir a la iglesia”. El padre Cuspinera confiesa claramente que algunos han dejado de asistir a misa a su iglesia porque “no les gusta la homilía, que siempre digo lo mismo…”. El padre Rafael -quien no se contenta es porque no quiere- nos dice: “Descenderá el número de asistentes en el sentido de precepto, pero subirá el sentido consciente de vivir la misa. Los que vendrán lo harán con convicción”.

    O sea, que antes, los que asistían a misa, según estos curas, lo hacían por rutina y por inconsciencia… ¿Dónde está la caridad que prohíbe juzgar el interior y las intenciones del prójimo? ¿Cómo pueden acusar tan gravemente a miles de personas atribuyéndoles una falta de libertad, un fariseísmo social y una responsabilidad tan graves?

    ***
    La verdadera causa

    Casi nos atreveríamos a decir al periodista de “El Noticiero Universal”, señor Poch Soler que es peligroso hacer preguntas, aunque sean asequibles y llanas, a personas que se demuestran incapacitadas para contestarlas, a pesar de ser elementales. Las causas del descenso en el cumplimiento dominical radican en hechos públicos, ajenos al mundo socioeconómico que nos rodea.

    Las causas son éstas:

    • En ciudades muy importantes de la provincia de Barcelona, en suburbios de la ciudad, en muy determinadas parroquias se vienen sucediendo escándalos públicos a cargo de sacerdotes y religiosos. Aquel vicario que se casa con la chica de la tienda de enfrente de la iglesia y se seculariza. En aquella ciudad donde en poco tiempo han estallado tres secularizaciones más. Y no paran.

    •Y curas en los cines viendo programas no aptos, y en otros lugares que la decencia impide nombrar.

    •Las rarezas morales y religiosas que se predican en muchas homilías.

    •Los curas vestidos de paisano en el confesionario.

    •La campaña “Volem bisbes catalans”, en desprestigio canallesco contra toda autoridad eclesiástica.

    •Las absurdas declaraciones del abad Aurelio Maria Escarré, tan amigo del comisario soviético Álvarez del Vayo, a “Le Monde”.

    •Las subversiones públicas y callejeras ante el Palacio Episcopal.

    •El desfile sacerdotal subversivo del 11 de mayo de 1966 en la Vía Layetana.

    •La vida y milagros del más destacado de sus organizadores con sus libros fomentando la rebeldía.

    •La hoja panfletaria y el testimonio de otros reverendos en una ciudad barcelonesa, víctima de sus malos ejemplos.

    •Las medidas antipopulares contra la primera comunión y sus consiguientes incidentes, registrados incluso por la prensa diaria.

    •El negarse en algunas partes a bautizar a los niños con el pretexto de que cuando sean mayores lo harán por propia voluntad.

    •Lo que se cuenta de los seminaristas de Barcelona y otras diócesis catalanas.

    •La politización de los centros de apostolado seglar.

    •La desaparición de asociaciones parroquiales, suplidas en algunos lugares por las “Comisiones Obreras”, que tantas facilidades de reunión tienen en varias parroquias.

    •La anticanónica, ilegal e inconcebible reunión estudiantil en los capuchinos de Sarriá.

    •Las “bombas atómicas” de las intolerables declaraciones reiteradas del padre Jorge Llimona en “Destino”, al unísono de González Ruiz, de José Dalmau, de los escritos de Jiménez Lozano en el citado semanario ex falangista.

    •La literatura de Enrique Miret Magdalena y muchos títulos de la editorial “Nova Terra”.

    •La inseguridad doctrinal en materia de moral matrimonial, culminando en los ataques que desde “El Correo Catalán”, desde “Destino”, y especialmente desde “La Vanguardia”, se hacen contra la encíclica “Humanae Vitae”.

    •Las difamaciones no rectificadas que desde la “Hoja Dominical” y a través del Colegio de Párrocos se han dirigido contra la autoridad y la fuerza pública.

    •Las versiones inexactas y erróneas sobre el dogma de la Sagrada Eucaristía, publicadas oficialmente desde el órgano del Centro de Pastoral litúrgica de la Archidiócesis de Barcelona, la revista “Phase”.

    •La eliminación de imágenes en los templos, y las extravagancias litúrgicas.

    •Las predicaciones al estilo del Abbé Louis Evely desde el “Forum Vergés” de las Congregaciones Marianas, con las consecuencias que ellas motivaron.

    •El arrinconamiento de sacerdotes dignos y la entronización de algunos que han firmado documentos contra la Iglesia, la Jerarquía y el Estado.

    •Las amenazas de cisma desde hojas firmadas por sacerdotes y desde un panfleto contra el Vaticano con motivo del nombramiento pontificio del doctor Marcelo González Martín como arzobispo de Barcelona.

    •Los ataques a Pablo VI del reverendo José Montserrat Torrents, desde “Le Monde”, etc.

    Ahí tienen los reverendos Francisco Mestre, Jaime Cuspinera y Rafael de Barcelona, un elenco de puntos y síntomas, no exhaustivos, que les señalan auténticamente razones de esta bajamar en el cumplimiento del precepto dominical. A estas horas no cuaja a hombres del siglo XX inventarse, como Quijotes de guardarropía, molinos de viento de situaciones sociológicas y otras fábulas por el estilo, para explicarse lo que es muy sencillo y evidente. El pastor protestante G. Donnedieu de Vabre, en la revista “Reforme” del pasado 17 de agosto, lo ha dicho lúcidamente: “Yo compruebo que el Nuevo Testamento nos enseña que los cristianos estamos enviados al mundo para anunciar a Jesucristo, salvador del mundo por su cruz y resurrección. Si Jesucristo fue un revolucionario, no lo fue en el sentido dado a estas palabras por algunos cristianos. Sus discípulos no fueron enviados en el mundo para fomentar ciertas posiciones político-económicas; mucho menos para difundir herejías positivas. Bajo el pretexto de presencia en el mundo, ya no vemos a la Iglesia como levadura del mundo, sino el mundo como levadura de la Iglesia. Se tergiversan los términos evangélicos. No hay más que decir”.

    Incluso ecuménicamente pueden aprender los curas entrevistados por dónde entran las aguas en la barca. Y lamentemos todos tanta ceguera en quienes comprueban el descenso en el cumplimiento dominical, culpándolo -¡claro!- al “condicionamiento sociológico”.

    Y ahora el profetismo de los Cohn-Bendit y sus anarquistas

    Pero no es todo. Ahora (1968) la revista sacerdotal “Correspondencia”, del 1 de septiembre, publica un escrito del sacerdote de Barcelona Antonio Totosaus, de plena exaltación de la subversión estudiantil de Nanterre y la Sorbona, dirigida por Cohn-Bendit y en la línea ideológica del anarquismo actualizado por Herbert Marcuse, convertido en aquelarre de invertidos y de prostitución, de desorden y caos; banderín aglutinante de maoístas, guevaristas, trotskistas, rojos huidos de España y demás flora y fauna del zoo de la acracia y del marxismo. Dichas huelgas costaron a Francia, según la revista “Carrefour”, del pasado 24 de julio, 180.000 millones de pesetas. Particularmente, el triunfo de dicha subversión hubiera significado la extensión del infierno rojo en toda Europa.

    Pues bien, el sacerdote Antonio Totosaus califica así dicho desastre y catástrofe moral de la Francia civilizada: “Revolución profundamente espiritual, hecha no a través de una respuesta simplemente anárquica, sino de unas pequeñas acciones reivindicativas de unos valores humanos, realizadas de forma inteligente y positiva. Valores adquiridos como un hecho colectivo en esta gran efusión del espíritu que ha significado la difusión de la palabra en estas tres largas semanas de ocupación de la Sorbona, los Liceos y otros lugares públicos, para facilitar a todos los franceses que tenían una palabra renovadora para comunicar, poderlo hacer libremente… Lo que se estaba preparando de una manera subterránea se ha realizado ordenadamente en esta gran aula de la Sorbona que ha engendrado un nuevo espíritu y ha plasmado una nueva mentalidad colectiva a unos protagonistas, muchos de ellos improvisados… Se adivina una sociedad nueva en donde el hombre será más libre y natural, y los cristianos tendremos la posibilidad de entender el Evangelio hecho praxis”.

    Sospechamos que el lector se restregará los ojos, al figurarse que no es posible que un sacerdote pueda pensar así. Pero el caso es que no sólo así, sino que lo escribe y lo publica en una revista de libre circulación para sacerdotes y seglares, avalada por la ostensible censura eclesiástica que le otorga la reverencia del padre Serafín Alemany Esteve, prepósito del Oratorio de San Felipe Neri, en Barcelona.

    La cosa no para aquí. Hay que “avanzar”... Por esto, en la última página de esta revista -cuya colección deja pequeños a muchos señores que están en el desfasado Índice de los libros prohibidos- acaba recomendando el libro “Control y regulación de nacimientos”, cuyo subtítulo “El dossier de Roma” indica su contenido: el estudio secreto elaborado por parte de los miembros de la comisión creada para asesorar al Papa en esta materia, y cuyos criterios son totalmente contradictorios con la “Humanae Vitae”.

    También hacen grandes elogios -textualmente- de “un gran profeta de nuestro siglo, el padre Camilo Torres (*)… A través de sus escritos nos damos cuenta que Camilo Torres no era un exaltado iluso, sino un buen sociólogo, un gran conocedor de su pueblo, un gran sacerdote y, por tanto, un gran cristiano que conocía muy bien la Palabra de Dios”.

    Finalmente, en la misma revista, hay un áspero réspice del reverendo mosén Juan Llopis al cardenal Pietro Parente, amonestándole por no entender cómo debe ser una homilía y reprochándole la que el cardenal pronunció en la misa de clausura del Congreso Nacional Eucarístico de Sevilla. Por lo visto, los papeles se han invertido: el “cardenal” Llopis orientando a “mosén” Pietro Parente, el pobre legado pontificio que no sabe lo que se pesca, arrollado ante la fosforescente sabiduría del redactor de “Correspondencia”... Y todo ello… ¡CON CENSURA ECLESIÁSTICA!

    En fin, una breve ojeada nos presenta un panorama desolador. Al creciente descenso del cumplimiento dominical se añade la presentación de Camilo Torres como modelo de sacerdotes, cuyas obras deben ser tomadas como lectura espiritual. Cohn-Bendit y sus cipayos son presentados como la gran esperanza para entender el Evangelio hecho praxis. Otro se atreve a regañar al cardenal Parente. Tengo ante la vista “Le Monde” del 18 del pasado agosto; en él constan estas palabras del arzobispo brasileño de Diamantina, monseñor Proença Sigaud: “La infiltración comunista en la Iglesia católica del Brasil es tan visible que sólo el deseo de guardar las apariencias de la vida católica o de no alarmar a los fieles puede explicar el hecho que los sacerdotes y los obispos la nieguen... Elementos comunistas probablemente han ingresado en los seminarios y son elevados en la jerarquía eclesiástica”. ¿Solamente en el Brasil esta infiltración comunista?...

    Jaime TARRAGÓ

    (*) Cura de la guerrilla comunista colombiana, muerto en combate contra el Ejército en 1966
    Última edición por ALACRAN; 03/10/2023 a las 13:10
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

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    Re: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    "Inmigración y separatismo"


    Revista FUERZA NUEVA, nº 96, 9-Nov-1968

    INMIGRACIÓN Y SEPARATISMO

    Una pastoral teñida de catalanismo provoca la descristianización en masa de inmigrantes

    (…) Quizá en otra ocasión estudiaremos la poca atención política que se ha prestado al fenómeno de la inmigración, mientras víctimas de espejismos artificiales, pasionalmente desorbitados, se ha tolerado y se tolera que grupos financieros fomenten unas corrientes políticas desintegradoras, muy ajenas al derecho natural y al hecho cultural catalán, y que sólo sirven frente a unas masas inmigradas descuidadas política y apostólicamente, para que puestas en condiciones económicas mejores y azuzadas por los vientos de la oposición de todas las ideologías subversivas, a través de realidades en sí mismo respetables, se transformen en agentes del marxismo. No se olvide que un catalanismo divorciado de la fe católica y de la tradición española es meramente un ingrediente de la disolución marxista. Y esto ni ha sido prevenido ni en realidad se tiene en cuenta.

    Aspecto pastoral de la inmigración

    Todavía tiene un relieve más trascendental la tremenda laguna que, en términos generales, ha padecido el cuidado pastoral cerca de los inmigrados. Están en el recuerdo de todos la supresiones injustificables de procesiones y devociones particularmente sentidas por núcleos amplísimos de inmigrados. La estúpida y cismática campaña “Volem Bisbes Catalans”, eclesiásticamente ni fue contestada ni lo ha sido todavía como se debía. Un complejo producido por los efectos de una orquestación publicitaria sólidamente alimentada por capitalistas de acreditada miopía política que quieren repetir la experiencia de un catalanismo romántico y falsamente idealista -que también terminaría esta vez al servicio de la F.A.I., del P.S.U.C. y bajo la tiranía de un mandarín soviético- pesa sobre el ambiente eclesiástico y político, con imponderables debilidades.

    Veamos cómo despóticamente se viene propugnando la obligación de que en los templos de Cataluña únicamente se utilice la lengua catalana, bajo la idea política de lo que llaman “integración”, que supone un concepto auténticamente secesionista y antiespañol de la realidad hispánica de Cataluña

    E. Albert en “Els problems de demá” escribe: “Veinte años atrás los veíamos venir -a los inmigrantes- con el angustiado temor de que acabarían por hacer bailar fandangos a nuestros hijos y por hacerles hablar en murciano…” (…) Antonio M. Badía Margarit dogmatiza: “La posibilidad de expresarse indistintamente en dos lenguas llega a afectar la unidad de la personalidad”. El mismo Badía Margarit remacha: “Con todo esto quiero decir que los inmigrantes adoptan libremente la decisión de venir, y entre las consecuencias de esta decisión está, y ellos lo saben, la de asimilarse a Cataluña”. Manuel de Pedrolo se entretiene en “Serra d’Or” en combatir que Cataluña sea naturalmente bilingüe. En el II Congreso Litúrgico de Montserrat, Xavier Polo y José Carreras dicen que “la integración es, antes que todo, una exigencia, la primera de todas, de cualquier comunidad eclesial o no… Ha de superar… la natural dificultad de adaptarse, también lingüísticamente”.

    En un ensayo publicado por el nada sospechoso Antonio Pérez se contesta a estos tópicos acertadamente: “La lengua propia no la posee nunca un país-abstracción, sino una sociedad-concreción de hombres reales, y hoy en Cataluña, esa sociedad humana concreta no tiene una lengua propia, sino dos, la castellana además de la catalana. El inmigrante no se incorpora a un teórico país homogéneo y unanimista en el hablar, sino que se inserta una concreta colectividad que sociológicamente es bilingüe y y al hacerlo es muy posible que la primeras palabras que oiga en Cataluña sean pronunciadas en castellano…”.

    Hacia una pastoral adecuada

    ¿Qué diremos de la carga política tremendamente anticristiana y española que informa toda esa campaña consentida y tolerada, que explica en gran parte la descristianización de millares y millares de inmigrantes, que ni han sido acogidos ni tratados pastoralmente como merecen, con excepciones honrosas de algunas órdenes religiosas y parroquias muy aisladas?

    Nadie discute que los catalanes tenemos derecho a que se nos predique y que se utilice litúrgicamente la lengua catalana. Pero bajo ningún precepto moral se puede obligar, como atentatorio al derecho natural, a que muchedumbres de inmigrantes no puedan rezar ni se les proporcione una pastoral adecuada. ¡Es falso que para vivir en cristiano, en Cataluña, sea previa la catalanización, entendida en sentido discriminatorio y prácticamente antiespañol!

    Ciertamente, cuanto dicen los Badía Margarita, Manuel de Pedrolo, Xavier Polo, José Carreras y otros, es diametralmente anticonciliar. En la “Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual”, c. 2, 29 se lee: “Toda forma de discriminación en los derechos fundamentales de la persona, y sea social o cultural, por motivos de sexo, raza, color, condición social, lengua o religión, debe ser vencida y eliminada por ser contraria al plan divino”. (…)

    No al “ghetto” colonizador

    Pío XII decía a los marquesanos residentes en Roma: “Hay un único modo de mirar al mundo, aun sin dejar de amar a la región y amor a la Patria; es preciso tener conciencia de una realidad suprema, la Iglesia”. Por encima de los valores étnicos están las realidades sociales, nacionales y humanas. Y estas cobran todo su valor a la luz del cristianismo. Poner lo étnico por encima de lo humano y social y del mismo cristianismo es el error fatídico y cerril de aquéllos que condicionan la pastoral a la obligación de renunciar a sus características, lengua y tradiciones. Esto explica que muchedumbres de inmigrados en Cataluña vayan cayendo en una creciente descristianización, ya que parece que algunos sacerdotes, liturgistas y movimientos políticos clandestinos, para alcanzar sus objetivos destructores y revanchistas necesitan inocular el odio que siempre origina marginar a quienes tienen derecho a que se les predique la palabra de Dios en su lengua nativa y familiar, o a provocar forzadamente una asimilación con vistas al activismo comunista, ya que últimamente se mezclan normalmente las banderas rojas del comunismo con los símbolos separatistas.

    Denunciamos a los prelados de Cataluña, acosados por grupos de presión al servicio de clanes políticos muy determinados, que inmensas masas de inmigrantes, pastoralmente, están desatendidas. Si sería antinatural que a los pueblos totalmente catalanes se les predicara en castellano, la misma razón vale para nuestros suburbios, zonas urbanas de gran densidad y núcleos industriales, que premeditadamente, sin tener en cuenta ni las estadísticas ni las realidades sociológicas, prácticamente no se les atiende al no proporcionarles predicaciones, cultos y catequesis adecuados para ellos. Esta descristianización es el mejor caldo para que proliferen miasmas marxistas, que también se multiplican en tiempos de desarrollo económico y esquemas tecnócratas, si previamente se tolera la descristianización gracias a unos criterios pastorales que, dejando aparte los intereses de Dios y de los fieles, a través de la sacristías, de las llamadas organizaciones católicas y de la propia liturgia, en la mentalidad de algunos se busca únicamente soplar un nacionalismo violento y anticatalán, que en definitiva sólo sirve al marxismo.

    Nosotros, los catalanes, no estamos privados ni de nuestra lengua ni de nuestra cultura. Pero nuestro pueblo, que muchas veces ha sufrido incomprensiones, en esta hora no puede convertirse en un “ghetto colonizador” con un despotismo intolerable e inconciliable con nuestro temperamento, historia y realidad nacional dentro de la gran España, con las orientaciones conciliares y normas pontificias, y con nuestro proverbial “seny” catalán. Las implicaciones políticas que esto supone -que oscilan desde posturas conservadoras y derechistas del catalanismo liberal hasta la Esquerra, Acció Catalana, la FAI, el PSUC , el POUM y el marxismo moscovita- las dejamos a la consideración de aquéllos que deben velar por unidad política, espiritual y territorial de España, respetando la diversidad regional en la unidad nacional, tal como marcan los postulados de las Leyes Fundamentales y la Ley Orgánica del Estado, ante el espectáculo, incomprensible pero realísimo, al alcance de comprobar cualquier catálogo de libros de las editoriales catalanas, que por un complejo de blandenguería y de que en el extranjero nos coticen como demócratas liberales y aperturistas de una literatura, revistas, conferencias y propagandas de diferentes clases, que en catalán descristianizan y alientan hacia el marxismo al pueblo catalán.

    El problema de una inmigración descuidada pastoralmente y de la intoxicación ideológica de Cataluña, confluyentes ambas en la agitación marxista, debe ser un alerta para todos los hombres de España.

    Jaime TARRAGÓ

    Última edición por ALACRAN; 20/11/2023 a las 12:59
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    Re: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    Las andanzas descristianizadoras, por Barcelona (con visto bueno episcopal), de un cura progresista extranjero, que colgaría los hábitos al poco tiempo



    Revista
    FUERZA NUEVA, nº 98, 23-Nov-1968

    Barcelona, desde hace varios años, sufre una estratégica y maliciosa campaña contra la fe, el orden social, el magisterio eclesiástico y la unión de los católicos. Desde diversas asociaciones católicas se computa una especie de sindicato clandestino que levanta ídolos, desprestigia a los que no concuerdan con ellos, enaltece ciertos autores y, por lo visto, tiene tentáculos y grupos de presión que “climatizan” en dirección única ciertas determinaciones jerárquicas.

    Por la resonancia del hecho, es oportuno recordar la presencia, en octubre de 1965, de Louis Evely (sacerdote “progresista” belga). El anuncio de su llegada provocó en aquellas fechas que muchos católicos se personaron en el Arzobispado para hacer patente su desagradable sorpresa. Muchos padres de familia presentaron a las superioras de colegios religiosos su más dolida protesta porque, sin permiso de la autoridad paterna, obligaron a sus hijas asistir a las conferencias de Louis Evely.


    El 26 de octubre (1965) pronunció su primera conferencia Louis Evely. Entre otras afirmaciones dijo textualmente: “Lo que separa al ateo del cristiano no es, como hasta ahora hemos creído, una línea vertical, que en tal caso no existe: sino una línea horizontal convergente y concordante en promover la dignidad de la persona humana… Un ateo tiene mayor conocimiento de Dios que muchos cristianos…Los cristianos viven una religión pagana que gira alrededor de Dios”. Preferimos no continuar con tan despampanantes blasfemias.

    Terminada la conferencia, el padre Evely invitó a coloquio. El reverendo padre Juan Roig Gironella le preguntó “si existe o no el don de la fe y la existencia de la gracia”. Las admitió en forma muy precaria. Seguidamente le preguntó el padre Roig Gironella “si creía o no en la existencia del infierno”. Evely no contestó.

    Destaquemos que las intervenciones del Padre Roig Gironella fueron correctísimas de forma y fondo. No obstante, varias veces fue abucheado el padre Roig por jovencitas y grupos universitarios de adscripción marxista, junto también con algunos padres jesuitas. En cambio, Evely era frenéticamente aplaudido por estos mismos grupos. Se comprende.

    Al día siguiente, se distribuyeron profusamente unas hojas en las que se puntualizaban los motivos de escándalo que representaba Evely, en Barcelona, invitado por las entidades:
    C.I.C.F.,
    Cofradía de la Virgen de Montserrat,
    de Virtella,
    Congregaciones Marianas,
    Franciscalía,
    Instituto Católico de Estudios Sociales,
    Lliga Espiritual de la Mare de Déu de Montserrat,

    y Pax Christi.
    Todas estas entidades, que cuentan con sus respectivos consiliarios, cometieron el grave desliz de invitar a Louis Evely a dar conferencias en Barcelona, en los mismos días en que se le negaba la licencia eclesiástica para la versión catalana de una obra suya.

    Además, Louis Evely carecía del debido permiso para hablar, como sacerdote, en Barcelona. A raíz de la protesta que originó la actitud provocativa de Evely y sus patrocinadores, el entonces arzobispo de Barcelona, monseñor Modrego, escribió: “Hay quienes presentan lo opinable como doctrina cierta, y, de otra parte, hay quienes se atreven a poner en crisis lo que es patrimonio tradicional de la Iglesia”.


    Podemos afirmar que las teorías de Evely hacen tambalear la fe de muchas personas, a pesar de lo cual todavía en la revista “Serra d’Or” del pasado mes de octubre (1968), además de anunciarse los libros de Garaudy ( el comunista), y de Robinson (el cristiano ateo), en la página 60 de dicho número, con gran lujo, se dedica media página a la publicidad de algunos de los libros de Evely.

    Una vez más resulta que los padres de familia que protestaban por la violencia de que se perturbara la fe de sus hijas, que las objeciones del Padre Roig Gironella a los malabarismos de Evely, que la disconformidad ostensible de muchos jóvenes católicos al escándalo que suponía, que el “Forum Vergés” de las Congregaciones Marianas de la Compañía de Jesús en Barcelona se utilizara para sembrar escepticismos y públicamente desobedecer al prelado que había negado la necesaria autorización para que Evely hablara en Barcelona, tenían la más completa razón.

    ***


    En el diario francés “Le Figaro”, del 15 del pasado octubre (1968) se lee lo siguiente: “El reverendo Louis Evely, sacerdote de la diócesis de Bruselas, tan conocido por sus numerosos libros y conferencias, acaba de ser reducido al estado laical, a petición suya. Hace ya diez años que había sido relevado de sus funciones eclesiásticas por las autoridades diocesanas y no le estaba autorizado el ejercer actividad pastoral alguna en Bélgica”.

    El hecho desnudo estaba aquí. Pero preguntamos: ¿quién restituirá la fe robada a tantas personas en Barcelona por culpa de los libros de Evely y otros como él? ¿Qué concepto merecen y quién pedirá responsabilidades a los consiliarios y superior de aquella época en la Casa de las Congregaciones Marianas, que, resistiendo al prelado, se empeñaron en que Evely sembrara sus confusiones y sofismas en Barcelona, mientras se denigraba al padre Roig Gironella y tres religiosos jesuitas se presentaban a denunciar a unos jóvenes que, si en algo fueron imprudentes, su indignación era más que justificada y su ímpetu quedaba muy por debajo de la enorme gravedad moral que suponía la injustificable actitud de invitar a personas de antecedentes y propagandas tan sospechosas como las de Evely, cuyo lamentable final somos los primeros que nos duele y quisiéramos que nunca hubiera llegado, aunque ya era previsible? (...)

    Jaime TARRAGÓ




    Última edición por ALACRAN; 14/12/2023 a las 13:10
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    Re: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    “Las extrañas ideas del nuevo rector del seminario de Barcelona”



    Revista
    FUERZA NUEVA, nº 102, 21-Dic-1968

    LAS EXTRAÑAS IDEAS DEL NUEVO RECTOR DEL SEMINARIO DE BARCELONA

    Ha sido nombrado el reverendo doctor don Juan Antonio Ventosa Aguilar nuevo rector del Seminario Conciliar de Barcelona. A las pocas horas de su nombramiento ha concedido una entrevista a “El Correo Catalán”, publicada en 26 del pasado noviembre (1968). No se puede negar que el nuevo rector se ha desenvuelto con franqueza, aunque no con la ponderación ni en la línea en que el magisterio eclesiástico normalmente se expresa de cara al pueblo cristiano. Marginalmente notemos solamente que el doctor Ventosa afirma con rotundidad, sin matices, que él es “partidario siempre del equipo”.

    Casi simultáneamente, el cardenal Garrone, prefecto de la Sagrada Congregación para la Educación Católica, valoraba críticamente el fetichismo del “equipo”. “No hay que dejarse engañar del mito del equipo -dice el cardenal Garrone-. El equipo no puede ser nunca un centro de donde nace la verdad. La verdad no se crea ni se da como una limosna al pobre. La verdad es fruto de una lucha entre quien la da y quien la recibe, y para ser transmitida presume siempre la aceptación responsable de parte de alguno. Nace siempre de un espíritu de renuncia como un don auténtico. A los jóvenes de nuestro tiempo hay que ofrecerles maestros de nuestro tiempo”. Luego el doctor Ventosa, el flamante rector del Seminario de Barcelona, comienza su actuación ya de espaldas con las orientaciones del cardenal Garrone.

    Dejando aparte muchos aspectos vulnerables de tal entrevista, centraremos nuestro comentario en algunas afirmaciones cuyo juicio contrasta con las enseñanzas de la Iglesia, de las que el doctor Ventosa tan ligeramente prescinde.

    Iglesia y Estado en España

    El periodista pregunta al doctor Ventosa si “resulta beneficiosa la ligazón de la Iglesia al Estado”. Ya a primera vista se demuestra la poca propiedad en el lenguaje eclesiástico que utiliza el periodista de “El Correo Catalán”. Se habla de la unión de la Iglesia y el Estado y no de la “ligazón”, como en sentido peyorativo y anticlerical parece darse a entender. El doctor Ventosa, en vez de recordar a su poco ilustrado entrevistador que la doctrina católica quiere la armonía de las dos sociedades, responde con la mayor espontaneidad y léxico de desafío: “No lo creo; la Iglesia no debería estar enfeudada en una situación política concreta. Todo “compromiso temporal” no es beneficioso. Tengo esperanza de que la revisión del Concordato llevará a una clarificación en este sentido”.

    Por tanto, nos encontraríamos, según el doctor Ventosa, en una situación en que la Iglesia estaría condicionada por el Estado. El Concordato sería causa de confusionismos y la Iglesia debería vivir totalmente aislada o separada de una situación política concreta… Si esta respuesta fuera dada por Miret Magdalena (seglar progresista), sería perfectamente inteligible. Pero que proceda de un rector de Seminario, la cosa ya es más grave. Acusar al Concordato, tan elogiado por nuncios, cardenales, obispos y teólogos, de someter a la Iglesia a una tutela o intromisión intolerable, resulta verdaderamente escandaloso. Preconizar que la Iglesia no debe tener tratos con una situación política concreta significa lo mismo que propugnar la separación de la Iglesia y el Estado, doctrina claramente anatematizada en todo el magisterio eclesiástico.

    Monseñor Guerra Campos, secretario del Episcopado español (1968), cuya solvencia, preparación y altura nada tienen que aprender del recién nombrado rector del Seminario de Barcelona, resumía así las proposiciones que se desprenden de la declaración episcopal “La Iglesia y el orden temporal” (1966), carta magna de las orientaciones que ante las realidades políticas deben guiar a los católicos españoles. Decía así monseñor Guerra Campos:
    “1. Proclamación del respeto a la legítima autonomía de la sociedad civil.
    -2. Aprecio de la tradicional concordia y cooperación entre la sociedad civil y la Iglesia, con las condiciones debidas para que sea sanamente evangélica.
    -3. Confianza en el buen juicio práctico del pueblo español para el ejercicio de su ciudadanía bajo la inspiración superior del Evangelio.
    –4. Invitación a perfeccionar las instituciones políticas y sociales de España, conforme a ciertas direcciones subrayadas por el Concilio, las cuales, sin embargo, no prefabrican ni prejuzgan las fórmulas diversas que pueden nacer de la raíz histórica, de la diferencia de las estimaciones o de la variación de las circunstancias.
    –5. Ninguna objeción de principio a que dicho perfeccionamiento se haga, si así lo quieren los ciudadanos, manteniendo la trayectoria y la estructura fundamental de las instituciones vigentes contra ciertos radicalismos doctrinales que pretenden imponer una interpretación excluyente en nombre del Concilio.
    -6. Compete a la prudencia y a la experiencia de gobernantes y gobernados recibir qué fórmula consideran mejor, en definitiva, teniendo en cuenta, con amoroso respeto, los anhelos y las indicaciones de todos los conciudadanos.
    -7. Ante el hecho evidente de que la tarea de conservar la paz y de ordenar la comunidad temporal en España estaba principalmente en manos del Jefe del Estado, se pedía al Señor que lo iluminase y asistiese, juntamente con sus colaboradores, para que pudiesen realizar su obra según Dios y “según los legítimos deseos de todos los españoles”.

    ¿Qué garantía tiene y ofrece el nuevo rector del Seminario de Barcelona para la educación de los seminaristas en materia tan delicada como la doctrina política, cuyas concreciones pastorales y doctrinales contradice el doctor Ventosa, con doctrinarismos tan ajenos a la realidad y al juicio del Episcopado? El Seminario de Barcelona, ¿puede tener un rector enfrentado con el Episcopado español?

    Sobre los sacerdotes encerrados en Derio (Bilbao)

    Para que sea explícita y sin tapujos la mentalidad del rector del Seminario de Barcelona, el periodista se permite preguntarle “qué haría el nuevo rector si, por motivos similares a los de Bilbao, se encerraran cuarenta sacerdotes en su Seminario”. El doctor Ventosa, jacarandoso, sin morderse la lengua, contesta: “¡Ah!, pues nada; dejaría que estuvieran dentro. No haría de policía. Si son sacerdotes, pueden estar dentro, ¿no le parece?” Si algún día los grupos de presión y de provocación del clero progresista de Barcelona necesitan un golpe teatral y espectacular para amenizar un ataque a su obispo, como los de Derio han amargado la vida y agonía del ejemplar doctor Gúrpide, ya saben que tendrán las puertas abiertas en el Seminario de Barcelona. No importa que hayan recibido censuras canónicas, la pública desaprobación del Episcopado español, del nuncio monseñor Dadaglio y de la Santa Sede (…)

    El nombramiento de los obispos

    Para ahorrarse ninguna idea genial, ya por parte del periodista como del nuevo rector, la cosa se redondea con este notición: “Para el nombramiento de los obispos auxiliares no se hicieron (consultas) y 300 sacerdotes han hecho constar colectivamente su disconformidad mediante una carta al nuncio. ¿Deberían haberse hecho las consultas?” A esta pregunta tan “inocente”, el doctor Ventosa contesta: “De aquí en adelante las consultas deberían hacerse incluso para el nombramiento de obispos… Hay una conciencia, un ambiente, un clima con ganas de llegar a una democratización de los procedimientos, pero lo difícil resulta hallar la concreta manera de realizarlos”.

    En realidad, esta respuesta descalifica a un sacerdote. Demuestra una ignorancia tal o un “enfeudamiento” con ideologías no compatibles con la actual disciplina de la Iglesia, que le hacen incompetente, ya que carece de las mínimas garantías de vinculación con las enseñanzas de la Iglesia. La maniobra de protestar de los nombramientos de los obispos responde a los procedimientos coactivos que la infiltración marxista introduce dentro de la Iglesia para manejarla y destruirla.

    Por esto, Pío XII, en su encíclica “Ad apostolorum principis” (1958), condenaba lo que ciertos sacerdotes de Barcelona y el doctor Ventosa, con tanto desenfado, proclaman se debe hacer. Pío XII hablaba así:

    Sabemos bien que, por desgracia, para legitimar sus usurpaciones, los rebeldes se amparan en la práctica seguida en otros siglos; pero a todos es patente a dónde llegaría la disciplina eclesiástica si, en una o en otra cuestión, fuese lícito a cada uno acogerse a disposiciones que ya no están en vigor, puesto que la suprema autoridad según los tiempos, ha dispuesto cosas diferentes. Por el contrario, precisamente por el hecho de apoyarse en una disciplina diversa, lejos de estar excusados de sus acciones quienes la aducen, demuestran su intención de sustraerse deliberadamente a la disciplina que rige y deben seguir; disciplina que vale no sólo para la China y los territorios de reciente evangelización, sino para toda la Iglesia; disciplina que ha sido sancionada en virtud de aquella universal y suprema potestad de apacentar, dirigir y gobernar que fue conferida por Nuestro Señor a los sucesores del Apóstol Pedro… de cuanto hemos expuesto se sigue que ninguna otra autoridad que no sea la del Supremo Pastor puede revocar la institución canónica dada a un obispo; ninguna persona o asamblea, sea de sacerdotes o de laicos puede arrogarse el derecho de nombrar obispos”.

    Esta doctrina, tan elemental, es olvidada por el doctor Ventosa. ¿Sería por esto que su nombre aparecía en los panfletos de la campaña “Volem bisbes catalans”, cuando el nombramiento del arzobispo, doctor Marcelo, para Barcelona?

    Lo que quiere saber el doctor Ventosa

    Al preguntarle el divertido periodista de “El Correo Catalán” sobre la disminución de las vocaciones sacerdotales y su causa, el doctor Ventosa atajó: “¡Eso querría saber!... Yo creo que antes los sacerdotes, sobre todo en pueblos, tomaban más iniciativa en la pastoral de vocaciones. Otra causa quizá sea la poca vida que tienen actualmente las obras apostólicas de juventud, así como la cantidad de problemas pastorales que tiene el clero más joven”.

    Da la casualidad que el doctor Ventosa, ni por carambola acierta una… Estas razones que señala se podrían fácilmente volver contra él y los de su “equipo”… Pero resulta que su eminencia el cardenal Garrone, con una visión mucho más amplia y certera que el doctor Ventosa, ha hablado de la razón disminuidora de las vocaciones, fijándose en que su causa está “en una orientación de servicio al mundo” que toma un carácter netamente antropológico, inmanente, puramente humano, en el cual el elemento religioso y sobrenatural es casi imperceptible. Esto es afirmar que el problema ha propuesto no puede ser más importante”. El cardenal Garrone se fija en esta miseria espiritual con que el progresismo está desmedulando la vida cristiana y dañando gravemente a los propios sacerdotes, lanzándolos a aventuras y experiencias fatalmente secularizadoras y descristianizadoras. Parece extraño que algo tan notorio escape a la perspicacia que debe tener un rector posconciliar de Seminario.

    Si ahora (1968) los sacerdotes tienen poco interés en reclutar vocaciones, si los movimientos juveniles de apostolado andan anémicos y los sacerdotes jóvenes problematizados hasta el delirio, ¿no podría ser, doctor Ventosa, que algo tuvieran que ver con estas concausas los profesores y superiores que han tenido las promociones sacerdotales de los doce o quince últimos cursos? En este sentido, nos parece mucho más clarividente -y profético, ¿por qué no?- el escrito que un numeroso grupo de sacerdotes de Barcelona, en 1966, presentara al arzobispo sobre la situación y soluciones para un funcionamiento adecuado del Seminario de Barcelona. Exactamente en las antípodas de las afirmaciones con que actualmente, en declaraciones a la prensa se estrena el nuevo rector.

    ¿Crisis de crecimiento? ¿Democracia dinámica?

    Es moda, cuando se presenta un problema, una rebelión, responder con una frase hecha y quedarse risueño y satisfecho: es una “crisis de crecimiento” se dice. Esto me recuerda cuando en 1959 me encontraba en Buenos Aires, en mi corresponsalía de prensa. Gobernaba entonces el doctor Arturo Frondizi. Era ministro del Interior el doctor Vitolo. Tuvieron lugar unos sensacionales disturbios y desmanes que tuvieron por escenario la Facultad de Medicina y la Plaza Miserere, allá en Buenos Aires. El doctor Vitolo nos declaró a los periodistas: “De todos modos es evidente que entramos en una vigorosa democracia dinámica que se expresa por todas partes”. Tan “dinámica” que de aquella Universidad salió el “Che” Guevara…

    Ahora, al rememorar aquellos acontecimientos un poco lejanos, hacemos un paralelismo mental con las afirmaciones del doctor Ventosa: un rector de Seminario, amigo de los encerrados de Derio, alérgico al Concordato, ignorante de los motivos del descenso vocacional e identificado con postulados demagógicos en la elección de los obispos, según ciertas formas al uso, debe ser un exponente de la “crisis de crecimiento” y de la “democracia dinámica”…

    Pero nosotros, cuando escuchábamos al doctor Vitolo, nos reíamos y bromeábamos ante tanta insensatez. Pero situado este planteamiento en un Seminario como el de Barcelona, no podemos menos que decirnos: ¿qué ocurriera en nuestra diócesis, si al frente de su Seminario figura un rector que habla con ese lenguaje?

    Jaime TARRAGÓ


    Última edición por ALACRAN; 18/01/2024 a las 13:03
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

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    Re: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    Sobre el caso del polémico abad Escarré (de Montserrat)


    Revista FUERZA NUEVA, nº 102, 21-Dic-1968

    Cartas al director

    ¿Qué ocurrió en Montserrat?

    En 1961 el abad Aurelio Escarré cesó en el gobierno abacial de la comunidad de Montserrat. Este cese fue promovido por presiones de la misma comunidad; presiones muy generales y fuertes de índole puramente interna o comunitaria, como lo evidencia el hecho de integrar esta oposición individuos de ideologías políticas completamente dispares, incluso catalanistas.

    Muy pronto el cese del abad Escarré fue interpretado por un sector del público como efecto de presiones gubernamentales; interpretación que resultaba fácil, dada la postura política del abad y la ignorancia de los verdaderos motivos. La permanencia del abad Escarré en el monasterio, después de su cese en el gobierno de la comunidad, ocasionó en poco tiempo dentro de ésta, por causas bien comprensibles de carácter general, una situación tensa y espinosa, sobre todo teniendo en cuenta la existencia en dicha comunidad de elementos avanzados y actuantes.

    Esta situación motivó, en breve, la intervención de la Santa Sede por medio de una visita extraordinaria. La visita fue encomendada a dos monjes extranjeros. Los visitadores no tenían poderes ejecutivos, sino simplemente consultivos, y atendiendo al informe enviado a la Santa Sede, el abad Escarré fue alejado de Montserrat por tiempo indefinido. Fue ahora cuando la interpretación de los hechos en sentido político alcanzó una divulgación verdaderamente internacional, robustecida, sobre todo, por la petición de renuncia que le vino al abad por parte de la representación de la Santa Sede en España, y que el abad Escarré exigió se le intimase por escrito.

    Últimamente -diciembre de 1966- el abad Escarré renunció a su dignidad abacial; de este hecho, a diferencia de los anteriormente referidos, se ha guardado el mayor sigilo. En este estado de cosas -alejado en el extranjero y sin dignidad abacial- ha sorprendido la muerte (1968) al padre Aurelio Escarré. Estos son los hechos.

    No obstante la opinión de que el abad Escarré ha sido una víctima de la persecución estatal -un desterrado- ha alcanzado la difusión que tiene, no sólo por la lógica de las apariencias, sino también por efecto de una propaganda consciente y sistemática.

    No referimos todo esto por espíritu de polémica ni cotilleo, sino porque el hecho entraña una gravedad de profundidad y dimensión que no debe silenciarse. Los que han propagado consciente y sistemáticamente la opinión de un abad Escarré desterrado por el Régimen saben con toda claridad que eso no es verdad. Saben perfectamente que los motivos del cese y alejamiento no sólo no han sido de salud (en eso ha dicho verdad el elogio fúnebre) sino que tampoco han sido persecuciones políticas (lo cual dicho elogio fúnebre da lugar a entender con una reticencia injustificada). Esto también es un hecho.

    Es este hecho el que consideramos grave. Porque, aunque ya es grave de suyo inculpar de delito al que no lo ha cometido (aunque el inculpado pudiera ser culpado por otras causas) aunque es grave el que esta inculpación vaya dirigida contra una autoridad suprema, no obstante, es mucho más grave el simple hecho de mentir, sobre todo cuando esta mentira procede de personas que, por su oficio y vocación, deben estar consagradas a la verdad. A la verdad y a la paz. Pero no hay paz sin justicia. ¿Y qué mayor injusticia que una mentira?

    Comprendemos que hubiera motivos para disimular y no propalar la verdad del cese y ausencia del padre Escarré, pero para falsear esta verdad, para falsearla en la forma que se ha hecho, no lo comprendemos. En un caso paralelo y de curiosa coincidencia con éste, ha habido un gesto noble, que echamos de menos aquí: la declaración pública de inconformidad con lo dicho por parte de persona interesada.

    Aquí se ha dado más bien todo lo contrario: complicidad. Y véase que no es fenómeno exclusivo de tal o cual postura política; recuérdese el caso del Cardenal Segura. Diálogo, sí; pero ¿es posible cuando en el dialoguista falta la más elemental honradez -frialdad y cálculo- con respecto a la verdad?

    A. G.
    Barcelona


    Última edición por ALACRAN; 26/01/2024 a las 13:11
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    Re: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    "Confusión doctrinal en Barcelona"



    Revista FUERZA NUEVA, nº 104, 4-1-1969

    CONFUSIÓN DOCTRINAL EN BARCELONA

    (…) Contra el celibato

    Terminada nuestra Cruzada, las logias prepararon un plan siniestro para inutilizar la victoria militar. Entre sus consignas entraba la introducción en los seminarios y noviciados de elementos que llegarían al sacerdocio con el fin de desprestigiar la Iglesia por dentro, el desmoronamiento de la moral en la vida familiar, principalmente en la mujer, y el apoderarse de los cargos directivos de los movimientos de apostolado seglar. En la forma que se van presentando los acontecimientos, cualquiera diría que ya llevan buen trecho en su avance.

    Cuando la legislación eclesiástica es tan concluyente, ya desde el Concilio de Elvira hasta la reciente encíclica sobre el celibato eclesiástico, parecería que este tema, por propia estimación y dignidad, debería ser respetado, a lo menos por los mismos sacerdotes. Pero no es así. En la revista “Correspondencia”, número 63, del 15 de noviembre de 1968, se dedican siete páginas y media para denigrar, desprestigiar y ridiculizar el celibato eclesiástico. Téngase presente que dicho artículo viene firmado por un sacerdote: José Luis Martínez. Que dicha publicación goza de ostensible licencia eclesiástica del arzobispado de Barcelona, bajo la responsabilidad del padre Serafín Alemany Esteve, prepósito del oratorio de San Felipe Neri de Barcelona.

    En dicho escrito se declara que el celibato carece de “razones escatológicas”, de “razones pastorales”.
    Se pregunta:
    “¿Para llevar esta vida sencilla y luego a la tarde o noche tener los contactos, reuniones…, como los demás cristianos responsables, aunque con una función específica en ciertos momentos, para eso era necesario tanto tinglado?”

    Avanza más en sus cínicas afirmaciones:
    De un pueblo en que lo sexual es absorbente y de lo que nadie, NADIE, se escapa. No hace falta decir si el pueblo se cree que los sacerdotes no tienen relaciones sexuales con ninguna mujer. Muchos sacerdotes jóvenes están completamente convencidos de que su celibato no es un signo del Reino. No es signo de nada para el pueblo. Para el pueblo es signo de otras cosas”. Termina dicho ataque al celibato con estas palabras elocuentes: “Si queremos evitar para siempre que existan -en la proporción desorbitada de hoy día- deformaciones humanas y clericales debido en gran parte a que unos hombres se preguntan un día: ¿por qué? ¿por qué?, y no hallan ninguna respuesta. Y tienen que recorrer un camino que nunca imaginaron: el vacío de razones”.

    Cuando se puede escribir así, aun para los cristianos no especializados en teología, pero que hemos leído los Evangelios y las Cartas de San Pablo, se nos denuncia que tales sacerdotes han sufrido en su formación intoxicaciones doctrinales de gravedad inaudita. La primitiva Iglesia honró especialísimamente la virginidad, recogiendo las palabras de Cristo en que pondera a aquellos que por amor a Él se hicieron “eunucos por el Reino de los cielos”. La Sagrada Escritura, la tradición eclesiástica, han amado y enaltecido tanto el celibato que el propio Concilio de Trento categóricamente definió: “Si alguno dijere que el estado de matrimonio debe preferirse al estado de virginidad o celibato y que no es mejor ni más feliz mantenerse en la virginidad o celibato que casarse, sea excomulgado”. De esto la revista “Correspondencia”, el censor eclesiástico y el sacerdote firmante no se han enterado. (…)

    Todo esto nos indica que nos encontramos ante un ambiente climatizado, tolerado, de sacerdotes que, a lo menos teóricamente, atacan el celibato. Lo que supone la realidad, o a lo menos la posibilidad de que nuestro pueblo carezca de sacerdotes tales como deben ser. Es un problema ante el que los seglares nos sentimos impotentes de ninguna actitud resolutoria. Pablo VI, en la encíclica sobre celibato eclesiástico, puntualiza que los “sacerdotes tienen el derecho de encontrar en los obispos una ayuda insustituible y valiosísima para la observancia más fácil y feliz de los deberes contraídos”. Si deber sacerdotal es el celibato y en Barcelona se tolera que sea públicamente vilipendiado, ¿a dónde acudir?, ¿quién es el responsable?, ¿quién carga con la responsabilidad de sacerdotes que en materia tan grave como el celibato se presentan como enemigos y detractores del mismo, con las graves repercusiones que en todos los órdenes esto tiene que llevar?

    Contra el matrimonio

    Ya no es solo el ataque cruzado y pérfido contra la “Humanae vitae”, contra cuya doctrina, ataques, desprestigio y desvalorización se han declarado ajenos quienes podían y debían defenderla. Desde “Diario Femenino”, cultivador de sensacionalismos, se publica una encuesta pública sobre “Divorcio, sí o no”. (…) Nos fijaremos únicamente en lo que ha publicado -y van…- el padre Jorge Llimona. Por lo visto, después de las declaraciones del padre Llimona, de manifiesta irreverencia contra la persona divina de Jesucristo, contra el sexto mandamiento, contra la Santa Sede, contra muchas prácticas de la Iglesia, el osado capuchino continúa gozando de todas las licencias para que desde la plataforma de cualquier publicación pueda difundir impunemente sus doctrinas,

    Recogemos una breve antología de lo dicho por el padre Llimona sobre el divorcio:
    El matrimonio civil es en sí, y debe ser legalmente, perfectamente digno y válido. Cualquier ciudadano debe poder contraerlo sin ninguna traba”.

    Puede acaecer que un determinado proyecto de vida entre un hombre y una mujer sea un fracaso. Entonces se tiene que actuar en consecuencia: para eso somos racionales. Debe existir la libertad de poder deshacer externa y jurídicamente lo que internamente ya se ha roto…”
    La Iglesia española, generalmente unida a la iglesia anticonciliar, no ha dado muestras de ser excesivamente inteligente”.

    Aunque parezca imposible, esto lo dice un religioso de la orden capuchina, con todas las licencias sacerdotales, con autorización de hacer declaraciones en la prensa, de dar conferencias, después que reiteradamente se ha distinguido por escándalos que, incluso, han merecido alguna tímida rectificación episcopal.

    Cuanto dice el padre Llimona es contrario a las enseñanzas de Cristo. Se lee en el Evangelio: “Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio respecto a la primera. Y si una mujer repudia a su marido y se casa con otro, se hace adúltera” (…)

    El padre Llimona destruye esencialmente la naturaleza del matrimonio cristiano. El afirma que “deben existir distintas formas de convivencia entre una mujer y un hombre, según los distintos modos de ser de cada cual”. Lo que no dice el padre Llimona, y esto es lo fundamental, es que el matrimonio de dos bautizados o es sacramental o es nulo. No depende de “los distintos modos de ser de cada cual”, frase asaz ambigua y equívoca.

    Ya no es solo el celibato, ya es también la moral del matrimonio que con teorías que pueden llegar a justificar el matrimonio de camaradería, que anacrónicamente han propugnado los Russell o los Lindsey, los marxistas en ciertas etapas de su proceso o los Herbert Marcuse, con toda tranquilidad y con el aval de un religioso, se propugna en la prensa barcelonesa. Si esto está permitido en la actual coyuntura de la Iglesia, como seglares no nos compete discernirlo, aunque en nuestro fuero interno señalamos y responsabilizamos ante Dios a los que toleran esta impúdica corrupción de nuestra juventud y matrimonios. Pero, incluso desde la esfera de la moral nacional, creemos con toda firmeza que campañas y propagandas como las del Padre Llimona atentan a lo más sagrado de la sociedad española: la familia. ¿Puede esto tolerarse? (…)

    Contra Pablo VI

    El 21 de octubre pasado (1968) falleció en Barcelona el abad dimisionario de Montserrat dom Aurelio María Escarré. No vamos ahora a analizar su conducta pública y sus actitudes políticas, que culminaron en las tristemente célebres declaraciones a “Le Monde” y la entrevista con el comisario soviético, hombre de confianza de Moscú, Julio Álvarez Del Vayo ¡Paz a los muertos!

    Un mínimo sentido del pudor exigiría que la revista “Serra d’Or” no exhumara pasajes que forzosamente, al observador imparcial, presentan al padre Escarré como sacerdote auténticamente desorientado y nocivo en su manera de pensar y actuar. Efectivamente, en el número de noviembre de “Serra d’Or” se transcribe una carta del difunto abad bajo el epígrafe “El hombre de Iglesia”, que dice así:
    Me habéis acertado el pensamiento que principalmente me sostiene. Cataluña sufre y yo sufro. Ahora puedo añadir: la Iglesia padece y yo padezco. En este preciso momento no es la política lo que más siento, sino la situación real de la Iglesia posconciliar, con este viraje tan fuerte a la derecha del Papa actual. La historia se repite y parece que nos retrotrae aquel tiempo de Pío IX, el hombre de izquierdas de la Iglesia de entonces que se convirtió en tan derechista. Ahora mi misión es hacer que los cristianos no pierdan la confianza en el Papa, en la Iglesia, en el decurso de esta crisis tan dura que atravesamos. Hemos de hacer revolución, pero desde dentro de la Iglesia, y hemos de luchar contra la indiferencia y el menosprecio que nos nacen tan naturalmente en estas situaciones. Mientras tanto, tenemos una cosa nueva: el coraje y la posibilidad de discutir abiertamente las decisiones de la Iglesia, manteniendo todo respeto y acatamiento debidos”.

    El lector se dará cuenta de la mentalidad caótica que revelan estas frases. Un sacerdote politizado, que quiere compaginar el respeto debido a la Iglesia con la discusión de sus decisiones, y que no encuentra otro ejemplo más válido que el intentar manchar la memoria de Pío IX. Habla del Papa que definió el dogma de la Inmaculada Concepción y la infalibilidad pontificia en materia de costumbres como un “partisano” de Garibaldi, Cavour, Mazzini… Pío IX tuvo que sufrir los embates de la revolución, que le arrebató los dominios temporales. Su virtud ha traspasado el tiempo, y Juan XXIII anunció su propósito de beatificarlo. Pero al abad Escarré, por lo visto, esto no le impresionaba, y las decisiones pontificias las valora al estilo político de los propios bandazos en que él evidentemente varió durante su vida. Entre otras, por lo visto, que la propia “Serra d’Or” -la que se dedica en homenaje al padre Escarré- destine toda una página de propaganda al ateo y materialista Engels…

    Pero lo grave es que insultos tan graves al pontificado y propagandas tan anticristiano se publiquen con todos los honores desde una revista que edita el monasterio de Montserrat. En el Concilio Vaticano I se dice: “La doctrina de la fe, entregada como divino depósito a la Esposa de Cristo, se ha de custodiar con toda diligencia”. ¿Quiénes? ¿Qué podemos hacer los seglares si las revistas sacerdotales, los religiosos, las publicaciones monásticas, atacan y pulverizan puntos esenciales de la moral católica, cuando tan fácil sería si simplemente se aplicara el Derecho canónico por aquellos que tienen obligación de mantenerlo en plena vigencia?

    La triste realidad

    San Pío X confesó que “durante algún tiempo creí que era exagerado lo que se decía de la masonería. Pero, posteriormente, gracias a la experiencia de mi ministerio, tuve ocasión de tocar directamente las llagas que ha abierto. Desde entonces estoy convencido de que todo lo que está publicado acerca de esta sociedad infernal no ha desvelado aún toda la verdad”.

    Estamos en pleno delirio de consignas masónicas previamente fijadas que alcanzan su realidad entre nosotros. El abate Roca, sacerdote apóstata extraordinariamente comprometido con los más altos y negros poderes de las sociedades ocultas y de la masonería escribía en el siglo pasado hablando del celibato:

    Soy un proscrito, un sacerdote romano, un paria, un eunuco. No hay lugar para mí en el hogar de la familia. No tengo lugar al sol de la civilización; soy juguete de la fatalidad… Solitarios, despreciados, desterrados de todas partes, aislados sobre la tierra, confinados en nuestros presbiterios como en una especie de lazareto, nos concentramos de día y noche en el yo que es aborrecible y que nos deforma en el egoísmo” (“Cristo, el Papa y la democracia” página 103). ¿Hay mucha diferencia entre estos conceptos y lo que publica la revista “Correspondencia”?

    El mismo apóstata abate Roca anunciaba:
    Los sacerdotes se convertirán en directores de las uniones sindicales, de las mutualidades y de las agencias cooperativas de producción y de consumo, de retiro obrero y de asistencia social” (“Glorioso Centenario”, pág. 452). Añade: “Sucederá algo que dejará estupefacto al mundo y que le hará caer de rodillas ante su Redentor. Y ese algo será la demostración del acuerdo perfecto entre los ideales de la civilización moderna y los ideales de Cristo y de su Evangelio. Ello significará la consagración del nuevo orden social y el solemne bautismo de la civilización moderna” (“El final del mundo antiguo”, pág. 282). Anuncia también el sacrílego Roca: “El papado sucumbirá, morirá bajo el cuchillo sagrado que forjarán los padres del último Concilio. El César papal es una hostia coronada para el sacrificio” (“Glorioso Centenario”, pág. 13)

    Todos los síntomas -contra el celibato, contra la moral, contra la misión sagrada de los sacerdotes, contra el pontificado- son que los proyectos masónicos están en plena erupción entre nosotros. Lo más grave no son ya dichas gangrenas en creciente y difusiva corrupción. Ante lo que nos sentimos impotentes es que quienes deben velar y desenmascarar tanto mal callan, callan, callan… En esta ocasión mi pensamiento se traslada a Buenos Aires para recordar aquella figura incorruptible, orfebre de nuestro idioma, mi querido amigo Hugo Wast, que en su celda silenciosa de trabajo me decía: “Oh, soledad, mi sola compañía”.

    Jaime TARRAGÓ


    Última edición por ALACRAN; 07/02/2024 a las 13:01
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    Re: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    Soviet” eclesiástico en Barcelona


    Revista
    FUERZA NUEVA, nº 114, 15-3-1969

    El Soviet eclesiástico

    Recientemente la revista “Ecclesia” ha publicado, en su edición del 11 del pasado enero (1969), un estudio sobre “Los pequeños grupos y la corriente profética”. Algunos se preguntan, con razón, por qué en el mismo no se han especificado las corrientes, publicaciones, asociaciones y hombres de dichos “grupos” en España. El motivo puede ser doble: que se suponga que al buen entendedor pocas palabras bastan y que ya sabrá detectar los “partisanos” de dichas sectas o que, en virtud de la bendita prudencia, normalmente tan mal entendida, se rehúya “comprometerse” ante el enemigo.

    Por ahí corría el libro de José Dalmau, “Agonía de l’autoritarisme católic”, que todavía no había merecido los honores de la versión al castellano por “Cuadernos para el diálogo” como el otro panfleto “Distensions cristiano- marxistes” lo ha sido por la revista y publicaciones, en las que tan vinculado está Joaquín Ruiz-Giménez. A estas horas (1969), gracias a la autoridad civil, dichos manuales blasfemos y antisociales no están a la venta. Pero han pasado años y meses con un silencio más que deprimente por parte de los prelados a quienes correspondía jurisdicción sobre dicho sacerdote.

    En el libro “Agonía de l’autoritarisme católic”, mosén José Dalmau especifica cómo se debe actuar para enfrentarse con la autoridad del Papa y de los obispos. Dice textualmente que “dentro la Iglesia, históricamente, la autoridad ha constituido un robo”. Por esto propugna tres procedimientos contra la autoridad pontificia y episcopal: “el hecho consumado, el grupo de presión, la “resistencia”.

    Que esto se escriba, se divulgue, se reparta como caramelos a jóvenes imberbes y muchachas “ye-yés”, que otros curas lo comenten, lo hinchen y lo vociferen, con plena impunidad, o solamente se pretenda contrarrestar con lamentaciones que, por inoperantes en quienes tienen los resortes del gobierno eclesiástico, resultan algo más que incomprensibles y que el propio mosén Dalmau sea ascendido por vía democrática al Consejo Presbiteral del Obispado de Vich, forzosamente ha de tener consecuencias que no pueden quedarse en los comentarios. ¿No podría decir la revista “Ecclesia” -y su redactor del informe- si con lo que insinuamos y lo que inmediatamente vamos a exponer, no circulan algunos de los “grupos proféticos” que demoníacamente descristianizan Cataluña y trabajan por un nihilismo total y nunca visto?

    ¡Pobre obispado de Vich!

    El hundimiento de las vocaciones eclesiásticas, la indisciplina de los seminaristas mayores en los últimos años que residían allí, la deflación de sus movimientos seglares, el descenso de vocaciones religiosas femeninas y, sobre todo, el ambiente de desesperanza que se masca, porque se tiene la convicción de que no es posible hacer nada positivo…

    Actualmente (1969) ha circulado por todo Vich el escrito de unos seglares de Centellas, con una carta dirigida al propio obispo, doctor don Ramón Masnou, sobre la remoción del coadjutor de la parroquia, mosén J. Rodri. Estos seglares “promocionales” y “adultos”, a pesar de calificarse de “jóvenes militantes”, le dicen, al superior de mosén Dalmau, concretamente estas palabras: “Quisiéramos que nos dijera las causas concretas que le han llevado a tomar tal determinación, pues no estamos de acuerdo con ella”.

    Monseñor Sigaud, arzobispo de Diamantina, en el Brasil, recientemente dijo: “La infiltración comunista en la Iglesia católica es tan visible que solamente el deseo de preservar las apariencias de la vida católica o el deseo de no alarmar a los fieles puede explicar el hecho de que sacerdotes y obispo lo nieguen”. Esto en el Brasil. Ignoramos lo que diría monseñor Sigaud si contemplara este simple detalle de los mozalbetes de Centellas contra su obispo, mientras los altos organismos laicales, con sus curitas correspondientes, deliberan contra la fachada de la iglesia que levantan los padres del Inmaculado Corazón de María, en Vich. No sabemos lo que diría monseñor Sigaud; pero nosotros nos unimos a los que, con la pena en el alma, están diciendo al contemplar el desastre moral de la diócesis de Vich: “¡Pobre Vich! ¡Pobre obispado de Vich! ¡Quién te ha visto y te ve!”.

    Cuando la oración se convierte en barricada

    Declarado el estado de excepción, de efectos puramente civiles y de orden público, y cuyas medidas únicamente pueden temer los delincuentes profesionales y los conspiradores de sueldo, provocó una insólita reacción por parte del vicario episcopal de la vida y ministerio de los sacerdotes, de Barcelona, que con extraordinaria celeridad, hizo llegar a las parroquias para ser rezada en las misas, una “oración de los fieles”, que creemos no tendría inconveniente el corear la propia Pasionaria. En dicha “oración” se suplica “para los que ven perturbada su vida a causa de suspicacias, temores, encarcelamientos o de otras penas… Para que los gobernantes orienten su acción de servicio al bien común por los caminos de la normalidad… Para que se termine en seguida toda situación anormal…”

    Esto, ilustrado con las homilías-protesta que en varias parroquias, como en la de San Francisco de Sales, el pasado 16 de febrero (1969), terminó con escenas violentas en el propio recinto de la Iglesia, sin hablar de los depósitos de propaganda comunista hallados en alguna casa rectoral, como públicamente se comenta en toda Barcelona, demuestra que el vicario episcopal, reverendo don Juan Batlles, es persona significativamente caracterizada. Conociendo su firma en el documento contra la Jerarquía eclesiástica de España y el Estado español, del 28 de octubre de 1965, que sirvió para difamar a los prelados de España, mereciendo dicho escrito la máxima divulgación por parte de Radio España Independiente y toda la prensa izquierdista y comunista, el sentido de dicha “oración” toma un cariz muy pronunciado.

    Quizá alguien pregunte que cuando le fue otorgado tal nombramiento, algún mérito tendría. En esto, en Barcelona, andamos bastante desorientados. Nombramientos como el del reverendo Juan Batlles, como el del rector del Seminario, Juan Ventosa, decidido admirador de los curas rebeldes de Derio (Bilbao); como el del obispo auxiliar doctor Ramón Torrella, con su antecedente de retirarle las licencias en Madrid, siendo consiliario nacional de la JOC, por el patriarca doctor Eijo Garay, a primera vista ofrece más de un punto de inquietud. Porque quienes en sus actuaciones pasadas han favorecido y se han distinguido por actitudes públicamente indisciplinadas, no se comprende cómo en un cargo de autoridad podrán usar rectamente de la misma y tratar debidamente los casos de rebelión. (…)

    “Mundo Obrero” con los provinciales, prepósitos y -no faltaba más- con el padre abad de Montserrat

    En el orfeón del coro de la rabia revolucionaria, la sola “oración de los fieles” es un clarinete de simple adorno. Da gusto cuando los que acostumbran a estar entre bastidores dan la cara y merecen que sus admiradores, en este caso “Mundo Obrero” del 24 de enero de 1969, a pesar del “sindiosismo” comunista conocido (…) se felicitan ante el “signo de los tiempos” de que los superiores de las órdenes y congregaciones religiosas de Cataluña dirijan una carta al ministro de la Gobernación porque les “han asegurado que las fuerzas de orden público practican la tortura con los detenidos”. No sabemos quiénes se lo han asegurado ni presentan las pruebas con que puedan aseverar tan grave acusación.

    Los superiores que firman tal carta, como consta en la página 3 de dicha ejemplar de “Mundo Obrero”, textualmente son los siguientes: P. Salvador de les Borges (Provincial de los Capuchinos), P. Serafí Alemany (Prepósito del Oratorio San Felipe Neri), P. Ferrán María Carrera (Provincial de los Hijos del Corazón de María), P. Salvador Salitjes (Provincial de los Escolapios), Dom Cassiá Just, Abad de Montserrat (Benedictinos) Dom Robert Saladrigues, Prior de Poblet (Cistercienses) y P. Enric Rifá S.J. (Provincial de los Jesuitas).

    Cuando uno recuerda que, durante la dominación marxista y de la Generalidad de Cataluña, fueron asesinados 94 capuchinos, 259 claretianos, 204 escolapios, 44 benedictinos, 16 cistercienses y 114 jesuitas, siendo el total de religiosos de diversas órdenes asesinados de 2.365, aparte los 4.184 sacerdotes y seculares y las 283 religiosas que, en las cunetas de las carreteras y en las formas más salvajes, fueron violados, despedazados, quemados y muertos con mil martirios del más sádico refinamiento, se figura que unos superiores y provinciales que se permiten increpar al ministro de la Gobernación por supuestas torturas deberán conocer y haber comprobado unos casos que dejarán pequeñas a las crueldades rojas… Pero no. No se trata de esto. Simplemente dicha carta es una cortina de humo más para entenebrecer la visión de España desde el extranjero.

    Cuando los padres capuchinos de Cataluña sufren la humillación pública de contar a un Jorge Llimona, cuyas inverecundas, ácratas y blasfemas declaraciones deshonran a cualquier cristiano y mucho más a un religioso, cuando el oratorio de San Felipe Neri ha sufrido la “tolosana” actuación que ha manchado de barro al antiguo y prestigioso oratorio barcelonés, cuando el nombre del padre Fullat enrojece de vergüenza con sus teorías y formas deslenguadas sobre moral ante públicos juveniles, cuando los padres del Corazón de María ven menguar sus noviciados y vocaciones, cuando el prestigio monástico de Montserrat está en entredicho, “glorificado” por los agnósticos y las secularizaciones; cuando la Compañía de Jesús tiene en liquidación algunas de sus casas, en grave crisis de casi desaparición sus antiguas florecientes congregaciones marianas y el chispazo de gravísimos escándalos morales se difunde por toda la ciudad, no se sabe cómo compaginar tanto fracaso en la propia casa, dedicándose a querer entremeterse en lo que ni les pertenece ni pueden probar. Cuando se tiene el tejado de cristal es suicida agredir injustamente instituciones que merecen el mayor respeto y en caso de hechos concretos -que no los hay- el camino sería la gestión directa con aquellos que los pueden zanjar. Pero buscar la publicidad de “Mundo Obrero”, ¿les parece “litúrgico”, ético y normal, señor abad de Montserrat, superiores y padres provinciales? (…)

    Sentada “clergy”-seglar

    El pasado 21 de febrero (1969), el patio del palacio arzobispal de Barcelona se inundó de unos 150 a 200 “individuos”, ninguno con sotana, pocos con “clergyman”, la mayoría de paisano, con sus buenas patillas y barbitas para todos los gustos existencialistas, que por lo visto eran sacerdotes y religiosos. Las escaleras que suben a la residencia arzobispal se fueron llenando. Una “comisión” ha publicado una carta pretendiendo justificar su actitud.

    Esta antología de calumnias, de frases escritas para hacer impacto en mentalidades incapaces de juzgar normalmente, de maliciosa rebeldía y de una politización que explica el principio, los medios y la finalidad de tal actitud, se agrava cuando se consideran los cargos que ostentan algunos de los firmantes. A vuela pluma haremos algunas indicaciones a este respecto:

    José María Rovira Belloso, profesor de Teología Dogmática de la Facultad de Teología y del Seminario Conciliar, consultor de la Facultad;
    José Serrano, prefecto de alumnos de Teología del Seminario;
    Francisco Vergés Vives, responsable de la formación de los diáconos y profesor de la Facultad;
    Francisco Vergés Tuset, prefecto de alumnos de Teología;
    José Bigordá, profesor del Derecho Canónico y redactor religioso de “El Correo Catalán”;
    Casimiro Martí, profesor de Filosofía del Marxismo, de la Facultad de Teología y consiliario de la Comisión de Diocesana de la JEC;
    Luis María Vidal y Bosch, antiguo párroco de San Sadurní de Noya, desde cuya “Hoja Diocesana” atacó soezmente al Ejército, siendo “premiado” posteriormente con la parroquia de Nuestra Señora de la Bonanova, que es uno de los más importantes de Barcelona;
    Juan Llopis, redactor de la “Hoja Dominical”, profesor de innumerables Universidades y centros eclesiásticos, autor de opiniones heterodoxas contra la Eucaristía y censor público y avinagrado contra el cardenal Pietro Parente, legado pontificio en el Congreso Eucarístico Nacional de Sevilla.

    ¿Para qué continuar? ¿Puede alguien explicarse que quienes tienen cargos de responsabilidad y confianza puedan actuar públicamente, irrespetuosamente, contra todo el Episcopado, contra su propio arzobispo, contra la sociedad y contra el Estado?

    Los “grupos proféticos”, en Barcelona, no han terminado su actuación. Anuncian una asamblea a la que invitan a todos los obispos, sacerdotes y clérigos de Barcelona, seculares y religiosos, indicando que comunicarán día y lugar pronto y oportunamente. Que tomarán “actitudes colectivas”. Es muy probable que cuando se publique la presente información, el embrollo haya crecido. El “soviet” eclesiástico tiene la iniciativa. (…)

    Preguntamos: Si estos sacerdotes, profesores de Derecho Canónico, catedráticos de Facultad teológica, redactores de “El Correo Catalán”, párrocos en funciones, religiosos, están enfrentados con la Jerarquía eclesiástica, ¿cómo ésta no les desautoriza y destituye de sus cargos? ¿Qué misterio envuelve algo tan escandaloso que amenaza con liquidar totalmente la fe católica en Barcelona y que supone un proceso de iniquidad intolerable? ¿Puede el Estado permanecer pasivo ante el visible complot de agitadores calificados que, abusando de su condición eclesiástica, docente y de representación social, se salen de sus funciones y son causantes de las más graves desviaciones ideológicas y alentadoras de las más explosivas subversiones? ¿Son válidas unas cláusulas concordatarias, estipuladas cuando gobernaba la iglesia Su Santidad Pío XII, sin darse el fenómeno actual (1969) de la “contestación” contra la autoridad pontificia, como actualmente ocurre, cuando la Santa Sede apreciaba la sinceridad y la filial generosidad del Estado español y cuando se ejercía la potestad judicial dentro de la disciplina canónica?

    ¿No hay aquí también un problema típicamente político que debe resolverse prudente, pero enérgicamente, tanto por parte del Estado como de la propia Iglesia, que no quiera ser juguete y víctima de aquellos que dedican toda su actividad para prostituirla y ponerla al servicio del ateísmo? (…)

    Jaime TARRAGÓ


    Última edición por ALACRAN; 11/04/2024 a las 13:15
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    Re: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    Sobre registros policiales en dependencias parroquiales de Barcelona

    Revista FUERZA NUEVA, nº 116, 29-3-1969

    Diario de un ingenuo

    He leído con detenimiento la nota de la Oficina de Prensa de la Archidiócesis de Barcelona, en la que se puntualiza la nota oficial del Gobierno Civil de la misma sobre registros en algunas dependencias parroquiales de la ciudad. Una duda surge a la lectura de esta nota: si va dirigida a tranquilizar al pueblo cristiano, inquieto por unas posibles actividades subversivas en recintos eclesiásticos, o a calmar una minoría activista implicada en tales hechos. Quizá se haya pretendido lograr ambos objetivos, difícilmente conciliables, y de ahí se deriven notorias imprecisiones.

    No es cosa de desmenuzar la nota. Pero sorprende que, en la tercera puntualización, se reconozca, por ejemplo, que “en la parroquia de San Pablo del Campo, en el momento de iniciarse el registro (por la Policía), se sorprendió en el local conocido por Torre del Abad a dos personas ajenas a la parroquia, que estaban tirando en una multicopista una hoja de propaganda comunista” y que “además de esta hoja, en el material allí encontrado, figuraban algunos ejemplares multicopiados de una página del boletín “Lucha Obrera”, dirigida al Ejército”, sin que se aclare si dichas personas se encontraban allí autorizadas por alguien con responsabilidad en la parroquia o si, por el contrario, se habían introducido en el local con allanamiento de morada. Es un extremo de la mayor importancia, que no debería haber sido silenciado, pues es el único que permitiría a los cristianos formar un juicio moral sobre el hecho.

    Extraña asimismo que, en la puntualización cuarta, se diga que Monseñor Guix, obispo auxiliar, hiciera constar en acta que no había sido solicitada ninguna autorización del Arzobispado para llevar a cabo el registro, y no se condene, en cambio, el uso abusivo de la dependencia para fines subversivos.

    Tampoco aclara mucho la puntualización séptima, cuando, tras citar la acusación de haberse celebrado reuniones del partido comunista de Cataluña en las dependencias de otras parroquias, se puntualiza que “aun suponiendo que en algún caso se hubiera celebrado alguna reunión de este tipo en los lugares denunciados, ello no implicaría NECESARIAMENTE la complicidad del sacerdote responsable de la parroquia y mucho menos la del conjunto de sacerdotes adscritos a su servicio”.

    Hemos subrayado nosotros el adverbio “necesariamente”, ya que por su sentido condicional priva a la puntualización del carácter de negativa rotunda que el pueblo cristiano desearía. El beneficio de la duda resulta poco satisfactorio.

    Por último, en la puntualización décima, se proclama que el Arzobispado de Barcelona “jamás ha autorizado y desautoriza para el futuro, cualquier tipo de reunión o maniobra política perseguida por la ley en aquellos lugares cuya inviolabilidad está garantizada por el artículo XXII, 1, del vigente Concordato”. Sorprende que esta desautorización no vaya acompañada de la condena correspondiente, ni del anuncio de las medidas disciplinarias a que hubiera lugar para sancionar e impedir las actividades subversivas en dependencias eclesiásticas, estén o no protegidas por el Concordato. Es igual que si en el caso de que la Jerarquía eclesiástica denunciara extralimitaciones de funcionarios del Estado, el gobernador civil las reconociera y se limitará a decir que las “desautorizaba”. En los casos probados de actividad ilegal, la desautorización, sin sanción, no basta.

    No ignoramos la crisis de indisciplina y rebelión que ciertos clérigos y seglares han provocado en la Iglesia y que han motivado repetidas llamadas de atención del Pontífice. Pero si cuando estas actitudes anticristianas se producen en un ámbito estrictamente eclesial, sin la debida corrección de la Jerarquía, a los católicos no nos queda otra solución que lamentarla, cuando inciden en el ámbito civil tenemos, como ciudadanos, el derecho a pedir que se corten de raíz, pues no puede tolerarse que existan bulas para atacar a la Patria y a la unidad y paz de los españoles. (…)

    Juan Nuevo
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    Re: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    Carta de un sacerdote catalán (... y de los de toda la vida) al nuncio de S. S.


    Revista FUERZA NUEVA, nº 119, 19-4-1969

    CARTA DE UN SACERDOTE AL NUNCIO DE S. S.

    Excmo. y Rmo. Sr. Nuncio de Su Santidad
    Madrid

    Excmo. y Rvmo. Sr.: Con toda sumisión y respeto, paso manifestar a V. E. lo siguiente. Soy sacerdote y religioso desde el año 1907. Nacido en San Baudilio de Llobregat, por consiguiente, catalán. Pero me apresuro a decir que soy ESPAÑOL de alma y corazón y, naturalmente seguidor del Generalísimo Franco, cien por cien. Pasé muchos años como misionero y profesor de Teología Moral y otras disciplinas. Precisamente eran los años de nuestra gloriosa CRUZADA (como así la han llamado los Soberanos Pontífices).

    Puestos estos preliminares, digo a V. E. que, aquí en Barcelona, uno que quiere ser Sacerdote de Jesucristo casi ha de vivir abochornado (yo todos los días salgo con la “teja” (1) por las calles: aún me queda otra nuevecita). Me consta positivamente que ya son 150 los sacerdotes rebeldes que están fichados en la Policía como antifranquistas; yo podría indicar docenas más. Porque es una tristísima realidad: ser sacerdote catalán es lo mismo que decir ANTI-RÉGIMEN. ¿Por qué será esto Monseñor? Podría escribir infolios sobre estos menesteres: aún recuerdo de los sacerdotes catalanes de antes de nuestra Cruzada. ¡Triste, muy triste! Pero hoy (1969) muchísimo peor. ¿Qué línea del Concilio Vaticano II da esta resultancia? Tengo el texto en latín, en italiano, en francés, en alemán. He leído mucho, incluso he escrito en la prensa “independiente” sobre los escándalos de los sacerdotes barceloneses en particular.

    Pregunto yo ahora, Excmo. Señor: ¿quién ha defendido a nuestro Excmo. Sr. Arzobispo (2) de los ataques, injurias, vejaciones, bestialidades, que le han propinado los sacerdotes catalanes? Hoy (1969), los obispos sólo se preocupan de la sociología de la Iglesia; de ellos, más de uno ha desbarrado, y no retiraré, no, la palabra. Pero ya tanto “sociologismo” de la Iglesia es necesario, Monseñor, que se retoque. (…) Creo yo que el Nuncio, Representante del Papa, si ha de estar de acuerdo con los obispos, más lo ha de estar con el GOBIERNO. El Gobierno está más alto, no diré que el Nuncio, pero sí que el Episcopado, que hoy padece un desquiciamiento.

    Los obispos ya están esperando que cese el “estado de excepción”. Allá ellos; yo pido a Dios que dure eternamente. Que sacerdotes y obispos recomienden y enseñen, Monseñor, el Santo Catecismo y la moral cristiana, como siempre lo hicieron nuestros gloriosos antepasados; y estos obispos y sacerdotes cuando lucharon en las Cortes, como nos enseña la Historia, eran auténticos leones para defender a la Santa Iglesia. Hoy, los altares son epidemias de herejía y de ANTI-RÉGIMEN. Tal vez estemos ya en vísperas del final del mundo.

    Insisto, Monseñor, en mi idea predominante: es hora de que se defienda a nuestro Excmo. sr. Obispo de estos sacerdotes antifranquistas. Fíjese bien, contra su Obispo y contra el Jefe de Estado: autoridades, ambas de Dios. ¿No resulta esto un mal augurio? Entérese bien de las “sentadas” de los sacerdotes y de las de sus simios, los seminaristas. De tal palo… Yo, se lo aseguro, prefiero a D. Marcelo enfrente de todos los escribidores de “cartas y firmas” juntos… ¿Que se quieren ir de la Iglesia? Pues aceptado. Decía un gran santo moderno: “Es preferible que una parroquia esté sin párroco a que tenga uno malo”. Yo he conocido muchas extensiones, muchas, sin un sacerdote. Y enamoraban aquellas almas primitivas de los indios y de los negros. ¿Qué hacen hoy los sacerdotes? Por ahí en Madrid, me dicen que hay un taxista que incluso tuvo votos para OBISPO AUXILIAR-INDEPENDIENTE.

    Estos curas y estos obispos de hoy habrían de estudiar un poco para saber lo que ha hecho el Caudillo por la Iglesia. Sus primeras preocupaciones fueron para la Iglesia ¿Y cómo le está pagando ahora la Iglesia? No digamos… (…) Para arreglar esto, los obispos no tienen tiempo: necesitan ser “sociólogos”. Y les han nacido estos angelitos de curas antifranquistas, de los cuales se dice que “no tienen cura”…

    Dispense, Monseñor, si he sido un poco desconsiderado. Pero tenga muy presente que la paciencia a todos se acaba y es hora de que los que deben poner, pongan orden a las cosas de la Iglesia; si no, todos habremos de quitarnos los hábitos para convertirnos en paletos obreros del marxismo. ¿Y no podría ahora quejarse el Gobierno de que ya no se sabe quién es cura, sino cuando se le encuentra en una fechoría? Claro, después se exigen los privilegios del Concordato…

    De V. Excelencia s. s.
    (1) “Teja”: antiguo sombrero clerical, negro y de ala plana
    (2) Mons. Marcelo González, a quien se apartaría de Barcelona, poco después (por "charnego") aunque encumbrado al arzobispado de Toledo (primado de España).

    Última edición por ALACRAN; 22/05/2024 a las 13:22
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    Re: Subversión antirreligiosa y antifranquista de curas catalanes en el postconcilio

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    La “graciosa” ironía del abad de Montserrat (Casiano M. Just) en unas declaraciones antifranquistas a la televisión alemana…


    Revista FUERZA NUEVA, nº 125, 31-May-1969

    En FUERZA NUEVA se han citado las declaraciones hechas por el nuevo abad de Montserrat (Casiano M. Just), quien parece dispuesto a no quedarse por detrás de su antecesor (Escarré). Como han sido en la televisión alemana, no disponemos de textos fidedignos, y debemos aceptar por buenos los que han publicado ciertos periódicos, sin que sepamos que hayan sido rectificados. Uno de ellos ha sido “El Socialista”, de Toulouse (Francia).

    Según los mismos periódicos, el señor abad dijo, con muy apostólica ironía, que el ministro de la Gobernación “se ha enfadado mucho y ha dicho que era una ofensa contra las fuerzas del orden” el documento firmado por el señor abad con otros mil quinientos individuos, en el que se hablaba de supuestas torturas a los presos políticos. “Sin embargo, aclara el señor abad, nosotros no hemos denunciado a nadie, hemos pedido únicamente una investigación”.

    Se figura uno la sonrisa del abad al decir esto. Pero nos gustaría saber si sonreiría igual si un documento con mil quinientas firmas hablara de que los monjes de él dependientes abusaban de menores y se pidiera una investigación para aclararlo. Lo más fácil es que, velando por el honor de sus monjes y de su monasterio, se querellara por calumnia ante los tribunales.

    Lo que no comprendemos es por qué puede pensar que el honor de los policías merece menor respeto que el honor de los frailes.

    Juan NUEVO


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