Operación Xarnego

Xarnec o xarnego, -a m i f. Despectivament, persona de llengua castellana resident a Catalunya i no adaptada al país.
Diccionari Barcanova de la Llengua Bàsic


Tras los incendios acostumbrados, vertidos químicos en las rías del “Nunca mais”, pedorreos reales en popa mallorquina y demás lindezas de un país bananero que vive –desde hace treinta años- de los “guiris” y la venta de paellas precocinadas, volvemos a la rutina de los septiembres habituales. También la jauría electa regresa para chupar de las últimas rentas de bote y voto, a la espera de ser recolocados diligentemente –parlamento europeo, ministerios menores, consejos de administración…- , en caso de perder el sillón-chollo en futuras contiendas.

En la Catalunya del post-tristpartit, sectas unas y otras, además, vuelven con las garras afiladas para la próxima charanga-autonómica de noviembre. El mapa político ofrece, sin embargo, cambios sustanciales. Maragall que políticamente estaba más quemado que el vestíbulo de las Torres Gemelas, ha sido sustituido por el “xarnego” Montilla, nacido en Iznájar –Córdoba-, y que de Alcalde de la “xarnegada” de Hospitalet, acabó por arte de birlo y birloque, de ministro de deslocalizaciones e industria.

La elección del “xarnego” cordobés, respondió a la necesidad de un urgente lavado de cara del PSC y un intento por detener la fuga masiva de votos durante el trienio negro del tristpartit. Los hermanos Marx -Maragall, Carod y Saura- con sus constantes meteduras de pata, han posibilitado que a día de hoy, la derechona pujolera y el novio de la Barbie, Arturo Mas, se paseen por delante de la Generalitat como la cabra del Tercio por la empedrada de Perejil.

De momento, la mujer de Maragall se ha dado de baja del PSC como represalia por haber prejubilado a su marido desde Madrid y no desde las urnas y con las botas puestas. Què faràs a casa? La Honorable sigue sin asimilar que las cagadas en ocasiones se pagan (aunque no acostumbre a pasar muy a menudo). Una gestión desastrosa -cuya tracal final fue el referéndum del Estatut-, no son argumentos suficientes para que su Pasqual, disfrute en la intimidad de una pensión vitalicia que ya quisieran muchos para si.

Pero aunque ZP no es un flecha –pero si un trepa-, no quiere sorpresas. Si fuera menester y las cosas pintasen bastos, se agarrará al consenso de su chistera abracadabra y a pactar con el mismísimo diablo, esto es CiU. Con un Montilla deseoso de pagar el gesto y el cargo, no dirá ni pío aunque vaya de segundón. Esto mismo, con Maragall habría sido impensable. Camon baby light my fire…

En el caso que el ex ministro “xarnego” de deslocalizaciones salvara el culo, y se pudiera reeditar el trispartit, ZP ya se ha asegurado que su lacayo no muerda la mano que le da de comer porque este ya sabe cuales son las reglas. Y aunque las segundas partes nunca fueron buenas, esta orgía a tres bandas que ha sido y será el tristpartit, exigiría en el futuro, la defenestración de Carod Rovira, no sea que en esta ocasión, aparezca en Corea del Norte en busca de su ansiado premio Nóbel. ¡Que obsesión¡

Además, si contemplamos una victoria de Montilla –aunque esta sea por los pelos-, el “xarnego” sería el encargado de negociar el desarrollo del Estatut. A los ojos de miles de catalanes no micro-nacionalistas que viven y trabajan en Catalunya y votantes socialistas del resto de España, las garantías de que el desarrollo del Estatut con Montilla al frente no degeneré –a priori- hacia un agravio comparativo de funestas consecuencias, provocará una desmovilización generalizada. Además, con Montilla como cabeza de turco, corremos el riesgo de que para demostrar algo que no es –catalán de pedigrí-, acabe cediendo ante las pretensiones más extremadas de convergentes y separatistas.

Nada hay más peligroso que un converso. El “xarnego” Montilla a pesar de su pretendida candidez, nos la puede liar buena. La operación “xarnego” sumada al consenso estúpido de ZP, puede salir a los españoles muy caro.

Más caro incluso que las aventuras de Pasqual Maragall en el Saló del Tinell.