El hombre creó el cáncer
En la antigüedad los humanos no padecían de cáncer. A tal conclusión llegaron los científicos británicos. Ellos suponen que el cáncer es un engendro de la civilización. David Zaridze, profesor del Centro Oncológico de la Academia de Ciencias Médicas de Rusia, ha comentado esta hipótesis a La Voz de Rusia.
El cáncer es una de las enfermedades más difundidas en el planeta. Anualmente mueren a causa de esta dolencia más de 6 millones de personas. A fin de revelar las causas del cáncer los médicos británicos analizaron alrededor de un millar de antiguas momias egipcias y suramericanas. Y registraron tan solo algunos casos que con cierta probabilidad sería posible incluir en la categoría de afecciones oncológicas. Sin embargo, los hombres antiguos, posiblemente, no llegaban a la edad en que se desarrolla esta dolencia, dice el profesor
David Zaridze.
Los devoraban las fieras, muchos morían durante las guerras. Es posible que sucumbieran a causa de diferentes infecciones que no conocemos hoy. Es decir, las personas de la antigüedad morían antes de que se desarrolle el cáncer. Este es una enfermedad de la edad mediana y avanzada. Incluso a inicios del siglo XX la duración de vida era apenas de 40-45 años, al paso que ahora en los países desarrollados es de 85 años.
Así y todo, considera el oncólogo ruso, la hipótesis de los científicos británicos de que la civilización provoque el cáncer, cuenta con razones de peso. Ya a principios del siglo XX los tumores malignos eran un fenómeno muy raro, señala Davif Zaridze. Ahora han aparecido muchos factores nuevos que propician el desarrollo de esta enfermedad.
Primero, la industrialización relacionada con la contaminación del entorno. Esto se refiere no solo al aire que respiramos, sino, antes que todo, la contaminación del lugar de trabajo: las minas, fábricas metalúrgicas, incluso la posibilidad de practicar exámenes de rayos X. Antes de la I Guerra Mundial se fumaba en pipa o puros, no es posible fumarlos con frecuencia. Con la aparición de cigarrillos la morbilidad y mortalidad por cáncer pulmonar y otro tipo de afecciones oncológicas debidas al tabaco, comenzó a subir.
En el organismo humano tiene lugar una permanente mutación de genes. Por regla general, estas mutaciones, según el especialista ruso, se reparan, o sea son anuladas por el organismo. Si esto no se produce, se desarrolla el cáncer. Los factores exteriores aumentan considerablemente el riesgo de mutaciones que es imposible anular. En la antigüedad prácticamente no había tales factores nocivos, razón por la que no se observaban afecciones cancerosas en masa. Esta conclusión de los británicos no nos llama a tornar a las cuevas sino que plantea la necesidad de minimizar los impactos nocivos del medio exterior sobre la persona.
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