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Tema: Inventos y descubrimientos argentinos

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    Inventos y descubrimientos argentinos

    HISTORIA DE LUIS AGOTE Y SU TÉCNICA DE TRANSFUSIÓN DE SANGRE




    El primer intento de transfusión sanguínea registrado ocurrió en 1492 cuando el Papa Inocencio VIII cayó en coma, por lo que se recurrió a la sangre de tres niños y se la administró por la boca, ya que no había conocimientos científicos sobre la circulación sanguínea, descubrimiento que le pertenece a Williams Harvey en el siglo XVII. Los tres niños y el Papa fallecieron.

    Según antiguas referencias, se sabe que quien primero logró transfundir sangre con buen éxito de un ser vivo a otro, fue el cirujano inglés Lower, que cumplió la experiencia en 1665 utilizando perros.

    Fue ése el punto de partida de una serie de intentos similares que depararon no pocos desenlaces mortales, por lo que la transfusión sanguínea entre seres humanos permaneció largo tiempo en el umbral de lo inalcanzable.

    Mas tarde en 1667 se realizó la primer transfusión de sangre a un enfermo de sífilis que murió luego de haber recibido sangre de un perro, aunque parecía que el proceso iba «ser exitoso, el paciente empezó a sentir fuertes dolores de los órganos y a orinar negro».

    Tal situación comenzó a cambiar hacia 1900, cuando el norteamericano Landsteiner descubrió los grupos sanguíneos y el francés Alexis Carrel preconizó la transfusión directa. De todos modos subsistían diversos problemas derivados de una dificultad aparentemente insuperable: la coagulación. La única forma de transfusión era la directa, que se practicaba conectando el torrente circulatorio del dador al del receptor mediante conductos de goma y otros implementos; ello imponía efectuar una serie de malabarismos quirúrgicos y salvar un sinnúmero de inconvenientes, entre ellos el de no poder controlar con exactitud la cantidad de sangre transfundida.

    En el siglo XIX se identificaron los diferentes tipos de sangre y como la incompatibilidad de la misma entre donante-receptor puede causar la muerte y también se descubrió el factor Rh de la sangre. Pero el método de conservación de sangre humana para su uso diferido en transfusiones, mediante la adición de citrato de sodio, fue desarrollado por el médico argentino Luis Agote en 1914. (imagen arriba- izq.)

    En procura de esa solución sobre la coagulación, investigó el doctor Luis Agote, médico argentino nacido en 1869 y diplomado en 1893. Al egresar de la Universidad de Buenos Aires, el inquieto espíritu que lo animaba lo llevó a ejercer la docencia y a militar políticamente, pero su nombre pasó a la historia asociado al notable resultado de su labor investigadora.

    El Dr. Agote nació en Buenos Aires el 22 de septiembre de 1868. Tras cursar sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Nacional, ingresó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (1887) donde se graduó de médico con una tesis sobre hepatitis supurada (1893). Luego, comenzó a ejercer su profesión en el campo de la clínica hasta que en 1895 fue designado director del lazareto de la isla Martín García. En 1905 fue profesor suplente en la Facultad de Medicina y en 1915 titular de la cátedra de Clínica Médica.

    Tuvo un desempeño brillante como académico y también incursionó con éxito en política. Fue un hombre para quien el honor y los valores fueron mucho más que palabras. Siendo ya médico, un familiar directo suyo sufrió una terrible hemorragia que se intentó combatir por todos los medios. Fue en vano. Aquella persona murió ante la desesperación y la impotencia del doctor Agote y sus colaboradores, que nada pudieron hacer para evitarlo. Pero, sin saberlo, había sembrado con su muerte la semilla de muchas vidas en la historia del mundo. A partir de ese episodio Agote comenzó a estudiar de manera intensiva la forma de reemplazar la sangre de un paciente ante casos como ese.

    La formación de grumos en la sangre era, hasta entonces, el obstáculo insalvable. Agote y su equipo en el que se destacaba el laboratorista Luis lmaz, pasaron muchos meses de desvelo buscando una solución. Al fin, cuando casi habían abandonado la búsqueda, algo ocurre después de una prueba. Habían agregado diferentes elementos en la sangre sin resultados positivos pero esta vez el esfuerzo había dado sus frutos: el citrato de sodio evitaba la formación de esos temibles grumos, lo que significaba que las transfusiones serían posibles. Pero había que probarlo en un ser humano.

    Después de varias pruebas, el 9 de noviembre de 1914, concretaron exitosamente la transfusión de 300 cm³ de sangre, donada por un empleado del Hospital a una parturienta que tres días después dejó el nosocomio en perfecto estado de salud.

    El inquieto espíritu que lo animaba lo llevó a ejercer la docencia y a militar políticamente, pero su nombre pasó a la historia asociado al notable resultado de su labor investigadora. Comenzó a estudiar el modo de mantener la sangre licuada, secundado por el laboratorista Lucio Imaz; entre los caminos que se abrían a la investigación estaba la posibilidad de añadir a la sangre algún elemento que impidiera su coagulación sin alterar sus componentes ni acarrear consecuencias nocivas para quien la recibiera.Al cabo de una paciente pesquisa, Agote y su ayudante descubrieron que el citrato de sodio cumplía las condiciones requeridas y resultaba totalmente inocuo para el organismo, aun administrado en dosis elevadas.

    El doctor Agote comunicó su descubrimiento al mundo y en un primer momento solo recibió respuestas corteses por vía diplomática. Cuando el “New York Herald” publicó una síntesis de su método, el tema comenzó a interesar, a tal punto que el norteamericano Lewinsohn y el belga Hustinse apresuraron a reclamar el descubrimiento como propio (venían trabajando paralelamente al científico argentino).

    Se entabló entonces una polémica en la que unos y otros se atribuyeron la prioridad aunque la publicación del estudio en el periódico norteamericano y las constancias del anuncio del descubrimiento efectuadas oportunamente por el Dr. Agote, fueron pruebas contundentes que dejaron aclarado que fue él quien primero logró la hazaña.

    Se jubiló en 1929, a los sesenta años. En 1986 dio su nombre al Instituto Modelo de Clínica Médica del Hospital Rawson, que fundara con tanto cariño. Murió el 12 de noviembre de 1954. Fue uno de los más perfectos exponentes de la brillante generación graduada durante la época del noventa, generación que pocas veces podrá ser igualada.

    Maestro en el verdadero sentido, de la palabra, por la superioridad de su talento, su carácter investigador y su enorme experiencia, extendió más aún sus horizontes por la amplitud de su espíritu. dilatado por el culto de las letras y las artes. Unió a todo ello su bondad innata, su prestancia física, su elegancia en el vestir, una educación esmerada que trató siempre de mantener y su proverbial caballerosidad.

    APLICACIÓN EN LA GUERRA: Los estadounidenses organizaron servicios móviles de transfusión de sangre y, gracias al hallazgo en los Estados Unidos del factor Rh, se pudieron establecer almacenes de sangre con distintos grupos sanguíneos.

    El papel más cruel en el campo de la investigación médica lo protagonizaron los nazis con sus experimentos sobre eugenesia y genética humana. Muchos judíos y gitanos fueron utilizados como cobayos para saciar la curiosidad de los especialistas alemanes. Joseph Mengele llegó a Auschwitz en marzo de 1943. Aquel siniestro investigador apodado «ángel de la muerte» torturó a infinidad de prisioneros, sometiéndolos a los experimentos más salvajes. Su apellido quedó como sinónimo del espanto que se vivió en aquel campo de exterminio.

    El capítulo final de los horrores de la Segunda Guerra Mundial tuvo otro protagonista letal: el bombardeo atómico por parte de los Estados Unidos sobre Japón, cuyo resultado mostró la cara más oscura de la radioactividad. La Guerra de Corea trajo otras mejoras médicas, como la utilización por primera vez del plástico para las transfusiones de sangre, el desarrollo de los hospitales militares quirúrgicos móviles (MASH) y la utilización de helicópteros para el rápido traslado de los heridos.

    Estas tres grandes innovaciones se perfeccionaron en la Guerra de Vietnam. En aquellos años, los médicos militares lograron otro hito al aplicar a los heridos un apoyo nutricional total (hidrolizados proteínicos, glucosa y emulsiones intravenosas de grasa), que hizo disminuir el número de bajas.


    AMPLIACION SOBRE LA HISTORIA DE LAS TRANSFUSIONES SANGUÍNEAS:


    Según antiguas referencias, quien primero logró transfundir sangre con buen éxito de un ser vivo a otro, fue el cirujano inglés Lower, que cumplió la experiencia en 1665, utilizando perros. Fue ese el punto de partida de una serie de intentos similares que depararon no pocos desenlaces mortales, por lo que la transfusión sanguínea entre seres humanos permaneció largo tiempo en el umbral de lo inalcanzable. Tal situación comenzó a cambiar hacia 1900, cuando el norteamericano Landsteiner descubrió los grupos sanguíneos y el francés Alexis Carrel preconizó la transfusión directa.

    De todos modos, subsistían diversos problemas derivados de una dificultad aparentemente insuperable: la coagulación. La única forma de transfusión era la directa, que se practicaba conectando el torrente circulatorio del dador al del receptor mediante conductos de goma y otros implementos; ello imponía efectuar una serie de malabarismos quirúrgicos y salvar un sinnúmero de inconvenientes, entre ellos, el de no poder controlar con exactitud la cantidad de sangre transfundida. Por lo demás, el método suponía en aquel entonces algunos riesgos bastante serios para el dador, que corría el peligro de sufrir embolias, contraer enfermedades infecciosas o debilitarse demasiado. La solución, buscada por los médicos de todo el mundo, consistía en impedir la coagulación.

    En procura de esa solución investigó el doctor Luis Agote, médico argentino nacido en 1869 y diplomado en 1893. Al egresar de la Universidad de Buenos Aires, el inquieto espíritu que lo animaba lo llevó a ejercer la docencia y a militar políticamente, pero su nombre pasó a la historia asociado al notable resultado de.su labor investigadora.

    Comenzó a estudiar el modo de mantener la sangre licuada, secundado por el laboratorista Lucio Imaz; entre los caminos que se abrían a la Investigación estaba la posibilidad de añadir a la sangre algún elemento que impidiera su coagulación sin alterar sus componentes ni acarrear consecuencias nocivas para quien la recibiera.

    Al cabo de una paciente pesquisa, Agote y su ayudante descubrieron que el ci-trato de sodio cumplía las condiciones requeridas y resultaba totalmente inocuo para el organismo, aun administrado en dosis elevadas.

    La demostración definitiva de su efectividad se llevó a cabo el 14 de noviembre de 1914, cuando hubo que salvar la vida de una parturienta que se hallaba en difícil trance, a causa de una hemorragia. El dador fue José Machia, portero del hospital Rawson, quien donó 300 centímetros cúbicos de su sangre que fueron transfundidos a la paciente ante la expectación de varios médicos que asistían a la experiencia. El concienzudo accionar de Ernesto Merlo, encargado de efectuar la transfusión fue seguido atentamente por Agote, así como por el decano de la Facultad de Medicina, el director de la Asistencia Pública, el intendente municipal y otros académicos, profesores y médicos.

    Tres días más tarde la enferma, totalmente restablecida, abandonaba el Instituto Modelo de Clínica Médica del Hospital Rawson, donde se realizó la operación, y la novedad era telegrafiada a todos los rincones del mundo y a las naciones beligerantes de la primera guerra mundial.


    CRÓNICA DE LA ÉPOCA:
    Períodico El Bicentenario Fasc. N°6 Período 1910-1929


    La exitosa transfusión de sangre efectuada por el doctor Luis Agote «en el hospital Rawson constituye una experiencia de trascendencia internacional, ya que es la primera vez en la historia que se consiguió traspasar sangre de una persona a otra sin que se coagulara. Lo más cercano hasta ahora habían sido el trabajo realizado por el médico francés Jean Baptiste Denys, quien llegó a hacer una transfusión de de sangre de un carnero a un paciente, y el de su colega austríaco Karl Landsteiner, quien descubrió sustancias capaces de aglutinar glóbulos rojos en la sangre de otros seres humanos.

    Se trata de los denominados grupos sanguíneos. Ahora, Agote ha dado un paso más en esta serie de experimentaciones al descubrir la incompatibilidad Ientre unos y otros. Tras incontables experimentos Agote y su asistente de laboratorio Lucio Imaz, determinaron que una sustancia de socio era la que evitaba la formación de coágulos en la sangre. Después de varias pruebas, concretaron exitosamente la transfusión de 300 cm3 de sangre, donada por un empleado del hospital a una parturienta que tres días después dejó el nosocomio en perfecto estado de salud.

    Agote dio a conocer su descubrimiento a otros lados del mundo pero al principio la respuesta fue muy fría. Pero cuando el New York Herald publicó una síntesis de su método, despertó el interés del científico norteamericano Lewinsohn y del belga Hustin, quienes se apresuraron a reclamar el descubrimiento como propio, ya que venían trabajando en paralelo a Agote. Se entabló entonces una polémica en la que unos y otros se atribuyeron la prioridad. Pero la publicación del estudio en el periódico norteamericano y las constancias del anuncio del descubrimiento efectuadas oportunamente por Agote fueron pruebas contundentes que dejaron aclarado que fue él quien primero logró la hazaña.

    Desde 1915, Agote es titular de la cátedra de Medicina Clínica de la Universidad de Buenos Aires, de donde se graduó con una tesis sobre hepatitis supurada.

    Fuente Consultada:
    Crónica Loca de Víctor Sueiro y www.cruzadadelrosario.org.ar



    https://historiaybiografias.com/transfusion/







    Última edición por Hyeronimus; 17/11/2019 a las 19:43

  2. #2
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    Re: Inventos y descubrimientos argentinos

    BASTON BLANCO PARA CIEGOS


    El 15 de Octubre se celebra el Día Mundial del Bastón Blanco contribuye a sensibilizar a la sociedad acerca de los obstáculos que las personas no videntes enfrentan para su libre circulación, representando una contribución a la integración de éstas.



    El Bastón Blanco es un instrumento que identifica a los ciegos y deficientes visuales y les permite desplazarse en forma autónoma. Sus peculiares características de diseño y técnica de manejo facilitan el rastreo y detección oportuna de obstáculos que se encuentran a ras del suelo.

    En una pequeña localidad de la provincia de Santa Fe, Argentina, llamada San Vicente, vivía Jose Mario Falliotico, quien en la década del 30, y durante su permanencia en Buenos Aires, inventó el BASTÓN BLANCO para ciegos.

    Cuenta la historia que en una muy fría tarde de 22 junio de 1931 José Mario Falliotico volvía de su trabajo en una hojalatería caminando esa calle de Buenos Aires rumbo a su casita en el barrio de Flores. Cuando se detuvo junto al cordón de una vereda y miró antes de cruzar, alguien le tocó el brazo suavemente.

    Falliotico se volvió y se encontró con un hombre joven, de anteojos negros, que extendía sus manos hacia delante como en un extraño sonambulismo. Al principio no llegó a entender, pero sólo dos palabras dirigidas a él por aquel hombre lo hicieron caer en la cuenta: ¿Me cruza?

    Falliotico ayudo al no vidente, Miguel Fidel, a trasponer la avenida, y le pidió sus datos. «Déjeme su dirección, mañana recibirá algo que en lo sucesivo, le evitara estos plantones en la calle», le dijo.

    Había nacido la idea de un bastón blanco, y convertirlo en un objeto que individualice instantáneamente al ciego. Al día siguiente, Fidel recibió el primer bastón blanco, y por la tarde Falliotico llevó la idea de popularizar el invento al entonces director de la biblioteca Argentina para ciegos, Agustin Rebuffo.

    Posteriormente, numerosos visitantes llevarían la idea a otros países, y esta se popularizaría a nivel mundial.. Entre sus promotores, figura el tenor y medico hepatólogo Mexicano, Alfonso Ortiz Tirado, quien volvía con la idea a su país, donde impuso a las autoridades sobre la novedad Argentina, y pidió que se estableciera su obligatoriedad.

    Fue una sencilla pero trascendental idea que se anota dentro del compendio de las grandes creaciones Argentinas.


    https://historiaybiografias.com/bastonciego/


  3. #3
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    Re: Inventos y descubrimientos argentinos

    HISTORIA DEl BOLÍGRAFO – LADISLAO BIRO


    Ladislao Biro nació en Budapest, Hungría, el 29 de septiembre de 1399. Luego de varias ocupaciones, entre ellas la de auxiliar en una imprenta, ingresó al periodismo húngaro.

    En eso estaba cuando advirtió el problema que sufrían todos los periodistas, incluyéndolo, al utilizar en su trabajo la tradicional lapicera estilográfica.

    La pluma se enganchaba en el papel al escribir demasiado rápido, nunca faltaban manchones inoportunos y, lo que era peor, a menudo se terminaba la tinta en medio de un apasionante reportaje.

    Hombre práctico, buscó la solución, pero todos sus intentos fracasaron hasta que finalmente se resignó y olvidó la cosa, aunque él siguió usando uno de sus inventos fallidos porque le era práctico.



    Cierto día debió firmar su registro de ingreso a un hotel y sacó dicho invento él cual fue observado por otra persona que se interesó por esa peculiar lapicera que lo entrevistó mas tarde en su cuarto privado y le propuso a Biro llevarlo, con su invento, a su país, la Argentina, para producir y comercializar aquella novedad.


    Por un lado, Ladislao Biro ni siquiera sabía en qué lugar del mundo había un país llamado Argentina y, por otra parte, ya había desechado la posibilidad de producir en serie su lapicera.

    No se mostró nada entusiasmado aunque agradeció el ofrecimiento y dijo que lo pensarla.

    Poco tiempo se inicia la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Hitler a Polonia y dá comienzo a la persecución de los judíos.

    Ladislao Biro y su amigo Juan J. Meyne, dueño de un taller de costura y colaborador en el ya olvidado invento de la lapicera, se reunieron a principios de 1940 en casa del primero para hablar de un tema que superaba a cualquier otro: su propia supervivencia.

    Ambos eran de origen judío y sabían qué les ocurriría si no escapaban cuanto antes. Pero ¿adónde? Hitler seguía avanzando y pronto toda Europa estaría en su poder.

    Biro recuerda la oferta de ese señor argentino y se pone a buscar aquella tarjeta de presentación que recibió en el Hotel Rogacka Clatina de Hungría.

    Al poco tiempo, Biro y Meyne no tuvieron inconveniente alguno para ingresar en el país que para ellos significaba la libertad y la propia vida.

    Recién en la Argentina y al intentar ubicar a aquel hombre providencial para ellos, supieron de quién se trataba. No era presidente de ninguna empresa.

    Hasta febrero de 1938 había sido presidente, sí, pero de la Nación. Se trataba del general e ingeniero Agustín P. Justo.

    Los recibió, los ayudé, instalaron una fábrica con su auspicio y lanzaron al mercado las lapiceras a las que llamaron “Birome”, contracción del apellido del inventor (l3iro) y de la primera sílaba del de su colaborador Meyne.

    En su primeros intentos fracasaron, la birome perdía tinta y manchaba camisas, sacos, documentos. Llegaron a venderla con un vale para la tintorería.

    El público dijo no. Luego de un año de pruebas e intentos. Agustín IR Justo no pudo ayudarlos más y se abrió del proyecto.

    Biro debía cerrar la fábrica, pero era un hombre con demasiado empuje como para quedar en la lona después del primer puñetazo.

    Era 1941, cuando reunió a los treinta y dos obreros de su fábrica y les contó, con absoluta franqueza, los problemas que estaban viviendo, les dijo que él quería seguir.

    Les advirtió que no podría pagarles hasta que la cosa resultara y preguntó si, a pesar de todo, alguno de ellos lo acompañaría en la aventura.

    Todos los acompañaron y en 1941 se le encontró la solución y nació el primer bolígrafo «antimancha», inclusive funcionaban en los aviones, cosas que no ocurría con las lapiceras comunes de aquella época.

    El invento se hizo muy popular e inclusive les hicieron un reportaje para la revista Time de EE.UU.La birome se había ganado un importante lugar en el mundo y casi de inmediato recibieron diversas ofertas por los derechos de fabricación y pensaban pedirle 300.000 dólares como una suma imposible, pero cuando llegaron a EE.UU. no pudieron abrir la boca porque de entrada les ofrecieron: dos millones de dólares.



    Su inventor, que había adoptado la ciudadanía argentina en la década del cuarenta, tuvo muchos ofrecimientos para radicarse en los Estados Unidos, en Francia, en Canadá y muchos otros sitios, pero no quiso dejar jamás el país con el que mantuvo un romance desde que se conocieron y hasta siempre. Fue autor de más de otros treinta inventos.

    Dicen que cuando nació pesaba apenas un poquito más de un kilo. En esas épocas eso era casi fatal y el médico se lo hizo saber a su mamá.

    Ella lo ponía debajo de una lámpara de luz común y corriente para que tuviera más calorcito. No lo sabía, pero estaba usando lo básico de lo que mucho después sería una incubadora.

    Biro aprendió a pelear desde el instante mismo de su gestación. Sólo fue un periodista al que le molestaba quedarse sin tinta en medio de un reportaje.

    En la Argentina, el 29 de septiembre, cuando él nació, es el día del invetor.

    Todos conocemos los partes de la pluma tradicional, las mismas que nuestros maestros nos han explicado cuando éramos colegiales de primera enseñanza. Conozcamos ahora la nomenclatura del bolígrafo.


    .El cuerpo: puede ser de metal o de material plástico, opaco o transparente. El capuchón: en los modelos que no son retráctiles, sirve para proteger la punto. Está provisto de un «clip».

    La parte mecánica: es el dispositivo de resorte que, mediante la presión de un pulsador, permite que vuelva a entrar la punta que escribe dentro del cuerpo de la lapicera (punta retráctil).El depósito de tinta: puede ser de metal o de material plástico transparente, para que sea visible el nivel de la carga de tinta.

    La punta de latón: retiene la esferita de acero que da el nombre a este tipo de lapicera. Hay puntas cuya esfera mide alrededor de 1 mm., para la escritura normal; otras miden algo menos (0,7 mm.), y son para escritura más fina
    .
    Los bordes de la punta se cierran sobre la esfera 12/100 de milímetro más allá de su ecuador.
    De esta manera, la esfera no podrá salirse de la punta.

    LAS VENTAJAS EN AQUELLA ÉPOCA

    Elimina los tinteros El bolígrafo tiene un depósito de tinta que, al descargarse, se cambia por otro, a diferencia de las estilográficas, cuyo depósito se vuelve cargar. Si la esferográfica es de modelo simple» y económico, se cambia hasta la misma punta.



    El bolígrafo tiene, por lo común, una carga cuyo caudal de tinta alcanzaría para el trazado de una línea que se extendiera a lo largo de 2 a 3 Km.

    Elimina los secantes por cuanto la tinta que en ellos se utiliza, seca inmediatamente.

    Escribe con mayor velocidad porque su punta esférica se desliza sobre el papel con mayor facilidad que las puntas de las plumas comunes o de las estilográficas.

    Resiste a las variaciones de la presión atmosférica sin perder tinta; por este motivo es preferible el bolígrafo, sobre todo para las personas que acostumbran viajar en avión.





    https://historiaybiografias.com/birome/

    Última edición por Hyeronimus; 17/11/2019 a las 19:54

  4. #4
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    Re: Inventos y descubrimientos argentinos

    BIOGRAFIA DEL DR. RENÉ FAVALORO VIDA, LOGROS Y PREMIOS OBTENIDOS



    Destacado médico argentino, revolucionó el campo de la cirugía cardiovascular con sus descubrimientos que alcanzaron prestigio internacional.

    Su figura ha merecido el reconocimiento mundial, en la magnitud que pocos alcanzan, por sus notables aportes en el terreno de la cirugía coronaria directa, o revascularización miocárdica, cuya técnica sistematizó y difundió.

    Contribuyó así a salvar las graves obstrucciones coronarias que tantas vidas cobraban, prolongando y mejorando, además, la calidad de vida de numerosos enfermos en todo el orbe.

    Este médico, nacido en 1924 en la ciudad de La Plata, dio sus pasos iniciales como médico rural en la localidad de Jacinto Arauz, La Pampa.

    A los 40 años resuelve trasladarse a los Estados Unidos, a la Cleveland Clinic Foundation, donde durante los siguientes diez años practica la especialidad elegida y desarrolla la técnica que tanto lo destacaría.

    A los 50 años retorna a la Argentina, donde hoy vive y dirige la fundación que lleva su nombre para hacer docencia y práctica y continuar el desarrollo de su técnica.

    Su nombre ha sido inscripto con todos los honores en el Hall de la Fama, en Washington DC. La Cleveland Clinic Foundation lo recuerda con un emotivo monumento.

    En el país pudo concretar el inicio de la fundación que lleva su nombre para fomentar la investigación y la docencia.

    Favaloro nació en 1924, se graduó en 1949 y ejerció 12 años como médico rural en la localidad de Jacinto Aráoz.

    En 1962 se fue a la Cleveland Clinic, donde ganó fama y prestigio mundiales. Entonces decidió regresar al país, en 1971, para crear, cuatro años más tarde, la Fundación Favaloro, a la que imaginaba idéntica a la Cleveland estadounidense.

    La Fundación le permitió formar más de 400 médicos residentes bajo su supervisión, atender más de 347.725 consultas, 273.276 estudios no invasivos, 19.262 cateterismos, 5.894 cateterismos terapéuticos, 470 trasplantes y 20.174 cirugías.


    BIOGRAFIA Y LOGROS CIENTFICOS


    Nacido en La Plata el 12 de julio de 1923, hijo de un carpintero y de una modista, René Favaloro vivió una infancia pobre en el barrio El Mondongo,
    un barrio de inmigrantes. De su padre a través de la carpintería logró una sorprendente habilidad manual.

    En los potreros aprendió a amar el fútbol, y se hizo un hincha fanático de Gimnasia y Esgrima.Estudioso, fue un alumno aplicado, que hizo de la autodisciplina una filosofía de vida. Finalmente decidió inclinarse por la medicina.

    En 1949 se graduó como médico en la Universidad Nacional de La Plata.

    Para él, la medicina era un apostolado, tal como la consideraban los maestros griegos.

    Desde que era estudiante había pensado en ejercer su profesión en algún pueblo del interior.

    En 1950 se radicó en Jacinto Aráuz, un perdido pueblito de La Pampa. Se integró con los lugareños, lo que le permitió ir descubriendo las profundas necesidades sanitarias de su pueblo.

    Casado con María Antonia, su novia de la escuela secundaria, Favaloro pasó a ser en ese rincón pampeano el médico de todos.

    Austero, vivió con su mujer en una vieja casa. En su libro Recuerdos de un médico rural, cuenta: » En ella empezamos a organizar eso que llamamos clínica y que, en verdad, era sólo un centro asistencial adecuado a las necesidades de la zona».

    Dos años después de la radicación de Favaloro en La Pampa, llegó su hermano, también médico, y con grandes sacrificios armaron una sala de cirugía.

    Empecinados, trabajando más de 12 horas por día, los dos hermanos pudieron por fin comprar un equipo de rayos X.

    Escribía, «Todo lo que ganábamos lo invertíamos para agrandar y mejorar la clínica. Jamás compramos una sola hectárea de campo en Jacinto Aráuz.»

    Pero su destino no era el de ser un buen médico rural, y decidió buscar otros horizontes y profundizar su especialización en la medicina.

    Así, viajó a los Estados Unidos, a la Cleveland Clinic, para acrecentar sus conocimientos en cardiología.

    Allí permaneció durante diez años, dedicándose a la investigación y a la práctica de modernas técnicas quirúrgicas.

    Llegaría así su gran y trascendental aporte a la cirugía cardiovascular: la técnica del bypass, es decir, la cirugía directa de revascularización miocárdica, una técnica que desarrolló él personalmente y que consistía en salvar las obstrucciones en los vasos sanguíneos al construir un puente entre dos venas o arterias.

    La primera operación la hizo con una técnica personal y distinta a las que se utilizaban en ese momento: reemplazó el trozo de arteria coronaria dañado por una porción de vena safena.

    En 1992, The New York Times lo consideró un «héroe mundial que cambió parte de la medicina moderna y revolucionó la medicina cardíaca».

    El diario estadounidense no exageraba: Favaloro realizó 13.000 by-pass hasta sus 69 años, cuando decidió dedicarse íntegramente a la enseñanza.

    Su paso por la célebre Cleveland Clinic, sus hallazgos científicos, le dieron un prestigio internacional que su modestia trataba de atenuar.

    Es larga la lista de distinciones internacionales que recibió. Pero la que mas lo emociono fue cuando en 1980 la Universidad de Tel Aviv lo designó Doctor Honoris Causa.

    Las ofertas de clínicas de prestigio internacional, que Favaloro recibía en forma permanente, no pudieron disuadirlo de su regresó a la Argentina en julio de 1971.

    Regresó a la Argentina en 1971, con la determinación de poner a nuestro servicio su prestigio y méeritos en aras de lograr que la medicina estuviera al servicio de la gente.

    Una vez en el país, su centro de operaciones fue el Sanatorio Güemes; posteriormente crearía la Fundación Favaloro.

    En el Sanatorio Güemes se hizo cargo del Departamento de Diagnóstico y Tratamiento de Enfermedades Toráxicas y Cardiovasculares.

    Tenía por objetivo, además, fundar una escuela en esa especialidad, convocando a una pléyade de médicos que estuvieran en la cima de la técnica profesional en su tiempo.

    Favaloro era una figura querida y respetada por toda la sociedad, que lo veía en televisión en programas periodísticos y de interés general difundiendo conocimientos básicos para la prevención y el tratamiento de enfermedades y demostrando una preocupación sincera y profunda por los problemas sanitarios.

    Su nombre también aparecía ligado a gestos caritativos en favor de sectores muy humildes de la población, actos que ocultaba con un pudor que no podía disfrazar su esencial nobleza.

    Desde entonces su prestigio fue en aumento. Organizó la Fundación Favaloro, que ha realizado decenas de trasplantes de corazón en el país.

    Nunca tuvo pelos en la lengua, denunció la corrupción de la dirigencia política y propugnó una medicina social al servicio del hombre.Le gustaba hablar sobre casi todos los temas, con palabras sencillas pero cargadas de crudeza lógica, que normalmente provocaban rechazo en los sectores de poder.

    Como Médico lógico y cabal, no dudó en dar a conocer nuevos conceptos, que no siempre caían bien en sus colegas, como el que tomar con moderación un poco de vino y unos tragos de whiskypodrían prevenir la ateroesclerosis.

    La recurrente crisis económica argentina, las fatigosas y al parecer imbatibles trabas de la burocracia y la desidia estatal, angustiaron a Favaloro y le hicieron temer por el futuro de su Fundación.

    Ante tanto abatimiento decidió quitarse la vida.

    El hecho trágico e inesperado produjo una gran consternación popular.

    A Favaloro se lo admiraba por su pericia como uno de los mejores cardiocirujanos del mundo, pero más aún, se lo quería por su humanidad que desbordaba más allá de la compleja y sofisticada profesión.

    RECONOCIMIENTOS Y DISTINCIONES

    Favaloro fue miembro activo de 26 sociedades, correspondiente de 4, y honorario de 43. Recibió innumerables distinciones internacionales entre las que se destacan: el Premio John Scott1979, otorgado por la ciudad de Filadelfia, EE.UU; la creación de la Cátedra de Cirugía Cardiovascular «Dr René G. Favaloro» (Universidad de Tel Aviv, Israel, 1980); la distinción de la Fundación Conchita Rábago de Giménez Díaz (Madrid, España, 1982); el premio Maestro de la Medicina Argentina (1986); el premio Distinguished Alumnus Award de la Cleveland Clinic Foundation (1987); The Gairdner Foundation International Award, otorgado por la Gairdner Foundation (Toronto, Canadá, 1987); el Premio René Leriche 1989, otorgado por la Sociedad Internacional de Cirugía; el Gifted Teacher Award, otorgado por el Colegio Americano de Cardiología (1992); el Golden Plate Award de la American Academy of Achievement (1993); el Premio Príncipe Mahidol, otorgado por Su Majestad el Rey de Tailandia (Bangkok, Tailandia, 1999).






  5. #5
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    Re: Inventos y descubrimientos argentinos

    El primer largometraje de dibujos animados de la historia


    No, no fue Blancanieves y los siete enanitos la primera película de animación de la historia, como siempre se ha dicho y la propia Disney se ha encargado de repetir una y otra vez; antes de que Walt emprendiera su hazaña, hubo otros pioneros, entre los que brilla con luz propia el italo-argentino Quirino Cristiani, que se adelantó por 20 años a la famosa producción norteamericana.

    Cristiani llegó a Argentina con 4 años de edad en el 1900; desde pequeño mostró gran habilidad por el dibujo, de manera que siguió sus estudios en la Academia de Bellas Artes. Mientras tanto, otro italiano emigrado a Argentina, Federico Valle, empezó a producir sus propios noticiarios y documentales de actualidad; Valle había sido colaborador de la empresa de los Lumiere en Europa y su depurada técnica hizo que sus noticiarios Actualidades Valleadquiriesen cierta popularidad.

    Valle contrató a Quirino Cristiani para realizar una aportación en dibujos animados para uno de sus noticiarios; Cristiani aprendió los rudimentos a partir de unas cintas de Émile Cohl que Valle tenía entre sus posesiones; Cohl era un pionero de la animación de origen francés con el que Valle había tenido cierto contacto en su estancia en Europa.

    La aportación de Cristiani para el noticiario de Valle duraba dos minutos y medio y recibió el título de La intervención en la provincia de Buenos Aires. En ella se reproducía con marcado caracter de sátira política la diatriba del presidente del momento, Irigoyen, contra el gobernador de Buenos Aires, Marcelino Ugarte. Irigoyen era un político de pasado revolucionario y con cierta tendencia a la demagogia, admirado por el pueblo llano y despreciado por los conservadores.

    Ni a Valle ni a Cristiani les interesaba excesivamente la política, pero a los argentinos si, y el pequeño corto fue todo un éxito, dado que la popularidad de Irigoyen estaba en entredicho por culpa de sus encendidas diatribas contra la corrupción; así pues, Valle propuso realizar una sátira política animada sobre el presidente.

    El resultado fue El Apostol, la primera película animada de la historia, cuyo guión visual, diseño, dibujos y dirección fueron obra de Quirino Cristiani; la película fue un éxito rotundo, y en ella se emplearon unos 58.000 dibujos hechos a mano y rodados en fotograma de 35 mm. El nombre de la película era una ironía sobre las promesas de acabar con la corrupción de Irigoyen, que aparecía representado como un santurrón que lanzaba rayos contra los malvados y acababa destruyendo la ciudad de Buenos Aires.

    En 1931, tras numerosos cortos y algún largo animado mudo, volvió a adelantarse a la Disney haciendo el primer film animado sonoro: Peludopolis, que también atacaba al reelecto presidente Irigoyen; la película mostraba aspectos muy crudos de la sociedad y la política de entonces, hasta tal punto que resultó ser un fiasco entre el público y un escándalo entre la clase dirigente; a partir de entonces, el trabajo de Cristiani fue más irregular y distanciado en el tiempo.

    Entre otros logros, Cristiani fue jefe de publicidad de MGM en Argentina, patentó una mesa para realizar dibujos animados e incluso fue tentado por Walt Disney en persona en los años cuarenta para detentar un cargo en su estudio; Cristiani no aceptó la oferta de Disney para no descuidar su propio laboratorio fotográfico, el más importante de Argentina en aquel entonces. Desgraciadamente, una serie de catastróficos incendios en sus almacenes destruyó casi toda su obra, quedando conservada tan solo El mono relojerode 1938. Por este hecho, Cristiani se retiró del mundo del cine a principios de los 60.

    En los años 80, la obra de Cristiani vuelve a hacerse popular gracias a la investigación de jóvenes realizadores. Antes de morir en 1984, Cristiani recibe numerosos premios de parte del gobierno italiano y argentino; entre sus honores se encontraba por fin el reconocimiento de haber creado la primera película de animación de la historia.

    Fuentes:
    http://www.ciudadjardinonline.com/el.../num.asp?id=16
    Cristiani
    http://es.wikipedia.org/wiki/Quirino_Cristiani



    https://ecmes.wordpress.com/2006/09/...e-la-historia/







  6. #6
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    Re: Inventos y descubrimientos argentinos



    Si bien el carácter personal y diferenciado de las huellas dactilares había sido descubierto por el inglés Francis Galton (el primo de Darwin) a fines del siglo XIX, quien elaboró un verdadero sistema de identificación fue Juan Vucetich




    Sistema Dactiloscópico Argentino





    El Sistema Dactiloscópico Argentino fue creado por Juan Vucetich, entrando en vigencia en 1896, y es utilizado para identificar personas, formando parte de las Ciencias de la Criminalística a través de la rama de la Papiloscopía.


    La identidad “es la cualidad inherente a cada ser o cosa de ser igual a sí misma y diferente a los demás de su mismo género y especie, debido a un conjunto de características y particularidades de origen congénito o adquirido”, esto es conocido como el principio de mismidad.


    Papiloscopia



    La Papiloscopia es la especialidad encargada de la búsqueda, revelado, levantamiento y cotejo de rastros papilares y la posterior identificación de los individuos a partir del conjunto de características, particularidades o pequeños detalles de origen congénito que presentan las líneas papilares.



    Tiene por objeto el estudio de los dibujos papilares obrantes en la epidermis de la tercera falange de los dígitos de las manos (Dactiloscopia), la cara interna las manos –palmas– (Palamestocopia) y la planta de los pies (Pelmatoscopia), a los fines de establecer identidad física humana de manera fehaciente, categórica e indubitable.


    Los dibujos papilares, o papilogramas, tienen su origen en la dermis[1] y se visualizan a través de la epidermis[2], formando crestas y surcos a partir de la terminación de los conductos excretores de las glándulas sudoríparas (poros).


    Los dibujos papilares reúnen tres condiciones que constituyen el fundamento de la identificación papiloscópica:


    1. Perennidad: Las conformaciones papilares se generan entre el 4º y 5º mes de vida intrauterina y persisten en el individuo hasta después de su muerte, cuando se produce la disgregación de tejidos por acción de la putrefacción cadavérica. Las alteraciones que sólo dañen la epidermis originan desaparición temporal.
    2. Inmutabilidad: Los dibujos papilares no cambian.
    3. Variedad: Es tan infinita la variedad existente entre papilogramas pertenecientes a todos los individuos de todas las razas, sin excepción, que se ha podido afirmar que no existen dos iguales.


    En la Dactiloscopia, los surcos, o bajos relieves, y las crestas, o altos relieves, dan origen a los dactilogramas naturales, que son aquellos que se observan directamente del dedo. Los dactilogramas artificiales resultan de estampar sobre una superficie idónea el pulpejo (tercera falange del dedo) entintado, y se hallan conformados por líneas (impresión de las crestas) y espacios (no impresión de los surcos).



    Dactilograma natural Dactilograma artificial




    El Sistema Dactiloscópico Argentino



    Es eminentemente déltico y dual. Es déltico porque se basa, para su clasificación, en la presencia o ausencia de deltas, y en el primer caso según su ubicación respecto al observador. Es dual, porque se aplica tanto a la población delictiva como a los ciudadanos comunes.


    El delta es una figura triangular, compuesta por una rama ascendente, y otra descendente, pudiendo tener o no apéndice o cola.




    Delta negro Delta blanco


    El delta también divide al dactilograma en tres regiones distintas de estudio, las cuales son:


    Los cuatro tipos fundamentales en los que se clasifica el Sistema Dactiloscópico Argentino son:


    • Arco: Todo dactilograma carente de delta.




    • Presilla Interna: Todo dactilograma que presente uno, dos o más deltas a la derecha del observador.




    • Presilla Externa: Todo dactilograma que presente uno, dos o más deltas a la izquierda del observador.




    • Verticilo: Todo dactilograma que posea dos o más deltas opuestos y enfrentados.



    La Individual Dactiloscópica



    En base a los cuatro tipos fundamentales descriptos, el Sistema Dactiloscópico Argentino utiliza la individual dactiloscópica para fichar a cada individuo, clasificarlo y así poder acceder a su identificación más fácilmente.


    Esta individual dactiloscópica se forma con una letra y cuatro números, siendo la letra lo que representa al tipo fundamental del dedo pulgar, y los demás números a los dedos índice, mayor, anular y meñique, respectivamente.


    Para los pulgares las opciones pueden ser:


    • Si es un arco – letra A
    • Si es una presilla interna – letra I
    • Si es una presilla externa – letra E
    • Si es un verticilo – letra V


    Para los demás dedos las opciones pueden ser:


    • Si es un arco – número 1
    • Si es una presilla interna – número 2
    • Si es una presilla externa – número 3
    • Si es un verticilo – número 4


    Si no es posible identificar el dactilograma por la existencia de alguna cicatriz, se coloca, sin distinción de dedo, la letra X; si falta un dedo, se coloca el número 0.


    De esta forma se constituye la sistematización de la recolección de huellas, clasificación y posterior acceso según el Sistema Dactiloscópico Argentino.


    La identificación final, fehaciente – categórica – indubitable, se logra a través de la ubicación de los puntos característicos[3] en un dactilograma y comparándolo con otro, ambos de igual tipo fundamental.


    Si coinciden en ubicación, dirección y sentido se puede hablar de que las huellas corresponden a la misma persona. Si bien no hay un mínimo científico establecido, para la justicia actual en Argentina, se necesita un mínimo de 12 puntos característicos para poder establecer identidad.



    Aquí finaliza este posteo, con la esperanza de poder generar algún aporte de interés para quiénes quieran saber algo más de criminalística y sacarse algunas dudas.


    Espero sus comentarios y pedidos para hablar sobre más temas relacionados a esta interesante ciencia.

    Saludos


    [1] Capa profunda y gruesa de la piel, ubicada bajo la epidermis.


    [2] Superior y última capa de la piel, en contacto con el exterior.


    [3] Formaciones, dibujos específicos, que se reconocen en un dactilograma; son ocho: punto, islote, cortada, horquilla, empalme, extremo de línea, bifurcación y encierro.





    https://criminalisticaparatodos.word...ico-argentino/
    Última edición por Hyeronimus; 18/11/2019 a las 21:54

  7. #7
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    Re: Inventos y descubrimientos argentinos

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    Bernardo Houssay, el argentino Premio Nobel de Medicina ¿Sabés por qué lo ganó?

    LUCÍA VERNETTI

    Bernardo Houssay fue el primer científico latinoamericano en recibir el Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1987. Se desempeñó como primer presidente del CONICET y fue un dedicado profesor e investigador en prestigiosas universidades.

    Nació en Buenos Aires el 10 de abril de 1989, y en su memoria, se celebra en esta fecha el Día de la Ciencia y de la Técnica en Argentina.

    Sobre Houssay, un adelantado

    Con solo 13 años terminó el secundario en el prestigioso Nacional Buenos Aires. A los 14 se inscribió en la Escuela de Farmacia que formaba parte de la Facultad de Ciencias Médicas y los 17 (cuando muchos estamos planeando el viaje de egresados), él obtenía el título de farmacéutico.

    A los 23 se graduó de médico en la Universidad de Buenos Aires. Sus profesores ya vislumbraban una más que exitosa carrera en el campo de la investigación por delante.

    Los aportes de Bernardo Houssay a la medicina son incontables.

    Logró establecer el papel de las hormonas pituitarias en la regulación de la cantidad de azúcar en sangre (glucosa), investigación que lo galardonó con el Premio Nobel y posibilitó nuevos avances en el tratamiento de la diabetes.

    Otros aportes a la medicina

    Además, se desempeñó en el ámbito de la enseñanza, como profesor de Fisiología en la Facultad de Veterinaria y en la de Ciencias Médicas de Buenos Aires.

    A pesar de haber tenido muchas propuestas para trabajar en el extranjero no las acepto. Él que quería contribuir fielmente a la Argentina y formar investigadores para el desarrollo científico nacional y universal, convicción que lo llevó a desempeñarse como director del Instituto de Fisiología de la Facultad de Medicina.

    “Los becarios pudimos estudiar gracias a los recursos aportados por todos nuestros compatriotas y tenemos el deber de retribuirles trabajando aquí y tratando de sacar adelante el país”

    Houssay investigó y publicó en numerosas revistas nacionales e internacionales sobre infinidad de temas. También formó excelentes investigadores como el argentino Luis Federico Leloir, Premio Nobel de Química y el sueco Ulf Von Euler, Premio Nobel de Fisiología.

    Cada 10 de abril se rinde homenaje a Bernardo Houssay por haber sido impulsor y ejemplo en el plano de la medicina, la investigación y la docencia no solo para Argentina, sino también para el resto del mundo. Ejemplos de grandeza sí los hay.


    https://www.vix.com/es/ciudadanos/17...=internal_link



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