"Aquí no llegó la Revolución

El último régimen feudal de Europa

El honorable parlamento, tres cuartos de cuyos miembros ostentan escaño por linaje familiar, ha tenido que convocar un referéndum para introducir en el país los usos democráticos. Lo impone la Unión Europea. Hablamos de la Isla de Sercq (en inglés, Sark), cinco kilómetros cuadrados en el Canal de La Mancha, frente a Normandía. Sus seiscientos habitantes tendrán que decidir si siguen las imposiciones de Bruselas o si, por el contrario, se mantienen como el último régimen feudal de Europa. El Seignour de Sercq, John Michael Beaumont, no ha dicho ni mu. El Senescal, presidente del parlamento, anuncia el referéndum para 2011. No tienen prisa. Allí el tiempo corre de otra manera.



Elmanifiesto.com


El parlamento de la isla anglonormanda de Sercq (en inglés, Sark) ha votado para que se celebre un referéndum sobre la conveniencia (o no) de adoptar la democracia en el país. El referéndum, en todo caso, no se celebrará hasta 2011, porque en Sercq no hay prisas. Nunca las ha habido. Es el último régimen feudal de Europa y, hasta ahora, les ha ido muy bien.

Este parlamento está compuesto por cincuenta y dos miembros que pertenecen a dos estamentos. Cuarenta son los “tenientes”, los propietarios de tierras, que ocupan sus escaños por descender de los cuarenta linajes originales de la isla. Los otros doce son los “conserjes”, el estado llano, elegidos por los habitantes no propietarios.

Lo que este referéndum planteará es si todos los parlamentarios deben ser elegidos en sufragio directo, acabando así con el privilegio de los “tenientes”. Quienes deben tomar tal decisión son los ciudadanos de Sercq: seiscientas personas. Mientras tanto, el parlamento decidió también implantar un periodo de transición durante el cual se modificará la composición de la cámara: a partir del año que viene sólo habrá 28 miembros; los conserjes seguirán siendo doce, pero los tenientes reducirán su número a dieciséis.

Estas medidas de “progreso” no han sido decididas por los seiscientos ciudadanos, sino que vienen impuestas por la Unión Europea. En efecto, Bruselas considera que el sistema político de Sercq infringe la legislación comunitaria sobre derechos humanos. Los humanos que habitan en Sercq nunca se lo habían planteado así, pero no es cosa de enfrentarse a la Unión. El Senescal Reg Guille, presidente del Parlamento, se ha manifestado “aliviado” por la decisión del parlamento serqués: “Ahora podremos avanzar y concentrarnos sobre temas igualmente importantes para la salud financiera de la isla”, ha declarado a la AFP. En efecto, si el referéndum decide que el parlamento sea enteramente elegido por sufragio, Sercq entrará en el área de la Convención Europea sobre derechos humanos. El problema se planteará si los ciudadanos de Sercq deciden, democráticamente, que no.

Sólidas tradiciones
La situación político-institucional de Sercq es compleja. Estas islas anglonormandas, en el canal de La Mancha, dependen directamente de la Corona británica, pero no pertenecen ni al Reino Unido ni a la Unión Europea, sino que el dominio del rey de Inglaterra se ejerce a través de su título de Duque de Normandía. Bajo su autoridad, el gobierno de la isla es cosa del Señor (Seignour) de Sercq, soberano insular, que desde 2005 es John Michael Beaumont, hijo y sucesor de Sybill Hathaway, anterior Dama de Sercq.

Con una superficie de cinco kilómetros cuadrados, Sercq es la más pequeña de las cuatro grandes islas del canal de La Mancha: Jersey, Guernesey, Alderney y Sercq (o Sark). Aunque internacionalmente pertenece a la Corona británica y judicialmente depende de la Corte de la vecina Guernesey, Sercq es institucionalmente el estado independiente más pequeño de la Mancomunidad Británica de Naciones y el último bastión del feudalismo en Occidente. La singular condición de Sercq se remonta a 1565, cuando la reina Isabel I, la llamada “reina virgen” (“virgen por delante y mártir por detrás”, según decían los españoles de aquel procaz siglo XVI), ofreció la isla a un aristócrata de Jersey, llamado Hélier de Carteret, para que la colonizara y la protegiera de los piratas. Las leyes del lugar no han cambiado mucho desde entonces.

Sercq (o Sark) vive, esencialmente, del turismo. Su población estable de 600 habitantes se duplica durante el verano. En la isla está prohibido usar vehículos de motor: sólo se puede transitar en bicicletas, coches de caballos y tractores. Decimos “la isla” pero, en realidad, son dos: la Gran Sark (al norte) y la Pequeña Sark (al sur), conectadas por un estrecho y alto istmo que mide tres metros de ancho y se eleva noventa y dos metros sobre el nivel del mar. En 1900 hubo que poner pasamanos de protección en este pasadizo natural: hasta esa fecha los niños tenían que cruzar de una isla a otra arrodillados, para evitar que el viento los arrojara al mar. Hoy ese pasadizo está surcado por una práctica carretera de hormigón: fue construida por los alemanes, que ocuparon la isla durante la segunda guerra mundial."

http://www.sark.info/

http://en.wikipedia.org/wiki/Sark