El locutor Kaj Vilhelmsen

Los musulmanes europeos dan sus primeros y efectivos pasos hacia la implantación de un sistema de medios de comunicación parecido al que opera en irán o Marruecos. Poco a poco han logrado que los políticos europeos antepongan lo que los mahometanos llaman "incitaciones al odio" a la libertad de expresión que tanto nos costó lograr a los europeos.

Proclamar lo evidente, sólo hay que leer el corán, puede costar caro en esta Europa acomplejada que ha sido herida varias veces por las bombas islamistas. Muy pronto España se sumará a la censura que comienza a vivirse en otros países europeos.

En Dinamarca, según informa la web radical islámica española Webislam, el comentarista Kaj Vilhelmsen ha sido acusado de violar las leyes antirracistas por sus comentarios antimusulmanes. Los comentarios pedían la expulsión de los islamistas radicales. Las denuncias islámicas pueden hacer que la emisora en la que trabajaba el locutor, Radio Holger, pueda perder su licencia de emisión. Otra victoria islamista que logra deshacerse de una voz crítica europea.

El inspector de la policía de Copenhague, Ove Dahl, ha dicho que Vilhelmsen "ha admitido el haber dicho ciertas cosas, pero niega haber hecho declaraciones racistas." "Corresponde a los tribunales el determinar si este tipo de declaraciones constituyen una violación de las leyes antirracistas,". Vilhelmsen hace frente a una pena de dos años de prisión si es condenado por estas declaraciones.

Por su parte, el Comité de Emisiones de Radio Dinamarca ha decidido celebrar un encuentro de emergencia el 16 de agosto con el fin revocar la licencia de Radio Holger.

Un reciente informe de la Federación Internacional de Derechos Humanos de Helsinki ha advertido que las minorías musulmanas en Europa han estado experimentando diversas formas de hostilidad, desconfianza y discriminación en los últimos años, cuestiones éstas que parecen extrañarles tras las bombas de Madrid y Londres.

Los musulmanes daneses, estimados en 170.000 y en su mayoría inmigrantes, son el 3% de la población del país, y el Islam es la segunda religión en Dinamarca, tras la Iglesia Protestante Luterana, a la que pertenecen cuatro quintos de la población del país.