No quiero entrar a valorar si los toros como "fiesta", "cultura" o "tradición", debieran ser prohibidos o no, por cuanto pudiera tener de crueldad con los animales. Esto sería para un tema en sí y sobre todo los argumentos serían bastantes personales.
Lo que quería entrar a poner en debate, es si la prohibición que ha legislado el "parlamento catalán", ha sido una decisión contra la "tortura animal" o un acto más de antiespañolismo, me explico.
Seguramente el toro en la plaza sufre y acaba sucumbiendo. pero ¿sufre menos en los "bous al carrer" de las fiestas que se realizan en multitud de pueblos en Cataluña y Valencia? Se argumenta que estos no han sido prohibidos por cuanto de "popular" tiene arraigado, y por tener un coste electoral elevado. Los encierros, los toros embolados, no se tocan, no son TRADICIONES ESPAÑOLAS, si no más "de la comarca".
En toda Europa y mayoría de países civilizados, es de obligado cumplimiento que todos los animales que se sacrifican, toros, corderos, conejos, pollos etc... sean aturdidos antes de ser degollados y/o desangrados, para evitar el sufrimiento de estos. Pero los musulmanes y judíos, por prescripción "divina" tienen que degollarlos sin aturdirlos y dejarlos que mueran desangrándose. ¿no es eso más cruel que morir de un espadazo? ¿preferiríais cualquiera de vosotros morir agonizando durante minutos con la yugular y la tráquea cortada, o de un estocazo?, pero claro ¿quién se metería con el sistema Halal de muerte de animales? sería tratado de "racista".
Entendería una ley que luchase contra el maltrato animal en cualquier entorno. Pero esta ley antitaurina, no es una ley contra el maltrato, si no una ley contra lo que pueda ser seña de identidad española en zonas de renegados. Si no quieren toros, que no asistan, como no lo hago yo, que celebren sus fiestas populares con más ainco que las generales de España, pero que no prohiban por española una fiesta como la de los toros, que es ya tradicional y popular como ninguna.
A estos se les ven las plumas antes que a los indios, por supuesto que ha sido un acto de antiespañolismo. ¿Excusa? una recogida de firmas de los anti-taurinos, a los cuales yo no veo protestar porque continúen las fiestas del "toro embolado", ni el "alanceado", ni el "ensogado", ni el "ninguna otra salvajada", por muy pretendidamente "tradicional" que se quiera pintar el asunto.
Aquí he manifestado en más de alguna ocasión, y casi provocando la polémica, que a mi no me gusta esta fiesta. Nunca me ha gustado y he tenido que dejar bien claro que soy tan español como el más encendido y entusiasta de los aficionados. Pero en esta ocasión me he puesto del lado de los taurinos porque el modo de actuar ha sido demagógico, chulesco y repugnante. Además, cuando se habla de la españolidad de la fiesta, se olvida que en Portugal, Francia, Méjico, Colombia y otros países del Orbe Hispano, pero que no puedo precisar, también es su fiesta. Como lo es en diferentes partes de España, ¿alguien se imagina San Fermín sin toros?, por ejemplo. Pero también ha sido chusco y barriobajero lo que se ha vertido en la Prensa pesebrera y mantenida, algo muy propio de ella, cuando han puesto en portada la imagen de una plaza, la de Barcelona, medio vacía con motivo de no sé qué festejo. ¡Pues claro! ¿y que esperan en pleno mes de julio con mucha gente de vacaciones? pero también hay que decirles que con ¡¡¡ 5 millones de parados !!! muchos de los cuales no creo que estén para andar sacando entradas, ¿y a éstos quienes los han dejado en el paro y cuánta parte se lleva Cataluña?
A estos tiorros y tiorras, estos demagogos desvergonzados, quisiera verlos trabajando de monosabios.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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