Polémica por la policía infantil

El Gobierno echó al capellán que armó la polémica “Policía Infantil” http://www.diariojornada.com.ar/temp...pdf_button.png http://www.diariojornada.com.ar/temp...rintButton.png http://www.diariojornada.com.ar/temp...mailButton.png Miércoles, 22 de Septiembre de 2010 19:32 Luego de la tremenda repercusión nacional que cobró la existencia de la “Policía Infantil” en Esquel, de la que dio cuenta este diario, el ministro de Gobierno Héctor Miguel Castro, siguiendo instrucciones del gobernador Mario Das Neves, decidió el pase a disponibilidad como capellán de la Policía de la provincia en Esquel al padre Adrián Alberto Mari, quien “por una iniciativa personal y sin contar con ningún aval oficial daba adoctrinamiento policial a menores en esa ciudad”, reza el comunicado oficial.
El dato lo confirmó el subsecretario de Gobierno y Relaciones Institucionales, Pablo Das Neves, quien precisó que el ministro Castro, instruido por el mandatario, “tomó la decisión del pase a disponibilidad del padre Mari quien estaba hasta este momento en funciones como Capellán de la Policía de la Unidad Regional de Esquel”. El subsecretario añadió que “el comisario mayor Jorge Enrique Gutiérrez, quien es el jefe de Asuntos Internos, viajó a Esquel para iniciar una investigación para tener todos los elementos sobre el hecho, porque esta es una actividad a propuesta del padre Mari y no tiene ningún aval oficial por parte de ninguna autoridad ú organismo de la Provincia del Chubut”.
Según el material disponible en la red social Facebook, la “Policía Infantil” está integrada por 45 chicos de entre 9 y 14 años de edad que, entre otras actividades, aprendían desfile policial a instancias del capellán Mari, al tiempo que practicaban ejercicios al aire libre vistiendo chalecos antibalas oficiales de esa fuerza de seguridad. En su defensa del proyecto, el sacerdote advirtió que la idea era “inculcar valores de familia” a los pequeños y, fundamentalmente, “rescatar su vocación policial”.
Sin embargo, enterado de la novedad, el ministro Castro explicó que además del pase a disponibilidad de Mari, el sacerdote “no contaba con ningún aval de ningún organismo oficial para realizar este adoctrinamiento policial a menores en la ciudad de Esquel por lo que se tomó esta decisión y además hay en marcha una investigación”.
Al referirse al caso tras un acto en Trelew, el gobernador Das Neves admitió acerca de Mari que “sabemos que es un hombre de bien”, pese a lo cual “los errores se pagan, por eso él siendo capellán de la Policía cometió un error y sí tiene que tener una sanción como corresponde, pero tampoco hay que dramatizarlo”.
El mandatario insistió con que el sacerdote cometió un error por su condición de capellán pero también remarcó que la información a nivel nacional “fue dramatizada”. En este sentido, Das Neves sostuvo que “la población de Esquel lo valoriza (al padre) porque es un hombre que trabaja en los aspectos sociales y por lo tanto hoy había una reacción muy fuerte a favor de él. Pero se excedió en algunas cosas. Lo que puede ser un juego puede ser mal visto, sobre todo con estos fenómenos de las redes sociales como Facebook”.
Asimismo, aclaró que el error de Mari no es comparable a casos –“porquerías”, calificó- como los del padre Julio César Gras, condenado por abuso de menores, ó el del sacerdote Christian Federico Von Wernich, que colaboró con la dictadura militar. Es que el cura de Esquel “es un hombre de bien que trabaja por los demás. Es un lástima que por esto haya quedado salpicado”.
Reacción rápida

Cabe apuntar que ante la novedad, la página del grupo policial en Facebook desbordó de comentarios a favor y en contra. Sus creadores tuvieron la precaucion de quitar del sitio el escudo oficial de la Policía del Chubut. Y lo mismo hicieron con más de 70 fotografías que anoche ya no estaban disponibles. No eran imágenes cualquiera: se trataba de las instantáneas que mostraban a los pequeños ejercitándose con chalecos antibala. Al cierre de esta edición, el sitio informaba que el padre Mari estaba en Rawson, convocado por sus superiores, y que en dos días habría novedades acerca del destino del polémico proyecto.
“Un delirio”

“El Estado debe intervenir para que cese este delirio”. Así lo advirtió la diputada nacional del GEN, Virginia Linares, quien expresó su satisfacción por el pase a disponibilidad del capellán Mari. Linares, junto con su bloque, presentó un proyecto que repudia la creación de este tipo de programas de instrucción infantil para niños e insta al Ministerio del Interior y a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación a tomar las medidas necesarias para terminar con estas prácticas violatorias de la Convención del Niño.
El proyecto de la legisladora señala con preocupación que hoy existen grupos de “Policía Infantil” en otras provincias, algunas con páginas incluida y sólo en Misiones existen más de 27 agrupaciones. “Llama la atención que esta actividad esté permitida por el gobierno nacional, el Estado no debe permitir la construcción de una sociedad autoritaria, tan alejada de los ideales de respeto y disenso que anima a una sociedad democrática. El Estado argentino está obligado a garantizar el cumplimiento de los derechos del niño para un pleno y armonioso desarrollo en un ambiente de respeto amor y comprensión”.
El obispo de Esquel y una dura defensa del capellán
Ante la polémica de la Policía Infantil en Esquel, el obispo de esa ciudad, José Slaby, advirtió que el capellán Adrián Mari tomó la iniciativa a pedido de los familiares de los chicos que están en el grupo, con énfasis en los valores de la persona. En referencia al pedido de miembros de la fuerza de seguridad, señaló que "los hijos de policías también tienen necesidad de reunirse, tener amigos y realizar actividades creativas en los lugares donde viven, ya que por los traslados de sus padres son cambiados del ambiente donde nacieron".
Para el obispo, "el capellán quiso dar respuestas y armó el grupo, no para formar policías pero le puso como nombre Policía Infantil, pensando que está la Gendarmería Infantil, pequeños bomberos y otras agrupaciones". Slaby aseguró que la organización de apuntó a algo similar a los boy scouts, sin adiestramiento ni formación policial. Del motivo de los chalecos antibala, explicó que las imágenes hechas públicas tienen que ver con el momento en que los chicos teatralizaban y hacían de policías. "Tomar esto como un reclutamiento o formación policial es descabellado y fuera de contexto porque somos una sociedad intolerante, con demencia esquizofrénica. Por ponerse un chaleco de policía a un chico no se lo puede convertir en un racista o delincuente".
Además, como el proyecto no está aprobado por la cúpula policial, refirió que el capellán lo hizo sólo para acompañar a los hijos de policías, y "no se trata de una institución policial". En su defensa del cura, recalcó que "es tan respetuoso que en el programa ni siquiera incluyó el catecismo de la Iglesia Católica, porque son encuentros de fraternidad y convivencia que tratan sólo los valores ciudadanos y más aún porque muchos policías no son católicos. No organizó solo sino con los papás, por encima de la religión".
Para Slaby, que el grupo siga "depende de los padres de los chicos que quieran hacerlo, a pesar de los palos que pone la opinión pública". El obispo se reunió con Mari, quien le dijo que quiere seguir. "No tengo nada para reprocharle", reveño, indicando que el tema fue sacado de contexto en medios nacionales y se pretende acusar al cura. Para el religioso, acompañar a los chicos y a los padres policías es misión de la Iglesia. Justificó que las actividades sean en el Casino de Suboficiales de la Policía en que los niños tienen esas instalaciones como un centro cultural. "El padre Adrián no se quiso apropiar de esto sino armar algo para que disfruten juntos", aseveró.
En cuanto a la postura de la Iglesia, Slaby remarcó que "me molesta y me siento dolorido porque nos quieren involucrar como si fuéramos una institución responsable de todos los males que existen en el mundo, demostrando falta de racionalidad en la sociedad actual". En cuanto a si la sociedad vincula a la Iglesia con las fuerzas armadas y de seguridad por la relación que las unió en la dictadura militar, el monseñor Slaby sostuvo: "El padre Adrián tiene 33 años y llevamos 27 de democracia. Ni siquiera está en condiciones de acordarse de esa época porque era un niño". Al obispo le duele que se vincule a la Iglesia con la dictadura. "Jesús entre sus 12 apóstoles tenía un traidor; pudo haber casos pero involucrar a toda la institución como tal no es justo".
-¿Si la Policía decide no seguir con el proyecto, ustedes insistirán?
-El padre Adrián decidirá junto con los papás, porque se está atropellando el derecho de los padres a decidir dónde y cómo pasarán sus hijos el tiempo libre.
Los padres de los pequeños policías
Unos 60 padres de los chicos que integran la Policía Infantil se concentraron ayer por la tarde en la Unidad Regional Esquel, portando carteles con leyendas en defensa de la agrupación creada por el capellán Adrián Mari, hoy en disponibilidad. Con sus hijos, los manifestantes mostraron pancartas contra los medios. "No dejemos que los medios destruyan lo que construimos con amor", decía una. Según madres de los chicos, "lo que molestó es que les colocamos chalecos antibalas a los chicos, cuando en realidad se estaba representando un juego y nosotras, que tenemos 28 y 30 años, aparecemos en la foto con chaleco".
Dijeron que los métodos de Mari son similares a los de los exploradores, con "reflexión, actividad y palabra de Dios; no hay nada que tenga que ver con lo militar". Admitieron que el proyecto fue del sacerdote, que los convocó, y como les pareció muy buena la idea lo aceptaron para buscar cambiar el concepto de que la policía es mala. Además reprocharon que nadie cuestionó el uniforme de la Gendarmería Infantil. En la marcha entonaron cánticos a su favor para luego caminar algunas cuadras hasta el edificio de Telefónica.