Respuesta: Guerra Civil española, cuestiones
Resulta indudable que la situación de la comunidad internacional de entonces, nada tenía que ver con la actual. Además, ningún analista político, ni politólogo "armado" con una bola de cristal, hubiese sido capaz de prever el punto crítico que se alcanzaría 70 años después de la contienda.
En realidad, el Régimen quedó derrotado en 1945. Pese a las posteriores maniobras diplomáticas y la "consagración demoliberaloide" de 1953, eso fue "pan para hoy y hambre para mañana", algo que a la vista salta. Pero, no obstante, el "franquismo", dada la personalidad en quien estaba encarnado el Régimen, ha sido un claro caso de "cesarismo". El "bonapartismo" que menciona Donoso, es otra manifestación "cesarista".
Este tipo de régimen se caracteriza por fundamentarse en una dictadura personal con apoyo popular que se mantiene gracias a la lealtad del ejército. En sus aspectos externos usa de formas democráticas, como el mantenimiento de un parlamento (en España lo fueron Las Cortes) cuya función está limitada en mayor o menor grado, y el uso de algunos plebiscitos que le dan continuidad.
El franquismo, contra lo que sostienen sus enemigos, nunca fue fascista, le faltan la mayor parte de los rasgos que definen a éste. El primero es que cuando fallece "el césar", el régimen se entierra con él. Y es que el "cesarismo" suele carecer de una ideología concreta y extrae lo que parece definirla de la tendencia general del momento que lo sustenta. En el caso de Franco hablamos de una mixtura entre "catolicismo, tradición, nacionalismo y revolución" con un líder cuyo carisma proviene de la propia definición de "Caudillo" basada en la antiquísima "devotio ibérica" tan característica de nuestra Historia y Cultura y que llevaba a la tumba también a los más fieles. El cual, siendo conocido como "caudillismo", es otra variante del "cesarismo".
Indudablemente, otra cosa no ha sido posible pues la fuerza y deriva de los acontecimientos internacionales, y España nunca ha sido un sistema cerrado, ni lo podría ser por más empeño que se pusiera, ha traído esta situación que tanto nos repugna.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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