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Tema: El Primer símbolo de España, la cruz visigoda.

  1. #1
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    El Primer símbolo de España, la cruz visigoda.

    La cruz visigoda como lábaro de la reconquista

    Por E. Monsonis

    De entre los símbolos más importantes utilizados durante los primeros tiempos de la Reconquista destaca la cruz de brazos trapeciales e iguales, llegada a nuestros días como principal emblema heráldico de Asturias, y primitivo lábaro de la reconquista, adoptado por los reyes asturianos como emblema de la monarquía junto a otros modos y costumbres visigóticas «pues en mostrarse heredera de estos visigodos residía su más prestigiosa razón de ser».(1)

    Es conocida por los historiadores e investigadores de esta parte de la historia la aspiración por parte de los monarcas asturianos de restablecer la continuidad visigoda en el naciente enclave, cuna de los posteriores reinos de León y Castilla que finalizarían la reconquista europea del territorio de la península ibérica a los moros, iniciado por sus antepasados de estirpe goda desde la primera llegada de aquellos. Ya uno de los primeros monarcas asturianos, Alfonso I, que reinó entre el 739 y el 756, quien fuera yerno de Pelayo –a su vez de la estirpe real de Kindaswindus, y espatario del rey Egik–, primer rey neogodo elegido al estilo germánico, elevándolo sobre su propio escudo por sus más nobles guerreros, y que arrojó a los moros de Galicia y de León, se vanagloriaba de ser de «stirpe regis Recaredi et Ermenegildi». Por su parte, su nieto Alfonso II afirmaba en el Epítome Ovetense del año 883, también llamada Cronicón Albeldense «omnem gothorum ordinem sicuti Toleto fuerat, tam in ecclesiam quam palatio in Oveto, cuncta statuit» («todo el orden de los godos tal como existió en Toledo quedó instituido en la Iglesia y la corte de Oviedo»), y es en dicha crónica tal como apunta Hernández Sáez en Las Castillas y León, teoría de una nación, donde se califica también a la relación de monarcas astures como «Ordo Gothorum Ovetensium Regum»(«relación de los reyes godos de Oviedo»), pues como apunta Gonzalo Menéndez Pidal en su artículo «El lábaro primitivo de la reconquista», «en mostrarse heredera de estos visigodos residía su más prestigiosa razón de ser»(2). Por ello, los modos, costumbres, textos refundidos de la época toledana, rituales y símbolos visigodos se perpetúan en Silos, Cardeña , San Millán y otros centros durante los primeros siglos de la reconquista hispánica. Por su parte, en los nacientes reinos peninsulares –en todos, no sólo en el asturiano–, el rito godo dentro de las costumbres religiosas continuó en vigor hasta el año 1071 fecha en la que el legado del papa Alejandro II, Hugo, fue a San Juan de la Peña y en presencia del rey Sancho Ramírez de Aragón y de toda su corte, obispos y abades, celebró la primera misa pascual conforme al rito romano, originando con ello toda una reforma en la que fue preciso copiar miles de códices para asegurar la difusión de la nueva liturgia, sustituyéndose la letra gótica, en vigor hasta esas fechas, por la carolina, y modificándose el calendario litúrgico y el santoral. También en el campo de la lingüística, la onomástica o el de la legislación, o bien en el mundo de la literatura de los nacientes reinos peninsulares permaneció un legado visigótico nada desdeñable. En definitiva, «la impronta visigoda está grabada en muchas instituciones medievales y en la epopeya castellana» (3). Y en esta campo, es la cruz cómo lábaro de la Reconquista, una importante seña de identidad de la monarquía visigótica que continuó como tal entre las aristocracias germánicas que iniciaron la reconquista tal como veremos a continuación.

    Tan sólo unos años antes de la batalla de Covadonga, la península ibérica en su totalidad se hallaba bajo el poder del reino visigodo de Toledo, y destacando entre los símbolos godos se encontraba la cruz, antiguo símbolo visigótico representado en numerosas ocasiones de una forma particular, normalmente con brazos iguales, tal como consta en los templos visigóticos de los antiguos reinos de Tolosa y Toledo, y quedando dicha cruz para la posteridad en los emblemas heráldicos de los diversos reinos y condados que devinieron durante la Edad Media procedentes del de Toledo. En la península ibérica, entre las piezas visigodas halladas en los tesoros de Guarrazar y Torredonjimeno se cuentan nunerosas cruces votivas con inscripciones, presencia constatada también en el Liber Ordinum, o en importantes joyas artísticas como la corona de Recesvinto. García Volta, destaca en su obra El mundo perdido de los visigodos , la afición de este pueblo de depositar en los altares cruces junto a otros motivos artísticos (4). Sabemos además por otras fuentes documentales como dice Blanco Torviso, que junto a las representaciones geométricas, vegetales y zoomórficas –repetidas en el llamado «arte asturiano»– destacaban en los templos visigodos resplandecientes elementos suntuarios, «especialmente cruces y coronas votivas» (5). También Fernández Conde y Santos del Valle inciden en que «el mundo tardorromano y visigodo estaba mucho más cercano. Por eso, nada tiene de extraño que las grandes iglesias hispanogodas del siglo VII –San Juan de Baños de Cerrato, San Pedro de la Nave, Santa Comba de Bande, y hasta la misma Quintanilla de Viñas– presentan similitudes estilísticas notorias con la fundación de Silo en su corte asturiana» (6). Ya en tiempos del rey Don Favila, se levantó sobre un dolmen en Cangas de Onís, una de las primeras iglesias cristianas tras la invasión musulmana, llamándose precisamente de la Santa Cruz, observando con ello Besga Marroquín que «si la vinculación de la Santa Cruz con la monarquía asturiana es patente desde el reinado de Favila, no lo es menos con el pasado visigótico» (7), ya que según Menendez Pidal de Navascues, «de todos los pueblos germánicos, solo entre los visigodos se halla este uso de la cruz; (…).Tal signo o emblema de la monarquía visigoda se refuerza por su probable uso como enseña de las milicias reales, llevada la cruz de modo visible, sostenida por el asta, uso que veremos continuado por la monarquía asturiana» (8), añadiendo Besga Marroquín, que «éste debe ser tenido como un elemento más que vinculado al naciente poder en Asturias con el elemento visigodo» (9)

    Por su parte el rey Alfonso II, «de quien el Epitome Ovetense dice que restauró los modos del Toledo visigótico, tanto en palacio como en la Iglesia», mandó labrar una extraordinaria cruz votiva con la forma usual entre los visigodos, es decir, brazos trapeciales e iguales, como los representados en Guarrazar, San Juan de Baños, el tablero de Alcaudete u otras muestras del arte visigótico. Es la conocida como Cruz de los Ángeles.

    También Alfonso III ofreció a la recién construida basílica de Santiago otra cruz similar, ofrecimiento que se repite con sus descendientes Alfonso III y Ramiro II, ya en el 940.

    Por ello, como indica Menéndez Pidal en el trabajo citado «…las cruces conservadas “de los ángeles”, de Santiago y de la Victoria –o la llamada «cruz del secreto» tal como aparece figurada en un pilar visigodo, similar a la de la victoria, con el alfa y el omega– «se nos ofrecen como supervivencias que testifican de qué manera aquella costumbre visigótica, según la cual los reyes ofrecían como dones cruces preciosas a sus iglesias, siguió siendo practicada por los reyes asturianos deseosos de persistir en los modos toledanos» (10),costumbre que pervivirá al menos hasta el siglo XIII. Por su parte, el Liber ordinum en sus diversas ediciones nos describe con todo detalle como el rey visigodo-asturiano era recibido por el obispo y el clero en la iglesia pretoriana, recepción en la que era protagonista la cruz como estandarte victorioso de combate, y en la que acabado el ceremonial los caballeros recibían de manos del sacerdote los estandartes. «De donde resulta que la cruz era lábaro de los reyes visigodos y lo siguió siendo de los asturianos, acorde con lo cual quedan bien justificadas las inscripciones de las cruces de Alfonso II y Alfonso III» (11).

    Siguiendo a Menéndez Pidal conocemos que «La vieja tradición española parece haberse distinguido en ciertas peculiaridades: En Santa María de las Viñas un ángel y la figura central de un capitel, actualmente suelto, empuñan cruces de brazos trapeciales e iguales, en una de las cuales se ve claramente el mango que entesta con el pie de la cruz. Ambas van empuñadas con una sola mano y no con dos. En la miniatura de los Beatos, el Ángel de los Vientos marca a los elegidos con una cruz enmangada. Pero la más completa imagen de cómo este lábaro visigótico asturiano era llevado a la guerra, nos la da el estandarte de San Isidoro de León, que en pleno siglo XIII aún representa al santo de Sevilla galopando en corcel que monta con silla de guerra de altos borrenes llevando en la mano derecha una cruz gótica empuñada de igual modo a como lo hace el ángel visigodo de Santa María de Lara o el Angel de los Vientos en los Beatos mozárabes. Así se dice que apareció San Isidoro en el cerco de Baeza; así iría antes los reyes ovetenses o toledanos, el clérigo a quien el rey entregaba la cruz al partir para la guerra desde la Basílica pretoriana, centros ceremoniales donde el rey toma la cruz para partir a la guerra, , basílica en la cual se reunieron de 653 a 702 al menos seis de los grandes concilios toledanos, y en la cual fue ungido Wamba en el 672. Basílica pretoriana también se llamó en Toledo a la de Santa Leocadia. Llevarían título de pretorianas por ser las de la guardia real, por eso en ellas se celebraba la ceremonia de tomar el rey la cruz para la guerra .

    Todavía de Alfonso III se refiere como encargó al conde Hermenegildo Gutierrez someter al rebelde Vitiza, y como le combatió con su gente y “cum omnibus militibus palatii”. Esta militia palatii evidentemente ya no osaba llevar el titulo de pretoriana , pero sin duda quería heredar la tradición toledana, y por eso era tenida como nervio de ese ejército permanente que en tantas cosas se consideraba continuador de las tradiciones visigóticas. Esa basílica palatina tendría en Oviedo una basílica preferida para su ceremonial castrense», función no del todo reconocida, o bien semiocultada, en nuestros días por parte de la historiografía oficial, aunque la estructura y emplazamiento del monumento no deje de confundir a muchos historiadores y arqueológos. Sabemos por las crónicas del siglo IX que en Naranco construyó Ramiro I un edificio y una aula regia con baño, pero en ella además de la estancia que ha sido definida como baño existió un ara consagrada a Santa María en el 848 con uso circunstancial de lo que podríamos llamar basílica pretoriana o de la milicia palatina. Y es en el interior de la sala principal de este interesante monumento, donde se pueden apreciar, tal como incluimos en las ilustraciones de este trabajo, la cruz de la que estamos hablando junto a otros motivos que nos remiten a simbologías solares guerreras. Cuando la visitamos, pensamos que no es difícil imaginar el interior de Santa María del Naranco ocupado por guerreros visigodos asturianos junto a su rey. No hay más que estudiar sus detalles con detenimiento. Definitivamente ni es un palacio ni una iglesia.



    Por otra parte, siguiendo con Asturias también podemos detectar esta continuidad visigótica en los símbolos de la comunidad de lucha con voluntad de reconquista surgida en el primitivo reino astur, en todo cuanto hace referencia a la continuidad familiar o de linaje, no sólo en el caso de la familia real sino entre los más antiguos linajes asturianos, la mayoría de estirpe goda. Los símbolos de la cruz junto a otros no menos visigóticos como el águila aparecen pintados en numerosas muestras heráldicas de entre las más hidalgas familias asturianas. Tirso de Avilés en su obra Armas y linajes y antigüedad del principadonos habla de apellidos como Fonfría del que recoge «de Recaredo, rey godo, es cierto que descendía el linaje de Fonfría», o de los Noriega «Los de este linaje y apellido son buenos hidalgos, y tan antiguos que se tiene por cierto que vienen del infante Pelayo y se llamaban Infanzones antiguamente teniendo su solar en el valle de Riva de Sella en las Asturias de Santillana. Traen por armas las que tomó dicho infante cuando comenzó a echar a los moros de Asturias que son en azur una cruz que llevó como estandarte y bandera» (12) . Y es que, como afirma Jesús Evaristo Casariego, «viene Oviedo a la historia para ser cabeza de una gran empresa, impregnada de neogoticismo germano hispano, y por tanto, de catolicismo, de germanismo y de romanismo, es decir, de la cristiandad europea que estaba naciendo. Por algo (curiosa coincidencia) Oviedo viene a la historia al mismo tiempo que el imperio carolingio, otro de los creadores de Europa»(13).

    Pero no será , de entre los enclaves surgidos de la España visigoda, el reino asturiano, el único en usar como lábaro y emblema de combate de la reconquista el símbolo de la cruz patada, también en Aragón se repite un proceso restaurador semejante al asturiano, y además la imagen con que tradicionalmente se representa esa cruz en monedas y demás emblemas es de cruz griega con brazos trapeciales y enmanganado, un pequeño astil para empuñadura. Símbolo que se perpetúa en el actual escudo heráldico del reino de Aragón junto a cuatro cabezas de moro cercenadas y ensangrentadas, histórico emblema que cuando esto escribo, los representantes parlamentarios aragoneses trabajan por eliminar, siguiendo el ejemplo del cabildo de Santiago, que renegó publica y vergonzosamente hace unos años de su santo patrón, Sant Yago Matamoros, patrón de la caballería neovisigótica en su lucha contra el invasor musulmán quien según la leyenda también portaba una cruz de similares características, emblema de una importante Orden Militar castellana.

    De igual forma es la cruz de Sobrarbe. «Todos ellos testimonios evidentes de lo enraizada que estuvo en toda la España cristiana la tradición visigoda, y como todos los focos de reconquista buscaban restablecer ese mismo lábaro que por una parte testimoniaba su fe ante el invasor y por otra justificaba su legalidad encadenándose a lo visigodo» (14).

    Terminando con Gonzalo Menéndez Pidal recordemos que «La cruz como lábaro del ejército real fue adoptada por reyes de Asturias y Aragón (utilizada como emblema de León hasta el siglo XII y por Castilla hasta el XIII). Para ello hay que admitir una mínima continuidad, pues sólo los visigodos entre todos los pueblos germánicos, habían tenido la cruz por insignia; y el que las huestes asturianas se lanzasen al combate bajo el mismo estandarte de los ejércitos reales del Toledo visigótico, habla bien a las claras de cómo en Oviedo alentaba un ansia de continuidad. Las minuciosas rúbricas del Liber Ordinum seguían rigiendo las ceremonias con que en el aula regia del Naranco, a las afueras de Oviedo, se despedía al ejército reconquistador, igual que antes de la invasión musulmana habían regido la despedida del ejército hispanogodo en la basílica pretoriana de los arrabales toledanos.

    Por eso Alfonso III traerá de su campaña toledana como preciado botín, una cruz con su lignum crucis; tal fue el lábaro de los reyes godos y tal reliquia había de constituir ahora el alma del regio lábaro alfonsí. Por eso, la cruz acabará figurando en Asturias (y por ende en León, Castilla, Aragón) como emblema real. Y por eso, según rúbrica visigótica se esculpirán protectoras cruces sobre regios palacios y fuentes. Porque en toda la vida de los renacientes reinos cristianos habrá constante deseo de mantener la peculiar tradición visigoda, y conforme prescribe el viejo Liber ordinum se seguirán ofreciendo coronas a los altares, y conforme a las mismas rúbricas se seguirá asistiendo a los moribundos. Y no acabaremos de comprender los marfiles de San Millán si olvidamos esto, porque aún la pintura y la literatura románica de los siglos XII y XIII seguían recordándolo.

    Recordemos nosotros por tanto, ahora, como la Reconquista empezó siendo una empresa sentida como guerra visigótica, guerra con la que se deseaba restablecer la continuidad de una tradición toledana, y donde no se daba otra variante sino la de que antes del 711 los españoles impetraban de Dios» (15).

    Los hijos del primitivo reino visigótico de Asturias, organizados luego en León y posteriormente en Castilla, como también los no menos originalmente visigodos de Aragón, Navarra y Cataluña, siguieron utilizando años después la cruz visigoda como lábaro en la Reconquista europea de la península ibérica, constatando orgullosamente con ello al modo germánico cuales eran sus gloriosos orígenes, y cuales sus objetivos. La cruz fue sustituida por leones y castillos, las ceremonias y escritura visigótica fueron tenazmente abolidas por las autoridades religiosas desgotizadas, aunque no muchos otros modos y costumbres bien arraigadas en la población hispano-goda, pero las viejas piedras de los templos, los antiguos estandartes y las armas de los guerreros que hicieron posible la recuperación de la tierra que había sido del reino de Toledo mantuvieron bien visible para el que quisiera verlo, cuales y de que origen fueron los símbolos que animaron la Reconquista. Símbolos que todavía hoy, ocultos entre la confusión y el olvido, nos muestran un legado y una herencia que algún día habrá que recuperar, para poder iniciar una cada vez más necesaria nueva Reconquista.






    (1) Menéndez Pidal Gonzalo. El lábaro primitivo de la reconquista. En Varia Medievalia I. Real Academia de la Historia. Madrid 2003
    (2) Menéndez Pidal. op.cit.
    (3)La pesa, Rafael .Historia de la lengua española. Madrid 2001.
    (4)García Volta, G. El mundo perdido de los visigodos. Ed.Bruguera. Barcelona 1977
    (5)VV.AA. Historia del Arte. La Edad Media. Alianza Editorial. Madrid 2004.
    (6) Citado por, José Ignacio Gracia Noriega en Don Pelayo, el rey de las montañas. La esfera de los libros. Madrid 2006
    (7) Besga Marroquín A., Orígenes hispano-godos del reino de Asturias. Oviedo 2000
    (8) ) Citado por, José Ignacio Gracia Noriega en Don Pelayo, el rey de las montañas
    (9) Besga Marroquín, A. op.cit.
    (10) Menéndez Pidal. op.cit.
    (11) Menéndez Pidal. op.cit.
    (12) Avilés, Tirso de. Armas y linajes de Asturias y antigüedades del principado.Grupo Editorial Asturiano. Oviedo 1991El águila como figura heráldica aparece en los blasones de los linajes Portal, Moran, junto con la cruz, Busto, Pedrera, Fonfría, Estrada, Junco, Moniz, Riaño etc. Mientras que la cruz es pintada en las armas deAlfonso, Somonte, Cifuentes,Ordóñez, Caso, Noriega, Hevia «que no tienen sangre mezclada» o Ribero.
    (fuente: Tirso de Avilés).
    (13) Citado por, José Ignacio Gracia Noriega en Don Pelayo, el rey de las montañas. La esfera de los libros. Madrid 2006
    (14) Menéndez Pidal, G.
    (15) Menéndez Pidal, G.
    Última edición por Donoso; 30/01/2012 a las 13:21
    Donoso, Valmadian, juan vergara y 1 otros dieron el Víctor.

  2. #2
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    Re: El Primer símbolo de España, la cruz visigoda.

    Puntos aclaratorios:
    1)Estrictamente hablando el primer símbolo de España es la representación helenica de Hispania. Pero se puede considerar la Hispania romana ya como España?
    Más allá de la identidad provincial que los Romanos dieron a los habitantes de la península, la genesis identitaria y nacional de España que permanecerá durante toda la Edad Media y llegará hasta nosotros nace a partir del III Concilio de Toledo, a partir del cual ya no existen dos pueblos en el Reino (Romanorum y Gothorum) y el término Godo es usado en los escritos indistintamente para todos los habitantes del Reino (exceptuando los judios) esta unión se termina de forjar con el Liber Iudiciorum.

    El Termino hispan e Spania comienzan a usarse como sinonimos del Reino, y de hecho al principio se duda sobre que formula consitucional usar para el nuevo Reino godo de España (diferente al anterior Reino del pueblo Godo) pero al final se impone la de: "Rex gens, vel patria Gothorum" El Termino España y español(hispani) se usan como sinonimos porque España es el territorio más importante del Reino razon por la cual extraofcialmente España es la "pars pro toto" de la "Patria" y a veces se utiliza como sinonimo del Reino la palabra España. De hecho los francos y Roma llaman muchas veces al Rey Visigodo como: "Reges Hispaniae". Esta situacion es similar a la que se da con Holanda/Paises bajos donde holanda es una region del pais pero al ser la mas importante toma dicho nombre.

    El termino godo seguirá siendo usado para autodefinirse por parte de los cristianos del norte,así en las cronicas asturianas autodenominan a sus reyes "Ordo gotorum obetensium regum": Reyes godos ovetenses.
    Más alla del termino que se usa para definir a la reciente nacion lo que quiero señalar es que este simbolo se puede denominar como el primer simbolo de España porque es aqui cuando se puede decir que surge España.

    2) Este texto lo he sacado de una pagina relacionada con movimientos identitarios cercanos probablemente a ideas nacional socialistas por ello el intento de dar una nota germanizante a todo.

    3)En el Reino de Pamplona, reino visigotico, los Reyes también realizan la tradición del "Ordo quando Rex cum exercitu ad prelium egreditur" recogida en los relieves de la iglesia navarra de San Miguel de Villatuerta y tambien llevan la cruz visigotica.

  3. #3
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    Re: El Primer símbolo de España, la cruz visigoda.

    cruz victoria.jpgiglesia católica visigoda.jpg
    cruz visigoda2.jpg
    La segunda imagen es de una iglesia visigoda.

  4. #4
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    Re: El Primer símbolo de España, la cruz visigoda.


  5. #5
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    Re: El Primer símbolo de España, la cruz visigoda.


  6. #6
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  8. #8
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    Re: El Primer símbolo de España, la cruz visigoda.

    Excelentes aportes Ennego Ximenis!

  9. #9
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    Re: El Primer símbolo de España, la cruz visigoda.

    Cita Iniciado por juan vergara Ver mensaje
    Excelentes aportes Ennego Ximenis!

  10. #10
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    Re: El Primer símbolo de España, la cruz visigoda.

    Aqui la cruz visigoda obsequio de Receswinto junto con la corona y cruz votiva . Esto es una reconstruccion, pues solo quedan los 2 brazos laterales y la letra alfa. El medallon central, los brazos norte y sur, y la letra omega han sido reproducidas digitalmente.

    cruz de Recceswinto.jpg

    Estas cruces, no eran solamente obsequios para las catedrales, o de uso militar como bandera, o como emblema real. También se obsequiaban cruces más simples, como esta, a iglesias parroquiales.
    cruz parroquial LEON.JPG

  11. #11
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    Re: El Primer símbolo de España, la cruz visigoda.

    Vizcaya: Cruz visigoda en Arrigorriaga.
    cruz visigoda vizcaya alto medieval.jpg
    Representación de una cruz visigotica en un sillar incrustado en el hastial de la ermita de San Pedro de Abrisqueta (Arrigorriaga, Vizcaya) del s.VII

    Uno de los dogmas históricos del nacionalismo en la época del Reino católico de Toledo, consiste en la creencia de que el Ducado merovingio de Wasconia fue la primera entidad politica que consiguió reunir a todos los vascones en un sólo estado, por lo que abarcaría casi todo el entro y el norte, del Pais Vasco y Navarra, y el norte de Aragón.

    Las evidencias de que los vascones del pirineo aragonés y de la montaña navarra estaban sometidos por el Reino católico de Toledo son muy fuertes, pero hay una gran escasez documental y arqueológica en el territorio del Pais Vasco.
    En Guipuzcoa y la Navarra de más allá de la divisoria de aguas (baztán) probablemente estaría ocupado por vascones independientes de todo poder, que no entraron en la historia occidental hasta el s.XI, tendrían algún tipo de relacion con el Ducado de Vasconia pero no parece que hubiera un control directo.

    Pero no es así en Vizcaya y Alava. Treviño, la rioja alavesa y la comarca de los valles alaveses están plagadas de restos visigodos, no así la llanada, el valle de Ayala y Vizcaya
    Por eso es una prueba contundente que mostraría un control más o menos estable del territorio el encontrar en la única ermita que existe de esta época en las zonas vasconas de Vizcaya y Guipuzcoa, los patrones culturales visigodos, el más evidente de ellos la cruz del reino.

    Hablar sobre el control y la integración de los vascones en el Reino de Toledo requiriría otro tema aparte donde habría que analizar muchas cosas, pero esta ermita constituye sin duda una prueba que corroboraría la existencia de un control de la zona.
    Donoso y Hyeronimus dieron el Víctor.

  12. #12
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    Re: El Primer símbolo de España, la cruz visigoda.

    Sobre la unificación nacional en un sólo pueblo de los súbditos del Reino, ya San Leandro en la "homilía" después del III Concilio de Toledo declaró el carácter unificador de la conversión al catolicismo que creó una gens dentro de un reino: "Superest autem ut unanimiter unum omnes regnum effecti tam pro stabilitate regni íerreni quam felicitate regni caelestis Deum precibus adeamus, ut regnum et gens, quae Christum glorificavit in terris, gloriflcetur ab illo non solum in terris, sed etiam in caelis".
    Otra base para la simbiosis de los pueblos ibéricos y godos la dio San Isidoro de Sevilla en Etimologías,
    IX,2,29 y 89 donde explica que los godos y los iberos, denominados tambien hispanos, son del mismo origen, dado que los godos vienen de Magog y los hispanos de su hermano Tubal.
    Donoso y Hyeronimus dieron el Víctor.

  13. #13
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    Re: El Primer símbolo de España, la cruz visigoda.

    De igual modo sucedió en el reino pamplonés, en donde al parecer el culto a la Cruz fue potenciado desde el reinado de Sancho Garcés I (905-925)''. Los códices del reino de Pamplona-Nájera, al igual que los leoneses, reproducen en sus frontispicios la cruz de la Victoria provista de pinjantes y astil con peana. Por noticias documentales sabemos que Sancho Garcés II Abarca (970-994) y la reina doña Urraca hicieron labrar una cruz de oro y piedras preciosas en honor de San Esteban". De las cruces que en el reino hubiera se han conservado escasos restos, pero de San Millán de la Cogolla proceden tres fragmentos (conservados en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y en el Musée du Louvre de París), tal vez representadas esas cruces en la propia arqueta de San Millán''. La utilización de este tipo de cruz arraigó en la región, conservándose un precioso ejemplar en Mansilla de la Sierra (La Rioja) datado en 1109 y provisto de tintinnabuta pinjantes; esta cruz procesional destaca entre los numerosos ejemplares que de este tipo de objeto litúrgico se realizaran en la época románica. Tales cruces aparecen representadas con frecuencia en pinturas, estelas y laudas sepulcrales de época románica; una estela de la necrópolis de «El Corral de Calvo« —estación arqueológica próxima a Luesia— presenta este tipo de cruz.


    Es en este sentido como debe interpretarse también el relieve real de Luesia (Zaragoza) que parece evocar el momento de la ceremonia en el que el rey —caracterizado por la corona— recibe la cruz de la Victoria de manos del obispo y la presenta al diácono que ha de ser su portaenseña durante los días de la campaña.
    Por lo demás, no tiene nada de raro que tal relieve haya aparecido en Luesia, de donde seguramente debe de proceder, puesto que Luesia era, junto con Sos y Uncastillo, uno de los principales bastiones de la frontera de los Arbas, el Onsella y el Gallego, que constituía el escudo suroriental del reino pamplonés. A pesar de las penurias documentales propias de la época, sabemos que la zona fue atacada por los musulmanes en los años 891, 911, 937, 940, circo 968, 994 y 999, mientras que también tenemos constancia de que los pamploneses, tomando como centro logístico esta frontera, atacaron a los musulmanes en 907-908, 941-942 y 997. Tales campañas defensivas y ofensivas hacen pensar en una presencia continuada de los monarcas en esta región. Y es gracias a un texto musulmán por el que sabemos que el rey de Viguera, Ramiro Garcés, había fijado su residencia en Sos como probable comandante en jefe de esta frontera. La frecuente presencia real y el ambiente de casi continua conflagración en el que vivían estas fortalezas hubo de llevar en repetidas ocasiones a la celebración de este ordo que el relieve de Luesia rememora. En el estadio actual de la investigación, no es posible precisar si el relieve de Luesia es una representación genérica de! monarca pamplonés durante la celebración del ordo o, por el contrario, conmemora el oficio en una ocasión concreta de esta ceremonia. Por eso mismo, tampoco estamos en condiciones de saber si este relieve debe ser interpretado como una imagen emblemática de los monarcas pamploneses o si presenta a alguno de ellos en concreto.



    También en la Iglesia prerrománica navarra de San Miguel de Villatuerta se represantan estas tradiciones visigóticas. Ha sido mérito de Soledad de silva verastegui el saber reconocer en varios de los relieves de San Miguel de Villatuerta la plasmación iconográfica de la fascinante ceremonia que los monarcas visigodos primero y los reyes ovetenses y navarros después celebraban con motivo de la salida de la mesnada real camino de la guerra: el Ordo quando rex cum exercitu ad prelium egreditur.
    Última edición por Ennego Ximenis; 14/02/2012 a las 01:13

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    Re: El Primer símbolo de España, la cruz visigoda.

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    ORDO QUANDO REX CUM EXERCITU AD PRELIUM EGREDITUR



    Según este ordo la ceremonia comienza con la llegada del monarca a la puerta de la iglesia en la que esperan dos diáconos para incensarle, mientras que el resto de la clerecía aguarda al rey en el interior del templo en torno al altar. Al ingresar en la iglesia el soberano se hace preceder por un presbítero que porta una cruz. Ante el altar el rey se prosterna y reza en silencio una breve oración puesto que inmediatamente deberá levantarse al canto de la antífona «Sit Deus in itinere vestro, et ángelus eius comitetur vobiscum», que implora la protección celeste para su empresa. Acto seguido el obispo reza en voz alta pidiendo la victoria para el rey; para el ejército y sus jefes la fuerza, la confianza, la fidelidad y la concordia de los corazones; para todos el regreso triunfal a la iglesia que ahora abandonan en pos del combate «ut, qui per fiduciam fidei vestram conscientiam Deo vovistis, eius auxilio protecti viam salutaris itineris evolvatis».

    A continuación un diácono toma la cruz de oro en la que se guarda una reliquia del lignum crucis. El diácono la pone en las purificadas manos del obispo y éste se la entrega al rey, el cual la confia al clérigo que ha sido distinguido con el honor de portarla ante su majestad durante toda la campaña. La cruz se configura de este modo en la insignia real mientras continúe la guerra.
    Al canto de una antífona que se inicia con el «.Accipe de manu Domini pro galea iudicium certum, et armetur creatura ad ultionem inimicorum tuorum», los alféreces se acercan al altar para recibir sus respectivos estandartes bendecidos de manos del obispo. El cortejo abandona la iglesia al canto de algunas antífonas con las que el clero ruega a Dios por el éxito de la empresa y que terminan asegurando al rey que «Dominus custodiat introitum tuum el exitum tuum. A la puerta de la iglesia el ejército espera y un diácono ha de elevar la voz advirtiendo «Humiliate vos benedictioni». Es el obispo quien pronuncia la larga fórmula de la bendición en la que primero se dirige al rey de este modo: «Signum salutaris clavi et ligni, quod devotis manibus, sacrate princeps, suscepisti, sit tibi ad tutelam salutis et incrementun perpetue benedictionis. Egressum tuum in pace directurum excipiat, et per viam tuis exercitibus crux Christi semper adsistat». El prelado desea a todos «Ut per victoriam sancte Crucis et ceptum abhinc iter feliciter peragatis et florentes ad nos triumphorum vestrorum titulos reportetis, él espera pues volverlos a ver el día en que coronados por la victoria regresen a esta iglesia en la que hoy les da el ósculo de paz. Concluida la bendición del obispo, el diácono les advierte «In nomine Domini nostri Ihesu Christi, ite in pace». Antes de despedirse, el obispo besa al rey y por él a todo el ejército, mientras le dice «Qualiter in osculo pacis, quo vos abhinc vale facientes deducimus, feliciori reditu in hoc loco cum victoriarum vos laudibus receptemus. La ceremonia ha concluido. El soberano monta en su corcel y ordena que todo el ejército se ponga en marcha camino de la guerra. Mientras los soldados se alejan, la clerecía canta todavía esta antífona «Domine Deus, virtus salutis mee, obumbra caput meum in die belli»
    Última edición por Ennego Ximenis; 14/02/2012 a las 01:40

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