La épica travesía del navío «Glorioso»
La épica travesía del navío «Glorioso»
http://abcblogs.abc.es/espejo-de-nav...k0-468x280.jpgEl navío «Glorioso» combate con el «Darmouth». Óleo de Ángel Cortellini (Museo Naval de Madrid)
En las postrimerías de la misma guerra en que Don Blas de Lezo se cubrió de gloria y éxito en la defensa de Cartagena de Indias, un solitario navío español iba a protagonizar una travesía verdaderamente épica, con pocas comparables en la historia mundial de la guerra naval, si es que hay alguna.
Se trataba del “Glorioso”, un navío de 70 cañones, construido en La Habana en 1740, grande y fuerte como eran los buques españoles de entonces, buena plataforma artillera y bien dotado para las duras travesías atlánticas, pero también, como solía pasar en el diseño español, ni muy veloz, ni muy maniobrable. Lo mandaba por entonces D. Pedro Mesía de la Cerda, cordobés de nacimiento, caballero de la Orden de Malta y un probado veterano de muchas campañas y combates navales. Su misión era traer a España cuatro millones de pesos duros en plata americana, superando el bloqueo de las muy superiores escuadras británicas.
A la altura de la isla de Flores, en las Azores, se avistó un numeroso convoy enemigo, escoltado por el navío “Warwick” de 60 cañones, la fragata “Lark” de 44 y un paquebote de 20, todos al mando del comodoro John Crooksanks, quien adivinando una magnífica presa, dejó el convoy al cuidado del pequeño y se lanzó con la fragata y el navío a la caza del buque español.
La fragata se adelantó, confiando en averiar el aparejo del español y retrasarle, dando así tiempo al “Warwick” para acercarse y rematarle. Era ya de noche, pero con luna llena y tan clara, que los enemigos combatían casi como a la luz del día. Pero las cuentas les salieron mal a los atacantes, pues el “Glorioso” dejó a la fragata tan gravemente averiada que se tuvo que retirar del combate, y luego hizo lo propio con el navío, que perdió su palo mayor y el mastelero de trinquete, debiendo retirarse vencidos y avergonzados los atacantes. Tal vez Mesía pudo haberlos rematado, pero sus órdenes eran estrictas y nada debía distraerle de su misión principal comprometiéndola: la de llevar el vital tesoro a España.
Las recriminaciones entre los vencidos fueron amargas, pero peor aún fue que el comodoro inglés fue sometido a un duro juicio por el Almirantazgo y separado del servicio por su evidente incapacidad.
El “Glorioso”, hechas las reparaciones más urgentes, divisó la costa de Finisterre pocos días después, el 14 de agosto, pero topándose nuevamente con una agrupación británica: el navío “Oxford” de 50 cañones, la fragata “Sorehan” de 24 y la corbeta “Falcon” de 14, que inmediatamente se lanzaron contra el solitario “Glorioso”, pensando que sería presa fácil para los tres. Pero tuvieron nuevo chasco, pues y pese a sus daños y bajas anteriores, el navío español los rechazó contundentemente, dando fondo en Corcubión dos días después y cumpliendo su misión, pues allí descargó el tesoro. Otra vez los capitanes británicos fueron sumariados y sufrieron las consecuencias en sus carreras.
En el pequeño puerto no se podían hacer más que reparaciones muy sumarias, y aunque el bravo “Glorioso” había perdido su bauprés, tenía el velamen, aparejo y jarcia muy dañados y la popa acribillada por sus enemigos, se preparó como pudo para llegar a Ferrol, pero su dañado aparejo y los vientos contrarios se lo impidieron tras varios intentos y le hicieron optar por arrumbar al sur, hacia Cádiz.
A la altura del Cabo de San Vicente, la tarde del 17 de octubre, le atacaron cuatro fragatas corsarias al mando del comodoro George Walker, una poderosa agrupación que sumaba 120 cañones y casi mil hombres entre todas. La insignia “King George” se adelantó y trabó combate con el navío español. Nunca lo hubiera hecho: pues a las primeras andanadas del “Glorioso”, perdió su palo mayor, dos cañones desmontados, siete muertos y numerosos heridos, debiendo retirarse inútil del combate. Las otras tres quisieron vengar a su jefe y atacaron a su vez, pero ya prevenidas, lo hicieron desde lejos.
A reforzarlas vino el navío “Darmouth”, de 50 cañones, que se lanzó a combatir a corta distancia, el resultado fue que, víctima del fuego español, voló por los aires, salvándose solo 14 hombres de su dotación de 300. Pero en un despiadado relevo, se acercó entonces el “Russell”, de 80 cañones, respaldado por las tres fragatas restantes.
Pese a todo ello, el “Glorioso” aguantó luchando hasta el amanecer del día siguiente, cuando ya sin palos, hundiéndose, consumidas las municiones y toda posibilidad de resistencia, con 33 muertos y 130 heridos en su dotación, averías y bajas que se sumaban a las de los anteriores combates, estando el resto de los hombres agotados por un combate de tantas horas, tuvo que rendirse. Tal era su estado que los ingleses no pudieron aprovechar su casco y lo desguazaron en Lisboa.
Los asombrados británicos trataron tan cortés como caballerosamente a Mesía y a sus hombres, maravillándose de que un aislado navío se hubiera batido sucesivamente con toda una escuadra de cuatro navíos, hundiendo a uno y averiando seriamente a dos más, y a siete fragatas, dejando al menos a dos gravemente averiadas. Toda una muestra de la pericia y el valor de los marinos españoles, que solo sucumbieron al aplastante número de sus enemigos. Sin olvidar el decisivo hecho de que habían cumplido escrupulosamente su misión de traer el tesoro.
Don Pedro Mesía llegó a Teniente General de la Armada y a ser Virrey de Nueva Granada, muriendo en Madrid en 1783. Su heroica campaña le valió la admiración de muchos, reflejando el propio Cadalso en sus “Cartas Marruecas” los hechos.
Hechos que, sin embargo, han permanecido prácticamente olvidados hasta que los trajimos a la luz, en nuestro trabajo “Victorias por mar de los españoles”, mereciendo luego incluso un gran artículo en el Semanal del ABC de D. Arturo Pérez Reverte.
Así eran entonces nuestros marinos, pese a una auténtica “leyenda negra” que nos los muestra muy distintos y que parece haber calado hondo, en abierta contradicción con los hechos históricos probados y la propia documentación y juicios británicos de entonces.
http://abcblogs.abc.es/espejo-de-nav...x2-468x178.jpgEl último combate según óleo inglés del National Maritime Museum de Greenwich.
Agustín Ramón Rodríguez González
La épica travesía del navío «Glorioso» | Espejo de navegantes
Re: La épica travesía del navío «Glorioso»
Muy interesante este artículo. Y refleja muy bien cuál era la situación en el Atlántico en las postrimerías del siglo XVIII. Dos veces luchó contra la flota mejor preparada de aquellos tiempos y dos veces salió airoso el buque español, pero claro no pudo con la tercera. Y es que los británicos eran una plaga, estaban por todas partes. Se dice que Inglaterra se quedó prácticamente sin bosques y sin madera para construir más barcos de guerra, tal era su determinación para doblegar a España en el mar. Sus almirantes y Capitanes eran severamente castigados si desfallecían o daban señales de claudicar ante el enemigo, siendo varios de ellos fusilados por no darlo todo en el combate, como fue el caso del almirante John Byng. Y es que el único argumento de Inglaterra era ese: la superioridad militar. Todo estaba supeditado a ser el más fuerte. Por supuesto España tenía argumentos distintos ya que el derecho estaba de su parte.
Re: La épica travesía del navío «Glorioso»
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Valderrábano
Se dice que Inglaterra se quedó prácticamente sin bosques y sin madera para construir más barcos de guerra
Se dicen tantas tonterías que... O sea que se quedaron sin bosques y ¿qué pasó con toda la comarca en Castilla que va desde pueblos como Galapagar hasta ya muy entrada la provincia de Ávila, o desde Navacerrada y Guadarrama hasta el Valle del Tiétar donde no quedó un roble ni por recomendación? Todos se convirtieron en vigas del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, pero sobre todo en madera para cuadernas de barcos que se quedaron en el fondo del mar. Y conozco muy bien esa zona porque vivo en ella.
Re: La épica travesía del navío «Glorioso»
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Valmadian
Se dicen tantas tonterías que... O sea que se quedaron sin bosques y ¿qué pasó con toda la comarca en Castilla que va desde pueblos como Galapagar hasta ya muy entrada la provincia de Ávila, o desde Navacerrada y Guadarrama hasta el Valle del Tiétar donde no quedó un roble ni por recomendación? Todos se convirtieron en vigas del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, pero sobre todo en madera para cuadernas de barcos que se quedaron en el fondo del mar. Y conozco muy bien esa zona porque vivo en ella.
Pues el "Glorioso" se construyó en La Habana. No sé yo si llevaba mucha madera castellana...
Re: La épica travesía del navío «Glorioso»
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Valderrábano
Pues el "Glorioso" se construyó en La Habana. No sé yo si llevaba mucha madera castellana...
¡Ya! y ¿cuándo y dónde he dicho que este buque fuese construido con madera castellana? Yo hablo de la deforestación de miles de hectáreas de melojares que, como bosque, nunca son puros y se asocian con otras especies, las cuales también desaparecieron. Hablo de ese afán de castigar lo propio en lugar de actuar como se debe. Hoy la crisis la ha pagado la clase media, el asalariado. Entonces las crisis navales las pagaban nuestros campos y nuestro clima.
Re: La épica travesía del navío «Glorioso»
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Valmadian
¡Ya! y ¿cuándo y dónde he dicho que este buque fuese construido con madera castellana? Yo hablo de la deforestación de miles de hectáreas de melojares que, como bosque, nunca son puros y se asocian con otras especies, las cuales también desaparecieron. Hablo de ese afán de castigar lo propio en lugar de actuar como se debe. Hoy la crisis la ha pagado la clase media, el asalariado. Entonces las crisis navales las pagaban nuestros campos y nuestro clima.
Sí, bueno, pero ya sabe Vd que España nunca mantuvo una flota muy grande si la comparamos con la de sus amigos (los de Vd) los ingleses. Además porqué cree Vd que Europa es lo que es... ¡¡por el dominio del mar querido amigo!!
Por otra parte nuestros campos y nuestras gentes pagaron las crisis pero no las navales sino las de Carlos V y toda esa pandilla de principillos extranjeros y extranjerizantes, que practicaban una política eminentemente alemana y continental, no marítima. Esa polítiquilla alemana fue la que nos hundió en la miseria en Flandes y en Italia y de allí hoy no nos queda nada, aparte de bonitos relatos en los libros de historia. Pero sobre la España atlántica, la España exploradora y naval promovida por nuestra reina Isabel, y descuidada hasta el extremo por los Austrias, de esa sí que nos ha quedado un legado inmenso y riquísimo cuyas posibilidades todavía están por explotar...
Re: La épica travesía del navío «Glorioso»
Y volviendo al tema original. El caso del viaje del Glorioso pone de manifiesto algo que todos sabemos y es que en los combates barco a barco, los españoles siempre se defendieron bastante bien de los ingleses. Yo incluso diría que han sido superiores.
De hecho en Trafalgar en todos los combates individuales que se dieron entre buques españoles e ingleses, los españoles se mostraron superiores... hasta que rodeados por un cada vez mayor número de buques, acabaron siendo derrotados por mera superioridad numérica.