San Martín ¿Por qué?

Perdonen esta pregunta pero estudiando a los "libertadores" americanos, no concibo descifrar los motivos de lo que allí sucedió.
Bolívar era un ser loco (inteligente también), tiránico y prendado de si mismo, deseoso de la nobleza que intentó comprar y se le negó; me parece poco interesante.
¿Pero San Martín? Teniente Coronel, héroe del ejército, que apenas vivió seis años en Argentina y el resto en España, con acento "gallego" ¿Por qué aquella traición sin igual?
¿Cómo puede alguien venderse al inglés y a la masonería y combatir contra sus hermanos de batalla?
¿Ambición, locura, desesperación, lucha contra un rey que detestaba,...?

Creo que hay algo que nos han robado de nuestra historia, o no está bien contada. Dicen que Belgrano se hacía seguir llamando español, quizás San Martín también así lo hacía, cosa que la historiografía argentina nos impediría conocer (no digo todos, digo la oficial).

Otros como Artigas, viéndolo todo perdido defendieron su parte del pastel.

Buscando una explicación solo consigo encontrarla en el sentimiento de impotencia de aquellos militares (Riego, Torrijos, El empecinado, San Martin,...) que defendieron a la Patria, al encontrarse de nuevo bajo el "yugo" de aquel que los había vendido.

No se equivoque no quiero disculparles, estoy buscando una razón a sus hechos totalmente incongruentes.

¿Qué desastre de siglo? Nunca una guerra civil a tan gran escala, ¡Una guerra civil mundial!

P.S. Ganivet lo resumiría con un sencillo: exportamos la individualidad ibérica a América, o algo parecido.

Te veo citar mucho a Ganivet, y no merece la pena. Era un liberal que no entendía nada de lo que era España. Entre otras cosa porque los males "ibéricos" eran en realidad males liberales, que es lo que él y los demás de su generación no querían aceptar.

No coincido con todo aquello que dice, pero si en parte. De hecho en su epistolario con Unamuno coincido mas con él que con el vizcaíno. Y en tanto que no comparto toda su opinión, si comparto su dolor porque era un dolor verdadero. Y si fue un hombre que sufría por España, y verdaderos o no los caminos que proponía, buscaba una razón y un destino para esta nuestra tierra, y eso a mi me basta para admirarlo.

Y ahondando un poco mas en San Martin, despojando a su figura tanto del halo de gloria otorgado por Argentina (aunque en un principio desecharon su figura) y el tufo a traidor otorgado aquí, ¿No fue otro Lope de Aguirre? ¿No fue otro endiosado, ambicioso que quiso justificar sus acciones con la ingratitud de la Patria?
Decía Bolívar que Aguirre fue el primer libertador, y mas bien me parece que ellos fueron los siguientes aguirres.

En mi opinión no del todo. Aguirre era un trastornado psicópata que perdió la noción de la realidad y la hizo perder a los demás (un loco hace ciento). Le envió una carta a Felipe II que es un puro desvarío; el rey escribió al margen "a estudio", porque quiso vislumbrar entre tanto odio y delirio tropical, algún sentido político (un remedo de Guillermo de Orange o Antonio Pérez).

Los otros son verdaderos liberales; y no tienen más lealtad que su pura voluntad individual a la que idolatran; han probado el veneno afrancesado y viven las fantasías utópicas creyéndose elegidos por la "diosa Razón". Ganivet era bienintencionado, y hasta cierto punto, con algún sentido de hispanidad.

Lo de San Martín se explica mejor en su contexto: no está suficientemente enfatizada la infección liberal entre los militares ni el grado de efectividad de la jerarquía masónica en sus mandos.

Estamos hablando del mismo ejército que entregó España a Napoleón sin mover un dedo y unos años después se puso al servicio de la camarilla liberal en vez del rey legítimo. San Martín fue un militar de ese ejército.

Que por cierto es el mismo que hay ahora.

No sé por que, pero me fuerzo a pensar en razones mas mundanas a todo aquello. Puedo entender esa explicación para el caso de la traición al Rey, ¿Pero a la Patria?
De todos aquellos Iturbide y pocos mas, me causan alguna simpatía. Curiosamente Iturbide se pasó a la insurgencia para luchar contra los liberales.

Es que traidores había liberales (la mayoría), pero también contrarrevolucionarios como los de México. El problema fue el vacío de poder que se creó tras la invasión napoleónica (como muy bien afirma el historiador Pablo Victoria), que destruyó todas la instituciones del reino y ocupó la totalidad del territorio hasta Cádiz; creando un Estado moderno (el de Pepe Botella). Muchísima gente pensó que dada la invencibilidad de Napoleón, España como Imperio había dejado de existir para pasar a ser un Estado satélite de Francia. Antes de eso, aunque había "ilustrados" no dejaban de ser una minoría, que luego se multiplicó como champiñones más que nada en las ciudades.

En Las Indias, el problema es más complejo porque allí a través de la logia Lautaro y otras, la masonería y las nuevas ideas había prendido entre las élites criollas desde hacía tiempo; y el contacto con los ingleses era frecuente (aunque a veces fuera beligerante); pero repito, el vacío de poder es lo que originó el gran problema (la gente tira por cualquier lado). Luego por supuesto, también influye el quebranto de España, totalmente destruida tras la guerra incapaz de sofocar la revueltas (ya sea por falta de medios o por traidores como Riego), y un rey, Fernando VII, que no era liberal pero ha sido probablemente el peor que hemos tenido en nuestra historia.

Con respecto a lo que dice Donoso sobre el Ejército actual, y conociendo el paño desde dentro por mi familia (y yo mismo hace algunos años), en absoluto puedo estar de acuerdo, aunque entienda su impresión desde fuera. En estas Fuerzas Armadas (que no se pueden ni comparar en cuanto a carga IDEOLÓGICA liberal y masónica al del siglo XIX), hay desde apolíticos, liberales moderados (muy OTAN), hasta ultraderechistas antiguos pasando por muy católicos antiliberales (sobre todo en la oficialidad de la Armada) o incluso algunos antiguos carlistas como don Miguel Ayuso (que es teniente coronel en situación excedencia) además de no pocos descendientes de ilustres requetés como el almirante don Fernando Zumalacárregui, actual ALARCART (su hijo, también oficial naval, fue compañero mío en los Maristas de Cartagena). Existe variedad sí, pero sobre todo "disciplina" y "ley del silencio" en las manifestaciones; pues en el aspecto político el que diga una palabra más alta que la otra directamente se juega la carrera. Esto es así desde la Transición, y ya sabemos todos que hoy en día la gente casada y con hijos suele mirar mucho esas cosas, sin más.

Muchas veces he intentado exculpar a Riego de sus pecados, pero por mas que he leído y pensado, no lo he conseguido.
Quizá ese es el problema, el querer eximir de la culpa a personas normales, sólo pocos merecían la gloria infinita del soldado que no se vende, y que por otro lado, nunca recibe reconocimiento por ello. Cuantos Agualongos nos habrá robado la historia.