Esa ilegalidad que es la mal llamada "Ley de la Memoria Histórica" tiene su segunda. Como el objetivo de la misma es la eliminación de la verdadera Historia de España, el efecto que va a producir es un incremento del interés por la misma. Pero el nuevo relato (un cuento chino total) de dicha Historia (historieta) que los rojos de este país han inventado, transformado, tergiversado, ocultando lo que no les conviene, mintiendo descaradamente, incurriendo en toda clase de tropelías con tal de parecer que ellos eran "los buenos" (buenas piezas) y los otros eran "los malos" (los rebeldes a ser asesinados), resulta que no convence nada más que a los tontos de baba y a los analfabetos, que son legión. Y, por ello, lo que se viene detectando en diversos medios es la aparición de un nuevo revisionismo de los acontecimientos de todo aquél periodo, desde el golpe de Estado del que nació la II República, hasta la traición de la transición. Y dentro de ese revisionismo creciente es donde se enmarca el siguiente artículo.
Roberto Muñoz Bolaños
Cinco documentos que desmontan el mito de Guernica
Se ha generado un debate en el mundo académico centrado fundamentalmente sobre la culpabilidad directa de Franco y sobre el número de fallecidos.
2017-04-27
Esta semana se cumplió el 80 aniversario del bombardeo de Guernica. A propósito de este acontecimiento, se ha generado un debate en el mundo académico centrado fundamentalmente sobre la culpabilidad directa del general Francisco Franco Bahamonde en este ataque y sobre el número de fallecidos que ocasionó. Tomando estas dos ideas como referencia, vamos a hacer referencia a cinco documentos que pueden ayudar a entender mejor este acontecimiento histórico.
El primero, un informe inédito fechado el 23 de diciembre de 1936, enviado por Franco al jefe de la Legión Condor, el general Hugo Sperrle:
Respecto a la instalación de una base de organización de personal y material de alguna población del Norte próxima a un puerto del Atlántico que estuviese a salvo de posibles ataques por tierra y aire, para lo cual sería conveniente reducir la bolsa de Asturias. S. E. ha estudiado con todo detalle las operaciones que habría que hacer para acabar con el problema del Norte y ha sacado la convicción de que son necesarios efectivos de cierta importancia, de los que ahora nos disponemos, para resolver el problema del Norte.
Ahora bien, las noticias que nos llegan del campo rojo confirman la impresión de fatiga tanto de los dirigentes como de los milicianos rojos. Especialmente en el campo nacionalista vasco, desean terminar la lucha y no sería extraño que muy pronto pidieran parlamentar. A este respecto los bombardeos sobre Trubia y Reinosa, han ocasionado gran depresión.
El segundo, la orden emitida por Sperrle para las fuerzas bajo su mando, tras recibir este informe:
Una acción operativa en la (provincia vasca) al norte. Hay falta de alimentos allí. Según el general Franco, ya [han sido] abiertas negociaciones para su rendición. Hasta ahora, poca defensa aérea. Inexistencia de aviones modernos confirmada, [por lo que] los Ju (s) pueden ser empleados sin protección de cazas. Objetivos: fabricas de armas y municiones, instalaciones portuarias, suministros de alimentos, y posiblemente actos de terror para alentar las negociaciones.
El tercero, una carta inédita del general Alfredo Kindelán Duany, jefe de la aviación sublevada al general Franco, fechada en Salamanca, el 12 de abril de 1937:
ARMA DE AVIACIÓN
JEFATURA DEL AIRE
Excmo. Sr.
Parece superfluo, para quien como V.E. conoce al detalle, por haberlas seguido paso a paso, las actuaciones magníficas de las Fuerzas Aéreas de nuestros aliados, que colaboran con entusiasmo y valor desde su principio en el Movimiento Nacional, destacar la eficacia reiterada de sus servicios que pueden simbolizarse en número –260 aviones rojos destruidos– o en nombre –Estrecho de Gibraltar, Badajoz, Talavera, Toledo, Irún, Oviedo, Ochandiano–.
En los éxitos repetidos y en el buen rendimiento de su empleo táctico, colaboraron, por igual, tres factores: la clase del material, la alta calidad técnica y moral del personal y las altas dotes de los mandos Italiano y Alemán.
Pero es deber inexcusable, en el Jefe que suscribe, hacer presente un defecto, que la realidad ha puesto al descubierto; defecto que aminora el rendimiento de tan magnífico instrumento de guerra y puede ser causa, en el porvenir, de algún suceso desagradable. No existe la necesaria unidad de mando de las Fuerzas Aéreas, que proceden con excesiva autonomía, con perjuicio, en muchos casos, del Ejército de Tierra. En cuestiones de mando militar no pueden existir más que dos criterios opuestos: la diversificación y la unificación, con el primero se pierden las batallas y las guerras, con el segundo se ganan.
Ocurre Excmo. Sr., que a veces por la autonomía excesivas de las aviaciones Italiana y Alemana se desaprovechan excelentes ocasiones de actuar desde el aire y en otras se deja en situaciones difíciles o incómodas a algunas tropas, por no obedecer los mandos aliados las indicaciones V.E. por mi transmitidas, juzgando la situación general con arreglo a su propio criterio, fundado en las informaciones fragmentarias o insuficientes que poseen, o deformado por prejuicios doctrinales. Así ha sucedido recientemente, con ocasión de las reiteradas órdenes de acción cooperación las tropas de la División Reforzada de Madrid, duramente atacadas, órdenes hasta hoy incumplidas.
Esta situación equívoca, no debe prolongarse un día más, por el riesgo que entraña, a juicio del General que subscribe. Precisa que exista un mando único, clara y plenamente aceptado por todas las Fuerzas Aéreas colaborante.
En general, el buen deseo y la natural coincidencia de criterios ha hecho y hará innecesario el empleo de los resortes del mando, pero es preciso que al producirse una discrepancia exista una opinión que prevalezca y una autoridad que la imponga.
No se trata de cuestión de personas, todas dignas del máximo respeto, sino de principios militares; ni el Jefe del Aire pretende recabar la suprema autoridad indicando, como posible solución de la que los Generales Sander, Manzini y Kindelán manden respectivamente las aviaciones alemana, italiana y española, bajo las órdenes del Generalísimo, transmitidas por intermedio de un General Jefe del Estado Mayor del Aire.
Cualquiera que sea la solución que se adapte, parece evidente que el mando supremo de la aviación, por delegación de V.E., debe ser ejercido por un General español.
Con haber sometido este importante asunto a la superior resolución de V.E. creo haber salvado una grave responsabilidad e iniciado el camino para una actuación aérea futura tan brillante como la actual pero con beneficio de su eficacia y rendimiento.
Dios guarde a V.E. muchos años.
Salamanca, 12 de Abril de 1937
El General Jefe del Aire Alfredo Kindelán
El cuarto, el diario del teniente coronel Wolfram von Richthoffen, jefe de Estado Mayor de la Legión Condor, y responsable, junto a su jefe, el general Hugo Sperrle, de la aviación en la campaña de Vizcaya:
26/III/1936
Queda convenido con Vigón:
Por la mañana determinamos en común la hora del ataque, con lo que la aviación, según el tiempo, decide.
Concreción del ataque sólo cuando haya comunicados de los jefes de la artillería de que el fuego artillero está listo, y de los jefes de las brigadas de que la infantería está en las posiciones de ataque.
Mis propuestas sobre la acción de la aviación, y con ello de los centros de gravedad, pasan sin discusión.
26/IV/1936
A las siete, Vigón me expuso la siguiente situación:
La 1ª brigada ocupó la vertiente este del Oiz y avanza al noroeste. La presión sobre el norte es muy débil, al estar las tropas muy cansadas, y por su derecha están totalmente al descubierto a causa de que la 4ª brigada permanece en el sitio. Estoy contento de esto último, porque el enemigo entonces quedará fijado aquí, y tan sólo con una pequeña presión que haga la 1ª brigada, puede ser copado.
La 4ª brigada, tras haber limpiado algunas posiciones, las ha ocupado, pero no ha avanzado sobre Eibar, como se le había ordenado. Vigón intentó hacia el final de la tarde conseguir esto, dirigiendo personalmente dos batallones; pero fue un intento vano. Con esto, el enemigo ha tenido tiempo de prender fuego a Eibar durante la noche en cada esquina de la ciudad. Hoy fue ocupada tempranamente sin combate. Ahora se debe atacar avanzando sobre Marquina y hacia el oeste.
Empleamos inmediatamente A/88 (aviones de reconocimiento) y J/88 (cazas) sobre las carreteras de la zona de Marquina-Guernica-Guerricaiz. Los K/88 (bombarderos) (tras volver de Guerricaiz), los VB/88 (bombarderos experimentales) y los italianos, con dureza, sobre carreteras y puente (arrabales inclusive) pegados a Guernica por el este. Allí hay que cerrar, ha de conseguirse finalmente un triunfo contra el personal y material enemigos.
Vigón empeña su palabra de que imprimirá a sus tropas un ritmo tal, que todas las carreteras al sur de Guernica quedarán bloqueadas. Si lo conseguimos, tenemos metido en la bolsa al enemigo alrededor de Marquina.
27/IV/1936
Puesto que Guernica parece que está bloqueada, esta habría sido la condición para la captura de los rojos, que así se nos vuelven a escapar. Da náuseas, que todos los esfuerzos son convertidos en vanos una vez tras otra por la flojedad de los españoles.
30/IV/1936
Guernica, ciudad de 5.000 habitantes, ha sido literalmente asolada. El ataque se realizó con bombas de 250 kilos y bombas incendiarias, de estas últimas aproximadamente un tercio del total arrojado (…).
La ciudad estuvo bloqueada 24 horas por lo menos, lo que hubiera sido condición ideal para un gran éxito, con sólo haber lanzado las tropas detrás. Así pues, sólo un completo éxito técnico de nuestras bombas de 250 y de las ECB 1.
El quinto, el testimonio de Castor de Uriarte, arquitecto municipal de Guernica, testigo del bombardeo y encargado de dirigir la extinción de los incendios tras el ataque, y fundador de Acción Nacionalista Vasca:
En el refugio de Santa María murieron 45 personas.
Por la bomba que cayó en una de las alas del Asilo Calzada, murieron 33 personas, entre ellas dos monjas, Hijas de la Caridad; eso que figuraba una bandera con la cruz roja en el techo y otras dos en las ventanas, que se veían claramente.
En la carretera que sube a Lumo, en la cueva de "Udetxea", donde se metieron varias personas en una alcantarilla, acertó a caer una bomba en la boca de la misma, mataron a todos los allí refugiados.
Estas fueron las víctimas en mayor número; las demás cayeron de una en una, en los alrededores del puente de Rentería, en casas que se derrumbaron y otras ametrallaron los cazas.
Pueden calcularse los muertos, en 250 y los heridos en muchos más.
De estos documentos, se pueden sacar los siguientes datos generales:
Primer, Franco aceptaba, como queda insinuado en el primer documento, que los ataques aéreos sobre Vizcaya podían ayudar a reducir la resistencia de los nacionalistas vascos, y favorecer las negociaciones que, desde antes de que comenzara la Guerra Civil, se venían desarrollando entre el PNV y los sublevados. Y así lo ratificaba Sperrle en su informe operativo para sus tropas.
Segundo, frente a lo que afirman algunos autores a propósito sobre que la Legión Condor actuaba de forma disciplinada y no realizaba ninguna acción que no le fuera ordenada por el mando sublevado, la carta de Kindelán demuestra que eso no era cierto. Los alemanes actuaban con autonomía priorizando sus intereses políticos y militares frente a los del mando sublevado, es decir Franco. Por tanto, no se puede afirmar que era imposible que los alemanes actuaran por su cuenta. De hecho, la carta de Kindelan demuestra lo contrario: Los mandos alemanes actuaban por su cuenta siempre que lo estimaban oportuno.
Tercero, el bombardeo de Guernica fue decidido por Richthoffen y ratificado por Sperrle tomando en consideración la situación general del frente. Su objetivo era copar las tropas gubernamentales que huían, y también probar la combinación de bombas de 250 kg. e incendiarias de 1 kg. No había ningún proyecto de exterminio –"genocidio" según algunos autores– del pueblo vasco. Fundamentalmente porque resulta absurdo mantener esa teoría sobre el bombardeo de una población de 5.000 habitantes. Máxime cuando miles de vascos y navarros integraban las brigadas navarras, que estaban bajo el mando del general de esa región, José Solchaga, y tenían jefes como los coroneles Los Arcos y Cayuela. Tampoco se deduce ningún objetivo político en el ataque, como han defendido algunos autores, amparándose en el carácter simbólico de Guernica para los nacionalistas vascos –también para los carlistas que integraban las fuerzas militares sublevadas–. De hecho, ni la Casa de Juntas ni el Roble Sagrado fueron atacados. Por el contrario, la zona bombardeada se correspondía con el este de la villa, donde estaban las carreteras, cuya obstrucción permitiría copar a las tropas gubernamentales en retirada.
Cuarto, la decisión de atacar Guernica fue tomada por el tercer escalón del mando sublevados, constituido por el general Sperrle y el general Solchaga, cuyos jefes de Estado Mayor eran Richthoffen y el coronel Juan Vigón. Este escalón era el encargado de desarrollar el plan de ataque sobre Vizcaya elaborado por Mola y aprobado por Franco. La aviación rebelde, bajo mando alemán, estaba autorizada a realizar las acciones aéreas que considerada oportunas para favorecer el avance de la infantería. Y eso fue lo que se hizo el 26 de abril bombardeando Guerricaiz y Guernica, con un objetivo claro: acelerar la derrota de las fuerzas gubernamentales. Aunque también hubo un objetivo experimental como ya hemos indicado.
Quinto, el número de muertos, como han demostrado los trabajos de Gernikazarra y queda patente en el testimonio de Uriarte, que estuvo presente cuando se extrajeron los cadáveres del refugio de Santa María y del Asilo Calzada, no pasó de 250. Por tanto, quienes afirman sin pruebas que los muertos fueron más de 2000, llegando a poner incluso un 0 más en los de Santa María, para convertirlos en más de 400, no se ajustan a los hechos y tergiversan la verdad histórica.
Una acción puramente militar
Por lo tanto, de los datos anteriormente expuestos se deduce que el ataque a Guernica fue una acción puramente militar que las circunstancias posteriores convirtieron en un mito. El responsable de la misma fue el general Franco, no sólo porque era el Generalísimo de los Ejércitos sublevados, sino porque con sus decisiones creo la dinámica que hizo posible este ataque. Sin embargo, no existe ningún documento que demuestre que el diera directamente la orden de ataque, y menos que fuese a las 7 horas de la mañana, como se afirma en una obra recientemente publicada. Como tampoco existe ninguna fuente que demuestre que los muertos fueron más de 2.000. Afirmar ambas cosas sin sostenerlas sobre fuentes históricas resulta una frivolidad.
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"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
«¿Cómo no vamos a ser católicos? Pues ¿no nos decimos titulares del alma nacional española, que ha dado precisamente al catolicismo lo más entrañable de ella: su salvación histórica y su imperio? La historia de la fe católica en Occidente, su esplendor y sus fatigas, se ha realizado con alma misma de España; es la historia de España.»
𝕽𝖆𝖒𝖎𝖗𝖔 𝕷𝖊𝖉𝖊𝖘𝖒𝖆 𝕽𝖆𝖒𝖔𝖘
El timo de Guernica
Jesús Lainz
Es casi una vulgaridad repetirlo, de tan repetido que está. Pero si hay un caso que demuestra lo atinado de aquella frase sobre la verdad como la primera víctima de las guerras, ese caso es, sin duda, el del bombardeo de Guernica hace ahora ochenta años. Porque aquel bombardeo no fue ni el primero ni el último ni el más importante ni el más letal de la Guerra Civil, de no importa qué bando, pero sin duda fue, y sigue siendo, el más conocido en todo el mundo por la propaganda posterior y, fundamentalmente, por el hecho de que Picasso pintase sobre él uno de los cuadros más famosos de todo el siglo XX.
En aquel abril de 1937 las tropas nacionales avanzaban hacia un Bilbao en el que los peneuvistas de José Antonio Aguirre maniobraban a espaldas de sus aliados republicanos para traicionarlos y rendirse por separado; Mola y Franco libraban su pulso particular para demostrar quién mandaba más; y aviadores italianos y alemanes hacían su guerra en ocasiones algo desconectados del mando nacional.
Una de las cuestiones más debatidas ha sido la de si Guernica podía ser considerado objetivo de interés militar o no. La propaganda republicana insistió en la respuesta negativa para denunciar lo que consideraba un ejemplo de la barbarie fascista sobre la población civil. Y muchos autores siguen insistiendo en ello.El número, clase y nacionalidad de los aviones participantes, la cantidad y clase de bombas arrojadas, el tiempo que duró el bombardeo y otros detalles militares han sido repetidos, analizados, alterados, descritos y citados en un millón de ocasiones, así que pasaremos de puntillas sobre ellos para no aburrir innecesariamente con datos técnicos.
Una de las cuestiones más debatidas ha sido la de si Guernica podía ser considerado objetivo de interés militar o no. La propaganda republicana insistió en la respuesta negativa para denunciar lo que consideraba un ejemplo de la barbarie fascista sobre la población civil. Y muchos autores siguen insistiendo en ello. Pero no parece demasiado sostenible dada la presencia en Guernica de cuarteles, varios cientos de soldados, fábricas de armas –que no fueron el principal objetivo por el obvio interés de los nacionales en mantenerlas operativas– y, sobre todo, el puente sobre el río Oca que se pretendió destruir para dificultar la retirada de los soldados republicanos.
Por el contrario, la alegación de que sólo se pretendió destruir el puente tampoco parece sostenible, entre otros motivos por las cínicas palabras del comandante de la Legión Cóndor, Wolfram von Richtofen, cuando, algún tiempo después, reconocería que "en Guernica me comporté de una forma muy maleducada".
Tampoco parece sostenible que la gran destrucción de la ciudad fuese debida a las bombas, pues los testigos presenciales relataron que la mayor parte de la ciudad no fue afectada y que la devastación fue debida al incendio posterior, que no fue atajado con diligencia por unos bomberos que llegaron demasiado tarde y se fueron demasiado pronto sin haber apagado los focos existentes.
Franco también se enfadó por la indisciplina de la Legión Cóndor pero no dijo nada para no enfrentarse con sus aliados alemanes. Evidentemente, tampoco fue cierta la versión nacional de que Guernica había sido quemada por los republicanos en fuga, si bien es cierto que contaban con los antecedentes de Eibar e Irún para sospecharlo en un primer momento.
Una de las más insistentes mentiras ha sido la de que se trató de una decisión de Franco y Mola para arrasar simbólicamente al pueblo vasco mediante la destrucción del centenario roble y la Casa de Juntas. Pero cuando Mola se enteró de la acción decidida por von Richtofen estalló de indignación. Franco también se enfadó por la indisciplina de la Legión Cóndor pero no dijo nada para no enfrentarse con sus aliados alemanes. Y dos semanas después de lo de Guernica, el 10 de mayo, reiteró la orden que ya había dado anteriormente:
"No deberá ser bombardeada ninguna población abierta y sin tropas o industrias militares sin orden expresa del Generalísimo o del General Jefe del Aire".
Y respecto a la voluntad de arrasar los símbolos forales vascos, éstas fueron las palabras de José Antonio Aguirre al día siguiente:
"Los aviadores alemanes al servicio de los facciosos españoles han bombardeado Guernica, incendiando la histórica villa que tanta veneración tiene entre los vascos. Nos han querido herir en lo más sensible de nuestros sentimientos patrios, dejando una vez más de manifiesto lo que Euzkadi puede esperar de los que no vacilan en destruir hasta el santuario que recuerda los siglos de nuestra libertad y nuestra democracia".
Y éstas, la del periodista británico George Steer, quizá el principal creador del mito de Guernica por su artículo The tragedy of Guernica publicado en The Times:
"El objetivo del bombardeo ha sido la desmoralización de la población civil y la destrucción de la cuna de la raza vasca".
Verborrea heroica aparte, para desmentir lo sostenido por ambos baste el hecho de que Mola, al entrar sus tropas en la ciudad dos días después, ordenó la inmediata protección del árbol y la Casa de Juntas por una guardia de requetés.
Especialmente importante ha sido, tanto entonces como hoy, el baile de cifras de fallecidos. Significativamente, la prensa bilbaína y los primeros testigos hablaron de pocas víctimas, incluido el mencionado Steer.
Pero pronto llegarían los ceros. Varios periódicos ingleses y estadounidenses, interesados en agrandar la amenaza alemana, llegaron a ochocientas y novecientas víctimas. En Francia, L’Humanité alcanzó las dos mil. José de Labauria, el alcalde peneuvista de Guernica, anunció por Radio Bilbao que habían muerto "miles y miles". Un folleto propagandístico editado por el gobierno de la República para informar del bombardeo en el extranjero concretó más: 1.654 muertos y 889 heridos. En su libro De Guernica a Nueva York, publicado en 1944, Aguirre corrigió al alza: dos mil. Su correligionario Pedro de Basaldúa, en un libro paradójicamente titulado En defensa de la verdad, fue aún más lejos: hasta los tres mil. Indalecio Prieto, en su artículo de 1955 Guernica la mártir, quedose en los dos mil. Y varias décadas más tarde Hugh Thomas lo cifró, sorprendentemente, entre cien y mil seiscientos, manifestando su preferencia por el millar. Como contraste, Ricardo de la Cierva escribió en 1970 que "no llegaron a una docena".
Pues bien, Jesús Salas Larrazábal, historiador que acudió a los registros civiles y a los de entierros y fallecidos en el hospital de Basurto en aquellos días, fijó la cantidad en ciento veinte. Posteriormente, el periodista Humberto Unzueta confirmó los ciento veinte apuntados por Salas, de los que identificó con nombres y apellidos a ciento quince; y la asociación Gernikazarra ha considerado en los últimos años que la cifra podría llegar hasta aproximadamente el centenar y medio.
Pero lo más importante de todo es la utilización que de Guernica sigue haciéndose hoy. Pues el PNV ha exigido en numerosas ocasiones que España pida perdón por el bombardeo, como lo hiciera en 1997 el presidente alemán Roman Herzog. Pero no se comprende bien por qué España ha de pedir perdón por semejante cosa. ¿Acaso era el bando llamado nacional el que representaba a España? ¿No habíamos quedado en que se trataba del bando golpista contra el gobierno legítimo de la República? Si fue así, el bando que representaba España tendría que haber sido el otro, aquel en el que precisamente militaban los peneuvistas. Pero si se empeñan en atribuir la cualidad de "España" al bando nacional, entonces estarán dando la razón a Franco, al cardenal Gomá y a tantos otros que, tanto entonces como en décadas posteriores, definieron al bando republicano como la anti-España. Además, por ese camino se podría empezar a exigir perdones a diestro y siniestro, empezando por el que debería pedir el PNV por los cientos de asesinados en las cárceles y barcos-prisión a su cargo. Y al PSOE y el PCE, únicos partidos, junto con el PNV, que continúan existiendo desde entonces, por la orgía de sangre que desataron en retaguardia durante los tres años de guerra.
El bombardeo de Guernica demuestra una vez más, lamentablemente, que lo importante no es la veracidad con la que se relaten los hechos, sino el sentimiento que se provoca con el relato y el rédito político que se pueda sacar de ello.El bombardeo de Guernica –al que Aguirre otorgó la categoría de "el más brutal asesinato registrado jamás"– da para mucho. Pues el mundo batasuno ha aprovechado en alguna ocasión aquel mitificado acontecimiento para comparar la Audiencia Nacional con la Legión Cóndor. E incluso ha servido para legitimar los crímenes de ETA. Por ejemplo, el número de diciembre de 1970 de la revista Sabindarra, editada por nacionalistas afincados en Venezuela, rezaba así en su portada:
ESPAÑA ASESINA. España destruyó Gernika y Durango. GORA EUZKADI AZKATUTA. MUERA ESPAÑA. LA JUSTICIA QUE EL MUNDO NO HIZO (España no estaba entre los criminales del juicio de Nuremberg) CONTRA LOS CRIMINALES DE GERNIKA OBLIGÓ A LOS VASCOS CONDENADOS A MUERTE EN BURGOS A LUCHAR POR SALVAR EUZKADI. ¡MUERA ESPAÑA!
El historiador Alberto Reig fijó la clave de la cuestión en su artículo de 1987 Guernica como símbolo:
Guernica se ha convertido en una bandera ideológica por encima de su estricta realidad histórica (…) El bombardeo de Guernica no sólo tiene un enorme significado político, más allá de la estricta realidad de los hechos, sino que también ha pasado a representar un hito más en la lucha del pueblo vasco –a lo que ha contribuido determinantemente el régimen franquista– por su reconocimiento pleno como comunidad diferenciada, frente al torpe nacionalismo unitarista del fascismo español.Es decir, que el bombardeo de Guernica demuestra una vez más, lamentablemente, que lo importante no es la veracidad con la que se relaten los hechos, sino el sentimiento que se provoca con el relato y el rédito político que se pueda sacar de ello.
El timo de Guernica - Jesús Laínz - Club de Libertad Digital (clublibertaddigital.com)
Última edición por ALACRAN; 18/05/2022 a las 20:16
"... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)
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