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Tema: La Masonería, secular enemiga de España, nos "obsequió" con la Transición

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    La Masonería, secular enemiga de España, nos "obsequió" con la Transición

    Venganza de la masonería contra Franco y su obra, al que no pudieron derrotar en vida: la "transición", anticristiana, atea y despedazadora de España era la "maravilla" que nos tenían preparada.


    Revista
    FUERZA NUEVA, nº 485, 24-Abr-1976


    LA MASONERÍA CONTRA LA MONARQUÍA

    (Una advertencia muy documentada)

    Ya en 1910, la masonería –como ahora (1976)- intentaba el bocado de España y Portugal, tragándose las dos Monarquías. Fue el papa Pío X quien descubrió el complot. Entonces el Vaticano no actuaba contra las naciones que de alguna manera todavía eran antemural contrarrevolucionario, y, por el bien de la Iglesia y de la sociedad ayudaba a sus legítimos gobernantes.

    En 1908 desaparecía la Monarquía portuguesa. En España, en 1909, sucedía la Semana Trágica. La policía francesa descubría años más tarde, en 1912, que un grupo anarquista se preparaba para asesinar al Monarca español. Unas combinaciones bancarias de la alta finanza convencieron de que era más rentable acabar con Canalejas. Y así se hizo. En 1917, la huelga general revolucionaria, con intento de implicar a España en la guerra mundial a favor de los aliados, puso en peligro casi fulminante de terminar con la Monarquía.

    La masonería solo tuvo algunas dificultades durante el Gobierno del general Primo de Rivera, pero su congénita bondad no le hizo medir la fuerza de la secta. En 1927, un máximo mandamás de la masonería ya se gloriaba de que “los francmasones han conquistado las posiciones que hacen posible la revolución”. El primer intento, en 13 de septiembre de 1928, les fracasó. Pero ya en 2 de marzo de 1931, «Le Figaro» predecía de una manera cierta la desaparición de la Monarquía y los nuevos ministros de la República, cuyos nombres publicaba. El «Daily Worker», órgano del comunismo inglés, tras la intentona de Jaca (1930), escribía: “La Monarquía y la Dictadura están condenadas y su caída es inminente”.

    Proclamada la República, ésta fue su gran ocasión. Sus ministros eran masones, en gran mayoría. De la masonería salieron los borradores de su Constitución. En mayo de 1931 se celebró en Madrid su “Gran Asamblea”, fijando las ideas más disolventes y anticatólicas del texto fundamental republicano. Los hechos revolucionarios de octubre de 1934, el Frente Popular, el asesinato de Calvo Sotelo, la desintegración del Ejército, preparaban la entrega de España al comunismo. José María Gil Robles, en Córdoba, en enero de 1936, se lamentaba así: “Si la francmasonería se hace dueña de nuestro Ejército, no quedará nada que hacer para contener la Revolución”…

    Testimonio de «El Liberal»

    La masonería fue la resistencia criminal que mantuvo a España desangrada, en su afán de entregarla al comunismo. Con toda razón, el periódico masónico «El Liberal», en 14 de octubre de 1936, se gloriaba así de la intervención de la masonería en la Guerra Civil:

    Los masones españoles, que no son simplemente masones, sino que, quién más, quién menos, están todos sujetos a alguna otra disciplina política de izquierdas, piden a sus compañeros de lucha en esta cruzada por la libertad de España que no perdure en ellos ni un momento más la menor sombra de duda sobre su rectilínea actuación. Y proclaman: Que eran masones los que, en su día, allá por el mes de marzo de 1936, denunciaron al Gobierno de entonces que con motivo de una fiesta militar en Marruecos se hizo allí, por los jefes y oficiales reunidos, la apología del fascio, y se brindó con todo descaro por el fascio.

    Que eran masones también los que, con todo detalle, pusieron al corriente al señor Casares Quiroga (presidente del Gobierno y ministro de la Guerra a la sazón) del vasto complot militar que tramaban Franco, Goded y Mola, en confabulación con Portugal, y a base de la sublevación de las tropas de Marruecos y de la Marina de guerra un mes antes de estallar el Movimiento. Se les comunicó igualmente al señor Alonso Mallol y a otros ministros. Masones también son la mayoría de los que, en la prensa, en la tribuna, ante el micrófono, mantienen el fuego sagrado de la causa… Masones, los que en el extranjero trabajan por hacer rectificar el desastroso acuerdo de neutralidad de sentido único y los que contrarrestan el espionaje y la acción internacional fascista que se ejerce contra nosotros de la manara más violenta. ¿Con qué derecho se puede poner por nadie en entredicho a los buenos masones? ¿Quién ha dado más sin pedir nada? ¿Es mucho pedir que por los demás hermanos en la lucha se considere a los buenos masones tan dignamente como los que más en esta magna empresa de liberación del pueblo español?

    Todavía nos parece que se queda corto el plumífero masónico. La masonería fue el secreto de la República, de la miseria y de los crímenes del periodo rojo, del boicot contra España y de las mundiales conspiraciones contra la Victoria del 1 de abril de 1939. Por algo Franco, el 1 de octubre de 1975, todavía podía advertir a España: “Todo obedece a una conspiración masónica izquierdista de la clase política, en contubernio con la subversión terrorista comunista, en lo social, que si a nosotros nos honra a ellos les envilece”.

    Lo que no queda en el tintero

    Luis Carrero Blanco, asesinado con gravísimas confabulaciones y no simplemente por las espoletas explosivas de ETA (como ya se viene escribiendo en el extranjero –véase la revista «Integridad», de marzo de 1976, que se publica en Monterrey, Méjico-), en un artículo publicado en «Arriba», del 3 de mayo de 1951 advertía:

    Se vive en nuestros días tan deprisa, cuando no tan frívola y superficialmente, que pocos son los que se toman la molestia de detenerse a analizar el porqué de los hechos, y hasta lo que nos sorprende e impresiona es rápidamente olvidado… Esto ocurre con la masonería. Gravísimos son los daños que a nuestra sociedad han venido infiriendo sus conspiraciones, gravísimas las pruebas contundentes e incontrovertibles que hemos venido acumulando en nuestros trabajos anteriores, que demuestran de manera fehaciente que la masonería no descansa; que desde que nació siguen siendo sus blancos la Iglesia Católica y el resurgimiento de España; que existe un Comité supremo en Europa, titulado Asociación Masónica Internacional, a través del cual se conspira en forma ininterrumpida contra cuanto España representa…

    No hemos jamás de olvidar que entre las fuerzas derrotadas de la Antiespaña por el Movimiento Nacional español ocupaban puesto principal las fuerzas masónicas de nuestra Patria, que, aunque reducidísimas en número, eran, sin embargo, patrocinadoras de todas las traiciones y las que realmente habían abierto las puertas a la invasión comunista y a su enseñoreamiento de nuestro solar.


    Al hundirse la República… forzosamente habían de caer aquellos templos masónicos en que, con artificio, malicia y engaño, había venido forjándose la decadencia española.En dos grupos dividió a la masonería la guerra: el de los capitostes, que, por haber contraído graves responsabilidades criminales, se exiliaron, y aquellos otros que… desconocidos, se acogieron a la paz y a la generosidad de la nueva España… Los principales dirigentes continuaron fuera de las fronteras la acción criminal antiespañola y fueron los constantes voceros de la BBC británica, de Radio París y de muchas otras radios minadas por la masonería o adscritas a su servicio.

    Desde entonces, cuantos vientos de fuera nos soplaron han tenido su principal motor en la dispersión de esa criminalidad masónica por las logias del mundo, a las que, después de haber recibido su auxilio, parasitaron con la levadura de su espíritu criminosoEn esta acción de infiltración masónica no escapan ni las propias jerarquías eclesiásticas, a las que se pretende influir, como a todos aquellos sectores que, cual el Ejército, el Movimiento nacional o los Sindicatos, son considerados por los masones como pilares en que el Régimen se asienta.”

    Así se comprenden algunas cosas

    Así uno va comprendiendo el programa de ciertos reformistas. Porque, además, no deja de ser curioso que el actual (1976) presidente Arias Navarro anunciara un día en las Cortes (1975) una ley contra el comunismo, que después se convirtió contra el terrorismo, y que actualmente ya ha sido esterilizada en honor y gloria de la homologación…

    Pero ya entonces, un periodista inteligente, Manuel de Santa Cruz, comentó:
    Los discursos políticos interesan tanto por lo que dicen como por lo que no dicen. En el de referencia [anti-comunismo], llama la atención que no se diga nada de la masonería. Porque durante la Cruzada, e inmediatamente después, se asociaba sistemáticamente al comunismo en una sola mención “el comunismo y la masonería”. Tanto se empleó esta fórmula doble a la hora de fijar responsabilidades por la tragedia y de atender a la seguridad del Estado naciente, que se convirtió en un tópico”.


    El mismo publicista añade, certeramente: “…Actualmente el extranjerismo reviste en España tres formas nuevas: el europeísmo, el culto a la ONU y la adscripción a las multinacionales ideológicas y filantrópicas…”

    Que la masonería no es cosa de risa, nos lo viene a rememorar… el actual ministro del Ejército, general Alvarez-Arenas: “¿Los enemigos de España hoy? Son los mismos de hace mucho tiempo, sobre todo, a partir de 1936: el comunismo internacional, que no perdona su primera gran derrota en España; la masonería (y estoy convencido de que no es un tópico); los revanchistas y los despechados de toda índole” («ABC», 8-2-76)

    El enemigo sabe lo que busca

    La masonería es inteligente, táctica, gradual en sus avances. Sabía que con Franco, las Leyes Fundamentales y los Principios del Movimiento nacional podía colear, envenenar, intrigar, hacer daño. Pero no era posible su triunfo…

    Pero la venganza masónica es imprescriptible. Desde Méjico, en 15 de marzo de 1975, en mensaje transmitido a todas las logias, la masonería española, una vez más, afirmaba:
    Nuestra fidelidad inalterable al principio de acatamiento y de respeto a todos los regímenes políticos democráticos que hayan sido instaurados por la libre voluntad del pueblo en pleno ejercicio de su soberanía. Este sentimiento de finalidad nos lleva a reiterar hoy, como ayer, que la masonería española sigue considerando a la Constitución republicana de 1931, promulgada en su país por el pueblo español a través de sus legítimos representantes, y defendida siempre en nuestras logias, como la expresión más auténtica de la última manifestación libre de la soberanía del ciudadano español en el marco legal de la vida política del país; que le otorgamos absoluta y total validez para regir las actividades políticas de la nación en el intervalo histórico indispensable que medie entre la desaparición del actual equipo gobernante opresor y la obligada consulta electoral”.


    Esto no ha caído en saco roto. En la revista «Triunfo» -la de la estrella de las cinco puntas-, al reaparecer el 10 de enero de 1976, proclamada ya la Monarquía, descaradamente se desafía así: “El hecho de que se acepte la conversión de España en Monarquía y la instauración de un Rey… no impide que tengamos un respeto considerable a la Historia. Si nadie pide ahora la República es porque es imposible y porque en estos momentos abriría brechas graves en el país…”

    La estrategia contra la Monarquía

    … La masonería sabe que una Monarquía levantada sobre la unidad de España, con participación orgánica, justicia social, ambiente de paz y sin huelgas, con personalidad internacional inmune a las presiones de multinacionales y del mundialismo sinárquico… tendría un poder de progreso y paz nacionales irrebatibles y perennes.

    Por eso la masonería inicia su ataque con el trasvase de la Monarquía del 18 de Julio y de las Leyes Fundamentales y Principios del Movimiento Nacional, al intento de una Monarquía grisácea, parlamentaria, democrática, sufragista, compatible con el hundimiento de la economía…

    Toda esta artillería responde a lo que proféticamente había anunciado Luis Carrero Blanco:
    La masonería y el comunismo, los dos grandes enemigos de la Iglesia católica, quieren convertirnos o en República laica –pasando, si fuera necesario por una Monarquía liberal puente-, o en una República vasalla de Moscú. Por eso se atacan instituciones y personas con las más burdas calumnias”...

    Jaime TARRAGÓ
    Última edición por ALACRAN; 21/12/2019 a las 21:40
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

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    Re: La Masonería, secular enemiga de España, nos "obsequió" con la Transición

    “Los masones, la caza de brujas y otras hierbas”:
    Revista FUERZA NUEVA, nº 501, 14-Ago-1976

    LOS MASONES, LA “CAZA DE BRUJAS” Y OTRAS HIERBAS

    No hace tanto tiempo que revistas como FUERZA NUEVA e “Iglesia-Mundo” emprendieron con valentía una campaña de desenmascaramiento y denuncia de la existencia, eficiencia e influencia de la masonería en España. Nuestros cándidos escritores “liberales” como el ínclito Néstor Luján pusieron el grito en el cielo del “Gran Arquitecto” masónico jurando y perjurando con aplomo y suficiencia que esa campaña antimasónica no era otra cosa que la versión española de la “caza de brujas” americana.

    Pero ahora la liberal y pluralista revista “La Gaceta Ilustrada” nos sorprende, en su número 1.031 del 11 de julio de 1976, con un documentado y “autorizado” artículo de Eliseo Bayo, titulado “Hablan los masones”.

    En este informe sobre la masonería española, aquí y ahora, se recogen las afirmaciones y manifestaciones de tres masones cualificados: Fernando Valera, José Zaplana y Constantino Álvarez. De él, entresacamos las siguientes y “elocuentes” afirmaciones, corregidas y aumentadas con breves y personales apostillas.

    YA VUELVEN LOS DEL MANDIL Y LA ESCUADRA

    “… el espíritu de la masonería no ha muerto y ha sido alimentado discretamente por las logias que no han dejado de funcionar en las catacumbas durante los últimos cuarenta años. La vuelta de los masones significa que, en la perspectiva democrática que se avecina, la masonería puede desempeñar un papel activo en la vida del país”.

    ¡El país! La misma terminología que la del señor Fraga y otros epígonos. ¡Atención, pues, españoles, no a la Vuelta Ciclista a Francia, ni a la “Marxa de la Llibertat” de Cataluña, sino a la vuelta de los masones a España! No sólo no han “vuelto” ya los comunistas (…) sino los de la escuadra y el mandil. ¿Para qué? Para implantar en España la partitocracia y el estado liberal. Nueva coincidencia con la “reforma” del señor Fraga, la “ruptura” del señor Suárez, y la “traición” de la Asamblea Conjunta [obispos-sacerdotes].

    Ya vuelven, mejor, ya han vuelto los masones, con la “reconciliación y la amnistía” en los labios y el odio en el corazón, y el desquite en los puños. “Durante muchos años se ha hablado de los peligros de la conspiración masónica. Si lo que se quería decir era que los masones habían jurado odio eterno al Régimen, la afirmación podía ser cierta”.

    Ahí está la confesión, rotunda y clara, que tantas cosas puede aclarar en esta “ceremonia de la confusión” en que nos hallamos hundidos los españoles. Entre otras, el asesinato del primer presidente del Gobierno de Franco, almirante Carrero Blanco; o el odio y la violencia desatados de media Europa, cuando el Régimen se decidió aplicar la ley a los criminales y asesinos de ETA o el FRAP.

    LOS “ENEMIGOS DE LA VIOLENCIA VENGA DE DONDE VENGA”

    (…) Después de confesar sin tapujos que el presidente norteamericano Gerald Ford, el príncipe Eduardo, esposo de la reina de Inglaterra y el presidente francés Giscard son masones (los tres grandes patrocinadores de la democracia liberal española), dicen que “los masones españoles son contrarios o enemigos de toda violencia. Cómo se concilia esta afirmación con ese odio eterno al Régimen de Franco, es cosa que no aclaran los masones españoles. Tal vez algún futuro documento de la Conferencia Episcopal Española pudiera hacerlo. Esperemos. Mientras tanto, constatemos la “justificación” de ese odio eterno de la masonería española al Estado franquista: la bárbara represión y purga de masones del 1940 (…)

    “Los masonesafirma Constantino Álvarez- no somos una sociedad secreta sino discreta, y no intervenimos, como sociedad, en la política. Sin embargo, es cierto que, aun contando con tan pocos miembros afiliados, el número de masones en las Cortes durante la República alcanzó casi las tres cuartas partes de su composición”.

    De nuevo, la falta de lógica aflora en las palabras de los prohombres de la masonería española. ¿Cómo, sin intervenir en política, logran acaparar las tres cuartas partes de la República? Es un secreto de la discreta y “secreta” masonería española (…)

    LOS DEFENSORES DE LA LIBERTAD Y LA DEMOCRACIA INORGÁNICA

    Estos masones españoles, que no han roto un plato en su vida, hacen, a renglón seguido, una singular profesión de fe democrática.

    Nosotros queríamos, y queremos, una sociedad libre, igualitaria y fraterna. Somos defensores del progreso, y estamos contra todo dogmatismo.” Casi, casi, como la profesión de fe democrática de nuestro joven Rey ante el Congreso americano o la declaración programática de su primer Gobierno. Los masones españoles son acérrimos defensores del progreso del imperio inglés, el norteamericano o el europeo, todo menos del español; y están contra todo dogmatismo, menos el masónico. Las cosas claras y en su punto.

    A continuación, don Fernando Valera, jefe del “gobierno republicano” en el exilio, del Supremo Consejo del Grado 33 para España, nos descubre el velo de la responsabilidad que a los masones les cupo en el establecimiento de la II República y el Estado Liberal de ayer, y del que ahora tratan de implantar con la ayuda de los “tontos útiles” y “compañeros de viaje”, una vez desaparecido Franco de la escena política:
    El clericalismo sigue considerándose el enemigo secular en la medida en que predicamos ideas de tolerancia, comprensión y libertad, enseñamos sentimientos humanitarios y practicamos normas de paz y de vida en común… guardando en todo momento las tradiciones liberales del país, y contribuyendo en todo momento al restablecimiento de los periodos del régimen constitucional y democrático, con los cuales coinciden los momentos de esplendor de la institución (masónica) en España”.

    Más claro, agua, Ahí tenemos plasmados los hechos, los fines y las metas de la masonería de ayer y de hoy, coincidentes en todo y por todo con la actual reforma constitucional del Estado y Régimen constitucionales. Y ¿no habrán sido las cortes de Franco, las Cortes de la “reforma”, los instrumentos materiales (¿o formales?) para el cumplimiento de la voluntad masónica en España? Ahora nos damos cuenta del alcance exacto de aquella célebre afirmación de Franco: “el enemigo está dentro”. Afirmación explicitada días antes de su muerte y en la plaza de Oriente: “Todo ha sido una conspiración de la masonería y del comunismo”. Masonería y del comunismo que, vencidos en 1936, levantan ahora su cabeza, triunfantes y boyantes, y “amnistiados” por esas mismas Cortes de Franco, las cuales les permiten ya decir y afirmar sin rebozo:
    Es cierto que los hombres de la masonería contribuimos de forma muy especial al triunfo de la II República. Poco antes de abril de 1931 nos reunimos la Gran Logia en Asamblea y de allí salió un acuerdo que luego se plasmaría en gran parte en la Constitución de 1931”.

    A nosotros nos gustaría saber también el día, la hora y los componentes de la Asamblea masónica que decidió el asesinato del almirante Carrero Blanco, y la Asamblea que ha decidido, “nemine discrepante”, la vuelta del Estado Liberal masónico en puertas (…)


    Angel GARCÍA



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    Re: La Masonería, secular enemiga de España, nos "obsequió" con la Transición

    “Masonería”:


    Revista FUERZA NUEVA, nº 507, 25-Sept-1976

    Masonería

    Para muchos ingenuos, para otros no tan ingenuos y para las izquierdas en general, así como para los que amparados en los eslóganes demócrata-liberales vienen haciendo el juego a los eternos enemigos de España, hablar de la masonería, del peligro que desde siempre (y más ahora) significa para nuestra Nación, para su cultura cristiana y para la defensa de los auténticos valores de la persona humana, sabemos suena a tópico, a exageración diabólica, cuando no a un pensar decimonónico o, a lo menos también, como una muestra de nuestro constante y supuesto afán de “cazar brujas”.

    Esto lo sabemos, pero la verdad es que la masonería existe, está aquí, en el país, y si siempre ejerció su nefanda influencia en la vida nacional, ahora, desde que fue asesinado Carrero Blanco -crimen típicamente masónico- su poder de decisión en la Patria se ha visto aumentado en proporciones insospechadas.

    Y esto no lo decimos por decir. Si analizamos los contenidos de muchas “planchas” de la secta dirigidas a sus “hermanos” españoles en estos últimos años -a partir de la misma fecha de la Victoria del 1 de abril de 1939- y de los conciliábulos y decisiones de los “Grandes Orientes” en relación con la vida española, podremos ver, sin duda alguna, cómo la mayor parte de las consignas dadas por los supremos mandos masónicos a los “Hijos de la Viuda”, se van cumpliendo con rigor y justeza casi matemática.

    Desde la muerte del Caudillo Francisco Franco y, por consiguiente, desde el primer Gobierno de la Monarquía instaurada, la influencia masónica en España es cada vez más grande, y no sólo por el hecho más o menos anecdótico de que las Logias ya empiecen a funcionar, casi sin recato, en algunas poblaciones y que las “tenidas” más o menos formales entre “hermanos” de este o aquel lado de nuestras fronteras sean frecuentes y arrojen positivos resultados para sus propósitos demoledores contra el ser español. Su gran propósito es el derrumbamiento del Régimen del Estado nacido de los ideales del 18 de Julio, prácticamente ya consumado. El retorno de la partitocracia, del internacionalismo capitalista y marxista, como fuente de auténtico poder en la vida nacional, está ahí, a la vista de todos. Sólo falta para el total hundimiento de lo creado a partir de la Victoria de 1939, reducir a cenizas institucionales a estamentos aún con vida propia y que representan al Movimiento Nacional, o influir decididamente, mediante la infiltración en otros más permanentes o bien minar aquellas -como el Ejército o las Fuerzas de Orden Público- que, inevitables en cualquier Estado, significan aún en España una auténtica reserva de los valores morales y patrióticos y, por tanto, un valladar a sus intentos de destruir la Patria como tal.

    La labor disgregadora y antiespañola de la masonería no descansa. Mas ahora, con afiliaciones que podrían parecer insospechadas de hombres que todo se lo deben al Régimen del 18 de Julio, en el que hicieron su carrera política, aun cuando, analizando las cosas, nada puede extrañar de quienes fueron en su día falangistas, más tarde solamente “franquistas”, después “apolíticos” aperturistas, para seguir declarándose a continuación demócratas y liberales, cuando no marxistas. Como otros que iniciaron su religiosidad en Acción Católica, después se pasaron al Opus Dei y, cuando ya no creyeron esta alineación “rentable”, se dieron mucha prisa en darse de baja en la “Obra” para ingresar de neófitos en la “secta”.

    Todo ello bajo el amparo también del exterior, y la gran colaboración de los “hermanos” que hicieron la guerra en el lado nacional, que fueron “vencedores” y que como tales ocuparon cargos de confianza y mando -aún los ocupan algunos, sin duda- en la Administración del Estado.

    No es un cuento todo esto ni de hadas ni de brujas. Es, sencillamente, la realidad de lo que está ocurriendo y que el pueblo español, sencillo y llano, tiene derecho a saber. Y si alguien tiene duda, que consulte textos y artículos periodísticos en publicaciones “democráticas” allende nuestras fronteras. Aquí, en España, le será difícil, pues la masonería es “ahora” tema tabú, al parecer, para nuestra prensa, en general y para nuestras autoridades en particular. Al menos en cuanto a condenarla o perseguirla.

    Y, como final, recomendar la lectura, auténticamente esclarecedora, de los propósitos masónicos contra el Estado nacional español y sus Fuerzas Armadas y de Policía publicados en el diario “El Alcázar” del pasado 17 del corriente mes de septiembre, que ponen al descubierto las consignas del “Gran Oriente de Francia” a sus “hermanos españoles”.

    Ramón de TOLOSA



    Última edición por ALACRAN; 01/07/2021 a las 14:09
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    Re: La Masonería, secular enemiga de España, nos "obsequió" con la Transición

    "España, en pleno baño masónico"


    Revista FUERZA NUEVA, nº 531, 12-Mar-1977

    ESPAÑA, EN PLENO BAÑO MASÓNICO

    No ignoramos la fronda de confusiones que hoy interesadamente defienden el ataque masónico. En el mismo seno de la Iglesia se han producido fenómenos típicamente masónicos, para minusvalorar su entidad maléfica. Desde la conferencia del padre Riquet, en 1961, en la logia Volney du Grand Orient de Laval, hasta la intervención del obispo Perezil, en 1971; desde que en 1938 monseñor Beaussart, coadjutor del arzobispo de París, entregara a Pío XI la ficha de diecisiete cardenales, arzobispos y obispos, hasta las intervenciones del IDO-C, durante el Vaticano II; desde las instrucciones del B’nai-B’rith al cardenal Bea hasta las contradicciones del padre Caprile en “La Civiltá Cattolica”, circulan aguas cenagosas en creciente inundación. Sin marginar la literatura de Alec Mellor hasta la del jesuita Ferrer Benimelli.

    Procuraremos aclarar algunos puntos ahora que, según “Le Point”, está preparándose la legalización de la masonería en España. Decían algunos agoreros que no existía, y resulta que está viva y coleando. Y así digamos, expeditivamente que la incompatibilidad entre la masonería y la pertenencia a la Iglesia sigue vigente. Por encima de todas las veleidades y sondeos, nada ha cambiado en la Iglesia para tolerar la conllevancia con la masonería. Y no aludimos ya a los muchos documentos y disposiciones pontificias contra la masonería. Más recientemente, Juan XXIII, en el artículo 247 del Sínodo Romano, hacía presente que “en lo que se refiere a la secta masónica, recuerden los fieles que las penas establecidas por el Código de Derecho Canónico siguen estando en vigor”. Y el cardenal Seper, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en respuesta al obispo Luigi Orlandi, le escribe:

    En la carta número 1.599, fechada el 17 de abril de 1973, vuestra excelencia se ha dirigido a este Sagrado Dicasterio para preguntar las líneas de acción a seguir respecto a las personas que se adhieren a la francmasonería. Hasta el día de hoy, la legislación que está en vigor sobre esta materia no ha sufrido ninguna variación” (“La Documentation Catholique”, Paris, 18-XI-1973).

    Y los mismos masones están acordes en esto: “Estamos íntima, profunda e incurablemente persuadidos de que nuestra posición ideal, metafísica, ética, política, social, humana, está en contraste incurable con la Iglesia”, afirma L. Lupi, en su “Rispondo ai gesuiti”, en unos artículos publicados en 1959, p. 32, en un volumen editado oficialmente por la masonería italiana.

    Si tuviéramos que añadir un argumento más, destacaríamos que Pablo VI ha beatificado al mártir polaco padre Maximiliano Kolbe. Y toda la vida del padre Kolbe fue una lucha, cuerpo a cuerpo, contra la masonería. Fundó la Milicia de la Inmaculada, principalmente para combatir a los francmasones y otros agentes de Satanás. Luego, las simpatías y los brazos abiertos a la masonería son lo más contrario al cristianismo.

    La masonería es política

    Todos los aires pánfilos de filantropía desinteresada, en torno de la masonería, se derriten al comprobar su rabioso intervencionismo en la vida de las naciones, al servicio de la descristianización. En el libro “La politique des francs-maçons”, de Jacques Mitterrand (*), gran maestre del Gran Oriente francés, hay información abundante. Mitterrand certifica que la masonería está opuesta diametralmente a la Iglesia católica, a pesar de los celofanes con que quiere envolver su odio refinado. Afirma Mitterrand:

    Un humanista no acepta ninguna dictadura, cualquiera que sea el origen; con esta visión, el humanista rechaza el papado, tanto en razón de sus poderes exorbitantes como en razón de su infalibilidad proclamada” (p. 175)

    Por esto Mitterrand se enfrenta con la Iglesia católica y con el Vaticano II, por no aceptar que en la Iglesia esté el depósito de la verdad revelada. Dice Mitterrand:

    Queda en entredicho la lectura de este texto. ¡Maestra de verdad! Franca, sin duda, en términos tan categóricos, tan definitivos en su brutalidad. Jamás, en una expresión tan sorprendente, la Iglesia no había señalado su voluntad imperiosa de imponer su dogma ni había subrayado que este dogma era la única verdad. Es preciso, pues, honestamente, plantearse la pregunta de saber sobre qué puede desarrollarse un diálogo con un interlocutor que declara en exordio a este diálogo que él es el maestro de la verdad por la voluntad de Dios” (p. 179-180).

    Mitterrand descubre la alianza que hay entre la masonería y los progresistas. Y junto a sus alabanzas a Méndez Arceo, Camilo Torres, al padre Chaine, Marc Oraison, Teilhard de Chardin, al cardenal Suenens y tantos otros que hoy desgarran la unidad interna de la Iglesia, les dice:

    A esos católicos que se han unido a las acciones liberadoras del porvenir humano, a los que se han comprometido en la acción en tal sentido, los masones les tienden las manos, porque para el masón, el hombre -cualquiera que sea- que ama y respeta a los otros hombres, que está dispuesto a discutir el dogma, que rompe las cadenas de la servidumbre, es ya un masón sin mandil”.

    Y más explícitamente:

    Estos católicos avispados no han sido engañados por la propaganda conciliar: ellos han juzgado las insuficiencias o las omisiones del Concilio, pero se acogen al clima que contribuyó a crear la exigencia de una verdadera renovación de la Iglesia. El carácter contestatario y liberador de estos católicos no puede sino hacerse acreedor de la simpatía de los francmasones” (p. 189).

    Así la masonería se vale siempre de los partidos políticos y de la llamada democracia para lograr sus objetivos. El mismo Mitterrand descubre sus tácticas:

    Los francmasones del Gran Oriente de Francia, en los veinte últimos años que han transcurrido han intervenido en todos los problemas a brazo partido. La defensa y el perfeccionamiento de las libertades republicanas, el derecho a la objeción de conciencia, la denuncia de la energía nuclear con fines de destrucción masiva, la nacionalización de la enseñanza, los problemas de la juventud, el planing familiar y el derecho a la libre procreación, la situación de los trabajadores franceses y de los trabajadores inmigrantes; esta muestra reducida testifica los cuidados de las logias de incrustarse en la realidad presente dándole las soluciones de los francmasones” (p. 87)

    Todavía se hace más evidente el dominio internacional de la masonería y sus ambiciones de avasallamiento, con este testimonio del propio Mitterrand:

    Los francmasones… estudian la posibilidad de un gobierno mundial. Una vez más, la Iglesia encuentra, en su camino, la amenaza del pensamiento libre, animador de toda acción democrática, y la francmasonería liberal es una de sus protagonistas. Que se trate del problema escolar, que se trate de los derechos de la ciencia, de la libertad, de la cultura o de la libertad sexual, del socialismo o simplemente los derechos del hombre: el dogma es el límite del pasado, el pensamiento libre tiende hacia el futuro” (p. 170)

    Otros datos

    Lo que significa este lenguaje, para los no iniciados, se puede traducir más llanamente. La masonería es la impulsora del aborto, de la destrucción de la familia y de la moral cristiana. En el libro “La Contraception”, de M. y A. Blacque Belair, se encuentra este dato:

    La organización masónica francesa Gran Oriente de Francia reunió en París, del 6 al 10 de septiembre de 1965, 400 delegados franceses y extranjeros. Todos ellos afirmaron su aprobación plena y entera a los principios y designios del planing familiar y exhortaron a todos los francmasones a sostenerlos activamente. Se declararon en favor de la modificación de la ley de 1920 que prohíbe la venta de anticonceptivos, de una liberación de la ley sobre el aborto y de la organización de la educación sexual para adultos, con integración de esta educación en los programas de estudios escolares y universitarios” (p. 116-117. Ed. Librairie Maloine).

    También Mitterrand demuestra el odio feroz de la masonería contra la libertad escolar. Lo dice así:

    La salvaguardia de estos derechos exige que el niño reciba una enseñanza que respete su libertad en potencia. Solamente la enseñanza laica puede dar al niño a todas las posibilidades de su porvenir, permitiéndole, cuando sea hombre, determinar él mismo y por sí mismo sus opciones religiosas, morales y políticas, sin coacciones previas” (p. 101).

    Y para que no haya lugar a dudas, aclara:

    Cuando, siempre en nombre de la libertad, una nación, acepta que sean abiertas en su territorio escuelas confesionales, entrega a sus hijos a la enseñanza dogmática... Es todo un tinglado para proclamar el derecho de los padres… Para los francmasones, por encima del derecho de los padres, están los derechos del niño” (pp. 100- 101).

    Y para completar este panorama, no será en balde que se conozca el parentesco entre la masonería y el marxismo. Mitterrand escribe:

    En el país en donde el capitalismo pensaba haberlo corrompido, las fuerzas vivas han hecho revivir la francmasonería: en Santiago de Chile, el francmasón Allende renueva la tradición de los grandes libertadores, todos francmasones” (página 203).

    Si uno compara este programa masónico y el reformismo que actualmente está invadiendo y debilitando a España, no le costará mucho de encontrar la identidad. Y por el hilo se saca el ovillo.

    La masonería lo ha dicho

    Jacques Mitterrand, rotundamente, hace este reto:

    Entre la España franquista y la masonería hay una lucha a muerte(p. 201).

    Probablemente a estas horas (1977) estamparía que “había” tal lucha. Porque las realidades -y la legalización que se anuncia, sin ser desmentida-, sobrepuja todo optimismo masónico. En 14 de abril de 1960, en unas instrucciones del Gran Oriente español, en el apartado quinto, se detallaba:

    Es necesario provocar desconcierto entre los españoles y desacreditar a los hombres más representativos del país. Hay que desunir todo lo posible, favoreciendo los grupos políticos que se intenten crear frente a los actuales poderes españoles. La colaboración ha de ser más directa con los que se inspiren en los principios demoliberales de tendencias moderadas, pues éstos son los que pueden abrir paso a una situación política que nos permita la reinstalación en nuestro país. Esta cooperación no supone que nos separemos de los grupos demócratas que, desde posiciones de extrema izquierda, trabajan también por el triunfo de sus ideales. Los qq. hh. han de considerar que estos últimos están llamados a detentar el poder en una segunda fase posterior”.

    Ya se entiende, ¿verdad? Primero los centristas, los de la política de “la moderación”. Luego… ya vendrán los genocidas…

    En el apartado sexto del mismo documento, se lee:

    La tarea en estos momentos ha de ser disminuir la influencia de la Iglesia española, restringiendo su libertad de acción, minando su supremacía sobre las conciencias y poniendo obstáculos a su magisterio sobre la juventud. Removida la oposición que nos presenta la Iglesia, se abriría un prometedor futuro a las logias. Esta labor es la más adecuada en las actuales circunstancias”.

    Y en el apartado séptimo hay esta consigna:

    Tarea urgente es colaborar por la amnistía, apoyar las tendencias separatistas, desacreditar toda medida de gobierno sistemáticamente y fortalecer los vínculos con las organizaciones en el exilio, prestando especial atención a las orientaciones del Spanish Democrat Defense Committee”.

    Desgraciadamente, no hay que demostrar como todo esto se ha transformado en hechos y amenazas para España. Y es que la masonería tiene pendiente su venganza sobre nuestra Patria. Nada menos que Eliseo Bayo, en “Gaceta Ilustrada”, del 11 de julio de 1976, en un artículo titulado “Hablan los masones”, divulgaba lo que los propios masones, en este caso Fernando Valera, José Zaplana y Constantino Álvarez, afirman de la masonería en España. Mientras, José Zaplana mentía descaradamente al decir que la masonería “había actuado muy discretamente durante la República, Fernando Valera, grado 33, confiesa que “es cierto que los hombres de la masonería contribuimos de forma muy especial al triunfo de la II República. Poco antes de abril de 1931 nos reunimos la Gran Logia en asamblea y de allí salió el acuerdo que luego se plasmaría en gran parte en la Constitución de 1931”. (…)

    Y, como si nada, se nos dice:

    Alguien, un masón que coordina el movimiento masónico en España y que guarda en el mayor de los secretos el número actual de afiliados y de logias, afirma que un baño de masonería no le vendría mal al país, por cuanto significaría fortalecer la convivencia nacional, tolerar las ideas de los contrarios y proceder a reconstruir el país sobre la vía del entendimiento y del diálogo”.

    Lo que no dice es en qué consiste este “entendimiento y diálogo” Porque los masones que, durante la República, por un instinto patriótico, se separaron del Frente Popular, durante el periodo rojo fueron asesinados intencionadamente bajo consignas masónicas, como Salazar Alonso, Abad Conde, Melquiades Álvarez, el general López Ochoa, Rico Abello, todos ellos masones, pero que fueron purgados por la propia masonería para castigarles sus veleidades anticomunistas.

    Hacia la III República

    La masonería quiere destruir la Monarquía de don Juan Carlos. Si la Monarquía fuera fiel a sus características fundacionales sería imbatible. Pero si la monarquía degenera en un régimen liberal, con el socialismo aupado, con los separatismos desenvueltos, con el inmoralismo permitido, con la prensa desatada, con la universidad en manos del marxismo, es imposible que resista el embate. En la revista “Cronos”, de la masonería mejicana, después del derrumbamiento de la monarquía liberal, se dice:

    España es ya una logia masónica que comprende las cuatro quintas partes de la Península Ibérica. Es un templo a la libertad, la bondad y la virtud, erigido el memorable 14 de abril de 1931, bajo la presidencia del venerable maestro Alcalá Zamora”.

    En el “Boletín Oficial del Supremo Consejo del Grado 33 para España y sus Dependencias”, número 393, del tercer trimestre de 1931, se podía leer:

    La República es nuestro patrimonio. Acaba de inaugurarse en España una República fundada en los tres grandes e inalterables principios, pilares básicos y exclusivos de toda organización política humana: Libertad, Igualdad, Fraternidad… La nueva República nace libre de todo pecado y con la enorme fuerza de todas las virtudes civiles. Podemos decir que es la imagen perfecta, modelada por dulces manos, de nuestras doctrinas y principios. No es posible realizar una revolución política más perfectamente masónica que la revolución española. Si nuestra satisfacción es hoy tan legítima como intensa, no menor tiene que ser nuestra previsión. El inmenso patrimonio moral que España acaba de recibir es, ante todo, y por encima de todo, patrimonio de nuestra institución”.

    En el “Boletín Oficial”, número 8, del primer trimestre de 1931, de la Gran Logia Española, se testifica:

    Como españoles y francmasones que contemplan hecha ley la estructura liberal de un nuevo Estado engendrado por los inmortales principios que fulguran en el Oriente (palabra del ritual para designar el altar del venerable en Logia, y de una manera general y esotérica la suprema dirección judía de la Masonería ya que el Templo, Israel, está al Oriente), tenemos que sentirnos satisfechos. A los francmasones que integran el Gobierno provisional, al alto personal, compuesto, asimismo y en su mayoría, de hermanos, nuestro aliento les acompaña”.

    Lo que decía Franco

    Por esto Franco, lúcidamente, estaba convencido:

    Es inimaginable que los vencedores de una guerra cedan el poder a los vencidos diciendo: aquí no ha pasado nada y todo debe volver al punto de partida, o sea, a cuando se instauró la República. Eso sería un abuso y una traición a la Patria y a los muertos que lucharon en la Cruzada por salvar a España” (4-II-1963).

    Y el mismo Franco confiaba plenamente en la continuidad de esencial del Estado surgido de la Cruzada. Son palabras de Franco:

    Tengo la seguridad de que los tres Ejércitos defenderán siempre el Régimen que, desde luego, podrá evolucionar con arreglo a futuras situaciones políticas mundiales, pero que mantendrá inalterables sus postulados esenciales. Querer transformarlo en un sistema liberal sería dar entrada a una República, conservadora al principio, pero que daría paso al comunismo” (3-V-1969).

    Y, con visión perfecta, refiriéndose a don Juan de Borbón, Franco juzgaba con plenitud de verdad:

    No cabe duda de que este príncipe, don Juan, está completamente entusiasmado con el liberalismo. Eso sería una solución para que los vencidos de ayer sean los vencedores de mañana: eso es lo que desean todos los rojos del exilio. España se convertiría en una segunda Cuba” (2-III-1963).

    Y todavía, machaconamente, Franco vaticinaba:

    Pues la monarquía liberal que desea traer don Juan duraría poco y daría paso a la república que desembocaría en el comunismo. Este desenlace es el que no quiere ver el príncipe ni los que le siguen en su actual política” (6-IV- 1964).

    Y para que no quede lugar a dudas, reseñamos también este juicio apodíctico y magistral del Generalísimo Franco:

    En este asunto estoy de acuerdo con el pensamiento de Lequerica, que opina que don Juan desea pasar una esponja al Movimiento Nacional, al decir que ha de ser el rey de todos los españoles y que a todos se debe por igual; a todos los vencidos (frases de Lequerica), separatistas vascos; separatistas, de la CNT, republicanos de varios matices y terroristas también, ¿por qué no?, todos son españoles. A todos se les brinda desde arriba y como regalo de gigantesca novedad el restablecimiento de sus antiguas posiciones… Si se llega a eso algún día, los rojos, después de haber sido derrotados en los campos de batalla, harían una campaña de escándalo en la prensa como ellos saben hacerlo; luego, unas elecciones amañadas y tendríamos el Frente Popular en el poder. República y comunismo después y para siempre. El rey también quiso volver a la democracia (1931), aconsejado por Berenguer y los palatinos. Las consecuencias, ya se sabe cuáles fueron. De no ser por nuestra Guerra de Liberación, España sería comunista, un satélite dominado por Moscú, y los españoles esclavos de Rusia. Parece mentira que lo que hemos visto y sufrido no haya servido de escarmiento a toda persona medianamente culta y sensata” (15-I-1962).

    Conclusión

    El baño masónico ya riega a toda España. Las aguas suben. Si se permite que la masonería cumpla sus proyectos, la paz de España está terminada. Y con ella, la Monarquía, que solo durará lo que interese a la maduración de los futuros pasos de destrucción de España. ¿Algunos se ríen? También María Antonieta, dos años antes de que la decapitaran, en una carta escrita a la princesa de Lamballe, Gran Maestre de las logias femeninas del Gran Oriente, en 27 de noviembre de 1791, le escribía:

    Yo he leído con interés lo que se hace en las Logias francmasónicas que vos habéis presidido en el principio del año y con lo que me habéis regocijado tanto. Yo veo que no se ha hecho más que cantar canciones y se ha hecho también el bien. Vuestras Logias nos han conmovido al liberar prisioneros y casas a las jóvenes; ello no nos impedirá el dotar a las nuestras y colocar a los niños que tenemos en nuestras listas”.

    Los que hoy en España, ponderan “la reconciliación”, la “política de moderación”, el desdramatizar, el quitar motivos emocionales, el “legalizar lo que está a nivel de calle”, son tan ciegos para ellos, para la Monarquía y para España, como María Antonieta dos años antes de que cayera en redondo su cabeza, seducida por las mismas endechas del ritmo masónico todos los tiempos.


    Jaime TARRAGÓ

    (*) No confundir con su hermano François Mitterrand, dirigente socialista y presidente francés entre 1981 y 1995


    .
    Última edición por ALACRAN; 09/05/2022 a las 13:49
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    Re: La Masonería, secular enemiga de España, nos "obsequió" con la Transición

    La Masonería y España: evoquemos la Historia…

    Revista FUERZA NUEVA, nº 54, 20-Ene-1968

    LA MASONERÍA Y ESPAÑA

    (…) Evoquemos la Historia

    Merece la pena recordar algunas actuaciones de la masonería en la moderna y actual historia de España. Toda la triste historia de decadencias, ya del siglo XIX, van ligadas éstas con el crecimiento y poderío tentacular de la masonería. La pérdida de América, la traición de Riego, las vejaciones al heroísmo del Ejército de Marruecos, la sombra de Francisco de Paula, la “Gloriosa”, Prim, Ruiz Zorrilla, Sagasta, Cantero, Figueras, Becerra, Olózaga, Castelar, Topete eran masones, como masones eran Mendizábal, los responsables de “Katipunan”, que ocasionaron la pérdida de Filipinas, Moret, Alejandro Lerroux, Pablo Iglesias, Ferrer y Guardia, con todas las consecuencias, odios, luchas, desastres económicos, que provocaron este conglomerado de hombres ligados a la obediencia ciega de los más tenebrosos designios…, hasta Portela Valladares y Azaña y Negrín.

    La Masonería manda

    El 2 de marzo de 1931, o sea, seis semanas antes de que don Alfonso XIII diese libre paso a la República, el “Fígaro” publicaba, con el título “Mañana de dictadura”, un artículo en el que anunciaba la revolución española, la huida del Rey y la instauración de un Gobierno republicano, con la lista nominal de los futuros ministros, tal como se había preparado en el secreto de las logias. Por esto, el “Boletín de la Gran Logia Española”, número primer semestre de 1931, decía: “A los francmasones que integran el Gobierno Provisional, el alto personal, compuesto asimismo, en su mayoría, de hermanos, nuestro aliento les acompaña”. En el “Boletín del Supremo Consejo del Grado 33” se lee: “No es posible realizar una revolución política más perfectamente masónica que la revolución española”.

    La Masonería, fuerza motriz del Frente Popular

    Antonio Montero, en su “Historia de la persecución religiosa en España”, indica la afiliación masónica de la Constitución republicana cuando dice: “La Asamblea Nacional de la Gran Logia de Madrid -celebrada del 23 al 25 de mayo de 1931- elaboró una minuta de lo que había de ser la Constitución republicana. Se programa explícitamente el matrimonio civil, la ley del divorcio y legitimación de los hijos naturales, separación de la Iglesia del Estado, expulsión de las órdenes religiosas extranjeras y sometimiento de las nacionales a la Ley de Asociaciones. El contenido de esta minuta se remitía días después -20 de julio- a ministros -fueran o no masones- y prohombres de la situación, acompañando una carta de la gran secretaría de la Gran Logia española, pidiendo apoyo para la inclusión de estos puntos en el texto constitucional republicano.

    Si la República se convirtió en un régimen de lágrimas, fango y sangre, según proclamó el propio Martínez Barrio, hasta la suprema humillación de entregarnos a la esclavitud soviética, no puede olvidarse que era “perfectamente masónica”, como se había dicho en su nacimiento. Es normal que la masonería fuera también el alma del ataque sangriento de nuestra trágica lucha. Oficialmente, la masonería publicó una nota, en 20 de octubre de 1936, en la que decía: “La masonería española está entera, total y absolutamente con el Frente Popular, al lado del Gobierno legal y contra el fascismo… Dan fe de nuestra declaración los aviadores masones, los marinos masones, los militares masones, que desde el comienzo de la rebelión fascista se pusieron al lado del Gobierno legal e hicieron posible la defensa y la derrota total, que entre todos estamos preparando al fascismo criminal”.

    Infiltración masónica en la España nacional

    En el folleto titulado “La francmasonería universal ante la gran tragedia española” hay este párrafo: “La intervención de nuestros hermanos -los masones- ha sido tan sobresaliente… que estos hechos heroicos y generosos, cuando han sido conocidos de todos, les ha valido la estimación general, a tal punto. que hoy el carnet masónico es el documento mejor cualificado para poder circular libremente a través de todo el territorio controlado por las fuerzas gubernamentales”.

    Monseñor Zacarías de Vizcarra, en la revista “Ecclesia” del 20 de febrero de 1954, escribía: “La masonería internacional buscó astutamente entre los mismos combatientes de la zona antimarxista colaboradores peores que ella, en el sentido de que eran más eficaces que ella para realizar sus propósitos, y maniobró hábilmente, con el pretexto de fomentar la unión y convivencia de todos los españoles, evitar nuevos desastres y salvar para la Patria los valores intelectuales, que podrían huir de otro modo al extranjero. Personas prestigiosas y fidedignas que se encontraban en Salamanca en 1937, pudieron leer y copiar las consignas de la masonería internacional, dictadas por entonces desde París y divulgadas secretamente entre los elementos masónicos emboscados en la zona nacional. Sus tres puntos principales eran: a) Trabajar primeramente para lograr un armisticio entre las dos Españas en lucha, a fin de llegar al arreglo de una paz negociada. b) Cuidar luego de ir borrando el signo católico que ostentaba la España nacional. c) Valerse de la táctica de exaltar en toda ocasión los valores intelectuales de los izquierdistas y guardar silencio acerca de los intelectuales católicos. Estas consignas, hábilmente difundidas en la zona nacional, tuvieron eco inmediato hasta en ambientes que parecían estar al abrigo de toda sospecha”.

    El autorizado escritor (F. Franco), que publicaba bajo el seudónimo de “Jakim Boor”, en unos trabajos periodísticos en la prensa nacional durante el año 1950,
    http://hispanismo.org/historiografia-y-bibliografia/28741-franco-jakim-boor-gran-estudioso-e-historiador-de-la-masoneria-1952-a.html?highlight=
    afirmaba con suprema información y oportunidad: “La masonería ha tenido una influencia decisiva en la concesión de cátedras y en la situación de muchos sectores intelectuales, que ha cultivado con especial atención. La masonería lleva una labor tenaz y discreta de conquista y de filtración en la prensa, en la radio y en todos los medios de difusión, y en varios centenares de sociedades que, aunque no son masónicas, ella crea y controla a través de masones de obediencia segura”.


    Estos puntos de referencia ilustran al observador que no sea tonto de remate en torno de acontecimientos, organizaciones y personas que se mueven en forma aparentemente sorprendente e impune.

    Una “plancha” masónica

    El Gran Oriente español, con sede en la capital mejicana, Puente Alvarado, 90, envió el 14 de abril de 1960, una “plancha” -una orden del día- “a todas las logias y talleres hermanos y a cuantos el presente vieron”. En este documento, la masonería recuerda que “la guerra que se inició en 1936 no ha terminado”. En sus instrucciones, en el apartado 5º se lee:
    Es necesario provocar desconcierto entre los españoles y desacreditar a los hombres más representativos del país. Hay que desunir todo lo posible, favoreciendo los grupos políticos que se intenten crear frente a los actuales poderes españoles. La colaboración ha de ser más directa con los que se inscriban en los principios demoliberales de tendencias moderadas, pues éstos son los que pueden abrir paso a una situación política que nos permita la reinstalación en nuestro país. Esta cooperación no supone que nos separemos de los grupos demócratas, que desde posiciones de extrema izquierda trabajan también por el triunfo de sus ideas. Los QQ. HH. han de considerar que estos últimos están llamados a detentar el poder en una segunda fase posterior”.

    En el apartado 6º se pormenoriza la actuación contra la Iglesia: “La tarea en estos momentos ha de ser disminuir la influencia de la Iglesia española, restringiendo su libertad de acción, minando su supremacía sobre las conciencias y poniendo obstáculos a su magisterio sobre la juventud. Removida la oposición que nos presenta la Iglesia, se abriría un prometedor futuro a las logias. Esta labor es la más adecuada en las actuales circunstancias”. En el último apartado dispone el comunicado masónico: “Tarea urgente es colaborar por la amnistía, apoyar las tendencias separatistas, desacreditar toda medida de gobierno sistemáticamente y fortalecer los vínculos con las organizaciones en el exilio, prestando especial atención a las orientaciones del Spanish Democrats Defence Comittee.

    Las marionetas que se dejan manejar tienen material para meditar cuáles son sus verdaderos amos.

    Un corresponsal descubre el pastel

    Que las consignas masónicas no han caído en saco roto (año 1968) lo demuestran las continuas y envenenadas campañas contra España desde todos los meridianos y plataformas. Una anécdota que ilustra la maldad y el cretinismo de esta renovada leyenda negra es lo que escribía J. de Grattis, en el diario “Madrid” del 24 de enero de 1964: “En uno de mis retornos a Nueva York, como advertí que un gran diario seguía la campaña de difamaciones contra España, visite a su director, amigo personal mío, y le expuse la realidad de España, en choque violentísimo con lo que su periódico escribía, y creí desvanecerme cuando le escuché esto:
    Sí, ya lo sé, querido amigo; me consta hace mucho tiempo que es mentira lo que venimos propalando de España y he pretendido rectificar o, cuando menos, dejar de hablar de este tema, pero no pude. Al primer intento de ponerme en la línea de la razón y la verdad, me enfrenté a un grupo de judíos masones que claramente me amenazaron con hacer retirar la publicidad que viene sosteniendo al periódico y reducir considerablemente y de golpe, las suscripciones. Hube de capitular y sigo en la línea anti española”.

    ¿Se recuerda esto convenientemente?

    Jaime TARRAGÓ


    Última edición por ALACRAN; 27/02/2023 a las 14:08
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    Re: La Masonería, secular enemiga de España, nos "obsequió" con la Transición

    El "historiador" jesuita J. A. Ferrer Benimeli, incansable ensalzador de la masonería

    Revista FUERZA NUEVA, nº 554, 20-Ago-1977

    La legalización de la masonería

    El jesuita Ferrer Benimeli lleva varios años escribiendo y hablando de masonería con un espíritu de comprensión hacia ella verdaderamente conciliar. A principios de diciembre pasado (1976), dio un paso más en su tarea, y en una conferencia en la Congregación Mariana de Valencia defendió una tesis nueva, más atrevida y, sobre todo, más clara: que un católico puede ser masón. El día 20 de abril de este año, postulaba ya sin rebozo la legalización de la masonería en “El País”.

    El diario “Ya” de 5 de agosto (1977) publica lo que sigue: “La masonería vuelve a resurgir en Cataluña. -Los masones españoles no trabajarán en territorio nacional hasta que no tenga reconocimiento legal”. “La masonería ha vuelto a resurgir en Cataluña. La masonería es incompatible con el totalitarismo, lo que explica su ausencia en el panorama español en los últimos años; pero la situación está cambiando y, cuando menos en Cataluña, se ha producido su resurrección, habiéndose formado recientemente la Logia Regular San Juan de Catalunya, número 208, bajo los auspicios de la Logia Provincial de Occidente, vinculada a la Gran Logia Nacional Francesa, integrada en la masonería regular universal”, ha declarado a “Diario de Barcelona” don Emilio Castell, investigador del tema y experta autoridad en la materia.

    El señor Castell afirmó que “los masones españoles vuelven a trabajar, pero no lo hacen todavía en territorio nacional en espera de que la masonería tenga reconocimiento legal en España”.

    ***
    Entre las actividades citadas del jesuita Ferrer Benimeli y esta última perla hay otras joyas análogas diseminadas discretamente por periódicos y revistas nacionales y extranjeros; algunos eruditos, previsores del porvenir material, se dedican a “desmitificar” el tema. Esto, sin contar las noticias particulares.

    Sin contar tampoco la inflación y el “boom” de grupos ocultistas, espiritistas, de yoga, hinduistas, vegetarianos, parapsicólogos, de reencarnación, de satanismo, etc., que en porcentajes de cuantía llamativa son cajas de recluta o filiales de la masonería. En lo que va de año, en Madrid, directivos de los Clubs de Leones y de Rotarios han declarado a la prensa que a veces les han confundido con masones.

    Este frondoso árbol ha ido creciendo al socaire de la libertad de cultos establecida en España, a resultas del Concilio Vaticano II. Si Dios no existe, todo es posible, exclamaba uno de “los hermanos Karamazov” de Dostoievski. En el orden político, también. En cuanto un Estado concede los mismos derechos civiles a la verdad y el error en el más alto nivel, que es el religioso, todo es ya posible y aun de esperar. En la aceptación de la Declaración “Dignitatis Humanae”, del Concilio, ya iba implícito el reconocimiento del Partido Comunista y de la masonería.

    Todo indica que entramos ahora en la recta final, al sprint, de la maniobra de retorno de la masonería con el mismo carácter oficial y honorífico que acompaña a la Pasionaria en las Cortes de Su Majestad.

    ***
    De puntillas, sin estruendo, poco a poco, se están dejando caer noticias que van creando hoy en unos, mañana en otros, y al final en todo el pueblo español, la convicción de que la masonería funciona normalmente y que, sin embargo, no pasa nada. Estas informaciones se dosifican con maestría, de manera que a la vez engendran otra convicción, no suave y a plazo medio, sino brusca y momentánea, de que una pequeña noticia de un rumor no confirmado, sin relieve tipo gráfico y perdida en un rincón del periódico, no justificaría una reacción intempestiva.

    El remate, la legalización innecesaria para una sociedad secreta y que funciona impunemente, es, sin embargo, una cuestión de amor propio. Ya saben ustedes con qué ingredientes se aliñará: no se puede cerrar los ojos a la realidad; hay que ajustar el país oficial al país real; de hecho, ya es como si estuviera legalizada; peores cosas se han legalizado; a estas alturas, la legalización ni le quita ni le pone; los obispos no dicen nada; no hay que ser más papistas que el Papa: ya no estamos en la Edad Media; en el extranjero se ríen de nosotros, ¡hay que europeizarse!; la ley tiene que reconocer la realidad; van a excomulgar a Lefebvre; Blas Piñar es fascista; pues no le quepa a usted duda de que los masones serán más respetuosos con el Gobierno que los extrañados de ETA

    Tenemos un Estado no de derecho, sino de hechos consumados.

    Manuel DE SANTA CRUZ


    Última edición por ALACRAN; 17/08/2023 a las 17:25
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    Re: La Masonería, secular enemiga de España, nos "obsequió" con la Transición

    Ese historiador ex jesuita y pro-masónico, sr, Ferrer Benimelli aludió insidiosamente a una supuestas solicitudes de Franco para entrar en la masonería y su rechazo por ésta, cuando exactamente sucedió al contrario.

    Ver:
    Odio eterno de la masonería a Franco tras rechazar, desde joven, ingresar en ella
    Última edición por ALACRAN; 25/09/2023 a las 14:21
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  8. #8
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    Re: La Masonería, secular enemiga de España, nos "obsequió" con la Transición

    “Jamás se plegó a sus dictados”


    Revista FUERZA NUEVA, nº 556, 3-Sep-1977

    JAMÁS SE PLEGÓ A SUS DICTADOS

    Los que se dedican a cantar loores a la democracia del señor Suárez, cuando caigan en la cuenta de quién ha programado con antelación maquiavélica el tinglado de “todo para el pueblo”, habrán caído también sin remisión en el cepo.

    Pasen revista a los señores que nos gobiernan, incluidos los señores diputados y senadores, y con poquísimas excepciones tendremos abierto un abanico amplísimo de oportunistas, negociantes de la política y marchantes del poder. Se salvan escasos ejemplares de la criba.

    Para preparar el terreno con una siembra adecuada, durante bastante tiempo se nos ha lavado el cerebro haciéndonos ver que todos los prejuicios y prevenciones del franquismo contra la masonería internacional eran cuentos de miedo para tenernos bajo la férula de la dictadura. Los hechos que se han ido sucediendo antes y después de la muerte de Franco vienen a demostrar para aquellos que tengan sólo un poco de sentido de la Historia que no hay nada casuístico en todo lo que está ocurriendo.

    ***
    El libro de Mauricio Carlavilla sobre la masonería y sus efectos en España durante los últimos dos siglos, libro dificilísimo de encontrar, pero todo un documento incuestionable, porque se basa en los propios textos de publicaciones de autores cuya conexión con la masonería es indiscutible y nunca desmentida, demuestra que todo lo ocurrido en España en tan dilatado periodo de tiempo, desde el sometimiento de Fernando VII para facilitar la invasión napoleónica, el reinado de José Bonaparte, las Cortes de Cádiz, la Primera República, el Cantón de Cartagena (donde es histórico que también hubo conexiones con la Internacional marxista), la restauración borbónica (plegándose la dinastía a las condiciones dictadas por las grandes logias inglesas), hasta el reinado de Alfonso XIII, con los sangrientos “avisos” de los numerosos atentados de los que escapó milagrosamente con vida, tienen ustedes donde elegir en un siniestro muestrario de cómo puede asediarse a un pueblo que quiere conservar su independencia a toda costa.

    El propio monarca, ya en su exilio romano -refiere Carlavilla-, le decía a Cortés Cavanillas que hubiera podido recuperar el trono con solo hacerse masón. Parece, según el autor, que más propio hubiera sido decir reingresar en la masonería, pues aduce bastantes testimonios dignos de crédito de que Alfonso XIII perteneció a la masonería en su juventud, cosa normal en la familia de doña Victoria Eugenia, que es la familia real inglesa, y fueron las condiciones, inaceptables para un patriota y hombre de honor, las que finalmente, por no ceder, le costaron el trono y a España la Segunda República y una espantosa guerra civil.

    ***
    Sólo un hombre, pequeño de estatura, pero grande en su dimensión y proyección histórica, jamás se plegó a los dictados de la masonería, aunque no ignoraba lo peligrosa e insidiosamente que se estaba filtrando en todos los estamentos de la vida social, mediante el disfraz demócrata de la apertura, cuando ya Franco no era el Franco en plenitud de facultades y cuando ya los cuervos y los traidores esperaban el momento propicio.

    Ya tenemos la democracia “exigida” por las logias y las internacionales marxista y capitalista que, junto a las otras internacionales, liberal y democristiana, van a repartirse España, ante el gesto inerme y sumiso de toda la España oficial. Es inminente (1977) la instalación en Madrid, después de cuarenta años, de una logia y uno de los Círculos Rotarios que dependen de la masonería internacional. Como es muy probable que en breve se reconozca a Israel, una de las condiciones exigidas por los “bilderberger”, Mondale y Cyrus Vance, para ayudar a triunfar a nuestro “premier” Adolfo Suárez, quien ha usado hasta ahora los peldaños del Frente de Juventudes, el SEU, el Opus y la YMCA americana para escalar el poder.

    Ahora ya, mientras se discute si los señores senadores y diputados van a ganar dinero como rajás, dado que en España parece no haber ningún otro problema de mayor monta, con la aquiescencia de las cabezas rectoras de la nación, una vez liquidado un Estado de Derecho mediante unas elecciones en las que el pueblo ha sido engañado, con la Banca en el poder y por lo menos dos ministros, Garrigues y Camuñas, impuestos por Rockefeller, señores de la Bildelberg, ustedes tienen la palabra…, mientras en España, no haya patriotas capaces de defender con uñas y dientes su honor, su integridad y su independencia…

    Herminia C. DE VILLENA

    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

  9. #9
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    Re: La Masonería, secular enemiga de España, nos "obsequió" con la Transición

    “La masonería antes y después”


    Revista
    FUERZA NUEVA, nº 565, 5-Nov-1977

    (Ahora que dicen que la legalizan)

    LA MASONERÍA ANTES Y DESPUÉS

    Por Mario Castañón Webermann

    El primero de abril de 1939 finalizó la Cruzada española. Con ello llegó la victoria del Movimiento Nacional y el inicio de una era de paz y bienestar que perduró hasta el 20 de noviembre de 1975, fecha en que, por designios de la Providencia dio su último aliento por España Francisco Franco Bahamonde.

    Pero lo que muchos españoles ignoramos, y no caímos en la cuenta cuantos desde las trincheras o desde la retaguardia luchamos por la victoria y la grandeza de España, es que el día 2 de abril de 1939, el Gran Oriente mundial de la Masonería comenzó a trazar sus planes y a desplazar la colocación de sus peones para conseguir -fuese tras los años que fuesen, saben esperar- el derrocamiento y la destrucción de aquella era de paz y de engrandecimiento de la Patria, que a pesar de las trabas de los masones y no masones mundiales, se logró con la sangre de nuestros mejores.

    Son muchos todavía los que no creen ni en la existencia ni en los métodos ni eficacia de la masonería. Por ello, y dedicándome a la obtención y recopilación de datos estadísticos, me permitiré refrescar algunas memorias y rememorar hechos y actuaciones masónicas desde 1931 a 1936 y, posteriormente, desde el 2 de abril de 1939 hasta nuestros días (1977). Por el decurso de los años, muchos de los españoles que hoy ya peinan canas, en 1931 eran niños o simplemente jovenzuelos, ignoran lo que en aquellos años era y fue la Masonería en España.

    La Masonería antes de la Dictadura

    Digamos a título de preámbulo que, en el año 1922, se llevó a la práctica -tras los trabajos y las enormes presiones de muchos “talleres”- una esencial reforma de la Constitución del Gran Oriente español. Se constituyeron grandes logias regionales, que mancomunadamente y a modo de un Estado federal formaban aquel Gran Oriente. Así tenemos que este Gran Consejo federal estuvo ubicado en Sevilla y domiciliado en la calle Roque Barcia, 5, habiendo sido designado gran maestre de este Consejo Demófilo de Buen Lozano. De este gran Consejo pasaron a depender las logias regionalistas siguientes:

    Logia Regionalista del Centro. –Domiciliada del Madrid, calle Príncipe, 12, 2º. Era responsable de la misma José Gómez de la Serna.

    Logia Regionalista del Mediodía. -Se hallaba situada en el mismo domicilio del Gran Consejo federal, o sea, en Sevilla, calle Roque Barcia, 5, y era el responsable de ella Diego Martínez Barrio.

    Logia regionalista del Nordeste. -Domiciliada en Barcelona, calle del Call, 20, 2º, y el responsable era José Olivar Sapera.

    Logia Regionalista del Noroeste. -Con domicilio en Gijón, calle Meléndez Valdés, 34, 1º. Responsable de ella, Alberto de Lera.

    Logia Regionalista de Levante. -Sita en la Plaza de Castelar de la capital alicantina, siendo su responsable José Estruch.

    Logia Hispanoamericana. -Ubicada en Madrid, calle Príncipe, 12, 2º. Como responsable figuraba el gran maestre adjunto A. B. T. Obsérvese que, tal vez para que permaneciese en la penumbra -de cara a los países iberoamericanos-, solamente figuraban las siglas. No obstante, tras un minucioso estudio de las mismas, parecen coincidir con las de Augusto Barcia Trelles, que había desempeñado hasta 1922 el cargo de gran maestre del Gran Oriente Español. Augusto Barcia, durante el período de la II República ocupó el cargo de delegado del Gobierno en el Consejo Bancario Superior.

    El general Primo de Rivera combatió a la Masonería

    Tras la formación de las Regionales aumentó en gran manera el auge en España de la Masonería. Auge que se incrementó aún más tras la venida, el 13 de septiembre de 1923, de la Dictadura del general Primo de Rivera. De este general -gran español-, que ha quedado registrado en la Historia hispánica, han sido muchos los que han pretendido involucrarle como un miembro destacado de la Masonería. Pese a ello, a las calumnias, a los insultos y a las difamaciones, podemos asegurar que don Miguel Primo de Rivera y Orbaneja jamás estuvo adscrito a la Masonería. Por contra, sí podemos asegurar que quien le asesinó -ya que no falleció de enfermedad, sino envenenado- fue la Masonería internacional. Y de ello sabía mucho el entonces embajador español en Francia, en aquella época de su muerte.

    Al decir que a la llegada de la Dictadura, y que en el curso de los años que la misma existió se incrementó el auge de la Masonería en España, no pretendemos achacar a aquel periodo de Gobierno su complicidad con aquélla. Digamos que en el período decadente anterior a 1923, la Masonería española, acaudillada al advenimiento de la Dictadura por Demófilo de Buen, había desplazado e introducido sus tentáculos no solamente en los Organismos estatales sino también en el Ejército. De ahí sobrevino que a la subida al Poder del general Primo de Rivera, los políticos, los intelectuales y algunos militares despechados o descontentos, para trazar sus planes y complots, y atraídos por los “cantos de sirena” y las promesas de “encumbramiento” personal que hasta entonces habían estado recibiendo, buscaran cobijo en la Masonería. Así, pues, la Historia nos refleja que mientras don Miguel Primo de Rivera combatió en contra de tal secta con todos sus medios, algunos de los miembros que con él colaboraron, y estaban bajo su mandato, tuvieron para con los masones unas tolerancias totalmente inexplicables a simple vista. Llegó a producirse el hecho insólito de que un pretendido Congreso Masónico, que el general desautorizó gubernamentalmente, lo autorizó un capitán general en la región de su mandato. Inexplicable, pero así fue.

    De todas formas, la Masonería, durante el periodo de 1923 a 1930, vio muy limitadas sus actividades, libremente, y aun cuando algunos pretendían, ya en los últimos años de la Dictadura -minada ya ésta por los masones infiltrados-, pedir su legalización, se impuso el criterio del que fue gran maestre, Diego Martínez Barrio, para que ello no se llevará a cabo. En la penumbra y en una semiilegalidad podían actuar mejor. Veamos que, en el año 1930, cuando la caída del general Primo de Rivera asumió el poder el también general Dámaso Berenguer, los masones se alborozaron y lanzaron el siguiente manifiesto:

    1930. Año de Gracia. Para los liberales españoles nos resulta de perlas el calificativo. 1930 se inició con el derrocamiento del dictador político, hecho que llenó de alborozo a la gran familia española. Nuestros deseos hubieran sido colmados si el primer grito de reivindicación justiciera lo hubiera lanzado la familia masónica. El hado no lo quiso. El mundo político se ha anticipado al masónico; pero abrigamos la firme esperanza de que, como en ambos campos es mucho el camino a recorrer, al fin la Masonería será la primera en llegar a la meta donde radican la libertad y la justicia apetecidas”.

    Los masones en la II República

    El gran profesor antimasónico P. Tusquets publicó, en una de sus obras, una lista de miembros adscritos a la Masonería en el período de 1926-31, compuesto de políticos, intelectuales, periodistas, militares, profesores de Institutos, Escuela Superiores y Universidades. De estos últimos entresacamos los siguientes:

    José Giral
    Cesáreo Martínez
    E. Martín Jara
    Rafael Tuñón de Lara
    Enrique González Sicilia
    Fernando de los Ríos
    Rodolfo Llopis
    Demófilo de Buen
    Ramón González Sicilia
    José Mejías
    Luis Jiménez Asúa
    Pedro Armas Briales
    Amós Sabrás
    Ulrico del Olmo
    F. Duque

    En la lista de periodistas hallamos los siguientes:

    Ramón Gómez de la Serna
    Francisco Madrid
    Augusto García Trelles
    Juan Serradell
    Salvador Quemades
    Luis Araquistáin
    Mariano Benlliure
    Joaquín Aznar
    Alfonso Hernández Catá
    Bagaría
    Rafael Salazar Alonso
    Luis Bello
    Antonio Fernández Velasco
    Antonio de Lezama
    B. Artigas Arpón

    En la lista de los militares, tal vez por falta de pruebas contundentes, solamente hizo públicos los nombres del capitán Fermín Galán Rubio (uno de los jefes de la sublevación de Jaca) y el del General López Ochoa. Digamos que este último fue vilmente asesinado por la Masonería en julio de 1936, decapitándole, como ajuste de cuentas por su “traición” en la represión de la revolución de Asturias en octubre de 1934, al mando del cuerpo del Ejército que allí fue enviado.

    En cuanto los elementos políticos, hallamos una extensa lista en la que figuran:

    Álvaro de Albornoz
    Alejandro Lerroux
    Daniel Anguiano
    Gerardo Abad Conde
    Antonio Pérez Torreblanca
    Salvador Alberto Pey
    Casimiro Giralt
    José Jorge Vinaixa
    Marcelino Domingo
    Eduardo Ortega y Gasset
    Diego Martínez Barrio
    Mateo Hernández Barroso
    Benito Artigas Arpón
    Pedro Rico
    Francisco Maciá
    Luis Jiménez Asúa
    Eduardo Barriovero
    Vicente Marco
    Emilio Palomo
    José Salmerón
    José Domínguez Barbero
    Carlos Esplá Rizo
    Jaime Aiguadé

    Todos cuantos vienen reseñados ocuparon, al advenimiento de la II República, cargos de ministros del Gobierno, directores generales, capitanías generales, consejeros de Estado, gobernadores civiles y alcaldías de las principales capitales españolas.

    Legalización durante la II República

    Instaurada ya la II República, la Masonería tomó estado legal, quedando formada por dos Grandes Logias. Una, la Gran Logia Española -que había sido fundada en 1885-, al frente de la cual figuró, como gran maestre, Francisco Esteva Bertrán, y como grandes maestres adjuntos (1º y 2º), Casimiro Giralt y Ramón Soriano, respectivamente. Como gran tesorero estaba Esteban Burés, y Luis Gertsch actuaba como gran secretario.

    La otra Gran Logia era el Grande Oriente Español (fundado en 1889). Su gran maestre era Demófilo de Buen Lozano, quien tenía como grandes maestres adjuntos a Diego Martínez Barrio (1º) y Laureano Talavera Martínez (2º), actuando como gran secretario Fermín de Zayas Molina. De este Grande Oriente dependían 81 logias auxiliares y 26 triángulos, encuadrado todo ello en las Regionales: Centro, Nordeste, Noroeste, Levante, Mediodía, Sudeste e Hispanoargentina.

    Por el contrario, la Gran Logia Española era de composición inferior, ya que las logias que en ella había encuadradas eran 41. En conjunto, pues, el número de logias y triángulos registrados oficialmente ascendía a 159. Aparte de las dos Grandes Logias especificadas anteriormente había que añadir 11 que estaban agrupadas en la Gran Logia Unida (compuesta por miembros disidentes de la Gran Logia Española), que fue fundada por Manuel Ximenes.

    Distribución de las Logias

    Las logias y triángulos que controlaba el Gran Oriente español se hallaban distribuidas por todo el territorio nacional y establecidas en las poblaciones que por las distintas regiones especificamos a continuación

    REGIONAL CENTRO
    (Logias)
    Madrid (9), Bilbao (1), Valladolid (1), Guadalajara (1)

    (Triángulos)
    Cuenca (1), Segovia (1), Irún (1), Vitoria (1), Navalcarnero (1), Valdepeñas (1)

    REGIONAL NOROESTE
    (Logias)
    Gijón (2), La Coruña (2), Lugo (1), Pontevedra (1), Vigo (1), Santiago de Compostela (1), Oviedo (1)

    (Triángulos)
    León (1), Orense (1), El Ferrol (1), Nava-Oviedo (1), Turón-Oviedo (1)

    REGIONAL NORDESTE
    (Logias)
    Barcelona (6)

    REGIONAL LEVANTE
    (Logias)
    Alicante (2), Valencia (2), Elche (1), Elda (1)

    (Triángulos)
    Alcoy (1), Nules (1)

    REGIONAL SUDESTE
    (Logias)
    Murcia(1), Cartagena (3), Albacete (1), Santa Cruz de Tenerife (1)

    REGIONAL HISPANOARGENTINA:
    (Logias)
    Buenos Aires (7), Mendoza (2), Catrilo (1)

    REGIONAL MEDIODÍA (la más extendida)
    CAPITAL Y PROVINCIA
    (Logias y Triángulos)
    Sevilla (6, 5), Cádiz (6, 3), Almería (2, 1) Huelva (3, 1), Córdoba (3, 2), Granada (1, -), Málaga (4, -) y Badajoz (-, 1)

    Por los detalles que anteceden se puede comprobar que la zona de Andalucía era la que mayormente dominaba el Gran Oriente Español, y por tanto la región española donde más se había extendido la Masonería. Ello se comprende si tenemos en cuenta que los historiadores, si bien no han coincidido en números y fechas, confirman como hecho concreto que una de las primeras logias que hubo en España fue en la región andaluza, y concretamente en Cádiz.

    En un próximo escrito procederemos a la especificación de las 41 logias que controlaba la Gran Logia Española, las ocho de la Gran Logia de Canarias y las once de que se componía la Gran Logia Unida.

    Última edición por ALACRAN; 04/01/2024 a las 14:03
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    Re: La Masonería, secular enemiga de España, nos "obsequió" con la Transición

    Volvemos a la transición: “1977: La masonería gana



    Revista FUERZA NUEVA, nº 573, 31-Dic-1977

    Editorial

    1977: La masonería gana

    A un espectador imparcial de la situación política española, sobre todo ante la profunda transformación sufrida en la nación a partir de la muerte del Caudillo Francisco Franco, le sería difícil poder catalogar la génesis de tan profundo cambio de régimen como el que se ha consumado, como tampoco podría calificar las razones auténticas que han llevado a tantas gentes al perjurio y la traición continuada de las leyes. En otras palabras, sería muy difícil para el historiador de la hora presente española (1977) poder explicar, y aun justificar, la auténtica “vuelta de la tortilla” -por decir lo que está ocurriendo en España de manera gráfica y vulgar- en razón a premisas normales y lógicas de toda evolución en la vida de los pueblos, si no recoge para su juicio histórico el trasfondo del vivir político de la Patria y estudia las constantes del verdadero motor generador del cambio ocurrido y que es el responsable de todo cuando está sucediendo de tragedia en nuestro pueblo.

    En otras palabras: nada podrá explicarse razonablemente si no echamos mano de una palabra clave: la masonería, ya que sin ella, sin su decisiva influencia y participación, no habría fórmula alguna capaz de un entendimiento lógico de la gran traición y estafa al pueblo español que está desarrollando en nuestros días.

    Efectivamente, la masonería, los “Hijos de la Viuda”, ha triunfado, al menos por el momento, en su afán de poder sobre España. Por eso, si en este final de 1977 los españoles nos ponemos a hacer un fiel balance de cuanto ha sucedido en torno al quehacer político, social, moral y económico, no tendremos más remedio que reconocer que el gran vencedor de este combate de España contra sus enemigos ha sido, sin duda alguna, la secta, los hombres del mandil, la escuadra y el compás. Los misteriosos “hermanos” del Gran Oriente, de la Gran Logia, que, muerto Franco, han logrado culminar, con ayuda insospechadas, con pactos tenebrosos, con asepsias incomprensibles, con tolerancias suicidas, su acción antiespañola, ininterrumpida, para someter nuestra Patria a sus secretos dictados.

    Ha sido la masonería el gran motor del cambio, aunque en su nombre figuren, enarbolando la bandera de la destrucción del Régimen del 18 de Julio, nombres muy concretos, figuras muy relevantes, gentes al servicio público de este o aquel partido, algunos, a veces, con simbología teóricamente cristiana; otros, ciertamente, con servidumbres católicas muy específicas y notorias.

    De no ser así, nadie, en su uso de razón, podría compaginar -al no existir estas servidumbres de secta- cómo gentes que juraron libremente lealtades, profesaron concretas filosofías políticas, ocuparon cargos relevantes en el pasado o heredaron el poder de quien simbolizaba una actitud ante la problemática de España, totalmente distinta a la oficial en estos momentos, son, hoy día, los portavoces y la encarnación de las más violentas antítesis del reciente pasado, y nadie tampoco podría entender las claudicaciones, los cambios de servicios, las conculcaciones y las tan graves y terribles infidelidades, que de todo ello hemos sido testigos los españoles.

    Ya sabemos que la masonería, con su amplísimo poder, con sus influencias nefandas, con sus infiltraciones insospechadas, se presenta con un cartel benefactor reconciliante ante el caos en que se debate nuestro pueblo, y no permite a sus enemigos -los españoles de bien, los auténticos patriotas, los hombres con honor y fieles a Cristo- que puedan utilizar el arma de su verdad contra la mentira que la secta lleva implícita en su propio ser.

    Ya sabemos que por eso, a muchas buenas gentes el hablar de masonería les suena a cosa arcaica, “caza de brujas” de los sectores llamados “ultras”, cuentos para no dormir, etc. Pero no por ello debemos dejar correr a nuestro pueblo por los senderos de la Historia sin seguir alertándolo ante el gran peligro que le envuelve, que le está dominando y contra el que todo esfuerzo es totalmente lícito, puesto que en la lucha se debate nada más y nada menos que el ser o no ser de España, su libertad, su grandeza, su unidad y la paz y concordia entre los españoles.

    Porque ante el triste y desesperanzador panorama que se ofrece a los que formamos en la realidad viva del pueblo español, de la caótica situación de la Patria en estos días aciagos, no cabe disimular y cargar las culpas a la anecdótica acción de unos simples hombres de paja que desde la Administración desgobiernan España. El poder está detrás, en las tinieblas de la secta, en los resultados de las “tenidas”, en los apetitos sectarios e internacionalistas de los “hermanos” sea cual sea el rito u obediencia a que sirvan o pertenezcan. (…)


    Última edición por ALACRAN; 22/04/2024 a las 14:11
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
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    Re: La Masonería, secular enemiga de España, nos "obsequió" con la Transición

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    El asesinato del presidente Carrero Blanco (1973) como golpe de Estado inducido por la masonería internacional…


    Revista FUERZA NUEVA, nº 575, 14-Ene-1978

    Preguntando democráticamente (y nadie contesta)

    Con fecha 5 de octubre de 1974, en el número 404 de nuestra revista FUERZA NUEVA publiqué una carta abierta a Blas Piñar, que titulé “La subversión ideológica”. En un principio, la había titulado “Golpe de Estado”, pero después de meditarlo, se lo cambié por el que finalmente salió… Dicen que lo que primero se piensa es lo que vale y en este caso así fue. Porque ¿qué otra cosa fue que un golpe de Estado, lo que en aquellas fechas había empezado, y además, desde las altas esferas del Gobierno? Todo estaba ya preparado aprovechándose de la alta edad alcanzada por nuestro Caudillo Franco, que veía ya disminuida su capacidad física e incluso la intelectual. Por ello todo se vio acelerado a partir de su muerte, en que, los “logreros de éxitos” y los “monos trepadores” se aprestaron a pactar con los enemigos seculares de Dios y de España.

    Siempre se ha dicho, por masones que después han separado de esta secta que, para entrar en ella, una de las pruebas que tenían que pasar para la imposición del “mandil” era el escupir y profanar un crucifijo. En el caso actual (1978) de España no ha hecho falta porque ¿qué mayor escupitajo y profanación al Crucificado que perjurar públicamente del juramento hecho solemnemente de rodillas con la mano extendida sobre sus Evangelios y ante una imagen de Cristo crucificado? En cada uno de estos juramentos se volvió a crucificar a Cristo por los Anás Caifás y Pilato que hoy existen en España, y que todos los españoles tienen en su mente, con nombres y apellidos.

    Un balance desconsolador


    Hagamos un balance de estos dos últimos años… Para llegar a la situación actual, lo primero que hacía falta era suprimir al hombre que por católico y español, y fiel a la doctrina de Franco, podía continuar con la política seguida hasta entonces, de no dejar meter baza en los asuntos internos de España a las internacionales masónicas y marxistas.

    Tanto Franco como su primer presidente de Gobierno don Luis Carrero Blanco, eran los hombres que estaban perfectamente enterados del peligro que suponía para la Patria la masonería internacional que, con el marxismo, son los brazos ejecutores de la sinarquía sionista. Todo estaba perfectamente estudiado: Franco estaba disminuido física e intelectualmente y, por su edad, próximo a a la muerte…

    Carrero Blanco, por el contrario, era hombre de grandes energías físicas y espirituales, que hubiera sido el continuador de la filosofía e ideología franquista pues fue fiel ellas hasta su muerte. Por eso era más importante borrar de la faz de la tierra a Carrero Blanco que al propio Francisco Franco como así se ha demostrado (…) Por eso, el primer acto revolucionario para el golpe de Estado fue, fundamentalmente, el vil asesinato de hombre tan preclaro, patriota y español como fue don Luis Carrero Blanco.

    Con la muerte del almirante y presidente del Gobierno existieron hechos extraños y contradictorios que nadie ha podido explicar, ni siquiera el entonces ministro de la Gobernación, Arias Navarro.

    ¿Por qué fue Arias Navarro el que dio la contraorden a la organización montada por el entonces director general de la Guardia Civil, general Iniesta Cano, que tenía cerradas todas las fronteras, aeropuertos y puertos marítimos, y que, hasta incluso, se había hecho una rotación del personal de fronteras y aduanas, por si hubiera existido alguna posible infiltración dentro de dicho personal, y que, prácticamente, tenían cogidos a los asesinos?

    ¿Por qué no se declaró el Estado de Excepción, pues el magnicidio fue lo suficientemente importante para ello?

    ¿Por qué se dejó escapar impunemente a los asesinos del presidente?

    ¿Por qué se nombró al ministro de la Gobernación (Arias Navarro) presidente del Gobierno, si su actuación como tal ministro fue tan nula que hizo posible el asesinato de Carrero Blanco?

    ¿No fue todo esto una clara actuación y financiación de la masonería internacional, y que la ETA fue el ejecutor y el impulsor soberano?

    ¡Cuántas preguntas sin contestar ahí en la historia actual de España!

    La infiltración masónica

    La masonería y el marxismo, a partir de ese momento, empezaron a actuar con rapidez, aprovechándose de la infiltración que había en todos los estamentos del Estado y de la Nación, pero, principalmente, en las instituciones políticas -Movimiento Nacional, Sindicatos, Cortes y Gobierno- o incluso hasta en la misma Iglesia, en la que estaban metidos desde jerarquías hasta curas de barrios obreros y conventos de frailes y monjas de los barrios más burgueses.

    Había que destruir todo lo levantado por Franco en el régimen desde el 18 de Julio, en todos los estamentos a la vez y en el menor tiempo posible, como así ha sido. Por eso hemos visto como se ha subvertido y pervertido a la juventud y la niñez desde los mismos colegios religiosos, principalmente, en barrios de niños y jóvenes de clases elevadas, acomodadas y católicas, y en donde existen lápidas conmemorativas de alumnos y profesores muertos por Dios y por España, vilmente asesinados por las hordas rojas, y en donde desde hace unos años, se les ha estado dando una formación materialista, marxista y religiosa totalmente alejada y errónea de la ortodoxia católica, a pesar de las denuncias de padres de familia ante la jerarquía eclesiástica que, por otra parte, y por esta misma, se ha visto alentada por algunos obispos e incluso por cardenales que se han dedicado a predicar el materialismo liberal, marxista y separatista en lugar del Evangelio y la Palabra de Dios. Y esto era lógico, pues para el golpe de Estado, el primer estamento que había que destruir era en el que está fundamentada la sociedad por Ley de Dios, es decir, la familia, y para esto había que convertir a la juventud, inculcándole la desobediencia y el enfrentamiento ante la autoridad paterna y ante todo que representara autoridad y jerarquía. Pero, al mismo tiempo, era necesario pervertirla y corromperla. (…)

    Para ello era necesario infiltrarse en el “Cuarto Poder”, es decir, en la prensa que, aquí en España, se convirtió en el “Primer Poder”, pues desde la prensa, el Gobierno nos ha estado gobernando desde hace tres o cuatro años, en que Fraga Iribarne, como ministro de Información, con su famosa Ley de Prensa (1966) empezó a prostituirla con una libertad indiscriminada que ha llegado a alcanzar dimensiones tan aberrantes que la ha convertido en el mayor foco de corrupción de la Patria. Y así hemos podido ir viendo cómo se ha constituido en el portavoz de la anti-España y en la divulgadora de la corrupción más denigrante. (…) Pero todavía (1978) nos queda más por ver para la destrucción de la familia, como son las leyes que se van a promulgar sobre el divorcio, aborto, eutanasia, despenalización del adulterio, homosexualidad, etc. (…)

    ¿Por qué, desde el asesinato de Carrero Blanco, los ministros de Gobernación o del Interior han sido y son tan débiles y no actúan con autoridad para reprimir los desórdenes públicos, asesinatos, atracos, etc.? ¿De quién reciben esas órdenes? ¿Es que los “derechos humanos” solo los tienen los asesinos y no los encargados de defender el orden y las personas decentes?

    ¿Quién gobierna en España? (…)

    César Casanova González Mateo


    Última edición por ALACRAN; 21/05/2024 a las 18:50
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

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