Una de tópicos dieciochescos
UNA DE TÓPICOS DIECIOCHESCOS
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Como todos sabemos, aún en nuestros días de muy plena y consolidada Revolución, se siguen echando las culpas de muchas cosas al " Antiguo Régimen ", y muchos, al siglo XVIII. Se contradicen, pues, cuando alaban ese inicio de " Ilustración " pero a la vez cargan contra él.....Esta contradicción no ha de extrañarnos en absoluto, y más conociendo al enemigo cómo se las gasta. Contra todos estos tópicos de tan bajo calibre, uno no puede sino evocar la sabia ironía con la que Menéndez Pelayo se acordaba de la Inquisición; sí, cuando el maestro de Castilla decía que dormíamos la siesta y teníamos poca industria debido a ella....
El otro día salió en la tele Labordeta, era para algo de la " Transición " ( Sí, esa que se hizo con terrorismo y perjurios ) de " Informe Semanal " creo recordar. Como ustedes bien saben, Labordeta está hecho un mamón. Sí, digo mamón, y no en una posible connotación " sexual " que hoy tener pueda, sino acudiendo al castellano antiguo, y más ahora que ando releyendo a Quevedo. Labordeta mama del capitalismo como el que más. Bien, la explicación que pretende dar al desastre de las " comunidades autónomas " es que la Tradición Española es federal, que aquí había unos fueros, que eran derechos, y que eso desaparece cuando viene a España Felipe de Anjou. Convendría explicarle a Labordeta que la Tradición Española de Fueros y Cortes es en especto federativa en tanto y en cuanto a que es orgánica, que los fueros constituyen parte de ese corpus sociopolítico y jurídico tradicional pero que se basan en el Derecho Natural Cristiano, y no en la aberrante abstracción de los " derechos humanos " que aún colea de la criminal Revolución Francesa y de una delincuente ONU. Labordeta hacía un buen programa de televisión y conoce mucho de la intrahistoria hispánica, pero lo utiliza interesadamente, y más para con su arrodillamiento ante el " catalanismo " antiespañol. Catalanes, aragoneses y baleáricos sí recuperan el Derecho Civil Privado, cosa que los valencianos no; y sin embargo, el separatismo es bastante más minoritario en Valencia que en Cataluña. De ese dato se podría haber hecho eco Labordeta, el maestro de Don Fedeguico, aunque supongo que no se le pueden pedir peras al olmo.
Cierto es que en el siglo XVIII recobra especial fuerza la idea de que había que hacer España a imagen de Castilla....Realmente, ya venía de antes. De la época del Conde-Duque. " Administración de combate " en la época de los Austrias lo habría definido el maestro Francisco Elías de Tejada y Spínola. Tendencias absolutistas no ya en refuerzo de la Monarquía sino de otros poderes. Los Reyes Católicos reforzaron el poder real ante cierta nobleza que no era demasiado de fiar y jamás fueron centralistas. Otra cosa que no advierten los muy abiertos revolucionarios....Las tendencias absolutistas van a confirmarse con la nefasta Paz de Westfalia, la ruptura de la Cristiandad, la influencia perniciosa de la política desarrollada por los herejes. El cesaropapismo y la anulación de la representatividad concreta, buscadlo y veréis quién es el padre absoluto del liberalismo.....
En el siglo XVIII, la Guerra de Sucesión fue cruenta y nefasta para España. Los amigos del Archiduque invadieron Gibraltar y Menorca y quisieron seguir rapiñando en el Norte del Virreinato de Nueva España. Con todo, Felipe V en política exterior apoyó activamente a la noble causa jacobita, cosa que no se sabe ni se quiere saber....
¿ Por qué no recordar que en el siglo XVIII tuvimos a ministros como el Marqués de la Ensenada ? ¿ Por qué no exaltar el carácter humano de Carlos IV que de verdad miró por los españoles de piel negra con medidas que hicieron poner pelos como escarpias a ciertos grandes e ilustrados hacendados; frente a un Carlos III que ayudó a fundar la única compañía negrera de nuestra Historia y que rodeóse de la masonería para su gobierno ? Los liberales exaltan a Carlos III como si éste hubiera sido un " demócrata al uso ".....Anacronismo interesado otra vez. ¿ Por qué no recordar que en el siglo XVIII, Blas de Lezo, después de quedar muy mal parado como combatiente en la Guerra de Sucesión-como la inmensa mayoría de los vascos, tomó el " partido borbónico "; sus fueros no fueron tocados en absoluto, hasta la Revolución Liberal....-, recuperó 2 millones de pesos para nuestra Corona en la República de Génova, la cual tuvo que saludar con marcialidad a las banderas españolas; así como la reconquista de Orán y la gran victoria ante la pirática invasión inglesa en Cartagena de Indias, suponiendo para ellos un desastre mayor que la Armada Invencible, con 187 navíos como fueron enviados, con macheteros jamaicanos, ejército real y milicia norteamericana-donde estaba un hermanastro de George Washington-; y Blas de Lezo con unos pocos de miles de hombres y medio millar de arqueros amerindios ? Jorge II mandó que sus cronistas jamás escribieran sobre el asunto, hasta medallas conmemorativas de una sonada victoria hizo a raíz de los informes de Vernon, que acabó como el rosario de la aurora.....Y la pedantería de la historiografía inglesa, que parece querer seguir siendo dominante, y tampoco habla de las vergüenzas que hubieron de sufrir en el XVIII cuando fueron expulsados tras un año en La Habana, o después de Trafalgar en el Río de la Plata....Pero nada, Paul Preston siempre será el dios de la progresía " española " y etc. Le jode que Moa venda libros, porque para él, un historiador inglés jamás debería ser contradicho; y menos si habla de la alegre II República Española....
En el siglo XVIII España combatió a la Revolución Francesa, recuperó Menorca; hubo motines populares, sobre todo contra el mal gobierno de Carlos III, que hicieron recordar nuestras tradiciones sociales y políticas. Hubo regalismo en los Borbones, pero en esa Austria tan idílica hubo un josefismo que fue aún peor.
También, al menos, los Borbones supieron mantener una concreta federación con las Españas Itálicas, en especial con el Reino de las Dos Sicilias, mediante esos " pactos de familia " a los que aludían Maurras o Sardinha. Y se llegó a sitiar Gibraltar.
El siglo XVIII tuvo cosas malas, pero esas cosas malas son deformadas por tópicos y no se reconocen las cosas buenas. No seamos nosotros como ellos, pues.
