Ernest Hemingway espió a la Falange

CULTURA

Martes, 12 de enero de 1999
http://www.elmundo.es/1999/01/12/cultura/12N0134.html


El premio Nobel informó sobre las actividades de la Falange Española durante la II Guerra Mundial


ALFONSO ROJO
Enviado especial

MIAMI.- Ernest Hemingway, premio Nobel de Literatura en 1954 y republicano furibundo durante la Guerra Civil española, trabajó como espía en Cuba y a las órdenes del denostado FBI.

Hemingway realizó sus labores de soplón a principios de los años 40, cuando los nazis parecían a punto de conquistar el mundo, y no operó mucho tiempo como agente. Su función consistía en vigilar a los elementos de Falange Española residentes en la isla y en pasar los datos a la embajada norteamericana en La Habana. En parte porque no era muy eficaz y en buena medida porque los agentes policiales tenían escasa fe en él, la colaboración con el FBI fue breve y estuvo marcada por la desconfianza.

Según un mensaje enviado al FBI por el agregado en La Habana, cuyos nueve folios mecanografiados están desde ayer en internet en la dirección «www.smoking- gun.com», el famoso escritor se ofreció sin que nadie se lo solicitara.

R. G. Leddy, el diplomático, recuerda en el documento que Hemingway había estado vinculado activamente a la República durante la Guerra Civil española y que había participado en campañas de desprestigio contra el FBI. «Se ha acusado a Hemingway de tener simpatías con los comunistas», añade el mensaje, «aunque él niega enérgicamente cualquier afiliación o simpatías con los comunistas».

Incómodo
En abril de 1943, cuando el novelista empezó a incomodar al general que encabezada la Policía Nacional de Cuba, sus «controladores» decidieron que era mejor prescindir de sus servicios. Según Leddy, había montado una red de «aficionado» y lo que suministraba era de «escaso valor». El agente del FBI en La Habana «me ha dicho recientemente que el embajador ha puesto fin a los servicios de Hemingway a partir del 1 de abril de 1943», añadió Leddy en el comunicado. «Actualmente, se dice que [Hemingway] lleva a cabo una operación naval muy secreta para el Departamento de la Marina de Guerra», agregó el mensaje. Hemingway, cuyo centenario de nacimiento se celebra el próximo 22 de julio, nunca fue muy respetuoso con la verdad.

Los relatos autobiográficos que hizo en Africa, en los que se presenta como un tipo de extraordinario valor, son, en buena medida, producto de su tempestuosa imaginación. Como reportero de guerra, dejaba mucho que desear. De lo que no hay duda alguna es que tanto él, como muchos de los escritores que cubrieron la Guerra de España, se sentían mucho más parte de un bando que cronistas imparciales.

Hemingway apareció en Madrid como enviado especial de la North American Newspaper Alliance y, además de pasear en uniforme de miliciano, se asignó a sí mismo la misión de entrenar reclutas para las Brigadas Internacionales. No fue el único literato famoso que actuó así. George Orwell, enviado por el New Statesman, se unió a las fuerzas trotskistas catalanas y no juzgaba anómalo combinar un poco de combate con el envío de crónicas.

Contienda
Kim Philby cubría la contienda para The Times, pero actuaba como agente secreto soviético. Arthur Koestler aparecía como corresponsal del London News Chronicle, pero era espía del Komitern. Como en todas las guerras, la de España además de sus espías tuvo su hotel: El Florida. Allí, muy cerca de la antigua Estación del Norte madrileña, montaron su cuartel general Hemingway, Matthews, Antoine de Saint-Exupéry, John Dos Passos y Martha Gellhorn, entre otros.

La ajetreada posada, donde el pasatiempo comunal era un gramófono con un solitario disco de Chopin, valió a Hemingway para encuadrar La Quinta Columna y para prometerse en matrimonio con Martha Gellhorn. Después se fue a Cuba y de no haber triunfado Fidel Castro, se habría quedado allí hasta el fin de sus días. Así resultó verdad que el escritor no se llevaba muy bien con los comunistas.