Revista ¿QUÉ PASA? núm. 198, 14-Oct-1967
Las exaltaciones vasquistas en Francia
Por ABELARDO DE CARLOS
El panorama que ofrece la exaltación vasquista en Francia tiene una tónica distinta por completo de la de España. No puede calibrarse si ello se debe a diferentes características raciales, porque tanto en una zona como en otra son vascos; ni al clima y de más influencias geográficas, porque son espacios contiguos... Cabe suponer que ello puede deberse a un mayor predominio habitual de la reflexión, como fruto de una cultura allí más arraigada; y, además, a la inexistencia en esa zona francesa de la psicosis de persecución racial que tan hábilmente han sabido utilizar como base los agitadores que existen para remover nuestras provincias norteñas citadas.
La hipótesis antes expuesta la basamos en los hechos concretos que a continuación exponemos;
— La dirección de estos movimientos de excitación eúskara en España se llevan desde Francia, desde donde parten las consignas para la actuación correspondiente en nuestra Patria.
— El movimiento eúskaro de tal índole es en Francia más pausado, más cerebral, más simbólico. El no haber disfrutado allí de fueros, ni de posteriores conciertos económicos que hayan facilitado mantener una simplista concepción de privilegios sobre el resto de la nación es un fruto muy significativo, porque contribuye a que el orgullo no prospere y sí un romántico sentimiento más equilibrado de la propia tradición.
Hay que partir del principio de la influencia sacerdotal y religiosa entre las familias vascoespañolas, sobre todo en los pueblos y aldeas, más todavía que en la capital. Basta con ver el número de vocaciones religiosas que antes se producían en aquella zona, sin disputa la más elevada de España en ese aspecto. De ahí el predominio mantenido por el clero vascoespañol sobre la vida familiar, que llegaba decisivamente a influir sobre las demás actividades de este país. En Francia, acaso por causa del lastre volteriano, y también por la formación del sacerdote y del religioso francés, esa intervención es muchísimo menos numerosa e importante de lo que en España ha sido.
Tan pronto como las tropas nacionales barrieron el pavimento de lo que en Guipúzcoa y Vizcaya quiso ser republiquita vasca, los exiliados, con el equipaje de su derrota, comenzaron en San Juan de Luz, Bayona y Hendaya principalmente a actuar contra la España nacional, colaborando en esa labor los franceses más afines en ideología y sentimientos antiespañoles.
El primer jalón, una vez constituido al final de 1961 el movimiento «ENBATA» (que, elocuentemente, quiere decir en vascuence «galerna»), fue la intensificación a ultranza del empleo y uso de la lengua eúskara y de la exaltación de sus costumbres.
En las elecciones legislativas francesas de 1962 se presentan como candidatos, calificándose como regionalistas, por el Movimiento «ENBATA». Labeguerie, que fue elegido por la demarcación de Cambo, pero marcando cuidadosamente su prudencia y negando pertenecer a la organización citada.
El 23 de abril de 1962. los dirigentes manifiestos de «ENBATA» eran: Simón Harán, pelotari y farmacéutico de Hendaya. Director del Movimiento; Jean Louis Davant, director del Colegio Agrícola de Asparren, y Jacques Abeberri. Tras las cortinas había otros elementos franceses y españoles. Después de la expresada fecha, reunidos en Itxascu el 15 de abril de 1963, propusieron crear un Departamento vascofrancés, con capitalidad en Bayona, disgregándolo de la región del Bearn y con autonomía administrativa. Una vez que se constituyera la nueva Europa de las «ETNIAS» sería entonces el momento de formar la nueva nación vasca, que se integraría por las cuatro provincias españolas y las tres francesas. En la expresada reunión, el presidente citado de «ENBATA» y Julián Madariaga, presidente de la nueva entidad «ETA», solemnemente plantaron una rama del árbol de Guernica (un roble) en el citado pueblo francés como testimonio de unión y decisión.
El 4 de febrero de 1964, creado el Secretariado «BASQUE ASSOTIATION EUSKAL IDAZKARITZA», se designa la siguiente Directiva:
Doctor La Beguerie, presidente.
Paul Dubourrier, secretario.
Jacques Abeberry, secretario adjunto por «ENBATA».
Michel Berucoa, tesorero por «ENBATA».
Benito del Valle, tesorero adjunto por la «ETA», y
André Ospital y José Luis Alvarez Emparanza por la «ETA». (Véase cómo las riendas de toda la labor era asumida por franceses, más hábiles que los exiliados españoles, que eran, en cambio, más exaltados que los primeros.)
La aparición del libro «Vasconia» y la relación mantenida por elementos de la «ETA» con su autor, Krutwig. dio lugar a una desavenencia con el movimiento «EMBATA», lo que produjo la dimisión de la presidencia por La Beguerie y de Ospital como vocal, es decir, unos propugnaban tan sólo el nacionalismo cultural, con la defensa e intensificación de la lengua y propias tradiciones de este país, en tanto que otros buscaban el numantismo extremista con carácter separatista, agresivo y de acción.
Las autoridades francesas en julio de 1964 clausuraron la Sociedad Goixtiri, editora del fascículo «Insurrección en Euzkadi», y difusora también del citado libro «Vasconia»; esta sociedad había sido creada con capital de «ENBATA» y e «ETA». Igualmente intervinieron la sociedad «Ikar», de análogo origen a la anterior. (Entre otras actividades, se dedicaba a la falsificación de documentos de automóviles—cartas grises—, pasaportes, etc.) Todo esto dio lugar a una intervención judicial francesa, expulsándose de este país a los cuatro elementos más extremistas de la «ETA»
Julián Madariaga, Ignacio Iragaray, José Luis Alvarez Emparanza y José Benito del Valle, españoles.
Actualmente (1967) quedan algunos simpatizantes de la «ETA» en la región de Labourd y del Baigorry, así como en Hasparren, en donde el padre Charriton, superior del Colegio de San José, y Dutournier alcalde de Sare, son sus figuras más visibles entre los franceses. Tan es así, que recientemente, y tras realizar una gran propaganda para ello en un acto confesional en Itxassou, al que fue invitado el profesor Guy Héraud, de la Universidad de Estrasburgo, perteneciente al Comité Central del Movimiento federalista europeo, mas algunos otros elementos alsacianos, bretones y de otras regiones, sólo consiguieron reunir un total de unos trescientos concurrentes.
Otra prueba de la falta de arraigo de este Movimiento secesionista en Francia lo tenemos en el resultado de las sucesivas elecciones legislativas, en todas las cuales el número de votos reunidos por los candidatos presentados por estos ultrarregionalistas aspirantes a separatismo fue ínfimo, y no tan solo no lograron ser elegidos, sino que ni tan siquiera pudieron concurrir al «ballotage» Los votos obtenidos por Haran fueron 3.156, de un total de 87.955 escrutados, y por la señorita Etchalus fueron 1.879, de un total de 48.184 escrutados; ambos candidatos muy a la zaga, en las respectivas circunscripciones de Bayona (4.ª) y Mauleón-Saint Palais (3.ª).
Es decir, en Francia no encuentran eco estos extremismos inconscientes, y cuando se producen en casos aislados sólo se emplea por las autoridades la forma drástica de concluirlos, no obstante las manifestaciones del general De Gaulle en el Canadá (refiriéndose a territorio ajeno). En Francia tolerantemente se permite el romanticismo sin prestarle atención, pero en forma alguna se tolera la más pequeña acción de desunión o de agresión a Francia.
Nuevamente, como se hizo durante nuestra guerra de Liberación, desde las «localidades» seguras de riesgo, emplazadas del otro lado del Bidasoa. se pueden organizar y presenciar las acciones peligrosas que se realicen en territorio español. Nosotros, en cambio, demostramos a los franceses cómo entendemos que se debe proceder en casos similares, impidiendo a la OAS toda actividad dentro del territorio español.
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