José María Gabriel y Galán: autenticidad en la poesía rural
JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN: AUTENTICIDAD EN LA POESÍA RURAL
sería declarable —con diferencias—
eI Pereda de la poesía lírica...
Ángel Valbuena Prat
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... Aquí entre llana gente
todo es paz y dulzura
y feliz armonía
del uno al otro día...
……………………….
No aquí esperanza o miedo,
las tramas y falsías
que saben los soberbios ciudadanos...
Juan Meléndez Valdés
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EMPLAZAMIENTO Y SIGNIFICAClÓN
Este poeta nació en Frades de la Sierra, Salamanca (1870-1905). Digamos en seguida que, en la actualidad, es un poeta no vigente; las jóvenes generaciones con seguridad lo ignoran; para la nuestra, incluso, no representó nada; acaso su obra no tenga gran sentido en esta época, a sesenta y tantos años vista de los años de la publicación de sus libros poéticos, por otra parte, conocedores de un éxito extraordinario, objeto de comentario, por la crítica (Cejador, Menéndez Pelayo...), y de literaria estimación por Juan Maragall, por doña Emilia Pardo Bazán, y don Miguel de Unamuno; la gran aceptación de la poesía de Gabriel y Galán en su tiempo, es posible que por una parte sea el resultado de dos actitudes poéticas en pugna, en consecuencia, proclamado, por los unos, a lo que Federico de Onís llama «una apresurada consagración»…
Veamos la situación, mirando hacia atrás con absoluta objetividad: la poesía romántica, como es sabido, causa unas reacciones, un viraje hacia el realismo, en él concluye la poesía del siglo XIX; esas reacciones significan: Campoamor, entre la filosofía y la prosa, y poetas de menos alcance, dentro de esa línea como el reusense Joaquín Mª Bartrina; significan también el realismo llevado a lo regional, sustanciado en una poesía campesina, rural, de la que es exponente el archenero (Murcia) Vicente Medina, antes (1836-1889), y poco después, Gabriel y Galán, maestro nacional, ejerciente en su Salamanca natal, y en Avila, más tarde retirado de la profesión, cuando su matrimonio, definitivamente anclado en el campo, ocupado del cuidado de las tierras del haber conyugal, cuya realidad había de cantar en sus versos con acentos sinceros y auténticos, si bien no libre de la manera retórica de la época, sin hondura de pensamientos y emociones, pero sí fiel y encendido descriptor de sus paisajes.
Su nombre, vistas las fechas, se halla enclavado en un momento crucial para la poesía española: el realismo (oposición a lo romántico) sucede, coexiste, ha de suceder la novedad que supone el «modernismo», con la figura de Rubén Darío en cabeza, sin quien no tiene explicación nuestra poesía del novecientos; tendencia renovadora, europeizante, en la que no participa Gabriel y Galán; corriente novedosa que escinde las opiniones; acaso, pues, los conservadores, los no partidarios del cambio, aferrados a lo anterior, sean quienes causen la más arriba aludida «apresurada consagración» de Gabriel y Galán; nada empieza ni nada termina de pronto: esa es la época en la que el poeta escribe y publica sus versos.
Esta es su actitud; prueba de su espiritual adscripción a lo campesino:
...No es mi musa cortesana de palabra de miel y áureo ropaje
que quema incienso a la grandeza humana;
es la ruda aldeana
que va vestida con honesto traje,
cantando la virtud en el lenguaje
que le enseñó Naturaleza sana...
El poeta es un lírico aparte, un solitario en su tiempo; opta por lo sencillo, diario, humilde; por los «grandes humildes»:
... Ni mi musa acaricia los sentidos
de los hombres henchidos
del viento de la gloria inmerecida,
ni desgarra con épicos sonidos
los austeros oídos
de los grandes humildes de la vida...
LOS TEMAS
El central, el fondo sobre el que todo su quehacer poético se asienta: el campo; un campo auténtico, vivido, amado, sentido con el alma, sin las otras bucólicas razones, si bien perfectas, más teóricas que otra cosa; diríamos incluso en Horacio, en Fray Luis de León, en Meléndez Valdés, nombres que suenen con insistencia en toda la extensa bibliografía referente a Gabriel y Galán; y ello pese a estrofas de abierto sabor horaciano, sobre todo luisiano, incluso en lo métrico; véase si no: («Canción»)
...Desde este solitario apartamiento
del monte sosegado
contemplo el armonioso movimiento
de todo lo creado...
La ilustre hispanista italiana María Romano Colangeli, en su profundo estudio sobre Gabriel y Galán, «José María Gabriel y Galán, poeta dell'amore», examina de manera exhaustiva los temas esenciales de la obra del poeta salmantino; la ilustre catedrática de Lengua y Literatura española en la Universidad de Lecce, le llama poeta del amor:
... Yo nunca rimo un cantar
si no me lo pide amor...
Amor en el más ancho, extenso, noble sentido. Amor a la patria y, en ella, a los humildes que la moran:
... Yo les pido dos limosnas para ellos
a los hijos de mi patria:
¡Pan de trigo para el hambre de sus cuerpos!
¡Pan de ideas para el hambre de sus almas!
Con una preocupación de tipo social:
... Deja, ¡oh, rico!, comer lo que te sobre
porque algo más que un perro será un pobre,
y tú no querrás ser menos que un lobo...
La familia; patria y familia, lo mismo:
... Mi patria es la aldeíta donde he nacido,
donde tengo los padres que me criaron...
Acaso el poema de la familia sea el tan conocido «El ama»: la casa, la madre, la esposa, la continuidad del tesoro de los sentimientos que sólo la muerte puede borrar:
... ¡Qué me importan los bienes
si he perdido mi dulce compañera!...
La fe:
... ¡Gloria a Dios cuya voz omnipotente
del caos hizo el día!...
Y, sobre todo, la Naturaleza; la tierra es el primordial, definitorio elemento de la vida y la poesía, la auténtica poesía rural de Gabriel y Galán; el paisaje; los trigales:
... ¡Qué ondear tan suave a los ojos!
¡Qué música aquella,
la del choque de tantas espigas
que la brisa a compás balancea!...
Gabriel y Galán: un poeta que contempla la realidad y la describe con humilde sencillez: el campo donde transcurre su vida, donde están sus amores; épocas, tiempos, actitudes críticas, estéticas, cambios a un lado, lo que de él permanece es una limpia autenticidad.
José CRUSET (1970)
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