Los cerezos en flor del valle del Jerte

ROMUALDO MAESTRE






Son sólo tres semanas lo que dura el espectáculo. En torno a la primera del mes de abril es cuando suelen aparecer las floraciones. Depende del tiempo y el clima, del calor y las lluvias. Entonces, cuando el fenómeno de la floración de los cerezos ocurre, una explosión de color blanco inunda con un manto blanco el valle del Jerte en Cáceres. Millón y medio de árboles nos regalan con sus flores un paisaje único. El deshielo de las cumbres, la desaparición de sus nieves, es sustituida por otra capa albina en sus laderas. Una extensa superficie de árboles con sus ramas cuajadas de florecillas lechosas es todo un festejo para los ojos. De hecho, fue declarada en 2010 fiesta de interés turística nacional.

El valle del Jerte se ubica al noroeste de la provincia de Cáceres y se puede llegar cómodamente por autopista hasta Plasencia, luego los últimos veinte kilómetros hay que tomar la N-110 con dirección a Ávila. Geográficamente queda limitado al norte por las estribaciones de la sierra de Gredos y la de Béjar o Candelario; por el este nos encontramos con la de Tormantos y por el oeste Tras la Sierra. La mancomunidad está formada por once municipios: Barrado, Cabezuela del Valle, Cabrero, las Casas del Castañar, Jerte, Navaconcejo, Piornal, Rebollar, Tornavacas, el Torno y Valdastillas. Bajo la denominación de origen «cereza del Jerte» se cultiva una variedad de cereza, la navalinda y cuatro de picotas, ambrunés, pico negro, pico colorado y pico limón negro. Todo el valle está señalado con rutas para practicar el senderismo; se recomienda llevar calzado adecuado y ropa de abrigo, ya que las temperaturas son bajas. Es imprescindible, aparte de ver los cerezos en flor, visitar los pilones de la garganta de Los Infiernos y Nogaleas, en Jerte y en Navaconcejo. Las subidas se hacen a pie, no en coche y apenas existen dificultades ya que hay caminos asfaltados.


Un rabilargo alzando el vuelo junto a los cerezos


En esta privilegiada comarca, rodeada también de robles y castaños, se encuentran magníficos cascos históricos. El más interesante es el de Cabezuela del Valle. Allí también podemos disfrutar del museo de la cereza y un mirador, el de la ermita de Santiago, desde donde se puede contemplar el paisaje de los árboles florecidos; aunque las vistas más bonitas son desde El Torno; en ese municipio existen aún chozas de piedra. En Rebollar están las casas colgantes, situadas en la parte alta del pueblo, construidas sobre enormes rocas. En Valdastillas hallaremos la garganta Bonal y un casco histórico bien conservado, lo mismo que en las Casas del Castañar, cuya toponimia se debe a sus castaños singulares. Piornal es el pueblo más alto de Extremadura, se encuentra a 1.175 metros y desde él podemos contemplar la parte alta del valle, junto con Barrado; lo contrario que haremos en Cabrero, que nos ofrece la baja. Hay un centro de Interpretación de la Alta Montaña en Tornavacas.
Todo el valle del Jerte, que toma el nombre del mismo río que lo atraviesa, está salpicado de casas rurales y alojamientos turísticos. Existen varios hoteles y son muchos los campings al lado del río, más pensados para los frescos veranos, ya que hay muchas piscinas naturales para bañarse. La comarca goza de una rica gastronomía donde predominan los guisos contundentes y los asados. Imprescindible comer los tasajos de chacina y no irse sin probar la cerveza de... sí, de cerezas.





R. MAESTRE
Cerezos en flor del valle del Jerte



R.MAESTRE
La floración en el valle del Jerte dura unas tres semanas



R.MAESTRE
El valle del Jerte lo componen once municipios, está situado al norte de Cáceres



R.MAESTRE
Bajo la denominación de origen «cereza del Jerte» se cultiva una variedad de cereza, picotas,...


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