Iglesia-fortaleza de Ujué
Ujué es un pueblo de origen medieval surgido sobre una colina en la construcción de una fortaleza de fronteriza de montaña, por el Reino de Pamplona. Su epicentro fue la Iglesia de Santa María de los siglos XII y XIV. Paulatinamente, se fueron incorporando los vecinos en busca de refugio. La villa es un espectacular mirador entre los montes Pirineos, las Riberas del Cidacos y del Ebro, y el pico Moncayo.
La Iglesia-fortaleza de Santa María de Uxué fue en sus orígenes una pequeña capilla prerrománica. Durante el reinado de Sancho Ramírez, rey de Aragón y Pamplona, en 1090, se construyó un templo románico aprovechando la capilla originaria, que tuvo tres naves.
En el siglo XIV, a instancias del rey navarro Carlos II el Malo, se demolieron las tres naves románicas, quedando en pie los tres magníficos ábsides con bóvedas de medio cañón, y en su lugar se alzó una única y grandiosa nave gótica. A este rey se le deben también el mirador ojival y el paso de ronda abovedado, que oculta al exterior los tres ábsides.
El rasgo principal de este santuario mariano es su aspecto de fortaleza medieval por sus torres almenadas, pasos de ronda y robustos contrafuertes. Fue declarado monumento histórico artístico desde el 26 de junio de 1936. El aspecto actual del templo responde a diversas restauraciones, la última en 2011.
El pórtico de la Iglesia de Santa María es una obra maestra del gótico del siglo XIV. Representa un esquema apuntado y abocinado de diez arquivoltas de rica ornamentación. Destaca el tímpano central en el que están representadas la Última Cena y la Adoración de los Reyes Magos, ambas escenas de gran dinamismo.
En el interior se conserva la talla románica de Santa María de Ujué, realizada en madera de aliso en 1190. La Virgen "morenica" toma su nombre de la leyenda de la paloma. Según la tradición, un pastor que cuidaba sus rebaños vio a una paloma entrando y saliendo constantemente del interior de gruta. Al acercarse a observar mejor, encontró dentro de la cueva la imagen de la virgen y, posada a sus pies, la paloma. Con el fin de darle cobijo, los peregrinos y eclesiásticos construyeron una primitiva capilla para ella. El nombre de Ujué proviene, según la leyenda, de dicha paloma, que significa en eusquera "Uxua".
Los reyes navarros de la dinastía de Évreux tuvieron especial devoción por esta virgen. Carlos II construyó el templo gótico y aportó grandes donaciones a sus monjes. Su hijo Carlos III continuó la tradición, peregrinando en varias ocasiones desde su Corte en el castillo-palacio de Olite, y lo mismo hicieron su hija doña Blanca de Navarra y su hermana Leonor.
Carlos II el malo, rey de Navarra y aspirante al trono de Francia, murió en extrañas circunstancias: tras un desmayo se le aplicaron paños humedecidos con coñac, pero en un descuido un criado le prendió fuego, muriendo el rey abrasado. Su cadáver fue descuartizado y momificado, enterrado su cuerpo en la catedral de Pamplona, sus vísceras en la colegiada de Roncesvalles y el corazón llevado a la iglesia-fortaleza de Ujué.
Por tanto, el corazón de Carlos II está guardado en una arqueta dentro de una vitrina, junto a la virgen que tanto adoró. Esa fue su voluntad que dejó escrita en su testamento, como perpetuo testimonio de su devoción. También la reina Blanca quiso ser enterrada en Ujué, pero los muchos conflictos de su época lo impidieron.
Frente a la portada norte se encuentra ubicado lo que fue el patio de armas del castillo del siglo IX. Los musulmanes lo consideraron la atalaya más inexpugnable del Reino de Pamplona, del que hoy día sólo queda el aljibe que almacena el agua para épocas de asedios.
Las torres almenadas son llamadas de los Cuatro Vientos y de los Picos o de las Campanas, y se conservan en estilo románico.
Los centinelas utilizaban el paseo de ronda para asegurar el perímetro de la fortaleza, ya que la rodea por completo. Destaca el mirador con techumbre de madera, bellas pilastras, balaustradas pétreas con cuadrifolios y unas impresionantes vistas de la Ribera de Navarra.
Carlos II el Malo además de mandar construir la nave gótica de la iglesia, quiso impulsar en Ujué uno Estudio general, institución germen de la universidade. La falta de fondos le obligaron a paralizar las obras en 1368 y de aquella iniciativa tan solo quedan unos muros en ruinas adosados a la iglesia.
Desde la iglesia se observa una amplia panorámica en dirección al monasterio de La Oliva. Aparece la ermita de San Miguel, que fue construida en el siglo XIII y derribada en 1806 dado el ruinoso estado de su bóveda. Apenas conserva los muros, la portada con el óculo, y la espadaña con los huecos para las campanas. Detrás de la ermita hay un altar donde se coronó a la virgen en 1956.
Ujué es un pueblo de piedra que creció al abrigo de la iglesia fortaleza. Sus casas y pasadizos se desparraman en fuertes pendientes por su ladera sur. Desde el reinado de Sancho Ramírez, se rodeó de una muralla para una mejor protección, hasta que en el siglo XVIII, con el crecimiento de su población, se derribó.
Patriotas Vascongados: Iglesia-fortaleza de Ujué
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