Parque natural de las Bardenas Reales
El parque natural de las Bardenas Reales es un extenso territorio semidesértico, árido y despoblado, situado en el sureste de Navarra, formado por 41.845 hectáreas. Ofrece un paisaje característico, de relieve abrupto y moldeado por erosión, el tiempo y la acción del hombre, formando varios cabezos, planas, barrancos, encajados, etc. El clima se caracteriza por los veranos calurosos, inviernos fríos y lluvias reducidas, aunque las zonas más secas se sobrepasan los 300 litros de agua por metro cuadrado al año. La mitad de la superficie está cultivada y los pastores guían sus rebaños por todo su territorio.
Anteriormente, algunas zonas llegaron a estar cubiertas por un bosque bajo de carrascales y pinares, y otras apenas pudieron albergar matorral.
La Bardena fue territorios fronterizo del Reino de Navarra, primero con los musulmanes y después con los de Aragón y Castilla. Por eso se construyeron varios castillos y atalayas de vigilancia como Aguilar, Sanchicorrota, La Estaca, Mirapex, Peñaflor y El Fraile.
Iniciada la Reconquista, estas tierras pertenecieron al patrimonio de los reyes de Pamplona, siendo los montañeses de los valles de Roncal y Salazar los primeros en ayudar a estos monarcas. Por eso, desde el siglo IX, el rey les otorgaba derechos de uso y habitabilidad sobre las Bardenas Reales en pago a su valentía y fidelidad. Así comenzó esta peculiar unión de riberos y montañeses, en el disfrute y defensa de los territorios bardeneros.
En 1705, esos derechos exclusivos se confirmaron y unificaron en poder de veintidós pueblos "congozantes", así denominadas por ser las únicas que gozan a perpetuidad del uso en común: Arguedas, Buñuel, Cabanillas, Cadreita, Caparroso, Carcastillo, Corella, Cortes, Falces, Funes, Fustiñana, Marcilla, Mélida, Milagro, Peralta, Santacara, Tudela, Valtierra, Villafranca, Valle del Roncal, Valle de Salazar y Monasterio de la Oliva. La Junta del Valle del Roncal la forman los municipios de Isaba, Roncal, Uztárroz, Burgui, Vidángoz, Garde y Urzainqui. La Junta del Valle de Salazar la forman los municipios de Ochagavía, Oronz, Ezcároz, Sarriés, Güesa, Gallués, Jaurrieta, Esparza de Salazar e Izalzu.
Estas entidades forman desde entonces la Comunidad de Bardenas Reales, institución que gestiona este territorio.
Es punto final de la Cañada de los Roncaleses, una ruta que desde hace siglos siguen los pastores con sus rebaños desde los altos picos de los Pirineos hasta las cálidas tierras de la Vega del Ebro a finales de verano, y en sentido inverso mediada la primavera. Desde los frondosos bosques y las cumbres nevadas, llegaban en tan solo cinco etapas a los áridos paisajes bandeneros.
Como tierra frecuentada de pastores y rebaños, aparecen cabañas y corrales por todo el parque, que servían de refugio a ganaderos y agricultores. Son construcciones sencillas donde el calor de un fuego se cocinaban las tradicionales migas de pastor, hechas con pan duro, sebo de cordero, agua, ajos y sal.
Este territorio fronterizo y despoblado favoreció la existencia continuada de salteadores de caminos y ladrones de ganado. Si bien no había bosques frondosos donde ocultarse, había barrancos y cumbres de fatiga, mucha tierra por donde escapar y pocos caminos por donde acotar. De toda la casta de bandoleros destacó el legendario Sanchicorrota.
El cierzo es un viento frío y seco característico de la zona, que sopla en dirección noroeste - sureste, que aparece un tercio de los días, con mucha fuerza y de forma racheada.
La erosión ha moldeado el paisaje bardenero actual, gracias a la acción de su clima geográfico (tormentas, fuertes vientos y grandes oscilaciones térmicas) actuando sobre un suelo bastante blando. Al no haber capas duras de arenisca, caliza o conglomerados, las arcillas y los limos desaparecen rápidamente, formando así los típicos cabezos y barrancos. Todo este resultado, además se ve favorecido por la escasa cobertura vegetal.
Los distintos tipos de suelo y su diferente comportamiento frente a la erosión, han originado tres tipos de paisajes: la Blanca, la Negra y el Plano. De forma geográfica, se pueden dividir en hasta cinco Bardenas Reales:
El Plano es una terraza aluvial elevada casi llana, con baja erosión y con suelos procedentes de los aportes del río Aragón. Es la parte norte del parque. En su lado oeste se ubica el embalse del Ferial y el parque eólico de Caparroso, y al suroeste la reserva natural Vedado de Eguaras.
La Blanca Alta es la zona entre medias de el Plano al norte y la Blanca Baja en el centro. Está atravesada de sur a norte por un camino que conecta la Blanca con las villa de Carcastrillo y Figarol al norte, y Figarol, uniendo los sitios de El Paso y Pisquera en ambos extremos de la zona.
La Blanca Baja es la depresión central, de suelos a menudo blanquecinos y desnudos, y de aspecto desértico, más erosionados, con llanuras de arcillas y limos, cabezos dispersos y una intrincada red de barrancos. Su población más cercana es Arguedas, al este de la zona, donde también se encuentra el Centro de Información y el parque natural Senda Viva. En su interior existe un circuito transitable por coches y bicicletas en forma rectangular que pasa por los embalses de las Cortinas y de Zapata, los cabezos de Castildetierra y de las Cortinas, el Rallón y el cuartel militar con su polígono de tiro.
Es la parte más visitada y su paisaje el más característico de todo el parque, debido a que se encuentran los llamados cabezos, siendo el más famoso el cabezo de Castildetierra. Es el resultado de un proceso erosivo natural de millones de años. El agua y el viento han ido tallando su escultórica forma, donde en la cima una capa de arenisca protege de la erosión, a duras penas, a las arcillas y limos que hay debajo.
El barranco de las Cortinas se encuentra rodeado de tamarices con destino final en una antigua represa homónima. El cabezo de las Cortinillas es una magnífica atalaya sobre la Bardena Blanca y muy cerca de Castildetierra, con la particularidad añadida de que una larga escalinata de 219 peldaños permite llegar hasta su cima.
En la puerta de entrada de la Blanca se haya construido un observatorio natural con dos mesas interpretativas del paisaje hacia la Bardena Blanca por un lado ya hacia la Vega del Ebro por el otro.
El barranco de Tudela es una zona intermedia entre la Bardena Blanca y la Plana Negra. Está atravesada de esta a oeste por un camino que unen las localidades de Tudela y Valareña (Aragón). Según este eje central, al norte se encuentra ka reserva natural Rincón del Bu y el barranco de la Santa Catalina, donde aparece el cabezo Cabezogancho. Al sur se haya el parque eólico La Bandera y la vista Portimayor.
La Plana Negra se caracteriza por la existencia de grandes planas, provocadas por estratos horizontales de caliza. Los taludes cubiertos de pinos carrasco, coscojas y sotobosque arbustivo, típicamente mediterráneo, y su tierra oscura han dado lugar al topónimo. Es la parte sur de las Bardenas Reales, en su interior se ubica la reserva natural Caldas de la Negre, desde el cual descienden los barrancos del Abejar y de Valdenovillas hacia el Canal de Tauste. Este canal es el límite inferior del parque, que circula de forma paralela y pegada al Ebro. En su parte sur está el castillo del Fraile, situado en lo alto de una peña, y en la frontera con Aragón destaca el santuario de Sancho Abarca. Sus localidades más próximas son Buñuel, Fustiñana y Cabanillas.
Las Bardenas Reales forman un territorio de naturaleza privilegiada y paisaje singular, valores que han motivado la declaración de diferentes figuras legales para su protección:
- Parque Natural, declarado por el Parlamento de Navarra, en 1999.
- Lugar de Interés Comunitario, propuesto por el Gobierno de Navarra para formar parte de la Red Natural 2000 europea, en 2000.
- Reserva de la Biosfera, otorgado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en 2000.
Las Bardenas Reales constituyen un vasto y complejo espacio natural en el que están representados diferentes hábitats o biotipos, algunos de ellos de excepcional valor. En síntesis, se pueden diferenciar las siguientes unidades ambientales: pinares (pino carrasco), matorrales (coscoja, sabina, romero...), estepas (ontina, esparto...), saladares (tamariz, sosa...), zonas húmedas (balsas y barrancos), acantilados, construcciones y cultivos.
En cuanto a la fauna, una de las comunidades más singulares son las aves esteparias, adaptadas a vivir en lugares llanos y despejados, con vegetación de poco porte. Abundan en estos terrenos, sobre todo en la depresión de la Blanca: terreras (común y marismeña), cogujadas (común y montesina), collalbas (gris, rubia y negra), calandria, ganga, ortega, sisón, alcaraván, bisbita campestre, etc. Destaca por rareza la alondra de Dupont, mientras que la avutarda, el gigante de la estepa, es vista esporádicamente algunas zonas más cerealistas.
Otro grupo a destacar son las aves rapaces, hasta 24 especies rapaces, algunas de ellas muy fáciles de ver: buitre leonado, águila real, alimoche, búho real, cernícalo, etc.
Los mamíferos están presentes en todos los ambientes, aunque son discretos y difíciles de observar: conejo, libre ibérica, zorro, garduña, tejón, gato montés, corzo, jabalí, murciélago, erizo, lirón, musaraña, comadreja, turón, gineta, etc.
Aves acuáticas, anfibios, reptiles, peces e invertebrados completan la fauna del parque natural.
Las Bardenas Reales han sido el escenario de varias películas, entre ellas:
- The world is not enought, estadounidense (1999), dirigida por Michael Apted, e interpretada por Pierce Brosnan y Sophie Marceau para la saga del agente británico 007 James Bond.
- The counselor, estadounidense (2013), dirigida por Ridley Scorr, e interpretada por Michael Fassbender, Penélope Cruz, Javier Bardem, Cameron Diaz y Brad Pitt.
- Anacleto, agente secreto, española (2014), dirigida por Javier Ruiz Caldera e interpretada por Quim Gutiérrez, Imanol Arias, Berto Romero y Alexandra Jiménez.
Hace decenas de millones de años, sobre el noreste de la península Ibérica se elevaban tres cadenas montañosas: los Pirineos, la cordillera Ibérica y la sierra de los Catalánides. Estas cadenas montañosas crearon una inmensa cuenca cerrada, sin salida al mar, situada en lo que hoy es el valle del Ebro. A esta depresión, llegaban los cursos de agua procedentes de las abruptas montañas, en la que, debido a su carácter cerrado, se formaron diversas zonas pantanosas y lagos. Las actuales Bardenas se localizarían e la zona central de esa cuenca.
Los ríos arrastraban gran cantidad de materiales, fruto de la fuerte erosión de las montañas: cantos, gravas, arenas, arcillas, limos, etc. Conforme los ríos perdían pendiente y energía, se fueron depositando los materiales más pesados (cantos y gravas) y en la zona central de lagos y pantanos sólo llegaron los materiales ligeros (limos, arcillas y algunas arenas). Esta acción continuada durante millones de años hizo posible que se llegaran a acumular espesores de sedimentos cercanos a los 4.000 metros.
Hace diez millones de años, la cuenca se abrió por la costa catalana y de esta manera el agua que estaba acumulada encontró una salida hacia el Mediterráneo, surgiendo el río Ebro. En la cuenca, ya desaguada, comenzó el proceso erosivo de los materiales hasta entonces acumulados.
Los depósitos de sedimentos, por un proceso natural de compactación y cementación, se transformaron poco a poco en rocas sedimentarias. Éstas no sufrieron la erosión por igual: las rocas más blandas (arcillas y margas) se erosionan con mayor rapidez que las duras (areniscas y calizas).
Los cabezos se han producido debido a que en la parte superior poseen una capa de roca dura (arenisca, caliza o conglomerado) más resistente a la erosión; dicha capa protege a las rocas subyacentes que son más blandas (sobre todo arcillas y margas). Castildetierra es uno de los ejemplos más espectaculares y conocidos.
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