Re: Fe e ideología
Iniciado por
Reke_Ride
Si no se es monárquico ni tampoco republicano, pero se es fanático de España, pero a la vez no interesa el carlismo, tradicionalismo e incluso isabelismo/liberalismo (con lo cual se desconoce al enemigo, dependiendo de en qué bando se esté), no entiendo nada: Entonces supongo que ésa será la España de los elfos, duendes, gnomos y pitufos.
Que conste que no he entrado en el debate para cebarme, ni mucho menos, pero no me podía callar: a eso en mi pueblo lo llaman "tibieza", o estar en una especie de "Limbo de Dante" para compartir tertulia con Platón, Aristóteles o Virgilio. A quien poco le importa el tradicionalismo, desconoce al garante y defensor de la España eterna, la España forjada en la Fe (ya desde la conversión de Recaredo), la España auténtica, la que en tiempos modernos defendieron: Donoso, Balmes, Menéndez Pelayo, Maeztu, Aparisi y Guijarro, Vázquez de Mella, Pradera y tantos otros: hombres que la sintieron desde lo mas profundo de su alma, algunos incluso pagaron esa defensa con la vida, para que no nos importen a aquellos que verdaderamente queremos a la patria hispana.
Nerón también era un fanático de Roma.
Suscribo.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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