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Angustia Coronavírica
Angustia coronavírica
Juan Manuel de Prada
Hace mucho que la ciencia abandonó su cometido natural --el conocimiento de la naturaleza-- para convertirse en una idolatría que expulsa la fe religiosa al lazareto de las supersticiones, brindando explicaciones "científicas" (en realidad, completamente supersticiosas) a lo que antaño se consideraban realidades sobrenaturales. Así por ejemplo, la idolatría científica niega la existencia del alma o del acto creador de Dios, para hacer creer a las masas cretinizadas que la naturaleza puede ser dominada en sus causas primeras por la ciencia (y para que las masas cretinizadas, a la vista de estos adelantos "científicos", puedan creerse Dios). De tal modo esta idolatría de la ciencia ha logrado embaucar a las masas cretinizadas que ya nadie se pregunta por qué, por ejemplo, hay científicos capullos que "saben" que el alma no existe o que Dios no creó el mundo, pero en cambio no saben cómo matar el bichito de la caries.
De vez en cuando, sin embargo, sobreviene un cataclismo que hace añicos todos estos embelecos. Así ocurre ahora con la plaga del coronavirus. El espejismo del dominio de la naturaleza se hace añicos; y surge el fantasma de la angustia. El hombre religioso no tenía una solución "práctica" para el problema del mal, pero contaba con una explicación teológica esperanzadora; y contaba, además, con una comunidad que cuidaba amorosamente de él, absorbiendo el terror destructivo del mal. Las masas cretinizadas se han quedado sin una explicación teológica para el problema del mal, fiándolo todo a las soluciones "prácticas" que brindaba la ciencia; y se han quedado también sin comunidad, pues ahora cada miembro de la masa cretinizada se cree Dios. Pero llega entonces el bichito del coronavirus, contra el que la ciencia no tiene solución "práctica" alguna (como tampoco, por cierto, contra el bichito de la caries o el catarro); y entonces se rompe en mil añicos aquella fantasía supersticiosa del dominio sobre la naturaleza que la idolatría científica había conseguido imponer. Inevitablemente, surge entonces la angustia, que --como señalaba Max Scheler-- es un fenómeno típicamente moderno, nacido de un afán engreído de control sobre la naturaleza que acaba generando pavor ante lo incontrolable. Las masas cretinizadas descubren con horror que las soluciones "prácticas" de la ciencia no bastan; y descubren también que carecen de explicaciones teológicas y de una comunidad que las sostenga, porque entretanto han desaparecido los vínculos comunitarios entretejidos por la religión.
La angustia llena entonces el vacío que ha dejado la idolatría; y la angustia crece todavía más ante la expectativa de sufrimientos que no podremos soportar (porque, entretanto, la idolatría científica ha rebajado considerablemente nuestra capacidad para soportar el dolor). Pero la idolatría científica, que no puede permitirse parecer impotente, tiene también una solución para nuestra angustia. Ya que no puede eliminarla (como tampoco el bichito del coronavirus, del catarro o de la caries), puede eliminar a los hombres enfermos o angustiados, evitando al mundo el espectáculo demoledor del fracaso de la ciencia. Puesto que las masas cretinizadas lo han fiado todo al poder ilimitado de los avances científicos, deben también entregar su vida a estos avances. ¡Si la ciencia no puede procurarnos una cura, al menos debe procurarnos una muerte dulce que nos libere de la angustia! ¡Ven, eutanasia liberadora, y aparta de nosotros la angustia de saber que la idolatría de la ciencia era una quimera irrisoria!
Feliz cuaresma para todos los angustiaditos y todas las angustiaditas.
https://www.abc.es/opinion/abci-juan...1_noticia.html
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Re: Angustia Coronavírica
San Gregorio y el coronavirus de su tiempo
Por
Roberto de Mattei -
19/02/2020
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El coronavirus, también conocido como COVID-19 y cuyo origen desconocemos, así como los verdaderos datos en cuanto a su difusión y posibles consecuencias, está envuelto en un halo de misterio. Lo que sí sabemos es que las pandemias siempre se han considerado a lo largo de la historia como flagelos divinos, y que el único remedio que ofrece la Iglesia es la oración y la penitencia.
Así sucedió en Roma en el año 590, cuando San Gregorio Magno, de la familia senatorial de la gens Anicia, fue elegido papa con el nombre de Gregorio I (540-604).
Italia se hallaba convulsionada por enfermedades, carestía, agitación social y la devastadora invasión lombarda. Entre los años 589 y 590, una epidemia de peste, la temible lues inguinaria, tras haber devastado el territorio de Bizancio en Oriente y el de los francos en Occidente, se desencadenó sobre la ciudad de Roma. Los habitantes de la urbe vieron en dicha epidemia un castigo divino por la corrupción de la ciudad.
La primera víctima que segó la peste en Roma fue el papa Pelagio II, que falleció el 5 de febrero del año 590 y fue sepultado en San Pedro. El clero y el senado romanos eligieron como sucesor a Gregorio, que tras haber sido prefectus urbis, vivía en su celda monástica del monte Celio. Después de ser consagrado el 3 de octubre, el nuevo pontífice tuvo que afrontar el flagelo repentino de la peste. San Gregorio de Tours (538-594), contemporáneo y cronista de aquellos sucesos, cuenta que en un memorable sermón predicado en la iglesia de Santa Sabina Gregorio invitó a los romanos a imitar, contritos y penitentes, el ejemplo de los ninivitas: «Mirad a vuestro alrededor y ved la espada de la ira de Dios desenvainada sobre todo el pueblo. La muerte nos arrebata repentinamente del mundo sin concedernos un instante de tregua. ¡Cuántos en este mismo momento están en poder del mal a nuestro alrededor sin poder pensar siquiera en la penitencia!»
Así pues, el Papa los exhortó a alzar la mirada a Dios, que permite tan tremendos castigos para corregir a sus queridos hijos. A fin de aplacar la cólera divina mandó celebrar una letanía septiforme, es decir, una procesión de toda la población romana, dividida en siete cortejos con arreglo a su sexo, edad y condición social. La procesión partió de las diversas iglesias romanas en dirección a la basílica vaticana entonando las letanías en su recorrido por la Ciudad Eterna. Éste es el origen de las letanías mayores o rogaciones de la Iglesia, con las que imploramos a Dios que nos salve de adversidades. Los siete cortejos avanzaban entre los edificios de la antigua urbe, descalzos, a paso lento y con la cabeza cubierta de ceniza. Mientras avanzaban en medio de un silencio sepulcral, la epidemia se agravó al extremo de que en el breve espacio de una hora ochenta personas cayeron muertas al suelo. Con todo, San Gregorio no dejó por un momento de exhortar al pueblo para que siguiese rezando y pidió que un cuadro de Nuestra Señora de Araceli, pintada por el evangelista San Lucas, encabezara la procesión (Gregorio de Tours, Historiae Francorum, libro X, 1).
La Leyenda Áurea, compendiode tradicionestransmitidas desde los primeros siglos de la era cristiana compilado por Jacobo de la Vorágine, narra que a medida que avanzaba la imagen, el aire se iba volviendo más limpio y saludable y se disolvían los pestíferos miasmas, como si no pudieran soportar la sagrada presencia. Cuando llegaron al puente que comunica la ciudad con el mausoleo de Adriano, conocido en el Medioevo como Castellum Crescentii, de repente, se oyó a un coro de ángeles que cantaban: «¡Regina Cœli, laetare, Alleluja / Quia quem meruisti portare, Alleluja / Resurrexit sicut dixit, Alleluja!» A lo que San Gregorio respondió en voz alta: «¡Ora pro nobis rogamus, Alleluia!» Fue así como nació el Regina Cœli, la antífona con la que en el tiempo pascual saluda la Iglesia a María Reina con motivo de la resurrección del Salvador.
Terminado el canto, los ángeles se colocaron en círculo en torno al cuadro y San Gregorio Magno, alzando los ojos, vio en lo alto del castillo a un ángel exterminador que, tras limpiar la espada chorreante de sangre la enfundaba en señal de haber cesado el castigo. «TuncGregorius vidi super Castrum Crescentiiangelum Domini qui glaudiumcruentatumdetergens in vagina revocabat: intellexitque Gregorius quod pestisilla cessasset et sic factum est. Unde et castrum illud castrum Angeli deincepsvocatum est». Comprendio San Gregorio que la peste había llegado a su fin, y desde entonces el castillo fue conocido como Castillo del Santo Ángel (Leyenda Áurea, Jacobo de la Vorágine).
El papa Gregorio fue más tarde canonizado y proclamado Doctor de la Iglesia, y pasó a la historia con el sobrenombre de Magno. Después de su muerte los romanos comenzaron a llamar al mausoleo de Adriano con el nombre de Castillo del Santo Ángel, y en recuerdo del prodigio instalaron en lo alto una estatua de San Miguel enfundando su espada. En el Museo Capitolino se conserva todavía una piedra circular con la impronta de los pies que, según la tradición, habría dejado el Arcángel cuando se detuvo para anunciar el fin de la epidemia. El cardenal César Baronio, conocido por su rigor uno de los mayores historiadores de la Iglesia, confirma la aparición del Arcángel en el techo del castillo (Odorico Ranaldi, Annali ecclesiastici tratti da quelli del cardinal Baronio, anno 590, Appresso Vitale Mascardi, Roma 1643, pp. 175-176).
Es preciso señalar que el Ángel, gracias a la invocación de San Gregorio, envainó la espada. Esto quiere decir que la había desenvainado antes para castigar los pecados del pueblo romano. Los ángeles son en realidad ejecutores de los castigos de Dios sobre los pueblos, como nos recuerda la dramática visión del Tercer Secreto de Fátima, exhortándonos al arrepentimiento: «Vimos un ángel con una espada de fuego en la mano izquierda que despedía unas llamas que parecía que fueran a incendiar el mundo. Pero se apagaron al entrar en contacto con el esplendor que irradiaba hacia él desde la mano derecha de Nuestra Señora. Y señalando a la Tierra con la mano derecha, el ángel exclamó con voz sonora: “¡Penitencia, penitencia, penitencia!”»
¿Guarda alguna relación la propagación del coronavirus con la visión del Tercer Secreto? Ya se verá. En todo caso, la exhortación a la penitencia sigue siendo el remedio primordial que nos garantiza la salvación, tanto en el tiempo como en la eternidad. Las palabras de San Gregorio Magno deben seguir resonando en nuestro corazón: «¿Qué decir de los terrible sucesos que hemos presenciado sino que son presagio de la ira futura? Meditad, pues, carísimos hermanos, con suma atención en aquel día. Enmendad vuestra vida. Cambiad vuestras costumbres. Venced con todas vuestras fuerzas la tentación del mal. Expiad con lágrimas los pecados cometidos».
De estas palabras, y no del sueño de la Amazonia felix, tiene hoy necesidad la Iglesia, que se nos muestra tal como la veía San Gregorio en su tiempo: «Nave vetusta y tremendamente desvencijada: las olas penetran por todas partes, las maderas están podridas, y es zarandeada por la violenta y diaria tempestad, presagiando el naufragio» (Registrum I, 4 ad Ioann. episcop. Constantinop.). Entonces la Divina Providencia suscitó un piloto que, como afirma San Pío X, supo «llevarla a puerto entre aquel oleaje proceloso, guardándola de futuras tormentas.» (Encíclica Jucunda sane del 12 de marzo de 1904).
https://adelantelafe.com/san-gregori...-de-su-tiempo/
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Re: Angustia Coronavírica
Cierran las piscinas de Lourdes: ¡una vergüenza!
Por
Roberto de Mattei -
03/03/2020
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La noticia es increíble, pero desgraciadamente es cierto: por miedo al coronavirus, el santuario de Lourdes ha cerrado por precaución y hasta nueva orden todas las piscinas. Lo ha comunicado el propio santuario este primero de marzo.
Las piscinas de Lourdes son tinas o bañeras individuales en que los peregrinos son sumergidos durante pocos segundos a fin de obtener beneficios físicos y espirituales. El lugar del que fluyen esas aguas le fue revelado a Santa Bernardita en febrero de 1858 por la propia Virgen. El agua manifestó propiedades milagrosas, y no ha dejado de brotar desde entonces. Cada año llegan a Lourdes millones de peregrinos y unos ochenta mil se bañan en las piscinas. Tienen lugar millares y millares de curaciones. Tras un riguroso examen, la Iglesia ha reconocido unas ochenta: cuarenta y nueve de personas que se han sanado por el contacto con el agua de Lourdes y treinta y nueve en las piscinas.
Ahora bien, el verdadero milagro de Lourdes no son esas curaciones milagrosas, sino los efectos taumatúrgicos tanto espirituales como físicos de un agua en la que se sumergen cada año centenares enfermos afectados de las más variadas dolencias, entre ellas llagas y lesiones cutáneas, sin que jamás se haya producido contagio alguno. El agua, que antes se cambiaba dos veces por semana y ahora parece que diariamente, está llena de microbios, pero repito que jamás se ha contagiado ningún enfermo durante el baño.
Pues bien, mientras se propaga por Europa una epidemia, si hay un lugar al que sería preciso acudir, un lugar infaliblemente protegido, es el santuario de Lourdes. Santuario que es, por antonomasia, lugar de curación del alma y del cuerpo. Quien se bañase en Lourdes en la misma piscina en que se hubiera bañado alguien aquejado de coronavirus, desde luego no se contagiaría, porque las piscinas de Lourdes no son un lugar de pecado, sino de fe. Y es la fe, no la medicina, la que permite que se obren milagros. El milagro es una intervención divina, superior a todas las fuerzas humanas. Quien niega la posibilidad del milagro niega la existencia misma de Dios. Quien niega el carácter milagroso del agua de Lourdes, quien teme que las piscinas de Lourdes puedan ser causa de contagio, niega el poder de Dios, niega las promesas de la Virgen, niega el significado de Lourdes. Si se cierran las piscinas, sería lo mismo que cerrar el santuario de Lourdes.
Fue precisamente el 11 de febrero de 2013, festividad de la Virgen de Lourdes, cuando Benedicto XVI renunció al pontificado. Y hoy, el obispo de Lourdes, el presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, el presidente de los obispos europeos, el Secretario de Estado vaticano y el propio Papa, ¿se niegan a creer en el milagro de Lourdes? ¿También ellos están convencidos de que en las piscinas de Lourdes se pueda propagar el contagio en vez de la sanación de los cuerpos y las almas, mucho más importante que la física? De ser así, es una vergüenza, un escándalo, un pecado de incredulidad que en vez de curaciones acarreará nuevos males físicos y espirituales para la Iglesia y para nuestras naciones.
Nosotros, por el contrario, queremos saciar nuestra sed con el agua de Lourdes, confiando en las palabras de Nuestro Señor: «Quien beba el agua que Yo le daré no tendrá sed nunca, sino que el agua que Yo le daré se hará en él fuente de agua surgente para vida eterna» (Jn.4,14).
https://adelantelafe.com/cierran-las...una-verguenza/
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Re: Angustia Coronavírica
Sin miedo al contagio, San Carlos Borromeo da la Comunión a los apestados. Hoy en día prohíben las misas en las regiones afectadas de Italia.
https://upload.wikimedia.org/wikiped...omodossola.jpg
San Carlos Borromeo dando la comunión a las víctimas de la peste, por Tanzio da Varallo, hacia 1616 (Domodossola, Italia).
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Re: Angustia Coronavírica
Cómo afrontó San Carlos Borromeo la epidemia de su tiempo
Por
Roberto de Mattei -
04/03/2020
https://adelantelafe.com/wp-content/...68-696x469.jpg
San Carlos Borromeo (1538-1584), cardenal de la Santa Iglesia Católica y arzobispo de Milán de 1565 a 1583, fue calificado en el decreto de su canonización como «un hombre que, mientras el mundo le sonríe con grandes halagos, vive crucificado en el mundo, vive del espíritu, pisoteando las cosas terrenales, busca continuamente las celestiales, no solo porque desempeñaba el oficio de un ángel, sino porque emulaba en la tierra los pensamientos y las obras de la vida de los ángeles» (Paulo V, bula Unigenitus del 1 de noviembre de 1610).
La devoción a los ángeles acompañó la vida de San Carlos, al cual el conde de Olivares, don Enrique de Guzmán, embajador de Felipe II en Roma, caliífico de «más ángel que hombre» (Giovanni Pietro Giussano,Vita di San Carlo Borromeo, Stamperia della Camera Apostolica, Roma 1610, p. 441). Muchos artistas, como Teodoro Vallonio en Palermo y Sebastien Bourdon han representado en sus pinturas a San Carlos Borromeo contemplando a un ángel que reenfunda su espada ensangrentada, dando con ello a entender que había cesado la terrible epidemia de peste de 1576.
Todo había comenzado en el mes de agosto de aquel año. Milán estaba en fiesta para recibir a Don Juan de Austria, que iba a pasar por el Camino Español por haber sido nombrado gobernador de Flandes. Las autoridades de la ciudad se desvivían por agasajar al príncipe hispano con los máximos honores. Pero Carlos, que ya llevaba seis años ejerciendo como prelado de la archidiócesis, seguía con preocupación las noticias que llegaban de Trento, Verona y Mantua, donde la peste ya había comenzado a segar vidas. Los primeros casos se dieron en Milán el 11 de agosto, precisamente cuando llegaba Don Juan de Austria. El vencedor de Lepanto, seguido del gobernador don Antonio de Guzmán y Zúñiga, se alejó de la ciudad mientras Carlos, que había ido a Lodi para asistir a los funerales del obispo, se apresuró a ir allí. En Milán reinaban el miedo y la confusión, y el arzobispo se dedicó por entero a asistir a los enfermos y mandó elevar oraciones públicas y privadas. Dom Prosper Guéranger sintetiza con estas palabras la inagotable caridad del obispo: «Ante la ausencia de las autoridades locales, organizó los servicios sanitarios, fundó y renovó hospitales, consiguió dinero y víveres y decretó medidas preventivas. Ante todo hizo las diligencias para proporcionar socorro espiritual, asistencia a los enfermos, sepultura a los muertos y la administración de los sacramentos a los habitantes de la ciudad, que estaban confinados en su casa, entre otras medidas preventivas. Sin temor al contagio, sufragó personalmente los gastos visitando hospitales, encabezando procesiones de penitencia y haciéndose de todo a todos como un padre y verdadero pastor» (L’anno liturgico – II. Tempo Pasquale e dopo la Pentecoste, Paoline, Alba 1959, pp. 1245-1248).
San Carlos estaba convencido de que la epidemia era un azote enviado por el Cielo en castigo por los pecados del pueblo, y de que para remediarla era preciso recurrir a medios espirituales: la oración y la penitencia. Reprochó a las autoridades civiles que hubieran cifrado su confianza en medios humanos y no divinos. «¿No habían prohibido todas las reuniones pías, y todas las procesiones durante el tiempo del Jubileo? Tenía el convencimiento de que ésas habían sido las causas del castigo» (Chanoine Charles Sylvain, Histoire de Saint Charles Borromée, Desclée de Brouwer, Lille 1884, vol. II, p. 135). Los magistrados que gobernaban la ciudad siguieron oponiéndose a las ceremonias públicas por temor a que las aglomeraciones aumentaran el contagio. Pero Carlos, que estaba guiado por el Espíritu de Dios –señala otro de sus biógrafos–, lo convenció aduciendo varios ejemplos, entre ellos el de San Gregorio Magno, que había detenido la plaga que asolaba Roma en el año 590 (Giussano, op. cit. p. 266).
Mientras se propagaba la epidemia, el arzobispo ordenó tres procesiones generales, que tendrían lugar los días 3, 5 y 6 de octubre en Milán a fin de aplacar la ira de Dios. El primer día, aunque no fuera cuaresma, el santo impuso cenizas en las cabezas de millares de personas congregadas mientras las exhortaba a la penitencia. Concluida la ceremonia, la procesión se dirigió a la basílica de San Ambrosio. Él mismo iba a la cabeza del pueblo vistiendo capa morada y capucha, descalzo, con la cuerda de penitente al cuello y portando una gran cruz. En la iglesia predicó sobre la primera lamentación del profeta Jeremías,Quomodo sedet sola civitas plena populo, y afirmó que los pecados del pueblo habían provocado la justa indignación de Dios.
La segunda de las procesiones encabezada por el cardenal se dirigió a la basílica Mayor de San Lorenz. En su sermón, aplicó a la ciudad de Milán el sueño de Nabucodonosor narrado por el profeta Daniel, «haciendo ver que la venganza divina había caído sobre la urbe» (Giussano, Vita di San Carlo Borromeo, p. 267). El tercer día, la procesión se dirigió desde la catedral hasta la basílica de Santa María en las inmediaciones de San Celso. San Carlos portaba en sus manos la reliquia del Santo Clavo de Nuestro Señor, que el emperador Teodosio había donado a San Ambrosio en el siglo V, y concluyó la ceremonia con un sermón titulado Peccatum peccavi Jerusalem (Jeremías 1,8).
La peste no tenía visos de disminuir, y Milán era una ciudad desierta, porque un tercio de la población había perdido la vida, y los demás estaban en cuarentena o no se atrevían a salir de su casa. El arzobispo ordenó que en las principales plazas y encrucijadas de la ciudad se erigiesen unas veinte columnas de piedra coronadas por una cruz para que los residentes de todos los barrios pudiesen asistir a las misas y rogativas públicas asomados a las ventanas de sus viviendas. Uno de los santos protectores de Milán era San Sebastián, el mártir al que habían recurrido los romanos durante la peste del año 672. San Carlos propuso a los magistrados milaneses reconstruir el santuario dedicado al santo, que estaba en ruinas, y celebrar durante diez años una fiesta solemne en su honor. Por fin, en julio de 1577 cesó la peste, y en septiembre se colocó la primera piedra del templo cívico de San Sebastián, donde el veinte de enero de cada año se sigue celebrando todavía una Misa para conmemorar el fin de la epidemia.
La epidemia de peste que castigó Milán en 1576 fue lo mismo que había sido para Roma el saqueo de los lansquenetes cincuenta años antes: un castigo, pero también una ocasión de purificarse y convertirse. San Carlos Borromeo compiló sus meditaciones en un Memorial, en el que entre otras cosas escribió: «Ciudad de Milán, tu grandeza se alzaba hasta los cielos, tus riquezas se extendían hasta los confines del mundo (…) Repentinamente, viene del Cielo la peste, que es la mano de Dios, y de golpe y porrazo ha sido abatida tu soberbia» (Memoriale al suo diletto popolo della città e diocesi di Milano, Michele Tini, Roma 1579, pp. 28-29). El santo estaba convencido de que todo ello se debía a la gran misericordia de Dios: «Él hirió y Él sanó; Él azotó y Él curó; Él empuñó la vara de castigo, y ha ofrecido el báculo de sostén» (Memoriale, p. 81).
San Carlos Borromeo falleció el 3 de noviembre de 1584 y está sepultado en la catedral de Milán. Su corazón fue solemnemente trasladado a Roma, a la basílica de San Ambrosio y San Carlos en la Vía del Corso, donde todavía es venerado. Innumerables iglesia le están dedicadas, como el majestuoso templo Karlsikirche [iglesia de S. Carlos, N del T.] en Viena, edificado en el siglo XVIII como acto votivo del emperador Carlos VI, que había encomendado la ciudad a la protección del santo durante la peste de 1713.
Durante los dieciocho años que estuvo al frente de la archidiócesis de Milán, San Carlos se dedicó con igual empeño a combatir la herejía, a la cual consideraba la peste espiritual. Según San Carlos, «ninguna otra culpa ofende más a Dios, ninguna provoca más su ira que el vicio de la herejía, y a su vez, nada arruina tanto las provincias y los reinos como esta horrenda pestilencia» (Conc. Prov. V, Pars I). Citando esta frase, San Pío X lo calificó de «modelo del rebaño y los pastores en los tiempos modernos, inquebrantable defensor y asesor de la verdadera reforma católica contra aquellos recientes innovadores, cuya intención no era la reintegración, sino más bien la deformación y destrucción de la fe y las costumbres (encíclica Edita saepe del 26 de mayo de 1910).
https://adelantelafe.com/como-afront...-de-su-tiempo/
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Re: Angustia Coronavírica
Monseñor Pascal Roland, obispo de Ars-Belley, sobre el coronavirus
https://www.tradicionviva.es/wp-cont...us-990x556.jpg
Comunicado de prensa de Monseñor Pascal Roland, obispo de Ars-Belley:
Más que a la epidemia de coronavirus, debemos temer a la epidemia del miedo. Por mi parte, me niego a ceder al pánico colectivo ya algún principio al principio de precaución que parece mover a las instituciones civiles.
Así que no tengo la intención de emitir instrucciones específicas para mi diócesis: ¿los cristianos dejarán de reunirse para rezar? ¿Renunciarán a tratar y ayudar a sus semejantes? A parte de las precauciones elementales que todos toman espontáneamente para no contaminar a otros cuando están enfermos, no resulta oportuno agregar más.
Deberíamos recordar que en situaciones mucho más serias, las de las grandes plagas, y cuando los medios sanitarios no eran los de hoy, las poblaciones cristianas se ilustran con pasos de oración colectiva, así como por la ayuda a los enfermos, la asistencia a los moribundos y la sepultura de los fallecidos. En resumen, los discípulos de Cristo no se apartaron de Dios ni se escondieron de sus semejantes, sino todo lo contrario.
¿El pánico colectivo que estamos presenciando hoy no revela nuestra relación distorsionada con la realidad de la muerte? ¿No manifiesta la ansiedad que provoca la pérdida de Dios? Queremos ocultarnos que somos mortales y al estar cerrados a la dimensión espiritual de nuestro ser, perdemos terreno. Disponiendo de técnicas cada vez más sofisticadas y más eficientes, pretendemos dominarlo todo y nos ocultamos que no somos los señores de la vida.
De paso, tengamos en cuenta que la coincidencia de esta epidemia con los debates sobre las leyes de bioética nos recuerda oportunamente nuestra fragilidad humana. Esta crisis global tiene al menos la ventaja de recordarnos que vivimos en una casa común, que todos somos vulnerables e interdependientes, y que es más urgente cooperar que cerrar nuestras fronteras.
Además, parece que todos hemos perdido la cabeza. En cualquier caso, vivimos en la mentira. ¿Por qué de repente enfocamos nuestra atención solo en el coronavirus? ¿Por qué ocultarnos que cada año en Francia, la queja banal estacional afecta a entre 2 y 6 millones de personas y causa alrededor de 8000 muertes? También parece que hemos eliminado de nuestra memoria colectiva el hecho de que el alcohol es responsable de 41000 muertes por año, y que se estima en 73000 las provocadas por el tabaco.
Lejos de mí, entonces, la idea de prescribir el cierre de iglesias, la supresión de misas, el abandono del gesto de paz durante la Eucaristía, la imposición de este o aquel modo de comunicación afectado más higiénico (dicho esto, cada uno puede hacer como quiera), porque una iglesia no es un lugar de riesgo, sino un lugar de salvación. Es un espacio donde acogemos al que es Vida, Jesucristo, y donde, a través de Él, con Él y en Él, aprendemos juntos a vivir. Una iglesia debe seguir siendo lo que es: un lugar de esperanza.
¿Deberíamos calafatear nuestras casas? ¿Deberíamos saquear el supermercado del barrio y acumular reservas para prepararnos para un asedio? ¡No! Porque un cristiano no teme a la muerte.Es consciente de que es mortal, pero sabe en quién ha puesto su confianza. Él cree en Jesús, que le afirma: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá para siempre” (Juan 11, 25- 26). Él se sabe habitado y animado por “El Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos” (Romanos 8:11).
Además, un cristiano no se pertenece a sí mismo, su vida debe ofrecerse, porque sigue a Jesús, quien enseña: “El que quiere salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y el Evangelio, la salvará ”(Marcos 8:35). Ciertamente, no se expone indebidamente, pero tampoco se trata de preservar. Siguiendo a su Maestro y Señor crucificado, el cristiano aprende a entregarse generosamente al servicio de sus hermanos más frágiles, con miras a la vida eterna.
Entonces, no cedamos ante la epidemia de miedo. No seamos muertos vivientes. Como diría el Papa Francisco: ¡no os dejéis robar la esperanza!
+ Pascal ROLAND
https://www.tradicionviva.es/2020/03...l-coronavirus/
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Re: Angustia Coronavírica
El Arzobispado de Madrid pide no besar al Jesús de Medinaceli debido al coronavirus
Por INFOVATICANA | 04 marzo, 2020
El Besapiés del Cristo de Medinaceli se celebra todos los años el primer viernes de Marzo.
El coronavirus está afectando a todo tipo de celebraciones y eventos, incluso dentro de la Iglesia. Se han visto todo tipo de medidas. Se han suspendido misas públicas -en el norte de Italia- o recomendado comulgar con la mano, vaciar el agua bendita y cerrar algunas iglesias. Ahora el Arzobispado de Madrid trastoca, debido a esta enfermedad, la tradicional celebración del Cristo de Medinaceli.
El propio arzobispado lo ha hecho saber en una nota de prensa. “Atendiendo a las recomendaciones de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, el Arzobispado de Madrid pide a los fieles que asistan este fin de semana a los cultos en honor a Jesús de Medinaceli y a Jesús del Gran Poder y a celebraciones similares que se abstengan de besar las tallas –como es tradición– para evitar posibles contagios por coronavirus”, dicen en el comunicado.
“Por el momento, siempre conforme a las pautas de las autoridades sanitarias, el resto de los actos programados se mantienen igual”, concluyen.
https://infovaticana.com/2020/03/04/...l-coronavirus/
Al parecer las "autoridades" sanitarias son las que mandan qué se debe hacer en la Iglesia, y los obispos: obedecen. El Cristo de Medinaceli tiene bien ganada fama de milagroso, con esta medida ¿dónde queda la fe en los beneficios de la veneración de dicha imagen?
Datos al momento: 200 afectados en España, población 47 millones de personas.
Afectados en Madrid, 89 de los que han fallecido 2 personas, una de ellas una mujer de 99 años; población: casi 7 millones de habitantes...y ello pese a que las mascarillas que no sirven para nada, están agotadas.
FUENTE de los datos : Diario El Mundo
https://www.elmundo.es/ciencia-y-sal...9588b45d7.html
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Re: Angustia Coronavírica
Cita:
Iniciado por
Valmadian
El Arzobispado de Madrid pide no besar al Jesús de Medinaceli debido al coronavirus
Al parecer las "autoridades" sanitarias son las que mandan qué se debe hacer en la Iglesia, y los obispos: obedecen. El Cristo de Medinaceli tiene bien ganada fama de milagroso, con esta medida ¿dónde queda la fe en los beneficios de la veneración de dicha imagen?
Datos al momento: 200 afectados en España, población 47 millones de personas.
Afectados en Madrid, 89 de los que han fallecido 2 personas, una de ellas una mujer de 99 años; población: casi 7 millones de habitantes...y ello pese a que las mascarillas que no sirven para nada, están agotadas.
Pues si es peligroso acudir al Cristo de Medinaceli porque puede contagiar el virus, ¡como para pedirle que cure a algún afectado!
Y además lo contagiaría traidoramente al besarle amorosamente el pie, pagando el cariño del fiel con un golpe bajo y criminal.
¿Sería posible que Cristo hiciera algo tan canallesco a sus fieles?
Pues para el arzobispado, a lo que se ve, Cristo podría hacer jugarretas: mejor, no nos fiemos, vienen a decir.
¿Donde queda la fe debida a Cristo?:
Mt 21, 21: Respondiendo Jesús, les dijo: En verdad os digo que si tenéis fe y no dudáis, aun si decís a este monte: «Quítate y échate al mar», así sucederá.
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Re: Angustia Coronavírica
La brecha de género del coronavirus
por NAVARRA CONFIDENCIAL
(www.navarraconfidencial.com)
En su habitual estilo desenfadado y provocador, el digital navarro nos vuelve a sorprender con esta reflexión en la que relaciona la crisis del coronavirus con las absurdas teorías de la ideología de género.
https://www.navarraconfidencial.com/...20/03/lima.jpg
Hace unos días, el New York Times se hacía eco del mayor estudio publicado por el gobierno chino sobre los afectados del coronavirus. Entre los datos contenidos y las conclusiones obtenidas, destaca la de que la mortalidad del coronavirus es apreciablemente distinta entre los infectados según sean hombres o mujeres. Concretamente, el estudio señala que el coronavirus es bastante equitativo a la hora de infectar tanto a hombres como mujeres, sin embargo, la mortalidad entre los infectados asciende al 2,8% entre los hombres mientras que se queda en el 1,7% en el caso de las mujeres.
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https://www.navarraconfidencial.com/...020/03/gui.png
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Esta “brecha de género” entre las personas infectadas, por otra parte, no resulta inusitada ni circunscrita al caso del coronavirus. En el caso del SARS (Severe Acute Respiratory Syndrome ) y el MERS (Middle East Respiratory Syndrome), dos de los brotes víricos recientes que han precedido al coronavirus, que de hecho pertenecen a la familia de los coronavirus, la mortalidad también resultaba bastante distinta según el género del paciente. En el caso del MERS, la mortalidad entre los infectados era del 32% entre los hombres y del 25,8% entre las mujeres. En cuanto al SARS, el porcentaje de contagios fue mayor entre las mujeres que entre los hombres, pero la mortalidad de los hombres fue un 50% superior a la de las mujeres.
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https://www.navarraconfidencial.com/...20/03/hoih.png
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Más allá del interés estadístico del caso, las cifras nos vuelven a poner una vez más ante el hecho incontrovertible de las diferencias biológicas naturales entre hombres y mujeres. No hay más muertos varones a causa del coronavirus porque los varones hayan sido educados a enfermar más gravemente que las mujeres. No es por un fallo del heteropatriarcado que la mortalidad masculina es mayor. Aunque un hombre empiece a sentirse mujer al leer la estadística, incluso aunque consiga que le cambien el género en el DNI, no engañará al coronavirus con un sello del gobierno. Por más empoderada, feminista e indistinguible que una mujer se pueda llegar a sentir de un macho, tampoco aumentará por eso su tasa de mortalidad. La mortalidad entre hombres y mujeres no se igualará en los países con gobiernos de izquierdas. Un gato no es un cocodrilo al que se ha educado para que ronronee. No todo es biología. No todo es educación.
https://www.ahorainformacion.es/blog...l-coronavirus/
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Re: Angustia Coronavírica
Cita:
Iniciado por
Hyeronimus
Angustia coronavírica
Juan Manuel de Prada
Hace mucho que la ciencia abandonó su cometido natural --el conocimiento de la naturaleza-- para convertirse en una idolatría que expulsa la fe religiosa al lazareto de las supersticiones, brindando explicaciones "científicas" (en realidad, completamente supersticiosas) a lo que antaño se consideraban realidades sobrenaturales. Así por ejemplo, la idolatría científica niega la existencia del alma o del acto creador de Dios, para hacer creer a las
masas cretinizadas que la naturaleza puede ser dominada en sus causas primeras por la ciencia (y para que las
masas cretinizadas, a la vista de estos adelantos "científicos", puedan creerse Dios). De tal modo esta idolatría de la ciencia ha logrado embaucar a
las masas cretinizadas que ya nadie se pregunta por qué, por ejemplo, hay científicos capullos que "saben" que el alma no existe o que Dios no creó el mundo, pero en cambio no saben cómo matar el bichito de la caries.
De vez en cuando, sin embargo, sobreviene un cataclismo que hace añicos todos estos embelecos. Así ocurre ahora con la plaga del coronavirus. El espejismo del dominio de la naturaleza se hace añicos; y surge el fantasma de la angustia. El hombre religioso no tenía una solución "práctica" para el problema del mal, pero contaba con una explicación teológica esperanzadora; y contaba, además, con una comunidad que cuidaba amorosamente de él, absorbiendo el terror destructivo del mal.
Las masas cretinizadas se han quedado sin una explicación teológica para el problema del mal, fiándolo todo a las soluciones "prácticas" que brindaba la ciencia; y se han quedado también sin comunidad, pues ahora cada miembro de
la masa cretinizada se cree Dios. Pero llega entonces el bichito del coronavirus, contra el que la ciencia no tiene solución "práctica" alguna (como tampoco, por cierto, contra el bichito de la caries o el catarro); y entonces se rompe en mil añicos aquella fantasía supersticiosa del dominio sobre la naturaleza que la idolatría científica había conseguido imponer. Inevitablemente, surge entonces la angustia, que --como señalaba Max Scheler-- es un fenómeno típicamente moderno, nacido de un afán engreído de control sobre la naturaleza que acaba generando pavor ante lo incontrolable.
Las masas cretinizadas descubren con horror que las soluciones "prácticas" de la ciencia no bastan; y descubren también que carecen de explicaciones teológicas y de una comunidad que las sostenga, porque entretanto han desaparecido los vínculos comunitarios entretejidos por la religión.
La angustia llena entonces el vacío que ha dejado la idolatría; y la angustia crece todavía más ante la expectativa de sufrimientos que no podremos soportar (porque, entretanto, la idolatría científica ha rebajado considerablemente nuestra capacidad para soportar el dolor). Pero la idolatría científica, que no puede permitirse parecer impotente, tiene también una solución para nuestra angustia. Ya que no puede eliminarla (como tampoco el bichito del coronavirus, del catarro o de la caries), puede eliminar a los hombres enfermos o angustiados, evitando al mundo el espectáculo demoledor del fracaso de la ciencia. Puesto que
las masas cretinizadas lo han fiado todo al poder ilimitado de los avances científicos, deben también entregar su vida a estos avances. ¡Si la ciencia no puede procurarnos una cura, al menos debe procurarnos una muerte dulce que nos libere de la angustia! ¡Ven, eutanasia liberadora, y aparta de nosotros la angustia de saber que la idolatría de la ciencia era una quimera irrisoria!
Feliz cuaresma para todos los angustiaditos y todas las angustiaditas.
https://www.abc.es/opinion/abci-juan...1_noticia.html
¿Es cristiano para un articulista que se auto proclama católico ensañarse 7 veces en 20 líneas contra las "masas cretinizadas? ¿Cuáles son? ¿Las que no le leen?
Tampoco parece muy literario.
Huele a problema psicológico.
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Re: Angustia Coronavírica
Es que él no se considera dentro de esa "masa cretinizada"; estaría bien que esas expresiones las realizara frente a su "queridísima" Susana Grisso.
Yo intenlectualmente, podría entender que ante una emergencia epidemiológica, no se permitiera el besapié (como de hecho se hace aquí también en Cartagena, con una talla de González Moreno de la Cofradía Marraja, perteneciente una Agrupación hermanada con la de Madrid). Lo que ya NO ME CUADRA nada, es que las autoridades sanitarias no cierren DE UNA VEZ esas aplicaciones de móvil, que sirven para que "la gente" (en expresión podemita) intercambie fluidos corporales todos los fines de semana. ¿Acaso han hecho alguna declaración en ese sentido?. ¿No hay mucho más riesgo en eso?, pregunto.
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Re: Angustia Coronavírica
Histeria por el coronavirus: la verdadera actitud de un católico en una escena inolvidable
https://adelantelafe.com/wp-content/...ra-696x456.jpg
Queremos compartir con ustedes esta escena (5 minutos) de la película “El Frente infinito” (1960), que nos debe motivar a reaccionar de una manera digna frente a la histeria ante el coronavirus, de la cual desgraciadamente se están dejando llevar muchos en la iglesia, sin duda revelando la corrupción en la fe que esconden.
La escena evidencia la conducta del verdadero católico en tiempos de guerra, zozobra, epidemias, incertidumbre o riesgo para vida, que no es otra que apegarse y conservar con más fuerza si cabe la Santa Misa, y permanecer en ella a toda costa, y con más motivo, si hay peligro de muerte cercano.
Pidamos a Dios para que este ejemplo pueda motivar a fieles y sacerdotes a mantener el coraje y valentía cristiana frente a la pusilanimidad y cobardía.
https://www.youtube.com/watch?time_c...ature=emb_logo
https://adelantelafe.com/histeria-po...a-inolvidable/
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Re: Angustia Coronavírica
Dado que el coronavirus mata solo a gente mayor debería ser bienvenido por las autoridades. ¿Acaso no están ellas en aprobar una ley de eutanasia y quitarse ancianos de encima? ¿De qué se quejan? El coronavirus les está echando una mano...
Vamos, como si les hubiera oído.
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Re: Angustia Coronavírica
Detente, coronavirus
En carlistas de Aragón nos dan un buen consejo
https://barraycoa.files.wordpress.co...ng?w=300&h=400
Mañana, al parecer, tiene todas las probabilidades de que el Gobierno declare el “estado de alarma” por la crisis desatada por el COVID-19.
Junto a todas las medidas que las autoridades sanitarias piden se sigan, desde este humildísimo blog, recomendamos el uso del “Detente” que en otras ocasiones resultó tan eficaz para combatir plagas, guerras y males de todo tipo junto a la oración y las prácticas propias del tiempo litúrgico en que estamos, llevándolo encima en un bolsillo o en la cartera, prendido a la ropa, en la puerta de casa, …
DETENTE, CORONAVIRUS, EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS ESTÁ CONMIGO
https://barraycoa.com/2020/03/13/detente-coronavirus/
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Re: Angustia Coronavírica
El Detente o “Salvaguarda” ante la Gran peste de Marsella de 1720
https://barraycoa.files.wordpress.co...pg?w=470&h=376Gran peste de Marsella en 1720
Detente o detente bala es un escapulario, bien de chapa o bien de tela con la leyenda «Detente, bala, el Sagrado Corazón está conmigo» o los más antiguos simplemente «Detente, bala», que llevaban junto al corazón los combatientes tradicionalistas de las distintas guerras de los siglos XIX y XX. Dicha leyenda solía estar acompañada por una representación del Sagrado Corazón de Jesús. Los detentes se asocian normalmente con el movimiento carlista aunque su uso estaba generalizado entre muchos católicos. Ya hablamos al principio del libro de la devoción entre los carlistas al Sagrado Corazón. Una devoción extendida por la cristiandad gracias a las apariciones a santa Margarita María de Alacoque.
En una de las muchas apariciones, más concretamente en la del 2 de marzo de 1686, Jesús le pidió que difundiera esta petición: «Él (Jesús) desea que usted mande a hacer unas placas de cobre con la imagen de su Sagrado Corazón para que todos aquellos que quisieran ofrecerle un homenaje las pongan en sus casas, y unas peque- ñas para llevarlas puestas». Ella misma llevaba una debajo del hábito, a la altura del corazón, e invitaba a sus novicias a hacer lo mismo.
Cruz de Borgoña.
Esta imagen empezó a llamarse «salvaguarda» a raíz de una peste en Marsella, en 1720, la gente se ponía este escapulario del Sagrado Corazón para protegerse de la plaga. Bordeando la imagen se escribía la leyenda «Oh, Corazón de Jesús, abismo de amor y misericordia, en ti confío». La eficacia del salvaguarda fue tal que permitió expandir la devoción al Sagrado Corazón por toda la ciudad. Durante la Revolución francesa, los católicos veneraban esta imagen y los revolucionarios los tuvieron como «la manifestación viva del fanatismo» y una provocación contrarrevolucionaria.
Durante el juicio de la reina María Antonieta se presentó como prueba contra ella un pedazo de papel muy no que poseía y en el que estaba dibujada la imagen del Sagrado Corazón, con la llaga, la cruz y la corona de espinas, y con la leyenda:
«Sagrado Corazón de Jesús, ten mise- ricordia de nosotros». Fue a raíz de la guerra franco-prusiana, cuando muchos soldados franceses católicos fueron al frente con esa imagen para que les protegiera. En la guerra civil espa- ñola, todos los requetés llevaban cosido el detente bala en sus camisas, al lado del corazón.
Fuente: Eso no estaba en mi libro de historia del carlismo
https://barraycoa.files.wordpress.co...200_.jpg?w=700
https://barraycoa.com/2020/03/13/el-...sella-de-1720/
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Re: Angustia Coronavírica
Esto es lo que hay que hacer en vez de cerrar iglesias:
El arzobispo de Poznan propone más misas dominicales ante el coronavirus
Stanislaw Gadecki ha propuesto incrementar el número de misas dominicales para evitar aglomeraciones
https://www.tradicionviva.es/wp-cont...aw-gadecki.jpg
Con motivo de la epidemia del coronavirus, aún intensificada en países europeos como Italia, Francia y España, se sigue abordando lo relacionado con las prevenciones de propagación (aunque algunos sanitarios sostienen que ya no se está en fase de contención).
A lo largo de la primera mitad de la presente semana, tanto el gobierno nacional como los de algunas regiones han comenzado a adoptar medidas tales como la suspensión de clases, la prohibición de eventos que congreguen a un mínimo determinado y la prohibición de vuelos comerciales entre países como Italia.
La situación ha llegado a poner sobre la mesa (bueno, mejor dicho, incorporar al debate público) la consideración de suspensión de eventos como partidos de fútbol, las Fallas valencianas y la Semana Santa. También se ha llegado a abordar cómo desarrollar actividades religiosas.
Ahora bien, la Iglesia Católica de Polonia, país donde, a las 23:45 del 10 de marzo de 2020, la cifra no alcanzaba la treintena, ha pensado en medidas que hagan compatible la precaución recomendada por los sanitarios con una práctica religiosa en condiciones.
Precisamente, Stanislaw Gadecki, arzobispo de la diócesis de Poznan (ubicada en el voivodato de Gran Polonia), también famoso, junto al de Cracovia, porsus aguerridas opiniones frente a la amenaza revolucionaria (en su cuarta fase), ha hecho una propuesta de práctica religiosa bastante plausible.
De acuerdo con Catholic Herald, Gadecki ha propuesto incrementar el número de misas dominicales (al mismo tiempo que ha aconsejado a ancianos y enfermos seguir la misma por medios audiovisuales o telemáticos) para evitar aglomeraciones en un momento dado.
A juicio del también representante supremo de la Conferencia Episcopal Polaca, «del mismo modo que los hospitales tratan las enfermedades del cuerpo, la Iglesia está para sanar las enfermedades del alma. Por ello es inimaginable que no debamos orar en nuestras iglesias».
https://www.tradicionviva.es/2020/03...l-coronavirus/
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Re: Angustia Coronavírica
Modelo polaco. Omella aconseja la misa por TV. Pues no: necesitamos más misas y más sacerdotes mártires
Las leyes injustas no hay que cumplirlas y las eucaristías privadas niegan la comunión a los laicos.
Eulogio López 13/03/20
https://www.hispanidad.com/uploads/s...1_640x384.jpeg
La confusión empieza a resultar curiosa. Infolibre, un medio progresista, naturalmente, pone al cardenal, José Luis Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), como no digan dueñas por permitir, gran pecado contra lo políticamente correcto en tiempos de coronavirus, mantener abiertas las iglesias. Y el inefable Jiménez Losantos, progre de derechas y comecuras liberalísimo, hace lo propio y en la misma dirección: ¡qué vergüenza, Omella no cierra los templos! Es un asesino que pretende inocular el maligno virus a los fieles a la luz de las velas. La salud de los fieles le preocupa muchísimo a don Federico.
Sin embargo, miren por dónde, vamos a la página oficial de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y encontramos un escrito tan corto que parece elaborado por alguien realmente desganado y no muy a favor de la propuesta. Ahí la tienen: Omella aconseja a los fieles que vean la misa por la tele. Incluso, cuánto bueno, se aporta un horario de las misas digitales, de la que insisto, el Magisterio asegura que no cumplen el precepto dominical y que, casualmente, hacen imposible la comunión del Cuerpo de Cristo. Ahí donde el cristiano se traga su propia salvación o su propia condenación.
Mucho mejor Osoro que Omella, malo el uno, peor el otro, y una lección para ambos: no esperes el aplauso de los cristófobos, no les hagas concesiones en materia tan crucial como la Eucaristía: sólo sirve para que te insulten mientras traicionas a los tuyos.
Mantener las iglesias abiertas para rezar. Se puede rezar en muchos sitios pero comulgar solo en la Iglesia y de forma presencial, no digital.
De misa por TV nada, como los polacos: ¿Qué hay que evitar las aglomeraciones? Pues en lugar de una misa con 1.000 fieles haré diez misas con 100.
Y si Sánchez exige, como en Italia, cerrar las iglesias… pues no se le obedece y en paz. Las leyes injustas no hay que cumplirlas. Y el sacerdote santo está llamado a dar buen ejemplo, aunque el buen ejemplo le lleve al martirio.
Además, El sacerdote nunca se salva ni se condena sólo… y es mucho lo que está en juego.
En cualquier caso, a última hora de la tarde, llegaba una igualmente equívoca nota de la Conferencia Episcopal Española (CEE) que podría haber sido enviada por el MInisterio de Sanidad, al que tanto se cita. Ahí va el texto clave: "Las celebraciones habituales de la Eucaristía pueden mantenerse con la sola presencia del sacerdote y un posible pequeño grupo convocado por el celebrante. En caso de celebraciones abiertas al pueblo recomendamos evitar la concentración de personas, siguiendo las instrucciones citadas en el apartado".
O sea, que la Eucaristía se ha hecho para los curas. Pues si quieren cumplir las normas del Gobierno celebren misas en parques, espacios abiertos, aparcamientos, el Santiago Bernabéu. Ahí hay mucho espacio para mucha gente, convenientemente separada... con distancia social.
https://www.hispanidad.com/confidenc...16979_102.html
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Re: Angustia Coronavírica
https://i0.wp.com/www.quenotelacuent...size=800%2C445
De pluma ajena: De virus, de tragedias y de realidades últimas –o bien «De cuaresma y de metanóia»–
* Nota preliminar:
Las siguientes líneas no pretenden avanzar juicio alguno sobre el estado de conciencia de ninguna persona en particular, cosa que está reservada exclusivamente a Dios. Lo que se procura es iluminar la situación actual desde la única fe verdadera en orden a ayudar a elevar la mirada al lector de buena fe, para que se tome cada vez más en serio la vida y la oriente cada vez más hacia Dios –que es de lo que se trata la cuaresma–.
¡Ah! «Metanoia» translitera el griego μετάνοια, que quiere decir «conversión», pero propiamente en el sentido de «cambio completo y radical de mentalidad, reprogramación total del proyecto, redefinición de prioridades».
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Lo que la pandemia del Corvid-19 y la psicosis babilónica multinacionalha puesto en evidencia es una realidad sumamente trágica. Muchos la veíamos ya desde antes; pero ahora se hace evidente para muchos otros.
Todo el mundo está pensando en cómo protegerse; nadie piensa en cómo convertirse.
Todos procuran huir de la muerte; nadie prepararse para ella.
Lo que pasa es que, más allá de las apariencias, ya no quedan, prácticamente, cristianos; de un gran número de sacerdotes y obispos, ni hablar… Lasciamo perdere, como se dice en italiano. Sea como sea, cristianos quedan pocos. Pocos tienen fe.
Y es esta tragedia de la falta de fe, cuya ausencia a escala mundial es la antesala segura de la segunda venida del Señor (Lc 18,8), lo que ha quedado de manifiesto a partir de estos acontecimientos.
La tragedia de la falta de fe en tantas personas resalta con evidencia solar a partir de aquello que inspira de manera directa y espontánea sus juicios prácticos, de carácter decisional. Lo único que los inspira es el miedo a la muerte. Y esto tampoco por temor al juicio divino, lo cual sería ya una auténtica fe inicial –puesto que «el inicio de la sabiduría es el temor del Señor» (Pr 9,10; cfr. Sir 1,14)–, sino simplemente porque son amadores de este mundo, amigos del mundo.
En efecto, no es la posibilidad de enfrentarse a lo que inexorablemente se enfrentarán lo que los aterra, sino la posibilidad de tener que dejar aquello que aman. No los atemoriza aquello a lo que se enfrentarían, porque para ellos, en realidad, no se trata de otra cosa que de una «realidad» etérea, fantasmagórica, sin peso ni consistencia efectiva alguna; por el contrario, aquello que aman, en primer lugar sus afectos, es decir, sus lazos humanos, y en segundo lugar las cosas que prefieren, o sea, sus gustos, sus placeres, sus afecciones, son para ellos algo sumamente consistente, son el centro en torno al cual hicieron gravitar sus vidas. El Dios mismo en quien, algunos, con los labios dicen creer entra en sus vidas como Pilato en el Credo, «de costadelli», solamente en función de garantizar aquello a lo cual ante todo aman: la permanencia de sus lazos afectivos.
El Cielo, para ellos, es el plan B. Y es que, a decir verdad, no les interesa. En todo caso, se trata de una hipótesis secundaria, una posibilidad lejana, una vaga teoría cuyo origen se desdibuja en la nebulosa de lejanas mitologías escuchadas distraídamente durante la niñez, carente de toda repercusión en la conducta y en la vida concreta, porque no es, ciertamente no lo es, el destino al queanhelan llegar, el fin que desean alcanzar. No. Sus deseos y sus anhelos más profundos están volcados sobre otras cosas, sobre cosas de este mundo. No consideran que sus vidas están escondidas en Cristo, porque no viven sus vidas como pertenencia de Cristo, porque no entienden ni quieren ni procuran entender que no se pertenecen, sino que le pertenecen a Cristo (cfr. Col 3,1-4). Son esos «católicos» que pueden recitar de memoria todos las formaciones de Boca y de River o de la Selección desde los años ’50 hasta nuestra fecha, pero que no pasan de Pedro si se les pide que elenquen la lista de los 12 apóstoles. No. Es que, en realidad, NO-LES-IN-TE-RE-SA-TRES-PE-PI-NOS. Ni los apóstoles, ni Jesucristo, ni el evangelio, ni la Iglesia.
Y es por eso que para la graaaan, graaaaaan, grandíííííííííísima mayoría de las personas de nuestro tiempo, incluso un enorme número de «cristianos», resulta inexplicable que Dios sea «tan malo». Entendámonos: Dios no es malo, en él no hay siquiera la más mínima sombra de mal, él es todo bondad, bondad infinita e inagotable, hasta tal punto que él es la fuente única de todo bien y que todo lo que sale de él es bueno. Dios no es malo, pero lo perciben como malo aquellos que, justamente porque aman a este mundo, se vuelven enemigos de Dios, y toman como criterio de bondad aquello que les gusta y les causa satisfacción y placer y no aquello que se ordena a Dios.
Dios no es referencia para los amadores de este mundo. Aunque lleven la etiqueta de «católicos». Incluso entre muchos «católicos», Dios es un simple convidado de piedra, un decorado exterior, un personaje imaginario que transcurre en paralelo con la vida, en la cual lo esencial y verdaderamente importante son los lazos afectivos con los seres queridos. Como lo único que para ellos tiene consistencia es el mundo, Dios, la Iglesia y el evangelio tienen que cambiar para adaptarse al mundo y a los tiempos: «¿Cómo van a pretender “convertir”! ¿Cómo van a pretender tener “la Verdad” absoluta! ¿Por qué no dejan que cada uno tenga las creencias que le parece, si una vale tanto como la otra y lo importante es no pelearse! ¿Cómo se permiten imponer una moral sexual, una moral social, una bioética! No. Que Dios la Iglesia y el evangelio me dejen vivir como me pinta, según lo que ya elegí y decidí, y que busquen la manera de cambiar su discurso para justificar mis opciones». Este tipo de discurso no es cosa exclusiva de personas ajenas a la Iglesia, sino que encuentra el consenso activo de muchos «católicos».
Es siempre la misma «forma» mental, siempre el mismo principio orientador, el mismo criterio; lo que cambia es la materia a la que se aplica: puede ser el celibato, la orientación sexual, la ideología de género, la admisión de los sodomitas al sacerdocio, la validez positiva o hasta la equivalencia de todas las religiones… lo que sea. Siempre el principio y el criterio de los amadores del mundo va a subordinar a su imperativo y a sus preferencias todo lo que pretendan decir Dios, el evangelio, la Iglesia.
Pero los amadores de este mundo son enemigos de Dios. Esto lo dice explícitamente la Biblia, en la que no creen los obispos y sacerdotes cuyas almas fueran infectadas por el virus «Modernismo 2.0» –muchísimo más grave que cualquier otro–, aunque se pasen todo el tiempo hablando de ella: «… ¿no sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, pues, que desee ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios» (οὐκ οἴδατε ὅτι ἡ φιλία τοῦ κόσμου ἔχθρα τοῦ θεοῦ ἐστιν; ὃς ἐὰν οὖν βουληθῇ φίλος εἶναι τοῦ κόσμου, ἐχθρὸς τοῦ θεοῦ καθίσταται –St 4,4).
P. Christian Ferraro14.03.20
De pluma ajena: De virus, de tragedias y de realidades últimas –o bien «De cuaresma y de metanóia»–
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Re: Angustia Coronavírica
Secretario del Papa advierte: la gente abandonará la Iglesia si la Iglesia les abandona en la epidemia
Por Carlos Esteban | 16 marzo, 2020
El padre Yoannis Lahzi Gaid, secretario del Papa Francisco, advierte en una carta revelada por Crux del peligro de que el pueblo de Dios perciba que la Iglesia les ha abandonado en este difícil tiempo de prueba y, a su vez, abandone la Iglesia para siempre.
“En la epidemia de miedo que estamos todos viviendo debido a la pandemia del coronavirus, corremos el riesgo de comportarnos más como mercenarios que como pastores”, advierte el padre Yoannis Lahzi Gaid, secretario personal de Francisco, en una carta fechada el 13 de marzo en la que urge a llevar los sacramentos a los fieles en este tiempo de necesidad, publica Crux.
“Creo que ciertamente la gente abandonará la Iglesia cuando esta pesadilla haya terminado, porque la Iglesia les ha abandonado cuando ellos estaban necesitados”, alerta Gaid.
Gaid, quien ha confirmado que la carta transmite sus pensamientos personales y que no está reflejando necesariamente los pensamientos del Pontífice, recuerda el episodio de la tradición en el que San Pedro, en medio de la persecución que sufre la naciente Iglesia bajo la tiranía de Nerón, se dispone a huir de Roma y en el camino se tropieza con Jesús, que le dice que va a la ciudad a ser de nuevo crucificado. Esta aparición mueve al primer Papa a rectificar y a volver para ser martirizado con sus hermanos.
“Humanamente hablando, Pedro tenía todo el derecho del mundo a huir para salvar su vida de la persecución y quizá establecer otras comunidades y otras iglesias”, dice la carta. “Pero en realidad estaba actuando según la lógica del mundo, como Satanás; es decir, pensando como los hombres y no como Dios”.
“Pensamos en todas las almas que tienen miedo y se quedan solas porque nosotros, sus pastores, seguimos instrucciones del poder secular, lo que está bien y es claramente necesario en este momento para evitar contagios”, dice. Pero añade que, al hacerlo, los sacerdotes corren el riesgo de “dar de lado las instrucciones divinas, lo que es un pecado”.
“Estamos pensando como los hombres, no como Dios”, insiste. “Estamos entre los asustados y no entre los médicos, enfermeras, voluntarios y padres de familia que están en primera línea de fuego”, se lamenta. Y aconseja, refiriéndose a los laicos, lo que ya ha afirmado el Papa: “Deben saber que pueden correr en cualquier momento y refugiarse en sus iglesias y parroquias y ser allí bien recibidos”, resaltando que la Iglesia debe ser el “número gratuito” al que puede llamar cualquiera “para hallar consuelo, para pedir confesión, para recibir la comunión, o para pedir oraciones por los seres queridos”.
Gaid urge a los sacerdotes a no permanecer como “espectadores” a medida que avanza la pandemia, sino a aumentar las visitas a los hogares, tomando las precauciones necesarias. “De otro modo, se estarán llevando a los hogares pizzas y hamburguesas pero no comunión para quienes la necesitan porque son ancianos o están enfermos. Supermercados, quioscos y estancos permanecerán abiertos, pero no las iglesias, recuerda. Y reconoce que esos servicios cubren necesidades materiales valiosas, “pero nosotros tenemos que hacer lo mismo por las almas”.
https://infovaticana.com/2020/03/16/...n-la-epidemia/
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Re: Angustia Coronavírica
¿Es la Conferencia Episcopal Española un organismo burocrático?
Coronavirus y clericalismo
P. Santiago Martín FM
Católicos ON LINE
La Conferencia Episcopal alemana ha celebrado esta semana su asamblea plenaria, en la que ha salido elegido, como era previsible, un obispo en la línea de la inmensa mayoría de los prelados que componen esa Conferencia.
Monseñor Batzing, obispo de Limburgo, quizá no sea tan radical como otros, pero se ha mostrado decidido a seguir adelante con el Sínodo y con la aplicación de lo que en él se apruebe. Veremos si consigue desactivar alguna de las propuestas más enfrentadas con la tradición, como la de la ordenación de mujeres o la aprobación de las relaciones homosexuales.
También en esta misma plenaria ha sido reelegido el secretario general, el P.Langendorfer, jesuita, que había renunciado y advertido que no quería seguir; le han vuelto a nombrar, advirtiendo eso sí que está de forma temporal hasta que encuentren un sustituto, que posiblemente será una sustituta, pues muchos desean que ese cargo lo ocupe una mujer.
Pero la atención del mundo y de la Iglesia no estaba esta semana puesta en Alemania, sino en la epidemia del coronavirus. Ya dije la semana pasada que en el norte de Italia se habían suprimido las misas para evitar el contagio, pero que los centros comerciales, el metro, los bares e incluso el museo de la catedral de Milán estaban abiertos.
Pues bien, ya se han producido los primeros conflictos. Varios sacerdotes han celebrado misa y la gente ha ido. Uno de ellos, que tenía dos misas en su parroquia, ha celebrado cinco para que la gente pudiera estar más distanciada entre sí; a pesar de eso, el obispado correspondiente le ha abierto una investigación acusándole de desobediencia; el cura no se ha callado y ha dicho que si le tienen que castigar que le castiguen pero que él no es un funcionario sino un sacerdote y tiene el deber de dar apoyo espiritual a sus fieles, precisamente cuando más lo necesitan.
En otro caso, ha sido la policía la que ha acudido a la iglesia durante la misa y ha evacuado el templo, llevando ante el juez al sacerdote que, por lo demás, cumplía las normas que ha impuesto el Gobierno italiano y que exigen que la gente esté separada entre sí un metro para evitar el contagio. Vuelvo a repetir: se está cayendo no sólo en el disparate sino también en la violación de los derechos de los fieles, que tienen el derecho a recibir los sacramentos, cumpliendo eso sí las medidas de precaución que determinan en cada caso las autoridades sanitarias.
Suprimir el acceso a los sacramentos, ¿no es un acto de clericalismo? ¿Ha pensado alguien el dolor que representa para muchas personas no poder comulgar? Se está abriendo la mano para que puedan comulgar personas que no pueden hacerlo y, en cambio, se priva de la comunión a quien tiene derecho a ello. Vuelvo a preguntar, ¿no es eso clericalismo? Hay que poner condiciones para evitar los contagios, pero es absurdo que puedas ir a un bar a tomarte un capuchino y no puedas ir al templo a rezar o a comulgar.
Menos mal que hay todavía obispos sensatos. Uno de ellos es monseñor Roland, obispo de Ars, la tierra de San Juan María Vianney, que ha publicado un aviso en la web de su diócesis diciendo que allí no se van a cerrar las iglesias ni a suprimir las misas.
Incluso ha añadido que cada uno podrá comulgar como quiera, en la boca o en la mano. “Me niego a ceder al pánico colectivo”, ha afirmado, señalando que más que temer a la epidemia del coronavirus habría que temer a la epidemia de miedo que a tantos está contagiando. Precaución y respeto a las normas sanitarias sí, pero histeria no. Y mucho menos violación de los derechos de los fieles a poder acudir ante el Sagrario, a nutrirse de la Eucaristía y a recibir el perdón de sus pecados.
Como dice monseñor Roland en su carta, en situaciones mucho más serias, en las grandes plagas, los cristianos se reunieron para hacer oración, para ayudar a los enfermos, asistir a los moribundos y enterrar a los muertos. Ni se apartaron de Dios ni se escondieron de sus semejantes. Quizá es porque tenían más fe en el poder de Dios y en la existencia de la vida eterna.
CON MI LUPA: Coronavirus y clericalismo
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Re: Angustia Coronavírica
Cabalgando el coronavirus
Mientras nos encontramos en los comienzos de lo que se prevé una larga cabalgata sobre el coronavirus, podemos ya ir recogiendo algunas conclusiones preliminares:
https://2.bp.blogspot.com/-wEUwbJw3g...0/21plague.jpg
1. Curiosamente y más allá de nuestras fantasías épicas, no es necesaria la llegada del Anticristo montado en un dragón escupiendo fuego y rodeado de una jauría de demonios aullando para desestabilizar al hombre y al mundo. Un virus con apenas el 5% de letalidad en el peor de los casos, es suficiente para hacerlo en apenas una semana. Somos mucho menos importantes de lo que pensamos, y el capitalismo globalizado es más frágil de lo que jamás se nos ocurrió suponer.
Los gobiernos progres que denunciaban cualquier intento de aislamiento de los países más pobres y tendían puentes y abrían tranqueras, ahora se están encerrando a cal y canto: ni bolivianos ni paraguayos podrán ingresar al país, y nadie dice nada, ni siquiera Página 12. Sería interesante proponerle a los defensores de la ideología de género que lanzaran una agresiva campaña dirigida a las personas mayores a fin de enseñarles cómo autopercibirse como niños de diez años. De ese modo, evitarían todo riesgo. La naturaleza se impone y, cuando lo hace, las ideologías se desmoronan en cuestión de horas.
2. Otra enseñanza que nos deja el virus está relacionada con un tema que hemos tratado en otras ocasiones: el hombre moderno ha abandonado la racionalizad y la sensatez, y se mueve y toma decisiones teniendo en cuenta solamente las emociones. Circuló por la web una carta escrita por el coordinador de geriátricos de alguna zona de España en la que en un tono lastimero pedía a los sacerdotes, en pocas palabras, que impidieran que las personas mayores asistieran a misa porque los residentes en geriátricos son las primeras víctimas del coronavirus, es decir, de la muerte. Quienes viven en geriátricos y las personas mayores son las primeras que morirán, querámoslo o no, con coranavirus o sin coronavirus. En condiciones normales, el ser humano tiene una tasa de mortalidad del 100%. ¿Es que es necesario recordar que la vida humana es finita y que a los ochenta o noventa años la muerte está irremediablemente cerca?
He visto el video de un sacerdote plañendo como una magdalena porque se contagió del coronavirus y porque ahora toda su casa, incluidas sus cortinas y su cama, están llenas del virus. Yo entiendo que las emociones son parte integrante de la naturaleza humana y no podemos prescindir de ellas, pero también sé que deben estar dominadas por la razón. ¡Habrase visto un pastor joven llorar frente a sus ovejas porque se agarró un gripe —que de eso no pasará en su caso— y porque los padres mayores de algunos feligreses están con coronavirus y probablemente mueran! After virtues, como dice McIntyre. Emotivismo puro. Tiene razón el Papa Francisco cuando habla de la peste del coronavirus y de la peste del miedo, y ésta es mucho más peligrosa que aquella. El miedo —que es una emoción—, desbocado puede llevar a situaciones mucho más graves que la que pueda provocarnos el bichito.
4. En el fondo, lo que le molesta al mundo y lo que le molesta a buena parte de los católicos es que el virus, y la naturaleza, no les obedezca. Nos malacostumbramos a dominar la naturaleza, y hacer del día noche, y del verano invierno con ayuda de nuestros artilugios tecnológicos. Lo que está sucediendo nos recuerda que, en realidad, somos incapaces de dominar siquiera a un microbio. Y nos viene bien recordarlo a todos, incluso a los que renegamos del mundo moderno y ansiamos, en la imaginación, vivir en tres acres de tierra con una vaca y cinco gallinas. Si aspiramos a ese retorno a la vida medieval, debemos aceptar también que aparezca un virus y se lleve en pocos días a los mayores y a los que no lo son tanto.
En el fondo mas profundo, vemos una enorme falta de humildad y la consecuente incapacidad para someternos a la voluntad divina, aceptando que cargamos sobre nuestras espaldas el pecado original y todas sus consecuencias, nos guste o no.
5. Y cuando todo pase, quedarán ruinas. La crisis económica, como señalan los especialistas y los que no los somos podemos percibirlo, será brutal. Veremos si el capitalismo planetario es capaz de recuperarse de las heridas que está sufriendo. Y esto significa, entre otras muchísimas cosas, que millones de personas perderán sus empleos, y ya no podrán pagar sus hipotecas por lo que perderán sus casas, e imaginemos todo lo que sigue.
Todos sabemos que un ambiente de catástrofe como el que se avecina es el momento propicio para la aparición de los grandes salvadores de la humanidad. Y me cuesta creer que a la humanidad actual le interese seguir a un líder cristiano, si es que este apareciera; la creo más propensa a seguir a Julián Felsenburgh, o a alguno de sus primos.
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6. La peste ha sido un medio privilegiado para comprobar la sinceridad de nuestros pastores. Corresponde destacar en primer lugar la actitud que tuvo ayer el Papa Francisco que se acercó a Santa María Maggiore a rezar a la Salus Populi Romani, y la imagen de su solitaria peregrinación por la vía del Corso para rezar ante el crucifico milagroso que se conserva en la iglesia de San Marcello, es reconfortante. Lo justo es justo.
Los episcopados, en cambio, han tenido una actitud indignante. En España, aunque el real decreto no prohibe los actos de culto —solamente indica que debe conservarse la distancia de un metro entre cada uno de los fieles—, la mayor parte de los obispos han prohibido las misas públicas. En Madrid, la única posibilidad de asistir a misa por estos días, es en la capilla de la Fraternidad San Pío X. Veremos qué pasa en Argentina con las disposiciones que tomó ayer el gobierno nacional. Sin embargo, importa destacar que, en al menos diez diócesis españolas, la misa se sigue celebrando con asistencia de fieles, y algunos obispos, como el de Jerez, están ofreciendo una mirada sobrenatural de la situación.
Y aquí cabe otra reflexión. En situaciones como estas, es necesario ser racionales y juiciosos, y evitar fundamentalismos. Nadie puede poner en duda que la distribución de la comunión en la boca es un fuente próxima de contagio. La opción, dice la mayoría, es comulgar en la mano. Para mí, esa no es una opción. Lo es, en cambio, no comulgar. Ya lo dije en otro post. Aunque nos cueste aceptarlo porque desde hace algunas décadas así se impuso, se pude ir a misa y no comulgar. Es lo que hicieron todos los católicos durante mas de mil quinientos años. La obligación es comulgar una vez al año, por Pascua de Resurrección. No es necesario comulgar diariamente, ni semanalmente, ni siquiera mensualmente. Si estamos en gracia, podemos recurrir a la comunión espiritual, que no es lo mismo que comunión sacramental, pero fue siempre recomendada por todos los santos y doctores. Y mal no nos va a venir privarnos durante algún tiempo de la Sagrada Eucaristía pues, como todo, hará que cuando retornemos a ella, más la valoremos.
The Wanderer: Cabalgando el coronavirus
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Re: Angustia Coronavírica
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Mi opinión
Mi opinión (pensamientos en general, no dirigido a nadie en particular de forma personal; en todo caso a los foreros en general): "Hace mucho que la ciencia abandonó su cometido natural --el conocimiento de la naturaleza-- para convertirse en una idolatría que expulsa la fe religiosa al lazareto de las supersticiones, brindando explicaciones "científicas" (en realidad, completamente supersticiosas) a lo que antaño se consideraban realidades sobrenaturales." La (((ciencia moderna))) es una farsa total, todo (de cabo a rabo). No toda la ciencia fue falsa, hubo ciencia legítima durante algún tiempo, principalmente durante la Edad de Oro de la Iglesia, mal llamada "Edad Media" (¿"media" con respecto a qué?, ¿a la época en qué nos encontramos ahora? ¿no ven lo huevones que son los "científicos"?). ¡Qué arda el brujo Giordano Bruno, por toda la eternidad en el infierno! "(...) la idolatría científica niega la existencia del alma o del acto creador de Dios". Niegan, pero en el fondo saben que son ciertas. El "ateísmo" es un FRAUDE. No existe como tal. "(...) hay científicos capullos que "saben" que el alma no existe o que Dios no creó el mundo, pero en cambio no saben cómo matar el bichito de la caries." Jajaja... Los "científicos" son unos ignorantes. Así de sencillo: las universidades actuales sólo forman borrego-progres adoctrinados, con el cerebro podrido de marxismo cultural. "¡Si la ciencia no puede procurarnos una cura, al menos debe procurarnos una muerte dulce que nos libere de la angustia!" Que no se preocupen los borregos de la Sinagoga, que (((ellos))) ya desarrollaron una vacuna "salvadora" en su país. "El coronavirus, también conocido como COVID-19 y cuyo origen desconocemos, así como los verdaderos datos en cuanto a su difusión y posibles consecuencias, está envuelto en un halo de misterio." Eso, suponiendo que exista el Covid-19, suponiendo que existan los coronavirus, y suponiendo que existan los supuestos virus... ya que los mismos no se pueden ver en microscopios ópticos, sino en "electrónicos"... Mmm... ¡Qué conveniente! "¿Guarda alguna relación la propagación del coronavirus con la visión del Tercer Secreto?" No. Verán que no. El coronavirus es sólo un fraude. Con el miedo y la estupidez, ya han manipulado a la mayoría. No necesitaron ni siquiera de una enfermedad real. "En todo caso, la exhortación a la penitencia sigue siendo el remedio primordial que nos garantiza la salvación, tanto en el tiempo como en la eternidad." Sin dudas. Totalmente. "Fue precisamente el 11 de febrero de 2013, festividad de la Virgen de Lourdes, cuando Benedicto XVI renunció al pontificado." ¿Papa? Jaja... Los fieles seguidores de Lafiebre (no de Cristo) siguen creyendo en sus "Papas" herejes... En fin. Quédense con su oxímoron de "Papa hereje". "Hoy en día prohíben las misas en las regiones afectadas de Italia." ¿Qué "misas"? ¿Las del Vaticano II (Novus Ordo) o la de los curas herejes seguidores de Lafiebre y el indiferentismo religioso (alias "bautismo de deseo")? Hace añales que no hay más misas... Si alguien conoce un sacerdote católico de verdad, que me avise, por favor. "Mientras se propagaba la epidemia, el arzobispo ordenó tres procesiones generales, que tendrían lugar los días 3, 5 y 6 de octubre en Milán a fin de aplacar la ira de Dios." Otra enésima prueba a mi favor. La Iglesia Católica ordenaba procesiones, la Secta de la Vaticueva 2, ordena cerrar templos religiosos. ¡Qué diferencia! ¡Abismal diferencia! "(...)un castigo, pero también una ocasión de purificarse y convertirse." Tomen nota señores lefebvristas. Tomen nota. Aprovechen, ¡es Cuaresma! "Comunicado de prensa de Monseñor Pascal Roland, obispo de Ars-Belley (...) Porque un cristiano no teme a la muerte. (...) Siguiendo a su Maestro y Señor crucificado, el cristiano aprende a entregarse generosamente al servicio de sus hermanos más frágiles, con miras a la vida eterna. (...) Como diría el Papa Francisco: ¡no os dejéis robar la esperanza!" Lo que escribe con la mano, lo borra con el codo. ¿Bergoglio Papa? ¿Otro Papa hereje? ¡Por favor! Quédense a rezar junto con los protestantes, "hermanos mayores" judíos, cismáticos orientales, herejes de todo tipo, musulmanes y budistas... Yo no estoy en comunión con el Vaticano II, ni sigo el absurdo de los lefebvristas que se resume en: "Sí hay Papa, pero no hay que obdecerle". ¡Patético! ¡Actitud cismática y patética! Sí, sí. No, no. Los tibios serán vomitados. "El Arzobispado de Madrid pide no besar al Jesús de Medinaceli debido al coronavirus" Ponen una noticia de un obispo que dice una cosa y luego, de otro, que dice todo lo contrario. Les presento la Secta del Vaticano II, ¡la religión de las contradicciones permanentes! Se dicen "católicos", pero andan a los abrazos con los protestantes, musulmanes y judíos. Como JP2, ¡besando el Corán! "¿Sería posible que Cristo hiciera algo tan canallesco a sus fieles? Pues para el arzobispado, a lo que se ve, Cristo podría hacer jugarretas: mejor, no nos fiemos, vienen a decir." Bueno, pero recuerda que "No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos." (Mt7,21) ¿En serio crees que los del CV2 o lefebvristas hacen la voluntad del Padre? Le recuerdo que tanto el CV2 como los lefebvristas y gran parte de los sedevacantistas (no todos, claro), creen en el indiferentismo religioso disfrazado de "bautismo de deseo": o sea, se "salvan moros, judíos, protestantes, paganos, incrédulos", da igual. En eso creen todos, los que siguen al Anticristo. "Respondiendo Jesús, les dijo: En verdad os digo que si tenéis fe y no dudáis, no solo haréis lo de la higuera, sino que aun si decís a este monte: «Quítate y échate al mar», así sucederá. Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis." Así es. Pidan la bendición de ser convertidos al catolicismo auténtico. No al del Vaticano II ni los insensatos y contradictorios lefebvristas. "Stanislaw Gadecki ha propuesto incrementar el número de misas dominicales para evitar aglomeraciones". ¿Misas o servicios protestantes del Vaticano II? "Omella aconseja a los fieles que vean la misa por la tele." ¿Misa por tv? ¿Y cómo reciben la eucaristía? ¿Por repartidor? ¿Vía teletransportación? "Todo el mundo está pensando en cómo protegerse; nadie piensa en cómo convertirse." Bueno... ¡A convertirse! "Todos procuran huir de la muerte; nadie prepararse para ella." Hay tiempo todavía. ¡Aprovechémoslo! "Pocos tienen fe". Y mucho menos obras... "(...) por el contrario, aquello que aman, en primer lugar sus afectos, es decir, sus lazos humanos". Aquí es donde quería llegar, precisamente. ¡¡¡La Providencia Divina es infalible!!! Yo lo que he notado es que, la gran mayoría de los dizques "cristianos" son protestantes, por ende, no son cristianos cosa ninguna; luego, la gran mayoría de los dizques "cristianos católicos", son en verdad seguidores del Vaticano II, la religión falsa que tolera protestantes, cismáticos, herejes de todo tipo, y hasta judíos, musulmanes y paganos de los más variopintos. Todos se "salvan", según el Lumen Gentium y demás documentos doctrinarios del Vaticano II. Todos se "salvan" por el "bautismo de deseo" o la "ignorancia invencible", que traducido al español llano es ni más ni menos que INDIFERENTISMO RELIGIOSO. "La tolerancia igualitaria de todas las religiones es lo mismo que el ateísmo", Papa León XIII; o sea, repito, INDIFERENTISMO RELIGIOSO, lo que significa que cualquiera puede salvarse por cualquier religión. Así, la gran mayoría de los que se dicen "católicos tradicionalistas" son cismáticos lefebvristas (los que tienen la postura contradictoria de que "sí hay Papa en Roma, pero no hay que obedecerle, porque es un viejo choto que sólo dice pavadas"...). Luego, la gran mayoría de los que se dicen "católicos sedevacantistas" caen en el "bautismo de deseo", que es una falacia del hombre de paja, para encubrir su verdadera creencia: el INDIFERENTISMO RELIGIOSO. Es decir, que por "bautismo de deseo" (y no importa que los santos sólo se hubieran referido, y erróneamente, a los catecúmenos) y por "ignorancia invencible", todo el mundo puede salvarse, incluyendo los peores enemigos de la Iglesia como judíos, musulmanes, herejes... Total, y ¿cuál es la razón de fondo de todo esto? ¿Por qué la mayoría de los que se dicen "cristianos católicos" abrazan la herejía más depravada de todos los tiempos que es el "bautismo de deseo"/"salvación por ignorancia invencible" (léase INDIFERENTISMO RELIGIOSO)? Porque así, ¡salvan a su pariente! Conclusión: PONEN SU AFECTO HUMANO POR ENCIMA DE SU AMOR HACIA DIOS. ¡Guau! ¿Esos son los que se dicen católicos? Que cada uno lea este mensaje y reflexione por su cuenta, de si realmente están siendo cristianos de verdad, o están creyendo en "deseos" e "ignorancias invencibles", con tal de tener la ILUSIÓN de salvar a sus queridos PARIENTES (hermanos, padres, cónyuges, primos, amigos, etcétera). No, no, no, señores. La salvación es indiviudal, no colectiva. Que cada uno reflexione y se enfrente a su propia consciencia. "(...)y en segundo lugar las cosas que prefieren, o sea, sus gustos, sus placeres, sus afecciones, son para ellos algo sumamente consistente, son el centro en torno al cual hicieron gravitar sus vidas." Ah, pero hedonistas paganos nunca pueden ser considerados cristianos... Y ¿ustedes quieren salvarse a ustedes mismos, o prefieren tener la ILUSIÓN de "salvar" a sus queridos parientes? ¿A quién aman más: a Dios o a los familiares y amigos? "El Cielo, para ellos, es el plan B. Y es que, a decir verdad, no les interesa." El plan B en todo caso, debería ser el Purgatorio... Tengan en cuenta esta estadística dada por los santos y los Padres de la Iglesia: "Pocos son los que se salvan"... "La mayoría se condenan". Si eso era así en la Edad Dorada de la Iglesia, ¡imagínense ahora!, en los albores del Apocalipsis. "Cualquiera, pues, que desee ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios". Tal cual. Para enmarcarlo en la pared del hogar. "“Creo que ciertamente la gente abandonará la Iglesia cuando esta pesadilla haya terminado, porque la Iglesia les ha abandonado cuando ellos estaban necesitados”" La gente abandonó la Iglesia Católica y abrazó masivamente el Vaticano II (y sus alrededores: protestantismo, paganismo y demás). Pero la Iglesia Católica NUNCA abandonó a sus fieles. Aunque ahora no tengamos Papas, nos tenemos los unos a los otros como hermanos, y sobre todo a Dios como nuestro Padre. "Veremos si consigue desactivar alguna de las propuestas más enfrentadas con la tradición, como la de la ordenación de mujeres o la aprobación de las relaciones homosexuales." ¿No ven que eso jamás sería aceptado por la Iglesia Católica VERDADERA? El Vaticano II, ya lo está aceptando. "No soy quién para juzgar", dice vuestro "Papa"... "Incluso ha añadido que cada uno podrá comulgar como quiera, en la boca o en la mano." ¿Comulgar en la mano??? WTF??? ¿Tiene sus ojos tan ciegos que no ven que eso es diabólico? "(...)el capitalismo globalizado". ¿Capitalismo? ¿Dónde? ¡El mundo está devorado por el COMUNISMO! ("Democracia" es eufemismo para socialismo). "(...) el hombre moderno ha abandonado la racionalidad y la sensatez, y se mueve y toma decisiones teniendo en cuenta solamente las emociones." La mujer nunca fue sensata ni racional; el hombre varón sin embargo, se ha afeminado en la "modernidad". Por eso es que abandonaron la racionalidad y la sensatez. Quedaron como mujeres y las mujeres son como niños. "Yo entiendo que las emociones son parte integrante de la naturaleza humana y no podemos prescindir de ellas, pero también sé que deben estar dominadas por la razón." Desde la "Ilustración" se cambió la razón verdadera de la Religión, por la "razón" falsa y emotiva de la (((Ciencia))). "Nos malacostumbramos a dominar la naturaleza, y hacer del día noche, y del verano invierno con ayuda de nuestros artilugios tecnológicos." Corrección: con la ILUSIÓN de que dominamos la naturaleza. En realidad, jamás lo hicimos... ¡Dios es Todopoderoso! No hay nada que suceda, sin su permiso. "Y cuando todo pase, quedarán ruinas. La crisis económica, como señalan los especialistas y los que no los somos podemos percibirlo, será brutal." Sí, y todo por un SUPUESTO virus... "Veremos si el capitalismo planetario es capaz de recuperarse de las heridas que está sufriendo". Capitalismo no; lo que hay en el mundo es comunismo puro, estatismo por todas partes. ¿En qué país del mundo hay libre mercado? (capitalismo) ¿Qué queda ya que no sea controlado por el "todopoderoso señor" Estado? Miren Europa, con su Unión Europea... ¡Comunismo progresista a más no poder! Estos días están demostrando este hecho que estoy diciendo: el Estado lo controla todo, todo el mercado, todo lo que la gente puede comprar y vender; la libertad de circulación y de reunión, hoy en día están siendo cercenadas, y todo... por un supuesto "virus"... "Y esto significa, entre otras muchísimas cosas, que millones de personas perderán sus empleos, y ya no podrán pagar sus hipotecas por lo que perderán sus casas, e imaginemos todo lo que sigue." Exacto. Es lo que quieren. Que de una vez por todas, todo el control absoluto pase al señor Estado. "Todos sabemos que un ambiente de catástrofe como el que se avecina es el momento propicio para la aparición de los grandes salvadores de la humanidad." Ahí es que viene el Anticristo... Y lo más triste: muchos de este foro, le van a creer, porque el pilar religioso de la fe del Anticristo, es el indiferentismo religioso (la farsa de la "salvación universal"). ¡El Anticristo les dirá que va a salvar a todos sus queridos parientes no-cristianos! Reitero: ¿A quién aman más?: ¿A Dios o a sus parientes? "La peste ha sido un medio privilegiado para comprobar la sinceridad de nuestros pastores. (...)Los episcopados, en cambio, han tenido una actitud indignante." Eee... ¿No ven la flagrante contradicción? Les dicen a los curas: "háganse los buenos, háganse pasar por cristianos de verdad", mientras a los obispos les ordenan cerrar las supuestas "misas", y el Pseudopapa Bergoglio sigue con su circo. ¿Sabían que Bergoglio ya negó la divinidad de Cristo? (siendo "Papa"). "En Madrid, la única posibilidad de asistir a misa por estos días, es en la capilla de la Fraternidad San Pío X." Jajaja... En fin. Me hicieron reír. "En situaciones como estas, es necesario ser racionales y juiciosos, y evitar fundamentalismos." ¿Evitar fundamentalismos? ¿Saben qué es el fundamentalismo? ¿Saben que el fundamentalismo cristiano se llama integrismo y que es ni más ni menos que tener la fe íntegra? ¿Confiesan ustedes que no son integristas? Si es así, queda todo dicho. "La obligación es comulgar una vez al año, por Pascua de Resurrección." Sí, pero cuando hay Papas o al menos sacerdotes católicos... Yo no conozco a ninguno. Sólo a herejes que creen en el indiferentismo religioso. Infelizmente, no podemos tener ese sacramento, hoy en día.
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Re: Mi opinión
¿Está Tamerlán a las puertas?
Por
Roberto de Mattei -
19/03/2020
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Tal vez el personaje más terrible del siglo XIV fuera Tamerlán, el feroz e implacable conquistador conocido como el terror del mundo, que arrasó Asia desde Siria y Turquía hasta los confines de la China, Moscú y Delhi. Provenía de una tribu turco-mongola de Uzbekistán, y se proclamó heredero y continuador de Gengis Kan. Está sepultado en Samarcanda, capital de su imperio, en plena Ruta de la Seda, antigua vía comercial que conectaba China con el Mediterráneo.
Según narra el historiador Paolo Giovio en su Elogia virorum bellica virtute illustrium (Petri Pernae Typhographi, 1575, pp. 105-106), cuando Tarmelán sometía a asedio una ciudad hacía desplegar durante los primeros días una bandera blanca para hacer ver que si todos se entregaban les perdonaría la vida. En caso contrario, durante los días sucesivos hacía ondear una bandera roja que significaba la muerte, no de todos los habitantes de la ciudad, sino de los jefes y los soldados. Si la ciudad se negaba obstinadamente a rendirse, Tamerlán daba órdenes de desplegar la bandera negra en señal de exterminio total sin distinguir entre culpables e inocentes, y pasaba a hierro y fuego a toda la población.
La epidemia del coronavirus que se ha propagado por el mundo en el curso de escasas semanas evoca la bandera blanca de Tamerlán. Pareciera ser el primer aviso de un temible castigo que se cierne sobre la humanidad, y que todavía podría evitarse. Los expertos estudian las cifras y hacen muy diversas conjeturas. La curva de la epidemia puede disminuir o agrandarse. Pasado el verano, el virus se manifestará según algunos de forma más mitigada, o según otros de modo más violento, como la gripe de 1918. Nadie está en situación de preverlo. Con todo, ya se entrevé el panorama que nos aguarda. La economía mundial se desploma mientras, como escribió Massimo Giannini en La Reppublica este 17 de marzo, «la Europa de las Luces y de los padres fundadores de Ventotene*, justa, libre y solidaria, es derrotada por un enemigo invisible e inasible». «Estamos en guerra», ha repetido hasta seis veces el presidente francés Emmanuel Macron, convocando a las armas contra «un enemigo invisible e inasible que nos ataca» (Le Monde, 16 de marzo de 2020).
La debacle económica mundial la reconocen con preocupación todos los observadores. Según Federico Fubini, «el desplome en picado de los mercados indica que el Covid-19 trae consigo una recesión mundial»(Corriere della sera, 17 de marzo). Por su parte, Federico Rampini escribe en La Reppublica de la misma fecha: «La banca central más poderosa del mundo está impotente. Las medidas extremas de la Reserva Federal para contener el pánico bursátil han caído en saco roto. La economía mundial se desmorona. Nos espera una violenta recesión».
¿Nos hallamos en vísperas de un crac económico? Suponiendo que en algún país europeo la crisis del sistema de salud estuviese relacionado con el colapso de la Eurozona, ¿cuáles serían las consecuencias en las ciudades europeas? Lo que pueda suceder en los próximos meses es inquietante. Parece que hubiera llegado la hora de lo que Stefan Zweig (1881-1942) llama momentos estelares de la humanidad, «horas saturadas de potencialidad dramática y preñadas de fatalidad», en las que «una avalancha incontenible de sucesos se concentra en un brevísimo lapso de tiempo, como la electricidad de toda la atmósfera en la punta del pararrayos» (Momentos estelares de la humanidad).
Dios es paciente y siempre advierte antes de infligir sus castigos definitivos. Diríase que el coronavirus es una amonestación de la Divina Providencia para que humanidad se haga consciente de sus errores. Ha llegado la hora del arrepentimiento para los pecados del mundo, porque pecando colectivamente nos hemos hecho acreedores a castigos públicos como epidemias, hambres y guerras, que podrían sucederse con gran celeridad. Dios es infinitamente misericordioso, pero la misericordia está condicionada al reconocimiento del pecado y la petición de perdón. Seguirán otros avisos dolorosos, y después ondeará la bandera negra de Tamerlán.
*Ventotene: Isla italiana que sirvió de colonia penal desde finales del siglo XVIII y en la que se recluía a presos políticos y a condenados a cadena perpetua. Durante el fascismo estuvieron internados allí numerosos opositores al régimen, algunos de los cuales redactaron durante la Segunda Guerra Mundial un manifiesto en el que pedían la unión de todos los países del continente, el cual inspiró el proceso de integración que culminó en la Unión Europea.
https://adelantelafe.com/esta-tamerlan-a-las-puertas/
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Re: Mi opinión
Las reacciones virósicas
Por
Antonio Caponnetto -
18/03/2020
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Todo parece haberse dicho ya sobre el Coronavirus, por representantes de distintas ramas del saber. Desde la epidemiología hasta la geopolítica; desde la teología hasta la estrategia; desde la literatura hasta la metahistoria. Se han dicho cosas con apropiado sentido del humor, y otras con necesaria y legítima solemnidad.
Quisiéramos acotar un par deshilvanado de comentarios, no sobre el virus en sí, sino sobre las reacciones que está suscitando.
Hay una primera reacción que es la del Poder Político. Impresiona la facilidad con que el Estado se ha autoerigido en una maquinaria de control despótico, coactivo,represor y fiscalizador; amo y señor de nuestras casas, de nuestras vidas privadas y públicas, de nuestros movimientos, desplazamientos y aún de nuestros actos domésticos. Con el agravante de que ese Estado Guardián –que adoptaría tales actitudes orwelianas para protegernos- está en las mismas manos de aquellos a quienes bien tenemos calados como crápulas y homicidas de todo jaez.
De pronto, los sempiternos enamorados de la democracia, no sólo aceptan esta estatolatría feral e invasiva, sino que cooperan con ella, convirtiéndose en denunciantes seriales de los presuntos infractores a las medidas de Leviatán. La calificación de “policíaco” que podría hacérsele hoy a este monstruoso aparato de coerción y de cercenamiento, corre el riesgo de no hacer justicia a la policía. En rigor es un Estado Omnívoro, que engulle cuanto le parece que está en consonancia con el pantagruélico festín del Poder Mundial. Esta primera reacción que apuntamos, se funda en observaciones concretas de lo que estamos viviendo en nuestro país. Pero no cuesta extender el juicio al resto de las naciones.
Una segunda reacción pasible de ser observada, es la de la Iglesia. Ha habido excepciones;las hay. Creemos conocerlas y declararlas plausibles y edificantes. Nos referimos a las reacciones sobrenaturalizantes, austeramente piadosas, tradicionalmente devotas, claramente inscriptas en lo que siempre se dio en llamar Abandono a la Divina Providencia. Ruegos, letanías, himnos, conjuros, testimonios edificantes de Fe, que la adversidad acrece y suele fomentar entre los justos.
Pero la reacción eclesial prevalente es tan vergonzosa cuanto ruin. Y es sendas cosas, y tantas otras de peor catadura, en tanto se ha acoplado a Leviatán para no contradecir sus tiránicas disposiciones. Cierre de templos, suspensión de oficios,anulación de celebraciones, abolición de preceptos obligatorios,manipulaciones de los sacramentos, ausencia de actos de arrojo, temor servil, y una escalofriante conducta de dóciles empleados públicos en los prelados y en las jerarquías, que torna patente una vez más lo que muchos ya sabemos:la Barca hace agua, la cizaña estruja y constriñe al trigo, la añadidura se cotiza mejor que el Reino de Dios y Su Justicia.
Si tan desacralizante e inmanentista reacción guarda algún vínculo directo con la presencia de Bergoglio en la silla petrina, es algo que parece lícito deducir, o al menos imposible de descartar. El precitado pastor argento -en siete años que ya suman un número intranquilizante para los dilucidadores de símbolos- no ha dejado un solo día de su gestión de conculcar y de injuriar a la Fe Católica, prestando a la par servicios impensados a sus peores enemigos. Que el Padre pueda complacerse ante este camandulero, como lo hiciera con su “Hijo Único” en las riberas del Jordán, sería osado suponerlo. Todo indica que se nos pide, cuanto menos, a quienes buscamos la fidelidad, estar de centinelas sin relevos ante las acechanzas dolorosas y constantes de este timonel felón.
Una tercera reacción observable es la del común de la gente. Salvo también las consabidas excepciones, lo que se enseñorea es el comportamiento arrebañado, masificante, sumiso y aturdido por el pánico. Un pavor que todo lo noble inmoviliza y todo lo señorial anula y todo lo hidalgo cercena. Parece cumplirse la sentencia que asentó David Riesman en “La multitud solitaria”. No habrá ya un hombre dirigido por la Tradición, al modo medieval. Tampoco otro autodirigido, como soñaron ciertos capitostes renacentistas. Apenas si nos han dejado un <hombre heterodirigido>. Doblemente. Desde un “afuera” que es lo más superficial y banal en él; y desde otro “afuera”, que son los medios masivos de comunicación, cada vez más infernalmente patentes e inmiscuidores.
Si no fuera meterse literalmente en camisa de once varas –y no estamos ni con ánimo ni con ciencia para ello- diríamos que ninguna de estas tres reacciones se comprenden bien sin la lectura del Libro del Apocalipsis.
No tema el lector que no incurriremos en la tentación de convertirnos en apocaletas, siquiera fugazmente. Pero es imposible, para quien haya recibido las lecciones del Catecismo –y es este el punto,no más, en que nosotros nos hallamos- no ver en aquellas tres reacciones mencionadas manifestaciones anticrísticas. Nos expliquemos mejor: manifestaciones que concuerdan con las que retrata San Juan que tendrán cabida cada vez que el Anticristo se manifieste. Verbigracia: un dominio planetario que aherroja todas las voluntades, una adulteración funestísima de la Religión y un enfriamiento de la caridad, a causa de la iniquidad. Sólo por mencionar lo básico, pues ya dijimos y volvemos a subrayarlo:hablamos en esto con la simpleza de quien sólo recibió la catequésis parroquial.
Nos han impresionado al respecto algunos casos concretos. El de aquellos que han muerto en cuarentena, aislados, sin la despedida de sus familiares, sin los auxilios sacramentales, y a quienes por todo consuelo, el Estado entregó a los deudos una bolsa con cenizas. Si la caridad no estuviese helada hasta convertirse en una cuajadura amortajante, tamaño desamor hubiera hecho plañir hasta a los corazones más pétreos. Se aceptó sin embargo la medida en nombre del sanitarismo y del cuidado ecológico del planeta.¿Es que a nadie parece importarle que estaticen nuestras vidas y nuestras muertes, como se pueden estatizar los servicios públicos? ¿Es que a nadie le importan los Novísimos? ¿Es que no hay un pastor con su cayado que salga a ofrecer a los moribundos la Unción Extrema, recorriendo si fuera menester las zonas más presuntamente riesgosas? ¿Es que el hombre, al fin, cada uno de nosotros, está pendiente en serio de las últimas noticias pero no de la Última Noticia?
Por eso decíamos y decimos: estas reacciones que estamos constatando llevan un sello Anticrístico. Afirmación que no pretende inscribirse de ninguna manera entre las muchas de los aprendices de aparicionistas, videntes particulares, depositarios de revelaciones privadas o peritos del “día y la hora”. Lo único que nos mueve a hilvanar estas reflexiones es el deseo propio y el del prójimo cercano de sobrenaturalizar nuestra mirada. Y de hacer de las reacciones propias, con el auxilio de la gracia, y a pesar de las vulnerabilidades que nos laceran, otros tantos ejemplos de conductas dóciles a la la Palabra Revelada.
Que no pasen los jinetes, y estemos pendientes del facebook. Que no se manifiesten los signos anunciados y sigamos inmersos en la terrible parodia urdida por las redes. Que el estrépito de los titulares periodísticos que cambian a cada segundo, no silencie el retumbar de los cascos anclados en la eternidad. Que si la Cabalgata Postrimera –si se avecina, si adviene, o siquiera presintiéramos pasar frente al umbral de nuestras casas- sepamos guardar sacramental compostura.
Las estriberas firmes, los faldones lustrosos,
los potros se encaminan,
sus jinetes son diestros.
Van refundando vías tras sus cascos de plata,
uno marcha invisible.
El ruano se cubría con las crines la sangre,
memoria de una herida
que aún no había sangrado.
La batalla vendría como en un alfabeto
con su alfa y su omega.
Trote lento el del bayo con las bastes de paja
sobre las ancas grises
sin herrar todavía.
Uno marcha invisible,pero al sol de la tarde
se escucha un son de avíos
o de espuelas marciales.
Trote lento el del bayo ni la noche lo apura,
tiene el paso de un siglo.
Testuz baja va el pardo con destino de sombra,
de fogón vespertino
bajo lluvia de enero.
A veces su ambladura acompaña el paisaje
y el montador descansa.
El tordillo es un bronce que nadie ha sojuzgado,
le esquiva a la barbada,
y es deshonra las riendas.
Un domador se atreve a la cruz de su lomo,
las cabriolas se rinden.
Soltado de un palenque más arriba del Norte,
por encima del suelo,
corvetas y acrobacias,
un alazán de oro lleva una Dama a grupas,
la tierra se arrodilla.
Pierde su veladura el jinete invisible,
su nombre era Tabor
y no hicimos tres tiendas.
https://adelantelafe.com/las-reacciones-virosicas/
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Re: Mi opinión
El gran rebaño
por Eduardo Allegri
Con la autoridad que me han conferido los organismos internacionales como persona de riesgo, por mi edad entre otros defectos, digo, solamente por ahora, lo que sigue y a quien corresponda:
No me importa en lo más mínimo el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave y su secuela de la enfermedad del coronavirus 19.
https://2.bp.blogspot.com/-P8VqyWjYG...25CC%2583o.jpg
No me interesa como noticia, no me interesa como histeria, no me interesa como tema de conversación, no me interesa particularmente como causal de muerte, no me interesa como terror pánico.
Dos cosas inmediatamente me interesan ahora:
1. Pase lo que pasare, incluyendo el valor simbólico que pueda tener el bicho y la situación que pueda generar en la salud, hay algo que ha pasado y está pasando de cierto. Si es intencional o no, me importa poco. Hay quienes pueden tomar nota del dato inédito y hacer con eso lo que peor les plazca: porque el dato está y es un hecho.
En muy poco tiempo se ha producido un fenómeno de disciplina social global como los hombres no vieron en toda su historia conocida. Disciplina social significa, ni más ni menos, una vía de una sola mano: órdenes y más órdenes de disciplina social, lo que todos tienen que hacer. Y crece cada día y no conozco, al menos un servidor, cuándo terminará si es que llega a terminar. De la otra parte, acoquinados por la histeria y el terror, los hombres se mueven como un cardumen, como una majada, al unísono. Han suspendido el juicio, la conciencia, el sentido común. Y lo están oblando en el altar de la disciplina global.
Esto terminará como fuere a terminar.
Pero el dato está. Un laboratorio cósmico, descomunal, de disciplina social como nunca se vio.
Los que pueden y quieren sacar conclusiones y más, datos muy precisos, de cómo se ha comportado la humanidad llamada a moverse al unísono al son de un silbato mundial, tienen ya y tendrán todavía más material de sobra. Plata no les falta, poder tampoco, ganas de poder, menos.
No hay conspiración alguna en lo que digo: el dato es el dato, el hecho es el hecho. Y he dicho que no me importa si esto que ocurre es a designio o salió de chiripa.
Pero el cardumen está. Sabrá quien se relama por manejar redes lo que podría hacer con eso.
2. Besos, abrazos, mates criollos y otros lazos entre las gentes son lo que son. Y hasta algunos de esos lazos pueden ser sobreactuados, modistos, estúpidos. Y cosas peores, como lijas de arquetipos, como en el caso del besuqueo masculino de estos últimos años en las pampas, a mi sabor.
Todos esos lazos y otros que no nombré, no son necesariamente signos del amor y menos de la caridad. Son lo que son. A veces un mismo signo puede significar significados distintos. Así son los signos.
Pero la disciplina de la que hablé ha llegado lo suficientemente lejos como para desabotonar a los hombres y a las mujeres, desabrocharlos a todos de todos, en una ablación de cuerpos o de cercanías, en una constante sospecha de lo que sea respecto del otro, separación, apartamiento, amputación, lejanías. Por edades, por procedencias, porque sí. Un estornudo espanta, una tos demuele el edificio de las amistades, un poco de fiebre condena al ostracismo.
Pero dicen los médicos que la cuarentena... Sí, claro.
¿Y los que no están enfermos ni contaminados, ni cerca de estarlo? (En algún momento habrá que hablar del "y si te toca, ¿qué?" y de alguito más serio todavía.)
Sobre más de 7 mil setecientos millones de humanos en el globo, hay, a la hora de este escrito (cambia segundo a segundo): 155.371 casos confirmados oficialmente, 5.802 muertos, 72.590 que sanaron.
Así las cosas, aunque el 0,0020% ha sido afectado directamente por la situación, el 99,9979% de los humanos del planeta, casas más casas menos, tiende a moverse en majada y cardumen, pero no juntos, sino separados, aislados, lejos uno del otro. Ni beso, ni abrazo, ni mano, ni cerca, ni mate, ni nada.
No es exactamente a esto a lo que se refiere ese pasaje del evangelio de san Mateo (24, 12). que dice aquello de que "al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará."
Pero tampoco me parece amañado suponer que este aislamiento cósmico no será despreciado, como antecedente, si alguna vez a algún pelafustán se le despierta el apetito de conducir a la majada, toda junta pero todos separados, no como un buen pastor precisamente.
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Re: Mi opinión
Menudo argumentario: rebaño, cardumen..., pero veamos porque pese a las apariencias no da para mucho.
No me importa en lo más mínimo el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave y su secuela de la enfermedad del coronavirus 19.
A mi tampoco, claro, porque no soy investigador biológico, ni especialista en virología, ni me paga gobierno alguno para inventarme engendros semejantes. Pero sí que me importa por loos efectos que ha causado, causa y va a causar, en progresión geométrica: 2, 4, 8, 16, 32, 64, 128, 256, 512, 1024, 2048, 4096, 8192, 16384, 32768, 65536, 131072, 262144, 54288, 1048576, 2097152, 4194304, 8388608, 16777216..., y así hasta los 7.500 millones sobre la faz el mundo, es decir, la extinción de la raza humana. Y a eso se le llama ser un idiota. Más aún, y un perfecto egoísta, ¿dónde queda el amor al prójimo? ¿dónde la caridad para con los demás?, ¿dónde el ejemplo? ¿de qué sirve tirarse de un puente con un rosario en la mano si al final es un suicidio como todos los demás?
Este artículo es una pura bazofia, propia de un derrotista, por mucho que presuma de listo y de sobrado. Este tipo de gente que va riñendo a los demás, léase juzgando, sin tener más razones objetivas que sus propias convicciones personales que transforman en dogma, me producen náuseas. Va de católico y hace interpretaciones de Los Evangelios a su libre criterio, pero además no dice la verdad. Señala que jamás ha habido situaciones de obediencia social semejantes, pues se equivoca, cada vez que hay una guerra pasa igual, porque la desobediencia no supone un contagio más que probable, sino un posible paredón de fusilamiento. También es falso que no pase nada, ¿y qué fue la llamada gripe española con 100 millones de muertos hace poco más de un siglo? ¿Acaso este presuntuoso personaje sabe algo de pestes bubónicas cuando por desconocimiento se llevaron dos tercios de la población de Europa?
Lo dicho, no me compensa replicar a tanta majadería junta en un sólo artículo y lo que es de agradecer es que no se nos castigue más con semejantes argumentos. Si a él no le importan los efectos de esta plaga, a mi sí que tengo tres familiares ya infectados. Lo que yo no hago es cantar dos veces del cumpleaños feliz para saber el tiempo aproximado que tengo que estar lavándome las manos, rezo un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Ya está bien de fariseismo.
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Re: Mi opinión
Cuando el Coronavirus resucitó a Foucault
https://barraycoa.files.wordpress.co...pg?w=420&h=270El panóptico de Bentham
Estar confinado en casa, sometido a la presión del teletrabajo que obliga a autorregulaciones disciplinarias, o las separaciones voluntarias de un metro respecto a tus congéneres cuando sales a comprar por calles semivacías, no puede menos que recordarnos el pensamiento de Michel Foucault. El autor de innumerables obras dedicadas a explicar el paso de las sociedades control a lassociedades disciplinarias, se nos antoja de una actualidad espantosa. Por mucho que uno quiera evitar la teoría conspiracionoica sobre la aparición de este nuevo coronavirus, a uno le recorre un escalofrío por la espalda, contemplando como en pocos días, a costa de una pandemia, se están moviendo las “placas tectónicas” de la geopolítica a la velocidad del rayo. Pero esto quizá mejor dejarlo para otro momento.
https://barraycoa.files.wordpress.co...ges2.jpg?w=700Michel Foucault
De momento sólo recogeremos unas breves reflexiones de Foucault y veremos que su marco teórico,encaja perfectamente en la situación que estamos viviendo. Como hemos dicho, el pensamiento de nuestro autor marcó un hito a la hora de cambiar la visión que tenemos del poder. La modernidad del siglo XVIII había desarrollado un sistema de control propio de un Estado absoluto, cuyo referente era el panóptico: una estructura espacial que permitía vigilar sin ser visto por los controladores. El mecanismo, ideado por Bentham, tanto podía servir para el control de una cárcel como de una fábrica. El ojo que todo lo ve era una representación de la deificación del Estado.
Es la aparición de las sociedades disciplinarias, donde los espacios y su control vuelven a tener un papel fundamental.
Sin embargo, en el siglo XIX este poder soberano se vuelve obsoleto en sí mismo y necesita desarrollar, a la vez que competir, con nuevas formas de control social. Es la aparición de las sociedades disciplinarias, donde los espacios y su control vuelven a tener un papel fundamental. Pero esta vez no es una ideología del Estado soberano la que legitima el poder, sino micro “ideologías” (“saberes” según Foucault) que se van superponiendo unas sobre otras, creando “espacios” donde se disciplinará el cuerpo. De ahí sus extensos análisis de los hospitales, escuelas, prisiones, manicomios, como “espacios” donde se aplica un saber/poder (un conocimiento tecnológico sobre el cuerpo y la mente), que permite desarrollar lo que denominó las “tecnologías del yo”; esto es, la construcción de la identidad del yo a través de los conocimientos científicos o “saberes” (en el fondo ideologías) y la adquisición de procesos conductuales predeterminados.
Tecnologías del yo
Foucault, en la última fase de su obra intelectual, intentó demostrar que la sociedad disciplinaria que se había creado (los comportamientos de consumo actuales serían una expresión más de ella) no sustituían ni se oponían al poder soberano sino que lo iban completando. De este roce, surgiría una nueva modalidad de disciplina/poder que atendería ya no al control disciplinario de los sujetos, sino al de las poblaciones. A este hecho le llamó la aparición del biopoder o biopolítica. Con estos términos pretendía explicar la preocupación del poder por controlar la “población” (concepto que se adecua al sujeto del biopoder). Para el Estado se vuelve tan importante ejercer su poder sobre los sujetos individuales de forma imperceptible a través del desarrollo de disciplinas del autocontrol, como controlar un sujeto -tomado en su conjunto- que es la población. De ahí la preocupación de los Estados por el control de nacimientos, esperanza de vida, aumento de la población, su envejecimiento, en definitiva de sus parámetros como una ser vivo.
surgiría una nueva modalidad de disciplina/poder que atendería ya no al control disciplinario de los sujetos, sino al de las poblaciones. A este hecho le llamó la aparición del biopoder obiopolítica. Con estos términos pretendía explicar la preocupación del poder por controlar la “población”
Quizá la genialidad de Foucault radica en describir que el desencaje ente el poder soberano, las técnicas disciplinarias y el biopoder. Esta inevitable desarmonía entre diferentes formas de ejercicio del poder, se resolvería de la forma más sorprendente y actual. El desencadenante de todo ello sería la secularización de la modernidad. En una sociedad donde lo trascendente está presente, el poder -en cierta forma- no tiene límites ni discontinuidades. Morir significaba pasar de estar sometido al Estado soberano, a pasar a la jurisdicción de un Dios soberano. Por tanto, en la presencia del poder se mantenía (aunque fuera en el imaginario particular) más allá de la muerte. Pero la secularización y la inmanentización de la vida, ponen límite al poder. Este sólo podrá ejercerse en el tiempo histórico. Ello, según un preclaro Foucault, obligaría a una resacralización del poder temporal. Pero ello es difícil, por no decir imposible, explicitarlo en una sociedad moderna o contemporánea.
https://barraycoa.files.wordpress.co...pg?w=269&h=151
La necesidad de resacralización y de un gozne para encajar las tres formas de poder que hemos expuesto, queda resuelta con la“sacralización” de una de las disciplinas desarrolladas en la modernidad: la clínica. Foucault ve en la medicalización de la sociedad (omnipresencia de las terapias, protocolos médicos, el presupuesto de todos estamos enfermos y necesitamos ser curados), en la autootorgada legitimidad del Estado para controlar esta terapiacracia y en los mecanismos de control poblacional, la supervivencia del poder. En la modernidad al Estado no le preocupan las personas, le preocupan las estadísticas. Por eso, una vez imposibilitado el ejercicio de las modalidades de poder en el más allá, al Estado -afirma Foucault- no le preocupa la muerte, sino la mortalidad.
Por eso, una vez imposibilitado el ejercicio de las modalidades de poder en el más allá, al Estado -afirma Foucault- no le preocupa la muerte, sino la mortalidad.
No podemos olvidar cómo los primeros estudios del biopoder de nuestro filósofo, buscaban sus fundamentos en el control de los espacios en las ciudades ente las epidemias. Las grandes epidemias llevaron a recrear el espacio de las ciudades (crear calles más anchas, eliminar barrios cerrados, …) que a su vez permitía un mejor control policial y político. Hoy, en estos días de una epidemia global/local, aunque nos dirija un gobierno más que torpe, no podemos dejar de evidenciar cómo se cumplen las observaciones del francés. Tenemos gobiernos donde nada le preocupan los muertos (pues se les condena a morir aislados), sino las estadísticas diarias de mortalidad e infecciones. De forma casi automática, aunque perezosa, ya se han puesto en marcha los mecanismos de control espacial, volviendo a la reclusión disfrazada de autoconfinamiento voluntario. El poder, a través de sus medios de comunicación, nos ayuda en el control autodisciplinario en nuestras casas o protocolos para desplazarnos. Y todo ello con el convencimiento de que el poder es el garante de nuestra salvación.
Si Foucault resucitara, posiblemente esbozaría una sonrisa y callaría.
Javier Barraycoa
https://barraycoa.com/2020/03/20/cua...to-a-foucault/
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Re: Mi opinión
Estos crípticos artículos, de estilo aporético, no atisbo a comprender a dónde quieren llegar: ¿La plaga es una invención?, ¿No debemos obedecer, ni siquiera en caso de ataque o desastre a la Autoridad Pública?, ¿La cuarentena es muy invasiva?. Pudiera parecer que todo lo que venga del Estado es sospechoso, y que la libertad individual es lo primero...un argumento que sin duda gustará a los liberales (curioso).
Aquí lo que está aconteciendo, es un desastre notable, porque al "gobierno" le pareció más importante soltar a las masas en manifestaciones feministas que proteger la salud de una pandemia que ya estaba en curso.
PD: Recordemos, que en los añorados tiempos del Medievo o la Edad Moderna, las instrucciones dadas por la autoridad pública en casos de epidemia (etc) eran de obligado cumplimiento; bajo estrictas penas que iban desde el cepo al verdugo.
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Re: Mi opinión
Suelo coincidir muchas veces con las ideas de Javier Barraycoa, pero no estamos para reflexiones de mesa camilla y café. La situación no es grave, es gravísima. Ya lo he dicho en varios lugares, el peligro está en la rápida transmisión del virus, ante el que nada se puede oponer hasta el momento, excepto convertirnos en esas masas aborregadas según algunos, muy pocos, verdaderos irresponsables. Pero es que, además, ofenden con esos análisis, ofenden la inteligencia de muchos o a ver sí se creen que estamos de acuerdo con que sean estos gobiernos los que deciden que hay que encerrarse, para nada, pero la responsabilidad no es para uno mismo sólo, la obediencia a las medidas no se deben a borreguismo alguno, eso lo hacen otros, pero no todos. El encierro una de las escasísimas medidas profilácticas con las que contamos, también es una medida en la que podemos participar, con teorías varias de ideólogos que NO vivieron circunstancias similares, ¡qué fácil es hablar desde el sofá!, y qué bien estaría que les contasen sus milongas a los enfermos, a los muertos y a las familias de los que los han perdidos ya a miles, mañana puede ser millones. ¿Y entonces qué? ¿qué vamos a hacer con los discursitos de camilla y café? Hay algo que siempre dije a quienes querían escucharme en mis clases: "los libros están en los anaqueles de las bibliotecas, pero hay que saber cuándo leerlos y aún más saberlos interpretar." Pura teorética.
En 1979, Foucault realizó dos giras por Irán, llevando a cabo extensas entrevistas con los protagonistas políticos en apoyo del nuevo gobierno provisional establecido poco después de la revolución iraní. En la tradición de Nietzsche y Georges Bataille, Foucault había abrazado al artista que empujó los límites de la racionalidad y escribió con gran pasión en defensa de las irracionalidades que rompían los límites. En 1978, encontró dichos poderes transgresores en las figuras revolucionarias del ayatolá Jomeini, Ali Shariati y los millones que arriesgaron sus vidas en el curso de la revolución. Tanto Foucault como los revolucionarios fueron muy críticos de la modernidad y buscaron una nueva forma de política, también miraron a aquellos que arriesgaron sus vidas por los ideales; y ambos contemplaron al pasado como fuente de inspiración.27 Más tarde cuando Foucault fue a Irán «para estar en el nacimiento de una nueva forma de ideas»,28 escribió que el nuevo estilo de la política «musulmán» podría significar el comienzo de una nueva forma de «espiritualidad política», no sólo para el Oriente Medio, sino también para Europa, que ha adoptado la práctica de la política secular desde la Revolución Francesa
Pero la realidad es mucho más tozuda, y el movimiento se demuestra andando.
Declaración de la Comunión Tradicionalista Carlista ante la crisis sanitaria y el estado de alerta
18 DE MARZO DE 2020 ·
Ante la presente crisis sanitaria por pandemia y la aplicación del estado de alerta la Junta de Gobierno de la Comunión Tradicionalista Carlista quiere hacer llegar un mensaje de ánimo y esperanza a toda la sociedad española en general y al pueblo carlista en particular.
La epidemia es real, aunque existe un debate científico abierto sobre su incidencia. Estos días se están confrontando opiniones diversas que en ocasiones son contradictorias.
Las medidas y propuestas sanitarias, políticas y sociales son discutibles y es cierto que algunas decisiones erróneas, en vez de ayudar a una solución, podrían contribuir a agravar la crisis sanitaria, moral y económica. Por eso consideramos muy importante pedir luz para todos aquellos que tienen responsabilidades de gobierno en estos momentos: gobierno, obispos, médicos, empresarios, padres de familia… Y pedir también unidad. Situaciones como la presente ponen de manifiesto que es la unidad y no la división que genera la partitocracia, lo que nos hace más fuertes. En este sentido aplaudimos las muestras de solidaridad y ayuda mutua que están surgiendo en todos los rincones de España. También nos congratulamos porque el realismo que exige la situación está relegando a las ideologías al lugar que les corresponde.
Como Comunión, queremos estar muy atentos a las necesidades de nuestras familias y muy especialmente de nuestros mayores. Por ello hemos impulsado un equipo del Socorro Blanco que tratará de mantener contacto telefónico con nuestros afiliados más veteranos para detectar problemas y ayudar en las necesidades. (Cualquier ofrecimiento de ayuda o sugerencia en este sentido pueden hacerla llamando al teléfono 636584659).
Tratemos cada uno de sacar lo mejor de nosotros mismos en estos días. Recemos y hagamos lo que haya que hacer. Con generosidad. Fortalezcamos nuestras redes familiares. Aprovechemos el tiempo para la formación, el descanso y la vida en familia. Después de la cuarentena llegará la Pascua pero que nadie espere una simple vuelta a la normalidad. Nos esperan tiempos difíciles y mas vale que entonces estemos preparados.
Junta de Gobierno de la Comunión Tradicionalista Carlista
https://www.carlistas.es/2020/03/18/...ado-de-alerta/
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Re: Mi opinión
La principal y mayor diferencia con otras pandemias y pestes, radica en que el vector de transmisión no es sólo que su contagio es tres veces más rápido que el de la gripe estacional, sino haber convertido el mundo en eso que se ha llamado aldea global. Las enormes facilidades para desplazarse, los bajísimos precios de los viajes aéreos, la inmensa permeabilidad de las fronteras, son las causas, junto con la incredulidad y la irresponsabilidad de muchos, sean conspiracionistas que no saben de nada y entienden de menos, los hipotéticos intelectuales que con su verborrea creen demostrar algo mientras el mundo se les cae alrededor, o masas de frívolos idiotizados por sus mochilas o maletas llenas de derechos a todo, pero sin obligaciones a nada, todos juntos viajan en el mismo vagón.
Y, desde luego, no seré yo quien se calle ante unos y otros, no lo haré porque no pienso (pienso, de pensar, algo que no duele), poner en riesgo a mi familia, amigos, vecinos, conocidos o simplemente mis prójimos. Porque cuando esto se haya pasado, que pasará, llegará el momento de volver a salir a la calle, de empezar a pedir responsabilidades y, si así fuera preciso, echarse al monte. veremos entonces cuantos agoreros lo hacen...¡JA!
No hay nada más tonto y más inútil que el que creyéndose un héroe no se resguarda del enemigo para caer ante él sin haber aportado nada, ni para sí, ni para los demás. Y, por cierto, los auténticos héroes siempre suelen ser anónimos, excepto para Dios.
El coronavirus, comparado con las pandemias más letales de la historia
La pandemia más mortífera ha sido la peste negra, las estimaciones calculan que acabó con entre 75 y 200 millones de personas
21/03/2020 09:07h
El covid-19 se ha cobrado ya 8778 vidas en todo el mundo. Sin embargo, pese a lo dramático del dato, la historia puede ayudar a aportar cierta perspectiva a lo que está sucediendo. Y es que, a pesar de la gravedad del brote originado en China en noviembre pasado, está muy lejos de situarse entre las pandemias más mortíferas de la historia.
La que cuenta con ese dudoso honor es la Peste negra. Las investigaciones apuntan a que el brote comenzó en 1346 en Asia Central y se expandió a través de la Ruta de la Seda por Europa y África, con un número estimado de muertes de entre 75 y 200 millones de personas. El origen de la enfermedad se encontraba en las pulgas de las ratas que se hallaban de manera frecuente en los barcos mercantes. Los puertos, que eran grandes centros urbanos en ese momento, fueron el caldo de cultivo perfecto para que los roedores devastaran tres continentes a su paso.
Por detrás en cuanto a número de muertos, encontramos en 1520 la viruela, que se estima que acabó con la vida de unos 56 millones de personas. Fue una enfermedad que llegó con la conquista europea del continente americano. Parece haber consenso entre los historiadores en cuanto al hecho de que ésta fue determinante en la caída del imperio Azteca.
Sin embargo, la más reciente de las enfermedades más devastadoras ha sido la conocida como «gripe española». Según el Centro de control y prevención de enfermedades de Estados Unidos, «no hay un consenso universal respecto de dónde se originó el virus, pero se propagó a nivel mundial durante 1918-1919». Se calcula que alrededor de 500 millones de personas o un tercio de la población mundial se infectó con este virus. La cantidad de muertes estimada fue de al menos 50 millones a nivel mundial.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud considera el VIH/Sida como un «importante problema de salud mundial». Según el organismo, desde su origen en 1976, la enfermedad ha acabado con 32 millones de vidas. Actualmente hay entre 31 y 35 millones de personas viviendo con VIH, la gran mayoría de ellas se encuentran en África subsahariana, donde el 5% de la población está infectada. En los últimos años tanto las campañas de prevención como el desarrollo de nuevos tratamientos ha contribuido a descender notablemente el número de contagios.
Para encontrar otra pandemia de grandes dimensiones hay que ir muy atrás en el tiempo, concretamente al año 541, momento del origen de la conocida como plaga de Justiniano en honor al emperador romano y que afectó a Europa, Asia y África. Según las investigaciones, la población mundial perdió entre 25 y 50 millones de personas. Existe consenso en el hecho de que la causa de la plaga fue la peste bubónica y no fue erradicada por completo hasta bien entrado el siglo VIII.
Lógicamente, cuanto más se retrocede en el tiempo, menor es la precisión en cuanto a los datos, pero hay numerosas fuentes históricas que hablan de que la conocida como peste Antoniana (año 165-180) fue devastadora. No obstante, no existe consenso en cuanto al origen de la misma ya que se baraja que pudo haber sido la viruela o el sarampión. Las estimaciones actuales ascienden a cinco millones de muertos por la enfermedad.
Tal y como se observa en el gráfico superior, otras pandemias como la Gripe Rusa, la Gripe de Hong-Kong o la epidemia de cólera de principios del siglo pasado, también supusieron un importante varapalo para la población mundial, acabando con la vida de alrededor de un millón de personas cada una de ellas.
https://www.abc.es/sociedad/abci-cor...0_noticia.html
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Re: Mi opinión
Así hacían bromas las progres, encabezados por la periodista Susana Griso, las ministras y un surtido de idiotas varios, justificando su asistencia al 8M y burlándose del coronavirus. No esperen verlo en la Sexta:
Susana Griso: "que el coronavirus no sea una excusa para que salgamos a reivindicar nuestros derechos..."
Preguntada sobre qué le diría a quien dudara sobre ir a la manifestación del 8 de marzo
Carmen Calvo: "Que le va la vida"
Cristina Almeida: "celebrar esto es mucho más que enfrentarme al virus por lo tanto os llamo para irnos a la manifestación del 8 de marzo"
Unos idiotas dirigidos por un imbécil: "Coronavirus oe, oe"
etc.
https://www.youtube.com/watch?v=pwgphQLrdhI
https://www.eldiestro.es/wp-content/...-Griso-8-m.png
...
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Re: Mi opinión
REFLEXIONES EN TORNO AL CORONAVIRUS
CONVERGENTES “COINCIDENCIAS”.
La pandemia del coronavirus ha desatado, a más de una histeria social (o deberíamos decir: de masas) efectos colaterales que se prestan a la suspicacia. Enumeremos cuatro:
1) Abolición del efectivo. Es sabido que a nivel global se procura abolir el papel-moneda a través de mecanismos tan coercitivos como la “bancarización obligatoria”. De tal forma, el dinero queda totalmente en manos de los bancos, que tendrán más capital para especular y que se llevarán un porcentaje con cada una de las operaciones del individuo, mero usufructuario de su propio dinero. El virus –se sostiene- se propaga más con el uso del dinero-papel; por tanto, hay desestimularlo.
2) El virus ataca a los ancianos. La supuesta “sobrepoblación” mundial preocupa a los “filántropos” desde hace décadas. Hay que reducirla, o no habrá recursos para todos. A más, la seguridad social es un gravísimo problema sin resolver, fruto de las políticas anti-familia de esos mismos “filántropos”. No existen, hoy, trabajadores activos que puedan sostener a los ancianos. La maquiavélica solución se impone: hay que matarlos.
3) Educación (entre otras cosas) a distancia, virtual. Se logra con esto una quiebra aún mayor de los vínculos personales y comunitarios. La atomización se maximiza, y el Estado- Leviathán se erige en tiránico soberano. El publicista Andrés Oppenheimer se felicitaba puesto que “el coronavirus impulsará la educación a distancia”. La educación verdadera sólo puede darse en el marco de un auténtico magisterio y discipulado; el Maestro debe ser un “animador de corazones”, enseña el Dr. Antonio Caponnetto. Esta tarea –a priori- se hará mucho más difícil “a distancia”, virtualmente, sin un contacto real, vivo y palpitante.
4) Ensayo de totalitarismo refinado, de tipo comunista. El Estado reparte el almuerzo a los menesterosos; el Estado brinda subsidios, realiza cadenas nacionales unívocas, al unísono, por radio y televisión. No ha lugar al disenso. Policíacamente vigila el cumplimiento de la instrucción, que hoy es “cuidémonos entre todos”, mañana será “acatemos el nuevo orden mundial anticristiano”. Se centraliza la información, en este caso la delicada y personalísima que atañe a la salud. Se estimula –cual en la vieja Unión Soviética- la instigación a la denuncia. Así lo revela el historiador Orlando Figes: “la vigilancia era el deber principal de cada bolchevique; ‘Lenin nos enseñó que cada miembro del Partido debe convertirse en un agente de la Cheka, es decir, debe vigilar [a colegas, amigos, familiares, vecinos, etc.] y presentar informes’”.
Desde la revista “Verdad” nos preguntamos: ¿son estas convergentes “coincidencias”?
FUENTE: https://verdadrevista.blogspot.com/2...ronavirus.html
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Re: Mi opinión
Cita:
Iniciado por
brua
2) El virus ataca a los ancianos. La supuesta “sobrepoblación” mundial preocupa a los “filántropos” desde hace décadas. Hay que reducirla, o no habrá recursos para todos. A más, la seguridad social es un gravísimo problema sin resolver, fruto de las políticas anti-familia de esos mismos “filántropos”. No existen, hoy, trabajadores activos que puedan sostener a los ancianos. La maquiavélica solución se impone: hay que matarlos.
En España ya se está aplicando ese criterio para seleccionar a quién se atiende prioritariamente en los ya colapsados hospitales:
MUY FUERTE: LOS MÉDICOS ELEGIRÁN A QUIÉN INGRESAR EN LA UCI SEGÚN SU ESPERANZA DE VIDA
20 marzo, 2020
Ya se puede decir abiertamente que este gobierno mata. Han tenido dos meses para dotar a los hospitales de material y mascarillas, ventiladores, y el conjunto de herramientas y profesionales que se necesitan. No lo han hecho, y ahora pretenden una sucia maniobra de distracción haciendo lo que saben hacer: manipular una sociedad sociedad ignorante, que es la que les continuará votando. Y esto aún habiendo puesto la vida de sus seres queridos en peligro, en algunos casos habiendo provocado si contagio y muerte a raíz de las manifestaciones del 8M.
La idea genial del sistema es haber elaborado un protocolo (que podríamos clasificar de eugenésico) que establece los criterios para decidir si se ingresa a un paciente o no en caso de falta de camas de Cuidados Intensivos. Se valorará el ingreso de personas con «expectativas de vida de menos de dos años».
El documento de recomendaciones UCI y Covid-19 que ha elaborado el Grupo de Trabajo de Bioética de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), dice:
Ante situaciones de crisis como la que vive España con la enfermedad Covid-19 y en un contexto de recursos limitados, ]las personas con más posibilidades de sobrevivir deben tener prioridad para ser ingresadas en las unidades de cuidados intensivos (UCI). «Admitir un ingreso puede implicar denegar otro a otra persona que puede beneficiarse más, de forma que hay que evitar el criterio primero en llegar, primero en ingresar».
Eso implica literalmente «no ingresar a personas en las que se prevé un beneficio mínimo (como situaciones de fracaso multiorgánico, riesgo de muerte calculado por escalas de gravedad elevado o condiciones de fragilidad avanzada…)» y, además, «valorar cuidadosamente el beneficio de ingreso de pacientes con expectativa de vida inferior a dos años». En definitiva, ante dos enfermos con un cuadro similar, hay que dar prioridad al que ofrezca una mayor esperanza de vida con calidad.
El protocolo añade que en el caso de personas mayores un factor a tener en cuenta a la hora de tomar la decisión de su ingreso es la «supervivencia libre de discapacidad, por encima de la supervivencia aislada». Es decir, no sólo que sobreviva, sino en qué condiciones. Para rematar con este manual de “eutanasia programada”, se dice incluso tener en cuenta algo tan etéreo como «el valor social de la persona». (más vale salvar un banquero que a un pobre, por ejemplo).
https://somatemps.me/2020/03/20/muy-...ranza-de-vida/
A buena parete de la población nos toca vivir un confinamiento que nos mantiene alejados incluso de los hospitales. Pero los que están en primera línea o los afectados por el coronavirus, están viviendo un infierno. Esta anciana denuncia el colapso en Leganés y llora viendo cómo han elegido usar un respirador con una persona de 44 años, desahuciando a su marido más mayor.
https://videos.files.wordpress.com/m...eganes_dvd.mp4
https://somatemps.me/2020/03/21/coro...-hospitalario/
Es decir, eugenesia pura, supervivencia del más fuerte (darwinismo social), como en las aldeas africanas que antes de la llegada de los misioneros cristianos abandonaban a los viejos en la selva para que se los comieran las fieras.
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Re: Mi opinión
Impactante y desgarrador. Gracias por el atinadísimo comentario, Hyeronimus. Dios no permita que esta calamidad se prolongue más. Tengamos Esperanza. Lo saludo a Ud. y, en su nombre, a todos los buenos españoles.
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Re: Mi opinión
La Gripe de 1918, una pandemia mundial
Se la llamó Gripe española y causó cerca de cincuenta millones de fallecidos
S.M.
La Gripe española afectó a niños, jóvenes y ancianos de varios países, llegando a convertirse en una pandemia mundial.
Para frenarla, algunas ciudades se pusieron en cuarentena y se prohibieron las reuniones de muchas personas.
En el verano de 1920, cuando la guerra llevaba dos años noqueada, el virus desapareció tal y como había llegado.
https://www.abc.es/historia/abci-gri...246_video.html
Vídeo en el enlace.
En 1920 no había plan alguno para el NOM, ni conjura alguna para eliminar a una gran parte de la población mundial. Lo que no es tan claro es que no hubiese enfermizos paranoicos.
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Re: Angustia Coronavírica
La falacia de la Leyenda negra sobre la 'gripe española', la atroz pandemia que asoló Europa
A pesar de su nombre, la enfermedad no provenía de nuestro país, sino de Estados Unidos. Sin embargo, fue en nuestro país donde se informó de su existencia de forma pormenorizada.
Manuel P. Villatoro
La historia es un espejo en el que mirarse; o, quizá, la piedra con la que volvemos a tropezar por la necedad inherente a nuestra sociedad de aprender a golpe de reiteración. El caso de la mal llamada «gripe española» es un ejemplo cristalino de ello; de cómo la recurrente Leyenda Negra que nos acompaña cual molesto compañero de viaje (ese que no se separa de nosotros por muchas indirectas que le lancemos) se ha posicionado por estos lares debido al empuje de las naciones extranjeras. Y es que, la pandemia que asoló Europa entre 1918 y 1920 tenía mucho de gripe, en efecto, pero poco de española.
El Sambenito, más falso que una peseta de madera, nos lo colgaron las potencias foráneas por una razón entendible, pero igual de absurda: a pesar de que la enfermedad había arribado desde Estados Unidos, fue en nuestros periódicos en los que se empezó a informar de ella allá por mayo de 1918. No porque brotara por estos lares; tampoco porque el paciente cero fuese un vecino de Castilla. Más bien, porque en el resto de países europeos (inmersos como estaban en la Primera Guerra Mundial) se censuró cualquier información sobre su existencia para evitar que el caos se generalizara dentro y fuera de las trincheras. Por ello, y no por otra causa, en los diarios ingleses se pudo leer aquello de la «Spanish Influenza Pandemic».
Mientras vivimos jornadas de tensión por culpa de la llegada del Coronavirus, resulta difícil no rememorar aquellos días de la Primera Guerra Mundial en los que la «epidemia reinante», como se refería a ella el diario ABC, había tomado las calles de nuestras ciudades. Pero poco (o casi nada) tienen que ver ambas epidemias en cuanto a víctimas y mortalidad. Las muertes producidas por la «Spanish influenza» se calculan (atendiendo a los autores) entre los 20 y los 100 millones de personas. Además, en la práctica tuvo una mortalidad cinco veces mayor a la que produjo la Primera Guerra Mundial debido a las balas y los obuses. Solo por poner un ejemplo, el Imperio Alemán (uno de los más golpeados por la rudeza del enfrentamiento) llenó 2 millones de ataúdes por repercusión directa de la lucha.
El perfil del paciente tampoco permite relacionarlas. Mientras que el Coronavirus supone un riesgo para ancianos y personas inmunodeprimidas, la «gripe española» atacó también a los más jóvenes y bien alimentados (adultos de entre 20 y 40 años). En nuestro país, por ejemplo, uno de los aquejados fue el monarca Alfonso XIII, entonces de 32 años. Este diario siguió su evolución y, durante semanas, intentó calmar a la población: «Por hallarse indispuesto, a causa de la enfermedad reinante, guardó ayer cama el Soberano, suspendiendo el despacho con los ministros y la audiencia concedida. La dolencia que aqueja a Su Majestad es muy benigna, y carece en absoluto de importancia». A pesar de las falacias extendidas en la época, no le costó la vida y se recuperó de forma satisfactoria.
Sorpresa inicial
Hallar el origen de esta dolencia nos obliga a bucear en los legajos. Hasta hace bien poco se creía que la primera oleada había arribado en 1918 pero, en 2017, se descubrió que las primeras cepas se dieron un año antes en diferentes cuarteles de Estados Unidos. En «Todo lo que debes saber sobre la Primera Guerra Mundial», el historiador y periodista Jesús Hernández explica que -aunque se desconoce de forma exacta la región en la que brotó- «se cree que pudo haber surgido en Asia Central» y que, a consecuencia de los movimientos militares provocados por la contienda, se extendió por Estados Unidos primero y Europa después.
A nivel oficial, no obstante, se considera que el «paciente cero» era un soldado que ingresó en una enfermería de Kansas el 11 de marzo de 1918. De allí viajó con los soldados hasta Francia. A partir de entonces, y en pocas semanas, la gripe ya se había propagado por regiones tan separadas entre sí como Alaska, el sur de África, el Amazonas o las islas del Pacífico. En Europa fue especialmente virulenta por las malas condiciones que padecían los soldados en las trincheras. El frío, la humedad y el agotamiento favorecieron su expansión; y la escasez de enfermerías en primera línea del frente acrecentó los casos.
En pocos meses la epidemia se extendió por medio mundo. Junio de 1918 fue la clave, pues fue el mes en el que las fuerzas británicas se embarcaron hacia Murmansk (en Rusia)... Y en su camino extendieron la epidemia. Así lo confirman Liliana Henao-Kaffure y Mario Hernández-Álvarez en su dossier «La pandemia de la gripe de 1918: un caso de subsunción de lo biológico a lo social». En el mismo explican que, para entonces, y debido al ir y venir de heridos a través de las fronteras, ya había aparecido en Inglaterra, Francia, Alemania, Dinamarca, Noruega, Filipinas, Nueva Zelanda, Argelia, Egipto o Túnez. En agosto recayó también en Holanda y Suecia. Ya era global.
Caos general y síntomas
Decir que provocó el caos es poco. Durante semanas, los Aliados estuvieron convencidos de que era un arma ideada por los alemanes para acabar con sus enemigos. De hecho, en este sentido se extendieron los rumores de que los gérmenes habían sido liberados por la empresa Bayer mediante sus aspirinas o que un U-Boat había dejado en Gran Bretaña a un comando especial de espías encargado de dispersar el virus en teatros y desfiles.
Pero los alemanes estaban igual de aterrorizados por su llegada. Según explica Guillermo Murillo Godínez en su dossier «Recordando la gripe española», el II Reich se vio igual de afectado por ella. El famoso general teutón Erich von Ludendorff, por ejemplo, afirmó que sus ofensivas finales habían fallado por culpa de que esta enfermedad había diezmado gran parte de sus ejércitos. Hasta tal punto desconocían su origen que empezaron a llamarla la «gripe de Flandes» porque estaban convencidos de que había nacido allí.
Los síntomas eran siempre los mismos, como bien explicó el médico militar Roy Grist en una carta enviada a un amigo:
«Estos hombres comienzan con lo que parece ser un ataque ordinario de la Grippe o Influenza y, cuando llegan al hospital, desarrollan rápidamente el tipo más vicioso de neumonía que se haya visto. Dos horas después del ingreso tienen manchas [...] en las mejillas y pocas horas después puede verse la cianosis extendiéndose desde las orejas a toda la cara, hasta que se hace difícil distinguir negros de blancos. En cosa de horas sobreviene la muerte, es horrible. Uno puede ver morir, uno, dos o 20 hombres, pero estos hombres mueren como moscas… ha habido un promedio de 100 muertes por día… la neumonía es la causa de todas estas muertes… hemos perdido numerosos médicos y enfermeras».
En palabras de este médico, eran necesarios trenes especiales para trasladar a los muertos. La tasa de mortalidad (entre un 10 y un 20%) hizo que, en pocas jornadas, «no hubiese féretros suficientes» y fuera necesario apilar los restos en gigantescos montones. «Se ha desocupado una gran barraca para adaptarla como morgue […] donde los cadáveres reposan en doble fila», añadía. El experto acababa su misiva señalando que, cuando se comprendió que aquello era una plaga, se hicieron «más autopsias para identificar y caracterizar bien la nueva enfermedad» y se realizaron «las investigaciones bactereológicas con el mismo objetivo». La máxima prioridad era «conocer la causa y crear en forma urgente un suero inmune contra este enemigo mortal».
España contra la censura
Aunque se habían sucedido pocos casos por entonces, la gripe saltó a los diarios españoles en mayo de 1918, cuando la epidemia se dejó ver en las calles de la capital. Fue entonces cuando la prensa nacional inició una cobertura pormenorizada de los casos que se sucedían dentro y fuera de las fronteras. Por si fuera poco, el contagio de Alfonso XIII hizo que las noticias se multiplicaran. En nuestro territorio se dedicaron páginas y páginas a la llamada «fiebre de los tres días» o «microbio del soldado de Nápoles». Como en el resto de Europa se había dictado silencio administrativo desde el estamento militar para evitar el caos y el pánico en el frente, no tardó en asociarse esta enfermedad a la Península Ibérica.
El ABC, como el resto de diarios patrios, informó una y otra vez de la evolución de los casos de gripe. A finales de mayo, a la par que desvelaba que la enfermedad había atacado al monarca, incidía en que «el ministro Estado, Sr. Dato» estaba indispuesto por la misma «epidemia reinante». Otro tanto sucedía con la población: «En las Oficinas del Estado, en las dependencias municipales, centros, organismos, entidades oficiales y particulares, etc, etc, continúa propagándose la dolencia, que provoca nuevas e innumerables bajas», añadía. El 28 de mayo, el periódico se hizo eco también de la visita del gobernador civil al hospital Provincial, «para adoptar algunas previsiones en relación con la epidemia y la hospitalización de las clases menesterosas».
Aunque se intentaba llamar a la calma mediante artículos en los que se explicaba que «por fortuna, y como ya se sabe, no tiene otro peligro que las molestias consiguientes al desequilibrio orgánico que origina la infección», la realidad es que la tensión iba en aumento. En un reportaje publicado a finales de mayo, por ejemplo, se hablaba de la epidemia como «una especie de fuego bíblico que ha venido a torturar a todo Madrid, y cuyas chispas empiezan ya a producir efectos en otras poblaciones». Según el periodista, nadie estaba a salvo: «No se salva nadie por su bella cara». Esa misma jornada, en la sección provincias, también se dedicaba espacio a la gripe: «Aumentan de un modo alarmante la epidemia. En los cuarteles, arsenal, buques de la escuadra, casa de Misericordia, oficinas públicas, etc, las invasiones se suceden con una rapidez extraordinaria».
Durante esos días, el ABC publicó incluso las medidas que había tomado el alcalde para evitar que la gripe se extendiera por la capital. Entre ellas, asegurarse de que la leche que se vendía a la población se hallaba en buenas condiciones. Normal, pues se desconocía qué era lo que provocaba las muertes. A principios de junio, cuando era patente que se habían sucedido decenas de fallecimientos por la gripe, se ofreció un recuento oficial: «La epidemia reinante persiste y se revela con aquellos síntomas característicos de que ya se ha escrito bastante; el número de atacados no decrece, sino, por el contrario, aumenta, y en caso de complicación, los resultados son funestos. A la estadística de mortalidad que ayer se hizo pública añadió a mediodía el alcalde interino la cifra correspondiente al 31 de mayo, en que pasaron de 100 las defunciones».
Los casos se fueron multiplicando en los siguientes meses en «colegios, cárceles, oficinas públicas» y otros tantos lugares. Las provincias cayeron, poco a poco, presa del virus de la gripe, el H1N1. «En Zaragoza aumenta considerablemente la epidemia, que se ha extendido fuera de la ciudad», destacaba el ABC antes de añadir que «en Pamplona se ha presentado la gripe invadiendo cuarteles de la guarnición». Al final, en nuestro país afectó a 8 millones de personas y costó la vida a unas 300.000. Una cifra considerable, pero nada comparable a los millones de fallecidos que generó en India. El mes más cruento fue octubre de 1918, cuando dejaron este mundo el 45% del total de muertos en nuestro país. Así continuó hasta que, en 1919 y sin explicación alguna, desapareció sin dejar rastro.
https://www.abc.es/historia/abci-men...2_noticia.html
Sigamos soñando conspiraciones, ¿qué NOM había entonces? Por supuesto, el ser humano cuando toca el poder o está en condiciones de hacerlo, es capaz de cualquier cosa, como está estudiado y documentado tanto por la Historia como por la Antropología Social y Cultural. Pero cuando la imaginación, o por un exceso de lecturas no recomendables, ni recomendadas, se acaba cayendo en las brumas de la conspiranoia, o sea, bajo los efectos de una paranoia maníaco persecutoria, el ámbito a tratar el asunto es otro muy distinto. No obstante, conspiraciones las ha habido de todos los colores y para todos los gustos, y a dí de hoy el NOM es una realidad, pero parece estar interesado en otras cuestiones mucho más crematísticas, como son las grandes corporaciones. Sí fuera de otra manera, por ejemplo, eliminando una importante parte de la población mundial, según afirman los conspiranoicos, el NOM estaría pegándose a sí mismo un tiro en la barriga. Y es que este coronavirus -a recordar que con ese término se define una "familia" es decir, como sí hablamos de "felinos"-, de momento sólo parece estar afectando al mundo Occidental, ese que es el "Primer Mundo", el desarrollado, el consumista, el inversionista, el que paga IVA como un imbécil, el que tiene coches, casas diversas, usa el móvil y la tarjeta de crédito en lugar de monedas y billetes sucios, que a saber quién los ha estado tocando antes, el que tiene medios tecnológicos y médicos para todos..., en vez, de eliminar, algo muchísimo más sencillo y rápido, a grandes masas de población tercermundista que se apiña en ciudades monstruosas en cuyas extensiones apenas llega la influencia de sus Estados; lugares donde la gente no dispone muchas veces ni de los más elementales servicios básicos, ni alimentación diaria y, no digamos, donde la sanidad brilla por su total ausencia. Pero claro, lo importante es soltar las paranoias ideológicas, que son harto empírico-científicas, al tiempo que se descalifica a quienes por toda una batería de variables opta encerrarse en casa, no importa sí es alguien con un cociente intelectual brillante, con una capacidad de razonamiento y análisis admirable, sí tiene unos principios morales sobresalientes, o es uno más de la masa, al final todos igualmente borregos.
Mientras el incorruptible conspiranoico no lo hace y escribe sus consignas con el móvil sentado en un banco del parque y desafiando a los agentes policiales que lo rodean. O eso, o lo hace desde miles de kilómetros, Océano Atlántico de por medio, bajo las notas de aquél himno de nuestra infancia cuando estábamos fuera del alcance de alguna manguera: "qué llueva, qué llueva, que aquí no llega", que no llegan las multazas de 600 euros en adelante que le caen al idiota que está haciendo el idem en lugar de estar encerrado en su casa. Pero que fácil es soltar toda clase de tontadas, cuando la manguera no llega.
El conspiranoico, puro, purísimo, inteligentemente privilegiado, consciente de todo y sabedor de la realidad oculta, (no tardarán mucho en pasar por "Cuarto Milenio", aunque no sé a qué están esperando en la dirección de dicho programa), no acaba de entender...¡huyyy! que "la fuerza de la razón"no es lo mismo que "la razón de la fuerza". Eso que se suele llamar "el poder irresistible de los Estados" o lo que se afirma de que el Estado es el único legitimado para usar la fuerza. Y llegado a este punto, a los conspiranoicos aconsejo preguntar SIEMPRE acerca de cuáles son las soluciones que proponen, incluyendo sí es que están dispuestos a echarse virilmente al monte a combatir al enemigo, o sí sólo se trata -lo más probable-, de simple verborrea para querer parecer más puros, inmaculados, privilegiados y listísimos que los demás.
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Re: Angustia Coronavírica
Para más información:
https://gacetamedica.com/investigaci...ana-fy1357456/
https://nadaesgratis.es/fran-beltran...panola-de-1918
https://www.elespanol.com/cultura/hi...3703462_0.html
Resumiendo:
1.- No se controló.
2.- Atacaba principalmente a niños y ancianos.
3.- No se encontró un remedio.
4..- Se extendió por todo Occidente, aunque dada su gravedad llegó a países "coloniales" como la India.
5.- No se obligó a nadie a encerrarse en su casa.
6.- Los medios de comunicación eran infimamente más reducidos y lentos que los actuales.
7..- Provocó entre 50.000.000 y 100.000.000 de víctimas (no hay datos contrastados)
8.- En España se infectaron 8.000.000 y murieron entre 260.000 y 300.000
¿Nada más? nada, nada, ¡ah bueno! yo creí que era más serio.
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Re: Angustia Coronavírica
El epidemiólogo que ayudó a derrotar la viruela explicó las tres condiciones que deben ocurrir para que el mundo vuelva a la normalidad
Larry Brilliant, el médico estadounidense que ha luchado contra los brotes de viruela, gripe y polio calificó el brote de coronavirus como “la pandemia más peligrosa de nuestra era”. Y agregó: “Si no estás preocupado, no estás prestando atención».
Larry Brilliant, de 75 años, es un destacado epidemiólogo que ayudó a la Organización Mundial de la Salud a erradicar la viruela y trabajó como consultor en la película “Contagio”, que fue ampliamente elogiada por su descripción realista de la rápida propagación mundial de un virus.
Durante los últimos 15 años ha advertido de los peligros de la aparición de un nuevo virus que podría provocar la muerte de hasta 165 millones de personas y ahora está criticando las acciones de de algunos gobiernos del mundo por no haber reaccionado a tiempo para reducir el impacto.
El experto habló públicamente por primera vez en 2006 de su temor a un nuevo brote de un virus desconocido hasta entonces, cuando dio una charla de Ted llamada “Ayuda para detener la próxima pandemia”.
En la charla advirtió que “mil millones de personas se enfermarían” y avisó que la detección y respuesta temprana son vitales cuando se trata de un brote. “Hasta 165 millones de personas morirían. Habría una recesión y una depresión mundiales, y el costo para nuestra economía de entre 1 y 3 billones de dólares sería mucho peor para todos que la muerte de tan sólo 100 millones de personas, porque muchas más personas perderían sus empleos y sus beneficios de atención médica, lo que hace que las consecuencias sean casi impensables», advertía crudamente Brilliant en 2006.
Ahora en cuarentena en su casa de California, donde todo el estado ha sido puesto bajo aislamiento, Brilliant cree que la pandemia de la que advirtió entonces es la del coronavirus, el nuevo virus para el que todavía no hay vacuna o cura, y para el que los humanos todavía no han desarrollado inmunidad.
En entrevista con Wired, elogió el trabajo que se está realizando para mantener a la gente en cuarentena, pero afirmó que esto debería haber comenzado semanas antes, cuando el virus podría haber sido cortado o al menos la propagación retrasada por varios meses mientras se trabajaba más en el desarrollo de una vacuna.
También advirtió que el auto-aislamiento y el aplanamiento de la curva de la tasa de infección durante unos pocos meses sólo mantendrá al mundo seguro durante un tiempo, posponiendo el número de casos pero no disminuyéndolos.
Brilliant, sin embargo, sí tiene la esperanza de que se encuentre una vacuna. “No tengo miedo ya que hasta ahora no hay pruebas que sugieran que no se pueda encontrar una para el nuevo coronavirus o que los humanos no desarrollen eventualmente algún tipo de inmunidad a él”. “Debido al intenso interés por derrotarlo, pondremos la influencia científica, el dinero y los recursos para encontrar antivirales que tengan características profilácticas o preventivas que puedan utilizarse además de las vacunas», dijo.
“Antes de que podamos volver a salir de casa, habrá que hacer muchas más pruebas”, dijo, y añadió que necesitamos algo que se parezca a una prueba de embarazo casera que se pueda hacer en casa de forma segura para identificar los casos. “Esto ayudará a mostrar el verdadero alcance del brote, del cual cree que actualmente sólo estamos viendo una séptima parte”, aseguró.
Según explicó, el mundo no va a empezar a parecer normal hasta que hayan pasado tres cosas:
Uno: “Que averiguemos si la distribución de este virus se parece a un iceberg, que está un séptimo por encima del agua, o a una pirámide, donde vemos todo. Si en este momento sólo vemos una séptima parte de la enfermedad real es porque no estamos haciendo suficientes pruebas. Es como si estuviéramos ciegos”.
Dos: “Que tengamos un tratamiento que funcione, una vacuna o un antiviral”.
Tres: “Tal vez lo más importante, que un gran número de personas -en particular enfermeras, médicos, policías, bomberos y maestros que han tenido la enfermedad- sean inmunes. Para eso tenemos que poder verificarlo y crear un sistema que los identifique, ya sea una pulsera o una tarjeta con su fotografía y algún tipo de sello en ella. Recién entonces podemos estaremos los suficientemente seguros como para enviar a nuestros niños de vuelta a la escuela. Recién entonces sabremos que el profesor no es infeccioso”.
Para Brilliant, “cuando esas tres cosas sucedan, es cuando la normalidad volverá”.
El epidemiólogo que ayudó a derrotar la viruela explicó las tres condiciones que deben ocurrir para que el mundo vuelva a la normalidad – Alerta Digital
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Re: Angustia Coronavírica
Así nos la juegan algunos para los que el confinamiento es una mandanga:
Así huyen algunos a su segunda residencia: niños en el maletero o atravesar el monte en todoterreno
Las zonas rurales de Burgos se han llenado de vascos a pesar de que se han interpuesto más de 3.000 denuncias por saltarse el confinamiento.
https://www.libertaddigital.com/cien...ia-1276654495/
Mientras empiezan a producirse situaciones dantescas:
Captura del video facilitado por Moncloa de los ministros del Interior, Fernando Grande-Marlaska (3d), y de Defensa, Margarita Robles (2d), quienes han visitado este lunes el hospital montado en el recinto ferial de IFEMA en Madrid donde han agradecido la labor contra el coronavirus que realizan los sanitarios y las Fuerzas Armadas y de Seguridad - EFE
Margarita Robles: «En algunas residencias el Ejército se ha encontrado a ancianos muertos en sus camas»
https://www.abc.es/sociedad/abci-mar...3_noticia.html
Al mismo tiempo otros actuando en favor de la sociedad:
La Policía alerta de un ataque masivo al sistema informático de los hospitales
https://okdiario.com/espana/policia-...itales-5343699
Por supuesto, estos tarados mentales y morales, sabrán como escaparse, harán como lo que son, las ratas que abandonan el barco. A nadie le gusta esto, salvo a cuatro subnormales, esos mismos que yo he calificado como peores que un tonto con un lápiz y un cuaderno, son los H.de P. con un teclado de ordenador conectado a una Red. Es el momento de actuar conjuntamente, no necesariamente "todos unidos", tal como reza este nuevo eslógan y que nos puede sonar tan sospechoso, por eso, en mi opinión, debería ser "todos unidos, sí, pero no revueltos", y el que no haga nada, que se retire.
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Re: Angustia Coronavírica
José Javier Esparza | 23 marzo, 2020
Es una evidencia que el Gobierno de Sánchez está utilizando la crisis del coronavirus para obtener el mayor rédito político en términos de poder puro y desnudo. Ya antes había quedado claro que este Gobierno pretendía compensar la precariedad de su mayoría parlamentaria con una ocupación masiva de los resortes del poder: véanse gestos como el nombramiento de la ex ministra de Justicia como Fiscal General del Estado, el control férreo sobre el poder legislativo o el afianzamiento de la hegemonía en los principales medios de comunicación, que iban muy claramente en ese sentido. Ahora la gran crisis le ha dado la oportunidad de estrechar el lazo.
Los hechos son muy elocuentes:
Primero: la declaración del estado de alarma, supuesto constitucional plenamente justificado por la emergencia sanitaria, pero que el Gobierno ha interpretado de manera amplia para atribuirse la potestad de intervenir, requisar, limitar y prohibir hasta un punto nunca antes visto.
Segundo: aprovechando la declaración del estado de alarma, el líder de la pata comunista del Gobierno, el vicepresidente Iglesias, aventura la idea de nacionalizar los servicios sanitarios privados.
Tercero: el decreto del estado de alarma, de manera completamente intempestiva, modifica la ley de los servicios de seguridad, el CNI, para introducir en su cúpula al vicepresidente Iglesias y al hombre de confianza de Sánchez, Iván Redondo.
Cuatro: acto seguido, el Gobierno procede a la supresión de facto de cualquier control parlamentario y centraliza toda la acción legislativa en la presidenta del Congreso.
Quinto: el 19 de marzo se publica la Orden SND/261/2020 que viene a poner en manos del ministro de Justicia toda la actividad judicial, al margen de los órganos específicamente judiciales.
Atención a los pasos: reforzamiento extremo del poder ejecutivo, neutralización del poder legislativo, reducción del poder judicial. ¿Realmente el estado de alarma exigía todo eso? La respuesta es no. Este Gobierno, al cobijo del estado de alarma, ha emprendido una peligrosa senda autoritaria. La pregunta es por qué, con qué fin.
En una circunstancia como la que estamos viviendo, nadie discute la necesidad de centralizar los resortes del Estado en aras de la eficacia: bien está dar autoridad al Ejecutivo si eso sirve para reducir los efectos de la pandemia. Ahora bien, en España se dan dos circunstancias completamente singulares, que no concurren en ningún otro país europeo y que despiertan una inevitable inquietud. Una es que en el Consejo de Ministros se sienta un partido como Podemos, que múltiples veces ha manifestado su nulo aprecio por la “democracia burguesa” y cuyo modelo, abiertamente proclamado, es el socialismo bolivariano. La otra es que la mayoría gubernamental se sustenta sobre fuerzas separatistas que no han ocultado su deseo de desgarrar el Estado y destruir el tejido nacional, incluso violentamente. De unos y otros, comunistas y separatistas, sólo puede esperarse –y sería estúpido esperar lo contrario- que utilicen cualquier pretexto para llevar a cabo su propósito, que en ambos casos es la cancelación del modelo de Estado vigente y su sustitución por otra cosa. Ante tal paisaje, ¿pueden ponerse los resortes del Estado en manos tan poco seguras?
Cómo se da un golpe de Estado
Un golpe de Estado es, ante todo, una operación técnica de control de los resortes del poder al margen de los cauces convencionales. No es preciso que sea violento, aunque ocasionalmente pueda concurrir violencia. Un golpe no es una insurrección, una sublevación, una asonada ni una revolución. O no tiene por qué serlo. Un golpe puede ser, simplemente, una maniobra burocrática de manipulación de los cauces legales.
Lo que define al golpe de Estado es, precisamente ese carácter “técnico”: el Estado es una máquina con sus palancas ejecutivas, legislativas, judiciales, económicas y mediáticas, y el golpe consiste en hacerse con el control de ellas en parte o por entero. Eso lo vio muy bien Curzio Malaparte en su clásico Técnicas del golpe de Estado cuando señaló el 18 Brumario de Napoleón Bonaparte como el primer golpe de Estado moderno: en noviembre de 1799, un general, con un mínimo uso de la fuerza, se hace nombrar cónsul por el Consejo de los Ancianos, es decir, por el legítimo poder legislativo. No se derribó a un Estado para construir otro de nuevo cuño, sino que se produjo un cambio radical de poder dentro del propio Estado, con los instrumentos ya establecidos. Tales instrumentos no tienen por qué ser los institucionales, sino que también pueden ser los estrictamente materiales: cuando Trotski dirigió el golpe revolucionario de 1917 –bien lo señala Malaparte-, no se dirigió a la Duma, ya inservible, sino a las centrales eléctricas, las estaciones de ferrocarril y los puestos de correos.
El golpe siempre viene en una situación de excepción. En el caso de Bonaparte, la situación excepcional vino servida por la conspiración de los jacobinos contra el Gobierno. Algo parecido invocó Hitler para la “noche de los cuchillos largos”, en la que purgó a fondo su propio movimiento. La situación excepcional, en la que el poder queda colgando del vacío, es siempre propicia para estimular las ambiciones. Esa situación puede venir sola, al hilo de acontecimientos imprevistos –por ejemplo, una grave crisis sanitaria-, o puede ser provocada mediante una estrategia revolucionaria de desestabilización. En uno u otro caso, lo determinante es la aparición de una fuerza que se muestra dispuesta a cabalgar la situación excepcional para imponerse sobre cualquier adversario. Porque es verdad que en última instancia, como decía Carl Schmitt, soberano es quien decide en el estado de excepción. En condiciones normales de convivencia pacífica podemos hacer retórica con fórmulas como la de “soberanía popular”, pero el hecho es que soberano, en el sentido estrictamente etimológico del término, sólo es quien demuestra estar por encima de los demás, que eso quiere decir superanus. Y nada mejor que un estado de excepción para ponerlo a prueba.
Hoy, en un sistema complejo como es el nuestro, resulta poco imaginable un golpe al antiguo estilo, con ocupación de infraestructuras o neutralización de instituciones. Sin embargo, es perfectamente factible un golpe de Boletín Oficial que haga todas esas cosas de manera aséptica amparándose, por ejemplo, en una catástrofe natural o en un estado de alarma sanitaria, es decir, en una situación excepcional. Teóricamente, en nuestro ordenamiento jurídico, el poder ejecutivo no puede decretar tales estados sin pasar por el aval parlamentario, pero todos sabemos que el poder legislativo, en España, no es otra cosa que una prolongación de los partidos políticos y, por esa vía, del poder ejecutivo. Si además reducimos el Parlamento a cero, como acaba de hacer nuestro Gobierno, entonces estamos a un paso del golpe. Al menos, técnicamente hablando.
La situación es la que es: tenemos un poder ejecutivo que se ha arrogado funciones extremas y que ha emasculado literalmente a los otros dos poderes. La situación de excepción que ha propiciado el decreto de alarma permite ahora mismo al Gobierno hacer lo que le venga en gana. Tenemos las libertades de circulación y reunión suspendidas por razones sanitarias e intervenidas por las fuerzas de seguridad, y la libertad de expresión, confinada en la selva virtual de Internet. Habría que remontarse a los años cuarenta, en una situación de posguerra civil, para hallar un precedente de semejante acumulación de poder. Y hay que estar atentos a los próximos pasos, porque el estado de alarma va a prorrogarse quince días más y esto parece lejos de amainar.
https://rebelionenlagranja.com/notic...parza-20200323
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Re: Angustia Coronavírica
La Espada Lobera: "Sólo y borracho vino el coronavirus"
https://1.bp.blogspot.com/-e0-fN-KPj.../s400/coro.jpg
El próximo mes de junio, si nada ni nadie lo remedia, se cumplirán dos años de la llegada a la presidencia del Gobierno de España de un narcisista compulsivo y mentiroso patológico llamado Pedro Sánchez Castrejón. Dos años que bueno será recordar, -ahora que toda la nación se ha visto sorprendida por una gravísima crisis vírica- ha sido un compendio de equilibrismo político envuelto en insostenibles medidas demagógicas, de las que los españoles ni han sabido, ni han querido y quizá tampoco han podido librarse a tiempo.
Comencemos este análisis por recordar que este narcisista irredento llegó al poder aupado por buena parte de los medios de comunicación masivos (nefasta herencia audiovisual que dejó el PP), y con el apoyo en ese primer momento nada más y nada menos que de neo-marxistas y nacionalistas vascos. Y todo ello justo tras el desafío, aún latente, que acababa de sufrir España por parte de las fuerzas separatistas catalanas en forma de Golpe de Estado durante el otoño de 2017. Un Golpe de Estado apoyado por una parte de la población catalana, totalmente alienada e idiotizada tras más de cuatro décadas de agitación y propaganda centradas en el odio a lo propio, y pagada ni más ni menos que con el dinero de todos los españoles. Pero para este trepa llamado Sánchez, y para el PSOE, el problema no era ese, sino la corrupción del PP; minimizando así de cara a la opinión pública, -y utilizándolo para sus fines políticos que no eran otros entonces que alcanzar el poder- el mayor desafío a la unidad de España desde la nefasta Segunda República. Por supuesto, para alcanzar dichos fines, nada recordó Sánchez de la corrupción de su propio partido, el más corrupto de la Historia de España, ni de las obscenas corruptelas de los partidos separatistas que lo apoyaron.
Con el doctor plagio ya reforzado en el poder, hemos visto con preocupación durante el transcurrir del tiempo como tras diversas elecciones se ha ido imponiendo su forma de hacer política: basada en el enfrentamiento entre españoles y en la demagogia más simplona, hasta llegar a la grave situación actual. No olvidemos tampoco que por el camino, este arribista sin moral se ha unido a todos los partidos y grupos separatistas y marxistas de España, creando una surrealista división entre los que él dice son buenos y los que él dice son malos; reforzando así como su principal proyecto político la Ley de Memoria Histórica del ínclito ZP. Nada en verdad que mejorase o aliviase la vida de los españoles ha hecho este demagogo durante estos casi dos años excepto moverse por España y el mundo con insultante boato, cual faraón egipcio, mientras nuestra nación se empobrecía económica y moralmente a pasos agigantados; todo ello para mayor gloria del doctorCum Fraude y sus compinches.
Todo este negro panorama que se iba fraguando quedó finalmente visto para sentencia tras las Elecciones Generales de noviembre de 2019, tras las que se conformó un Gobierno apoyado por todos y cada uno de los históricos enemigos de la unidad, cultura y tradiciones de España; a excepción todo sea dicho de los restos de la antigua derecha nacionalista catalana, pero eso sí, incluyendo a Bildu, heredero político de la banda criminal ETA, con quien los socialistas ya habían pactado meses antes para apoderarse de Navarra, a pesar de lo votado en las urnas por los navarros. Este neo-socialismo sanchista, empeñado en alejarse de toda centralidad para mutarse en una versión progre del viejo socialismo revolucionario, ha demostrado carecer de toda dignidad y responsabilidad, pero eso sí, nos ha mostrado una enorme capacidad para enfrentar a los españoles con el único afán de sacar rédito político. Como no podía ser de otra manera, toda esta locura irresponsable, ha terminado por explotarnos a todos en la cara en forma de infección masiva. Y es que, tras la multitudinaria manifestación feminista del pasado ocho de marzo; impulsada, alentada y subvencionada por todos los resortes del Estado con el Gobierno socialista a la cabeza, y proyectada como punto de inicio de las autodenominadas fuerzas progresistas de las elecciones autonómicas que debían celebrarse en abril, la infección vírica se ha propagado por España con una fuerza y mortandad superior a otras naciones.
Y hace dos semanas llegó el COVID-19 a nuestras vidas: aunque de hecho ya se habían dado los primeros casos en España en el mes de enero. Aunque todos ya habíamos visto por los medios de comunicación su peligro en China, Irán o Italia; el Gobierno sectario de España ocultó información y decidió seguir adelante con sus ideológicas manifestaciones, en lugar de prohibirlas y defender con ello a los españoles de una pandemia viral que ya para entonces había atravesado nuestras fronteras. En un ejercicio de irresponsabilidad e incompetencia único, y que nunca olvidaremos; presuntos científicos expertos, buena parte de la prensa y el Gobierno entero con Sánchez a la cabeza se empeñaron en negar el peligro y asegurar que todo estaba controlado, alentando así al pueblo a lanzarse a la calle entre risas, haciendo ver que el Coronavirus no era más que una simple gripe de la que apenas había que preocuparse. Durante estos últimos dos meses, de nuevo con la complicidad de la mayoría de los medios de comunicación; se ha permitido sin el menor control la entrada y salida de cualquier persona a territorio español, así como el movimiento de personas infectadas a otros territorios nacionales, obviándose con ello todas y cada una de las recomendaciones que a este respecto alertaron las autoridades sanitarias internacionales. Y por supuesto, durante ese precioso tiempo, se continuó derrochando dinero público en chiringuitos sectarios, así como en contentar a separatistas a cambio de su apoyo, en lugar de hacer acopio del material médico y humano necesario para enfrentarse a una pandemia que cualquiera minimamente informado veía venir desde hacía tiempo.
Llegados al momento actual, y siendo ya la propagación del virus un hecho; todos los españoles hemos sido enclaustrados en nuestras casas bajo el decreto de Estado de Alarma. Mientras la población observa entre aterrorizada e indignada como el número de fallecidos aumenta sin remisión (1753 fallecidos al escribir estas líneas), el Gobierno sigue utilizando todos los medios a su alcance para lavar -cual Pilatos- sin rubor sus irresponsables manos, al mismo tiempo que utiliza los resortes del Estado de Alarma para por ejemplo aupar a puestos clave del Estado a sus aliados marxistas, o para decretar amnistías que a buen seguro afectaran a sus aliados golpistas.
Tiempo habrá más adelante para hablar de donde vino y para qué vino este sospechoso virus; que además de la muerte y el miedo que lleva consigo, también traerá miseria para muchos e inmensa fortuna para unos pocos. Pero por el momento lo que toca es cuidarse, mantenerse templados de espíritu, informados y alerta, y no olvidar lo nada de lo ocurrido.
Qué Dios nos guarde a todos
Luis Carlón Sjovall (22/03/2020)
A.C.T. Fernando III el Santo
(*) La Espada Lobera es una columna de opinión que la A.C.T. Fernando III el Santo pone a disposición de socios y colaboradores. Las opiniones en ella expresadas son sólo atribuibles a quien las firma.
A. C. T. Fernando III el Santo: La Espada Lobera: "Sólo y borracho vino el coronavirus"
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Re: Angustia Coronavírica
Por lo visto, en Italia también están como en España: las autoridades sanitarias dan prioridad en los hospitales a los más fuertes postergando a los ancianos:
Siaarti - COVID19 - documenti SIAARTI
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Re: Angustia Coronavírica
El Gran Hermano te vigila:
CONTROLVIRUS: LA GEOLOCALIZACIÓN DE MÓVILES MEDIRÁ CÓMO SE CUMPLE EL ESTADO DE ALARMA
23 marzo, 2020
Las operadoras van a ofrecer al Gobierno herramientas de big datapara facilitar datos de geolocalización anónimos y agregados de usuarios para analizar si los ciudadanos están cumpliendo con las restricciones de movimientos impuestas en la declaración de estado de alarma para tratar de limitar los contagios del coronavirus Covid-19. Según fuentes del sector, las telecos tienen en marcha proyectos de estas características para presentárselos al Gobierno, y analizar la vía para su uso.
Uno de los puntos del plan de Vodafone para hacer frente al Covid-19 es aportar información al Gobierno sobre los movimientos de la población en las áreas afectadas. La teleco, que ya usa este tipo de técnicas en países africanos, va a ofrecer estas herramientas a los gobiernos de los países donde opera, entre ellos España.La teleco indica que cada vez es más importante que las autoridades controlen los movimientos de las personas que están en cuarentena, y añade que siempre que sea técnicamente viable y la legislación lo permita,Vodafone se ofrece a ayudar a las autoridades proporcionando información basada en grandes bloques de datos anonimizados. “Estamos elaborando un mapa de calor agregado y anónimo de Lombardía que ayude a las autoridades a conocer mejor los movimientos de la población para frenar al Covid-19”, dice.Todo esto huele a ensayo de control social.
https://somatemps.me/2020/03/23/cont...ado-de-alarma/
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Re: Angustia Coronavírica
ESCALOFRIANTE: (VÍDEO) INSTRUCCIONES EN UN HOSPITAL DE MADRID SOBRE A QUIÉN ATENDER Y A QUIÉN DEJAR MORIR
23 marzo, 2020
En un hospital de Madrid se dan instrucciones “éticas” a los equipos médicos para aplicarlas en una situación extrema: cómo hay que dejar de morir calculando “los años de vida recuperable”. Por tanto es mejor atender de coronavirus a un hombre de 50 años que a una mujer con cáncer de mama. Al final del vídeo la doctora que imparte las sesión reconoce que han recibido órdenes de no atender a los ancianos de las residencias.
http://<a href="https://videopress.c...v/8Dvc5IKA</a>
(picar en el enlace para ver el video, y si no funciona, en el enlace de más abajo)
https://somatemps.me/2020/03/23/escalofriante-video-instrucciones-en-un-hospital-de-madrid-sobre-a-quien-atender-y-a-quien-dejar-morir/
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Re: Angustia Coronavírica
El gobierno espiará tu móvil para saber donde te encuentras
Desde hace semanas venimos alertando del riesgo cierto de que el «estado de alarma» provocado por la pandemia del virus chino acabe por justificar la adopción de medidas de control de la población, que el coronavirus acabe siendo un atajo hacia el comunismo o variantes totalitarias de control de la sociedad.
Y todo ello con la excusa de protegernos, de que es por nuestro bien.
Con la excusa de luchar contra el coronavirus chino existe el peligro de que el Gobierno Tri-Chavito de socialistas, comunistas y chavistas adopte medidas de control de la población y de restricción de las libertades civiles, en lo que sería una involución en términos de calidad democrática.
Dichos temores cada vez son más justificados.
Este lunes hemos sabido que el Gobierno va monitorizar a la población a través de los móviles.
https://haciendounmundomejor.org/wp-...s-19.23.31.png
El Gobierno realizará un seguimiento de los teléfonos móviles de los españoles bajo la excusa de velar que el estado de alarmase cumpla efectivamente. Así lo ha anunciado la ministra de Economía Nadia Calviño este lunes.
Quieren controlar que la población cumpla las medidas de confinamiento, en definitiva, quieren dar un paso más, del arresto domiciliario actual a la utilización de los móviles a modo de tobilleras de localización de los delincuentes sexuales.
Estamos hablando de la geolocalización de los españoles a través de sus móviles, un Gran Hermano que permitirá al Gobierno saber en cada momento dónde estamos.
Esta información en manos del Gobierno y de Pablo Iglesias, sumado a su control del CNI y de los Servicios Secretos del Reino de España, constituye un peligro real para España, que puede verse empujada a un proceso de degradación institucional como la sufrida por Venezuela de la mano de los financiadores chavistas de Podemos, la franquicia de Maduro en España.
Ese peligro cada vez resulta más cierto y evidente y corremos el serio riesgo de precipitarnos hacia una deriva totalitaria. Las informaciones sobre los planes del Gobierno para monitorizar a la población a través de sus móviles nos alertan de estos peligros y urge una reacción ciudadana que pare los proyectos de control y dominio de la población.
https://haciendounmundomejor.org/cau...-gran-hermano/
(pinchando en el enlace se puede firmar si se desea; luego harán lo que les dé la gana, pero al menos se puede manifestar la disconformidad)
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Re: Angustia Coronavírica
Cita:
El Sambenito, más falso que una peseta de madera, nos lo colgaron las potencias foráneas por una razón entendible, pero igual de absurda: a pesar de que la enfermedad había arribado desde Estados Unidos, fue en nuestros periódicos en los que se empezó a informar de ella allá por mayo de 1918. No porque brotara por estos lares; tampoco porque el paciente cero fuese un vecino de Castilla. Más bien, porque en el resto de países europeos (inmersos como estaban en la Primera Guerra Mundial) se censuró cualquier información sobre su existencia para evitar que el caos se generalizara dentro y fuera de las trincheras. Por ello, y no por otra causa, en los diarios ingleses se pudo leer aquello de la «Spanish Influenza Pandemic».
Así fue; nuevamente, los hijos de la Gran Bretaña, que aún hoy por algún extraño arcano nos consideran sus enemigos históricos (probablemente más aún que Alemania) nos tenían que METER de alguna manera en el desastre mundial de la Gran Guerra, aunque fuera para echarnos la culpa de la pandemia; ya que fuimos totalmente neutrales en aquel macro-conflicto.
Siempre he pensado, qué hubiera pasado si cuando el Ejército Alemán desencadenó en mayo de 1918 la "Kaiserschlacht", que estuvo a punto de doblar el espinazo a las potencias aliadas de la Tríple Entente, "alguien" hubiera atacado al mismo tiempo en el sur de Francia, a través de los pirineos.
Cita:
El conspiranoico, puro, purísimo, inteligentemente privilegiado, consciente de todo y sabedor de la realidad oculta, (no tardarán mucho en pasar por "Cuarto Milenio", aunque no sé a qué están esperando en la dirección de dicho programa), no acaba de entender...¡huyyy! que "la fuerza de la razón"no es lo mismo que "la razón de la fuerza".
Curiosamente, ha sido Iker Jiménez el primer (y único) periodista que al principio de todo alertó de las gravísimas consecuencias de la pandemia; algo por lo que ha sido ninguneado y escarnecido por parte del Poder.
https://www.huffingtonpost.es/entry/...b68d6164554447
https://www.cope.es/deportes/noticia...0200315_647265
Lo de que se haya detectado un virus para hundir los sistemas informáticos de los hospitales, nos da una idea de hasta dónde llega el mal en esta sociedad; no os digo las penas que yo haría preceptivas.
PD: La señora Vicepresidenta del Gobierno, que lleva BASTANTE tiempo desaparecida, está ingresada en la (muy buena) Clínica Ruber de Madrid, por una "infección respiratoria".
https://www.expansion.com/economia/p...a588b461a.html
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Re: Angustia Coronavírica
Consideraciones espirituales sobre la pandemia. Comité Tradicionalista Civitella del Tronto
22 MARZO, 2020
https://carlismo.es/wp-content/uploa...e-1024x768.jpg
Queridos amigos:
La situación excepcional que estamos viviendo, precisamente por su carácter particularísimo y por sus vastos efectos, exige una reflexión que vaya más allá de la, por otro lado, comprensible, búsqueda de información y novedades. Por ello, sentimos el deber de proponer algunas consideraciones:
1. En esta situación que estamos atravesando nos enfrentamos a lo desconocido, a lo inesperado, a lo ignoto. Lo que se teme (el virus) es un adversario oculto: puede estar en todas partes o no estar en absoluto.
Muchos expertos han confesado desconocer cuáles son los conocimientos necesarios para preparar medidas sanitarias probadas y efectivas. Batallamos contra un misterio, ya sea por su significado extenso (lo que ignoramos) o por su significado intensivo (lo que transciende). Ha resurgido el misterio que el positivismo moderno intenta eliminar de la existencia humana y que el practicismo presume haber sometido a la operatividad. Se ha hecho evidente la fragilidad humana y con ello, la necesidad de tomar nota con la necesaria humildad. La epidemia ha puesto de manifiesto la inutilidad del orgullo típico del antropocentrismo moderno. Y lo ha hecho añicos con mucha rapidez.
2. La epidemia está minando rápidamente los mitos más tenaces de la modernidad y de la posmodernidad. Para empezar, el mito de un saber racional, capaz de comprender y de prever todo y, por lo tanto, de dominar cualquier situación, incluso la vida y la muerte. También el mito de la ideología del progreso sin límites, inexorable como el paso del tiempo, capaz de garantizar un incremento cualitativo generalizado, tanto para individuos como para pueblos; y de ofrecer a todos, gradualmente, bienestar, paz y libertad. Por último, el mito de los diseños del globalismo y, en la práctica, de la globalización, que alimentan la esperanza de la desaparición de fronteras, de la interconexión planetaria y del mestizaje invasivo.
La epidemia global está derrumbando todos estos mitos y dándoles su lugar entre los muchos engaños que a menudo logran revelar su naturaleza ilusoria más eficazmente que muchos análisis. En estos momentos, mientras asistimos al atardecer del activismo, de la promiscuidad y de lo efímero, aunque de manera temporal y forzosa, se redescubre la importancia de las fronteras (políticas), de los muros (domésticos) y de la privacidad (personal). Puede incluso que redescubramos también la importancia del silencio y de la reflexión.
3. Las singulares características del virus y de su propagación (sobre todo al principio) dejan la puerta abierta a las más variadas hipótesis. Muchas a lo mejor inquietantes, otras definitivamente desmitificadoras. Sin embargo, rechazarlas porque no las avalan “las versiones oficiales” o los medios de comunicación “acreditados” sería un acto ingenuo y superficial (quizá también servil). Considerar con atención estas hipótesis es una exigencia racional. Valorarlas con serenidad, una exigencia moral. Sobre todo, porque en este caso, como en muchos otros análogos, no es difícil advertir que la representación mediática no coincide con la realidad y que los datos expuestos (no raramente) resultan inverificables. En suma, pese a la sensación de ser informados constantemente hasta el último detalle, en realidad se trata de actos de fe (humana) en una imagen determinada de la situación (que parece requerir solamente soluciones obligadas e inevitables – las que ya están en funcionamiento … ‒ con las consecuencias que puedan acarrear).
4. No debemos pasar por alto que las guerras, catástrofes y crisis han sido a menudo (sobre todo en los últimos dos siglos) ocasiones propicias para llevar a cabo transformaciones revolucionarias, para alterar estructuras y costumbres, para subvertir instituciones, para imponer cambios (normalmente a peor) que de otro modo habrían encontrado oposiciones y obstáculos. De esta manera, la justificación que nace de la excepcionalidad de la situación se basa en el miedo y en la inevitabilidad y consigue vencer reservas y resistencias, o al menos las mitiga y las debilita. ¿Somos acaso el vórtice de un experimento de ingeniería social? ¿Consiste este experimento en comprobar la posibilidad de imponer nuevas formas de control generalizado y de nuevos estilos de vida? ¿Quizá esté relacionado con las innovaciones, consideradas como la panacea que resuelve todos los problemas? Será necesaria una mirada astuta, una capacidad de evaluación lúcida y una vigilancia activa.
5. Si observamos la sucesión de las fases de la epidemia, con las improvisaciones, incertidumbres e incoherencias que las han marcado, se hace necesario recuperar una célebre reflexión de Joseph de Maistre.
Los hombres protagonistas de la revolución francesa parecían liderarla, pero en realidad eran arrastrados por la misma. Los acontecimientos en sí mismos tenían una dinámica que, en el fondo, iba más allá de ellos y les superaba. De esta manera, los que parecían ser los líderes eran en realidad personajes rasos. Aunque algunos vivieran éxitos efímeros, lo cierto es que se encaminaban inevitablemente hacia el olvido. Parecía que eran ellos los que tomaban las decisiones, pero en realidad los acontecimientos las tomaban por ellos. Incluso aunque se hallaran en la cima del poder, no hacían más que establecer las bases de su derrota. Si bien sofocaron a sus oponentes, la verdad es que les tragó el mismo proceso que ellos desencadenaron.
Esta epidemia, sea cual sea su origen y destino, está demostrando que arrastra más que se somete, que alarma más que enseña.
6. Ante esta epidemia, las consideraciones dominantes son principalmente de carácter naturalista y secularista; las respuestas que se buscan y las propuestas que se hacen, de carácter horizontal. Los únicos a los que se recurre en busca de un poco de luz son los expertos en el ámbito biomédico. Les preguntamos el cómo y no prestamos atención al porqué. Y en este torrente continuo de noticias y conjeturas, lo cierto es que quien se deje llevar por él se perderá cada vez más. La acumulación de cifras no hace más que vaciar la mente de cualquier referencia. La ansiedad por poner números a la salud es una vía libre a la consternación y a la soledad.
Como es típico en un mundo secularizado, la ausencia de sacralidad se traduce en un empobrecimiento radical: una “liberación” no de las cadenas hipotéticas sino de la inteligencia de los principios, del propósito sustancial, de la posibilidad de resistir el mal. Ante las tragedias, la secularización no tiene respuestas verticales, sino únicamente cifras que se prestan a las más diversas interpretaciones. El hombre secularizado se descubre huérfano no solo de padre (de Dios padre y de cualquier paternidad), sino también de esperanza.
7. Durante siglos las epidemias, las carestías y las guerras se han considerado desgracias frente a las cuales cabía invocar el perdón y la ayuda del Cielo. El saber cristiano enseña que todo depende de Dios, directa o indirectamente, por voluntad positiva o permisiva. Dios quiere el bien, pero a veces tolera el mal. Y lo hace para conseguir un bien mayor. Nada escapa a la omnipotencia de Dios. Dios no obra solo a través de las leyes de la naturaleza o a través de cauces secundarios, sino que también puede intervenir milagrosamente contra y más allá de las causas naturales. En su búsqueda de una explicación profunda para las cuestiones más graves, la inteligencia (sin menospreciar los esfuerzos por estudiar las causas más próximas) no puede elevarse a lo Alto. Y a la voluntad no le queda otra que invocar la ayuda del Todopoderoso. No se trata solo de una petición de la fe, sino de una exigencia de la razón.
8. Antes las desgracias, lo Santos recurrieron a la penitencia y a la oración. Reconocieron en las calamidades las consecuencias de los pecados y de los vicios. Suplicaron la intervención del Altísimo, rogaron la intercesión de la Virgen. Sin embargo, hoy en día los eclesiásticos no llaman a la conversión, sino a la asimilación de las ideologías predominantes. Hasta el punto de tomar decisiones que, lejos de ser muestra de arrepentimiento, impiden incluso el acceso a las iglesias.
Comité Promotor de los Encuentros Tradicionalistas de Civitella del Tronto
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Carta del Excmo Sr. Don Maurizio de Giovine
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Queridos amigos:
Centrando la mente en lo verdaderamente importante, midiendo el tiempo con el reloj de la eternidad y reconociendo en los bienes sobrenaturales el criterio de los bienes naturales, realizamos un llamamiento urgente y afectuoso a la oración y la penitencia:
Os rogamos que recéis el Rosario diariamente, en especial en estos días de Cuaresma y segregación forzosa.
Os pedimos recuperar esta práctica tan habitual en las familias hasta hace escasas décadas, reencontraros con esta costumbre de nuestros abuelos que, a través de la unidad familiar, tantas gracias ha obtenido.
Os rogamos que os dirijáis con confianza a la Virgen – que ha sido definida como “la mnipotencia por la gracia” ‒ y le pidáis con el rezo del Rosario (la oración por excelencia de los tiempos difíciles) el fin de esta pandemia. Ofrecedle no solo sacrificio y sufrimiento, sino también el propósito (nuestro, de nuestras familias y amigos) de regresar a la integridad de la Fe verdadera, la fe de la Tradición católica, inmutable y por ello, siempre actual.
Os rogamos que acompañéis el rezo del Rosario a María (Auxilium cristianorum y Salus infirmorum) con la oración a san Roque, a la que tradicionalmente se recurre en tiempo de epidemias.
María Santísima, invocada como Reina del Rosario, ha impedido en numerosas ocasiones (en Lepanto o en Viena) la aniquilación de nuestros Ancestros y de la Civilización cristiana. También lo hará ahora, si la invocamos con confianza, conscientes de que nuestro mundo tendrá una posibilidad de futuro únicamente si reconocemos de nuevo a Cristo Rey.
Oraciones a San Roque
Glorioso San Roque, que por tu generosidad te consagraste al servicio de los apestados y por tus oraciones continuas viste el final de la peste y la curación de todos los enfermos en Acquapendente, en Cesena, en Roma, en Piacenza, en Montpellier, en todas las ciudades de Francia y de Italia por las que viajaste, concédenos hoy la gracia de tu intercesión y protégenos de este mal tan espantoso como desolador. Gloria.
Glorioso San Roque, que enfermado de peste mientras asistía a otros infectados, puesto a prueba por Dios mientras atravesaba los más terribles dolores, pediste que nadie se te acercara; que después, expulsado de la ciudad, sanaste de tus heridas en una choza gracias a los cuidados de un Ángel y viste saciada tu hambre gracias a un piadoso perro que cada día te trajo un pan robado de la mesa de su amo Gottardo; concédenos la gracia de sufrir con inalterable resignación las enfermedades, las tribulaciones, todas las desgracias de la vida, esperando siempre la necesaria ayuda del cielo. Gloria.
Comunión espiritual
La fórmula conocida y difundida en la Iglesia es de San Alfonso María de Ligorio y dice así: Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentado, ven al menos espiritualmente a mi corazón… Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de Ti.
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https://carlismo.es/consideraciones-...la-del-tronto/
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Re: Angustia Coronavírica
Cuidado con el virus totalitario
- POR JORGE MARTÍNEZ
- 21.03.2020
http://www.laprensa.com.ar/multimedi...114089_620.jpg
Es muy raro lo que generó esta pandemia. Decir que es pánico resulta poco. Es una paranoia, una histeria, una psicosis alimentada por la sobreinformación y por las medidas draconianas que, siguiendo las mismas recomendaciones internacionales, van adoptando uno por uno los gobiernos en todo el mundo.
Lo más preocupante es que el remedio podría ser peor que la enfermedad. Pero eso casi no puede decirse ya. Gobiernos, científicos y medios de comunicación están alineados en un mismo discurso del que no quieren (o no pueden) bajarse, y con el que el resto de los mortales tampoco pueden disentir, so pena de ser acusados de propagar el virus. La trampa mental perfecta.
Y todo esto ocurre mientras sigue sin saberse mucho de la enfermedad. La información que circula es contradictoria y más bien incompleta. Hay datos alarmantes, es cierto, pero también se conocen cifras que deberían relativizar el pánico. La cantidad de muertos en Italia desconcierta, pero justamente por lo excepcional, no porque sea la norma mundial. El factor de la edad de los pacientes parece tener mucho peso. Días atrás se difundió que el 99% de los fallecidos eran ancianos con dos o tres enfermedades previas. Un dato incluso superior a lo que se sabía de China, que situaba el porcentaje en el 80%.
No está claro cuál es el índice de mortalidad. Los números varían mucho y dependen, desde luego, de la cantidad real de infectados, que no hay forma de determinarla. Sabido es que, salvo en Corea del Sur, los exámenes escasean, demoran y pueden ser defectuosos y dar falsos positivos (como sucede con otras enfermedades). También existen testimonios directos de personas a las que se contó como positivos sólo porque presentaban síntomas compatibles con el coronavirus, que como se recuerda son casi los mismos del resfrío o la gripe. En España le dicen "diagnóstico por teléfono".
Pero hay más incertidumbres. Un experto alemán (el epidemiólogo Wolfgang Wodarg) expresó sus dudas acerca de que este coronavirus sea en verdad un virus nuevo, que fue el motivo de la preocupación inicial de los especialistas. Tampoco está muy claro cómo y cuándo surgió. Parece cierto que fue descubierto en China, pero el régimen chino insiste que fue traído desde el exterior por soldados estadounidenses que participaban de unas competencias deportivas en Wuhan. Ese dato, que bien puede ser un argumento de la propaganda oficial comunista, prácticamente no aparece en la prensa occidental, al menos la de alcance masivo. Del otro lado, el presidente Donald Trump no para de hablar del "virus chino". ¿Hay algo más en juego? No lo sabemos.
Siguen las rarezas. Alguien señaló con ironía que el virus parece tener predilección por los políticos, pese a que es un segmento ínfimo de la población. Pasó en Irán, en Italia, en Brasil, en España. A propósito de España, una de las primeras infectadas fue la ministra feminista Irene Montero, de inmediato recluida en cuarentena. Pero a los pocos días su esposo, el vicepresidente Pablo Iglesias, rompió el encierro común para asistir a una reunión de gabinete. Hubo algunas protestas de otros funcionarios pero el tema no pasó a mayores. Iglesias sigue en actividad. Para él no hubo prisión ni multas.
El barbijo* cumple un papel clave. Transmite una sensación de contagio inminente, de peligro general, como si la enfermedad estuviera en el aire y cualquiera fuera a contraerla con sólo respirar o asomarse a la calle. Los expertos repiten que sólo deben usarlo los enfermos y el personal médico, pero el mensaje cayó en saco roto. "Estamos difundiendo un pánico bestial", protestó en televisión el infectólogo argentino Fernando Polack. Lo dijo y la entrevista siguió como si nada.
En este contexto de pánico exagerado y datos insuficientes, casi todos los gobiernos -el argentino incluido- apelan a cuarentenas para disminuir la circulación del virus y aliviar los sistemas de salud. ¿Funcionarán? Nadie lo asegura. Lo único cierto son los daños que causarán. Economías en recesión o depresión, familias tensionadas al máximo, ancianos que una vez infectados no se permitirá visitar, ni siquiera cuando estén al borde de la muerte (ya lo anticipó el presidente de una empresa de medicina privada argentina), la fractura de la convivencia social, el estímulo a la delación ("¡Mi vecino violó la cuarentena!"), la desconfianza generalizada, y la obediente aceptación de otro virus mucho más peligroso que el que provocó todo el desquicio. El virus de un gobierno mundial totalitario que, con la excusa de detener una plaga, podrá ordenar la suspensión de misas y sacramentos, sofocar las libertades, prohibir la libre circulación, uniformar los pensamientos, perseguir a "disidentes sanitarios", aplicar curaciones y vacunaciones compulsivas y cambiar para siempre la vida de la especie humana. No es poca cosa.
*barbijo: nombre por se conoce habitualmente la mascarilla quirúrgica en Argentina
Cuidado con el virus totalitario - Opinión | Diario La Prensa
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Re: Angustia Coronavírica
La pandemia de los necios
La cospiranoia, por ejemplo, pretende que los actores visibles son marionetas que manos negras manejan
CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ 22/03/2020
En las ciencias sociales las crisis sustituyen laboratorios y experimentos, y son por eso importantísimas en el estudio del comportamiento colectivo. Permiten observar a dirigidos y dirigentes de la escena pública, políticos, empresarios, iglesias, sindicalistas, influencers. Yehzekel Dror fue una figura mundial que creó para analizaras el concepto de sala situacional, aplicado hoy en muchas partes para enfrentar coyunturas críticas.
En una Maestría que cursamos con él, tarde en la noche, cuando estábamos cansados, con hambre y sueño, “convertía” el curso en “gabinete de guerra” para que supiéramos cómo era gobernar en crisis. Entonces planteaba como ejercicio un conflicto bélico-político que debíamos resolver divididos por equipos, en dos horas a base de café y cigarrillos.
Según nos dijo, él sabía que saldríamos mal en las pruebas, porque en nuestras decisiones simuladas –según explicaba- privaban las simpatías o antipatías ideológicas, el orgullo, la moral, las creencias, la adrenalina, la imprudencia -y el sueño- sobre la razón. Lo que quería enseñarnos el profesor Dror es que los líderes para serlo deben esforzarse por decidir más allá de esas emociones.
Tener como norte que el interés fundamental es ganar, aun desafiando los propios prejuicios y el rechazo momentáneo de quienes cuestionan nuestra posición, porque con el triunfo nacería popularidad perdurable. ¿Qué quiero? No era relevante si para obtenerlo había que amenazar, adular, fingir, maniobrar, siempre que condujeras una victoria. En la actual ola mundial de antipolítica y neopolítica por hundimiento de los partidos históricos, es útil examinar el debate sobre Covid-19.
Dos cepas letales
Aparecen los bloqueos emocionales para tomar decisiones de política pública y entenderlas. La conspiranoia, por ejemplo, pretende que los actores visibles son marionetas que manos negras manejan, y muy a pesar, tales cotilleos contagian la opinión pública. Una necedad “de derecha” asegura que la pandemia es operación vitanda, ejecutada perfectamente por China contra occidente. Esparcieron el virus a voluntad y crearon pánico financiero entre trasnacionales que operan allá.
Así lograron que se remataran acciones que el gobierno maquiavélicamente adquiriría. Descartando imaginarios planes demenciales o genocidas, el Estado chino actuó como las autocracias: quiso enterrar el virus en el silencio, dejó morir al médico que alertó, y su error expandió la epidemia. Pero igual tomó posteriormente medidas acertadas. Según la lógica de algunos zafios gobiernos de la antipolítica y neopolítica latinoamericana, los venezolanos estamos obligados a morir.
Nos toca purgar culpas de revolución y pagar con sangre el socialismo XXI. Eso cuadra con la lógica de esa excrecencia que defiende la tesis de que el hambre y las desgracias derrocarán al gobierno ¡Qué importa que la gente muera si mueren los chavistas! Aunque los planes antipandemia del gobierno lucen acertados y con nueva orientación solicita apoyo del FMI, la reacción primate es cuestionarlo y bloquearlo.
Al otro lado del Estigia de la necedad, los portadores de la cepa “izquierdista” dilaceran la sociedad abierta por cualquier razón, pese a que sabemos cuál es la génesis del desaguisado. Sería una torva conspiración “neoliberal” de Estados Unidos en la que están involucrados grandes laboratorios norteamericanos, y Trump, con el fin de vender medicinas y golpear a China. O que el virus lo diseminó Israel para vender luego la vacuna que al parecer tienen en camino.
Casi todos mal y bien
Se calla que el manejo más irresponsable ha sido el español, que pese a tener la información una semana antes no suspendió la marcha del 8M ni tomó medidas por politiquería revolucionaria. Las instituciones más calificadas, el Instituto de Virologia de España, las más importantes revistas científicas (Virology, The Lancet, Maldita Ciencia) descartan que la amenaza global sea producto de una manipulación. Pero el radicalismo no cesa de ignorantear.
Ante la preocupación de los mandatarios en preservar la economía, es decir, la comida y el empleo de la gente, se escribieron fulerías tales como que para el capitalismo (kapitalismoa) la economía es más importante que la vida. Boris Johnson, no globalista y poco liberal, al parecer entendió que “dejar correr” el virus para estimular la reacción inmunológica de la población, conducen a las tragedias italiana y española (la primera por ineptitud y la segunda por razones revolucionarias).
Pero la gafedad ideológica acusa su error de ser un impromptu neoliberal. Otros cerebros telarañosos, casas de debates fantasmas contra un supuesto “neoliberalismo” que solo existe ahí, ven en las medidas que se toman un debate entre Hayek y Keynes. Así las acciones gubernamentales no son correctas o incorrectas, sino liberales o intervencionistas y es eso lo que les daría o quitaría solvencia.
Se burlan de Macron por establecer un subsidio de guerra a la economía para frenar el paro que vendría con una recesión, pero lo descuartizan si no lo hace. Confiemos que el liderazgo se guíe por los consejos de Dror: que quienes gobiernan agoten la información técnica e histórica, consulten. Debatan y actúen fuera de climas emocionales envolventes. “No reclames cuando estás furioso. No prometas cuando estás feliz”.
@CarlosRaulHer
https://www.eluniversal.com/el-unive...-de-los-necios
La politequería revolucionaria del fantasma de la Moncloa y el cafre de su aliado, el sátrapa de Galapagar, así como su corte de los milagros son los responsables de la situación en España, una vez que esto haya pasado ¿se les procesará por ello?
https://www.youtube.com/watch?v=dg4-MPlo8ME
En el que, en efecto, se salva Iker Jiménez, el mismo con el que siempre nos hemos metido o, quizás todavía peor, ninguneado. El mismo que afirma los periodistas generalmente sabemos poco, e incluyéndose él, opta por no juzgar a nadie. Y es que así es, cierta Prensa, generalmente la televisada, es ignorante , pazguata y profundamente amarilla, pero sale en la pantalla y se nutre de subvenciones sin cuento que, por cierto, pagamos entre todos. Sino ¿de qué íbamos a tener tantos órganos de propaganda'
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Re: Angustia Coronavírica
Ante el auge de los partidos populistas, no hace tanto, en 2016 ya empezaron a buscarse razones por las cuales "el fascismo" está creciendo tanto, incluso en estos momentos, podríamos afirmar que lo va a hacer exponencialmente como el Covid-19. Algunos conspiranoicos como Estulin, afirman incluso que España no va a salir viva de ésta. https://www.larazon.es/internacional...hctpt6wby.html
Como él ha sido coronel ruso ¿o soviético? y es o ha sido especialista de inteligencia (aunque suele mostrar poca), ya tiene títulos suficientes de autoridad para que lo que le dice la bola de cristal en su cabeza se convierta en dogma. No sólo eso, analiza TODO el problema mundial en ese artículo, y es que hay que ver lo que da de sí una baraja del Tarot.
Pero hay otros analistas que se huelen justo lo opuesto, y es que según nos muestra la Historia en las situaciones más graves, es cuando se produce el efecto opuesto sostenido por Daniel Estulin. ¿Pero de qué va esto? ¿A qué se llama fascismo y qué es en realidad?
¿Por qué está volviendo el fascismo?
12 Enero 2016Actualizado 22 Febrero 2017, 00:42
mohorteMOHORTE
@mohorte
Occidente vuelve a hablar de fascismo. Mientras en Europa una miríada de partidos políticos de extrema derecha, más o menos alineados con la herencia histórica del fascismo, copan un porcentaje notable de asientos parlamentarios, en Estados Unidos comienzan a plantearse si las ideas de Donald Trump merecen ser incluidas en el, hoy, amplio y difuso paragüas del fascismo. ¿Cuánto de fascista hay en Trump o en el Frente Nacional francés? ¿Cómo de real es el regreso del fascismo a nuestra actualidad política?
Quizá lo más adecuado sea empezar por el principio.
¿Qué fue el fascismo?
Posiblemente la pregunta de más compleja respuesta, y el origen del uso y abuso del término.
No hay una sola definición del fascismo. Roger Griffin, uno de los mayores expertos en historia del fascismo, estableció en The Nature of Fascism una breve definición que, si bien interpretada como canónica, sólo cuenta una parte de la historia: "El fascismo es un género de ideología política cuyo núcleo mitológico se basa, en sus diversas variaciones, en un renacido populismo ultranacionalista". El término clave es "género": la diversidad en grado, forma y éxito del fascismo y la carencia de una base teórica comparable a la del socialismo hace más sencillo hablar de conjunto de antes que de una ideología.
En términos generales, los historiadores suelen identificar algunas líneas comunes: rechazo al marco democrático, fruto de su radical antiliberalismo; visceral y violento anticomunismo; exaltación de las virtudes militares, juveniles y varoniles de la identidad nacional; exaltación de la simbología nacionalista sobre un discurso populista y ligeramente subversivo; utilización de la violencia callejera como brazo necesario de su ascenso político; y, por encima de todo lo anterior, la utilización de técnicas narrativas propias del siglo XX, inexplicables fuera del marco de la sociedad de masas.
Cuando un periodista del New Yorker trató hace poco de comprobar si las comparaciones de Donald Trump con el fascismo eran acertadas, se topó con trece interpretaciones conceptuales distintas de la ideología. El fascismo tuvo un carácter práctico antes que teórico, y aunque espoleado por los mismos objetivos dentro del mismo contexto, la Europa de entreguerras, no fue un movimiento ideológico claro como liberalismo o el marxismo.
¿Dónde se dio el fascismo?
Resulta más útil explicar y entender el fascismo dentro de su contexto, tanto nacional como internacional.
Dos regímenes del periodo de entreguerras suelen entrar en la definición de "fascismo" más canónica: la Italia de Mussolini y la Alemania nazi
El fascismo se dio, ante todo, en Italia. Fue allí donde el pequeño partido político fundado por un antiguo periodista socialista se erigió desde la minoría electoral como el único garante posible de la Italia ajena al horror revolucionario. Una vez obtenido el poder gubernamental con la aquiescencia primero reticente y luego entusiasta de las clases dirigentes, Mussolini convirtió en papel mojado el modelo político liberal que había imperado en el país transalpino hasta la Primera Guerra Mundial. Instauró una dictadura, ahora veremos por qué, y la mantuvo hasta su sangrienta caída en 1945.
De forma común, la historiografía no duda en englobar a la Alemania de Hitler dentro del mismo fenómeno. La Italia fascista y la Alemania nazi son los dos regímenes fascistas por excelencia, aunque historiadores como Gabriel Jackson prefieran categorizarlos separadamente, dado el carácter excepcional del nazismo. Pese a ello, Hitler siempre afirmó haberse sentido inspirado por Mussolini: partió de la minoría política para hacerse con el gobierno de la República de Weimar primero por la vía constitucional, y después, golpe de Estado mediante, por la vía del horror. Conoció fin en 1945.
Adolf YBenito Mussolini y Adolf Hitler.
¿Qué hay del resto de Europa? Es aquí donde se pisa terreno resbaladizo. Algunos historiadores, como Julián Casanova, no dudan en incluir la primera etapa de la dictadura franquista dentro del fascismo, pero no a partir de 1945. Salazar, la contraparte portuguesa de Franco, afirmaba sentirse en sintonía con Mussolini y Hitler, pero su régimen era distinto, como lo era el de Horthy en Hungría o el de Dolfuss en Austria.
Antes que movimientos revolucionarios y paramilitares surgidos en un contexto excepcional como respuesta al comunismo o a la crisis económica, las dictaduras autoritarias de parte de Europa prolongaban y extendían el poder autoritario histórico de la clase dirigente, tradicional y ultraconservadora. Si había similitudes o elementos en común es porque regímenes fascistas y dictaduras reaccionarias autoritarias perseguían objetivos semejantes, pero allí donde éstas existían, los partidos fascistas (Falange, la Cruz Flechada, la Guardia de Hierro) fueron durante años fuerzas minoritarias.
¿Por qué surge el fascismo?
Por diversos motivos, pero dentro del contexto del derrumbe del orden tradicional de Europa tras la catarsis política y social de la Primera Guerra Mundial.
En Italia, por ejemplo, el surgimiento del fascismo es temprano. Tras el conflicto, el país había ganado y perdido la guerra: pese a situarse en el bando vencedor, su desempeño militar es pobre. Sin un rumbo claro, con el orgullo nacional herido, sin el botín de guerra que le correspondía (la victoria mutilada) y con el fantasma lejano de la revolución comunista, Italia se sumerge el hundimiento del marco liberal clásico. La estabilidad previa a 1914, la seguridad del funcionario de clase media o del propietario de una pequeña empresa textil, se ve comprometida.
La Alemania nazi gustaba de pompa y parafernalia. La imagen, como mecanismo transmisor de ideas y como elemento propagandístico clave, sirvió a Hitler para movilizar a las masas desde abajo.
En ese contexto, el movimiento fascista, paramilitar, violentamente anticomunista y connivente con el orden social tradicional pese a su discurso revolucionario, se presenta como una solución atractiva para las clases medias e instrumental para las dirigentes. En palabras de Eric Hobsbawn, en su Historia del siglo XX:
Las condiciones óptimas para el triunfo de esta ultraderecha extrema eran un estado caduco cuyos mecanismos de gobierno no funcionaran correctamente; una masa de ciudadanos desencantados y descontentos que no supieran en quién confiar; unos movimientos socialistas fuertes que amenazasen, o así lo pareciera, con la revolución social; y un resentimiento nacionalista contra los tratados de paz de 1918-1920. En esas condiciones, las viejas élites dirigentes, privadas de otros recursos, se sentían tentadas a recurrir a los radicales extremistas, como hicieron los liberales italianos con los fascistas de Mussolini en 1920-1922 y los conservadores alemanes con los nacionalsocialistas de Hitler en 1932-1933.
Sin embargo, y pese a su inicial triunfo en Italia, el fascismo no vuelve a encontrar un propicio contexto de convulsión económica y social hasta 1929, con la crisis económica que habría de definir las dos décadas posteriores. Sólo gracias al violento shock de la recesión puede el NSDAP de Hitler acceder al poder primero por la vía parlamentaria y constitucional, y después por la vía autoritaria. Al igual que en Italia, se valió del ultranacionalismo, de la movilización de las masas desde abajo, de un contexto de inestabilidad y pérdida, de un brazo paramilitar y de la aceptación tácita de los dirigentes.
Sus aspectos revolucionarios o subversivos (la superación de la lucha de clases de los fascistas italianos, por ejemplo) se anulan con rapidez gracias al apoyo del poder tradicional, y por tanto conservador. Una vez en el poder, eso sí, tanto el fascismo como el nazismo anularían toda clase de oposición, tanto interna como externa, e instaurarían dictaduras totalitarias hasta el fin de sus días en la primavera de 1945.
¿Por qué se esfumó?
Porque perdió la guerra. Tanto Hitler como Mussolini, los dos grandes líderes fascistas del periodo de entreguerras, no sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial. Sus regímenes tampoco: tanto Italia como Alemania fueron ocupadas por las fuerzas aliadas. Tras el fin de la contienda, se instauraron democracias liberales bajo el auspicio de Naciones Unidas y de las potencias occidentales. Allí donde sobrevivieron las dictaduras autoritarias de los años anteriores, como en España y en Portugal, los elementos fascistas fueron suprimidos y omitidos. En Europa del Este la Unión Soviética se impuso.
El fascismo fue fruto de un contexto muy concreto. Finalizado se contexto, se fue. ¿Del todo?
¿Qué es el fascismo hoy?
La idea de un revival fascista europeo se remonta a finales del pasado siglo (en Italia, a bastante antes, de la mano del Movimiento Social Italiano). Ya en 1999, The Economist se preguntaba si estábamos ante un resurgimiento de tan postrada ideología con motivo del éxito electoral del FPÖ, el partido de extrema derecha popularizado por Jorg Häider a finales de los noventa y a principios de la pasada década. Su respuesta era clara: no, pero cada vez es más difícil diferenciar entre la derecha respetable y aquella que no lo es. Diecisiete años después, sigue siendo válida.
Marine LeMarine Le Pen, líder del Frente Nacional francés. A menudo, el partido es considerado "fascista". Su discurso se enmarca mejor dentro de la actual extrema derecha, nacionalista, populista, euroescéptica y xenófoba. Su padre formó el partido con claros elementos de simpatía neofascista, pero Marine Le Pen ha despojado de extravagancias y elementos antisemitas al discurso moderno del FN.
En Europa, el término se utiliza ante todo para definir a la ola de partidos de extrema derecha que, desde posiciones antiguamente minoritarias e incluso marginales del espectro político, han accedido a parlamentos y, en ocasiones, tomado instituciones. Hicimos un repaso de todos ellos en este post: desde el Frente Nacional francés hasta los Auténticos Finlandeses, su importancia varía en función del país, pero cuentan con líneas de pensamiento comunes: populismo, nacionalismo, anti-inmigración, islamofobia y recelo de la Unión Europea como proyecto político. Son la extrema derecha.
Estados Unidos está hablando durante estos días de "fascismo" a cuenta de Donald Trump, cuyas ideas se emparentan con las de la extrema derecha europea
En Estados Unidos, el concepto se ha introducido durante el último mes en el espacio mediático del país dentro del marco de debate sobre Donald Trump. ¿Es Donald Trump un fascista? La pregunta es sorprendente, pero medios como Slate no han dudado en publicar artículos que lo afirman, en base a sus dejes autoritarios y su abierta xenofobia. En The Week lo argumentaban: creciente culto a la personalidad, obsesión con la idea de la nación renacida, victimismo nacionalista, exacerbado odio racial. Y además, añadían, se daba el campo fértil para otro elemento clave: un grupo armado unido a su causa.
No todos están de acuerdo. Un grupo de historiadores especializados en fascismo habló con Vox sobre ello, y llegó a una conclusión unánime: Donald Trump no es un fascista. Su radio de acción política está en sintonía con los partidos de extrema derecha europea, fundamentalmente populistas, xenófobos y nacionalistas, pero no dentro del "fascismo" en la definición estricta del término. Ninguno de ellos rechaza la democracia de forma abierta, aspiran a operar dentro del sistema sin destruirlo. Ninguno de ellos hace apología ideológica de la violencia o la lleva a la práctica. Son dos aspectos clave.
Es difícil definir a Trump como un "fascista", pero eso no hace que sus ideas sean menos peligrosas o radicales.
En su caso, fascismo es una acusación política, antes que una descripción real. Son partidos de ideas anti-establishment en estados funcionales, los símiles con los años 30 son sólo retóricos. Todo ello habida cuenta de que partidos como el Frente Nacional sí fueron fundados desde un primer momento como organizaciones neofascistas, pero que con el tiempo han modulado su lenguaje alejándolo de las referencias antisemitas y de admiración nazi. No significa que su discurso político sea menos radical, como se apunta aquí, sino que su afiliación fascista formal ha desaparecido.
¿En qué se parecen ambos fascismos?
Allá donde sí se está dando, en muchos aspectos. Dos países cuentan con dos partidos que reúnen las condiciones para ser denominados "fascistas": Grecia y Hungría. Amanecer Dorado y Jobbik.
Hungría y Grecia sí cuentan con partidos de indisimulado antisemitismo o admiración nazi: incluyen elementos paramilitares y un ultranacionalismo de carácter expansionista.
Ambos no dudan en utilizar simbología muy semejante a la de los partidos fascistas de los años treinta. Amanecer Dorado, por ejemplo, ha escogido el símbolo griego de la eternidad y lo ha revestido entre los colores del nazismo: una bandera de fondo negro y un símbolo rojo y blanco es el más sentido homenaje a la esvástica desde la Segunda Guerra Mundial. De forma paralela, sus líderes han mostrado su admiración por Adolf Hitler y por su Alemania nazi, país que provocó una hambruna descarnada en Grecia durante la Segunda Guerra Mundial, matando a 300.000 personas.
Jobbik, por su parte, lleva años realizando desfiles y manifestaciones públicas siguiendo las líneas maestras establecidas por los nazis en los años treinta. El partido uniforma a sus militantes y los despliega con un aire abiertamente militarizado en sus eventos. Cuenta con una rama paramilitar bautizada como "La Nueva Guardia Húngara", resucitada bajo un nuevo nombre tras una prohibición y consecuente disolución previa. Su xenofobia no se limita sólo a los refugiados e inmigrantes (muy reducidos) musulmanes: Jobbik es un partido antisemita que lo oculta con severas dificultades.
A ambos hay que sumar otro país, aunque de forma más sutil y en unas elecciones de carácter menos relevante: Alemania. En los pasados comicios europeos, el Nationaldemokratische Partei Deutschlands, formado por militantes neonazis y de extrema derecha, se hizo con un escaño en el Parlamento Europeo. El NPD es racista, niega el Holocausto, alardea de su antisemitismo y afirma posicionarse en contra de la Alemania actual, reivindicando su expansión territorial. Nacionalista, populista, xenófobo y, en ocasiones, violento, el debate sobre si debe ser prohibido es vívido en Alemania.
Jobbik revive la idea de la Gran Hungría, y el NPD alemán sólo disimula su afiliación neonazi para evitar ser prohibido, mientras gana escaños en el Europarlamento
Mientras Jobbik aspira a revivir la idea de la Gran Hungría y acapara cada vez más porcentaje de votos, Amanecer Dorado, aunque estancados en crecimiento de apoyos electorales, observa con ojos nostálgicos la Megali Idea y patrulla barrios de clase baja para amedrentar a la población inmigrante. En Grecia, Amanecer Dorado se ha aprovechado de un cataclismo económico, de una percibida humillación nacional y del derrumbe progresivo del sistema de partidos para labrarse representación parlamentaria. En este caso sí hay paralelismos con los años 30.
Es lo que precisamente interesa a Griffin, en el reportaje de Vox, sobre Amanecer Dorado: "Hay un mito de pureza racial, un renacimiento del mito, hay un ritual político, símbolos crípticos". Y ante todo, condiciones políticas que se pueden enmarcar dentro de coordenadas parecidas a las del fascismo italiano o el nazismo alemán. Elementos estéticos e ideológicos que en el resto de Europa, por el momento, han quedado reducidos al neofascismo, casi siempre marginales, callejeros y lejos del sistema político. Pero que en Grecia o Hungría, se han hecho un hueco en el parlamento.
¿Quiénes les están apoyando?
Al igual que otros movimientos políticos de reciente surgimiento, la mayor parte de los partidos de extrema derecha y fascistas de Europa se apoyan en el crucial contexto de la Gran Recesión. El Frente Nacional de Francia quizá sirve de referente por excelencia: tras conseguir a principios de la pasada década disputar la presidencia del país en una segunda vuelta histórica, Marine Le Pen ha llevado a su partido a liderar los resultados electorales en primera vuelta en tres comicios diferentes (las europeas, las departamentales y las regionales). El Frente Nacional está ahora más fuerte que nunca.
Con motivo de las últimas elecciones regionales, algunos analistas apuntaron cómo el FN había desplazado a los partidos tradicionales obreros en los antiguos centros industriales de Francia, ahora decadentes. También resulta atractivo entre los jóvenes. Como recoge este reportaje de Politico, los dirigentes del FN saben que su estrategia se basa en posicionarse como la alternativa al establishment tradicional tanto a la izquierda como a la derecha del espectro político.
Pegida es una organización que defiende la restricción a la inmigración y que tiene un claro corte xenófobo. Durante el último año, con motivo de la ola de refugiados y del creciente miedo al terrorismo islámico, sus manifestaciones han sido frecuentes y muy numerosas.
Su narrativa de cambio cala bien entre los jóvenes y entre aquellos desencantados con el sistema y el funcionamiento del país, y sus posturas anti-inmigración le permiten arañar votos en antiguos centros obreros donde la afluencia de mano de obra barata se conjuga con la reducción de salarios y el desempleo. Al igual que el fascismo de los años 30, el FN y otros partidos populistas de extrema derecha se presentan como los salvadores a una patria y a un proyecto europeo decadente y sin alternativas a consecuencia del fracaso político de las élites tradicionales. Sus votos provienen de los sectores más vulnerables, para los que las formaciones más moderadas no encuentran respuestas.
Todos los partidos de extrema derecha se aprovechan de la ola de inmigración de las últimas dos décadas y, ahora, del aparente fracaso de la Unión Europea. Dinamarca, Reino Unido, Finlandia, Austria, en todos ellos el nacionalismo y la xenofobia se funden con la protección a los derechos de los ciudadanos nativos y a la reivindicación de la soberanía nacional frente al euro y a Bruselas. Es un discurso político populista que, dentro del marco democrático, está arrasando a lo largo de todo el continente.
https://magnet.xataka.com/en-diez-mi...do-el-fascismo
He preferido situar este artículo aquí en lugar de abrir otro hilo porque en España esta pandemia del Corovid-19 está generando sentimientos nuevos. La gente se está enfrentando a las imposiciones de un gobierno abiertamente comunista, aunque no salgan a la calle físicamente. Las redes son muestra de ello, los comentarios a las noticias a veces son demoledores y se nota un incremento en la solidaridad de los comentaristas. La sensación de un gobierno que miente claramente, u oculta la realidad, tal vez sólo la minimiza para evitar males peores, pero la sensación no es esta precisamente. Luego, la absoluta deslealtad de los separatistas ante una situación tan dramática, el aliento fétido que destilan alegrándose de las desgracias de España. El negro futuro económico y laboral, pues nuestra economía está extremadamente debilitada por la deuda pública... 1 billón ciento ochenta y nueve mil euros o en números redondos 1.189.000.000.000 € , y el gobierno comunista prometiendo que va a inyectar 200.000.000.000 más, que nadie sabe de dónde lo van a sacar, mientras se estima que hasta un 30% de la población laboral podría verse afectada por las medidas de recortes que son los ERTE, o sea, sin trabajar, aunque no despedidos, y mucho cuidado con trabajar mientras se está en esa situación, sin garantías de volver al trabajo, cobrando alguna miseria que no sirve para pagar todas las facturas, ni para vivir también. Todos los signos y los datos concretos apuntan a un cambio radical, a una percepción de nuestra realidad muy diferente, el encierro obligado, ese que se supone convierte a la gente en borregos obedientes al Sistema, a las órdenes del NOM, también da lugar a la reflexión, a la ira, al deseo de justicia, a la solidaridad, y los habrá que aprovechen la coyuntura para ofrecer alternativas atractivas de un signo totalmente opuesto al que hay ahora. Esto no es una profecía, esto es una reflexión sobre lo que puede llegar a pasar.
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Re: Angustia Coronavírica
¡Adiós, NOM, adiós! ¡Adiós globalización, adiós! Naturalmente es la opinión del articulista, pero no cabe duda de que lo que va a surgir de todo esto va a dejar a oráculos como Daniel Estulin en la cola del paro. Seguramente los del Club Bilderberg, y los de las "familias" que todos conocemos y, por supuesto, Soros, harán todo lo posible para no perder el control que han tenido hasta ahora, pero o lo habrán perdido del todo y para siempre, o tardarán mucho en volver a controlar todos los resortes, y para entonces, hasta es posible que hayan salido todos sus enjuagues, manipulaciones, negocios sucios, intentos de control mundialista, ingeniería social, etc., toda su escoria en definitiva, ante los oportunos tribunales, mejor internacionales para que las sentencias sean ejemplares ante el mundo entero. Pero de momento, y como nunca hay nada enteramente malo, ni bueno, se les ha acabado la que se traían. El Covid-19 puede que no sea sólo un virus biológico, pero cuidado con las consecuencias, que a mi no me gustan nada, China con su comunismo a la cabeza del mundo. Siempre se ha dicho que suele ser peor el remedio que la enfermedad: China a cambio del NOM.
Siete maneras en que el coronavirus va a cambiar el mundo tal y como lo conocemos
El coronavirus supone un punto de inflexión. Cuando la pandemia retroceda y recuperemos las calles, tendremos ante nosotros un mundo diferente
24/03/2020
El Covid-19 ha puesto nuestras vidas patas arriba. La mayoría de nosotros —incluyendo a gobiernos, empresas y meros ciudadanos— hacemos frente a la situación con la esperanza de que las cosas regresen a la normalidad lo antes posible. Sin embargo, el coronavirus supone un punto de inflexión. Algunas tendencias son ya evidentes, otras tardarán algún tiempo en cristalizar, pero algo está claro: cuando la pandemia retroceda y recuperemos las calles, tendremos ante nosotros un mundo diferente.
Hola, desglobalización
Tradicionalmente los Estados, al menos los más sólidos y poderosos, han tratado siempre de blindar sus sectores estratégicos ante posibles disrupciones. Sin embargo, nadie había considerado que la producción de bienes de bajo valor añadido entrase dentro de esta categoría: China los fabricaba por nosotros, y a menor coste. Sin embargo, ante la emergencia del coronavirus los países occidentales se han encontrado con la cruda realidad de que la disponibilidad de las mascarillas sanitarias depende, en último término, de la voluntad de Pekín.
Esto es aplicable a numerosos productos de importancia crítica (EEUU, por ejemplo, no produce antibióticos), así como a componentes básicos en las cadenas de montaje. La pandemia ha demostrado que las redes de distribución planetaria son mucho más frágiles de lo que se pensaba y, si un eslabón falla, el resto se viene abajo. Gigantes tecnológicos, textiles y otros están perdiendo auténticas millonadas estos días. El proceso de desglobalización ya estaba en marcha desde hace algún tiempo (se hablaba, por ejemplo, del fin de 'Chimérica' —la absoluta integración de las economías china y estadounidense— a raíz de la guerra comercial iniciada por Donald Trump), y la relocalización de industrias desde China y la diversificación del suministro empezaba a ser una realidad. Esta crisis muestra que, además, es una necesidad, al menos en determinadas áreas.
O Trump se hunde… o se salva definitivamente
Las elecciones de noviembre de 2020 prometían estar entre las más reñidas de la historia de EEUU. Con Joe Biden casi confirmado como el candidato “centrista” definitivo de la oposición y con la inevitable erosión que genera cualquier presidencia, las matemáticas parecían favorecer a un Partido Demócrata que ya ganó el voto popular en 2016; sin embargo, pasada la marejada del 'impeachment', con una economía fuerte y con unas bases firmemente posicionadas a su favor, el presidente Trump contaba con sólidos cimientos para su reelección. Los porcentajes tanto de rechazo como de aprobación hacia Trump venían siendo sorprendentemente inamovibles, y nada de lo que este o sus rivales hiciesen o dijesen parecía capaz de cambiar eso.
Hasta que llegó el coronavirus. Trump, que posee un formidable olfato político, reconoció la amenaza que esta crisis representaba para él desde el primer momento, de ahí que intentase minimizarla, catalogándola como “fraude de los demócratas” y tratando de impedir que los pasajeros del crucero Grand Princess desembarcasen en EEUU para que no incrementasen la estadística de contagiados en el país. Sus dos primeras intervenciones televisivas, así como la incompetencia inicial de su administración, ayudaron a hundir los mercados hasta niveles inéditos.
Adiós al último defensor de 'la simple gripe': Trump despierta de golpe al coronavirus
Durante semanas, Trump fue el máximo defensor global de los que minimizaban el impacto del coronavirus como una 'simple gripe'. Ahora, EEUU despierta a la vírica realidad.
Algo, sin embargo, ha cambiado en la Casa Blanca. Las últimas comparecencias de Trump han sido las más “presidenciales” desde su inauguración a principios de 2017, con un mandatario en modo comandante en jefe que se ciñe a los hechos y se apoya en los expertos, y que reconoce la seriedad de la situación (con notables paréntesis para arremeter contra China y culparla de la situación). Incluso la normalmente hostil CNN ha reconocido las virtudes de este nuevo Trump. Mientras tanto, el Ejército ha anunciado la movilización de sus buques hospitales y el Gobierno estadounidense está lanzando un paquete de medidas económicas tras otro para tratar de paliar las consecuencias de la debacle.
Está por ver si esto bastará para convencer a los estadounidenses de que el presidente está a la altura de las circunstancias, en un país donde ya hay más de 27.000 infectados confirmados y se espera una explosión en los contagios y miles de muertos. Si lo logra, cualquier cosa que presente la campaña de Biden será en vano. Pero de lo contrario, su presidencia está condenada. Lo sabremos dentro de algunas semanas.
El ‘golazo’ de China dará frutos muy pronto
Mucho se está escribiendo sobre la operación propagandística lanzada por China —enviando ayuda sanitaria al tiempo que trata de reescribir el origen del Covid-19— para convencer al mundo de que es el país adecuado para encabezar la lucha contra la pandemia. Esto se enmarca dentro de un proceso a largo plazo para incrementar el liderazgo de China en el mundo, que incluye colocar a ciudadanos chinos a la cabeza de instituciones internacionales y una vasta red de cooperación e inversiones en todo el mundo. El debate sobre si Pekín quiere ocupar el lugar que deja un Washington en retirada no está zanjado: liderar el planeta requiere un esfuerzo ingente, y muchos expertos consideran que China solo está reclamando una cuota de poder más adecuada a su peso económico real.
China pretende realizar un ambicioso acto de magia con el mundo entero mirando: el virus de Wuhan no es chino. Y si le sale bien, puede acabar convenciéndote de que un ciervo es, en realidad, un caballo.
Pero la eficacia a la hora de contener el estallido del coronavirus en Wuhan supone un golazo en toda regla para las autoridades chinas. De repente el modelo chino, hasta ahora percibido de forma casi unánime como monstruoso en las democracias occidentales, empieza a no parecerle tan malo a muchos. La admiración hacia China se extiende en paralelo con el hartazgo por la supuesta inacción europea, y Pekín se encuentra ahora con bastantes puertas abiertas. Nada que ver con hace unos meses, cuando la preocupación por la creciente hegemonía china se expandía por Europa, por no hablar de la abierta hostilidad de EEUU. Como mínimo, Pekín va a poder acallar muchas críticas internacionales en temas como el tratamiento de la minoría uigur, Taiwán, la cuestión territorial en el mar del Sur de China y, por supuesto, la vigilancia masiva sobre sus ciudadanos.
Crecerá el euroescepticismo
Si usted no ha seguido las noticias, tal vez se esté preguntando: ¿dónde está la Unión Europea en todo esto? Y si lo ha hecho, posiblemente se ha llevado las manos a la cabeza al enterarse de que ningún país de la UE ha acudido al llamado de auxilio de Italia, que ha tenido que recurrir a médicos de Cuba, Venezuela y China; al saber que Alemania prohibió la exportación de mascarillas en un primer momento; y que la directora del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, aseguró que su función no era cancelar las primas de riesgo pese al desplome económico generalizado.
Como bien explica nuestro compañero Nacho Alarcón, en realidad la culpa es más bien de las diferencias de criterio en los diferentes gobiernos que de la propia UE, que sí ha tratado de coordinar una respuesta efectiva. Bruselas, de hecho, ha conseguido poner en marcha un mecanismo de reparto de material sanitario en la Unión, y el BCE ha rectificado y ha puesto en marcha un programa de compras por valor de 750.000 millones para luchar contra los efectos económicos de la pandemia.
¿Dónde está la UE ante el coronavirus? Donde esté su Gobierno
Pero el daño ya está hecho. Las grietas en el interior del Bloque han quedado expuestas como nunca antes, los enemigos exteriores de Bruselas se frotan las manos, y las fuerzas euroescépticas pescan en río revuelto. Da igual lo que haga la UE: sus ciudadanos no se han enterado de ello, pero sí han visto cómo mientras tanto la comunidad china repartía mascarillas a sus policías y sanitarios. Pekín ha demostrado que solo es necesario un avión cargado de cajas con pegatinas solidarias, un teléfono móvil y las redes sociales para ganar la batalla de la opinión pública. No son muchos quienes hayan pasado a ver a China como un modelo a seguir de la noche a la mañana, pero sí abundan los que han dejado de creer que la respuesta a todo está en Europa. Y van a ser aún más.
Van a caer gobiernos
El coronavirus supone un test de gobernanza en todo el mundo. Numerosos ejecutivos de todo signo político están siendo cuestionados por sus ciudadanías ante el manejo de la epidemia —es el caso del Reino Unido, Colombia, México, Brasil y, cada vez más, Cuba, por mencionar solo algunos casos—, e incluso en aquellos países en los que la gravedad de la situación ha provocado una momentánea unidad las tensiones se mantienen bajo la superficie. Veremos protestas, elecciones anticipadas y algún que otro cambio de gobierno.
Después del cierre de filas, será hora de analizar los daños. Analizamos de qué forma el desarrollo de la epidemia puede afectar a la política de los próximos meses
Un caso a observar de cerca es el de Rusia: los medios controlados por el Kremlin llevan meses afirmando que la gestión de la crisis está siendo perfecta. Y puede que al país le ayude su extensión masiva y su despoblación, así como el frío extremo, que no favorecen la propagación del virus. Pero el alcance de la corrupción y la incompetencia de las autoridades locales hace dudar de que todo esté bajo control, y si los rusos empiezan a enfermar en masa —y en algunos casos, a morir— a medida que las temperaturas se atemperan tras el invierno, el presidente Putin va a tener un problema muy, muy serio, del que no le va a librar el acusar a Donald Trump de estar detrás del virus. Ojo, sería absurdo pensar que esto vaya a provocar necesariamente un cambio político inmediato en Rusia, pero puede debilitar a un Putin cada vez más cuestionado internamente.
¿El fin del sistema de ayuda internacional?
Ya lo estamos viendo en los campos de refugiados de Grecia, donde las ONG alertan que puede producirse un alarmante foco infeccioso sin que nadie sepa cómo —o quiera— hacer algo para paliarlo. Una situación similar se vive entre los cientos de miles desplazados rohingya en Bangladesh, entre los refugiados sirios en los campamentos de Jordania y Líbano, los somalíes en la frontera de Kenia o los desplazados internos en Sudán. La provincia siria de Idlib, sitiada por el ejército del régimen, puede convertirse en otro punto crítico, y en el resto de Siria el gobierno ni siquiera reconoce la existencia de infectados, por lo que no se está tomando media alguna. Del mismo modo, el coronavirus ha llegado a África y se está propagando de forma masiva sin que exista una infraestructura sanitaria sólida con la que atajarlo.
Según un reciente estudio de la Universidad Tecnológica Sharif de Teherán, "en el peor escenario" los muertos podrían llegar hasta los 3,5 millones
En suma, van a producirse cientos de miles de muertos, tal vez millones, en los lugares más necesitados del planeta, y no puede esperarse ayuda alguna de las sociedades más prósperas, ocupadas en contener el problema en su propio territorio. La guerra de Yemen y la tragedia humanitaria que provocó ya había demostrado que el sistema de solidaridad internacional del último medio siglo, nacido como respuesta a las guerras de Biafra y el Congo en los años 60, experimenta una profunda crisis de voluntad e interés. El Covid-19 le dará el tiro de gracia.
El coronavirus volverá… pero no será lo mismo
Es de desear que lo sucedido en estos días sirva de lección a los gobiernos y empresas de todo el mundo. Hay muchas cosas que aún no sabemos del Covid-19, y es posible que acabe desapareciendo tras esta temporada, pero la asunción de muchos expertos es que probablemente se volverá una enfermedad estacional que regresará cada año.
Sin embargo, tres cosas habrán cambiado. En primer lugar, es improbable que cause el mismo nivel de pánico social, bursátil y político: el haber sobrevivido a la experiencia genera resiliencia en las sociedades, por lo que la próxima vez las reacciones serán menos irracionales. En segundo lugar, es probable que una parte de la población mundial desarrolle cierta inmunidad natural que ralentice el contagio y reduzca su impacto. Por último, hay que admitir que, pese a los avisos de especialistas desde hace años, esta epidemia nos ha pillado completamente desprevenidos. La próxima vez, en cambio, cabe esperar que gobiernos y autoridades sanitarias hayan desarrollado protocolos más eficaces, basados en la detección temprana y en la realización de test de forma masiva en las primeras etapas de la epidemia —la medida que se ha demostrado más eficaz en todo el mundo a la hora de combatirla—, en lugar de tener que recurrir a los confinamientos que tanta disrupción están causando a nivel global.
https://www.elconfidencial.com/mundo...virus_2511232/
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Re: Angustia Coronavírica
Esto es un presidente, y no la basura que tenemos en la Moncloaca.
El presidente católico de Kenia proclamó este sábado como día nacional de oración por el coronavirus
«No podemos ignorar la necesidad de recurrir a Dios», ha declarado el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, al proclamar un día nacional de oración que se celebraró el sábado 21 de marzo, para pedir la protección divina contra el COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus.
https://www.tradicionviva.es/wp-cont...u-Kenyatta.jpg
«En estas circunstancias, como hemos hecho en el pasado como nación, siempre hemos recurrido a Dios primero para agradecer los diferentes dones que ha entregado a nuestra nación. Pero también recurrimos a Dios para compartir nuestros temores, nuestras aprensiones, para buscar su guía y protección que siempre está presente», ha afirmado el presidente Kenyatta en su declaración.
«Hemos aprendido con el tiempo que recurrir a Dios en momentos como este no solo nos da consuelo sino también esperanza y fortaleza para superar esos desafíos que para nosotros como humanos pueden parecer insuperables».
La jornada de oración del sábado, ha continuado el presidente, que es católico, «será dirigida por un equipo de líderes religiosos en la residencia presidencial a partir de las 12.00 del sábado».
Si bien la reunión en la State House el sábado involucrará solo a unos pocos líderes religiosos en línea con la directiva para evitar reuniones, el Presidente ha alentado a los keniatas a unirse a la oración nacional donde sea que se encuentren e instado a los medios locales a transmitirla para dar a todos la oportunidad de participar desde sus hogares.
https://www.tradicionviva.es/2020/03...l-coronavirus/
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Re: Angustia Coronavírica
Me ha resultado curiosa esta foto que he visto por ahí:
http://hispanismo.org/attachment.php...tid=9780&stc=1
Yo soy de los que cree, aun a riesgo de que me llamen conspiranoico, que nada de esto sucede de casualidad y que todo tiene su significado y su ritual. Y que el estado de alarma se decretara un viernes, 13.
En fin, pegadme palos. :toyfeliz:
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Re: Angustia Coronavírica
Cita:
Iniciado por
Alejandro Farnesio
Me ha resultado curiosa esta foto que he visto por ahí:
http://hispanismo.org/attachment.php...tid=9780&stc=1
Yo soy de los que cree, aun a riesgo de que me llamen conspiranoico, que nada de esto sucede de casualidad y que todo tiene su significado y su ritual. Y que el estado de alarma se decretara un viernes, 13.
En fin, pegadme palos. :toyfeliz:
Yo tampoco creo en las casualidades (azar, el cual he dicho muchas veces que no se puede meter en ninguna fórmula y por eso no es empírico), pero sí en las causalidades, y esas cuentas que más parecen las propias del Talmud, son simples casualidades. Sobre juegos matemáticos con resultados sorprendentes hay muchísimos. Para desarrollarlos hay que tener en primer lugar mucho tiempo, después estar desocupado, además, como en este caso, corona también es lo que llevan los monarcas y nobles titulados encima, ¿acaso la monarquía y la nobleza titulada es obra del maligno? Además, en este asunto se trata de un coronavirus, ¿por qué no hacen lo mismo con todas sus letras?, y dicho término es la taxonomía con la que los virólogos se refieren a una familia vírica, algo similar a hablar de felinos, en la que están incluidos el gato de angora y el tigre de Bengala. Al gato lo puedes acariciar, ¿y al tigre? Por tanto, tan coronavirus es el catarro común, como el Covid-19, sólo que el catarro se asemeja al gato, y el otro al tigre según estamos comprobando.
Luego, ¿por qué no creo en conspiraciones en este asunto? Pues es de sentido común, porque los conspiradores no ganan NADA, al contrario pierden MUCHO, luego esta situación, tal como dije, es como sí se pegaran un tiro en el vientre. Y ahora sobre los conspiranoicos: ¿qué cualificación tienen para estar al corriente de informaciones, muchas secretas a nivel de secreto de Estado, para difundirlas como sí se tratase de verdades objetivamente corroboradas? La respuesta es NINGUNA, porque llegados al punto, están OBLIGADOS a demostrar sus afirmaciones, las cuales son claramente de naturaleza ideológica personal.
¿Y por qué denuncio estas cuestiones? Porque la situación es sobradamente grave, según se va viendo día a día, como andar con estas chorradas de las imaginarias conspiraciones de algunos que no deben tener nada mejor que hacer.
Sin embargo, lo que se anunció en Ezquioga y en Garabandal SÍ se está cumpliendo.
http://hispanismo.org/religion/27438...-ezquioga.html
http://hispanismo.org/religion/27447...-ezquioga.html
Por ejemplo, durante la estancia de la Viceministra Calvo en esa clínica privadísima llamada Ruber, ¿alguien ha caído en la cuenta, en el pequeño detalle, de que si Sánchez hubiese enfermado, el "PRESI" hubiera sido Iglesias? Sólo es un ejemplo, y un aviso de que es posible que los comunistas de PODEMOS se apoderen de España, tal como nos avisan en ambas apariciones marianas.
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Re: Angustia Coronavírica
Quien más, quien menos, todo el mundo busca dar explicaciones a lo que está sucediendo, pero prácticamente casi todo no pasa de meras especulaciones o explicaciones muchas veces simplistas fundamentadas en el "a mí me parece", que objetivamente tiene un evidente gran peso científico, y que no hace sino contribuir a que el caos se incremente gracias al miedo que causa entre quienes no saben ni a quienes creer, ni a donde mirar. Verdaderamente, hasta que no se haya pasado, y los verdaderos expertos en una multiplicidad de campos de conocimiento empírico: Medicina, Pandemiología, Virología..., etc. hasta Sociología, Antropología y Psicología Social, no efectúen sus estudios y elaboren sus conclusiones, no se podrá saber casi nada de cierto al respecto. Lo demás son cantos de sirena o aullidos a la Luna. Sin embargo, y en medio de este caos mundial, siempre hay quienes intentan entender algo de la naturaleza humana, en ocasiones tan ilógica e inconsistente. Uno de esos intentos se puede leer en el siguiente artículo. Que ls variables manejadas sean suficientes, o que otras diversas hayan quedado en el tintero, es perfectamente posible. Que se esté de acuerdo o no con las conclusiones expuestas, es asunto personal de cada cual, bien entendido que quien lo discuta debería elaborar el mismo trabajo con idéntico nivel de concreción y nivel de conocimientos, sino no valdrá ni para forrar una caja de zapatos.
Algunas personas simplemente no se quedarán en casa durante una pandemia. Seis razones pueden explicar por qué
Por Scottie Andrew
24 Marzo, 2020
(CNN) — Vivir una pandemia es extraño. A la mayoría de nosotros nunca se nos ha pedido hacer sacrificios como este antes: quedarse en casa y limitar el contacto con los demás.
Toda esa interrupción puede hacer que las personas se sientan ansiosas. Y para algunos, eso incluye ignorar por completo el nuevo coronavirus y continuar como si todo siguiera como siempre.
A pesar de las repetidas súplicas de los funcionarios de salud pública y de varios gobiernos para quedarse en la casa y frenar la propagación de covid-19, muchas personas simplemente no lo harán.
Vacacionistas abarrotando playas. Pasillos en las tiendas de comestibles repletos de compradores. Adultos mayores que se niegan a dejar de ir a la iglesia.
¿Por qué algunas personas no toman en serio esta amenaza?
El aislamiento social es difícil, pero es el aislamiento de los pacientes es desgarrador
Los psicólogos dicen que hay varias razones, y la mayoría de ellas se reducen a la naturaleza humana.
Estos socializadores son ‘subrespondedores’
Gordon Asmundson, profesor de psicología de la Universidad de Regina en Saskatchewan, está estudiando cómo los factores psicológicos impactan la propagación y la respuesta al covid-19. Nos ha dividido a todos en tres grupos según nuestra respuesta a la pandemia: los que responden en exceso, los que no responden y los que se encuentran en algún punto intermedio.
Los que responden en exceso son los compradores de pánico que han acumulado suministros por meses. Están asustados y apoyarse en montones de papel higiénico los empodera y alivia ese miedo.
Las personas en el medio están haciendo lo que se les pide que hagan sin entrar en pánico o actuar demasiado laxas: son los ‘Ricitos de oro’ de la pandemia.
Los que no responden son aquellos que desobedecen la guía de salud pública, los que se consideran invulnerables. No siguen el distanciamiento social porque creen que no se enfermarán, aunque podría evitar que las personas más vulnerables se infecten.
Estos “subrespondedores” pueden ser los culpables si el virus continúa propagándose durante meses en todo el país.
Lo ven como una forma de recuperar el control
Al igual que los compradores de pánico que acaparan el papel higiénico, los que no responden continúan reuniéndose en grupos e ignoran los consejos porque se sienten impotentes. Desafiar las medidas hace que el virus parezca más pequeño, dijo Vaile Wright, director de Investigación Clínica y Calidad de la Asociación Americana de Psicología.
“Uno de los desafíos con la incertidumbre es que nos recuerda cosas que están fuera de nuestro control”, dijo. “Creo que este tipo de desafío a las medidas, en cierta medida, es por tratar de recuperar el control”.
Y de la misma manera que atesorar suministros es perjudicial para frenar un virus, también lo es desafiar los consejos. Reunirse en multitudes solo aumenta el riesgo de exposición. Limitar el contacto con los demás es la única forma de frenar la propagación del nuevo coronavirus.
No creen que sea su problema
Para algunos, el covid-19 parece un problema lejano que enfrentan los residentes de ciudades populosas o países extranjeros. Es triste, sí, pero no es su carga.
Las personas que viven en comunidades donde la infección no es generalizada o los funcionarios no han impuesto bloqueos, pueden estar menos dispuestos a distanciarse de los demás, dijo Steven Taylor, psicólogo clínico y autor de “La psicología de las pandemias”, una mirada histórica a cómo la gente responde a tales crisis.
“Tal vez es una ilusión [de su parte], pero las personas están minimizando la importancia, tal vez porque no están viendo a las personas en sus comunidades contagiarse con el virus”, dijo Taylor.
Están aturdidos
El coronavirus está creando lo que Taylor llama una “infodemia”. Cuando lo que consumen las personas de los medios de comunicación, las fuentes de las redes sociales y las conversaciones con sus seres queridos consisten en nada más que covid-19, pueden volverse insensibles a su gravedad, dijo.
“La gente se está adormeciendo”, dijo Taylor.
Esta sobrecarga de información también contribuye a mensajes mixtos. A las personas más jóvenes se les ha dicho repetidamente que tienen un menor riesgo de infección. Eso, combinado con la propensión de los adultos jóvenes a asumir riesgos, puede significar que no temen al virus.
Están pensando individualmente
Tampoco es solo un problema generacional. El mundo occidental, y Estados Unidos en particular, han apreciado durante mucho tiempo las libertades individuales, a veces incluso en beneficio de la comunidad. Y durante una pandemia, esa mentalidad puede ser fatal para las personas más vulnerables, dijo Taylor.
Es por eso que los trabajadores de la salud, las celebridades y la gente común están implorando al público que se queden en casa no solo para protegerse a sí mismos, sino por los demás: adultos mayores de 60 años de alto riesgo, personas con sistemas inmunes comprometidos y médicos y enfermeras en la primera línea de la pandemia.
“El esfuerzo comunitario es la única forma de manejar [el coronavirus]”, dijo Taylor. “Deben tener en cuenta a otros además que a ellos mismos”.
Están solos
Los tres psicólogos están de acuerdo: los seres humanos anhelan la conexión, y la negación de la interacción social durante períodos prolongados puede doler.
Puede ser particularmente difícil para los adultos mayores, que ya tienen un mayor riesgo de mortalidad por depresión y soledad. Pueden estar menos dispuestos a usar herramientas tecnológicas, como FaceTime o videoconferencias de Zoom, para comunicarse.
“Somos criaturas sociales”, dijo Asmundson. “También tenemos muchas libertades. Es difícil hacer los cambios que se nos pide que hagamos”.
Entonces, ¿cómo persuadirlos para que se queden adentro?
Eso es lo que Asmundson quiere descubrir.
Al identificar los factores psicológicos que contribuyen a estas respuestas, ya sea demasiado extremas o demasiado laxas, los funcionarios públicos pueden modificar sus mensajes para convencer a las personas de que sigan el distanciamiento social.
Ese mensaje puede ser complicado, dicen los psicólogos. Algunos creen que las personas deben tener miedo para quedarse en casa. Otros argumentan que usar el miedo puede ser contraproducente porque las personas que responden con miedo no toman decisiones basadas en la lógica, de ahí las compras en medio del pánico.
Es difícil lograr un tono igual con los que responden de más y los que no responden, dijo Asmundson. Pero hay una cosa en la que los expertos están de acuerdo: convencer a la gente de que se quede en casa es nuestra mejor apuesta contra una pandemia.
https://cnnespanol.cnn.com/2020/03/2...an-en-su-casa/
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Re: Angustia Coronavírica
¿Podría el coronavirus aumentar la asistencia a la Misa Tradicional?
Por
Peter Kwasniewski -
23/03/2020
https://adelantelafe.com/wp-content/...6x348.jpg.webp
¿Verdad que sería una magnífica ironía que el coronavirus llevara a un considerable aumento de misas tradicionales y a que más fieles asistieran a ellas?
En mi artículo «Restoring Liturgical Tradition after the Pandemic», publicado en New Liturgical Movement el pasado 19 de marzo, propuse a los sacerdotes que aprovechasen esta oportunidad que les ha proporcionado Dios de enriquecer y reencauzar la vida de parroquia por sendas más tradicionales. Entre otras cosas, comprendería a) aprender la Misa Tradicional si no la conocen ya; b) practicarla a fondo si no tienen experiencia; c) celebrarla cada día, a ser posible, durante el confinamiento; d) celebrar siempre ad orientem y mantener la costumbre cuando se reanude el culto público; e) reorganizar los horarios de Misa cuando pase la crisis a fin de incluir, mejorar o ampliar el acceso a la Misa Tradicional; f) eliminar los abusos y malas costumbres adquiridas en la liturgia, que han quedado suprimidos de facto en las últimas semanas; y g) reformular el programa musical de la parroquia empezando de cero con coros y músicos más adecuados.
L
a lista es indudablemente larga y ambiciosa, pero le brinda cohesión la centralidad de la digna celebración de la Misa, y las rigurosas alteraciones que estamos viviendo hacen que todo ello resulte factible. Después de varias semanas de inactividad, los feligreses que sigan creyendo estarán ansiosos de volver a Misa y contentos de que vuelvan a abrirse las parroquias. Los sacerdotes tendrán una oportunidad ideal de aducir exigencias y reordenamiento de prioridades pastorales. Podrán introducir en sus homilías enseñanzas catequéticas que antes habrían chocado pero entonces se verán apropiadas. En muchos sentidos sería como una tábula rasa o un cheque en blanco para ellos. Los propios obispos estarán tan centrados en las consecuencias de lo que está pasando que les resultará difícil bloquear una iniciativa organizada por muchos sacerdotes (por esta razón, aconsejo encarecidamente a los que sean de un mismo sentir y amen la Tradición que se coordinen entre sí y tracen un plan).
Mientras tanto, estamos confinados por un tiempo indefinido. Algunos epidemiólogos, en vista del extremo grado de contagiosidad del virus y ante la imposibilidad de contener su propagación, pronostican un marcado incremento en el número de casos en las próximas semanas. Por lo que sabemos, puede pasar un mes hasta que se reanude el acceso a los sacramentos.
En la medida en que resulte viable, animaría a los sacerdotes a mantener las iglesias abiertas, al menos cuando ellos estén presentes, para que los fieles puedan descubrir –sin previo aviso ni publicidad– que a tal o cual hora del día da la casualidad de que los curas dicen Misa (me he enterado de que ya está sucediendo en cierta medida). Técnicamente se ajusta a lo exigido: no hay un horario de misas públicas, pero tampoco se pide a ningún feligrés que se marche ni se le impide entrar a rezar. Si el número de fieles que entran supera el límite establecido, el celebrante podría pedir a los laicos que se quedaran fuera, o que se turnasen «si quieren entrar».
Es evidente que algún obispo podría tener noticia de ello e intentar prohibirlo, pero al sacerdote no se le podría acusar de ninguna conducta errónea por decir una Misa privada y descubrir (sin que él lo advirtiese, ¡por estar celebrando ad orientem!) que habrían entrado algunos fieles.
En un libro que está a punto de publicar la editorial Angelico Press, The Traditional Mass: History, Form, and Theology of the Classical Roman Rite,de Michael Fiedrowicz, se puede leer lo siguiente sobre la Misa privada:
«Esta forma de celebración [la misa baja] se había extendido mucho más desde la segunda mitad del siglo VII, por haberse multiplicado grandemente la cantidad de sacerdotes que vivían en conventos, mientras que los sacerdotes seculares celebraban una vez al día, aunque no hubiera fieles presentes, y se ofrecían cada vez más estipendios para misas por necesidades de los fieles, sobre todo para misas de difuntos. La expresión que se acostumbra emplear en este contexto (Misa privata) no debe entenderse en el sentido de que la celebración no sea un acto público y comunitario de la Iglesia. Dado que ciertos sectores del Movimiento Litúrgico rechazaban tales celebraciones, Pío XII defendió expresamente la legitimidad de ellas en su encíclica sobre la liturgia de 1947. A fin de recordar que incluso esa clase de Misa es un acto público de culto a Dios en nombre de Cristo y de la Iglesia, la Sagrada Congregación de Ritos decidió en suInstruccíón sobre la música sagrada (1958) que no se volviera a utilizar la expresión Misa privada. El Catecismo del Concilio de Trento ya había rechazado su utilización por razones parecidas. Con todo, no hay que olvidar que Misa privada nunca fue sinónimo de Misa sine populo, en la que sólo hay un acólito presente. Se trataría más bien de una Misa que el sacerdote celebra por devoción personal o a petición de un feligrés y no se dice en público (Misa publica), o sea, no una Misa parroquial ni conventual».
La importancia de ello estriba simplemente en que la distinción entre una Misa pública (que es lo que los obispos están suprimiendo o prohibiendo) y una Misa privada (que, según el Derecho Canónico todo sacerdote está autorizado a decir) no está en que haya gente presente o no. Depende enteramente de la naturaleza del acto: ¿se trata de una Misa parroquial o conventual que se celebra a una hora fijada, o de un acto de devoción personal realizado por un sacerdote que no tiene otra obligación en ese momento?
Por eso dice Summorum Pontificum, si bien con la menos precisa jerga de los documentos postconciliares:
En las Misas celebradas sin el pueblo, todo sacerdote católico de rito latino, tanto secular como religioso, puede utilizar tanto el Misal Romano editado por el beato Papa Juan XXIII en 1962 como el Misal Romano promulgado por el Papa Pablo VI en 1970, en cualquier día, exceptuado el Triduo Sacro. Para dicha celebración, siguiendo uno u otro misal, el sacerdote no necesita permiso alguno, ni de la Sede Apostólica ni de su Ordinario. (Art.2)
Y luego, en el artículo 4:
A la celebración de la Santa Misa, a la que se refiere el artículo 2, también pueden ser admitidos —observadas las normas del derecho— los fieles que lo pidan voluntariamente.
En ningún lugar se indica que haya que pedirlo de palabra ni por adelantado; puede suceder simplemente que lleguen feligreses, se arrodillen y se pongan a oír Misa.
Las consecuencias serían las siguientes:
1. En las diócesis que hayan suprimido las misas públicas, los sacerdotes que aman la Misa Tradicional pero no suelen celebrarla, o bien la dicen únicamente en su día libre, tienen ahora la oportunidad de rezarla, conforme a lo previsto en Summorum Pontificum y Universiae Ecclesiae. Para muchos, sería el cumplimiento de un sueño.
2. Los fieles que se presenten casualmente en tales misas privadas (o misas sin presencia del pueblo) están autorizados a oír dichas misas.
¿Verdad que sería una magnífica ironía que el coronavirus llevara a un considerable aumento de misas tradicionales y a que más fieles asistieran a ellas?
Desde luego, podemos asegurar que en lo que se refiere a misas televisadas, hay una presencia desproporcionadamente mayor de misas tradicionales en comparación con las mucho más extendidas del Novus Ordo. Por motivos que no deben sorprender a nadie, la Misa Tradicional es mucho más solicitada por su belleza y reverencia, y prácticamente no hay Misa Novus Ordo televisada que le pueda comparar. Un fenómeno parecido explica por qué si se buscan en internet fotos de Misas aparecen muchas de la tradicional (para fastidio de progres). Es probable que la crisis actual lleve a muchos más católicos a redescubrir su legado y beneficiarse de él cuando y como puedan. Sabemos que Dios se valió del terrible Saco de Roma para traer una reforma profunda y duradera. Puede que ya se esté valiendo de esta situación para poner algo de orden en la Iglesia.
https://adelantelafe.com/podria-el-c...a-tradicional/
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Re: Angustia Coronavírica
Queridos obispos: aprovechen la gran oportunidad que les da Dios de enseñar
Por
Peter Kwasniewski -
25/03/2020
https://adelantelafe.com/wp-content/...6x298.jpg.webp
Un sacerdote que celebra la Misa Tradicional me escribió lo siguiente y me pidió que lo publicara:
Mientras observamos cómo se desata el caos a nuestro alrededor a causa del coronavirus y nos tomamos unos momentos para reflexionar sobre la vulnerabilidad de nuestra patria y nuestro pueblo; mientras nuestra torre de Babel, edificada con ladrillo de artefactos electrónicos, espectáculos, distracciones y autocomplacencias se viene abajo haciendo visible a una humanidad inmersa en el miedo a la enfermedad y la muerte, mensajeras de un Dios hace tiempo olvidado, es posible que a los católicos fieles les sorprenda la supresión de las misas públicas en amplias zonas de los Estados Unidos y de todo el planeta. Si bien reconocemos que sin duda alguna es necesario tomar precauciones, ¿contribuye la prohibición de las misas públicas y los sacramentos al bien de la humanidad?
Independientemente de cuál sea nuestra respuesta, la situación es la misma. En todo caso, no podemos pasar por alto la ocasión que se les presenta a los obispos de poner punto final a algunas costumbres cuestionables o incluso claramente irreverentes que arrastra el culto católico desde hace décadas.
A medida que los obispos prohíben sistemáticamente el darse la paz, comulgar bajo la especie del vino y (en algunos lugares) la distribución de la Sagrada Comunión por parte de ministros extraordinarios, la anarquía litúrgica que reinaba en tantas parroquias ha comenzado de pronto a amainar. La Misa puede continuar y ha continuado sin nada de eso. Y aunque nos gustaría que esas limitaciones se debiesen en realidad a que la mayor parte del episcopado hubiera redescubierto la fe y la reverencia por el Santísimo Sacramento, lo cierto es que nos encontramos ante una oportunidad sin precedentes de que todos los prelados determinen con paciencia y oración cuánto más esenciales e importantes son en realidad la fe y la reverencia, y lo superfluas que han demostrado ser las malas costumbres.
Junto con ello, el ayuno de la Sagrada Comunión impuesto a la mayoría de los fieles, y la consiguiente desaparición de las comuniones sacrílegas en la mayoría de las diócesis, ¿no es cierto que les proporciona a los prelados una valiosísima oportunidad para enseñar?
Cuando se reanuden las misas públicas, quiera Dios que en un futuro cercano, cuán oportuna sería una carta pastoral sobre la Sagrada Eucaristía, por qué la necesitamos y las condiciones para recibirla? ¿No deberían lamentarse los obispos de cómo estarán echando de menos este fin de semana muchos católicos la Comunión sacramental… y preguntar a continuación si eso nos hace pensar en cómo sería nuestra vida si sólo pudiéramos recibirla de tarde en tarde?
Es el momento de que se planteen, y nos planteen a sus sacerdotes y su grey, si el Sagrario transforma nuestra persona y nuestra forma de ser. ¿Extrañamos al Señor? ¿Lo añoramos? ¿O este domingo ha resultado ser un inesperado (tal vez con alegría) día para levantarse tarde y holgazanear? Ante la epidemia y el peligro de muerte, ¿no deberían nuestros obispos aprovechar la ocasión de hablar de la necesidad que tiene todo católico del Pan de Vida y encaminar a las almas al confesionario para que cuando se reanuden las misas no se reanuden también las comuniones sacrílegas y las faltas de respeto al Santísimo Sacramento con costumbres tontas e innecesarias?
Otro sacerdote me escribió algo por el estilo:
En tiempos de coronavirus (excepto si se suprimen las misas y se cierran las iglesias) es aconsejable hacer lo que se hacía antes del Concilio:
1. ¡Que los sacerdotes no se pongan a conversar con los feligreses antes de la Misa y recién terminada ésta porque esos mismos sacerdotes están rezando oraciones sacerdotales!
2. Que los laicos no conversen entre ellos antes de empezar la Misa ni recién terminada, ni tampoco durante la misma, ni se pongan a andar por la iglesia, y menos en la Misa diaria.
3. Que no se dé de comulgar con el cáliz a los fieles.
4. Comulgar con menos frecuencia. Pero al menos antes del Concilio era por pecados mortales no confesados o de los que no estaban arrepentidos; no como ahora por culpa de un virus.
Aprendamos nuevamente a arrepentirnos y ser reverentes.
New Liturgical Movement: Dear Bishops: Take Advantage of a God-given Teaching Moment
https://adelantelafe.com/queridos-ob...os-de-ensenar/
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Re: Angustia Coronavírica
En busca de la política … y la emergencia del miedo
Estos días de reclusión eremítica, donde las imposiciones emanadas de las estructuras políticas se han impuesto aparentemente sobre la vida social, son propicios para relecturas y reflexiones. Un texto que esconde enorme riqueza de matices es En búsqueda de la política de Zygmunt Bauman. Su remembranza es como un encaje con la realidad de los que nos estrenamos en la confinación por una epidemia. La primera luz que arroja el texto es para desvelar que las directrices de las administraciones públicas nada tiene que ver con la verdadera Política y que nuestra obediencia disciplinada nada tiene que ver con la vida social.
https://barraycoa.files.wordpress.co...es-1.jpg?w=700
En síntesis, propone el autor, lo que ha matado la Política es la carencia del Ágora, o ese espacio-lugar entre el oikos (la casa o vida privada) y la ecclesia (asamblea política o vida pública). Por el medio hemos perdido, como decíamos, el ágora o vida social, ese puente intermedio entre lo público y privado, donde la ciudadanía puede determinar y descubrir lo que es el bien común. Si desaparece la vida social -y la soledad y el individualismo reinantes es prueba de ello- la política es imposible. Igualmente, la experiencia de la comunidad se hace quimérica y, por ende, la posibilidad de perfeccionarse con los otros.
La primera luz que arroja el texto es para desvelar que las directrices de las administraciones públicas nada tiene que ver con la verdadera Política
Un aspecto de este libro, es el descubrimiento de Bauman de que hemos sustituido las comunidades reales por “sociedades del miedo”. La soledad aboca a los individuos a la incertidumbre y ésta al miedo. El individualismo y las administraciones, falso reflejo de la comunidad política, sólo pueden constituir sociedades del miedo. Bauman llega a afirmar que: “El mundo contemporáneo es un container lleno hasta el borde del miedo y la desesperación flotantes, que buscan desesperadamente una salida”.
https://barraycoa.files.wordpress.co...pg?w=200&h=304
Sería largo exponer cómo la secularización de las sociedades, o la desaparición de la esperanza en otra vida, afecta no sólo personal sino colectivamente a la psicología de una sociedad.Toda esperanza que no puede depositarse en el más allá, debe recalar en el más acá. Pero el lugar de aterrizaje es una sociedad dominada por la incertidumbre constante. Jung ya avisaba de que una vez muertos (o asesinados) los dioses, estos tienden a renacer en las sociedades bajo forma de enfermedades. Comentando este pensamiento, John Carroll afirmaba: “para conferir sentido a lo que hacen y a su modo de vida, los individuos sin creencias se encuentran atrapados en compulsiones solipsistas, depresiones, angustias; la psicopatología como forma moderna de enfermedad”. Y en nada se equivocaba.
Jung ya avisaba de que una vez muertos (o asesinados) los dioses, estos tienden a renacer en las sociedades bajo forma de enfermedades.
Cuando muere la política, la comunidad y la trascendencia, el horror vacuidebe ser contenido con maniobras de distracción. Y, en nuestras sociedades posmodernas, la más eficaz es la preocupación constante por enfermedades y malestares. Al respecto, decía Theodor Adorno: “el terror del yo ante el abismo es desalojado gracias a la preocupación por algo que no pasa de ser un problema de artritis o de sinusitis”. Estas preocupaciones son las que nos despistan de la preocupación por la muerte. Pero lo que es inevitable, señala Bauman, es que las pocas formas de sociabilidad que existen son en torno al miedo: asociaciones contra las adicciones, de padres afectados por enfermedades raras de sus hijos, de vecinos que ven cómo sus barrios se degradan, de afectados por los recortes sanitarios, … estas sociedades del miedo suplantan -e impiden- la comunidad política.
https://barraycoa.files.wordpress.co...pg?w=472&h=240
Pero donde se hace patente el fracaso de la Política es que, sentencia Bauman: “Los mecanismos productores de incertidumbres e inseguridad son, en general, de tipo global, y permanecen, por lo tanto, fuera del alcance de las instituciones políticas existentes y en especial fuera del alcance de las autoridades estatales escogidas”. En este sentido las grandes crisis globales, sean económicas, sean sanitarias, evidencian la debilidad de los Estados y la inexistencia de la Política. El Estado se convierte en un mero modulador de la incertidumbre que, como cualquier “sociedad del miedo”, acaba justificándose con cerrar fronteras y disciplinar a sus ciudadanos en una ética sanitaria o una disciplina económica.
El Estado se convierte en un mero modulador de la incertidumbre que, como cualquier “sociedad del miedo”, acaba justificándose con cerrar fronteras y disciplinar a sus ciudadanos en una ética sanitaria o una disciplina económica
Pero la globalización, un factum incompatible con las comunidades humanas reales, siempre mantendrá ese horizonte de incertidumbre de donde pueden venir los peligros que despierten los miedos, pues ni los tiburones de las bolsas ni los virus, saben de fronteras administrativas. Por eso, para Bauman: “la inseguridad engendra inseguridad, la inseguridad se autoperpetúa”. Así, entendemos que, ante la aparente omnipotencia de un Estado moderno como el nuestro y de nuestros gobernantes elegidos por el pueblo, todos tengamos la sensación de que no controlan nada. Donde el poder quiere manifestarse fuerte, demuestra su debilidad. Y esta crisis de la Política, sólo puede tener remedio cuando desaparezca la incertidumbre, nos reconciliemos con la eternidad y renazca la verdadera comunidad política.
Javier Barraycoa
https://barraycoa.com/2020/03/25/en-...cia-del-miedo/
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Re: Angustia Coronavírica
Técnica del golpe de Estado
Por José Javier Esparza (Rebelión en la Granja)
Es una evidencia que el Gobierno de Sánchez está utilizando la crisis del coronavirus para obtener el mayor rédito político en términos de poder puro y desnudo. Ya antes había quedado claro que este Gobierno pretendía compensar la precariedad de su mayoría parlamentaria con una ocupación masiva de los resortes del poder: véanse gestos como el nombramiento de la ex ministra de Justicia como Fiscal General del Estado, el control férreo sobre el poder legislativo o el afianzamiento de la hegemonía en los principales medios de comunicación, que iban muy claramente en ese sentido. Ahora la gran crisis le ha dado la oportunidad de estrechar el lazo.
Los hechos son muy elocuentes:
Primero: la declaración del estado de alarma, supuesto constitucional plenamente justificado por la emergencia sanitaria, pero que el Gobierno ha interpretado de manera amplia para atribuirse la potestad de intervenir, requisar, limitar y prohibir hasta un punto nunca antes visto.
Segundo: aprovechando la declaración del estado de alarma, el líder de la pata comunista del Gobierno, el vicepresidente Iglesias, aventura la idea de nacionalizar los servicios sanitarios privados.
Tercero: el decreto del estado de alarma, de manera completamente intempestiva, modifica la ley de los servicios de seguridad, el CNI, para introducir en su cúpula al vicepresidente Iglesias y al hombre de confianza de Sánchez, Iván Redondo.
Cuatro: acto seguido, el Gobierno procede a la supresión de facto de cualquier control parlamentario y centraliza toda la acción legislativa en la presidenta del Congreso.
Quinto: el 19 de marzo se publica la Orden SND/261/2020 que viene a poner en manos del ministro de Justicia toda la actividad judicial, al margen de los órganos específicamente judiciales.
Atención a los pasos: reforzamiento extremo del poder ejecutivo, neutralización del poder legislativo, reducción del poder judicial. ¿Realmente el estado de alarma exigía todo eso? La respuesta es no. Este Gobierno, al cobijo del estado de alarma, ha emprendido una peligrosa senda autoritaria. La pregunta es por qué, con qué fin.
En una circunstancia como la que estamos viviendo, nadie discute la necesidad de centralizar los resortes del Estado en aras de la eficacia: bien está dar autoridad al Ejecutivo si eso sirve para reducir los efectos de la pandemia. Ahora bien, en España se dan dos circunstancias completamente singulares, que no concurren en ningún otro país europeo y que despiertan una inevitable inquietud. Una es que en el Consejo de Ministros se sienta un partido como Podemos, que múltiples veces ha manifestado su nulo aprecio por la “democracia burguesa” y cuyo modelo, abiertamente proclamado, es el socialismo bolivariano. La otra es que la mayoría gubernamental se sustenta sobre fuerzas separatistas que no han ocultado su deseo de desgarrar el Estado y destruir el tejido nacional, incluso violentamente. De unos y otros, comunistas y separatistas, sólo puede esperarse –y sería estúpido esperar lo contrario- que utilicen cualquier pretexto para llevar a cabo su propósito, que en ambos casos es la cancelación del modelo de Estado vigente y su sustitución por otra cosa. Ante tal paisaje, ¿pueden ponerse los resortes del Estado en manos tan poco seguras?
Cómo se da un golpe de Estado
Un golpe de Estado es, ante todo, una operación técnica de control de los resortes del poder al margen de los cauces convencionales. No es preciso que sea violento, aunque ocasionalmente pueda concurrir violencia. Un golpe no es una insurrección, una sublevación, una asonada ni una revolución. O no tiene por qué serlo. Un golpe puede ser, simplemente, una maniobra burocrática de manipulación de los cauces legales.
Lo que define al golpe de Estado es, precisamente ese carácter “técnico”: el Estado es una máquina con sus palancas ejecutivas, legislativas, judiciales, económicas y mediáticas, y el golpe consiste en hacerse con el control de ellas en parte o por entero. Eso lo vio muy bien Curzio Malaparte en su clásico Técnicas del golpe de Estado cuando señaló el 18 Brumario de Napoleón Bonaparte como el primer golpe de Estado moderno: en noviembre de 1799, un general, con un mínimo uso de la fuerza, se hace nombrar cónsul por el Consejo de los Ancianos, es decir, por el legítimo poder legislativo. No se derribó a un Estado para construir otro de nuevo cuño, sino que se produjo un cambio radical de poder dentro del propio Estado, con los instrumentos ya establecidos. Tales instrumentos no tienen por qué ser los institucionales, sino que también pueden ser los estrictamente materiales: cuando Trotski dirigió el golpe revolucionario de 1917 –bien lo señala Malaparte-, no se dirigió a la Duma, ya inservible, sino a las centrales eléctricas, las estaciones de ferrocarril y los puestos de correos.
El golpe siempre viene en una situación de excepción. En el caso de Bonaparte, la situación excepcional vino servida por la conspiración de los jacobinos contra el Gobierno. Algo parecido invocó Hitler para la “noche de los cuchillos largos”, en la que purgó a fondo su propio movimiento. La situación excepcional, en la que el poder queda colgando del vacío, es siempre propicia para estimular las ambiciones. Esa situación puede venir sola, al hilo de acontecimientos imprevistos –por ejemplo, una grave crisis sanitaria-, o puede ser provocada mediante una estrategia revolucionaria de desestabilización. En uno u otro caso, lo determinante es la aparición de una fuerza que se muestra dispuesta a cabalgar la situación excepcional para imponerse sobre cualquier adversario. Porque es verdad que en última instancia, como decía Carl Schmitt, soberano es quien decide en el estado de excepción. En condiciones normales de convivencia pacífica podemos hacer retórica con fórmulas como la de “soberanía popular”, pero el hecho es que soberano, en el sentido estrictamente etimológico del término, sólo es quien demuestra estar por encima de los demás, que eso quiere decir superanus. Y nada mejor que un estado de excepción para ponerlo a prueba.
Hoy, en un sistema complejo como es el nuestro, resulta poco imaginable un golpe al antiguo estilo, con ocupación de infraestructuras o neutralización de instituciones. Sin embargo, es perfectamente factible un golpe de Boletín Oficial que haga todas esas cosas de manera aséptica amparándose, por ejemplo, en una catástrofe natural o en un estado de alarma sanitaria, es decir, en una situación excepcional. Teóricamente, en nuestro ordenamiento jurídico, el poder ejecutivo no puede decretar tales estados sin pasar por el aval parlamentario, pero todos sabemos que el poder legislativo, en España, no es otra cosa que una prolongación de los partidos políticos y, por esa vía, del poder ejecutivo. Si además reducimos el Parlamento a cero, como acaba de hacer nuestro Gobierno, entonces estamos a un paso del golpe. Al menos, técnicamente hablando.La situación es la que es: tenemos un poder ejecutivo que se ha arrogado funciones extremas y que ha emasculado literalmente a los otros dos poderes.
La situación de excepción que ha propiciado el decreto de alarma permite ahora mismo al Gobierno hacer lo que le venga en gana. Tenemos las libertades de circulación y reunión suspendidas por razones sanitarias e intervenidas por las fuerzas de seguridad, y la libertad de expresión, confinada en la selva virtual de Internet. Habría que remontarse a los años cuarenta, en una situación de posguerra civil, para hallar un precedente de semejante acumulación de poder. Y hay que estar atentos a los próximos pasos, porque el estado de alarma va a prorrogarse quince días más y esto parece lejos de amainar.
https://www.ahorainformacion.es/blog...lpe-de-estado/
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Re: Angustia Coronavírica
Llamamiento a un cambio de vida
La pandemia del coronavirus puede ocasionar cambios sociales y psicológicos considerables
https://www.tradicionviva.es/wp-cont...oronavirus.jpg
Por José Luis Díez Jiménez – Secretario General de la Junta Nacional para la Reconquista de la Unidad Católica de España
En medio de este pánico por la pandemia de CORONA VIRUS que está afectando tan trágicamente de una u otra manera a millones de personas, miles de muertos, les adjunto el texto de un Doctor francés de un gran alto nivel, Jefe del Departamento de Nefrología en uno de los hospitales más reconocidos de Francia, La Pitié-Salpêtrière en París, que dice así:
“Durante los últimos tres años, desde el observatorio de mi hospital, he vivido numerosas crisis de salud, VIH, SARS, MERS, resurgimiento de tuberculosis, bacterias multirresistentes, siempre las hemos tratado con calma y eficacia.
Ninguna crisis ha creado un pánico como el que podemos ver hoy.
Nunca he sido testigo de tanta inquietud por una enfermedad infecciosa o cualquier otro tipo de enfermedad.
Sin embargo, no estoy preocupado en absoluto por las consecuencias médicas del Coronavirus. Nada en las cifras actuales sobre las tasas de mortalidad y transmisión del virus justifica este pánico sanitario y económico mundial.
Las medidas tomadas son adaptadas y eficientes y garantizarán el control de la epidemia. Ya es el caso en China, el lugar de nacimiento del virus y, con mucho, el área más importante para este agente infeccioso, donde la epidemia ya está desapareciendo.
El futuro dirá si me equivoqué.
Sin embargo,
Estoy ansioso por el robo de mascarillas faciales;
Estoy ansioso por estas peleas por el papel higiénico, el arroz y la pasta;
Estoy ansioso por este terror que empuja a las personas a almacenar cantidades escandalosas de alimentos en países donde ya hay alimentos disponibles en cantidades obscenas;
Estoy ansioso por nuestros ancianos, que ya están solos, y a quienes no podemos ver ni tocar por miedo a matarlos. Morirán más rápidamente, pero “solo” de la soledad. Ya no visitamos a nuestros padres y abuelos si teníamos gripe, pero no para evitarlos “por si acaso” y por un tiempo indeterminado; esto no es diferente para el coronavirus.
Estoy ansioso de que la salud se convierta en un tema de comunicaciones enojadas, un conflicto como todos los demás, cuando debería ser la causa de una lucha común definitiva.
Estoy ansioso de que nuestro sistema de salud, ya estirado, pronto pueda verse nevado por una afluencia de personas que presentan el más leve síntoma de gripe. No podríamos atender a todos los demás pacientes. Un ataque cardíaco o una apendicitis son siempre emergencias, rara vez un virus.
La cobertura mediática sobre el coronavirus tiene como objetivo aterrarnos, nos alienta a cada uno de nosotros a aterrorizarnos.
Estoy ansioso de que nuestro sistema de salud, ya estirado, pronto pueda verse nevado por una afluencia de personas que presentan el más leve síntoma de gripe. No podríamos atender a todos los demás pacientes. Un ataque cardíaco o una apendicitis son siempre emergencias, rara vez un virus.
La cobertura mediática sobre el coronavirus tiene como objetivo aterrarnos, nos alienta a cada uno de nosotros a aterrorizarnos.
***
Tras una pausada y meditada reflexión, me atrevo decir que el problema que estamos viviendo no es el virus COVID-19, por muy potencialmente letal que pueda ser. Este brote es un hecho biológico, como tantos que han afectado a la humanidad a lo largo de los siglos.
Si bien un virus es apolítico, puede, sin embargo, tener consecuencias políticas. Mucho más volátil que el coronavirus es el miedo. Una coronafobia está sacudiendo nuestra Patria. En este sentido, la reacción sanitaria al coronavirus es únicamente humana, política y laica. Ella nos muestra una sociedad que le ha dado la espalda a Dios, que ha abandonado a Dios, que ha apostatado de Dios. Enfrentamos la crisis confiando solo en nosotros mismos y en nuestras estrategias.
De hecho, el manejo de la crisis del coronavirus no acepta ayuda externa. Dios no tiene significado ni función en todos los esfuerzos para erradicarlo. En lugar de Dios, están los inmensos poderes del gobierno, movilizados para controlar cada aspecto de la vida y pretendiendo así evitar su propagación. El poderoso brazo de la ciencia lucha por encontrar una vacuna. Los mundos de las finanzas y la tecnología son movilizados para mitigar los efectos desastrosos de la crisis.
Si bien todos los esfuerzos humanos deben utilizarse para resolver los problemas, no han producido los resultados deseados. Los intentos actuales han decepcionado a una sociedad frenéticamente intemperante, adicta a las soluciones instantáneas, presionando un botón. La sociedad se ha visto obligada a detenerse, sin una fecha definida para el término de la crisis.
Por esta razón, es tan aterradora. Hay pocas instituciones como la Iglesia Católica para mitigar el tratamiento y hacerlo humano y soportable. Sin embargo, ciertos hombres de Iglesia, nos han dejado solos para enfrentar este gran peligro. El pequeño virus aísla y aliena a sus víctimas, sacándolas de la sociedad. En muchísimos casos, es el individuo frente al Estado. Los técnicos en trajes de materiales protectores tratan a hombres y mujeres como si ellos fueran el virus. En poco tiempo el gobierno socialcomunista dará la orden a los militares para que empleen una violencia brutal para forzar el cumplimiento de directivas drásticas.
Un virus también es arreligioso. Sin embargo, eso no impide que tenga una dimensión religiosa. El coronavirus llega en un momento en que la mayor parte de la sociedad piensa que no necesita a Dios. Para tales, Dios ha sido reemplazado hace mucho tiempo por el talonario de cheches y la bragueta. Los placeres modernos afirman que no hay necesidad del Cielo. Los vicios postmodernos no proclaman el temor al Infierno. Eso son mitos pasados.
Y, sin embargo, el coronavirus tiene la extraña habilidad de convertir nuestros paraísos materiales en infiernos. El crucero, símbolo de todas las delicias terrenales, se ha convertido en una prisión infectada para los pasajeros que hacen todo lo posible por abandonarlos. Aquellos que han hecho del deporte su dios, ahora encuentran estadios vacíos y torneos cancelados. Aquellos que adoran el dinero ahora encuentran sus carteras diezmadas y las fuerzas de trabajo en cuarentena. Los adoradores de la educación observan sus escuelas y universidades vacías. Los devotos del consumismo se enfrentan a los estantes desabastecidos en los supermercados. El mundo que adoran se está derrumbando. Las cosas por las cuales se glorían, ahora están en ruinas.
Un diminuto microbio derriba los ídolos, que se consideraban tan estables, poderosos y duraderos. Ha puesto a sus fieles de rodillas. ¡Y aún insistimos en que no necesitamos a Dios! Gastaremos billones de euros, con la vana esperanza de reparar nuestros ídolos rotos.
Sin embargo, un aspecto de la crisis del coronavirus es aún peor. Ya es suficientemente malo que Dios sea reemplazado o ignorado. Se ha dado un paso más allá. Dios ha sido desterrado de la escena; le han prohibido actuar.
Entre las medidas draconianas decretadas por la Jerarquía de la Iglesia se ha prohibido el culto público, las misas, la comunión y la confesión. La Iglesia y sus sacramentos sagrados son considerados una ocasión de contagio, tratados como si fuesen un evento deportivo o un concierto de música. Y lo que es aún más importante: nos han cerrado los templos y prohibido la presencia real de Cristo.
Parece como si en una misma burla se alegrase que incluso Dios haya sido puesto en cuarentena.
Lamentablemente, hay hombres de Iglesia que se muestran ansiosos por cumplir con tales medidas. Privándonos a los fieles de los sacramentos, exactamente cuándo más los necesitamos. Y aún van más allá de lo que piden los drásticos gobiernos desalentando funerales.
Ni siquiera los milagros están permitidos. Sepan que las propias autoridades de la Iglesia han cerrado en Francia, unilateralmente los milagrosos baños curativos en Lourdes. Esas aguas milagrosas probablemente hayan curado todas las enfermedades conocidas por la humanidad. ¿Es este coronavirus más letal?
Algunos podrían objetar que adoptar una actitud no secular hacia el virus requiere un acto de Fe. Sin embargo, debemos preguntar cuál es el mayor acto de Fe: ¿confiar en Dios nuestro Señor o en las frías manos de un Estado, que ya se ha mostrado incapaz de resolver los problemas de la sociedad?
Tenemos todas las razones para confiar en Dios. El problema reside en la permisión de que la Jerarquía eclesiástica no sepa nada sobre cómo sanar cuerpos y almas.
Se han olvidado que la Iglesia es una Madre. Ella estableció los primeros hospitales del mundo durante la Edad Media. Los fundamentos de la medicina moderna tienen sus raíces en su solicitud por los enfermos. Ella trataba a cada paciente como si fuera Cristo mismo. Por esto, la Iglesia envió sacerdotes, monjes y monjas para dar atención médica gratuita a los pobres y enfermos de todo el mundo. A través de los siglos, en medio de plagas y pestes, encontramos a la Iglesia en medio de ellos, ocupándose de los infectados a pesar de los grandes peligros.
Sobre todo, la Iglesia cuidaba las almas de los enfermos. Ella consolaba, consoló y ungió a los afligidos. Mantuvo innumerables santuarios, como Lourdes, donde los peregrinos eran recompensados por su Fe con tranquilidad de conciencia, sanaciones y milagros.
En tiempos de calamidad, las oraciones de comunidades enteras pueden, estoy seguro de ello, ser elevadas pidiendo a Dios que venga en ayuda de una sociedad pecadora que necesita Su misericordia. La historia da testimonio de que estas oraciones a menudo han sido escuchadas.
Cuando la Iglesia actúe como debe, evitará que crisis, como el coronavirus, se vuelvan inhumanas y abrumadoras. No olvidemos los fieles que ella, como una madre, siempre nos ha brindado consuelo y esperanza en los momentos de oscuridad. Ella nos ha recordado que no estamos solos y que siempre debemos recurrir a Dios. ¿Qué sentido tiene desterrar a Dios de la lucha contra el coronavirus?
De hecho, creo que la crisis del coronavirus debería ser una llamada a la confianza en Dios y rechazar nuestra sociedad impía.
Esta crisis amenaza con ir más allá de la crisis de salud y desbaratar la economía mundial. Debemos, por lo tanto, preguntar por qué Dios es reemplazado, ignorado y desterrado. Es hora de recurrir a Dios, quien solo puede salvarnos de este desastre.
Recurrir a Dios no significa ofrecer una oración simbólica o celebrar una procesión para aplacarle, con la esperanza de volver a la vida de pecado y placeres intemperantes. En cambio, debe consistir en una CONVERSIÓN o vuelta a Él, con oración sincera, sacrificio y penitencia como la urgida por Nuestra Señora en Fátima en 1917.
Volverse hacia Dios presupone una enmienda de la vida con la observancia de los mandamientos en un Orden Moral Cristiano (Católico), frente a un mundo pagano que odia la Ley de Dios y se precipita hacia su destrucción. Significa actuar como siempre lo ha hecho la Cristianismo, con sentido común, sabiduría, caridad, pero, sobre todo, con Fe y confianza. Todos estos remedios de nuestra Santa Madre Iglesia, llenos de consuelo y cura, están con los sacramentos al alcance de los fieles.
Recurrir a Dios no significa que neguemos el papel del gobierno en el manejo de emergencias de salud pública. Sin embargo, la Fe debe ser un componente imprescindible de cualquier solución. Somos criaturas de Dios y dependemos de Él. Debemos recibir el Santísimo Sacramento, que es la Presencia Real de Dios en el mundo, del Dios que nos creó y nos conserva, nos ordena con su providencia y nos ama, pero que, Santo como es Él, distingue el bien del mal y sancionará con el premio en la gloria eterna a sus hijos obedientes o el castigo eterno a los rebeldes. Debemos recurrir a la Madre de Dios, la Santísima Virgen María, la Salud de los Enfermos y la Madre de la Misericordia.
No lo dudéis, vivir en gracia de Dios, recuperándola por el sacramento de la confesión individual si la hemos perdido, es el único medio válido ante el porvenir, para cuando nos presentemos al juicio de Dios. Entre tanto sigamos sirviéndole con amor a Él sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.
https://www.tradicionviva.es/2020/03...ambio-de-vida/
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Re: Angustia Coronavírica
Coronavirus: ¿el cisne negro de 2020?
Roberto de Mattei
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El cisne negro (Cygnus attratus) es un ave rara originaria de Australia que recibe su
nombre de la coloración de su plumaje. Nassim Nicholas Taleb, analista financiero y ex
agente de Wall Street, en su libro El cisne negro: el impacto de lo altamente improbable
(Paidós Barcelona 2011), lo escogió como metáfora para explicar que a veces pueden
darse sucesos inesperados y catastróficos que pueden afectar la vida entera de la
sociedad.
Para Marta Dassù, del Aspen Institute, el coronavirus es el cisne negro de 2020. Explica
que la epidemia está acarreando la crisis para la actividad económica de las naciones
occidentales y «demuestra la fragilidad de las cadenas productivas a nivel internacional;
cuando un eslabón de la cadena recibe un golpe, el impacto se vuelve
sistémico» (Aspenia, 88 (2020), p. 9). «Ha llegado la segunda pandemia --escribe por su
parte Federico Rampino en La Reppublica del pasado 22 de marzo--, y también hay que
afrontarla y curarla. Se llama Gran Depresión, y tendrá un balance de víctimas paralelo
al del virus. En Estados Unidos ya nadie emplea la palabra recesión porque se queda
corta».
La economía interconectada del mundo se manifiesta como un sistema precario, pero el
impacto del coronavirus no sólo será económico y sanitario, sino también religioso e
ideológico. La utopía de la globalización, que hasta septiembre del año pasado parecía
triunfar, sufre una irremediable debacle. El pasado 12 de septiembre el Papa había
invitado a los dirigentes de las principales religiones y a las figuras más destacadas de
los ámbitos político, económico y cultural a participar en un acto solemne que habría de
tener lugar en el Vaticano el próximo 14 de mayo: el Pacto Global por la Educación.
Por esas mismas fechas, la profetisa de la ecología profunda Greta Thunberg llegaba a
Nueva York para participar en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático de 2019. En aquellas vísperas del Sínodo para la Amazonía, el Romano
Pontífice les envió a ella y a los demás participantes en la cumbre un videomensaje en el
que expresaba su plena conformidad con los objetivos mundialistas. El pasado 20 de
enero, el Papa dirigió asimismo un mensaje a Klaus Schwab, presidente del Foro
Económico Mundial de Davos en el que subrayaba la importancia de una «ecología
integral que tenga en cuenta la totalidad de las implicaciones de la complejidad y de las
interconexiones de nuestra casa común».
A escasos meses de aquello, nos vemos ante una situación totalmente inédita. De Greta
ya nadie se acuerda, el Sínodo para la Amazonía fracasó, los dirigente políticos
internacionales han demostrado su ineptitud para hacer frente a la emergencia, el Pacto
Mundial se ha frustrado y la Plaza de San Pedro, epicentro espiritual del mundo, está
vacía. Las autoridades eclesiásticas se adaptan, y a veces se adelantan a las civiles
prohibiendo las misas y toda clase de ceremonia religiosa. El acto más significativo y
paradójico ha sido la clausura del Santuario de Lourdes, lugar por excelencia de
sanación física y espiritual, que cierra sus puertas por miedo a que alguien se contagie si
va a rogar a Dios por su salud. ¿Se trata todo ello de una maniobra? ¿Nos encontramos
ante un poder totalitario que restringe las libertades de los ciudadanos y persigue a los cristianos?
Ahora bien, sorprende una persecución que parece exenta de toda resistencia heroica,
hasta el martirio de los perseguidos, a diferencia de como ha sucedido en las grandes
persecuciones a lo largo de la Historia. En realidad, no cabría hablar de persecución
anticristiana, sino de autopersecución por parte del propio clero, que al cerrar los
templos y prohibir las misas da muestras de llevar a su máxima coherencia el proceso de
autodemolición iniciado en los años sesenta con el Concilio Vaticano II.
Desgraciadamente y salvo excepciones, al encerrarse en su casa, también el clero
tradicionalista parece ser también víctima de esta autopersecución.
Resulta conmovedor el gesto de generosidad con que 8000 médicos han respondido al
llamamiento del gobierno italiano, que pedía 300 voluntarios para ayudar en los
hospitales de Lombardía. ¡Cuán edificante sería que el presidente de la Conferencia
Episcopal pidiese a los sacerdotes que nunca les faltaran a los fieles los sacramentos en
las iglesias, las casas ni los hospitales! Muchos invitan a la oración pero, ¿quién
recuerda la posibilidad de que nos hallemos en puertas de un gran castigo! Y sin
embargo ésa fue la predicción de Fátima, cuyo centenario fue recordado por muchos en
2017. Este 25 de marzo, el cardenal António Augusto dos Santos Marto, obispo de
Leiria-Fátima, ha renovado el acto de consagración al Sagrado Corazón de María para
toda la Península Ibérica. Se trata de un acto ciertamente meritorio, pero la Virgen pidió
algo más: la consagración en concreto de Rusia, hecha por el Papa en unidad con los
prelados de todo el mundo. Ése es el acto, todavía pendiente, que todos esperan que se
realice antes de que sea tarde.
En Fátima Nuestra Señora anunció que si el mundo no se convertía varias naciones
serían aniquiladas. ¿Cuáles serán? ¿Y de qué forma serán exterminadas? Lo cierto es
que el mayor castigo no consiste en la destrucción de los cuerpos, sino en el
entenebrecimiento de las almas. Dicen las sagradas Escrituras que todos serán
castigados por medio de aquello con lo que pecan (cf. Sab.11,16). Y aun el pensamiento
pagano, por boca de Séneca, nos recuerda que el castigo del delito está en el propio
delito (De la fortuna, 2ª parte, cap. 3).
El castigo comienza a partir del momento en que se pierde el concepto de un Dios justo
y remunerador haciéndose la falsa idea de un Dios que, en palabras del papa Francisco
«no permite las tragedias para castigar las culpas» (Ángelus del 28 de febrero de 2016).
«¿Cuántas veces pensamos que Dios es bueno si nosotros somos buenos, y que nos
castiga si somos malos? Pero no es así», recalcó en la Misa de la Natividad del pasado
24 de diciembre. E incluso el papa bueno, Juan XXIII, recordó que «el hombre, que
siembras la culpa, recoge el castigo. El castigo de Dios es su respuesta a los pecados del
hombre. [Por eso Jesús] nos dice que huyamos del pecado, causa principal de los
grandes castigos» (radiomensaje del 28 de diciembre de 1958).
Prescindir de la idea del castigo no es evitarlo. El castigo es la consecuencia del pecado,
y sólo la contrición y la penitencia de los propios pecados puede librar de la pena que
inevitablemente acarrean por haber alterado el orden del universo. Cuando los pecados
son colectivos, los castigos también lo son. ¿Cómo nos vamos a sorprender de la
mortalidad que le sobreviene a un pueblo cuando los gobiernos se mancillan con leyes
homicidas como las que permiten el aborto, y durante la epidemia se sigue dando
prioridad a la masacre, como en Gran Bretaña, donde las autoridades han permitido el
aborto en casa para no interrumpir la matanza mientras dura la epidemia? Y cuando en
vez de los cuerpos son atacadas las almas, ¿quién se va a extrañar de que la pérdida de
la fe sea el castigo de los culpables? Negarse a ver la mano de Dios tras las grandes
catástrofes de la Historia es síntoma de esa falta de fe.
El castigo colectivo sobreviene repentinamente, como un cisne negro que aparece de
improviso sobre las aguas. Verlo nos desconcierta, y no sabemos de dónde viene ni qué
presagia. El hombre es incapaz de prever los cisnes negros que de la noche a la mañana
se ciernen sobre su vida. Pero estos sucesos no son fruto del azar como sostienen Taleb
y todos los que analizan la actualidad desde una perspectiva humana y secularista,
olvidando que la casualidad no existe y que las acciones de los hombres están siempre
sujetas a la voluntad de Dios. Todo depende de Dios, y cuando Dios comienza a actuar
llega hasta el final. «Pero Él no cambia de opinión; ¿quién podrá disuadirle? Lo que le place, eso lo hace» (Job 23, 13).
https://es.corrispondenzaromana.it/
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Re: Angustia Coronavírica
Coronavirus: Cuando se quiere más al supermercado que a Dios… tenemos un problema
Por
Miguel Ángel Yáñez -
26/03/2020
https://adelantelafe.com/wp-content/...os-696x391.jpg
Colas en los supermercados para acumular alimentos, “peleas” por conseguir mascarillas, angustia por no contraer el virus, naciones enteras confinadas en sus casas, las iglesias cerradas; un espectáculo casi apocalíptico.
Me pregunto si todo este histerismo no es más que la eclosión repentina de la podredumbre de la sociedad actual. Durante décadas, mientras por un lado se promocionaba la cultura de la muerte con el aborto, la eutanasia y la manipulación de embriones, se ha querido echar la vista a un lado sobre el gran “problema” de la muerte de uno mismo. Un “asunto” que nadie puede eludir, pero que esta sociedad liberal y hedonista -con la inestimable colaboración de la iglesia postconciliar eliminando por completo los novísimos de su predicación- se ha encargado de anestesiar las conciencias, para que todo el mundo actúe como si fuéramos a vivir eternamente, estuviéramos todos salvados o, en el peor de los casos, tras la muerte sencillamente no hubiera nada. Se ha querido negar pragmáticamente la realidad a la que todos nos enfrentaremos, sumiendo a las almas en un materialismo atroz agnóstico, ateo o, cuando no, decididamente anticristiano.
Decía Papini que “los hombres, al alejarse del Evangelio, han encontrado la desolación y la muerte”. Y eso, exactamente, es lo que ha pasado; todas esas almas que viven de espalda al Evangelio, que viven como si Dios no existiera, como si la muerte de uno mismo y el “después” no fuera un problema “vital” a plantearse, de repente se han encontrado, de sopetón, con una variable que no controlan, con un microscópico virus que en 24h ha desmontado su engaño y su farsa. El mundo que tanto aman se desmorona como una baraja de naipes, encontrándose con que ese problema que no querían ver, no pueden evitar verlo, y eso les genera auténtico pánico, porque su alma no tiene otro asidero donde agarrarse excepto las bandejas de un supermercado y una mascarilla de papel. La soberbia y altanería del hombre “moderno” ante Dios y la muerte de repente se ha encontrado con el gran “problema” que quería ignorar de bruces e inesperadamente.
Fue San Alfonso María de Ligorio quien dijo que “el hombre en las cosas del cuerpo actúa como un sabio, pero como un loco en las cosas del alma”.Y así es. Esta histeria vital se encuentra con almas huecas, vacías, carentes de contacto con Dios y lo sobrenatural, y su reacción se ciñe al mero instinto de supervivencia humano. Resulta muy triste observar como personas que viven en flagrante estado de pecado mortal, andan asustados por no tener mascarillas, pero no por encontrar a un sacerdote para confesar. Hacen todo tipo de esfuerzos por encontrar un rollo de papel higiénico en el supermercado, pero no dedican ni un minuto de su vida a poner su alma en paz con Dios, justo cuando piensan que pueden correr peligro.
No quiero decir con esto que no sea normal tener miedo humano ante lo incierto y querer ser precavido, lo que quiero transmitir es que con mayor medida deberíamos tener esa precaución y cuidado por nuestra alma, porque nada ocurre sin el consentimiento de Dios… esto tampoco.
https://adelantelafe.com/coronavirus...s-un-problema/
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Re: Angustia Coronavírica
Al hombre lo creó Dios en cuerpo y alma, y ambas formas han de ser alimentadas y por más que algunos se lamenten, o escandalicen, ante el panorama de los estantes vacíos de ALGUNOS supermercados -es cuestión de ubicación geográfica, pero sirve para hacer demagogia y fomentar el miedo-, lo cierto es que al cuerpo también hay que nutrirlo. ¿Porqué hay estantes vacíos? pues bien por una cuestión de densidad demográfica en algunos puntos, bien porque desde hace unas fechas cuando alguien acude a uno de estos centros se encuentra que tiene que hacer cola para entrar -a mi me ha sucedido provocándome el consiguiente cabreo-, en consecuencia tomé la decisión de estirar tal régimen de visitas acopiando más munición para el cuerpo, y en lugar de ir cada tres o cuatro días acaparé para 10 o 12, y así multiplíquese, y lo presencié.
Por supuesto, el alimento espiritual también es necesario, pero cuando la jerarquía decide cerrar las iglesias y a los curas que se les ocurre salir a impartir la Eucaristía a quienes telefónicamente se lo piden se les multa, ¿qué quieren que hagamos aquéllos que mucho critican sin dar una alternativa a nada?. Ya he perdido la cuenta de las veces que he manifestado mui disconformidad con gente así que nada bueno ofrecen, porque demostrado que el movimiento sólo es visible cuando se pone en marcha..., EL MOVIMIENTO, EL MOVIMIENTO, ¡señores! des decir ¡UN PASO AL FRENTE Y ADELANTE!, pero no, lo positivo según parece es el blablablablablablablablabla... afectado de incontinencia.
Decía un viejo profesor mío que junto con la crítica hay que ofrecer una alternativa, sino no es crítica sino maledicencia. Y al cabo del día eso, y no otra cosa, observo en una parte de los puros, puristas, de este y otros países. Hay que quedarse encerrados, sí, ¿y qué? ¿tienen alguna alternativa a ello sin que la gente corra el severo riesgo de caer como moscas innecesariamente, que no es sino otra forma de suicidio? ¿Significa eso estar de acuerdo con este gobierno comunistoide? ¡para nada! a ver si nos vamos enterando que no es tan difícil, es que a falta de una vacuna no hay otro remedio, ¿o es que a tales gurús les gustaría ver morir innecesariamente a los suyos? Pero que descansen tranquilos, que no serán ellos sino otros en su lugar quienes, cuando se presente el momento, darán buena cuenta de los responsables de este caos, de este castigo apocalíptico.
Pero en algo sí tienen razón, y es que la gente ha dado la espalda a Dios, pero no es de ahora sino desde hace muchos años ya y es ahora precisamente cuando muchos están volviendo su mirada hacia Él, tal como se nos ha avisado en diversas ocasiones y que aquí mismo ya se ha mencionado, Cristo volverá a reinar en España, pero no gracias a los gurús sino a su exclusiva y Santa Voluntad. Y eso lo barruntan ya algunos ateístas, algunos miserables incapaces de perdonar a nadie salvo así mismos:
Marta Nebot: «El coronavirus no mata pero está siendo un pelotazo mediático»
https://okdiario.com/espana/marta-ne...iatico-5357415
Que quede para la memoria que se puede ser gilipollas, pero además querer pasar por inteligente es algo incompatible.
Cristina Almeida: «El machismo es mucho más peligroso y más nocivo que el coronavirus»
https://okdiario.com/espana/cristina...avirus-5344492
Y es que ser más idiotas no pueden serlo porque la gilipollez no les cabe ya ni en el cuerpo. El machismo es la reacción de algunos a la chochoideología, perio no se enterarán, porque no es nada difícil adivinar donde tienen el cerebro Y tanto sí no les gusta, como sí les parece mal, esto no es machismo, esto es sentido común y palpable realidad, objetiva realidad, porque las cosas se resuelven de otro modo, no haciendo la guerra contra la propia raza... ¡chochogilipollas! y ¡viva la libertad de expresión y abajo la tiranía de pensamiento!
Pero algunas llegan a extremos inauditos pues los aullidos procfeden de alguien que está en el partido más criminal y nefasto de nuestra Historia, del pozo de podredumbre que llevamos soportando más de 100 años de mierda:
Una edil del PSOE en Badajoz se mofa de familiares de enfermos por coronavirus: «Eso, rezad, rezad»
https://okdiario.com/espana/edil-del...-rezad-5365150
Y encima la tiparraca ésta es médico de profesión, ¿qué carajo sabe usted de política? ¿qué carajo sabe usted de Teología?: ¡ZAPATERO A SUS ZAPATOS!, o sea, a atender consultas, a extender recetas,. que eso es lo suyo y sino haber estudiado otra cosa.
Hay algo que sí es verdad y que algunos están ya barruntando, y es que el mundo ya ha cambiado y va a cambiar mucho más, empezando porque no queda otra que poner a cada cual en el sitio que le corresponde, no en el que me sale de las narices, y mucho menos sí se trata de gestionar asuntos públicos de TODOS.
Pues sí, es verdad, a falta de pan hay que rezar y mucho, muchísimo, a la vista de que quienes manipulan y chulean la sociedad no tienen una mierda de solución. Así pues, y ya que las iglesias están cerradas ¡REZAD, REZAD, REZAD, pero sin olvidar que A DIOS ROGANDO Y CON EL MAZO DANDO.
Harto como estoy, hasta las mismísimas ingles del monótono "resistiré" con el que nos están bombardeando a diario en todas partes, acompañado de esperpénticas y ridículas coreografías improvisadas, he decidido poner en mi reproductor y a todo trapo:
https://www.youtube.com/watch?v=TAtq1dKEfqk
Y en vez del alienante "todosjuntos", aunque lo suyo debería ser que pero no revueltos, es muchísimo más preferible el himno de esperanza para España que es:
https://www.youtube.com/watch?v=_usGJrKzADw
"Es que es falangista, ¿y qué? ¿acaso conoces su letra?
Prietas las filas,
recias, marciales,
nuestra escuadras van
cara al mañana
que nos promete
Patria, Justicia y Pan.
Mis camaradas fueron a luchar,
el gesto alegre y firme el ademán;
la vida a España dieron al morir,
hoy Grande y Libre nace para mí.
Lánzate al cielo, flecha de España,
que un blanco has de encontrar;
busca el Imperio, que ha de llevarte
por cielo, tierra y mar.
Ya las banderas
cantan victoria
al paso de la paz;
y han florecido,
rojas y frescas,
las rosas en mi haz.
Todos juntos, en unión, con la esperanza de que España salga de ésta y de todo lo que están haciendo los peores elementos que por desgracia han sido paridos bajo sus cielos. Himno falangista que podría convertirse en el primer himno nacional, después de nuestra Marcha Real, porque las rosas son las de Isabel y Fernando.
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Re: Angustia Coronavírica
Esto es lo que hay, repaso de lo que acontece en la realidad y que se traslada a la calle. Cierto es que "todavía" es un poco pronto para muchos, no para todos, que sí, que hay que rezar, pero camino de ello vamos y hay que dar tiempo en lugar de juzgar a los demás. Sostiene este aforismo que "Dios perdona siempre, el hombre a veces, la naturaleza nunca". El Covid-19 se haya originado como se haya, sea cual sea su cepa, es naturaleza, no lo olvidemos.
JUAN MANUEL JIMENEZ MUÑOZ / MÉDICO Y ESCRITOR MALAGUEÑO
Se abrirán las grandes alamedas
26 Mar 2020
Se acabó la tregua. Se acabó mi tregua.
Me hice la promesa de moderar las críticas, pero me tiran de la lengua estos canallas.
Me dicen que no es momento de polémicas, pero los políticos al mando y sus voceros se encargan de dividir. Me dicen que es mejor guardar silencio por ahora, pero veo que mi silencio sólo sirve para que otros hablen y construyan su relato. Me dicen que hay que estar con el Gobierno, pero el Gobierno no está conmigo. Me dicen que no hay que señalar, pero ellos, además de no ayudar, señalan con dureza a los profesionales sanitarios.
El Gobierno está acojonado. No cabe duda. Es la primera vez en medio siglo que los pacientes y los profesionales de la medicina vamos de la mano en algo. Ha tenido que ocurrir una desgracia para que la sociedad española comprenda que los políticos (todos) han esquilmado –literalmente– la sanidad pública, y que los médicos y las enfermeras no hemos sido los culpables, sino las víctimas. Tan víctimas como los pacientes.
Y están acojonados los políticos. Muy acojonados. Esos aplausos a las ocho de la tarde, día tras día, les ponen los huevos de corbata porque entienden (con razón) que los pacientes y los médicos ya formamos una piña. Ya no vale la leyenda construida de que los médicos somos los despilfarradores del sistema, los vagos, los maleantes, los culpables de las demoras, los privilegiados en el sueldo.
Ha tenido que llegar un virus para mostrar a las claras las vergüenzas de estos mierdas: la falta de mascarillas, la falta de respiradores, la falta de buenas batas, la falta de profesionales, la falta de organización, la falta de protocolos y la falta de liderazgo.
El desastre organizativo ha sido tan absoluto, la incompetencia tan burda, la imprudencia tan visible, la mentira tan palpable, la desidia tan evidente, que el Gobierno (o los Gobiernos) nos piden ahora silencio para ir ellos construyendo su relato. El relato que los salve. El chivo expiatorio que revuelva de nuevo a los pacientes contra quienes se encargan de la salud. La ignominia llevada a un grado sumo. Maestros de miserables.
En un país donde los médicos y las enfermeras se protegen con bolsas de la basura para atender a sus pacientes, en un país donde se confeccionan mascarillas con papel higiénico o con bordados de punto de cruz, en un país donde ya están cayendo médicos, enfermeras y guardias civiles en acto de servicio, en un país que ya supera a China en número de fallecidos por el coronavirus, se dice por una consejera socialista de sanidad que los médicos se están contagiando por viajar mucho. Por viajar mucho. Por viajar mucho. No por trabajar mucho y en penosas condiciones. No. No por la criminal negligencia de quienes, a fecha de hoy, han tenido que pedir ayuda a la OTAN para traer a España los test del coronavirus. No.
No por quienes han incumplido la promesa realizada hace dos semanas de que, “en pocos días”, tendríamos a nuestra disposición las mascarillas FPP2 y FPP3. No. No por quienes ya permiten, con manifiesta impotencia, que los propios profesionales nos vistamos con bolsas de la basura y con caretas de papel de celofán. No. Ha sido por viajar. Por viajar mucho. Los médicos nos contagiamos por viajar.
Ya estamos otra vez en lo de siempre. En lo de siempre. En escupir a la cara a quien nos cuida para salvar ellos el culo. En intentar explicar lo inexplicable atacando al punto débil del sistema. El jefe sioux haciéndole la vida imposible al indio. El general de cinco estrellas abofeteando al soldadito bajo su mando.
Un artículo publicado anteayer en El País demuestra la incompetencia y la desidia criminal de este Gobierno. Un Gobierno que, durante los cruciales meses de enero, febrero y marzo, estuvo distraído en los tres problemas “más acuciantes” de España. A saber: la lucha contra el heteropatriarcado opresor de las mujeres, la colocación de Pablo Iglesias en el CNI y la satisfacción de los antojos a los desleales catalanes, incluido un proyecto inminente de amnistía. Y mientras tanto, mientras todo eso sucedía, afirmaba Pedro Sánchez con rotundidad que “la sanidad española estaba perfectamente preparada” (sic) para la pandemia de coronavirus que se nos venía encima. Hoy sabemos que no era así.
Que nos mentía. Que le importaba una higa poner a los sanitarios a los pies de los caballos. Que lo suyo era el feminismo, y la formación sexual en las escuelas, y los talleres de masturbación para mujeres empoderadas, y el ofrecer millones de euros a quien decía sin pudor en el Congreso que la estabilidad de España le importaba una putísima mierda: a los independentistas catalanes.
El artículo de El País de anteayer decía así:
«Pasados más de diez días de pandemia (hoy son doce), el ministro de Sanidad empieza a desvelar la magnitud de uno de los problemas más preocupantes causados por el coronavirus: unos 4.000 sanitarios ya han caído contagiados (hoy son casi 6.000). El daño que el coronavirus está haciendo en la salud del personal sanitario que lo combate ES MUCHO MAYOR QUE EN OTROS PAÍSES. En Italia los médicos y enfermeras suponen el 8% de los contagiados totales, frente al 12% de España (hoy ya es el 14%). En China no llegaron ni al 4%. Las organizaciones profesionales llevan desde principios de marzo urgiendo medidas a los gestores sanitarios para evitar contagios. El Sindicato de Enfermería sabe de centros donde se lavan las batas y las mascarillas para reutilizarlas, algo aberrante en términos de higiene sanitaria. No hubo previsión en las autoridades y, ante la avalancha de enfermos, el personal médico y de enfermería de primera línea de batalla ha tenido que buscarse la vida para ponerle barreras al coronavirus: se fabrican equipos de protección con bolsas de la basura, cosa que a estas alturas no debería ser admisible. Y mientras los epidemiólogos aspiran a que las medidas de distanciamiento social aplanen cuanto antes la curva de propagación en la población en general, el freno a la expansión de la enfermedad entre los sanitarios no tiene un horizonte nada claro. Es una curva propia que, seguramente, tardará más tiempo en aplanarse porque los sanitarios van a seguir más expuestos y durante más tiempo. El problema sólo se frenará cuando se acabe con la acuciante falta de equipos de protección adecuados. La escasez afecta mucho a las máscaras FPP2 y FPP3 que protegen de las secreciones del paciente, y a las batas impermeables. Hubo mucha improvisación inicial y bastante relajación. No se le dio la importancia necesaria y faltó una centralización de las medidas».
Y por todo eso, por esa criminal negligencia, porque a 25 de marzo estamos igual que en febrero, el Consejo Estatal de Médicos ha presentado hoy una denuncia ante el Tribunal Supremo para que el nefasto Gobierno de ensoberbecidos inútiles que nos ha tocado padecer haga por fin su trabajo y nos permita realizar el nuestro sin enfermar, sin que caigamos como moscas en esta guerra en la que nos han metido sin un maldito fusil, sin una bala.
Hay tantos izquierdistas de caché ingresados en la Ruber que ya la llaman Ruberlingrado. Y allí, en Ruberlingrado, me imagino que estarán pensando y discutiendo la forma de dimitir. De dimitir, cabrones. De dimitir. Que no es un nombre ruso dimitir, sino la única acción honorable que le queda a un irresponsable cuando se ha demostrado sobradamente su irresponsabilidad.
Y no digo que dimitáis ahora, en plena crisis, sino luego: cuando estemos en la calle los que queden. Porque en la calle nos veremos, sí. No lo dudéis. Iremos todos, de la mano. Y se abrirán para nosotros las grandes alamedas, como decía Salvador Allende poco antes de morir asesinado. Y allí, en la calle, en esas grandes alamedas, estaremos todos juntos: las enfermeras, los celadores, las auxiliares de las residencias, los pacientes, los médicos, los conductores de las ambulancias, los taxistas, los bomberos, los jubilados, las cajeras, los transportistas, las amas de casa, los autónomos, los farmacéuticos… Todos. Todos juntos, de la mano.
Todos en defensa de la Sanidad Pública. Todos contra el mal Gobierno. Y esta vez nada de batas blancas, ni de lazos amarillos, ni morados feministas, ni verde de los maestros. Todos de riguroso negro. De negro color de luto. De negro como las negras togas del Tribunal Supremo que os habrán de juzgar algún día. De negro como las negras bolsas de basura que se han de poner mis compañeros.
Juan Manuel Jimenez Muñoz
Médico y escritor malagueño
https://www.periodistadigital.com/po...-689404285146/
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Re: Angustia Coronavírica
Es impresionante el número de reproches que se están oyendo y leyendo dirigidos a los tarados que han votado a la chusma que se ha apoderado de España. Sí, es cierto, están donde están porque muchos les han votado y, además, porque hay una legislación chusquera, marrullera y dejemos para otro momento lo de ilegal -como suena, aunque muchos no lo entiendan-, que permite toda clase de chanchullos fraudulentos y que gracias a todo ello Sánchez está en La Moncloa, e Iglesias, con el voto de cuatro mandriles que no representan a nadie, es vicepresidente y pisando la línea roja que le permitiría sustituir al monigote monclovita, y a cual más inútil e imbécil (no es insulto, es término sacado de la Psiquiatría). Bueno, pues hay una forma segura de que la chusma JAMÁS vuelva a tener opciones de gobierno: ¡QUE VOTE TODO EL MUNDO!
Fuera de una vez ese mantra de que eso es participar del régimen y del sistema, porque sólo por pagar impuestos ya se participa, así que hay que sacarles el jugo y participar sin piedad.
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Re: Angustia Coronavírica
Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. ¿Significan estas palabras de Dios que Él tiene forma humana? Pues sí partimos del hecho de que es Espíritu puro y simple en cuanto que no tiene partes, más bien habrá que pensar que no. Así, pues, nos quedaremos con la parte espiritual. Entonces, la imagen es el espíritu, es dotarle al hombre de un alma espiritual similar, aunque no igual, a la del Creador, y no igual en cuanto que es creada y Él es increado, porque ha existido siempre.
¿Y la semejanza? parece que puede estar referida al acto y la potencia. Dios es acto por ser inmutable, y la potencia caracteriza al hombre por su devenir. En mi opinión, cuando el hombre pretende ser un dios y sustituir así al Creador, es cuando no sólo se equivoca, sino que sus errores se le vuelven en contra. Acabo de ver un vídeo que fue en su día publicado y que, "misteriosamente", desapareció del mapa. Vídeo breve, pero muy clarificador, de un programa de la RAI italiana, breve, muy breve, que alguien guardó en 2015 y que ahora ha hecho llegar al diario Alerta digital para su publicación. He sostenido y seguiré sosteniendo, que esto que está pasando no es el fruto de ninguna conspiración, incluso un poco más arriba sostenía y sigo sosteniendo, que este Covid-19 es naturaleza, y lo es porque pese a estar modificado, o es natural o no existe, dicho de otro modo, no es una nanomáquina, sino una proteína modificada. Por eso, cuando el hombre se pone a querer controlar a la naturaleza, obra de Dios, saldrá escaldado. Por lo que se dice y ve en dicha proyección, esto ha salido de un laboratorio chino, en el que hacían experimentos, como tantísimos otros, absolutamente inmorales, que deberían estar castigadísimos, y que se les fue de las manos. Ahora el régimen comunista chino pretende irse de rositas de esto, se lava las manos, pero no, mucho me temo que de aquí, y como dice un amigo mío, salga la chispa para una posible guerra, particularmente porque ese mismo régimen comunista pretende acusar a Estados Unidos de ser el responsable y de haber dado la orden a sus militares de actuar en contra de China. Y lo que hay detrás es que China, aprovechando este repugnante accidente, quiera hacerse con el control del planeta a nivel económico, y los Estados Unidos no parece que vayan a estar muy conformes.
El visionado del vídeo en el final del enlace de abajo.
27/03/2020 REDACCION |
(Vídeo revelador) ¿Es el Covid-19 un virus creado por los chinos de forma deliberada? Los medios ocultan la información y tenemos las pruebas
Carlota Sales Llop.- Los grandes medios informativos parecen estar mudos, ciegos y sordos ante un vídeo que está circulando por los canales alternativos y ocultos de Internet. Sin embargo, este vídeo no es la producción de un desconocido youtuber, o las elucubraciones de algún teórico de la conspiración. De ninguna manera: Es un vídeo emitido por la RAI en 2015, y presentado por el prestigiosísimo programa de ciencia “LEONARDO”, de la misma cadena estatal, que realizó un reportaje basado en informaciones de la aún más prestigiosa revista científica ‘Nature’.
Al poco de su emisión, este vídeo fue “misteriosamente” borrado de Youtube y totalmente censurado en Internet. Sin embargo, algún anónimo creyente en la libertad de la información nos lo ha hecho llegar y con subtítulos en castellano, para que sea entendido -y por ello, para que aterrorice, espante y apabulle- a todos aquellos que lo vean.
La historia es sencilla: en 2015, China incorporó una proteína al virus SARS -ese que dicen tan similar al Covid-19- que hacía que el virus que se localizaba en murciélagos -¿Les suena?- infectara a los seres humanos produciendo una pulmonía muy aguda aunque -según los investigadores- no mortal. ¿Les suena de algo?
Lo más sospechoso de todo es que a algunos medios, que sabemos que existen de forma artificial para respaldar al Gobierno, han calificado de “bulo” la noticia, pese a reconocer que el vídeo, la información y todo lo narrado es totalmente cierto, pero que “no corresponde al Covid-19”.
Es decir, que aceptan que es líquido, que es blanco, que sabe a leche, que huele a leche, que sirve para hacer queso, que procede de la vaca, pero que quien diga que es leche de vaca miente. Tal cual. Eso es lo que proponen esas censuras progresistas de pacotilla. Allá cada quien las entienda y acepte. Nosotros no lo hacemos.
Por si les queda alguna duda, les ofrecemos el vídeo del, repetimos, extraordinariamente prestigioso programa oficial italiano.
Si llegan a la misma conclusión que nosotros, y se sienten víctimas de un ataque con armamento biológico, no nos extrañará.
LO QUE VAN A VER Y ESCUCHAR ES UN PROGRAMA DE TELEVISIÓN DE LA RAI EMITIDO EN 2015.
(Vídeo revelador) ¿Es el Covid-19 un virus creado por los chinos de forma deliberada? Los medios ocultan la información y tenemos las pruebas – Alerta Digital
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Re: Angustia Coronavírica
Ante la prórroga del estado de alarma. Comunicado de la Candidatura Tradicionalista (CTRAD)
26 MARZO, 2020
https://carlismo.es/wp-content/uploa...4-768x1024.jpg
ANTE LA PRÓRROGA DEL ESTADO DE ALARMA
Han pasado varios días desde el inicio del confinamiento de la población española por la pandemia del virus COVID 19. El pueblo español está demostrando una gran capacidad de resistencia y de entereza moral. Animamos a todos a continuar asumiendo nuestras responsabilidades desde la prudencia que requieren, en este momento, todas nuestras actuaciones.
Hemos descubierto, desde la tristeza y el sufrimiento, algo que parecía olvidado en este mundo caído; como es la recuperación del valor de la familia, de la cercanía con nuestros mayores, del recogimiento, del orden de virtudes domésticas de la vida tradicional, oxidadas por la modernidad. Debemos mirar lo que de positivo tiene esta tragedia, aunque parezca una paradoja; el tren de la modernidad ha quedado varado, tenemos la grandiosa oportunidad de volver a Dios.
Podríamos hacer una larga lista de reproches propios de nuestra debilidad, alimentada por este sistema caduco: Las«guerras de taifas» entre los responsables políticos, que solo piensan en futuros réditos electorales, su incapacidad, sus mentiras, las deserciones… El establishment político navega en la arbitrariedad y atenta contra sus propias leyes positivas y sus instituciones. Hacemos un llamamiento a la vigilancia y resistencia contra una deriva autoritaria y hasta tiránica (que ya se estaba pergeñando antes de esta desgracia) que nos destruya aún más.
Debemos valorar positivamente la actuación de los cuerpos intermedios de la comunidad política con sus múltiples acciones de socorro mutuo, que dan lecciones día a día a los operadores políticos y a su incuria. Hacemos un llamamiento a los obispos para que refuercen fórmulas alternativas y prudenciales de socorro espiritual a los fieles, a los agonizantes y a las familias de los fallecidos que están viviendo días durísimos.
Importa, y mucho, que pensemos en el «día después». El pueblo español va a salir de esta situación terriblemente dañado. Más allá de las tragedias individuales de pérdida de familiares y amigos, de pérdida del trabajo, de ruina económica, se va a producir un descalabro en la confianza colectiva de los grandes paradigmas inventados por el liberalismo, que acomodaban nuestra existencia; sin que nadie, salvo muy pocos, se cuestionara absolutamente nada: el triunfo de la ciencia, de la racionalidad invencible del ser humano, del estado del bienestar y de tantas y tantas falacias que durante muchas décadas parecían indiscutibles. Además, saldremos inmensamente frustrados, llenos de odio o, al menos profundamente irritados, por lo que se hará muy difícil estructurar nuestra comunidad política sobre bases totalmente renovadas.
Esta es la tarea que los correligionarios, adheridos y simpatizantes del Carlismo tienen por delante. Somos una«comunión tradicionalista», no somos, como otros siniestros irresponsables, ni «unidos» ni «unidas». No somos una yuxtaposición de personas o un mero montón. Estamos en comunión con Dios y con nosotros mismos. Nuestra tarea va a ser ingente en un futuro, que esperemos sea lo más inmediato posible, donde deberemos demostrar, como en otros períodos históricos, de qué pasta está hecho el Carlismo.
Pedimos a Cristo Rey, por intercesión de su Bendita Madre, que proteja a los hombres, al pueblo de Dios, a los pueblos hispánicos de la antigua Cristiandad, al pueblo español, al pueblo carlista y a S.A.R.
Don Sixto Enrique de Borbón, abanderado de la Causa tradicionalista.Junta de Gobierno de la CTRAD25 de marzo de 2020
https://carlismo.es/ante-la-prorroga...nalista-ctrad/
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Re: Angustia Coronavírica
Cisne Negro
https://mail.google.com/mail/u/0?ui=...Tj8aI&disp=emb
Por Luis Eduardo López Padilla
El término “cisne negro” proviene del poeta latino Juvenal, quien a fines del siglo I y principios del II d.C. habló de “un ave rara en la tierra muy parecida a un cisne negro”. En Europa nadie había visto un cisne negro por lo que durante siglos se empleó la expresión para referirse a situaciones inexistentes, aunque teóricamente posibles. En 1697, sin embargo, se descubrió un cisne negro en Australia. A partir de entonces el término significó algo que parece imposible, pero que al final sí existe.
Nassim Nicholas Taleb, un excéntrico pensador y financiero libanés nacionalizado estadounidense, tomó la expresión para su libro El cisne negro: el impacto de lo altamente improbable. Planteó que el pasado no puede usarse para predecir el futuro: “Nuestro mundo está dominado por lo extremo, lo desconocido y lo muy improbable (improbable según nuestro conocimiento actual) y mientras tanto nos pasamos el tiempo en conversaciones sin importancia que se concentran en lo conocido y lo repetido“.
Algunos autores han querido ver en el COVID-19 un ejemplo de cisne negro que lastimará profundamente la economía. Quizá no sea algo totalmente imprevisto. Autores como Laurie Garrett, quien escribió The Coming Plague en 1995, han señalado que deben registrarse nuevas y devastadoras epidemias en un planeta que ha perdido equilibrios. De lo que no hay duda es de que el nuevo coronavirus ha tomado al mundo por sorpresa.
Novela Profética
Asimismo, llama la atención la novela profética escrita por Dean R. Koontz quién en una obra publicada en 1981, Los ojos de la obscuridad, relata la irrupción en el mundo del siglo XXI, concretamente “alrededor del año 2020”, de un arma biológica denominada “virus Wuhan-400”. Las alusiones a la epidemia aparecen en el capítulo 39 y forman parte de una trama secundaria de la historia. Pero son sorprendentes las coincidencias con la alerta sanitaria lanzada por la OMS. La novela Los ojos de la oscuridad (The eyes of darkness) pasó bastante desapercibida cuando se publicó en 1981.
¿Pero qué cuenta Koontz en la novela? Habla de que una “severa enfermedad parecida a una neumonía” se extendería por todo el mundo y resistiría todos los tratamientos conocidos. De golpe, “tan rápido como surgió se desvaneció”. Al cabo de diez años volvió a atacar para luego desaparecer para siempre.
Uno de los párrafos proféticos es el que menciona que el científico chino Li Chen trajo a Estados Unidos un diskette (eran los años 80´s) con la información de la “más importante y peligrosa nueva arma biológica en una década”: “Llamaron a la cosa Wuhan-400 porque se desarrolló en sus laboratorios de investigación sobre ADN a las afueras de la ciudad de Wuhan”. Su virus es una “arma biológica perfecta” pero con muchas aparentes diferencias con el Covid-19: sólo sobrevive un minuto fuera del cuerpo, sólo afecta a humanos y resulta mucho más letal…
Mucha propagación, mínima letalidad
El nuevo virus rebautizado COVID-19 por la OMS muestra hasta ahora que su letalidad es cuando menos bastante inferior a la de la gripe estacional que nos visita cada año. Más aún, el número de decesos comparados con otras enfermedades o contagios es proporcionalmente baja o muy baja.De acuerdo con la agencia norteamericana CDC, Centers for Disease Control and Prevention, mueren al día cientos y miles de personas por tuberculosis, hepatitis B, neumonía, SIDA, malaria, rotavirus, cólera, meningitis, rabia, incluso fiebre amarilla, más que por el COVID-19. Más aun, hablar de una pandemia mortal es referirnos a la llamada gripe española. Hace un siglo, la pandemia de influenza “española” infectó a más de la cuarta parte de la humanidad, matando a cerca de 40 millones de personas (más del 2% de la humanidad de ese entonces, una de cada 50 personas murió). Un 2% de fallecidos con la actual población mundial de 7,500 millones tendríamos que sumar un número de 150 millones de muertos. ¿Cuántos han muerto hasta hoy por el coronavirus? Hasta marzo 17 se contabilizan 7.100 personas lamentablemente fallecidas.
¿Qué tan justificada es la reacción en muchos países? Es cierto que hay algunas exageraciones, pero el riesgo es real. Se estima que, si China no hubiese implementado severas medidas de contención en Wuhan, por el crecimiento exponencial ahora tendríamos decenas de millones de casos en todo el mundo. Según los datos reales, el contagiarse no es más que un resfriado para la mayoría de los que contraen el virus (80%). Pero dependiendo de la calidad de la atención, entre el 1% y 3% de los casos son mortales. Más aún, 15%-20% de los casos requiere de hospitalización, y 5%-10% en cuidados intensivos. Sin contención, el número de casos puede aumentar 50% por día, lo cual implica que en menos de un mes todo un país podría estar infectado. Algunos hospitales en Italia quedaron saturados cuando tenían menos de diez mil casos, lo que ha llevado a que tengan una tasa de mortalidad mucho mayor que Corea o Japón. En México tenemos menos camas que en Italia, pero más del doble de población. El cuestionar las medidas preventivas o el retrasarlas hasta que sea demasiado tarde hace notar que no entendemos el riesgo del problema.
Así pues, el tema del coronavirus o COVID-19 no está representado por la tasa de mortalidad de la enfermedad, sino por la rapidez de la infección en la población. Esto podría infectar a cientos de miles o millones. Si en México por ejemplo se infectara solo un 10% de la población, el 80% podría curarse con cuidados similares a la gripe en sus casas. Pero un 20%, es decir, poco más de 2 millones tendría que ser hospitalizado y un 7% (unos 150,000 enfermos) tendrían que recibir cuidados intensivos para ventilar los pulmones. De lo contrario, morirán. Y no hay sistema médico en el mundo que soporte esta eventualidad. Simplemente se rompería el sistema. Sería el caos.
Se está buscando la vacuna apropiada en institutos médicos de China, Alemania, Israel y Estados Unidos, como CureVac y BioNTech, así como Moderna & NIH, Gilead e Inovio. Luego que se pruebe su resultado hay que producirla en escala mundial. Esto llevaría entre 12 y 24 semanas.
Paradójicamente, las naciones afectadas que presentan hoy las temperaturas más altas; Tailandia, Malasia, Birmania, Filipinas, Singapur y Australia, lograron por ahora disminuir la velocidad de contagio, a un ritmo en el cual los nuevos casos se reducen cada día. Casualmente los primeros cuatro están lejos de contar con el mejor sistema médico, pero sí con las más altas temperaturas en el mes superando los 30 grados con una elevada humedad. Por el contrario, países con una explosión en casos como Italia, Irán y Corea mantienen temperaturas de entre 4 y 18 grados, aunque este último con un excelente sistema médico logró contrarrestar la expansión. Sin embargo, estos datos son anecdóticos debido a que la OMS claramente cita que el calor no debilita al virus. Los especialistas tendrán la última palabra.
Pero el colapso del sistema de salud también tiene otras consecuencias. El primero es el colapso del sistema de producción del país. Las crisis económicas generalmente surgen de la falta de oferta o demanda. Pero si quienes quieren comprar se tienen que quedar en casa y las tiendas están cerradas y quienes podrían ofrecer no pueden llevar sus productos a los clientes, porque las operaciones de logística, el transporte de mercancías y los puntos de venta están en crisis, entonces sería el caos.
Tormenta Perfecta
Nouriel Roubini es un destacado economista contemporáneo. Es profesor de Economía en la Universidad de Nueva York y presidente de la consultora RGE Monitor. Nouriel Roubini ganó notoriedad por sus acertadas previsiones sobre la recesión internacional desencadenada por la crisis de las hipotecas sub prime por lo cual se ganó el apelativo de “Dr. Doom” (Doctor Catástrofe). Inicialmente consideradas pesimistas, sus predicciones demostraron ser precisas conforme se desarrollaba la crisis financiera de 2008.
La expresión “tormenta perfecta” fue acuñada hace varios años por el economista Roubini, para indicar una combinación de condiciones financieras que podrían conducir a un colapso del mercado. “Habrá una recesión mundial debido al coronavirus”, dice Roubini, quien agrega: “la crisis explotará y resultará en un desastre”. Las previsiones del economista se confirman por la caída de los precios del petróleo tras el fracaso de la OPEP para acordar con Arabia Saudita que, desafiando a Rusia, ha decidido aumentar la producción y reducir los precios, pero es probable que sea confirmada por el despliegue de otros eventos, como la estrepitosa caída de las Bolsas en el mundo y la devaluación del peso-dólar que ya traspasó los 23 pesos.
En entrevista concedida a CNBC el pasado 10 de marzo, sentenció que la recesión que pudiera venir a consecuencia del coronavirus, el crecimiento económico en el mundo sería negativo. “Hay un crecimiento negativo en China, Japón, Corea del Sur e Italia. Estados Unidos tiene apenas un 1% de crecimiento y la eurozona está cerca del 0%”, expresó Roubini. Según el profesor de economía, si en el primer trimestre hubo un impacto económico negativo, arrastrados por China, en el segundo trimestre podría ser por Estados Unidos y Europa.“
Es probable que en China tome 3 meses para detener el pico de contagio – como así parece ocurrir – y en Europa y Estados Unidos puede tardar dos trimestres y eso significa que se tendría una recesión hasta el tercer trimestre, y solo se necesitan dos trimestres para tener una recesión global”, explicó, añadiendo que aún se debe determinar cuán severa será esta crisis.
Caos psicológico y anarquía social
Pero hay otro punto que comienza a vislumbrarse: no solo existe el colapso del sistema de salud: no solo existe la posibilidad de una grieta económica, sino que también puede haber un colapso del estado y la autoridad, en una palabra, anarquía social.
Las epidemias tienen consecuencias psicológicas y sociales por el pánico que pueden causar. La psicología social nació entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Uno de sus primeros exponentes es Gustave Le Bon (1841-1931), autor de un famoso libro titulado Psychologie des foules, Psicología de las Masas (1895).
Analizando el comportamiento colectivo, Le Bon explica cómo en la multitud el individuo experimenta un cambio psicológico mediante el cual los sentimientos y las pasiones se transmiten de un individuo a otro “por contagio”, como es el caso de las enfermedades infecciosas. La teoría moderna del contagio social, inspirada en Le Bon, explica cómo, protegida del anonimato de la masa, incluso el individuo más pacífico puede volverse agresivo, actuando por imitación o sugerencia. El pánico es uno de esos sentimientos que se transmite por contagio social, como sucedió durante la Revolución Francesa en el período que se decía del “gran miedo”.
Si la crisis económica se suma a la de salud, una ola descontrolada de pánico puede desencadenar los impulsos violentos de la multitud. El estado es reemplazado por tribus, pandillas, especialmente en los suburbios de los grandes centros urbanos. La anarquía tiene sus agentes y la guerra social, que fue teorizada por el Foro de Sao Paulo (una conferencia de organizaciones latinoamericanas de extrema izquierda), ya se practica desde Bolivia hasta Chile, Venezuela hasta Ecuador, y puede pronto expandirse a Europa.
Pero si esto es cierto, el historiador y analista italiano Roberto de Mattei afirma que, “quienquiera que salga derrotado por esta crisis es precisamente la utopía de la globalización, presentada como el camino principal destinado a conducir a la unificación de la humanidad. De hecho, la globalización destruye el espacio y pulveriza las distancias: hoy la regla para escapar de la epidemia es la distancia social, el aislamiento del individuo. El asesino de la globalización es un virus global llamado coronavirus. No es el fin de las fronteras, anunciado después de la caída del Muro de Berlín. Es el fin del mundo sin fronteras. No es el triunfo del nuevo orden mundial: es el triunfo del nuevo desorden mundial. El escenario político y social es el de una sociedad que se desintegra y descompone… El coronavirus nos devuelve a la realidad. Es el final de la “aldea global” (Italia, 14 de marzo LifeSiteNews).
La Filosofía y Teología de la Historia
La teología y la filosofía de la historia son campos de especulación intelectual que aplican los principios de la teología y la filosofía a los acontecimientos históricos. Como Juan –el discípulo amado de Jesús– el teólogo de la historia es como un águila que juzga los acontecimientos humanos desde las alturas, pues la historia no es una sucesión determinista y fatalista de eventos. El maestro de la historia es Dios, quien se ha reservado para sí el inicio, el culmen y el desenlace, dicho teológicamente, Creación, Redención y Parusía. Y así todo lo que sucede en el mundo o Dios lo quiere o Dios lo permite, pues no se mueve la hoja de un árbol si no es por voluntad divina, y por eso “todos los cabellos de vuestra cabeza están contados” (Lc 12,7).
La Iglesia, que no es una institución humana ni social, y tampoco una ONG, debe, como la Esposa de Cristo, saber y aprender a discernir los signos de los tiempos, y colegir que esta suma de eventos por las que estamos transitando no es aleatoria ni mero efecto de la naturaleza, sino que la mano de Dios está presente, y en esta cuaresma está dando una nueva oportunidad de conversión y llamando una vez más a la oración, sacrificio, ayuno y penitencia. No olvidar que las epidemias han acompañado la historia de la humanidad desde el principio hasta el siglo XX y siempre se han entrelazado con otros dos flagelos: las guerras y las crisis económicas. Las hambrunas, la peste y las guerras del siglo XIV fueron interpretadas por el pueblo cristiano como signos del castigo de Dios.
San Bernardo de Siena (1380-1444) afirmaba que tres son los azotes con los que Dios castiga a los pueblos: guerra, peste y hambre. Otros santos como Catalina de Siena, Brígida de Suecia, Vicente Ferrer, Luis María Grignion de Monfort, explicaron cómo los desastres naturales en la historia siempre han acompañado las infidelidades y la apostasía de las naciones. Hoy no es novedad constatar cómo esta generación se ha vuelto contra Dios y contra Su Cristo, y los pecados de muerte, violencia, egoísmo, mentira, lujuria, soberbia, etc. campean sobre la redondez de la Tierra. Estos eventos que están sucediendo y otros que vendrán después son consecuencia del pecado de los hombres y de las naciones en su conjunto, pues más allá del virus biológico, existe otro virus letal que hace perder el alma para siempre, y que parece importar poco o nada, y que se llama pecado.
La teología de la historia afirma que Dios recompensa y castiga no solo a los hombres, sino también a las colectividades y grupos sociales: familias, naciones, civilizaciones. Pero mientras los hombres tienen su recompensa o su castigo, a veces en la tierra, pero siempre en la eternidad, las naciones sin vida eterna son castigadas o recompensadas solo en la tierra. Dios puede, con milagros, cambiar las leyes de la naturaleza, evitando el sufrimiento y la muerte de un hombre, o la masacre de una ciudad, también puede decidir el castigo de una ciudad o un pueblo, porque pecados colectivos llaman castigo colectivo.
Pero lo más alarmante es la pérdida de la fe de una mayoría de sacerdotes y obispos que les ha llevado a una ceguera del entendimiento y a un endurecimiento del corazón que les acarrea una indiferencia profunda para entender el plan de Dios para este tiempo.
El gran pecado contemporáneo es la pérdida de la fe de los pastores y jerarcas de la Iglesia, con algunas excepciones, gracias a las cuales la Iglesia aún no ha desaparecido. Por eso no es de extrañar ni sorprender que no obstante estar en el tiempo de cuaresma, la circunstancia del virus no ha sido ocasión para llamar a la conversión, a la penitencia, a volver a Dios, a pedir a Él y a la Santísima Virgen que por su intercesión acorten el tiempo de la prueba, a asistir a los enfermos graves con los santos óleos, a acompañar a los fieles en sus temores, dudas y aflicciones, sino que por el contrario, se han silenciado; han cerrado iglesias, Santuarios de la Virgen como el de Lourdes, (especialmente querido por el Cielo para que con el agua se sanen cuerpos y almas); han suspendido los sacramentos, y en algunos lugares hasta no celebrar la Eucaristía. Por eso, no se extrañen si pasada esta crisis, muchos fieles abandonen definitivamente la Iglesia…
En la víspera de la segunda sesión del Concilio Vaticano I, el 6 de enero de 1870, San Juan Bosco tuvo una visión en la que se le reveló que “la guerra, la peste, el hambre son los azotes con los que se golpeará el orgullo y la malicia de los hombres“. Así dijo el Señor: “Ustedes, sacerdotes, ¿por qué no corren llorando entre el vestíbulo y el altar, invocando la suspensión de los flagelos? ¿Por qué no toman el escudo de la fe y van por los tejados, en las casas, en las calles, en las plazas, en todos los lugares, incluso inaccesibles, para llevar la semilla de mi palabra? ¿Ignoran que esta es la terrible espada de dos filos que derriba a mis enemigos y que rompe la ira de Dios y de los hombres?”
Colofón
Todas las profecías se cumplirán. Y si bien esta crisis puede traer efectos devastadores en el campo médico y de salud, así como económico, financiero, humano, político, eclesial y espiritual, si los hombres seguimos sin cambiar, aún estarán a las puertas grandes desastres para la humanidad ocasionadas por catástrofes naturales de origen cósmico; guerra entre naciones poderosas; cisma en la Iglesia que traerá su oscuridad y los tiempos más difíciles desde que las naciones existieron por primera vez.
Sin embargo, queremos enfatizar que esta prueba debe ser motivo de conversión y fortalecimiento de la fe, pues quien a Dios pone su vida nada temerá. “No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará cerca de ti, que te guarden en todos tus caminos” (Salmo 91, 10-11).
De alguna manera, como escribe C.C.Pecknold en First Things, “los cristianos en esta Cuaresma somos como Israel en el exilio de Babilonia, sin tierra ni templo. Sentimos el pánico de esta pandemia dentro de un tipo de recinto babilónico. Sin embargo, el cristiano debe dar testimonio de una fe diferente. Como San Agustín enseñó, Dios creó y sostiene el mundo a través de su Palabra eterna. La creación no es caótica y caprichosa, sino que tiene medida, orden y peso: la creación es razonable, tiene un propósito. Y el sufrimiento también tiene un propósito.
El recinto babilónico le enseña al mundo que el mal y el sufrimiento anulan nuestra fe en Dios, ya que un Dios que no puede detener el sufrimiento no es Dios en absoluto. Solo la “ciencia” puede ayudar. Pero tal fe está evidentemente vacía y perdida. Deja a las personas sin esperanza ni propósito, sin tierra ni templo.
Como nos enseña San Agustín, Dios no es la causa de ningún mal; el mal no es más que la privación del bien. Dios ha hecho al mundo “muy bueno”. Sin embargo, debido a nuestra primera Caída, Dios permite el sufrimiento, precisamente para revelar su amor y respeto por su criatura como a su propia imagen. Así como Dios puede sacar el bien más superabundante del mal, a través de Jesucristo; por su gracia nos ha hecho capaces de sacar el bien de los males temporales” (17 de marzo. Creación, caída y coronavirus en First Things).No tengamos miedo. Frecuentemos los sacramentos como mejor nos sea posible. En su caso, hagamos comuniones espirituales. Asumamos un espíritu de sacrificio, negación y penitencia. Recemos diariamente el Santo Rosario. Acudamos a María, Auxilio de los Cristianos y Salud de los Enfermos. Si somos fieles al Evangelio, todo concurrirá para nuestro propio bien espiritual, y con la fe saldremos victoriosos para las futuras pruebas que nos darán la corona de la Vida.
https://www.ahorainformacion.es/blog/cisne-negro/
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Re: Angustia Coronavírica
Entrevista de THE REMNANT: monseñor Athanasius Schneider habla de la reacción de la Iglesia al coronavirus
Diane Montagna
https://remnantnewspaper.com/web/ima...der_sermon.jpg
ROMA, 27 de marzo de 20020 – Mientras sigue propagándose el coronavirus, monseñor Athanasius Schneider exhorta a los sacerdotes a imitar a Jesús el Buen Pastor y, por el bien de las almas, desobedecer las injustas normas dictadas por obispos que, según dice, actúan más como burócratas que como pastores.
En una nueva entrevista sobre la reacción de la Iglesia al coronavirus (ver texto completo abajo), el obispo auxiliar de Santa María de Astaná (Kazajstán) afirma que cree que la mayoría de los obispos reaccionaron «con precipitación y pánico al prohibir toda Misa pública». Según él, la decisión de cerrar los templos es más incomprensible todavía.
«Mientras los supermercados sigan abiertos y accesibles y pueda utilizarse el transporte público, no hay razón verosímil para prohibir que se asista a la Santa Misa en una iglesia --afirma--. En los templos se pueden garantizar las mismas e incluso mejores medidas higiénicas preventivas.»
Explica que la manera de reaccionar al coronavirus demuestra «la pérdida de la perspectiva sobrenatural», de modo especial entre la jerarquía, algunos de cuyos miembros –señala-- a pesar del ardor con que combaten el Covid-19 «permiten como si tal cosa que los tóxicos virus de enseñanzas y prácticas heréticas se esparzan entre su grey».
Monseñor Schneider insta a los pastores a recordar que «por encima de todo son pastores de almas inmortales», cuya profesión les exige dar la vida por las ovejas. Durante la epidemia coronavírica, los sacerdotes deberían tomar todas las medidas posibles de prevención, pero también ser sumamente ingeniosos para descubrir nuevas formas de celebrar la Misa y proporcionar los sacramentos , aunque sea a un grupo reducido de fieles. «Ésa ha sido siempre la conducta pastoral de todos los sacerdotes confesores y mártires en tiempos de persecución», explica el prelado, que pasó su infancia en la Iglesia clandestina de la Unión Soviética.
En algunos casos, dijo, el cuidado de las almas puede exigir que un sacerdote desobedezca una orden injusta de su obispo. «Si las autoridades eclesiásticas le prohíben a un sacerdote visitar a los enfermos y moribundos, no puede obedecer. Semejante prohibición es un abuso de autoridad. Cristo no confirió a los obispos autoridad para prohibir que se visitara a los enfermos y agonizantes».
Evocando el heroico ejemplo del cardenal arzobispo de Milán San Carlos Borromeo (1538-1584), que desafió intrépido una epidemia a fin de atender a las necesidades espirituales de las víctimas, Schneider afirma que «El verdadero sacerdote hace todo lo que está en sus manos para visitar a un moribundo».
A la pregunta de si el coronavirus es un castigo de Dios por los actos de la Pachamama realizados en el Vaticano durante el Sínodo para la Amazonía del pasado octubre, el prelado respondió que aunque no tiene certeza de que una cosa esté relacionada con la otra, la idea no es rebuscada.
«El culto de que fue objeto el ídolo pagano de la Pachamama al interior del Vaticano con el aval del Papa fue sin duda un grave pecado de infidelidad al Primer Mandamiento del Decálogo, una abominación», dijo. Y añadió: «Esos actos idolátricos fueron la culminación de una serie de infidelidades en lo que se refiere a guardar el sagrado depósito de la Fe por parte de muchos miembros de los grados más altos de la jerarquía en las últimas décadas».
Evocando la amenaza de castigo y la exhortación al arrepentimiento que dirige el Señor a los obispos en el Apocalipsis (Apoc. 2, 14-16), monseñor Schneider declaró estar convencido de que «Cristo les diría lo mismo al papa Francisco y a los otros obispos que consintieron el culto a la Pachamama» en el Vaticano y «avalan implícitamente las relaciones sexuales fuera de un matrimonio válido al permitir que los divorciados que se han vuelto a casar reciban la Sagrada Comunión».
Con relación a la reacción de la Iglesia al coronavirus, Schneider declaró que el carácter singular y la severidad de la prohibición de misas públicas y de la Sagrada Comunión es una señal para que los católicos tengan en cuenta el sentido más profundo de esas cosas.
Señaló que desde hace más de cincuenta años la Presencia Eucarística de Jesús es trivializada y hasta profanada con la comunión en la mano y la introducción de elementos protestantizantes en la liturgia romana. «Ahora ha intervenido el Señor privando a casi todos los fieles de asistir a la Santa Misa y recibir sacramentalmente la Sagrada Comunión. Justos y pecadores están soportando juntos esta tribulación, ya que en el misterio de la Iglesia están unidos entre sí como miembros de un mismo cuerpo».
Afirmó que en cuanto se acabe la epidemia el Papa y los obispos deberían celebrar con toda urgencia un acto público de reparación en Roma por los pecados cometidos contra la Sagrada Eucaristía. Añadió que el Sumo Pontífice debería decretar normas concretas invitando a toda la Iglesia a «dirigirse al Señor en la liturgia» y «prohibir la Comunión en la mano».
«La Iglesia –afirmó-- no puede seguir tratando impunemente al Santísimo en la Hostia consagrada de una forma tan minimalista y peligrosa».
Transcripción de la entrevista a monseñor Athanasius Schneider
Diane Montagna: Excelencia, ¿qué impresión tiene en general de la manera en que está reaccionando la Iglesia a la epidemia de coronavirus?
Mi impresión general es que la gran mayoría de los obispos ha reaccionado con precipitación y pánico al prohibir toda Misa pública, y lo que es más incomprensible, cerrando los templos. Los obispos que han obrado así han reaccionado más como burócratas que como pastores. Al centrarse de forma casi exclusiva en las medidas higiénicas han perdido la perspectiva sobrenatural y quitado la prioridad al bien eterno de las almas.
La diócesis de Roma se ha apresurado a suspender todas las misas públicas accediendo a las directrices del Gobierno. Por todo el mundo, los prelados han tomado medidas por el estilo. En cambio, los obispos de Polonia han pedido que se celebren más misas para que se congreguen menos fieles en cada ocasión. ¿Qué opina de la decisión de suspender las misas públicas para impedir la propagación del virus?
Mientras los supermercados sigan abiertos y accesibles y pueda utilizarse el transporte público, no hay razón verosímil para prohibir que se asista a la Santa Misa en una iglesia. En los templos se pueden garantizar las mismas e incluso mejores medidas higiénicas preventivas, y tomarse otras medidas parecidas. Por ejemplo, antes de cada Misa se podrían desinfectar los bancos y las puertas, y todo el mundo podría desinfectarse las manos al entrar. Podría limitarse el número de asistentes y aumentar la frecuencia de las misas. John Magufuli, presidente de Tanzania, nos da un ejemplo magnífico de lo que es tener una perspectiva sobrenatural de las cosas en tiempo de epidemia. Magufuli, que es católico practicante, dijo el pasado día 22 (domingo de Laetare) en la catedral de San Pablo en Dodoma, capital del país: «A mis correligionarios cristianos, e incluso a los musulmanes, les insisto: no tengan miedo, no dejen de congregarse para alabar y glorificar a Dios. Por esa razón, nuestro Gobierno ha decidido no cerrar las iglesias y mezquitas. Al contrario, deben estar abiertas en todo momento para que se pueda acudir a Dios en busca de refugio. En los templos se puede buscar verdadera sanación, porque allí habita el Dios verdadero. No tengan miedo de alabar a Dios y buscar su rostro en la iglesia».
Y de la Eucaristía, Magufuli expresó estas alentadoras palabras: «El coronavirus no puede sobrevivir en el Cuerpo eucarístico de Cristo, no tarda en consumirse . Por eso, no he tenido el más mínimo miedo al comulgar, porque sé que Jesús está en la Eucaristía; no corro peligro. Es hora de edificar nuestra fe en Dios».
¿Le parece una actitud responsable que un sacerdote celebre una Misa privada con unos pocos fieles presentes, tomando las debidas precauciones?
Lo es, y además meritoria. Sería un verdadero acto pastoral, siempre y cuando el sacerdote tomara las debidas precauciones, claro.
Los sacerdotes se ven en un aprieto. Algunos buenos sacerdotes son objeto de críticas por obedecer las directrices impuestas por sus obispos de suspender las misas públicas (aunque siguen celebrando privadas). Otros se ingenian maneras de confesar sin comprometer la salud de los fieles. ¿Qué aconsejaría a los sacerdotes que para que puedan sacar el mejor fruto de su ministerio en estos momentos?
Los sacerdotes deben tener presente que por encima de todo son pastores de almas inmortales. Deben ser imitadores de Cristo, que dijo: «El buen pastor pone su vida por las ovejas. Mas el mercenario, el que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, viendo venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa; porque es mercenario y no tiene interés en las ovejas. Yo soy el pastor bueno, y conozco las mías, y las mías me conocen» (Jn. 10, 11-14). Si un sacerdote observa de modo razonable y juicioso todas las medidas higiénicas, no está obligado a obedecer las directrices de su obispo o de las autoridades suspendiendo la Misa para los fieles. Tales directrices son meras normas humanas; pero la ley suprema de la Iglesia es la salvación de las almas. En una situación así, los sacerdotes tienen que ingeniárselas mucho a fin de facilitar a los fieles, aunque sea un grupo pequeño, la celebración de la Santa Misa y la recepción de los sacramentos. Ésa ha sido siempre la conducta pastoral de todos los sacerdotes confesores y mártires en tiempos de persecución.
¿Hay casos en que sea legítimo desobedecer a las autoridades, y en concreto a las eclesiásticas, por parte de los sacerdotes (por ejemplo, si le dicen que no vaya a visitar a los enfermos y moribundos?
Si las autoridades eclesiásticas le prohíben a un sacerdote visitar a los enfermos y moribundos, no puede obedecer. Semejante prohibición es un abuso de autoridad. Cristo no confirió a los obispos autoridad para prohibir que se visitara a los enfermos y agonizantes. El verdadero sacerdote hace todo lo que está en sus manos para visitar a un moribundo. Muchos sacerdotes lo han hecho aun a riesgo de su vida, ya fuera en caso de persecución o de epidemias. Se han dado numerosos ejemplos en la historia de la Iglesia. Por ejemplo, San Carlos Borromeo dio la Sagrada Comunión en la lengua y con sus propias manos a personas que estaban muriendo de peste. En nuestros tiempos hemos conocido ejemplos conmovedores y edificantes, en particular en la región de Bérgamo, al norte de Italia, de sacerdotes que se contagiaron y murieron por cuidar de enfermos aquejados de coronavirus. Hace unos día falleció en ese mismo país un sacerdote de 72 años que padecía la enfermedad, y renunció al respirador –sin el cual no podía sobrevivir-- para dárselo a un paciente más joven. No visitar a los enfermos y moribundos es una actitud más propia de asalariados que de buenos pastores.
Vuestra Excelencia pasó los primeros años de su vida en la Iglesia clandestina de la Unión Soviética. ¿Qué aconsejaría a los fieles que no pueden asistir a Misa, y en algunos casos ni siquiera adorar al Santísimo Sacramento por haberse cerrado las iglesias de su diócesis?
Animaría a esos fieles a hacer actos frecuentes de Comunión espiritual. Podrían leer las lecturas del propio y el ordinario de la Misa de cada día y meditar en ellas. Podrían enviar a sus santos ángeles custodios a adorar a Jesús en el Tabernáculo de parte de ellos. Podrían unirse espiritualmente a todos los cristianos encarcelados por su fe, a todos los cristianos enfermos impedidos de ir a Misa, a todos los cristianos que mueren privados de los sacramentos. Dios colmará de gracias esta época de privación temporal de la Santa Misa y el Santísimo Sacramento.
Hace poco la Santa Sede anunció que las celebraciones litúrgicas de Semana Santa y Pascua tendrán lugar sin los fieles presentes. Más tarde especificó que se están estudiando maneras de participar que tengan en cuenta las medidas de seguridad destinadas a impedir la propagación del coronavirus. ¿Qué le parece esta decisión?
En vista de las estrictas prohibiciones de reuniones multitudinarias impuestas por las autoridades italianas, se entiende que el Papa no pueda celebrar los oficios de Semana Santa ante una numerosa congregación de fieles. A mí me parece que podría celebrarlos con toda dignidad y sin abreviarlos, por ejemplo en la Capilla Sixtina (como era costumbre de los pontífices antes del Concilio) con la participación del clero (cardenales, sacerdotes, etc.) y un grupo selecto de fieles que hubiesen tomado previamente las oportunas medidas de higiene. No parece lógico prohibir la bendición del fuego, la del agua y los bautismos en la Vigilia Pascual, como si con esos actos pudiera propagarse virus. El sentido común y la perspectiva sobrenatural han sido superados por un miedo casi patológico.
Excelencia, ¿qué revela la actitud de las autoridades eclesiásticas ante el coronavirus del estado de la Iglesia, y en particular de la jerarquía?
La pérdida de perspectiva espiritual es sintomática. En las últimas décadas, muchos miembros de la jerarquía han estado metidos más que nada en asuntos seculares, mundanos y temporales, y con ello han perdido de vista las realidades sobrenaturales y eternas. Se les ha nublado la vista con el polvo de ocupaciones mundanas, como dijo en una ocasión San Gregorio Magno (V. Regula pastoralis II, 7). Su manera de reaccionar ante la epidemia ha puesto de manifiesto que dan más importancia a los cuerpos mortales que a las almas inmortales de los hombres, olvidando las palabras de Nuestro Señor: «¿De qué servirá al hombre ganar el mundo entero, y perder su vida?» (Mc. 8,36). Los mismos prelados que ahora tratan de impedir (a veces con medidas desproporcionadas) que se contagie el cuerpo de sus feligreses con un virus material, permiten como si tal cosa que los tóxico virus de enseñanzas y prácticas heréticas se esparzan entre su grey.
Hace poco el cardenal Vincent Nichols dijo que cuando pase la epidemia habrá un hambre renovada de la Eucaristía. ¿Está de acuerdo?
Espero que esas palabras se cumplan en el caso de muchos católicos. Es una experiencia común entre los hombres que la privación prolongada de una realidad importante avive el ansia de ella. Ése es el caso de todos los creen de verdad en la Eucaristía y la aman. Una experiencia así también ayuda a reflexionar más a fondo en el sentido y valor de la Sagrada Eucaristía. Es posible que los católicos que estaban tan acostumbrados al Santísimo que les parecía algo de todos los días experimenten una conversión espiritual y se den cuenta a partir de ahora de que la Sagrada Eucaristía es algo extraordinario y sublime.
El pasado domingo 15 de marzo el papa Francisco acudió a rezar ante la imagen de la Virgen Salus Populi Romani en la basílica de Santa María la Mayor y ante el cristo milagroso de la iglesia de San Marcelo en el Corso. ¿Cree que es importante que los obispos y cardenales realicen actos similares de culto público para poner fin a la epidemia?
El ejemplo del papa Francisco puede animar a muchos prelados a celebrar actos públicos parecidos de fe y oración y a dar muestras concretas de penitencia implorando a Dios que detenga la plaga. Se podría recomendar que los obispos y sacerdotes recorriesen con frecuencia las calles de sus ciudades portando al Santísimo Sacramento en la custodia acompañados por un número reducido de sacerdotes o fieles (uno, dos o tres), dependiendo de las normas que hayan establecido las autoridades civiles. Esas procesiones eucarísticas transmitirían a los fieles y al resto de la ciudadanía el consuelo y la alegría de saber que no están solos en las situaciones difíciles. Que el Señor está verdaderamente con ellos, que la Iglesia es una madre que nunca se ha olvidado de sus hijos ni los ha abandonado. Se podría iniciar una cadena mundial de custodias que llevaran a Jesús-Eucaristía por las calles de todo el planeta. Esas miniprocesiones eucarísticas, aunque el obispo o sacerdote saliera solo llevando al Señor, impetrarán gracias de sanación y conversión física y espiritual.
La epidemia de coronavirus estalló en China poco después del Sínodo para la Amazonía. Algunos periodistas están convencidos de que se trata de un castigo divino por los actos realizados con el ídolo de la Pachamama en el Vaticano, mientras que para otros es un castigo por el acuerdo entre China y el Vaticano. ¿Cree que alguna de las dos opiniones es correcta?
En mi opinión, la epidemia del coronavirus es sin duda una intervención divina para castigar y purificar al mundo pecador, y también a la Iglesia. No debemos olvidar que Nuestro Señor Jesucristo veía las catástrofes físicas como castigos de Dios. Leemos, por ejemplo, lo siguiente: «En aquel momento llegaron algunas personas a traerle la noticia de esos galileos cuya sangre Pilato había mezclado con la de sus sacrificios. Y respondiendoles dilo: “¿Pensáis que estos galileos fueron los más pecadores de todos los galileos, porque han sufrido estas cosas? Os digo que de ninguna manera, sino que todos pereceréis igualmente si no os arrepentís. O bien aquellos dieciocho, sobre los cuales cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que de ninguna manera sino que todos pereceréis igualmente si no os convertís”» (Lc.13, 1-5).
El culto de que fue objeto el ídolo pagano de la Pachamama al interior del Vaticano con el aval del Papa fue sin duda un grave pecado de infidelidad al Primer Mandamiento del Decálogo, una abominación. Todo intento de restar importancia a ese acto de veneración se derrumba por el peso de la prueba y de la razón. Yo diría que esos actos idolátricos fueron la culminación de una serie de infidelidades en lo que se refiere a guardar el sagrado depósito de la Fe por parte de muchos miembros de los grados más altos de la jerarquía en las últimas décadas. No tengo certeza absoluta de que el brote del coronavirus haya sido castigo de Dios por lo de la Pachamama en el Vaticano, pero no tiene nada de rebuscado entenderlo así. Ya en los primeros tiempos de la Iglesia, Cristo reprendió a los obispos (ángeles) de las iglesias de Pérgamo y Tiatira por su tolerancia de la idolatría y el adulterio. La figura de Jezabel, que sedujo a la iglesia con la idolatría y la fornicación (V. Ap. 2,20) se podría entender también cómo un símbolo del mundo actual con el que juguetean muchos que ocupan altos cargos en la Iglesia.
Estas palabras de Cristo siguen igual de válidas hoy: «He aquí que a ella la arrojo en cama, y a los que adulteren con ella, (los arrojo) en grande tribulación, si no se arrepienten de las obras de ella. Castigaré a sus hijos con la muerte, y conocerán todas las Iglesias que Yo soy el que escudriño entrañas y corazones; y retribuiré a cada uno de vosotros conforme a vuestras obras» (Apoc. 2,22-23). Cristo amenazó con castigos ý exhortó a las iglesias a arrepentirse: «Tengo contra ti algunas pocas cosas, por cuanto tienes allí a quienes han abrazado la doctrina […]para que comiesen de los sacrificios de los ídolos y cometiesen fornicación. Arrepiéntete, pues; que si no, vengo a ti presto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca» (Apoc. 2, 14-16). Estoy convencido de que Cristo les diría lo mismo al papa Francisco y a los otros obispos que consintieron el culto idolátrico a la Pachamama y avalan implícitamente las relaciones sexuales fuera de un matrimonio válido al permitir que los divorciados que se han vuelto a casar reciban la Sagrada Comunión.
Vuestra Excelencia ha citado los Evangelios y el Apocalipsis. ¿La manera en que Dios dealt sus hijos en el Antiguo Testamento nos ayuda a entender en alguna medida la situación actual?
A mi modo de ver, la situación que ha creado la epidemia de coronavirus en el seno de la Iglesia es muy singular: se han prohibido las misas públicas en casi todo el mundo. Hasta cierto punto es equivalente a la prohibición del culto cristiano en todo el Imperio Romano durante los tres primeros siglos. Ahora bien, esta situación actual no tiene precedentes, porque en nuestro caso la prohibición del culto público fue decretada por obispos católicos, antes incluso de que las autoridades civiles dictaran disposiciones en ese sentido.
En cierta forma, la situación actual se puede comparar con el cese del sacrificio en el templo de Jerusalén mientras el Pueblo Escogido de Dios soportó la Cautividad de Babilonia. En la Biblia los castigos divinos se consideraban una gracia, como vemos en estos versículos: «Feliz el hombre a quien Dios corrige. No desprecies la corrección del Omnipotente. Él hace la llaga, y la venda; Él hiere y sana con sus manos» (Job 5,17-18). «Yo reprendo y castigo a todos los que amo. Ten, pues, ardor y conviértete» (Apoc.3,19). La única reacción que cabe en tribulaciones, catástrofes, epidemias y situaciones por el estilo --todas ellas instrumentos en manos de la Divina Providencia para despertar a los hombres del sueño del pecado y la indiferencia hacia los mandamientos de Dios y la vida eterna-- es la penitencia y una sincera conversión a Dios. En la siguiente oración, el profeta Daniel da a los fieles de todos los tiempos un ejemplo de cuál debe ser su verdadera actitud y de cómo deben desempeñarse y rezar en tiempos difíciles: «Todo Israel ha traspasado tu Ley y se ha apartado para no oír tu voz […] Inclina, Dios mío, tu oído y escucha; abre tus ojos y mira nuestras ruinas, y a la ciudad, sobre la cual ha sido invocado tu Nombre pues derramamos nuestros ruegos ante tu rostro, confiando, no en nuestras justicias, sino en tus grandes misericordias. ¡Escucha, Señor! ¡Perdona, Señor! ¡Presta atención, Señor, y obra! ¡No tardes, por amor de Ti, oh Dios mío!, porque sobre tu ciudad y tu pueblo ha sido invocado tu Nombre» (Dan. 9,11; 18-19).
San Roberto Belarmino escribió: «Son señales ciertas de la venida del Anticristo […] la última y mayor de las persecuciones, y la cesación del completa del sacrificio público [la Misa]» (La profecía de Daniel, p.37-38). ¿Cree que hablaba de lo que sucede ahora? ¿Es éste el comienzo del gran castigo predicho en el libro del Apocalipsis?
La situación que estamos viviendo nos brinda fundamentos más que razonables para pensar que nos hallamos a las puertas de los tiempos apocalípticos, que comprenderán castigos divinos. Nuestro Señor aludió a la profecía de Daniel: «Cuando veáis, pues, la abominación de la desolación, predicha por el profeta Daniel, instalada en el lugar santo –el que lee, entiéndalo– …». Dice el Apocalipsis que la Iglesia tendrá que huir por un tiempo al desierto (V. Apoc.12,14). La interrupción casi general del Sacrificio público de la Misa se podría interpretar como una huida a un desierto espiritual. Lo lamentable de esta situación es que muchos integrantes de la jerarquía católica no se dan cuenta de que la situación que vivimos es de tribulación. No la ven como un castigo divino, es decir, como una visita de Dios en el sentido bíblico. Estas palabras del Señor se aplican a muchos sacerdotes en medio de la epidemia física y espiritual que atravesamos: «No conociste el tiempo en que has sido visitada» (Lc.19,44). Este fuego que arde para prueba (cf.1 Pe. 4,12) tienen que tomárselo en serio el Papa y los prelados a fin de que dirijan a toda la Iglesia a una profunda conversión. En caso contrario, se podrá aplicar a esta situación la moraleja de la historia que contaba Sören Kierkegaard: «En un teatro, se produjo un incendio entre bastidores. El payaso salió al escenario para advertir a los espectadores. Éstos creyeron que se trataba de un chiste, y aplaudieron. Lo repitió, y los aplausos fueron más atronadores. Yo creo que será así como acabe el mundo: en medio del aplauso general de los genios a los que le parece una broma».
¿Cuál es el sentido más profundo de todo esto, Excelencia?
Esto de que se hayan interrumpido la Santa Misa y la Sagrada Comunión sacramental es tan grave y tan inaudito que es posible discernir un sentido más profundo detrás de ello. Se ha producido a los cincuenta años de la introducción de la Comunión en la mano (1969) y de la reforma radical del rito de la Misa (1969/1970), que tiene elementos protestatizantes (las oraciones del Ofertorio) y una forma de celebración horizontal e instructiva (momentos en que se permite improvisar, celebración en círculo cerrado y cara a los feligreses). La práctica de recibir la Comunión en la mano desde hace cincuenta años ha traído consigo una profanación --en unos casos intencional y en otros no-- del Cuerpo eucarístico de Cristo a unos niveles nunca vistos. Durante más de cincuenta años, el Cuerpo de Cristo ha sido (en la mayoría de los casos intencionadamente) pisoteado por sacerdotes y laicos en las iglesias católicas del mundo entero. El robo de hostias consagradas se ha incrementado igualmente a un ritmo alarmante. El gesto de tomar la Comunión en la propia mano, y con los propios dedos, se parece más que nunca a lo que se hace al comer el alimento mundano. A no pocos católicos, la costumbre de recibir la Comunión en la mano les ha disminuido la fe en la Presencia Real, en la transustanciación y en el carácter sublime de la Hostia consagrada. Con el tiempo, la presencia eucarística de Cristo se ha convertido de modo inconsciente para esos fieles en una especie de pan bendito o simbólico. Ahora ha intervenido el Señor privando a casi todos los fieles de asistir a la Santa Misa y recibir sacramentalmente la Sagrada Comunión.
Justos y pecadores están soportando juntos esta tribulación, ya que en el misterio de la Iglesia están unidos entre sí como miembros de un mismo cuerpo. «Si un miembro sufre, sufren con él todos los miembros» (1 Cor. 12,26). El Papa y los obispos podrían entender la interrupción actual de la Santa Misa pública y la Sagrada Comunión como una reprensión de Dios por los cincuenta años que llevamos de profanaciones y trivializaciones de la Eucaristía, y al mismo tiempo como una exhortación misericordiosa a una auténtica conversión eucarística de toda la Iglesia. Ojalá el Espíritu Santo conmueva al Sumo Pontífice y a los prelados y los inspire a decretar normas litúrgicas concretas para que el culto eucarístico de toda la Iglesia se purifique y vuelva a orientarse al Señor.
Se podría proponer que el Papa realizara en Roma junto los cardenales y los obispos un acto público de reparación por los pecados contra la Sagrada Eucaristía y por los actos de culto de las estatuillas de la Pachamama. En cuanto termine la actual tribulación, el Papa debería decretar unas normas litúrgicas con las que invitara a toda la Iglesia a dirigirse nuevamente al Señor en la manera de celebrar; dicho de otro modo: que el celebrante y los fieles miren en la misma dirección durante la Misa. El Sumo Pontífice debería igualmente prohibir la comunión en la mano, porque la Iglesia no puede seguir tratando impunemente al Santísimo en la Hostia consagrada de una forma tan minimalista y peligrosa.
La siguiente oración de Azarías en el horno de fuego, que rezan los sacerdotes durante el Ofertorio, podría inspirar al Papa y a los obispos para tomar medidas concretas a fin de hacer reparación y restablecer la gloria del Sacrificio Eucarístico y de Jesús Eucaristía: «Recíbenos Tú, contritos de corazón, y con espíritu humillado. Como el holocausto de los carneros y toros, y los millares de gordos corderos. Así sea hoy nuestro sacrificio delante de Ti, para que te sea acepto; pues jamás quedan confundidos los que en Ti confían. Te seguimos ahora de todo corazón, y te tememos, y buscamos tu rostro. No quieras confundirnos; haz con nosotros según la mansedumbre tuya, y según tu grandísima misericordia. Líbranos con tus prodigios, y glorifica, oh Señor, tu Nombre» (Dan.3, 39-43).
https://remnantnewspaper.com/web/index.php/articles/item/4826-exclusive-interview-bishop-athanasius-schneider-on-church-s-handling-of-coronavirus
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Re: Angustia Coronavírica
Armas invisibles contra un enemigo invisible
Por
Roberto de Mattei -
30/03/2020
Todos lo repiten: nos enfrentamos a un enemigo invisible, el coronavirus. Y es cierto. Pero, ¿en qué sentido? Invisible no significa inmaterial. El virus -todo virus- es un microorganismo que pertenece al mundo de la materia, no al espiritual. Ahora bien, es invisible porque el ojo humano no lo percibe sino a través del microscopio. Es invisible porque es misterioso. Se desconoce la naturaleza y la forma de propagación: es enigmático e inasible.
Estas características hacen que resulte difícil combatir elvirus, en Italia y en todo el mundo.
Pero si es difícil combatir un enemigo invisible con armas visibles, sí es posible hacerlo con armas igualmente invisibles, verdaderamente invisibles, como son las armas espirituales. Creemos firmemente, porque nos lo dicen la fe y la razón, que junto al mundo visible, material, corpóreo, existe un mundo invisible, inmaterial e incorpóreo; en resumen: el mundo espiritual.
Todo hombre tiene un arma íntimamente ligada a su cuerpo. Esa alma es invisible porque es espiritual. Las facultades primarias de nuestra alma, la inteligencia y la voluntad, son espirituales. Pero existen también criaturas espirituales, espíritus puros: los ángeles. Y también son seres espirituales los demonios, que son ángeles caídos y condenados.
Dios, ser por esencia, espíritu puro de una grandeza infinita, creó todas las cosas de este mundo para manifestar ad extra sus infinitas perfecciones, y un ángel es, por naturaleza, el espejo más diáfano y resplandeciente que refleja su espiritualidad.
Disponemos de unas armas invisibles formidables para combatir el coronavirus: las armas espirituales, mucho más fuertes y eficaces que las materiales. La primera de dichas armas es la oración. La oración todo lo puede. Recordemos las palabras de Jesús: «Todo lo que pidiereis orando, creed que lo obtuvisteis ya, y se os dará» (San Marcos 11,24).
Y también: «Si tuviereis fe como un grano de mostaza, diríais a esta montaña: “Pásate de aquí, allá”, y se pasaría, y no habría para vosotros cosa imposible» (San Mateo 17,20).
Debemos dirigir también nuestras oraciones a los ángeles, que constituyen un ejército invencible de espíritus puros que no sólo podemos lanzar contra el coronavirus, sino contra todos los enemigos de nuestra alma y de la Iglesia, empezando por los demonios. Debamos amar a los ángeles y cultivar la devoción a ellos, porque son las causas segundas, los medios de los que se vale Dios –causa primera de todo lo que existe– para intervenir en la creación y encaminarlo todo a fin último, que es la gloria de Dios. Dios triunfa siempre en la historia, y puede servirse hasta de un diminuto microorganismo para confundir la soberbia de los hombres y triunfar en las almas de quien lo ama y en toda la sociedad cuando se cumplan sus planes.
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Re: Angustia Coronavírica
Coronavirus: menos estampas y más conversiones
Por
Miguel Ángel Yáñez -
30/03/2020
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Desde que empezó toda esta historia del coronavirus, y conforme empeora, no paro de recibir y de ver, hora sí y hora también, todo tipo de mensajes y cadenas del tipo: “reenvíalo recemos 100.000 ave maría para detener el virus”, “unámonos al papa que va a exponer al Santísimo y su poder detendrá todo”, “a las siete de la tarde recemos a san cucufato, poderoso intercesor en la peste de no se que año”, y así, miles y miles.
Que nadie se lo tome como una crítica personal, entiendo y salvo por supuesto la buena intención de quien envía estas cosas, pero, sinceramente, no es este el mensaje adecuado a lanzar a un mundo pecador hasta la médula, que pareciera que somos ajenos a la culpa del castigo de lo que pasa; como si la solución fuera tomar a la religión y los sacramentales como una especie de “amuleto” a azuzar en estos momentos.
Si usted quiere ayudar al mundo, y a la Iglesia, por favor, divulgue el mensaje que DE VERDAD necesitan oír: CONVERTÍOS, hemos pecado, el mundo y los hombres de iglesia se han corrompido, somos merecedores de cualquier castigo divino, detengamos esto, CONVERTID de verdad vuestras almas, volved a la Fe verdadera, arrepentíos, confesaros y cuando la gracia inunde el mundo, todo se detendrá.
Todo lo demás… puro fetichismo piadoso.
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Re: Angustia Coronavírica
La patulea se pone de uñas
por Juan Manuel de Prada
30 marzo 2020
Siempre me han despertado gran hilaridad (pero mezclada de ternura) esos cretinos que no creen en Dios mientras disfrutan de una vida apacible pero que, cuando se abate sobre ellos la desgracia, blasfeman contra Él y lo acusan de ser su causante. En ese atavismo reactivo que los empuja a execrar y culpar al Dios en el que no creen o del que abominan siempre he pensado que se halla una de las pruebas más evidentes de su existencia; pues a nadie que descree, pongamos por caso, de los marcianos o de Papá Noel se le ocurre andarlos poniendo como chupa de dómine cuando vienen mal dadas.
Hace unos días, todos los cretinos que pululan por las cochiqueras de tuiter se pusieron de uñas porque a Santiago Abascal se le ocurrió invocar la ayuda de Dios. Fue una invocación que, hace apenas unos años, se habría considerado retórica; pero toda esta jauría se la tomó como una ofensa personal, prueba de que están espolvoreaditos de azufre. Y sospecho que la invocación de Abascal les jodió especialmente porque sospechan que ese Dios en el que afirman no creer (aunque todos ellos «creen y tiemblan», como su dueño y señor) podría ayudar en esta plaga, si se le invocase con algo de fe. En lo que se prueba, una vez más, que el poseso tiene mejor teología que el meapilas, por estar más cerca de las realidades sobrenaturales (aunque sean azufrosas).
En efecto, las plagas no son sino prefiguraciones de la tribulación final que precederá a la Parusía; y el clima de la época en que tales plagas se desenvuelven anticipa los signos que precederán al final de los tiempos. El clima de nuestra época ya sabemos que consiste, en resumidas cuentas, en convertir los cuatro pecados que claman al cielo en virtudes democráticas legalmente blindadas.
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[Según el Catecismo de San Pío X, "los pecados que claman al cielo son cuatro: primero, el homicidio voluntario; segundo, el pecado impuro contra el orden de la naturaleza; tercero, la opresión del pobre; cuarto, la defraudación o retención injusta del jornal del trabajador". El Catecismo de la Iglesia católica mantiene el concepto, aunque difumina la rotundidad de los catecismos clásicos: "La tradición catequética recuerda también que existen 'pecados que claman al cielo'. Claman al cielo: la sangre de Abel (cf Gn 4, 10); el pecado de los sodomitas (cf Gn 18, 20; 19, 13); el clamor del pueblo oprimido en Egipto (cf Ex 3, 7-10); el lamento del extranjero, de la viuda y el huérfano (cf Ex 22, 20-22); la injusticia para con el asalariado (cf Dt 24, 14-15; Jc 5, 4)".]
Esta es la «abundancia de la iniquidad» a la que se refiere Jesús (Mt 24, 12) en su sermón escatológico, a la que inevitablemente acompaña un «enfriamiento de la caridad», que en estos días adquiere unos contornos en verdad demoníacos. Así lo demuestra, por ejemplo, esa mortandad incesante y sobrecogedora de pobres viejos hacinados en residencias o morideros donde los metieron sus hijos, que -en la mayoría de los casos- podrían haberse encargado de su cuidado perfectamente. Pues los hijos están obligados (por moral natural y por ley divina) a limpiar el culo de sus padres, como sus padres se lo limpiaron antes a ellos. Que haya tantas residencias de viejos, y tantos viejos hacinados en ellas, es una prueba sobrecogedora del enfriamiento de la caridad al que nos referimos.
Y todavía hay otra prueba más sobrecogedora, cual es la naturalidad vomitiva (y sacrílega) con que estamos aceptando que los enfermos de coronavirus agonicen aislados y mueran en soledad, apartados de sus familiares, impedidos de recibir consuelo espiritual y sacramentos, para finalmente ser arrojados al fuego como si fuesen muebles viejos. Bastaría con que los familiares de esos moribundos, o los sacerdotes encargados de llevarles consuelo espiritual y los últimos sacramentos, fuesen revestidos con un traje antiséptico para evitar tal impiedad, que agrede las bases constitutivas de la civilización. Pues si hay un hecho medular y constitutivo de cualquier civilización (y no sólo de la cristiana) es la reverencia ante la muerte y el amoroso respeto debido a quienes mueren. Pero estas aberraciones propias de una civilización que ha dejado de serlo, infernada hasta el tuétano, no molestan a los cretinos que se ponen de uñas cuando alguien se atreve a invocar a Dios. Algún día, patulea, lo veréis volver en gloria y majestad desde el chalecito con vistas que vuestro dueño y señor os está construyendo al pie de su lago de fuego y azufre.
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Re: Angustia Coronavírica
Y, después del virus…
Gonzalo García Yangüela
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Y después del parón, de la alarma y del virus, habrá que seguir… ¿o que volver a empezar? Durante la crisis tengo incluso más ganas de las habituales de estrellar el móvil contra la pared, de desinstalar whatsapp, de salirme de redes. Teorías de la conspiración, análisis profundísimos de la secuencia genética del virus elaboradas por cualquiera, planes ocultos de control social, aterradoras noticias confirmadas de buena tinta por un amigo que lo sabe bien… Ni me creo ni descarto nada. ¿Acaso necesitaban un virus para mentir, para tergiversar y para controlarnos? ¿Acaso no sabíamos de la incapacidad de la partitocracia para atender problemas reales? ¿Acaso no sabemos que hace ya bastantes décadas que no hay en España un solo gobernante que piense en el bien común y que no atienda a órdenes lejanas?
¿Cuál es el origen del virus? ¿Sabe a sopa de murciélago o a tubo de ensayo? ¿Era necesario este nivel de confinamiento? ¿Es, por el contrario, insuficiente? ¿Pueden compararse las cifras con las de una gripe? ¿Acaso alguien ha visto necesidad de levantar hospitales de campaña con las gripes estacionales de los últimos años? O la misma pero al contrario, ¿cuántos hospitales de campaña necesitaríamos para convencernos de que no vale la comparación con la gripe estacional? Son preguntas que podemos hacernos, y que habrá que analizar despacio. Pero no son las más importantes, aunque sólo sea porque se refieren a lo que ya poco remedio tiene.
Hay otras. Como por ejemplo ¿qué conclusión sacamos de no tener capacidad de fabricar casi nada y sólo depender de que otros nos vendan lo suyo? ¿Quién se beneficia de aquel rediseño total de nuestra economía realizado por los padres de la «transición», desmontando cuidadosamente todo el sector primario y secundario y fiándolo todo al terciario, que siempre va a depender de que otros tengan dinero de sobra para gastarse en nuestros servicios? ¿Podemos seguir confiando en el modelo liberal de crecimiento continuo y eterno como condición sine qua non para mantener empleos cada vez más precarios? ¿Puede ponerse precio en vidas, como se ha hecho en varios países, al sistema económico establecido? ¿Entramos en el juego de las estadísticas, convirtiendo las cifras de muertos en eso, una estadística, una clasificación, ocultando así las miles de historias personales, las miles de familias golpeadas, las miles de agonías y muertes en soledad, sin el amparo de la mano del hijo y sin el consuelo y preparación de los sacramentos? ¿Nos tranquilizaba, al principio, pensar que esto era «cosa de viejos», consolándonos con que los niños que se sobrepusieron a la guerra y a la posguerra, que trabajaron duro y unidos para levantar el país sin preocuparse de las estupideces caprichosas de nuestra generación, sino de tirar p’alante, serían los que sufrirían las consecuencias y, total, ya estaban «amortizados»?
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Y me preocupan mucho las preguntas que nos podamos –que nos debemos- hacer sobre el futuro, sobre el que sí tenemos algo –mucho, muchísimo- que decir. Un futuro que deberíamos empezar a preparar.
Porque el día en que salgamos de casa debemos tener claro que no va a ser para volver a nuestra rutina anterior. A estas alturas confío en que todos lo entiendan, y se vayan haciendo la composición de lugar de lo que nos encontraremos ahí fuera, más allá del balcón y del supermercado que es el horizonte que nos imponen como necesario. ¿Necesario para frenar la expansión o para dejarles que surja efecto su plan? ¿O para las dos cosas?
Encontraremos un tejido humano dañado, muy dañado. Por los difuntos podremos rezar, llorarles, celebrar los funerales que hoy no nos dejan… Por supuesto eso es lo más importante, aunque la lógica calvinista propia de liberales y revolucionarios, de holandeses, homodemocráticus y podemitas por igual, celebre la «limpia de viejos» que se haya producido. Mientras los malnacidos evaluarán costes y ahorros en pensiones suprimidas, la gente de bien llorará y rezará por los que no lo hayan superado.
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Pero también encontraremos un tejido social devastado. Una legión de autónomos y pequeñas empresas que habrán perdido no sólo lo que tenían, sino la capacidad de reinicio. Muchas familias llamarán a sus trabajos para pedir instrucciones para la reincorporación y nadie les cogerá el teléfono. Quedará entonces tirar de las latas de fabada, los rollos de papel higiénico acumulados durante el encierro y los pocos ahorros que hayan resistido al mismo. Y esta otra «limpia», me temo, sí que será profundamente celebrada –seguramente con disimulo, pero celebrada- por los que usted –si es un poco perspicaz- y yo sabemos.
Ante esa devastación se nos ofrecerán dos opciones principales. Aparentemente opuestas, pero en la práctica –como suele ocurrir con las dos patas, izquierda y derecha, de la revolución- convergentes. Por un lado tendremos a los buitres del gran capital, los mismos que celebraron el batacazo bursátil del principio de la alarma para rapiñar a precio de saldo y hacerse –aún más- con el control de muchas empresas que seguimos llamando españolas. Los que capean cualquier crisis deshaciéndose del peso muerto de los trabajadores no imprescindibles en determinados momentos a cambio de aprovechar el miedo de los que mantienen haciéndoles aceptar condiciones cada vez más míseras. Ellos se presentarán ante una gran masa de arruinados, se volverán a vestir de salvadores y nos ofrecerán ¡oh, generosidad y filantropía! hacernos un hueco en sus filas, imponiéndonos el sacrificio necesario –como siempre, por nuestro bien y sin más remedio- para salir de esta cobrando sueldos aún menores y encadenándonos, aún más, a la deuda que les alimenta.
Surgirán también otros elementos, igualmente disfrazados de salvadores aunque con tonalidades algo distintas en sus máscaras. Y denunciarán –con parte de razón- la miseria moral de los primeros. Pero lo harán sólo para poder vendernos su mercancía, también presentada como salvación, también averiada. Nos ofrecerán un sustento mísero, pero menos es nada. Nos ofrecerán cuidar de nosotros para siempre, a cambio de que abandonemos cualquier iniciativa propia. Y ¿cómo podrán darnos ese sustento y ese cuidado? Mediante la exacción absoluta de cualquier medio que haya sobrevivido a la crisis y que podría servir para esa vuelta a empezar.
El escenario final de ambos casos será el mismo. El vencedor de ambos casos es el mismo. El gran capital siempre gana. Sea convirtiéndonos en esclavos que comen de su mano, sea manejando la inmensa y ficticia deuda que convierte en esclavos a los estados en otro tiempo soberanos.
Si queremos evitar la esclavitud, a manos de uno u otro tirano, todo pasa por pararse y recapacitar. Y sacar conclusiones de lo vivido. Que nada vuelva a ser igual será duro, pero no necesariamente malo. No habrá recetas fáciles, ojo. Y la tentación de aceptar la esclavitud revestida de compasión será grande. Pero de todos depende levantar algo mejor de lo que teníamos, o contentarnos con poder elegir el color del banco y el remo al que nos aten.
Para ello habrá que ser radical. Todo lo bueno necesita radicalidad. Lo contrario de radicalidad no es mesura sino superficialidad. Eso pasa por nuestra actitud ante el futuro, por nuestra actuación personal, pero también por vigilar y defendernos de quien venga a imponernos su tiranía. En este sentido, deberemos prestar atención a los discursos buenistas. Los del globalismo y los del estatismo. Mantener la guardia alta y la defensa rápida y contundente. Y en nuestro hacer individual, recuperar las viejas recetas, aquellas que siempre funcionaron, que permitieron la vida apacible de nuestros mayores hasta que fue siendo progresivamente arrinconada por los vendedores de crecepelo del crecimiento continuo, de las bondades de la deuda y de la necesidad de transformar la economía real en redes de terracitas y hoteles con todo incluido. De aquellos que vendieron como emancipación y liberación la desaparición de la familia y la desaparición de los horizontes humanos y espirituales, sustituidos por los materiales y profesionales.
Esto nos obligará fundamentalmente en dos aspectos de nuestra vida. Como trabajadores/productores, para orientarnos en levantar una economía real, destinada a procurarnos de bienes y abastecimiento, sustentada en lo tangible y no en deudas y especulaciones. Evidentemente esto es difícil, porque no basta con querer dedicarse a algo sino que hay que poder hacerlo, tener los medios. Pero quien tenga la capacidad debería pensar en aceptar los desafíos y riesgos de esa aventura. Será difícil, porque ya se encargaron de aniquilar las iniciativas de inversión y préstamo justo y productivo sustituyéndolas por entidades usureras. El otro aspecto en el que nos obliga es en el de vecino/consumidor. Muy probablemente el común de nosotros no podrá elegir a qué dedicarse, pero sí podrá –y deberá, que aquí está la cuestión- volcarse con el que sí pueda y lo haga. DecíaJohn Senior en sus instrucciones para la restauración de la cultura cristianaque es hipócrita anhelar un modo de vida más pausado, con pequeñas tiendas y profesionales articulando la economía de nuestros pueblos y llenando de vida nuestras calles si eso lo concebimos como un escenario pero a la hora de la compra cogemos el coche y nos vamos al centro comercial. Pues eso. Habrá quien pueda intentar empezar de nuevo a pequeña escala. Si no le apoyamos, estaremos colaborando con su ruina. Y eso pasa por abandonar totalmente toda nuestra rutina anterior. Esa que nos vendía como normal encadenarnos a una deuda perpetua a cambio de que desde veinteañeros estuviésemos acostumbrado a pasar fines de semana en los confines del continente. Que era no ya normal sino conveniente acaparar bienes inútiles por modas. Que nos llevaba a aceptar que los bienes duran poco tiempo y cuando no funcione o no nos guste algo, se tira y se compra otro, más al día. O que lo importante de la vida es que las palabras no acaben en o sino en @ o x. Que nuestras apetencias son derechos y que nada hay inmutable. Que la única verdad es el progreso infinito, que -parafraseando a Chesterton– el jueves siempre será mejor que el miércoles, simplemente porque va después.
Hasta ahora, la economía liberal os ha acostumbrado a vivir no ya al día, sino por adelantado. Nos hemos acostumbrado a consumir productos absolutamente accesorios y superfluos que nos han vendido como «nuevas necesidades» metiéndonos para ello en una espiral de deuda y de economía ficción sin respaldo alguno de riqueza real. Y es precisamente por eso por lo que nos vamos a ver con la capacidad de reacción absolutamente bajo mínimos. Porque no vamos a tener un respaldo de economía real. La economía moderna son celdas de una hoja de cálculo. Y si alguien corta el número de esa celda para trasladarlo a otro lado o simplemente borrarlo, no tenemos de dónde arrancar.
Rompamos ese modelo. De manera radical. Muchos hemos soñado alguna vez con cambiar de vida, salirnos del carril. Tantas veces no nos hemos atrevido a romper con el modelo, acomodados en lo que teníamos… Ahora, me temo, será poco lo que tengamos que perder. Apretemos puños y aceptemos el envite. Volvamos la mirada a las cosas de verdad. Volvamos a trabajar con las manos, y no sólo con la punta de los dedos. Recuperemos los oficios, y usemos tanto título inútil para lo único que pueden valer, que es envolver el bocadillo. Volvamos a convivir con nuestros vecinos. Volvamos a comprar lo que se produce cerca y de forma natural. Valoremos lo que tenemos y aprendamos a cuidarlo. hagamos nuestras las inquietudes de nuestro prójimo para así buscar juntos el bien común, fin principalísimo de toda estructura social natural y justa, que la lógica liberal de raíz protestante ha sustituido por eso que llaman interés general. Convirtamos nuestra familia en un castillo que defender a toda costa. Volvamos, en suma, a la vida que nos construyó como civilización. A la ECONOMÍA real, que según el diccionario significa «administración eficaz y razonable de los bienes», no especulación, ni acaparación, ni financiación de caprichos absurdos. La economía orientada a su fin natural y moral, que no es otro que la satisfacción de las necesidades y los bienes de las personas, y no la acumulación de riqueza por unos pocas manos -sean manos privadas o estatales- ni saldar cuadros macroeconómicos de los que presumir entre oligarcas mientras las familias están privadas de su sustento y el acceso a la propiedad. El fin de la riqueza no es crecer, sino repartirse bien.
No proponemos nada nuevo. Sólo la doctrina social que la Tradición y la Santa Madre Iglesia propone. Ni más, ni menos. La propuesta económica tradicionalista, que Vázquez de Mella enunciaba así: «La riqueza es un medio, no un fin. No importa producir mucho sino distribuir bien lo producido. Por eso la producción fue el asunto preferente de las cavilaciones de los economistas liberales, que desdeñaron como accidental y secundaria precisamente la cuestión más grave y trascendental: La distribución de la riqueza» o también «La Economía liberal había dicho que el principal problema era el de la producción de la riqueza, y la Economía católica contesta: No; el principal problema no consiste en producir mucho, sino en repartirlo bien, y por eso la producción es un medio y la repartición equitativa un fin, y es invertir el orden subordinar el fin al medio, en vez del medio al fin». Nadie va a darnos clases de justicia social a los tradicionalistas.
Ojo, será fuerte el empuje del enemigo, que no se dejará arrebatar esta ocasión soñada de terminar de imponer su régimen. Pero no perdamos de vista la alternativa. Unos la llamarán ajustes del mercado. Otros la llamarán inserción básica. Yo la llamo esclavitud. Para nosotros y para nuestros hijos. Ese ha sido el plan desde hace décadas y eso es lo que quieren aprovechar para imponer.
Las armas del enemigo son potentes. Sus batallones mediáticos que nos machaquen sobre cómo debemos vivir, ni sus canales de apaciguamiento que provean el soma –en forma de porno, de series, de cutrevisión- que mantenga dormida a la masa. Sus propuestas mundialistas revestidas de filantropía multicultural. Sus estructuras estatales y supraestatales, las más totalitarias que jamás existieron. Las usarán todas. Y a cada ataque deberemos responder. Sin asustarnos de su potencia.
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Nuestras armas, en cambio, son la familia, la vecindad, el contacto humano, la capacidad de entrega y sacrificio, la austeridad… y por supuesto la oración y la confianza ciega en la Divina Providencia. Tenemos algo que el enemigo no sólo no tiene sino que sabe que nunca tendrá: Sabemos que la victoria final, la que de verdad importa, es nuestra. Entonces ¿qué hemos de temer?
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Re: Angustia Coronavírica
Monseñor Viganò habla para THE REMNANT del Covid-19 y la mano de Dios
Por
Michael Matt -
31/03/2020
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I
ntroducción del director de The REMNANT: Durante estos tiempos de cariz apocalíptico debemos tener presente que a pesar de la profunda apostasía que se ha ido extendiendo por el mundo en las últimas décadas, Dios no nos ha abandonado.
Buenos sacerdotes de todo el mundo están respondiendo a la llamada de los despojados fieles para mantener la lumen Christi en medio de las tinieblas que actualmente envuelven el mundo entero. En estos momentos de desolación, muchos de ellos empiezan a entender los entresijos de la revolución modernista que ha diezmado la Iglesia Católica, ha acabado prácticamente con el venerable Rito Romano y ha terminado por dejarnos abandonados cerrándonos la puerta de los templos.
En vista de este castigo, cuando tantos obispos han huido llevándose con ellos los Sacramentos que nos deben dar, nos alegramos de que haya al menos unos pocos buenos pastores que hayan roto las cadenas de la colegialidad para traernos el consuelo de la verdad de Cristo y llamar a las ovejas dispersas de vuelta a la protección del redil.
Está claro que no estamos solos. Dios está volviendo a suscitar profetas.
Millones de católicos se las ven y se las desean para comprender lo que ha pasado en las últimas semanas. En este Domingo de Pasión, el arzobispo Viganò nos ha hecho el honor de concedernos una entrevista en la que nos brinda una orientación franca y cristocéntrica.
Nos recuerda en primer lugar que «la enfermedad -y por lo tanto las epidemias, los sufrimientos y la pérdida de seres queridos- es algo que debemos aceptar con actitud de fe y humildad, e incluso como expiación por nuestros pecados personales». Debemos permitir que este azote nos ablande el corazón y nos conduzca al arrepentimiento y a volver a Dios.
A continuación, exhorta a todos los católicos bautizados a tener presente que la desesperación es impensable y que debemos «soportar estas pruebas en expiación por los pecados ajenos, por la conversión de los que no creen, y para abreviar el tiempo que deben pasar en el Purgatorio las ánimas benditas».
«Si algo tan terrible como el Covid-19 puede resultar una oportunidad de progresar en la Fe y en la Caridad activa», también puede brindar a nuestros pastores la oportunidad de resolver ablandar su corazón y comprender que no deben seguir «ofendiendo la majestad de Dios» y desobedeciendo a su Madre: «Nuestra Señora de Fátima pidió al Papa y a los obispos que consagraran Rusia a su inmaculado corazón -recuerda monseñor Viganò-, y anunció que mientras eso no se hiciera habría guerras y catástrofes. No han hecho caso de sus exhortaciones. ¡La Jerarquía tiene que enmendarse y hacerle caso a la Madre de Dios!»
¿Cómo debe responder, entonces, la Iglesia a la actual crisis?
Advierte Su Excelencia que «es imprescindible e impostergable una auténtica conversión del Papa, los obispos y todo el clero, así como de los religiosos». Los obispos en particular «deben volver a tomar conciencia de su autoridad apostólica», porque ya basta de «caminos sinodales», «del hipócrita diálogo en lugar de anunciar intrépidamente el Evangelio». Por eso los obispos deben dejar de «enseñar falsas doctrinas», de tener miedo de «predicar la pureza y la santidad», con «silencios cobardes ante la arrogancia del mal».
Las ovejas los seguirán, pero los pastores tienen que aprender a apartarnos del mundo y llevarnos de vuelta a Cristo.
Dios bendiga y guarde al arzobispo Viganò. Es una voz que clama en el desierto, y ruego a nuestros lectores que recen por él y le pidan a Dios que le conceda la gracia y el valor para seguir haciendo sonar la voz de alarma antes de que sea tarde. Tanto las naciones como los hombres tienen que regresar al Dios Todopoderoso para que recuperemos la paz y la tranquilidad.
Michael J. Matt
Entrevista al arzobispo Carlo Maria Viganò
Michael J. Matt: ¿Cómo le parece que deben evaluar los católicos la epidemia de Covid-19?
+ Carlo Maria Viganò: La epidemia de este coronarvirus, como todas las enfermedades y como la muerte misma, son consecuencia del pecado original. El pecado de Adán, nuestro primer padre, lo privó y nos privó no sólo de la gracia divina, sino de todos los elementos buenos con que Dios había dotado la creación. La enfermedad y la muerte entraron en el mundo como castigo por desobedecer a Dios. La Redención, que se nos prometió en el Protoevangelio (Génesis 3), se profetizó en el Antiguo Testamento y se completó con la Encarnación, Pasión, muerte y Resurrección de Nuestro Señor, libró a Adán y a sus descendientes de la condenación eterna; pero quedaron consecuencias como señal de la Caída que no serán corregidas hasta la resurrección de la carne, como anunciamos en el Credo, la cual tendrá lugar antes del Día del Juicio. Esto hay que tenerlo presente, sobre todo en un momento en que se desconocen o niegan las enseñanzas fundamentales del Catecismo.
Los católicos sabemos que la enfermedad -y por lo tanto las epidemias, los sufrimientos y la pérdida de seres queridos- es algo que debemos aceptar con actitud de fe y humildad, e incluso como expiación por nuestros pecados personales. Gracias a la Comunión de los Santos, que permite que los méritos de todos los bautizados se transmitan al resto de la Iglesia, podemos soportar también estas pruebas en expiación por los pecados ajenos, por la conversión de los que no creen, y para abreviar el tiempo que deben pasar en el Purgatorio las ánimas benditas. Algo tan terrible como el Covid-19 puede resultar una oportunidad de progresar en la Fe y en la Caridad activa.
Como hemos visto, si sólo tenemos en cuenta el aspecto clínico de la enfermedad -la cual, lógicamente, debemos combatir por todos los medios a nuestro alcance-, se excluye totalmente el lado trascendental de nuestra vida, y perdemos por consiguiente la perspectiva espiritual y terminamos irremediablemente en un egoísmo ciego y desesperado.
Varios obispos y sacerdotes han afirmado que «Dios no castiga» y que entender el coronavirus como una plaga supone una «mentalidad pagana». ¿Está de acuerdo?
Como dije, el primer castigo se aplicó a nuestro primer padre. Ahora bien, como leemos en el Exultet que se canta en la Vigilia Pascual, O felix culpa, qui talem ac tantum meruit habere Redemptorem!, feliz culpa que nos hizo acreedores a tan gran Redentor.
Un padre que no castiga a sus hijos no los quiere; es negligente con ellos. El médico que se queda cruzado de brazos mientras ve cómo su paciente empeora y termina siendo víctima de la gangrena, no quiere que se recupere. Dios es un Padre que nos ama, porque nos enseña lo que debemos hacer para merecer la felicidad eterna en el Paraíso. Cuando desobedecemos sus mandamientos pecando, no nos deja morir sino que sale a nuestro encuentro y nos manda muchos avisos, que son con frecuencia severos. Entonces nos enmendamos, nos arrepentimos, hacemos penitencia y nos reconciliamos con Él. «Sois mis amigos si hacéis lo que Yo os digo.» A mí me parece que las palabras de Nuestro Señor no dejan lugar a dudas.
Me gustaría añadir que la verdad sobre un Dios justo que premia a los buenos y castiga a los malos es parte del legado común de la ley natural que hemos recibido del Señor a lo largo de la historia. Una vocación irresistible a nuestro paraíso terrenal que demuestra a los mismos paganos que la Fe católica es el necesario cumplimiento de lo que le indica todo corazón sincero y bien dispuesto. Me sorprende que hoy en día, en vez de recalcar esta verdad grabada a fuego en el corazón de todo hombre, los que simpatizan hondamente con los paganos no acepten lo que la Iglesia siempre consideró la mejor manera de conquistarlos.
¿Cree Vuestra Excelencia que hay pecados que acarrean más que otros la ira de Dios?
Cada delito que nos mancha a los ojos de Dios es otro martillazo sobre los clavos que traspasaron las sagradas y venerables manos de Nuestro Señor, otro latigazo que desgarra su sagrado Cuerpo, otro esputo en su adorable rostro. Si nos diéramos cuenta de ello, nunca volveríamos a pecar. Los pecadores llorarían transidos de dolor por el resto de su vida. Y sin embargo, ésta es la realidad: durante su Pasión, nuestro Divino Salvador cargó no sólo con nuestro pecado original, sino con todo pecado que han cometido y cometerán los hombres. Lo más grandioso es que Nuestro Señor llegó a morir en la Cruz cuando una sola gota de su preciosísima Sangre habría bastado para redimirnos a todos. Cujus una stilla salvum facere totum mundum quit ab omni scelere, como nos enseña Santo Tomás.
Además de los pecados individuales, están los pecados cometidos por las sociedades, por las naciones. El aborto, que sigue asesinando niños inocentes durante la pandemia; el divorcio, la eutanasia, la abominación de los supuestos matrimonios entre personas de un mismo sexo, la celebración de la sodomía y otras terribles perversiones como la pornografía, la corrupción de menores, las especulaciones de las élites financieras, la profanación del domingo y un largo etcétera.
¿Le importaría aclarar por qué distingue entre pecados individuales y pecados nacionales?
Santo Tomás de Aquino enseña que toda persona tiene el deber de reconocer, adorar y obedecer al único Dios verdadero. Del mismo modo, las sociedades, que se componen de muchos individuos, no pueden dejar de reconocer a Dios y ocuparse de que sus leyes permitan a los miembros de la sociedad llegar a la meta espiritual a la que están destinados. Hay naciones que no sólo hacen caso omiso de Dios, sino que lo niegan abiertamente. Las hay que exigen a sus ciudadanos que acepten leyes que contravienen la moral natural y la doctrina católica, como las que reconocen el derecho al aborto, la eutanasia y la sodomía. Otros corrompen a los niños y vulneran su inocencia. Quienes consienten que se blasfeme la divina majestad de Dios no pueden quedar impunes ante Él. Los pecados públicos exigen confesión y expiación públicas para que Dios los perdone. No olvidemos que la Iglesia, que también es una sociedad, no está exenta de los castigos divinos cuando sus dirigentes son culpables de ofensas colectivas.
¿Afirma Vuestra Excelencia que la Iglesia puede tener culpa?
La Iglesia siempre ha sido impecablemente santa, porque es el Cuerpo Místico de Nuestro Señor y Salvador. No sólo sería temerario, sino incluso blasfemo el menor atisbo de considerar que esta divina institución, que la Providencia instaló en el mundo para proporcionarlos la Gracia a todos como única Arca de Salvación, pueda ser mínimamente imperfecta. Las alabanzas que cantamos a la Madre de Dios –a la que llamamos precisamente Mater Eclessiae–, se pueden cantar también de la Iglesia, mediadora de todas las gracias a través de los sacramentos; Madre de Nuestro Señor, cuyos miembros genera. La Iglesia es al Arca de la Alianza que custodia el Santísimo Sacramento y los Mandamientos. La Iglesia es Refugio de los Pecadores, a los que otorga el perdón tras una buena confesión. Es Salud de los Enfermos, a los que siempre ha prodigado cuidados. Reina de la Paz, que promueve la armonía con la predicación del Evangelio. Pero también es terrible como un ejército en orden de batalla, porque Nuestro Señor ha concedido a sus sagrados ministros potestad para aplastar demonios y la autoridad de las Llaves del Cielo. No olvidemos que la Iglesia, además de ser Iglesia Militante en este mundo, es Iglesia Triunfante e Iglesia Purgante, los miembros de las cuales son todos santos.
Pero hay que decir igualmente que aunque la Iglesia sea santa, algunos de sus integrantes y de los miembros de la jerarquía en la Tierra pueden ser pecadores. En los tormentosos tiempos que vivimos, hay muchos sacerdotes indignos de ser llamados tales, como se ha visto en los escándalos y abusos protagonizados por algunos de ellos, desgraciadamente hasta por obispos y cardenales. La infidelidad de los pastores sagrados es un escándalo para sus hermanos en el sacerdocio y para muchos fieles, no sólo en lo relativo a la lujuria o a la ambición de poder, sino también -y yo diría que sobre todo- en lo referente a la integridad de la Fe, la pureza de la doctrina de la Iglesia y la santidad moral. Han llegado a cometer acciones de una gravedad inusitada, como pudimos observar en la adoración del ídolo de la Pachamama en el propio Vaticano. La verdad es que me parece que el Señor está justamente indignado con la muchedumbre de escándalos cometidos por quienes por ser pastores deberían dar ejemplo a la grey que se les ha confiado.
No olvidemos que el mal ejemplo de muchos miembros de la jerarquía es algo más que un escándalo para los católicos: es un escándalo para los que no pertenecen a la Iglesia y tienen a ésta como un faro y un punto de referencia. Y eso no es todo; el azote que estamos padeciendo no puede dispensar a la jerarquía eclesiástica de hacer el debido examen de conciencia por haberse dejado subyugar por el espíritu del mundo. No puede eludir su deber de condenar enérgicamente todos los errores a los que ha dado cabida desde el Concilio, y que le han acarreado todos estos justos castigos. Tenemos que enmendarnos y volver a Dios.
Me duele tener que decir que aun después de ver cómo se derrama sobre el mundo la cólera divina seguimos ofendiendo a la majestad de Dios al decir que la Madre Tierra exige respeto, como dijo hace unos días el Papa en su enésima entrevista. Lo que debemos hacer es pedir perdón por el sacrilegio cometido en la Basílica de San Pedro, y volver a consagrarla antes de que se puede decir allí nuevamente el Santo Sacrificio de la Misa. Hay que convocar también una procesión pública en señal de penitencia, aunque sólo participen prelados dirigidos por el Sumo Pontífice. Tienen que implorar la misericordia de Dios para ellos y para su pueblo. Sería la verdadera manifestación de humildad que todos esperamos para reparar las ofensas cometidas.
No podemos ocultar nuestro estupor al oír palabras como las pronunciadas en la casa de Santa Marta el pasado día 26. El Papa dijo: «Que el Señor no nos encuentre, al final de nuestras vidas, y diga de cada uno de nosotros: “Te has pervertido. Te has desviado del camino que te había indicado. Te has postrado ante un ídolo”». Son palabras que causan gran desconcierto, sobre todo teniendo en cuenta que él mismo cometió un terrible sacrilegio a la vista y al oído del mundo entero, ante el mismo Altar de la Confesión en San Pedro; una auténtica profanación, un acto de apostasía, con esas asquerosas y satánicas imágenes de la Pachamama.
El día de la Anunciación de Nuestra Señora, los obispos de Portugal y de España consagraron sus respectivas naciones al Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. Otro tanto hicieron los prelados de Irlanda, Inglaterra y Gales. En muchas diócesis y localidades, los obispos y las autoridades municipales han puesto a su ciudad bajo la protección de María Santísima. ¿Qué piensa Vuestra Excelencia de dichos actos?
Son actos que me llenan de esperanza. Aunque no son suficientes para expiar nuestras culpas, las máximas autoridades de la Iglesia no se han dado por enteradas, aunque los creyentes de a pie llevaban mucho tiempo clamando por que sus pastores realizasen esos actos solemnes. Nuestra Señora de Fátima pidió al Papa y a los obispos que consagraran Rusia a su inmaculado corazón, y anunció que mientras eso no se hiciera habría guerras y catástrofes. No han hecho caso de sus exhortaciones. ¡La Jerarquía tiene que enmendarse y hacerle caso a la Madre de Dios! ¡Es una vergüenza y un escándalo que ningún obispo de Italia se haya adherido a tan importante iniciativa!
¿Cómo evalúa la suspensión de sacramentos que observamos en casi todo el mundo?
Es un padecimiento terrible para los fieles, posiblemente el peor que han conocido hasta la fecha. Parece mentira que se les pueda negar a los moribundos.
En la actual situación, parece que, con escasas excepciones, la Jerarquía no ha tenido escrúpulos para cerrar las iglesias y evitar que participen los fieles del Santo Sacrificio de la Misa. Se han comportado como fríos burócratas que cumplen las órdenes del sátrapa, y la mayoría de los fieles lo han visto como una demostración de falta de fe. Y no me extraña nada.
Me pregunto -y da miedo pensarlo- si el cierre de los templos y la suspensión de todo acto de culto no será otro castigo de Dios, además de la pandemia. «A fin de que conociesen cómo por aquellas cosas en que uno peca, por esas mismas es atormentado » (Sab. 11,17). Con lo ofendido que está el Señor por la negligencia y las faltas de respeto de sus sacerdotes; con lo indignado que está por las profanaciones del Santísimo Sacramento que tiene lugar cada día cuando se da de comulgar en la mano; con lo harto que está de cancioncillas estúpidas y de homilías heréticas, todavía se contenta desde el silencio del Sagrario con la alabanza austera y formal de muchos sacerdotes que todavía dicen la Misa de siempre. La Misa que se remonta al tiempo de los Apóstoles. La que siempre ha sido el corazón cuyos latidos han movido a la Iglesia a lo largo de los siglos. Tengamos presentes esta sobria advertencia: Dios no se deja burlar.
Entiendo perfectamente y comparto la preocupación esencial y las medidas de protección impuestas por las autoridades para salvaguardar la salud pública. Pero del mismo modo que tienen derecho a aprobar leyes relativas a los que afecta a nuestro cuerpo, las autoridades eclesiásticas tienen el derecho y el deber de velar por la salud de las almas. No pueden negar a los fieles el alimento espiritual que obtienen de la Eucaristía, por no hablar del Sacramento de la Confesión, la Misa y el Viático.
Cuando tantas tiendas y restaurantes estaban todavía abiertos, muchas conferencias episcopales ya habían suspendido todo acto de culto, y eso que ni siquiera se lo habían exigido aún las autoridades civiles. Eso es otra prueba del lamentable estado de la Jerarquía; demuestra que los obispos están gustosamente dispuestos a sacrificar el bien de las almas para contentar a las autoridades establecidas o a la dictadura del pensamiento único.
A propósito de los restaurantes abierto. ¿Qué opinión le merecen las comidas que se han servido a los pobres en los últimos meses en lugares de culto?
Para los católicos, ayudar a los necesitados es una obra de caridad. Nos recuerda que Dios es caridad. Debemos amar a Dios sobre todas las cosas con todo nuestro corazón, y al prójimo por amor de Él. Por eso, de acuerdo con las bienaventuranzas, podemos ver al Señor en los pobres, los enfermos, los presos y los huérfanos. Desde el mismo principio, la Iglesia ha dado siempre un ejemplo magnífico en ese sentido. Los mismos paganos nos admiraban por ello. La Historia da cuenta de las numerosas e impresionantes labores de asistencia iniciadas por la generosidad de los fieles, incluso en épocas de gran hostilidad por parte de las autoridades civiles. Muchas veces las autoridades se han adueñado de dichas entidades siguiendo órdenes de la Masonería, que despreciaba las grandes obras de muchos buenos católicos. Ayudar a los pobres y los marginados no es algo que empezara con Bergoglio ni con organizaciones alineadas según una ideología determinada.
Ahora bien, es significativo que la nueva insistencia en la ayuda a los pobres, además de no hacer la menor referencia a lo sobrenatural se limita a las obras de misericordia corporales, evitando cuidadosamente las espirituales. Y no acaba ahí la cosa; este pontificado ha eliminado toda forma de apostolado, y dice que la Iglesia no debe realizar actividades misioneras, a las que califica de proselitismo. Que sólo podemos proporcionar comida, alojamiento y atención médica, pero nadie está facilitando alimento, hospedaje o atención médica a las almas que los necesitan con tanta urgencia. La Iglesia actual se ha convertido en una ONG filantrópica. Pero la verdadera Caridad no es un derivado de su sucedáneo masónico, por mucho que se procure disimularlo con un vago barniz de espiritualidad; es todo lo contrario, porque la solidaridad que se estila hoy niega que haya una sola Iglesia verdadera cuyo mensaje salvífico deba predicarse a todos los que no forman parte de ella. Y hay más: desde el Concilio la Iglesia ha ido a la deriva y se ha alejado tanto con cuestiones como la libertad de culto y el ecumenismo que muchas entidades benéficas confirman actualmente en el error de su paganismo o su ateísmo a las personas cuyo cuidado se les confía. Hasta les ofrecen locales donde pueden reunirse para rezar. Hemos visto asimismo casos deplorables de misas en las que, a petición expresa del celebrante, en vez del Santo Evangelio se lee el Corán o, como ha sucedido últimamente, se ha practicado la idolatría en templos católicos.
Yo diría que la idea de transformar las iglesias en refectorios o dormitorios para los necesitados es prueba de esa hipocresía de fondo que, como hemos observado con el ecumenismo, utiliza algo en apariencia loable (por ejemplo, dar de comer al hambriento o acoger a los refugiados) como instrumento para cumplir progresivamente el plan masónico de instaurar una gran religión universal sin dogmas, sin ritos y sin Dios. Utilizar una iglesia como si fuera un albergue, en presencia de prelados de obispos pagados de sí mismos que sirven pizzas y chuletas con un mandil sobre la sotana, equivale a profanarla. Sobre todo cuando esos que se muestran sonrientes ante los fotógrafos se guardan de abrir la puerta de su palacio episcopal a quienes, en el fondo, consideran útiles para sus fines políticos. Volviendo a lo que iba diciendo, me parece que también estos actos sacrílegos son causa subyacente de la pandemia y de la clausura de los templos.
Por otro lado, yo diría que con demasiada frecuencia se instrumentaliza la pobreza y la necesidad de tantos desventurados para aparecer en primera plana. Lo hemos visto en los desembarcos de inmigrantes transportados por organizaciones constituidas por auténticos negreros, con la sola idea de poner en marcha la industria de la acogida, que no sólo oculta mezquinos intereses económicos, sino una disimulada complicidad con quienes quieren destruir la Europa cristiana comenzando por Italia.
En otros casos, como en la localidad de Cerveteri aledaña a Roma, las fuerzas del orden interrumpieron la celebración de una Misa. ¿Cómo reaccionaron las autoridades eclesiásticas?
Lo de Cerveteri puede haber sido un exceso de celo por parte de la policía, sobre todo si los agentes estaban estresados por el clima de alarma que se ha desatado desde el brote de la epidemia. Pero hay que dejar claro que -y más en un país como Italia en el que rige un concordato entre la Iglesia y el Estado-, las autoridades eclesiásticas tienen jurisdicción exclusiva sobre los lugares de culto. La Santa Sede y el ordinario del lugar deberían haber protestado por semejante incumplimiento de los Pactos de Letrán, confirmados en 1984 y que siguen vigentes. Una vez más, la autoridad de los obispos, que les fue conferida directamente por Dios, se deshace como la nieve bajo el sol demostrando una pusilanimidad que puede llevar a cometer abusos peores. Aprovecho la ocasión para pedir una firmísima condena de estas intolerables injerencias de las autoridades civiles en cuestiones que son competencia de las eclesiásticas.
El pasado día 25 el papa Francisco invitó a rezar el Padrenuestro a todos los cristianos, sean o no católicos, para pedir a Dios que ponga fin a la pandemia, dando a entender que también podían rezar con él los seguidores de otras religiones.
El relativismo religioso que ha traído el Concilio ha llevado a muchos a creer que la Fe católica no es el único medio de salvación o que la Santísima Trinidad no sea el único Dios verdadero.
En la Declaración de Abu Dabi, el papa Francisco afirmó que todas las religiones son queridas por Dios. Además de una herejía, es una forma gravísima de apostasía y una blasfemia. Porque afirmar que Dios acepta que lo adoren de forma diferente a la revelada significa que no tienen ningún sentido la Encarnación, la Pasión, la Muerte y la Resurrección de nuestro Salvador. Equivale a decir que no tiene sentido que la Iglesia exista, que innumerables mártires hayan dado la vida y que existan los Sacramentos, el sacerdocio y el Papado mismo
Por desgracia, precisamente cuando debería hacerse expiación por esos ultrajes a la Majestad de Dios, alguien nos pide que le recemos junto con quienes se niegan a honrar a su Santísima Madre, y precisamente en el día de su festividad.
¿Es esa la manera más apropiada de implorar el fin de la plaga?
También es cierto que la Penitenciaría Apostólica ha concedido indulgencias especiales para los aquejados de la enfermedad y para quienes les asistan corporal y espiritualmente.
Ante todo hay que insistir en que las indulgencias jamás pueden sustituir a los sacramentos. Debemos resistir enérgicamente las infames decisiones de algunos pastores que han prohibido a los sacerdotes confesar y administrar el bautismo. Estas disposiciones, junto con la suspensión de las Misas y de la Comunión, vulneran el derecho divino y demuestran que detrás de todo esto anda Satanás. Sólo la Serpiente, enemiga de nuestras almas, puede inspirar disposiciones que provocan la pérdida espiritual de tantas almas. Es como si se ordenase a los médicos que no administrasen tratamientos vitales a pacientes en peligro de muerte.
El ejemplo del episcopado polaco, que ha ordenado multiplicar las misas para que los fieles puedan asistir sin riesgo de contagio, debería ser imitado por toda la Iglesia, si es que todavía se preocupa la jerarquía por la salvación eterna del pueblo cristiano. Es significativo que en Polonia el impacto de la pandemia haya sido inferior al que ha tenido en otros países.
La doctrina de las indulgencias no ha sido barrida por los novatores, y eso es bueno. Con todo, si bien el Romano Pontífice tiene potestad para distribuir a manos llenas el tesoro inagotable de la Gracia, no es menos cierto que no se pueden trivializar las indulgencias, ni considerarlas como una especie de rebajas de fin de temporada. Los fieles han tenido la misma impresión que en el último Jubileo de la Misericordia, con motivo del cual se concedió indulgencia plenaria en unas condiciones en que quien se beneficiaba de ella no era consciente de lo que significaba.
Y por otra parte está el problema de la Confesión y la Comunión sacramentales necesarias para lucrar la indulgencia, y que según las normas dictadas por la Penitenciaría se aplazan sine die con un genérico «apenas les sea posible».
¿Considera que la disposición sobre la absolución general en vez de individual es de aplicación en la actual epidemia?
La inminencia de la muerte legitima la solución a la que siempre ha recurrido generosamente la Iglesia en su celo por salvar a las almas. Por ejemplo, la absolución general que se da a los soldados antes de entrar en batalla, o a quienes se encuentran en un barco en naufragio. Si la situación excepcional de una sala de cuidados intensivos no permite el acceso de un sacerdote salvo en momentos determinados, y en esos momentos no es posible escuchar en confesión a los moribundos, creo que la solución propuesta es legítima.
Ahora bien, si con esta disposición se pretende crear un peligroso precedente para extenderla más tarde al uso general, será necesario redoblar la vigilancia para que lo que otorga la Iglesia magnánimamente en casos extremos no se convierta en la norma.
Recuerdo además que las misas transmitidas por internet o por televisión no eximen del precepto. Son un modo loable de santificar el Día del Señor cuando no es posible ir a la iglesia. Pero hay que tener claro que la vida sacramental no debe sustituirse por una virtualización de la misma, como tampoco en el orden natural el cuerpo se nutre contemplando la foto de un alimento.
¿Qué le gustaría aconsejar a Vuestra Excelencia a quienes tienen el deber de defender y guiar la grey de Cristo?
Es indispensable e impostergable una auténtica conversión del Papa, los obispos y todo el clero, así como de los religiosos. Los laicos la reclaman mientras sufren confundidos por la falta de guías fieles y seguros. No podemos permitir que el rebaño que nos confió el Buen Pastor para gobernarlo, defenderlo y conducirlo a la salvación eterna sea dispersado por mercenarios infieles. Tenemos que convertirnos y ponernos otra vez totalmente de parte de Dios sin transigir con el mundo.
Los obispos deben volver a tomar conciencia de su autoridad apostólica, que es personal y no puede delegarse en cuerpos intermedios como conferencias episcopales o sínodos, que han desnaturalizado el ejercicio del ministerio apostólico y causado con ello graves daños a la divina constitución de la Iglesia tal como Cristo la quiso.
Basta de caminos sinodales. Basta de colegialidad mal entendida. Basta de ese absurdo complejo de inferioridad y adulación en las relaciones con el mundo. Basta del hipócrita diálogo en lugar de anunciar intrépidamente el Evangelio. Basta de enseñar falsas doctrinas y de que dé miedo a predicar la pureza y la santidad de la vida. Basta de silencios cobardes ante la arrogancia del mal. Basta de disimular terribles escándalos. ¡Basta de mentiras, engaños y venganzas!
La vida cristiana es una milicia, no un despreocupado paseo hacia el abismo. A cada uno de los que hemos recibido órdenes sagradas nos pedirá por ello Cristo cuentas de las almas que hayamos salvado y de las que se hayan perdido por no haberles advertido y socorrido. Volvamos a la integridad de la Fe, a la santidad de las costumbres, al culto que verdaderamente agrada a Dios.
Así que, conversión y penitencia, como nos exhorta la Santísima Virgen, Madre de la Iglesia. Pidámosle a Ella, tabernáculo del Altísimo, que inspire a nuestros pastores una intrepidez heroica para salvar a la Iglesia y para que triunfe su Corazón Inmaculado.
+Carlo Maria Viganò
Domingo de Pasión de 2020
https://adelantelafe.com/monsenor-vi...-mano-de-dios/
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Re: Angustia Coronavírica
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Y todavía hay otra prueba más sobrecogedora, cual es la naturalidad vomitiva (y sacrílega) con que estamos aceptando que los enfermos de coronavirus agonicen aislados y mueran en soledad, apartados de sus familiares, impedidos de recibir consuelo espiritual y sacramentos, para finalmente ser arrojados al fuego como si fuesen muebles viejos. Bastaría con que los familiares de esos moribundos, o los sacerdotes encargados de llevarles consuelo espiritual y los últimos sacramentos, fuesen revestidos con un traje antiséptico para evitar tal impiedad, que agrede las bases constitutivas de la civilización. Pues si hay un hecho medular y constitutivo de cualquier civilización (y no sólo de la cristiana) es la reverencia ante la muerte y el amoroso respeto debido a quienes mueren. Pero estas aberraciones propias de una civilización que ha dejado de serlo, infernada hasta el tuétano, no molestan a los cretinos que se ponen de uñas cuando alguien se atreve a invocar a Dios. Algún día, patulea, lo veréis volver en gloria y majestad desde el chalecito con vistas que vuestro dueño y señor os está construyendo al pie de su lago de fuego y azufre.
Celebro mucho que en estos tiempos de tribulación, Juan Manual de Prada vuelva por sus fueros de antaño con un artículo impecable, repleto de verdades; con un tono invectivo que sin duda escocerá a meapilas y pseudoherejes, siempre tan necesario en un infierno de cobardes como en el que nos ocupa. Ha de ser en medio de la catástrofe, donde el intelectual católico debe erigirse con la gallardía de la Fe, por encima de oportunismos y cálculos espurios.
Esperemos que siga en esta línea, despues de los embelecos en los que se cayó hace tiempo; fruto sin duda de su excesiva afición a algunas sutilezas terminológicas de un lenguaje histórico-político en el que no es un experto, y de la propia naturaleza de los medios de comunicación que frecuenta.
Justo es reconocer su acierto en esta ocasión.
https://www.religionenlibertad.com/o...e-de-unas.html
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Re: Angustia Coronavírica
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El “aplausómetro” balconero ya cansa y el gobierno nos miente sobre las cifras de muertos y de altas
JOSÉ MIGUEL PÉREZ- 1 ABRIL 2020
Nos están tomando el pelo como a imbéciles. Y encima continúan con el “aplausómetro” balconero de cada día. Cómo si no hubiera otra noticia. Cómo si edulcorar la realidad con la sensiblería y el emotivismo informase a ciudadanos libres.
Nuestros sanitarios deben contar con aplausos y con loas, por supuesto, aunque mejor hubiera sido que contasen con equipos de protección y mascarillas para que no muriesen por el camino.
No obstante el merecido reconocimiento y admiración que merecen nuestros sanitarios y médicos, el hecho de focalizar, de forma empalagosa, a todas horas y en todos los medios des-informadores, la atención social en las anecdotitas lacrimógenas como la del señor de 87 años que ha salida de la UCI mil veces repetida o la de los enfermeros cantando charleston a un paciente, es ya cansino. Porque siempre son las mismas imágenes. Porque anestesian, en la atonía y en el espíritu acrítico, a la sociedad apartándola de la rebeldía con que deberían proceder contra los responsables de manipular, mentir y hacer morir a miles de españoles: el gobierno social-comunista. No deberíamos sacar palmas a los balcones, deberíamos sacar gritos de cólera contra el gobierno social-comunista.
¿A estas alturas de la fiesta puede creerse alguien que la China comunista ha sido veraz en la información sobre este virus letal que ella generó? Los comunistas chinos no han tenido más remedio que alertar sobre el peligro epidémico cuando la muerte de miles de chinos no iba a pasar desapercibida, y cuando se les había ido de las manos.
Japón ( 66 muertes a día de hoy) o Corea del Sur ( 158 muertes con 51 millones de habitantes; España 8000 muertos con 46 millones de habitantes) no se creyeron las informaciones sesgadas de China y cerraron desde el minuto uno las fronteras con ese país, haciendo acopio masivo de test rápidos, mascarillas y guantes. Singapur (3 muertos) también hizo lo propio. Cerraron fronteras e hicieron test masivos desde enero. Porque no se fían de un comunismo hermético, asesino y mentiroso como el de China que no sólo alberga mercados de animales salvajes y exóticos para uso comestible desde hace siglos y potenciados por el régimen comunista desde los años 70 en que liberalizó la actividad; también porque hay laboratorios biológicos en Wuhan de experimentación molecular gestionados por capitales tan desalmados como George Soros.
Japón, defendiendo sus fronteras, inadmitió cruceros de pasajeros chinos en enero y febrero, cosa que hizo que los progres españoles se tiraran de los pelos. Corea del Sur o Singapur hicieron también los deberes, declarando la guerra de la desconfianza contra China, y apenas tienen muertos. Al contrario de lo que hizo España. Aquí hubo un solo partido político parlamentario, Vox, que el 29 de enero pidió tomar controles fronterizos, el cierre de fronteras con China e impedir los pasajes provenientes de Italia Norte –principal foco de contagio expansivo en Europa- siendo tildado de racista, y calificado por la izquierda como “más peligroso que el virus”. El PSOE y Podemos, con Echenique como mascarón de proa, efectuaron campaña gubernamental contra Vox alertando sobre el peligro de fomentar el racismo contra los asiáticos, y criticando a países como Corea del Sur o Japón por cerrar sus fronteras. Esa locura izquierdista llevó a España a aceptar vuelos asiáticos e italianos durante febrero y marzo hasta que por fin se produjo el tardío e incompleto cierre de fronteras, que fue decretado el pasado 18 de marzo. Es decir, con más de un mes y medio de retraso respecto a otros países previsores y respecto a las peticiones formuladas hacía semanas por Vox.
Tamaña irresponsabilidad del gobierno social-podemita nos ha conducido, junto a la celebración de esos “aceleradores epidemiológicos” llamados “marchas feministas del 8 M”, a que seamos la segunda fosa mortal del mundo junto a Italia, y que con un 0,6 por cien de la población mundial tengamos el 20 por cien de todos los muertos del planeta.
Que nadie se crea que en China hay 3300 muertos. Y quién se lo crea es un cándido insensato. ¿Alguien se puede creer algo de un régimen comunista cuyos expatriados en España cerraban ya sus comercios desde enero al no creerse una sola palabra de su gobierno? ¿Alguien se puede creer que un país con 1500 millones de habitantes dio la voz de alerta sobre el virus–teñida de sesgos y mentiras- si sólo hubieran muerto 3000 personas? Evidentemente, no. Han muerto centenares de miles.
China nos ha mentido ahora, como mentía Mao Tse Tung cuando su revolución económica del ”Salto Adelante” era vendida como magnífica y excelsa novedad de progreso pero encerraba granjas colectivizadoras de muerte que produjeron 60 millones de finados por esclavización laboral sanguinaria y en campos de exterminio con forma agraria.
El régimen chino es sanguinario con su pueblo. Con esos antecedentes de país genocida, asesino de su pueblo, y que nos miente sobre su número real de muertos, el gobierno español se apresta a comprarles a ellos el material sanitario, los respiradores y los test. Test, por cierto, que el inútil y negligente gobierno compró a una empresa china sin autorización sanitaria ni siquiera en su propio país. ¡Cómo serán los proveedores asiáticos de material sanitario en los que invierte nuestro dinero el ejecutivo español! Y sobre todo, ¡cómo de irresponsable y matón de su propio pueblo es este gobierno nuestro que no supo de la ineficacia de los test comprados porque les salía a precio barato –según ha declarado la Ministra de Asuntos Exteriores de España-, hasta que sanitarios madrileños se apercibieron de la inutilidad de los mismos!
Pero de la canalla chino- comunista vamos a la canalla social-podemita española. Ambas practican la mentira como arma “revolucionaria” de sometimiento. Porque el gobierno social-comunista español ha decretado la no realización de autopsias a los muertos por Covid-19.
La catalogación de los muertos con sintomatología de Covid 19 a los que no se ha hecho la prueba es la de “no confirmados”. ElConsejo General de los Colegios Oficiales de Médicos de Españaha trasladado a los médicos las «directrices del Ministerio de Sanidady delMinisterio de Justicia» sobre la certificación de las muertes por coronavirus. Y lo ha hecho a través de un comunicado fechado el pasado 28 de marzo que deja claro que las instrucciones del Gobierno dePedro Sánchezson registrar como «Covid-19 no confirmado» todos aquellos casos que no cuenten con «confirmación analítica«. Infinidad de fallecidos por coronavirus pueden pasar a la categoría estadística de «no confirmado», algo que adelgazará los datos oficiales que ofrece el Gobierno de Pedro Sánchez como balance de su gestión del coronavirus. Las autopsiasse han eliminadopara estos casos. Comocausa inmediata de muerte se anotará la causa última que se considere correcta, sirva como ejemplos ‘fallo multiorgánico’, ‘distrés respiratorio’ o ‘insuficiencia respiratoria aguda‘. Podrán reflejarse causas intermedias si las hubiera o se conocieran: ‘neumonía’, ‘sepsis’ o ‘coagulopatía'.
De este modo, sólo en los casos de Covid-19 confirmados mediante test de laboratorio -que se hacen poquísimos, a cuenta gotas y en situación de colapso sanitario- la causa fundamental deberá recogerlo de la siguiente manera: Covid-19 confirmado. Para el resto de la certificación se procederá como anteriormente se ha señalado.
Así pues, España está jugando a ser Pekin. O dicho de otro modo: el gobierno nos toma el pelo. Nos da cifras de muertes no reales, que son mucho mayores; no se crean lo de las 8000 del día de hoy. Además dan cifras de altas distorsionadas, pues es interminable el catálogo de personas enfermas dadas de alta a las que envían a sus casas y lo testimonian a través de Redes Sociales o alguna intervención televisiva. Las estadísticas trucadas, en definitiva, jueguen a favor del gobierno en esta orgía de mentiras televisadas y que vienen referidas a un “pico” al que nunca llegamos y sucios malabarismos tecno-mágicos sobre la “estabilidad de la curva”.
La realidad del drama español es espeluznante. Hay familias que lloran porque en Madrid se están incinerando cuatro cadáveres a la vez sin saber cuál es el de su padre o abuelo. No son relatados en los medios los casos de tragedias familiares que son el resultado de la acción negligente del gobierno social-comunista, aunque sí los “aplausos”diarios o los bailes de charleston de algunos enfermeros.
Las cifras oficiales de muertos están trucadas porque a todos los muertos por Covid-19 no se les hace la prueba y ello es debido a que el gobierno quiere camuflar la situación auténtica de los decesos con certificados de defunción que falsean la realidad. El gobierno social-comunista español está haciendo, en definitiva, la misma práctica sucia que hace el comunista de Pekin para estafar al mundo y encima seguir vendiéndonos su trucado material sanitario.
¡Pero adelante, canallas progres y sociedad almibarada en el absurdo del emotivismo sin crítica ni rebeldía! Sigan con el aplausómetro de cada día. Sigan regocijándose en las historietas empalagosas que a cada telediario quieren hacernos ver que esto es poco menos que un “no pasa nada,” como esa gripe a la que se referían hace unas semanas. Adelante. Sigamos en este sueño de los imbéciles buenistas que baten aplausos en la nada mientras el despotismo comunista español aliado del chino nos la clava doblada desde un gobierno facultado con poderes absolutos que ha derivado el “Estado de alarma” en Estado bolivariano.
https://elcorreodeespana.com/politic...uel-Perez.html
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Re: Angustia Coronavírica
SIETE MILLONES DE NIÑOS CASTIGADOS
Interesantes reflexiones de este padre sobre la situación que están sufriendo millones de niños sólo en España por el arresto domiciliario. Particularmente interesante lo que dice de la «niñofobia» que ha surgido en algunos y sobre lo rápido que los gobernantes pensaron en los perros, antes que en los niños.
Cabe recordar que miembros del partido gobernante como Javier Lambán se han manifestado también en el sentido de permitir pasear con los niños.
https://www.youtube.com/watch?time_continue=111&v=-mQ0Yr1qUl8&feature=emb_logo
https://www.ahorainformacion.es/2020...os-castigados/
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Re: Angustia Coronavírica
La Policía clausura el último templo abierto al culto en Madrid
Madrid, 01 abril 2020, Miércoles de Pasión. Ayer martes por la tarde, después de la Misa de siete, la Policía Nacional se presentó en la Capilla Santiago Apóstol, situada en la calle de Catalina Suárez y perteneciente a la Hermandad Sacerdotal de San Pío X. Con corrección, pero de manera terminante, conminaron al sacerdote que se encontraba en ella a cerrarla de inmediato.
Desde la proclamación del estado de alarma, la Policía había aparecido en otras tres ocasiones. Siempre se habían marchado satisfechos de las medidas de prudencia ante la emergencia sanitaria adoptadas en la capilla.
Fuentes habitualmente bien informadas, que prefieren permanecer en el anonimato, apuntan a presiones de la Conferencia Episcopal para clausurar el único lugar de culto que permanecía abierto en Madrid. Su actividad, por un lado, ponía en evidencia el abandono de los fieles por parte de las supuestas autoridades eclesiásticas, sin precedentes en dos mil años de historia de la Iglesia; por otro lado, en la Capilla Santiago Apóstol se oficia exclusivamente la liturgia tradicional del rito romano, aborrecida por la mayoría de los vaticanosegundistas.
Además de las dudas sobre si el estado de alarma permite legalmente llegar tan lejos, el laicismo militante del régimen constitucional, secundado voluntariosamente por la Conferencia Episcopal Española, deja pequeño al laicismo habitual de la Francia republicana, donde se está permitiendo la celebración de Misas con no más de cuatro asistentes. Precisamente mañana jueves S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón presidirá en París la celebración de un funeral por su hermana María Teresa, fallecida a consecuencia del coronavirus COVID-19 el pasado 26 de marzo. La emergencia sanitaria exige medidas de precaución; pero no justifica la suspensión del culto público --que no dejó de celebrarse ni durante las peores epidemias de la historia-- ni la privación de sacramentos a los católicos.
Agencia FARO
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Re: Angustia Coronavírica
Petición de un sacerdote católico a los gobernantes de España ante la situación de emergencia por el Coronavirus
Es el P. Santiago Arellano, sacerdote de profunda espiritualidad y afán apostólico, lo conocí cuando era aún un niño, luego como seminarista y, a pesar de la distancia, voy sabiendo de él. Su padre, un gran navarro de esos que representan la fidelidad y la Tradición, lo puedo considerar un maestro en lides políticas e intelectuales y como amigo de esos de los de verdad. El P. Arellano ha dicho lo que tiene que decir un sacerdote católico. Le guste a quien le guste, pero esta es la doctrina de la Iglesia y lo que debe decirse en tiempos de pruebas colectivas.
https://www.youtube.com/watch?v=FQIzy-O2PLc&feature=emb_logo
https://barraycoa.com/2020/04/02/pet...l-coronavirus/
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Re: Angustia Coronavírica
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Re: Angustia Coronavírica
Los reyes del oriente
No, no es a los "reyes magos" a que nos referimos, por más que en esto del "coronavirus" puede haber algo de magia -de la demoníaca- sino a una misteriosa evocación en cierto pasaje de las Escrituras, en concreto la de Ap 16, 12. Pasaje que, como admitiera el P. Castellani, ha sido de difícil interpretación para los intérpretes.
No hemos sido la excepción puesto que, luego de aventurar algunas ideas, las que inclusive plasmamos en el Album, hemos debido rectificar, dejando esta alusión en suspenso, mencionando apenas que podría tratarse de "herejías o ideologías" aunque esta vez a manera de plaga.
Partimos de la base de que este virus es real -primer obstáculo que debemos sortear en vistas a tanta "falsa bandera" a que nos han venido sometiendo en los últimos años- y de que el mismo -independientemente de si se trata de uno modificado en laboratorios o no- es de relativa peligrosidad (para los que lo contraen al menos).
Y constatamos asimismo, sin perjuicio de lo dicho anteriormente, que hay una suerte de manipulación de las masas en cuanto a magnificar el hecho, al punto tal que casi todos los gobiernos del mundo han decidido la "cuarentena general" prohibiendo casi todas las actividades humanas, incluyendo las religiosas.
Este último aspecto, en lo que tiene de "prodigio" y a la vez de "aflictivo", es el que nos conduce a analizar si el mismo no responde a la evocación de las tres ranas apocalípticas de Ap 16 aunque sin pretender -nuevamente- ser categóricos en este tema.
Repasemos en qué momento histórico nos encontramos de acuerdo a nuestro análisis del Apokalypsis: en la "Iglesia de Laodicea" -la última, tibia y en la que Cristo ha de venir- ; en el "Sexto sello", donde se oscurecen el sol (mediante la desvirtuación del Sacrificio), la luna (apostasía en la Iglesia) y las estrellas caen del cielo (la traición de los pastores) pero que verá la caída de las Bestias y el triunfo de Cristo; en la "Sexta trompeta" (en su final) y suponemos -aquí viene nuestra interpretación reciente, falible- en la "Sexta copa o redoma", esto es la del "secamiento del Eufrates" y la congregación para el Armagedón. De esta suerte, los tres últimos septenarios habrán de dar paso al séptimo que simboliza el triunfo de Cristo con el "resplandor de su Venida", acompasándose con la séptima "Iglesia" en su apéndice.
El "secamiento del Eufrates" es, en la intérpretación casi unánime, una señal de la próxima caída de la (última) Babilonia desde que su tipo fue, en los tiempos de la Babilonia histórica, lo que permitió al Rey persa Ciro la toma de dicha ciudad. Lo que sigue es más complejo: "para dar paso a los reyes del oriente". Y aquí los intérpretes vieron lo que tenían ante sus ojos: a los partos (enemigos por excelencia de la Roma imperial), a los turcos y más recientemente, a los rusos (en la era soviética). Otros hilaron más fino y vieron en ellos a las "diez tribus perdidas" de los hebreos (posible).
Aquí conviene hacer un paréntesis y desechar de plano ciertas adjudicaciones diríamos muy humanas como, por ejemplo, las que suelen ver en los animales bíblicos una correspondencia con lo que el imaginario colectivo ha representado a los mismos: el oso como Rusia, el águila como Estados Unidos o el dragón como China...nada más alejado de la exégesis bíblica. O bien, el aseverar que estamos ante el "silencio de media hora" de Ap 8, 1 sólo porque el resultado del confinamiento general produce ese efecto sonoro...lo que queda desmentido por las mismas palabras del Apocalipsis que indican que el silencio es "en el cielo" (y no en la tierra).
Resulta sorprendente que el virus que nos aflige sea conocido como "corona" (elemento propio de la realeza, de los Reyes) y de que su origen presunto sea en la ciudad de Wuhan, en China (esto es en el Oriente)...sugestivo, aunque podríamos estar cayendo en lo que recién mencionamos, esto es, el hacer una exégesis con criterios demasiado mundanos. Sólo que, si vemos en todo esto una operación orquestada por un gobierno -en esto caso el chino- entonces sí deviene más plausible...
Pero lo más llamativo es lo que sigue en el relato de la sexta copa: "los espíritus inmundos que a manera de rana van donde los reyes de todo el mundo para convocarlos para la guerra del día del Dios omnipotente". Decimos en nuestro Album que estos espíritus son probablemente herejías o ideologías que tienen la particularidad de "involucrar a los reyes de (toda) la tierra" y ¿cuál sería esa postrera herejía o ideología? El ecologismo devenido en panteísmo, en cuyo nombre es necesario hacer frente al "coronavirus"...Y en él convergen todos, desde los gobiernos, pasando por las ong hasta la propia Roma.
Convergen dijimos...en un lugar llamado "Armagedón"...
La honda de David: Los reyes del oriente
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Re: Angustia Coronavírica
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Ataces
Resulta sorprendente que el virus que nos aflige sea conocido como "corona" (elemento propio de la realeza, de los Reyes) y de que su origen presunto sea en la ciudad de Wuhan, en China (esto es en el Oriente)...sugestivo, aunque podríamos estar cayendo en lo que recién mencionamos, esto es, el hacer una exégesis con criterios demasiado mundanos. Sólo que, si vemos en todo esto una operación orquestada por un gobierno -en esto caso el chino- entonces sí deviene más plausible...
Interesante aportación sobre unos pasajes del Apocalipsis de San Juan, todo los cuales son prácticamente inabordables desde su extrapolación a los eventos actuales y, supuestamente, futuros.
En efecto, hay muchos que se han fijado en ese detalle del término "corona", pero como ya he dicho con anterioridad no es el nombre científico de este virus, sino el de toda una familia de ellos, lo que en términos taxonómicos se refiere a un conjunto de proteínas (eso son los virus y no seres vivos como mucha gente cree 1) que van desde un vulgar catarro común, hasta el más mortífero hasta ahora conocido y llamado "ébola", pasando por la tan conocida y sufrida gripe estacional. Por tanto cuando se habla de "corona" es similar a hablar de "félidos, cánidos o cualquier otra familia del reino natural.
Por otra parte, Nuestro Señor Jesucristo es llamado Rey del Universo, y así Él mismo le indica a Pilatos que su Reino no es de este mundo, y por ello, hay que suponer que el término, que en este caso huele a conspiranoia, nada tiene que ver ni con el Apocalipsis, ni con exégesis particular alguna, algo que la Doctrina de la Iglesia tampoco autoriza. Y para finalizar, la corona es un símbolo que antaño, cuando no había conspiraciones mundiales, desde China a Washington, adornaban las cabezas de todos los nobles titulados. Hoy costumbre desaparecida por cuanto hasta los reyes han dejado de usarla.
Los virus son pequeños pedazos de ARN (ácido ribonucleico) o ADN (ácido desoxirribonucleico), muchos están encapsulados en una envoltura hecha a base de proteínas conocida como cápside, otros protegen su material genético con una membrana o envoltura derivada de la célula a la que infectan y algunos otros además rodean ...
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Re: Angustia Coronavírica
Globalismo vírico
Juan Manuel De Prada
La plaga del coronavirus, cuyas consecuencias apenas hemos empezado a paladear, nos ofrece una ocasión inmejorable para cambiar nuestra desquiciada forma de vida. Pero, como nos enseña el Apocalipsis, los hombres se distinguen siempre, después de sufrir una calamidad, por volver a las andadas; y esta conducta irracional, tristemente repetida en todos los crepúsculos de la Historia, se repetirá también ahora.
A nadie se le escapa que la plaga del coronavirus hubiese tenido un carácter estrictamente doméstico si no hubiésemos vivido en un mundo global. El coronavirus se lo habrían comido con patatas los chinos, cuyos gobernantes tiránicos habrían tenido que dar explicaciones a sus súbditos, a los que llevan diezmando de las formas más salvajes desde hace mucho tiempo. Una plaga circunscrita a China hubiese hecho tambalear la hórrida tiranía que allí rige, aberrante híbrido de capitalismo y comunismo; y tal vez incluso habría servido para que el pueblo revuelto contra sus gobernantes hubiese descubierto el origen oculto de la plaga, que a mí me apesta a escape de laboratorio. Pero, como vivimos en un mundo globalizado, los chinos han invadido el planeta entero de coronavirus, como hacen con todas las pacotillas, birrias, morrallas y baratijas que fabrican. Y, al repartir los estragos del virus por todas las naciones de la tierra, los chinos se han acogido con resignación oriental (o sea, con fatalismo) al dictamen del refranero: «Mal de muchos, consuelo de tontos».
También en nuestra aceptación de la globalización, como en la resignación oriental, hay un componente aciago de fatalismo. Por fatalismo ante un progreso ilimitado e inevitable (¡oiga, que no se le pueden poner puertas al campo!) se impuso el globalismo como modelo indiscutido de organización social, económica y política. Naturalmente, tal modelo de vida no era más que el ‘marco’ que la nueva mutación del capitalismo precisaba para seguir concentrando la propiedad; pero las masas cretinizadas acabaron encontrándole el gustillo a los nuevos hábitos que tal ‘marco’ les imponía, resumibles en un consumo a troche y moche de pacotillas, birrias, morrallas y baratijas. Lo que incluye tanto la compra de productos venidos de los parajes más remotos del atlas como el consumo mismo del atlas, mediante la expansión mastodóntica del turismo. Y así el planeta entero se convirtió en un aquelarre de bulimia universal, que en los amos del cotarro era bulimia de acaparadores y en las masas cretinizadas, bulimia de niño que entra en una tienda de gominolas y quiere comérselas todas, pegándose un atracón, como si no hubiese mañana.
Chesterton afirmaba que el capitalismo es una herejía porque, en lugar de mirar las cosas creadas y ver que son buenas (como hizo Dios en el Génesis), las mira y ve que son bienes. Todas las flores, todos los pájaros, todas las puestas de sol, todos los riscos y cumbres nevadas, todas las estrellas puestas en venta, cada una con su precio correspondiente. Y la plaga del turismo globalista representa la estación última de esa herejía monstruosa, poniendo el mundo entero en liquidación, para disfrute de consumidores insaciables. El memo globalista aprovecha el fin de semana para ‘hacer una escapadita’ (en realidad para atiborrarse de pacotillas, birrias, morrallas y baratijas) a Milán o a Nueva York; y si el fin de semana lo puede alargar un par de días más pega un brinco hasta Shanghái (para hacer lo mismo). El lugarcomunismo ambiental pretende que ‘cada uno hace con su dinero lo que quiere’; pero lo cierto es que quienes emplean su dinero en ‘hacer escapaditas’ de fin de semana a Milán o Nueva York, amén de ser unos cosmopaletos y unos consumistas compulsivos, son carcasas vacías, personas que necesitan buscar fuera de sí lo que no encuentran en su interior, tal vez porque sólo encuentran estiércol. Y que, además, quieren convertir el mundo entero en el reflejo de su alma. Trayéndose el coronavirus para casa lo han logrado plenamente.
Si en el mundo aún restase un poco de cordura, después de la hecatombe que el coronavirus va a causar, renegaríamos de la locura que nos llevó a aceptar un modelo de organización social, económica y política decididamente antihumano. Y, junto con la abolición del globalismo, nos obligaríamos –previa firma de un ‘Protocolo de Quieto’– a quedarnos quietecitos en nuestro pueblo, disfrutando de sus modestas bellezas, mucho mejores en cualquier caso que las pacotillas, birrias, morrallas y baratijas que nos trajimos del otro extremo del atlas, rebozaditas de coronavirus. Pero está escrito en el Apocalipsis que los hombres, después de sufrir una calamidad, vuelven a las andadas.
https://www.xlsemanal.com/firmas/202...uel-prada.html
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Re: Angustia Coronavírica
Ellos no se quedan en casa
Juan Manuel De Prada
Se me revuelven las tripas cuando veo en la tele a una chusma de famosetes diciéndole al personal: «Yo me quedo en casa». ¡Y tanto que se quedan en casa! Pueden permitirse el lujo de quedarse tumbaditos a la bartola en sus casoplones mientras afuera una muchedumbre borrosa tiene que salir a la calle a ganarse el pan y recolectar virus a porrillo en el metro o en el autobús, para compartirlos luego con compañeros infectados (porque, naturalmente, hay cientos de miles o millones de enfermos de coronavirus que no computan en las estadísticas oficiales) que recolectan, envasan o distribuyen los alimentos que esta chusma de famosetes (y también usted y yo) embaúla tan ricamente, sin que se les (ni se nos) caiga la cara de vergüenza.
También se me revuelven las tripas (y me sacuden las náuseas) cuando escucho a nuestros gobernantes lacayos apelar constantemente a la «unidad» de los españoles, que según su retórica huera logrará resistir los embates del virus. Pero estos politicastros llevan toda la vida alimentando nuestras disensiones, cebando nuestras rencillas, azuzando una demogresca constante que los ha hecho fuertes, a costa de tornarnos a nosotros cada vez más débiles e impotentes, más enviscados en la anatemización del prójimo. Que unos tipejos que han hecho de las disensiones y la división social el cimiento de su hegemonía invoquen ahora la «unidad» causa, en verdad, repeluzno; un repeluzno al menos tan acongojante como aquel que nos hizo temblar cuando en mitad de la crisis económica última (o penúltima, puesto que ya estamos hundidos en otra, acaso mucho más atroz) se inventaron un eslogan repulsivo que rezaba así: «Esto lo arreglamos entre todos». Que, traducido al román paladino, significaba: «Esta crisis, que hemos causado nosotros, la vais a pagar vosotros, pringados. Y encima luego nos vais a seguir votando con entusiasmo, porque os encanta que os den cañita brava».
Y, ahora, ¿de qué «unidad» hablan estos miserables? Durante décadas se han preocupado de modelar una disociedad de gentes ensimismadas en el disfrute de sus ‘derechos’ (caprichos egoístas y a menudo aberrantes santificados mediante leyes inicuas), incapacitadas para el sacrificio y la renuncia, envenenadas de un emotivismo chorras al que le basta echar la lagrimilla en cuanto escucha una musiquita pegadiza o se le exhorta a retuitear cualquier mamonada sensiblera. A esta disociedad decrépita y narcisista se le solicita ahora que salga a los balcones, para aplaudir retóricamente a los sanitarios a los que ni siquiera se provee de ropas adecuadas para evitar el contagio, o a berrear gregariamente una tonadilla del Dúo Dinámico. Y la disociedad decrépita y narcisista sale a los balcones, encantadísima de que su egoísmo salga tan barato; sospechando tal vez que estos aspavientos ternuristas no son sino experimentos sociológicos con los que los amos del cotarro calibran nuestro grado de mansedumbre, como se calibra la mansedumbre de una cobaya sometiéndola a mil enojosas pejigueras. A fin de cuentas, a nosotros sólo nos someten a unas pocas: la hipocresía de los aplausitos, la matraca de la cancioncita dinámica, el heroísmo democrático de lavarnos las manos y la pelmada de quedarnos en casa. Pero los duelos con porno son menos.
Y, en cualquier caso, quedarse en casa es mucho menos sufrido y expuesto que salir a la calle cada día a ganarse el pan y recolectar virus. La única ‘unión’ social verdadera ante una plaga de estas características hubiese exigido, primeramente, aislar de su influjo a nuestros ancianos y enfermos y, en general, a la población más vulnerable; y, a continuación, obligar a toda la población sana a seguir activa (y no desde su casa, sino desde sus respectivas empresas). De este modo se hubiese generado una auténtica solidaridad nacional, una unión indestructible entre quienes desempeñan oficios manuales y profesiones liberales, entre agricultores y funcionarios, entre currantes de la economía real y ejecutivos de la economía financiera, que así se habrían intercambiado solidariamente virus y anticuerpos y habrían aprendido a remar en el mismo barco. Lo que se ha hecho, por el contrario, sólo servirá para abrir una brecha insalvable entre los unos (damnificados) y los otros (beneficiarios o siquiera indemnes), que no hará sino generar más rencillas y resentimientos, más odios supurantes que algún día acabarán estallando. Pero tal vez para entonces la chusma de famosetes y la patulea de gobernantes ineptos ya se haya puesto a salvo, en algún paraíso fiscal o búnker blindado contra virus y virulencias; y, como suele ocurrir en todos los crepúsculos de la Historia, también entonces pagarán justos por pecadores.
https://www.xlsemanal.com/firmas/202...uarentena.html
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Re: Angustia Coronavírica
En efecto, para ellos no hay enjaulamiento y, además, lo solucionan todo a su manera. Tranquilos, la plaga ya está en vías de solución: el macho alfa ya tiene nueva pareja.
https://www.elespanol.com/corazon/fa...9952223_0.html
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Re: Angustia Coronavírica
Pero a mí los cotilleos de marujonas y marujones no me interesan ni lo más mínimo, aunque se trate de los chanchullos privados de este fulano. Todo mientras como decía alguien a quien conocí hace años y que ya no está en el mundo: "métete en los charcos que quieras, pero no salpiques", y este sujeto, en connivencia del otro, se mete en todos los manglares que se quiera y además chapoteando para ver a quiénes empapa.
Lo que me trae ahora es el asunto de la conspiración mundial, global, mundialista y globalista. La cuestión es que no niego su existencia, ni sus intenciones, entre otras cosas porque cuando el río suena, agua lleva. Pero esto de las conspiraciones a lo largo de la Historia, y las ha habido a montones, para serlo realmente han de tener una característica esencial, o son secretas, muy secretas, o los conspiradores o están jugando a otra cosa, o son unos mantas de cuidado.
Lo cierto es que muchas supuestas pruebas sobre cuestiones que se les atribuyen, ante un hipotético tribunal que fuese verdaderamente imparcial, no pasarían de eso que en Derecho se llaman pruebas circunstanciales, o lo que es lo mismo, que cualquier letrado versado podría desmontar una a una, o dispersarlas al viento. No puede ser que sean tan tontos, tan torpes, no es creíble que cuando se reúnan esos siniestros individuos, que serán contadas veces, tengan un montón de chivatos a su alrededor, o los muebles de donde quiera que se reúnan estén llenos de zapatófonos al estilo Mortadelo, "made in Doctor Bacterio". De verdad, no.
Eso no significa que no anden den asuntos oscuros, tenebrosos, de juzgado de guardia, pero tengo la convicción de que de todo lo que hacen sólo se enteran ellos, y que los lacayos que tengan a su servicio, sólo se enteran y ni siquiera a "décimas" de lo que les toca llevar a cabo. Ahora bien, cada cual es muy libre de querer creer en lo que le plazca. Sin embargo, visto así NO hay una conspiración a escala humana, sino varias y algunas mucho más inquietantes. Pero todas, como en un tablero de ajedrez, tienen su misión, y el jugador tiene un nombre: Satán.
Del que nadie habla, o quienes lo hacen pasan por zumbados, o en el que salvo unos pocos nadie cree o quiere creer, unos porque es El Enemigo, El Mal, que es parte del Dogma de la Iglesia Católica y ante cuya idea muchos "creyentes" con sotana o sin ella, dudan de su existencia y hasta la niegan. O porque sean sus adoradores, y ésos no lo cuestionan, ésos no ponen en duda su existencia. Y es Satán quien sí quiere someter al mundo entero.
Llevo días dudando sí poner un enlace que he encontrado, o no hacerlo. Sí reproducir el texto tal como suelo hacer casi siempre, o dejar que cada uno se conecte y lea. Pero hoy, he decidido que voy a poner sólo el enlace, ya que el contenido es tan monstruoso que da escalofríos y deja en pañales a los conspiradores del globalismo del NOM, los deja en su simple papel de peones de ese jugador antes mencionado.
“Manifiesto Ahuman”: El cambio climático se resuelve ‘dejando que la raza humana se extinga’ – Patricia MacCormack
El cambio climático se resuelve ‘dejando que la raza humana se extinga’
https://laverdadofende.blog/2020/03/...ia-maccormack/
¿Y sí el Corovid-19 infectase a la totalidad de la raza humana se librarían estas bestias? Ni por esas, a esta escoria no les importa ni ellos.
Éste ente, éste íncubo, es el autor de la propuesta de semejante genocidio que, no lo pasemos por alto, tiene seguidores disfrazados de intelectuales cuando, en realidad, no son sino esclavos del Maligno.
https://www.flickr.com/photos/litost/4991331306
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Re: Angustia Coronavírica
Personalmente, lo único "bueno" que veo en esta plaga, de la que avisamos en su momento cuando parecía que todo el mundo tendía a "quitarle hierro" al asunto, es que esa otra plaga (esta vez ideológica) llamada "globalismo", mucho me temo que se ha ido DIRECTAMENTE (para horror de Soros) al cuarto oscuro de la historia; o si se quiere, al mismo agujero de donde salió: Al Infierno.
Démonos cuenta, y sin necesidad de alargarnos mucho, que toda esa soberbia de nuestra "racionalista" sociedad, ha saltado por los aires en cuanto un mecanismo natural, dispuesto por Dios, para controlar el equilibrio natural (un virus) [1] ha hecho su aparición una vez más; siempre en el mismo año cada siglo desde 1720. Una sincronización PERFECTA desde el triunfo de la Ilustración.
https://www.anabad.org/una-epidemia-...virus-de-2020/
Y es que una vez más en la historia, a Dios le basta con cerrar el puño, para ponernos de rodillas a todos, tirios y troyanos; sin que nuestra fe casi idolátrica en el progreso científico nos sirva de refugio como nos enganche bien el asunto. Otra discusión son las consecuencias económicas que el mazazo de esta crisis va a originar; como persona del gremio, desde luego no me atrevo a vaticinar lo que va a ocurrir y mucho menos de qué manera se podría combatir. Se habla mucho de recuperación en forma de "u" o de "v", también de un nuevo "Plan Marshall"; pero no hay que olvidar que quienes pusieron el dinero en aquella ocasión fueron los americanos (que tienen su propia plaga encima, y no parecen muy "europeístas") ahora lo tendrá que poner ¿Quién?, ¿El Banco Central Europeo?. Ojalá sea cierto, veremos. De momento, y en la línea del fracaso del "globalismo" al que hacía referencia antes, no parece que haya demasiada unidad, en este refrito masónico que se llama Unión Europea.
Ya lo de este "Gobierno" resulta inenarrable, con un Presidente, y unos subalternos (incluído el inefable Simón) soltando discursos sensibleros interminables; resultan completamente ineficaces. Mención aparte es esa legión de periodistillas rendidos al poder socio-comunista, defendiendo lo indefendible.
A tanto llega la incompetencia y la falta de prestigio, que no sólo Turquía, sino la propia Francia, se incauta de material sanitario comprado por las autoridades españolas.
https://www.anabad.org/una-epidemia-...virus-de-2020/
[1] Se llaman "coronavirus" porque el recubrimiento externo del patógeno forma una especie de "corona"; se trata de grasa, de ahí la importancia de lavarse las manos con jabón para destruirlo.
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Re: Angustia Coronavírica
Google, que tan acostumbrados nos tiene a cambiar la página con que accedemos a internet con dibujitos, animados o no, celebrando determinadas fechas, nos presenta esto hoy, Domingo de Ramos (por supuesto ellos, tan laicos y tan progres, pasan por alto toda celebración religiosa como sabemos). Nada de salir a las calles con palmas y ramas de olivo a celebrar al Señor. Todo el mundo en casa. Unos leyendo, otros cantando, otros de cháchara por teléfono o haciendo pesas, y el consabido eslogan: Quédate en casa, salva vidas. En realidad, dentro de casa hay más posibilidad de contagio, y saben que ninguna familia va a cumplir la regla del metro y medio de distancia como en las tienda; si alguno está incubando terminará por contagiar a toda la casa. Al contrario que en la calle, donde las posibilidades de contagio existen pero son mínimas al tratarse de un espacio abierto. Bastaría con vigilar para impedir que se formasen las aglomeraciones típicas del centro de las grandes ciudades aunque sin prohibir la circulación. Pero nos quieran a todos enjaulados, todos encerrados ovejunamente en el redil repitiendo como borregos "yo me quedo en casa". Que estemos recluidos en casa. Que a tal hora, todo el mundo a aplaudir, y si no lo hacemos somos unos insolidarios. Qué bla bla bla. Y todos responden beeeeeeee y pasan por el aro y obedecen al domador. (No llamo a la desobediencia; no me malinterpreten acusándome de predicar la desobediencia civil. En absoluto. Pero no porque esté de acuerdo. Me habrán quitado la libertad de movimiento, pero --de momento al menos-- no la de expresión, así que no me callo.)
https://www.google.es/logos/doodles/...108752-law.gif
¿Qué tendrá que ver este monigote con el Domingo de Ramos?
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Re: Angustia Coronavírica
Ayer comentaba sobre las conspiraciones, decía que no hay una sino varias, y todas a nivel planetario. Denunciaba el genocidio todavía teórico, que ese íncubo ha escrito como "solución" (????????????????????????????) para acabar con el cambio climático, demostrando que, además de ser una aberración como ella misma, no tiene ni zorra idea de lo que dice, pero no es la única. Ahora resulta que bajo nuestros pies, o detrás de los teclados, se mueve toda una corriente de pirados, anormales, canallas, llevados a la desesperación por pura impotencia, al absurdo de los absurdos. Esto es lo que he definido a veces como que "no hay nada peor que un imbécil con un lápiz y un cuaderno. Sí, sí que lo hay, un gilipollas con un ordenador conectado a la Red. Al imbécil se le quita el cuaderno que sólo lo ha leído él y se le tira a la basura, pero el gilipollas cada vez que escupe o defeca extiende todo por esa misma Red". Y el caso es que el asunto es mucho más grave de lo que puede parecer. Yo me puedo ciscar en ellos, me puedo cachondear de su nulidad neuronal, pero a la postre va a ganar la masa encanallada, el cardumen descontrolado, la estampida en la pradera de los comanches. Y es que aunque se tratase de eso que ahora se ha dado en llamar ovinamente fakes, como los que tienen tragaderas para todo absorben ese veneno, al final se cumple la goebbeliana frase de "una mentira contada mil veces se acaba convirtiendo en verdad" Y eso sí que da pavor. Las cifras que se manejan más abajo van variando a medida que pasan los días.
"La humanidad es el virus, no el Covid-19": ¿es el momento de hablar de ecofascismo?
Uno de los beneficiados de la pandemia global de coronavirus ha sido el medio ambiente. Algunas voces apuntan a que esto no es óbice para caer en lo que llaman ecofascismo
AUTOR: A. ALAMILLOS
01/04/2020
Uno de los inesperados beneficiados de la pandemia global de coronavirus, que ha infectado ya a casi 850.000 personas, se ha cobrado las vidas de otras 41.300, ha cerrado países enteros, quebrado las cadenas de producción y bloqueado economías, ha sido, curiosamente, el medio ambiente.
El cierre de fábricas, los miles de vuelos cancelados y la caída de la demanda del petróleo han mejorado la calidad del aire hasta límites insospechados. Las emisiones de dióxido de carbono de China cayeron en torno a un 25%, según un estudio de la revista especializada 'Carbon Brief', confirmado por imágenes de satélite. La caída del tráfico de vehículos en ciudades europeas, muchas de ellas con su población confinada, ha mejorado también la calidad del aire en el continente. Imágenes de la Agencia Espacial Europea destacan la disminución del dióxido de nitrógeno en el norte de Italia, donde desde principios de marzo hay 15 millones de personas en cuarentena. En España, imágenes del satélite Copernicus reflejan una reducción de las emisiones de efecto invernadero de hasta el 83% en el caso de Barcelona, del 73% en Madrid y del 64% en Valencia.(1)
Cita:
Tom
@ThomasSchuIz
Wow... Earth is recovering
- Air pollution is slowing down
- Water pollution is clearing up
- Natural wildlife returning home
Coronavirus is Earth’s vaccine
We’re the virus
Paralelamente, miles de personas han compartido imágenes de las ahora casi transparentes aguas de Venecia, “limpias” después de que el acceso de barcos cargados de turistas al puerto haya sido prohibido, y las pintorescas góndolas amarradas. También en Italia se han visto delfines en el puerto de una ciudad costera. Imágenes (que resultaron ser falsas) de esos mismos delfines en Venecia o de cisnes en los canales de Burano (algo que no es inusual) también han sido masivamente compartidas.
Como resultado, ha emergido una nueva cantinela: “La humanidad es el virus, el coronavirus es la cura”. El virus es “la venganza de la naturaleza” contra los humanos. Comentarios por el estilo han sido masivamente compartidos en las últimas semanas.
Cita:
★·. olimpia .·★
@hell0pia
Citizens of Wuhan can finally hear birds chirping after years, Venice’s water canals are clear and full of fish, and you can even see the Tatra mountains from Kraków because the smog has lifted.
This isn’t an apocalypse. It’s an awakening.
"Los ciudadanos de Wuhan pueden finalmente oír los pájaros piar después de años. Los canales de Venecia están claros y llenos de peces, e incluso puedes ver las montañas de Tatra [los Cárpatos] desde Cracovia porque se ha levantado el 'smog' [niebla tóxica]". "Esto no es un apocalipsis. Es un despertar", concluye uno de los comentarios con miles de retuits en la red social. (2)
Cita:
The Deadly Trumpvirus
@NeverTrump_2020
Things are calming
Air pollution is going down
Natural habitats are undisturbed
Noise pollution is settling
The oceans are being cleansed
Nature is breathing again
The Earth had a virus called humans
And came up with a vaccine called coronavirus
Pese a la ingenuidad naíf de muchos de estos comentarios, algunos activistas climáticos han hecho sonar la voz de alarma y un término, que parecía relegado al debate sobre si Hitler era vegetariano y ecologista, ha regresado a la palestra: estamos hablando del 'ecofascismo'.
"Desear que un desastre [como el coronavirus] aplique los cambios a gran escala que los científicos dicen que son necesarios para evitar un colapso planetario es contraproducente. Hay que recordar que [los activistas climáticos] estamos haciendo esto para salvar vidas. Vitorear al coronavirus por el cambio climático no es progreso, es ecofascismo", afirma Eric Holthaus, meteorólogo y corresponsal climático para el medio 'The Correspondent'.
"Durante una crisis que ha matado a cientos de miles de personas, llamarlo 'un despertar' implica que la muerte y el sufrimiento a gran escala son necesarios para restaurar la naturaleza. Si bien carece del etnonacionalismo abierto del movimiento, esta retórica es innegablemente congruente con una cosmovisión ecofascista", sostiene por su parte Jennifer Johnson, analista en políticas energéticas y justicia climática.
Cita:
Jamie Margolin
✔
@Jamie_Margolin
Please stop celebrating the #coronavirus as some sort of blessing in disguise simply because pollution has gone down due to quarantines.
“The weak will die but it’s okay because it helps the climate” is not climate justice.
That is Ecofascism.
Muchos activistas critican la "ligereza" de este tipo de comentarios, que sin embargo pueden, apuntan, alimentar la narrativa y llevar a posiciones más radicales. "[Decir que] 'los débiles morirán pero está bien porque eso ayuda al clima' no es justicia climática", ha defendido la activista climática colombo-estadounidense Jamie Margolin, que en 2019 fue incluida en la lista de '100 mujeres' de la BBC.
La polémica ha llegado incluso al grupo ecologista Extinction Rebellion (XR), conocido especialmente por las escenas de desobediencia civil en nombre del medio ambiente organizadas en Reino Unido, que les valieron varias detenciones y enfrentamientos con la policía británica. La sección local de XR en East Midlands publicó un mensaje con una imagen que rezaba: "La tierra se está curando. El aire y el agua se están limpiando. ¡Corona [virus] es la cura. Los humanos son la enfermedad!". En un contexto en el que han fallecido ya más de 41.200 personas con Covid-19 y la Organización Mundial de la Salud advierte de que serán muchas más si la pandemia se extiende en países menos desarrollados, el comentario no sentó muy bien.
'El corona [virus] es la cura, los humanos son la enfermedad'. Póster falso con logo de Extinction Rebellion.
La organización desde la sede nacional británica tuvo que salir a desdecirse y emitir un comunicado negando que esa fuera su posición sobre la pandemia, explicando que el cartel "era falso", que no correspondía con ningún equipo de XR local y que otros grupos, "probablemente radicales de derecha", había usado su logo para esparcir un mensaje que ellos mismos han catalogado de "peligroso" y "un paso en el camino hacia el ecofascismo".
'Lebensraum' y control de población
El ecofascismo como ideología, más allá del uso del término en los últimos años contra los activistas climáticos (al estilo de 'feminazi'), aúna ideas de los ambientalistas con las de la extrema derecha. Aunque hay discusión entre los expertos en el tema sobre su origen como tal, esta filosofía bebe también de conceptos nazis como la importancia del 'Lebensraum' (espacio vital) y el 'Blut und Boden' (sangre y suelo).
En la era de la crisis climática, los que comulgan con el pensamiento ecofascista no niegan que el medio ambiente esté colapsando, sino que abrazan ese colapso como una forma de construir un nuevo orden social que refleje sus ideas nacionalistas. "Aunque los ecofascistas se oponen a los ambientalistas contemporáneos, en muchas ocasiones se apropian de ideas del pasado del movimiento por el medio ambiente", afirma al respecto Jeff Sparrow, autor del libro 'Fascistas entre nosotros: Odio online y la masacre de Christchurch".
La ideología, en su versión más radical y violenta, ha dado luz a terroristas como el del tiroteo en El Paso (22 muertes), quien citó la "degradación ecológica" como motivación. "Si podemos librarnos de suficiente gente, entonces nuestro modo de vida será sostenible", se leía en su manifesto publicado en foros supremacistas. También fue una de las motivaciones del terrorista de Christchurch, en Nueva Zelanda.
Del momento Chernóbil al Sputnik: ¿nos está dando China una lección con el coronavirus?
CARLOS BARRAGÁN
¿Cómo ha podido Occidente pasar en un mes de culpar a China por su incapacidad ante el coronavirus y de alertar de su derrumbamiento a quedarse embobado por la eficacia del Partido Comunista?
En su versión menos radical, el ecofascismo bebería —y daría de beber— de posiciones que defienden que la reproducción de determinados grupos sociales y la sobrepoblación son la fuente de los males del planeta. Usualmente, las víctimas de esta línea de pensamiento ecofascista son siempre los países menos desarrollados, con sus alarmantes tasas de natalidad. Este neomalthusianismo va más allá de las ideas de Thomas Malthus, que en 1798 sostenía que un crecimiento poblacional incontrolado superaría la producción agrícola, y se aunaría con narrativas antiinmigración o de control poblacional de minorías y países en desarrollo.
"En el mejor de los casos, estos argumentos identifican correctamente la existencia de una dolencia societaria (escasez de recursos), y aun así llegan al diagnóstico equivocado (demasiada gente). En el peor, forman el pilar de las ideologías ecofascistas", sostiene Johnson en un artículo publicado en la revista estadounidense 'Verso'.
En el caso del coronavirus, serían necesarios cientos de miles de muertes para esa 'cura' del planeta.
(3)
"Es la misma lógica que usan los eugenistas para abogar por el control de la población, o los racistas para predicar el nacionalismo étnico y las políticas contra la inmigración en una era de emergencia climática. La discriminación y la muerte no son la forma de reducir las emisiones", asevera en este sentido Holthaus.
Cita:
Extinction Rebellion Scotland
@ScotlandXr
We are all seeing statements circling around like; “Coronavirus is dropping emissions”, “Mother Earth is cleansing” and “Humans are the virus”, in the mainstream media and in climate activist circles.
Cita:
Extinction Rebellion Scotland
@ScotlandXr
· 26 mar. 2020
En respuesta a @ScotlandXr
Here at Extinction Rebellion Scotland, we tell the truth about the climate and ecological crisis. A huge part of doing that is making sure we are calling out arguments which are not only false, but put marginalised people at risk.
Cita:
Extinction Rebellion Scotland
@ScotlandXr
Any claim laying the responsibility for the climate crisis at the feet of the most marginalised is a step on the road to eco-fascism - a creeping ideology which tramples on those seen as ‘less’ in a bid to ‘save the earth’, with its roots in Nazi Germany.
El coronavirus no va a salvar la Tierra
Pero ni siquiera los datos apoyarían esta versión de que una epidemia como el coronavirus sería buena para el medio ambiente. Las aguas de Venecia no están más claras porque estén más limpias, sino porque están menos turbias: la ausencia del movimiento de barcos ha permitido que las impurezas sedimenten en el fondo, pero siguen ahí. China se ahoga (y pronto lo hará Europa y Estados Unidos) en los residuos médicos —mascarillas de un solo uso, miles de batas protectoras— producidos por los hospitales donde se trata a los pacientes del virus. En la ciudad de Wuhan, la basura se cuadruplicó, con más de 200 toneladas al día, según un reporte de la revista 'Politico'.
"Las emisiones en China han disminuido porque la economía se ha detenido y la gente está muriendo, y porque las personas pobres no pueden obtener medicamentos ni alimentos. Esto no es una analogía de cómo queremos disminuir las emisiones del cambio climático", asevera Gernot Wagner, profesor asociado del Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad de Nueva York, a la revista 'MIT Technology Review'.
Pies de plomo en China: preocupación ante una 2ª oleada de contagios de coronavirus
ZIGOR ALDAMA. SHANGHÁI
Los cines cierran de nuevo sus puertas después de que se haya detectado un contagio por coronavirus en una sala. Los centros educativos irán abriendo poco a poco
Además de que, como ya se está viendo en China, tras la pandemia la producción vuelve a crecer en una brusca V. Estos esfuerzos productivos, en el contexto de tratar de evitar una crisis económica irremediable tras un parón de casi dos meses, podrían incluso socavar muchos de los avances en materia climática de los últimos años. "Controlar el brote y mantener el crecimiento económico será ahora la principal prioridad de China", ha declarado Li Shuo, asesor principal de políticas de Greenpeace Asia, al 'New York Times'. "Y como ya hemos visto en el pasado, cada vez que se debe priorizar el crecimiento económico, la agenda ambiental queda en segundo plano". En Estados Unidos, que está todavía entrando en su curva de la epidemia, ya se ha anunciado que se han suspendido muchas de las limitaciones medioambientales. Varios países europeos, encabezados por República Checa, ya han pedido a la UE que se olvide de los compromisos climáticos y del New Green Deal para priorizar el crecimiento tras la pandemia.
"Esto [el descenso en la contaminación] realmente no debería verse como un rayo de luz [en el contexto de la pandemia]", ha afirmado Jill Baumgartner, profesora de Epidemiología en la Universidad McGill, al 'New York Times', en un artículo sobre el coronavirus como forma de reducir la contaminación. "No es una forma sostenible de reducir la contaminación del aire, y los impactos económicos y de bienestar a largo plazo de esta crisis serán devastadores para muchas personas", añade.
Volviendo a los mensajes de Twitter. ¿Son entonces ecofascismo?
"Lo que importa aquí no es la simple mentira [los humanos son el virus y el coronavirus la cura para el medio ambiente] o la lógica defectuosa. Es el sentimiento lo que lleva a estas personas a aceptar felizmente que decenas de miles de cadáveres son un precio razonable a pagar", escribe Ketan Josi, comentarista especializado en medio ambiente de 'The Guardian'. "En esencia, es [una lógica] perezosa. En lugar de romper el yugo entre cómo vivimos los humanos hoy día y lo destructivo que es el daño ambiental, es más fácil someterse a ese acoplamiento y simplemente reducir el número de humanos vivos", añade Josi.
https://www.elconfidencial.com/mundo...virus_2525411/
(1) Lo que no cuentan en esas cifras es que han descendido porque NO se están encendiendo las calefacciones a causa de las temperaturas de este pasado invierno tan templado, ni los vientos que ha habido dispersando, ni las abundantes aguas que han caído del cielo, algo que se puede comprobar consultando las cifras de la AEMET, o consultar los datos que publicó la Agencia Europea del Medio Ambiente, donde se atribuía el 13% de la contaminación al automóvil y el resto adivínese. Pero, para no variar, es más sencillo hacer demagogia que contar la verdad.
(2) El despertar de estos va a ser de morrazo total. Esta gentuza respira igual que los satanistas.
(3) Lo más peculiar no es ya que las cifras de contagio hasta ahora en relación con la población total del planeta son verdaderamente ridículas, al menos comparadas con las que hay registradas de otras pandemias en las que los muertos se llegaron a contar por decenas de millones, sino que el peligro reside en la velocidad de contagio. No es tampoco una idea disparatada, ni mucho menos, que en los países que han decretado el confinamiento, van a presenciar un incremento sustantivo de nacimientos el año que viene...¡ejem! Y tampoco es menos cierto, que todos estos heroinos no tienen ni la más mínima intención de sacrificarse por el "bienestar" ecológico del planeta. La cuestión es sencilla, tanto los taranazis como los satanistas deberían dar ejemplo autoinmolándose.
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Re: Angustia Coronavírica
Cita:
Iniciado por
Hyeronimus
Google, que tan acostumbrados nos tiene a cambiar la página con que accedemos a internet con dibujitos, animados o no, celebrando determinadas fechas, nos presenta esto hoy, Domingo de Ramos (por supuesto ellos, tan laicos y tan progres, pasan por alto toda celebración religiosa como sabemos). Nada de salir a las calles con palmas y ramas de olivo a celebrar al Señor. Todo el mundo en casa. Unos leyendo, otros cantando, otros de cháchara por teléfono o haciendo pesas, y el consabido eslogan: Quédate en casa, salva vidas. En realidad, dentro de casa hay más posibilidad de contagio, y saben que ninguna familia va a cumplir la regla del metro y medio de distancia como en las tienda; si alguno está incubando terminará por contagiar a toda la casa. Al contrario que en la calle, donde las posibilidades de contagio existen pero son mínimas al tratarse de un espacio abierto. Bastaría con vigilar para impedir que se formasen las aglomeraciones típicas del centro de las grandes ciudades aunque sin prohibir la circulación. Pero nos quieran a todos enjaulados, todos encerrados ovejunamente en el redil repitiendo como borregos "yo me quedo en casa". Que estemos recluidos en casa. Que a tal hora, todo el mundo a aplaudir, y si no lo hacemos somos unos insolidarios. Qué bla bla bla. Y todos responden beeeeeeee y pasan por el aro y obedecen al domador. (No llamo a la desobediencia; no me malinterpreten acusándome de predicar la desobediencia civil. En absoluto. Pero no porque esté de acuerdo. Me habrán quitado la libertad de movimiento, pero --de momento al menos-- no la de expresión, así que no me callo.)
https://www.google.es/logos/doodles/...108752-law.gif
¿Qué tendrá que ver este monigote con el Domingo de Ramos?[
Aunque a veces tener razón suele ser algo muy peligroso.
Yo no estoy por el confinamiento, pero me parece una buena medida preventiva y profiláctica, pero no del modo que está impuesta. Es cierto que la velocidad de contagio es muy rápida y entra por varias vías, y lo que lo hace más peligroso aún es la promiscuidad tan habitual entre españoles -dejemos a los italianos en paz-, y no me refiero sólo a promiscuidad sexual, sino la irrespetuosa costumbre del toqueteo, de los besuqueos aunque no vengan a cuento, de la atracción fatal por hacer la vida en la calle en vez de en casa, las comidas y cenas con cualquier excusa, el compadreo futbolero en el bar y la taberna..., en fin, de esa sociología de la vida cotidiana en este país. Se puede añadir, también, la psicología social del anarquismo y rebeldía de los españoles que se traduce en una irresponsable actitud cada vez que se le pide un poco de disciplina.
Hasta aquí lo que personalmente considero como vicios que provocan que este gobierno, o cualquier otro, se ha visto obligado a implantar las medidas que tenemos. Pero la cuestión no acaba ahí, es que este gobierno es un desastre, porque lo que le importa es su ideología, nauseabunda e inútil en todos los sentidos. Antes que prohibir salir a la calle, antes que cargarse el tejido empresarial y la economía -ya veremos como salimos de ésta, si no hay bofetadas antes, algo que de seguir así van ganando puntos-, antes que todas las chulerías tabernarias de estos rojos, rojazos, habría que haber impuesto el uso obligatorio de las mascarillas. Y, además, haber sido el Estado quien se hubiese ocupado de su reparto GRATUITO por cientos de millones de ellas. Y no sólo esa medida, haber educado a la gente a través de todos los medios de comunicación con instrucciones claras y precisas, pero no, aquí con los estúpidos eslóganes como todos juntos, olvidando el pero no revueltos, la permanente presencia del mensajito YoMeQuedoEnCasa y similares, creen que ya solucionan algo, Pero la realidad, triste y tozuda, está demostrando a diario que NO, que esto no está funcionando, y sólo el imbécil es el que persiste en el permanente error. Sí algo define a al método empírico de las ciencias es la llamada "ensayo-error", se analiza donde puede haber fallado la prueba y se cambia lo que haga falta. Y, sin embargo, este gobierno de chichinabo, afirma que toma sus decisiones en base a su ¿Comité Científico?, sí, debe ser el del Departamento del Dr. Bacterio
Así pues, quedándonos en casa...¿en casa, o en el rellano de la escalera, las azoteas del edificio, los garajes donde pasan las tardes jugando los niños y algunos adultos haciendo "futin" entre los coches aparcados, o las mamis intercambiando platos y postres con las vecinas, etc.,? (según han denunciado fuentes de la Policía), vamos tirando una semana tras otra y que trabaje el gato. Luego, no habrá para los parados a la fuerza (se estima que van a ser unos 2.000.000 los que van a perder el empleo) los cuales ni van a cobrar subsidio, y si lo hacen será una mierda, ni habrá para pagar pensiones porque éstas vienen de lo cotizado a lo largo de una montaña de años, pero se sostienen gracias a la producción de riqueza, eso que llaman PIB que, según algunos economistas -que parece que sí entienden de estas cuestiones, no como los del gobierno y su parlamento secuestrado, la soberanía nacional en una jaula en manos de una manada de hienas-, podría caer un 10% sólo en este periodo, porque como la cosa continúe así la debacle está garantizada.
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Re: Angustia Coronavírica
Un sacerdote amigo mío (de los pocos buenos que quedan) me acaba de enviar este meme que ha recibido:
https://mail.google.com/mail/u/0?ui=...7PUoI&disp=emb
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Re: Angustia Coronavírica
Esto ya se parece a la Inglaterra de los siglos XVI-XVII, con la policía irrumpiendo en misas clandestinas.
https://static1-sevilla.abc.es/media...0x349@abc.jpeg
La Policía cancela una misa en la azotea de una iglesia en Triana
El sacerdote de los paúles y varios miembros de la comunidad, dos de ellos a la guitarra, celebraban la eucaristía con altavoces para llegar a los bloques más cercanos
La Policía Local ha interrumpido en la mañana de este Domingo de Ramos una misa que oficiaba en una azotea el sacerdote de la iglesia de los paúles en la calle Pagés del Corro. A la misma habían asistido varios miembros de la comunidad, improvisando un altar y atril y había hasta dos de ellos tocando la guitarra y entonando canciones.
Los hechos han ocurrido pasado el mediodía cuando el sacerdote, vestido para la liturgia, ha dado inicio a la misa desde la terraza de la propia parroquia, junto a varios religiosos, que habían conectado un altavoz para que llegara a los bloques de vivienda más cercanos. En la improvisada misa había dos sacerdotes tocando la guitarra y entonando canciones de liturgia así como otros portando plantas como si fueran pamas de olivo propias de un Domingo de Ramos más.
Alertados por el sonido, varios residentes han avisado a los agentes al entender que se estaban incumpliendo las normas de confinamiento. Ha sido a mitad de la celebración cuando se han presentado frente al templo tres patrullas de Policía Local, a las que se han sumado otras tantas de la Policía Nacional, que desde que se decretó el estado de alarma velan por el cumplimiento de la norma en la ciudad.
Según han explicado fuentes muicipales, la Policía Local ha actuado a requerimiento de varios vecinos que habían llamado para denunciar lo ocurrido y que, al parecer, aseguranban que había entre diez y quince personas congregadas en la azotea, algunos de los cuales no eran ni siquiera vecinos del bloque. Cuando llegó la Policía habia al menos ocho personas en la azotea pero, según las fuentes municipales antes eran más.
Se ha actuado, según fuentes municipales porque, tras el decreto de estado de alarma, están prohibidas las concentraciones en las azoteas. Además, segun han recordado fuentes muicipales, la celebración de la eucaristía en la azotea contraviene incluso las normas dictadas por el propio Arzobispado tras el estado de alarma.
Los agentes han subido hasta la azotea de la iglesia y han obligado a los presentes a disolver la misa en medio de un fuerte abucheo de los vecinos del bloque colindante, que habían salido a sus balcones para pedir que respetaran el rito. Algunos han mostrado sus quejas con una sonora cacerolada e incluso han insultado a los agentes municipales. "Se ha formado una buena", ha explicado uno de los testigos de lo ocurrido.
Fuentes de la comunidad de sacerdotes de Los Paúles han insitido en que eran únicamente ocho y que todos ellos eran miembros de la Congregación de la Misión que viven en la casa y que estaban en su propia azotea. Según las mismas fuentes, cada uno de ellos ha recibido una sanción en la que se les informaba de que eran amonestados "por estar en la azotea de dicho edificio celebrando una misa junto a ocho personas más". Desde la citada congregación han asegurado también que los policías que les han sancionado "tampoco llevaban mascarillas".
Abucheos
"Lo sentimos pero acaba de llegar la Policía y tenemos que interrumpir la eucaristía", dijo el sacerdote cuando llegaron los agentes de Policía antes de disolver la improvisada misa en medio de los gritos de los vecinos que han apoyado al sacerdote y pitado a la Policía.
«Queremos misa», han gritado los vecinos mientras abucheaban a los agentes en una protesta que se ha escuchado en toda la zona. Los residentes han relatado a ABC que el sacerdote ha salido portando en la mano los impresos de las denuncias mientras los vecinos han contestado a los agentes con una cacerolada de protesta.
El incidente ha provocado un grave altercado en el entorno, al enfrentarse desde los balcones vecinos que han apoyado la iniciativa del párroco y los que han defendido el cumplimiento estricto de las normas de confinamiento.
https://sevilla.abc.es/sevilla/sevi-...8_noticia.html
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Re: Angustia Coronavírica
¿Qué está pasando? Pues que la gente está encerrada a la fuerza por un régimen tiránico que acaba de emerger con su verdadera cara. Que todo el entramado globalista está tambaleándose y esa misma izmierda tiránica pretende hacerse con el hueco que va a dejar el liberalismo, y que no duda en recurrir a un discurso más o menos patriótico, tal como hizo el propio STALIN ante la ocupación alemana, y al modo bolivariano para anularnos a todos, mientras todos parecemos dormidos todavía. Eso es lo que pasa y todavía no nos hemos enterado.
Un ejemplo de la más pura y votimiva demagogia se puede ver en el enlace de abajo, en el que se ve a un sujeto histérico, agredir verbalmente a quienes hacen sonar sus cacerolas, que no sirven de nada, para protestar por la situación. Al fulano, que va de obrero y se ha educado en el Reino Unido, porque su papito no es taxista como afirma, sino médico y dueño de una clínica privada le pudo pagar todos los estudios a este zángano social, del enjambre del parásito ERREJÓN, ese mismo que se llevó una beca con fondos públicos -salidos de nuestros bolsillos-, para no dar un palo al agua y seguir viviendo de su puta revolución, éste mamarracho, dedicado a las útiles tareas de la ingeniería social, o a la agitación, deja entrever claramente lo que pretenden, y es que ésta es otra conspiración de la que casi nadie habla. El tema es digno de verse..., ¡el circo ha llegado a la ciudad, pasen y vean!
Se han olvidado de poner en el C.V. del "muchachito" que es Licenciado en Algaradología y Asambleística por la Universidad de La Habana
https://okdiario.com/espana/asesor-e...anchez-5415453
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Re: Angustia Coronavírica
Muchas veces se emplea ésta expresión para referirse a múltiples situaciones, pero generalmente la gente o pasa de ello, bien por falta de interés en lo que les afecta y es que bastante tienen con el día a día, o porque esto es asunto de sociólogos, psicólogos y cualquiera sabe que otros más. Lo cierto es que inicialmente surge como teoría, pero no porque no existiera desde antiguo, en realidad desde que el hombre se agrupó en sociedades prístinas ya empezó con ello, sino porque como en tantas otras cuestiones las ciencias, en este caso sociales, no se habían ocupado en formularlo o definirlo con el correspondiente análisis basado en la observación de todos los fenómenos sociales que entran bajo esta categoría.
Teorías del control social | Crimipedia
http://hispanismo.org/tablon-de-anun...tml#post170656
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Re: Angustia Coronavírica
ENTREVISTA A JOSÉ LUIS ORELLA: “CÓMO POLONIA HA GESTIONADO EFICAZMENTE LA CRISIS PANDÉMICA”
6 abril, 2020
https://somatemps.files.wordpress.co...ng?w=483&h=277
José Luis Orella es Historiador de la Edad contemporánea, especializado en pensamiento político en España y Europa central. Inició su investigación en Bilbao, ya que es egresado de la Universidad de Deusto, con trabajos sobre la pluralidad política vasca en la actualidad. Otra línea dominante en su investigación ha sido el catolicismo social, principalmente en la primera mitad del siglo XX, centrándose en el corporativismo. Ahora trabaja comparativas del XX entre Polonia y España, pero también los populismos identitarios postindustriales que cobran fuerza en Europa como nueva fuerza emergente. Varios de estos trabajos pueden seguirse enhttp://www.arbil.org revista electrónica de pensamiento, de la cual es uno de los fundadores, y es la primera en divulgacion en lengua española.
Países como Polonia (y extensible a Hungría) son un ejemplo de como ha reaccionado ante la pandemia en contraposición con la negligencia de España…
Los gobiernos de Polonia y Hungría han sabido aprovechar la experiencia de los casos anteriores, cerrando las fronteras con los primeros casos, poniendo en cuarentena a todos los nacionales que retornaban al país, y realizando pruebas masivas a la población para detectar a todos los presuntos contagiados, algo posible al haber en el momento inicial pocos casos.
Ellos se lo tomaron con mucha seriedad desde el principio poniendo todos los medios que recomendaban los expertos….
En efecto, no se dejaron llevar por motivos políticos o de niveles de popularidad en las encuestas, China e Italia, ya estaban en niveles elevados y prefirieron optar por prevenir. En un mundo tan globalizado como el nuestro demostraron tener razón, ahora el virus se desarrolla muy lentamente en aquellos países centroeuropeos.
Cerraron fronteras y escuelas y prohibieron eventos desde el primer momento…
Son las principales medidas a tener en cuenta, y se tomó el 11 de marzo, cuando Polonia y Hungría, no tenían ni ochenta casos entre los dos países, mucho antes que España, que esperó a cuando se ya había más de 2.500 casos confirmados.
Y se han dado los resultados, pues las cifras de Polonia son mucho más reducidas que las de España…
No cabe duda, y sus medidas, aunque han ido ampliado las restricciones, no son como las españolas, tomadas para intentar cortar en seco el contagio masivo. Sus medidas previas han ralentizado los contagios, y no han tenido la progresión que en España.
En cambio España se cometieron gravísimas negligencias, permitiendo eventos por temas ideológicos pese a ser conscientes de la gravedad…
Ese fue el principal problema, eludir los consejos de los expertos, mantener por interés político, las concentraciones feministas, la independentista catalana con Puigdemont en territorio francés o el mitin de Vox. Las autoridades tenían que haber evitado aquellas aglomeraciones, aunque el propio gobierno francés favoreció la primera vuelta de las elecciones municipales con parecido resultado.
También contrasta que en Polonia la Iglesia ha reaccionado con mucha fe y los feligreses también….
La iglesia católica ha sabido actuar con inteligencia, aunque han ido homologándose a la situación de Europa cerrando los templos, favoreciendo la religiosidad mediática, durante las últimas semanas han podido estar los templos abiertos, celebrándose un mayor número de Misas, para poder garantizar la ausencia de contagios limitando los fieles a 50 en cada celebración.
¿La epidemia puede traer una mayor religiosidad a Europa?
Es posible, los grandes acontecimientos provocan grandes cambios. Esta cuarentena coincide con la Cuaresma, y toda una nación está viviendo que el dinero no lo es todo, el amor, la entrega y el sacrificio sí lo es. Quizás sea una oportunidad para una nueva recristianización.
https://somatemps.me/2020/04/06/entr...sis-pandemica/
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Re: Angustia Coronavírica
Golpe de estado antropológico
Juan Manuel De Prada
Escribir un artículo en las presentes circunstancias se torna una tarea ingrata; sobre todo cuando va a ser leído por sus destinatarios quince días después, como ocurre con los artículos que escribo para esta revista. Mientras empiezo a teclearlo, acaban de anunciar los partes médicos que en España han muerto durante el último día 738 personas víctimas del coronavirus. Ojalá cuando este artículo salga a la luz hayan empezado a disiparse estos nubarrones de pavorosa mortandad. Pero hay otros nubarrones acaso más negros y de más difícil disipación en los que nadie repara.
En los días que escribo este artículo se comenta mucho –en sectores más bien apestados, pues los medios sistémicos se limitan a repetir las consignas oficiales– que, al cobijo del estado de alarma decretado por la patulea que nos gobierna, se está perpetrando un golpe de Estado. Y, en efecto, es cierto que estos bellacos se han arrogado facultades más propias del estado de excepción que del estado de alarma. Es cierto también que, aprovechando intempestivamente la emergencia sanitaria, han modificado la regulación de los servicios secretos. Es cierto, asimismo, que se ha suprimido de un plumazo el control parlamentario, a la vez que oscurecido la función de jueces y tribunales; y que –con el caramelito de chinchar a Torra y Urkullu, que tanto hace relamerse a los tontos útiles– se ha despojado de competencias y de medios a las instituciones locales y regionales, que podrían buscar remedios a una situación angustiosa como la presente de forma más rápida y eficaz, pues conocen mejor las necesidades de sus paisanos. Es cierto, además, que la paralización de la vida económica ha convertido a los medios de comunicación en zombis sin publicidad, cada vez más permeables y mollares a las consignas gubernativas. Y es cierto, en fin, que la intervención supuestamente pasajera de la vida económica (como la conculcación de nuestra libertad de movimientos) constituye un opíparo cimiento para la tiranía política.
Pero la atención sobre este hipotético golpe de Estado político no debe distraernos del más amedrentador golpe de estado antropológico que se está produciendo ante nuestros ojos y ante nuestra pobre alma hecha fosfatina. A nadie se le escapa que el estado de alarma está propiciando un acongojante experimento de disciplina social en el que el Estado Leviatán se erige en fiscalizador despótico no sólo de nuestros movimientos, sino también de nuestras emociones y pensamientos, que han sido regulados y estabulados de modo aplastante, hasta convertirnos en un rebaño egoísta y desalmado que sale cínicamente a los balcones a aplaudir a médicos y asistentes sanitarios (en lugar de rebelarse contra unos gobernantes perversos que los empujan a la muerte sin procurarles protección), o que presume de cívico quedándose en casa (mientras otros menos afortunados producen y distribuyen a cambio de un salario ínfimo y con gran riesgo de su vida los alimentos que zampamos). Aquel panóptico urdido por Bentham ha alcanzado su máxima expresión, cuajando en un estado policíaco monstruoso, en el que además los sometidos actúan como celosos centinelas de las ordenanzas gubernativas, denunciando de las formas más alevosas (y paranoicas) a quienes osen infringirlas o parezca que pretenden hacerlo.
Tanta abyección no sería, sin embargo, posible si entretanto no se hubiese adelgazado nuestra condición humana, hasta hacerla casi reptiliana. Resulta pavoroso comprobar cómo el rasgo civilizatorio más característico (la reverencia ante la muerte y ante los muertos) ha sido abolido por completo, de la forma más expeditiva y atroz, sin que nadie rechiste. Los enfermos de coronavirus mueren en soledad, aislados de sus familiares, sin recibir consuelo espiritual alguno, y son entregados a la tierra o al fuego devorador como si fuesen muebles desencolados. Que no nos rebelemos ante tal impiedad sacrílega constituye un signo inequívoco de ese enfriamiento de la caridad del que nos habla el Apocalipsis. Como también lo es, por cierto, el eclipse de la Iglesia, que otrora encabezó la lucha contra pestes y plagas y hoy se ha convertido en un jarrón chino que a nadie importa, porque ya a nadie importa su alma.
Nada de esto podría estar ocurriendo si no se hubiese producido un golpe de estado antropológico de magnitudes incalculables. ¡Maran Athá! Pero yo bien sé que, antes de que se haga realidad mi invocación, tendrá que venir Otro, que ya se relame contemplando cómo prescindimos de nuestras almas, cómo renunciamos a siglos de civilización, cómo dejamos de ser humanos.
https://www.xlsemanal.com/firmas/202...-de-prada.html
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Re: Angustia Coronavírica
SIN NOMBRE: EL PRIMER PÉSAME DEL GOBIERNO ES … A LA COMUNIDAD MUSULMANA
6 abril, 2020
El gobierno, a través de la cuenta de Twitter del Ministerio de Justicia, por fin se ha atrevido a lanzar un conduelo por víctimas del corona virus. Lo único malo es que es a la comunidad musulmana por el fallecimiento de Riay Tatary, presidente de la Comisión Islámica de España. Desde luego, este gobierno está enfermo de corrección política.
https://somatemps.files.wordpress.co...same.png?w=840
https://somatemps.me/2020/04/06/sin-...dad-musulmana/
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Re: Angustia Coronavírica
La jaula electrónica y la libertad interior
https://peregrinodeloabsoluto.files....pg?w=589&h=331
Coronavirus, tecnología y ´jaula electrónica´
“China pudo lograr tan buenos resultados contra el coronavirus porque tenía un régimen de control de la población que hizo que la población no sufriera tanto el encierro, porque estaban acostumbrados”,comentó días pasados un sabihondo tecnólogo en la señal TN (Todo Noticias) sin advertir la enormidad que acaba de proferir.
Nada digamos de la probable cantidad de muertes, cuarenta y dos mil según versiones estimables, que se han ocultado en Whuan, la provincia donde se originó el virus, para desmentir la exaltada eficacia china por boca del tecnólogo.
Pésimo desacierto todavía, si develamos que el pueril acostumbramiento de los obedientes chinos no es otra cosa que una monstruosa dominación a la que el Estado Comunista, modernización capitalista mediante, viene sometiendo al nutrido proletariado chino; pues debe saberse que los socialismos ´realmente existentes´ no han hecho otra cosa que aplastar a su amado proletariado como si el Partido no fuese sino la odiada Burguesía disfrazada, eso sí, de vanguardia revolucionaria.
Volviendo al gurú de TN, y dejando en una silente penumbra tamaño exabrupto, comentaba las nuevas formas de inspección que garantizarían más seguridad en el avance contra el coronavirus. Explicaba precisamente que el declamado control se ha tornado eficacísimo pues mediante ´chips´ incrustados en múltiples tarjetas de uso personal, los ciudadanos son prolijamente seguidos desde que abordan un subterráneo hasta que retornan a sus casas (suponiendo, con ingenuidad preescolar, que el control no penetra los dinteles de la intimidad).
Todo esto para dar cuenta de las minucias a las que puede llegar la ´persecución sanitaria´ si en un malhadado vagón de algún subterráneo se detectase un infectado. De inmediato se verificaría, en un imaginario y gigantesco tablero de control, quiénes hubieran viajado con ese desdichado para marchar presurosos, golpearles la puerta y ordenarles encierro cuarentenal en sus propios domicilios. ¿Cómo no domesticarse, chinos queridos, con semejante ojo electrónico persecutorio? El ojo del Gran Hermano de 1984 de George Orwell no es sino un estúpido juego para niños de Salita de 3 años.
´Jaula electrónica´ es la asfixiante imagen que pergeñó el socorrido tecnólogo para mejor dar cuenta, y con cierto regocijo, del sistema de supervisión actualmente en curso. Aquí dejamos a nuestro comunicador de turno y vamos a nuestra consideración.
Del panóptico a la ´jaula electrónica´ y vuelta…
Viene a cuento el famoso Panóptico citado por Michel Foucault en su Vigilar y Castigar para esclarecer un sistema de observación, control y disciplina en el que todos los prisioneros son vistos sin que éstos puedan advertir los ojos controladores. Saben que son controlados y que esos potentes ojos “están ahí”, pero no pueden percatarse. El carácter invisible del ojo que controla parece tornar más trágica y diabólica la vigilancia, agregaba Foucault.
El control del hombre es un proyecto de la modernidad ilustrada asociado al dominio de la naturaleza física mediante la técnica. A la física, se añadirá la ´física social´ para la planificación social y las ´técnicas psicológicas´ para el condicionamiento de la conducta, la exploración del inconsciente y hasta el ´lavado de cerebro´. La biopolítica contemporánea no es sino el nuevo ethos de aquella libido dominandi, según feliz expresión del maestro Rubén Calderón Bouchet. Es claro que no salió indemne la naturaleza humana de tan empecinadas embestidas.
No es nuevo, entonces, el apetito de control, dominio y manipulación; excepto que la sofisticación tecnológica contribuye de doble manera a la naturalización del control. Primero, como se ha dicho, la invisibilidad del ojo que observa que opera un cierto efecto de lejanía y asegura inmunidad; segundo, la amigabilidad de quien nos seduce pues parece que permitiera múltiples libertades produciendo un paradójico efecto de cercanía del control.
Si afirmase que no me quita el sueño demostrar que el coronavirus sea un ´protocolo´ articulado por los poderes del mundo (el nuevo orden mundial, que escribo con minúsculas para restarle un poco de la solemnidad con que usualmente lo tratamos) no estoy desmintiendo la hipótesis de que efectivamente sea un ´protocolo´. Digo, los poderes de este mundo son lo bastante evidentes y apremiantes como para no necesitar del coronavirus como prueba suplementaria que demuestre la hegemonía globalizada.
Por un momento dejemos de lado las causas y vayamos a los efectos políticos de esta pandemia. Estimo que de hecho es un experimento de totalitarismo pues en la más prosaica de las definiciones, totalitarismo es lograr que otros plieguen su voluntad más o menos dócilmente a mis designios. No se me escapa que es una definición frágil pues ni siquiera alcanzaría para explicar que un padre pueda poner orden entre sus hijos con dos gritos. Pero aceptémosla añadiendo los contundentes elementos que aporta la praxis carnívora de los Estados actuales, las convincentes razones de misiles, drones, armas químicas y biológicas y las inúmeras bocas que despiden un fuego capaz de derretir la faz de la tierra en cuestión de minutos.
Totalitarismo y libertad interior
Quiero ir a un punto que me parece destacable y un poco omitido en algunas reflexiones que he leído y con las que estoy de acuerdo. La brillante prosa de Antonio Caponnetto lo ha expresado de forma inmejorable, con una pizca de saludable bufonería. “Cada vez tiran más de la cuerda. Mañana será el ´quedate en tu pieza´, después el ´quedate en tu cama´; y al fin, el ´quedate quieto, esto es un asalto´. Nos están asaltando las libertades concretas, están ejecutando sandeces, arrojando bravatas, cometiendo tropelías”, etc.
Nada que objetar. Me gustaría recordar, empero, que una de las maneras de infligir una derrota al totalitarismo no consiste en ´quedarse en casa´, ni ´quedarse quieto´ como un objeto mostrenco, sino en preservar incólume la libertad interior. El límite inexpugnable del nuevo orden mundial, del totalitarismo y hasta del pánico del coronavirus lo ejerce el espíritu del hombre, de cada hombre. “El hombre puede conservar un reducto de libertad espiritual, de independencia mental, incluso en aquellos crueles estados de tensión psíquica y de indigencia física” (…) “cada hombre, aún bajo unas condiciones tan trágicas, guarda la libertad interior de decidir quién quiere ser (…) porque “ese reducto íntimo de libertad interior jamás se pierde. Y es precisamente esa libertad interior la que nadie nos puede arrebatar, la que confiere a la existencia una intención y un sentido” (…) pues la persona “es más el resultado de una decisión íntima que el producto de férreas y tiránicas influencias recibidas” desde el exterior. Son palabras autorizadas del psiquiatra vienés Dr. Víktor Frankl. No se trata de una cápsula de sentimentalismo acorde con estos tiempos de exasperante auto-ayuda. Exige lucidez intelectual, fortaleza interior y dominio de sí.
La ´jaula electrónica´, el totalitarismo político y las baladronadas de politicastros deben denunciarse como males que anticipan, una vez más, aquella suerte de espiritualidad planetaria que domeñará los ánimos para preparar la venida del gran Adversario. El varón justo no debe temer la potencia opresiva de quien fuera, ni los encierros múltiples a los que puedan confinarnos. Lo temible es la pérdida irremediable del sentido de la vida; el oscurecimiento de la luz interior que confiere altura y hondura a la visión del hombre; para decirlo de una vez con la enseñanza de Cristo, el extravío de lo ´único necesario´ es el exclusivo e inexorable mal, ahora y siempre.
Recuérdese, como claro lo tenían los primeros cristianos santificando las catacumbas contra el dominio omnímodo del Imperio Romano, que la interioridad de cada hombre es un dominio invencible para toda fuerza humana o demoníaca, si el hombre está dispuesto a resistir y combatir.
Con palabras cristianas, preferibles tal vez a la sabiduría psicológica destilada en los consejos propuestos por el Dr. Frankl y si se tratase hoy de un ensayo que anticipe venideros más aterradores, es imperioso clamar que ha llegado la hora inaugural de la espiritualidad de catacumba para abatir con arrojo y esperanza la pérfida espiritualidad planetaria.
Ernesto Alonso
https://peregrinodeloabsoluto.wordpr...rtad-interior/
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Re: Angustia Coronavírica
Más sobre la azotea de Sevilla
Por La Cigüeña De La Torre | 07 abril, 2020
https://static1-sevilla.abc.es/media...0x349@abc.jpeg
Contado por un testigo presencial:
Al hilo de la misa de la azotea en Sevilla
Aunque estemos ya en el Lunes Santo, no puedo ni quiero evitar cerrar lo vivido ayer, Domingo de Ramos. Me siento indignado, triste, indefenso, avasallado, utilizado,… y quizá en todo este proceso pascual la historia se repite y serían más o menos los sentimientos que el mismo Jesús debía estar viviendo por estos tiempos, cuando en unos días pasa del “Hosanna” al “Crucifícale”. Hace una semana éramos para los medios de comunicación referente por celebrar la Eucaristía en nuestra azotea y estar cerca de nuestra gente, pero una semana después pasamos a ser los delincuentes. Así lo hemos visto y escuchado en todos los medios que se han ido haciendo eco de la noticia sin preguntarnos directamente a nosotros. Parece ser que quien tuvo la avidez necesaria para ser la primera en acudir a buscar nueva carroña mediática, fue una periodista de ABC Sevilla, que con un titular tan sensacionalista como dañino, decía que “la policía desmantela una misa en la azotea de una iglesia en Triana”, titular y noticia que fueron corrigiendo en su edición digital a medida que iba pasando la tarde, pero que por ejemplo en su perfil de Facebook ni se han preocupado aún de hacerlo. Se decía que estábamos incumpliendo la normativa vigente, lo cual unido al concepto de “desmantelar” daba más idea de una banda de narcotraficantes o una red de prostitución. El artículo no hay por dónde cogerlo. Dicha crónica parece más de una hoja informativa escrita por cualquier estudiante de periodismo que busca ganar puntos. ¡Vaya nivel! ¡Qué triste! Y, evidentemente, de ahí fueron bebiendo los demás medios sin llegar a preguntarnos a nosotros ni informarse como tenían que haber hecho. Eso explica que se presentaran en nuestra casa tres unidades de la policía municipal y hasta una de la policía nacional, que no sé si pasó por allí por casualidad o al clamor organizado por los abucheos y la cacerolada que en lugar de aplausos en este caso se llevaron las fuerzas del orden público, de lo cual no me siento orgulloso para nada, porque son actitudes que nada tienen que ver con lo que predicamos e intentamos vivir, pero en estos tiempos que corren, son las actitudes que ellos mismos provocan, sin pretender justificarlos, repito.
La denuncia que la policía municipal nos puso a los ocho miembros de esta comunidad de misioneros paúles que estábamos celebrando la Eucaristía dice que es por “desobediencia a la autoridad” y “asistir a una misa”. ¡¿Cómo se sentiría cualquier familia si cuando están en un momento familiar importante para ellos, compartiéndolo con sus vecinos, y en su propia casa, de pronto giran la cabeza y se encuentran con miembros de la policía municipal, a los que evidentemente se les abrió la puerta de la casa, pero se metieron hasta la cocina, literalmente hablando, y subieron a nuestra azotea sin dejar ni siquiera que se avisara a los dueños de la casa para que bajáramos a hablar con ellos?! La cara se les cambió cuando nos pidieron los DNI y les dijimos que teníamos que ir a nuestra habitación a buscarlos, porque dentro de nuestra casa normalmente no necesitamos ir documentados. Quizá el problema es que ellos ya venían alertados y pensando, como falsamente se ha dicho en los medios de comunicación, que allí había fieles de la calle. Ésa habría sido la ocasión para corregir, pero… no fue así y “nos empapelaron” a los ocho. Sinceramente, en este momento no es lo que más me preocupa, porque no creo que llegue a nada, ya que ellos mismos vieron que no estaban actuando correctamente.
Yo creo que ayer aprendí lo que significa “estado de alarma”, pero también creo que ellos aprendieron que en Pagés del Corro 180, en el barrio de Triana, en Sevilla, vive una familia, una comunidad, que no es precisamente una comunidad de vecinos, sino una comunidad religiosa, y que no estamos en esta casa como en una residencia, sino que es nuestra propia casa. La normativa vigente y su ampliación posterior habla de las azoteas de las comunidades de vecinos, pero si nos prohíben estar juntos en la azotea de nuestra casa, tendrían que prohibirnos también comer juntos, rezar juntos en la capilla o ver la tele juntos, tendrían que prohibirnos ser familia, aunque un poco numerosa, o mejor que se enteren antes y que se informen bien antes de actuar, que no se dejen llevar por el miedo a cuatro vecinos, que por otra parte son minoría, y que con su llamada consiguieron tal despliegue de fuerzas de seguridad para controlar una situación que con una simple visita o llamada se habría podido parar y no habría llegado donde ha llegado. Un poco desproporcionado todo, ¿no? Incluso tuvo su punto gracioso cuando el jefe apeló a una normativa del Arzobispado de Sevilla para este tiempo, como si ahora la policía municipal de Sevilla se tuviera que dedicar a hacer cumplir la normativa del Arzobispado, la cual prohíbe la concentración de fieles, pero a mí en mi casa no me puede prohibir que celebre la Eucaristía con mi comunidad. Además, sin entender que nosotros somos una sociedad de vida apostólica y derecho pontificio, y que eso quiere decir que, de puertas para dentro, no tenemos que rendir cuentas a ningún obispo de lo que hacemos o dejamos de hacer.
En medio de todo esto y sin bajar a más detalles, me quedo con el apoyo de los vecinos que desde sus balcones celebraban con nosotros la Eucaristía, pero me quedo también con que somos capaces de respetar cualquier tipo de fiesta musical, bingos, procesiones por los tendederos, tamborradas,… pero una misa no. Me quedo con la solidaridad y el aplauso de las 20.00 h cuando volvimos a salir, como cada tarde, a aplaudir a los auténticos héroes de estos días, y a dedicarles a nuestros vecinos alguna canción que levantara el ánimo; pero me quedo también con las posturas intransigentes y de abuso de autoridad que siguen aflorando porque… en todos los sitios hay de todo. Me quedo con que esta tarde volveré a celebrar la Eucaristía con mi comunidad y quienes nos sigan a través de las redes sociales, pero me quedo también con que muchos vecinos nuestros, esos mayores por los que tanto nos preocupamos y queremos cuidar y que no tienen otro consuelo que aferrarse a su fe y que no entienden de Facebook ni de redes sociales, esos nuestros mayores se quedarán sin la posibilidad de la Eucaristía desde su iglesia vecina, en la que toda la vida han profesado su fe. En fin… necesitaba y creo que debía hacerlo. Perdón si a alguien he podido ofender, pero… ¡ESTOY EN MI CASA! Seguiremos confinados y viviendo este tiempo como tiempo de Dios… como tiempo de ESPERANZA. ¡Que la procesión vaya por dentro!
https://infovaticana.com/blogs/cigon...ea-de-sevilla/