La relajada 'vidilla' de Chafarinas
"¡Aquí se va a acabar la vidilla!", exclamó el teniente Carlos Galisteo, y acto seguido mandó tocar diana a las 8.00 horas del día siguiente, domingo, y que la tropa formase a las 9.30. A diez de ellos no les dio la gana. Ni a la cuarta orden se levantaron, llegando incluso a darse la vuelta en la cama mostrando la espalda a quien les mandaba. El Tribunal Supremo ha confirmado ahora la condena a 10 meses de prisión por desobediencia que les impuso el Tribunal Militar Territorial Segundo.
Hasta ese día, al teniente Galisteo, comandante militar de las islas Chafarinas, le gustaba gastarse de manga ancha con sus subordinados. Les permitía bajar al puerto a bañarse y a tomar el sol y tampoco les exigía demasiado esfuerzo en el cumplimiento de su plan de actividades, que hasta el 14 de Mayo del 2005 había sido "harto relajado", extremos que fueron declarados como probados por la sentencia recurrida. En esa fecha, la guarnición, compuesta en su mayor parte por soldados magrebís de religión musulmana, celebró el Día de la Familia con la presencia de sus seres queridos, que contaban con la autorización del comandante general de Melilla, Francisco Fernández, para acudir a las islas.Los visitantes llegaron a la plaza de soberanía española, a sólo un par de millas al norte del pueblo marroquí de Ras el-Ma, en distintas embarcaciones. En una de ellas, perteneciente a uno de los familiares, "se descubrió la falta de un aparato de localizador GPS y de un cuchillo de buceo". Ante esta circunstancia, el teniente informó de los hechos a la Comandancia General de Melilla y su titular, Francisco Fernández, ordenó que se desplazara a las Chafarinas el coronel jefe de Regulares en Melilla, acuartelamiento del que depende la sección en los archipiélagos, y un oficial del cuerpo jurídico, para que realizaran una investigación preliminar.
Comoquiera que en este archipiélago, casi virgen, no hay otra población, aparte de la tropa, que gaviotas, reptiles y algas, "el teniente Galisteo, sospechando que alguno de los miembros de la guarnición pudiera haber sustraído ambos objetos, (...) les dijo que hasta que no aparecieran esos dos objetos se había terminado la vidilla, en alusión al régimen de vida cómodo y relajado" que hasta ese momento habían llevado. Y así es como ordenó tocar diana al día siguiente a las 8.00 horas para desbrozar el camino que une el helipuerto de la isla de Isabel II con el muelle, con vistas a una "previsible y próxima visita del ministro de Defensa"; entonces, José Bono. A la hora a la que debían formar, el cabo primero observó que "faltaba gente". Ni más ni menos que un tercio de la guarnición: 10 de los 30 soldados del destacamento. El mando preguntó en voz alta "si aquello era una guerra o una revolución islámica (ocho de los insubordinados son musulmanes)", a lo que algunos impelidos respondieron que no formaban porque era domingo, y otros dándole la espalda al cabo. Hasta tres veces más se repitió la orden, la última emitida directa e individualizadamente por el propio teniente Galisteo.
La sentencia de la Sala Militar, de la que ha sido ponente el magistrado Agustín Corrales, rechaza que esa orden de formar fuese "ilegítima" o que supusiese un castigo colectivo, como argumentaron las defensas, ya que estima que "no puede ser considerada como ilícita una orden cuya única finalidad era la distribución de trabajos, perfectamente encuadrables en las obligaciones del destino".
Re: La relajada 'vidilla' de Chafarinas
Espero que les caiga un buen paquete. Estamos entrando en aguas turbulentas, la tropa se amotina y se indisciplina en las FAS. Además, éstos de las chafarinas son moros. ¡ Tenemos al enemigo en nuestras filas !
