Adoctrinamiento infantil
Confieso que soy de una generación nacida durante los últimos años del Franquismo y educada en los primeros de la Transición, cuando todavía ni la LOGSE ni la LOE habían hincado el diente en las tiernas mentes infantiles de los niños de entonces. Eran tiempos en los que, (aun sin estar en un colegio religioso), los alumnos se ponían de pie al entrar el profesor en la clase, se rezaba al iniciar el día y el crucifijo presidía las aulas de todos los centros escolares. La clase de religión, eso sí, era impartida por un sacerdote; a los profesores se les trataba de “don Fulano” ó “don Mengano”, se levantaba la mano antes de hablar, no se comía chicle durante las horas de clase, los profesores nos hablaban de “usted” y se dirigían a nosotros por nuestros apellidos. Los mejores estudiantes eran becados por el Estado y se daban diplomas de reconocimiento a los mejores expedientes académicos, mientras que los peores estudiantes solían repetir curso en función de sus suspensos al final del ejercicio. En el recreo jugábamos “al cielo voy”, al fútbol ó a la guerra y comíamos bocadillos de salchichón envueltos en papel de plata. Las clases eran diferenciadas por sexos, de manera que jamás estuve en una clase mixta ni en los dulces años del la E.G.B. ni en los posteriores de B.U.P. y C.O.U. Y debo confesar, de igual manera, que no sólo no estoy traumatizado por ello, sino que los recuerdos que conservo de aquella época son extraordinarios. En aquellos tiempos había una asignatura curricular que se llamaba “Educación cívico-social” que, en mi colegio, la impartía el Jefe de Estudios por ser quien mayor flexibilidad horaria tenía de entre todo el profesorado. El temario de aquella asignatura, (muy parecida a la de “Urbanidad” que recibieron nuestros padres), abarcaba muchos y muy variados temas que afectaban a la educación social del alumno. Desde Educación Vial, hasta el modo de comportarse en la mesa a la hora de comer, el respeto a los mayores, dejar el asiento en el autobús a los enfermos, a los ancianos ó a las embarazadas, la corrección en la forma de hablar, el trato especial hacia las mujeres, los hábitos en la higiene personal, el aprovechamiento del tiempo de estudio, la deportividad en los juegos, el aprendizaje de la competitividad sin avasallar ni menospreciar al compañero y el reconocimiento de los méritos del contrario. Eran tiempos en los que los niños iban al colegio a aprender, pero eran educados en sus casas y los profesores se limitaban a ser sólo profesores. Con la irrupción de la LOGSE, los profesores pasaron a ser llamados “educadores” y ahí empezó la debacle educativa en España ya que muchos padres se “lavaron las manos” en materia educativa de sus hijos y los profesores empezaron el adoctrinamiento infantil según sus propias ideologías. Quien suscribe, por ejemplo, fue suspendido en la materia de Lengua de 1º de B.U.P. hasta la convocatoria de Septiembre por no aplaudir en clase la rendición de los guardias civiles en el Congreso el célebre 23 de Febrero del “Golpe de Estado”. La elección entre Ética ó Religión fue la primera piedra puesta por los gobiernos post-franquistas para reducir la opción religiosa y sustituirla por un adoctrinamiento ético-social de carácter laico por parte del Estado y nadie dijo nada entonces por miedo a parecer contrario a la maravillosa “democracia” que empezaba a nacer en España. La segunda piedra, pasado el tiempo, fue la implantación de la asignatura de “Educación para la ciudadanía” por parte del último Gobierno socialista donde, claramente, se adoctrinaba obligatoriamente al alumnado en las mayores aberraciones morales en aras a no sé qué “realidad social” sólo detectada por los propios socialistas. El votante católico “tibio” del PP estaba seguro de que el nuevo Gobierno que se autoproclama “de derechas” iba a derogar la controvertida asignatura pero nosotros, desde este foro, denunciamos en su día que esta derogación no se llevaría a cabo, y así ha sido. El flamante Gobierno del señor Rajoy no ha derogado la asignatura, sino que únicamente va a modificar, según dice, el contenido de la misma en lo que podríamos llamar una nueva asignatura de “Educación cívico-constitucional”. Si el PSOE pretendía, (en las legislaturas de Felipe González y de Rodríguez Zapatero), contrarrestar los efectos de un tradicional modelo religioso-moral por otro modelo de ética “de ingeniería” hecha al modo socialista (relativismo moral, positivismo jurídico e ideología de género); el PP pretende contrarrestar los efectos de ese modelo de ética socialista por un nuevo modelo moralizante basado en la Constitución. Es decir, tanto unos como otros caen en la tentación de construir la conciencia moral de nuestros hijos según sus propios parámetros éticos adoctrinando sus conciencias éticas personales, controlando sus sentimientos y emociones y configurando sus actitudes individuales para que los propios niños tomen decisiones éticas de manera supuestamente autónoma, aunque dirigida desde la educación escolar que reciban. En definitiva, tan adoctrinador es el PSOE, con todo lo que se le ha criticado desde la falsa derecha, como el PP ahora que está en el poder. Y yo me pregunto: ¿Qué problema habría en restituir aquella antigua “Educación cívico-social” de antaño?. Aquella asignatura no adoctrinaba, sino que ayudaba al niño a aprender a desenvolverse socialmente sin recibir de manera solapada ningún tipo de orientación política por parte del Estado y el hecho de estudiar la Constitución ya está, indirectamente, dirigiendo al niño a renegar de cualquier otro tipo de sistema político como es, por ejemplo, la Monarquía Tradicional Católica y la propia Tradición española. Como de costumbre, los señores del PP, siguen fieles a su mentira política.Manuel Nieto de Nevares
Adoctrinamiento infantil – Blog de la Comunión Tradicionalista Carlista de Andalucia
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