¿Es la tortura moralmente aceptable?

Quisiera saber si desde un punto de vista moral, y específicamente desde la moral católica, puede haber casos de tortura que sean justificados. Algunas precisiones:
-No estoy pensando en el caso de alguien que tortura a otro por diversión o porque le da la gana, sean los que torturan particulares o autoridades.
-Tampoco me interesa el caso de la tortura aplicada al sospechoso de un crimen con la finalidad de que este confiese. Este método creo que ha demostrado ser bastante inadecuado si de lo que se trata es de conocer la verdad acerca de la comisión de un delito. Si a mí me torturan les aseguro que confieso lo que sea, hasta que soy el verdadero asesino de Kennedy. Así que esta opción para mí está descartada de plano.
Los casos que sí me parecen interesantes y que pueden ser debatibles son los siguientes:
1. La tortura como castigo físico para delitos graves. Estoy pensando, por ejemplo, en la flagelación o aún la amputación de miembros, o la castración como castigo para la violación. Podemos llamar a este caso "castigos corporales", en vez de tortura, ya que la palabra "tortura" necesariamente tiene una carga negativa que puede hacer que la discusión se distorsione.
2. El uso de la tortura como medio para evitar que se cometa un delito. Por ejemplo, imaginemos que se captura a un terrorista y queremos que nos informe acerca de un próximo atentado que su organización va a llevar a cabo. Podemos trata de obligarlo a que nos ayude mediante otras vías, por ejemplo, podemos ofrecerle beneficios penitenciarios a cambio de que nos dé la información. Pero, si luego de agotar todos los medios "convencionales" no logramos que nos diga nada, ¿sería justificado recurrir a la tortura como último recurso? ¿También sería justificado usar la tortura para lograr que nos lleve al paradero de otros terroristas? Aquí propongo hablar de coacción física o psicológica, en vez de tortura, por la misma razón que mencioné en "1".
En realidad, sé poco del asunto, y más que nada he estado pensando en él. Me parece que santo Tomás no condenaba la tortura, y de hecho, la Santa Inquisición la usó. Bueno, espero sus opiniones y sobre todo saber acerca de documentos de la Iglesia que traten del tema.
Saludos.

En mi opinión, que no es docta ni nada que se le parezca, con respecto al primero de los dos puntos que propones (la flagelación o la amputación de miembros como castigo tras la comisión de algún delito grave), solamente te diré que eso ya está inventado, y se lleva a la práctica en la actualidad de manera más o menos sistemática, en algunos países islámicos. Y con respecto a la segunda de tus propuestas, te digo un poco de lo mismo que tu decías al principio de tu exposición. Yo creo que si a mi, sin ser terrorista, me torturan para que diga cuándo y dónde va a ser el próximo atentado terrorista, conseguiría tener una inventiva magnífica y, si me apuran mucho, hasta una mayor clarividencia que Rapel (o al menos lo desearía para hacer que paren los tormentos). No lo veo muy eficaz que se diga... Pero, desde un punto de vista teológico, no me siento impregnado de conocimientos suficientes para contestar a tu pregunta. Solamente quería hacerte estas dos puntualizaciones...

Un saludo