Demostrado está que la abstención no sirve para nada, no a menos que su proporción fuese mayoritaria, algo que es evidente que no sucede. En cifras redondas han sido convocados a las urnas el 20 de diciembre pasado, 37 millones de españoles de los que han votado el 73%, lo que suponen 27 millones, siguiendo con las cifras redondeadas. Es obvio, pues, que la abstención ha sumado alrededor de 10 millones. A dicha cifra hay que restar lo que desde el enfoque politológico y sociológico se conoce como abstención técnica, compuesta por una suma de variables posibles, tales como una enfermedad, un viaje, un imprevisto, el mal cálculo del tiempo disponible para ir a depositar el voto..., o que se ha muerto el canario. Esa categoría abstencionista se sabe que suele rondar el 20% de la abstención total en la mayor parte de los comicios (las cifras suelen ser algo distintas en el caso de comicios europeos), y eso nos deja una cantidad de unos 8 millones de votantes que no van a su colegio electoral por que no quieren.
Aquí, en este sitio, se ha tratado el tema en diversas ocasiones y habitualmente se ha venido considerando como "mal menor más aconsejable" la no participación ¿pero eso sirve para algo realmente? ¿o se limita a un acallar la conciencia ante el panorama que ofrecen los partidos habituales? En efecto, no votar a ninguno es demostrar que no se está de acuerdo con sus políticas y propuestas, ¿pero quedarse en casa evita que con las cifras que alcancen se va a lograr algo? ¡para nada! y es que no solamente no se consigue nada, es que por pasiva también se contribuye a que las cosas sigan igual, con lo que podemos concluir que es igual que el mal mayor.
La disconformidad con el Régimen -nacional-, inmerso dentro del Sistema -internacional-, no va a ninguna parte. No se puede cambiar -¿o sí? aunque muy costosamente-, pero nadie puede escarpar y salirse de todo este entramado. Me puedo ir de España, ¿adónde? ¿a Rusia, por ejemplo? pues resulta que esa Rusia que tanto parece oponerse al Sistema también forma parte del mismo -miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, con relaciones diplomáticas y comerciales plenas con la práctica totalidad del resto de la Comunidad Internacional, con los mismos intereses en las zonas conflictivas y compartiendo funciones y misiones-, ¡pues vaya con la "rebelde" Rusia! vamos, ¡que no! que no hay donde ir. Quedan pocas alternativas: perderse en alguna aldea ignota que no aparece ni en los mapas, parecer un sumiso miembro-masa al estilo la película "La invasión de los ultracuerpos", o lo que es igual miembro de un cardumen social, echarse al monte a cuidar cabras u ovejas, si se tiene dinero gastarlo en algún viaje para ir a vivir entre los miembros de alguna tribu en alguna jungla exótica. Vamos, poco por no decir que nada.
Pero, si hay algo que se puede hacer mientras se toma alguna decisión. Visto que abstenerse es volverse invisible, aunque para pagar impuestos se está siempre en el escaparate de las agencias tributarias, habrá que hacer algo. Como en los llamados "sectores patrióticos" no se hace nada, o si se hace algo tampoco se logra nada, queda la opción de extender la idea de que el voto sea obligatorio. Y no es una locura, ni es una entelequia, es el único modo que hay de obligar a todos los abstencionistas voluntarios a no votar al PP, PSOE, PODEMOS, C's, IU, BILDU, CONVERGENCIA, ERC..., y la madre que los parió y que no quede otra que votar a FALANGE, la opción CARLISTA que se presente, otras opciones posibles que no sean "las habituales a la trágala". Pregunta imbécil: ¿por qué los partidos al uso no quieren cambio alguno en la actual ley electoral? Técnicamente, desde un punto de vista legal, lo más rápido y sencillo es implantar el voto obligatorio.
Se puede ver que si la abstención obtuviese escaños, hoy sería la opción "más votada", la opción que a partir del próximo día 13 tendría que presentar algún candidato a la presidencia del gobierno. Esa es la realidad, pero como la abstención no suma escaños, aunque detrás de cada abstencionista hay una persona, o sea, eso mismo de "una persona, un voto" resulta que la opción mayoritaria se queda en casa, no obtiene representación, nadie defiende sus intereses, no logra legislar, no logra cambiar tendencia alguna o modificar legislaciones arbitrarias e injustas. ¿Se para el aborto así? ¡no! ¿Se impiden las continuos ataques contra España? ¡no! ¿Se defienden los ideales seculares de la Patria? ¡no! ¿Se va a impedir una posible fragmentación de España? ¡no! Y si como consecuencia de todo ello se llegase al caso de un conflicto civil ¿se habría podido impedir? ¡si!
En caso de voto obligatorio, ¿sería España el único miembro de la UE en tenerlo? ¡no!
Votar es obligatorio en cinco países europeos
Servimedia | Madrid
Actualizado jueves 21/05/2009 23:47 horas
Ahora que se acercan las elecciones europeas, ¿qué le parecería que en España el voto fuera obligatorio? Pues los nacionales de Bélgica, Chipre, Grecia e Italia están obligados a hacerlo, e incluso algunos países, como Luxemburgo, imponen sanciones de hasta 1.000 euros a quienes infringen esta norma de manera reincidente.
En 22 países miembros de la Unión Europea ejercer el derecho al voto es voluntario, a excepción de estos cinco estados donde es obligatorio, si bien en Luxemburgo los mayores de 75 años están exentos de cumplir esta norma.
La ley electoral luxemburguesa establece que el voto es obligatorio para todos los electores inscritos en las listas electorales y las personas que se encuentran en la imposibilidad de votar deben justificar los motivos de su abstención al procurador de Estado competente.
La abstención injustificada se sanciona en Luxemburgo con una multa de entre 100 y 250 euros, y en caso de reincidencia en los 5 años siguientes a la primera sanción, la multa se eleva a una cantidad que oscila entre un mínimo de 500 y un máximo de 1.000 euros, según informó la embajada de este país a Servimedia.
La legislación belga dispone, por su parte, que los ciudadanos que no voten podrán ser sancionados con multas de 25 a 50 euros, y en caso de reincidir la cuantía ascenderá de 50 a 125 euros.
Además, los belgas que falten a su obligación de votar más de 4 veces en 15 años pueden ser eliminados de los censos electorales por un periodo de 10 años, durante los cuales no podrán ocupar ningún cargo público.
En Chipre, en cumplimiento de la ley electoral de 1985, se puede imponer una multa de 200 libras chipriotas a los ciudadanos que no cumplan con su obligación de votar y es el Comisario de Elección el encargado de decidir si se abre una investigación a los ciudadanos que no cumplan con este deber.
Según la embajada griega, hasta el año 2000 los nacionales de este país que no cumpliesen con la obligación de votar podían ser sometidos a un arresto menor o bien ser sancionados con multas, si bien actualmente no se impone ninguna sanción a los griegos que no votan y esta obligación se entiende como una medida para fomentar la participación electoral.
La legislación electoral que se aplica para los comicios europeos es la que rige en cada Estado miembro, por eso los nacionales de estos países tienen el deber de participar en todos los comicios, no sólo en los relacionados con la Unión Europea.
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