MITOS CONTEMPORÁNEOS: Ghana, Zimbabwe, Azania, Namibia, ... Negritud y Esclavitud.




Los mitos contemporáneos están motivados por la política imperante.


UN CASO FLAGRANTE DE MIXTIFICACIÓN HISTÓRICA : GHANA.
Cuando los nativos negros de la antigua colonia británica de Costa de Oro, al mando de un líder, Nkwame Nkrumah, subvencionado por los servicios de la N.K.W.D., se sublevaron contra la metrópoli, para dar un lustre artificial al estado que se proponían crear, inventaron -o alguien inventó para ellos, lo que parece más probable- un pasado glorioso que sirviera de justificación histórica, a su petición de independencia. En 1957, cuando, bajo auspicios de la O.N.U., como no, la antigua colonia obtuvo su independencia, se adoptó el nombrede Ghana.

Se escogió tal nombre para rememorar el legendario "Imperio de Ghana", que existió mil años atrás. A pesar de las vehementes afirmaciones de Nkrumah y sus secuaces en tal sentido, no ha sido posible, ni aún con la mejor voluntad del mundo, encontrar la menor relación directa entre, la moderna "Ghana" y la del siglo X, que era un territorio árabe que se extendió, aproximadamente, por las actuales Mauritania y Mali.



EL CASO DE ZIMBABWE.
Un caso similar, o peor aún, es el de Zimbabwe, nombre que se ha querido dar al territorio de la antigua Rhodesia del Sur. Dicho territorio estaba ocupado, en el siglo XIX, por dos tribus, los matabelés y los bantúes, cuando fue incorporado al Imperio Británico merced al genio y al empuje colonizador de Cecil Rhodes.

Lo primero que hicieron los ingleses fue impedir que matabelés y bantúes continuaran matándose los unos a los otros, algo que venían haciendo desde tiempo inmemorial. Luego construyeron carreteras, hospitales, escuelas; en una palabra, colonizaron el país, arrancándolo a su secular barbarie, dentro de lo posible.


Cuando la subversión antieuropea alcanzó a ese país, y tras el fracaso, por motivos que no procede analizar aquí, de la intentona de Ian Smith que trataba de continuar, sin la tutela de los gobiernos de Londres, el predominio político de los blancos, los llamados "guerrilleros", matabelés y bantúes, obtuvieron la independencia.


Bantúes y matabelés no habían nunca convivido juntos, y al formarse el nuevo Estado -vamos a llamarlo así- empezaron a matarse, unos a otros, alegremente, algo que habían dejado de hacer por culpa de la insoportable manía del Hombre Blanco de mezclarse en los asuntos ajenos.
Los rusos apoyaban a los bantúes, mayoritarios, cuyos jefes máximos eran Robert Mugabe y el Presidente de la República, que atiende por el nombre, tan bonito, de Canaan Banana.
Los chinos apoyaron entonces, a los matabelés, menores en número pero más guerreros, y dirigidos por un jefe local, llamado Joshua Nkomo.

El estado de guerra civil latente continúa hoy en día, y no aparecen indicios de que acabe nunca. Pero hay que tener bien presente una cosa: antes de estructurarse Rhodesia como tal territorio, bajo el imperio del Hombre Blanco, matabelés y bantúes habían sido vecinos, en permanente hostilidad, y jamás habían constituido, no ya un "estado", que tal estructura política era desconocida en Africa antes de la llegada de los blancos, sino nisiquiera una unidad tribal.

Pero, con todo, había que dar, por lo menos de cara al exterior, una imagen de estado serio, y, para ello, había que fabricarle al nuevo "país independiente" un pasado. Naturalmente, artificial, pues las tribus, en Política, no tienen pasado.

Así se inventó el mito de Zimbabwe, nombre que se dio a la antigua Rhodesia del Sur.
¿De dónde procede ese nombre? De las ruinas de Zimbabwe, halladas por los arqueólogos ingleses a unos 24 kilómetros de Fort Victoria. Se trata de un conjunto de construcciones graníticas con murallas, torres, recintos cerrados, etc. Datan del siglo IX, las más antiguas, y del siglo XIV, las más modernas. Fueron construidas, según opinión casi unánime de arqueólogos e historiadores, por los árabes, que reunían allí a los esclavos negros, para mandarlos, luego, en caravanas, hacia el norte, hasta la isla de Zanzíbar, donde los embarcaban hacia los mercados de Arabia.

Los actuales políticos del nuevo estado de Zimbabwe pretenden que aquellas ruinas son vestigios de construcciones ciclópeas llevadas a cabo por sus antepasados matabelés, o bantúes, pero esta opinión es sencillamente risible.
¿Es creíble que los matabelés o bantúes del siglo IX fueran capaces de erigir construcciones de piedra mientras en el siglo XX no pudieran pasar de rudimentarias cabañas de follaje, paja y barro?

Zimbabwe, como entidad cultural bantú o matabelé es sencillamente un fraude, y un fraude grotesco, además. Inventado por las necesidades de la causa. Así es.

Y otra cosa. Los jerifaltes negros se muestran muy puntillosos acerca del empleo de la palabra "cafre". Según ellos, es una palabra despectiva usada por los blancos para patentizar la inferioridad de los negros.

Es otro mito. La palabra "cafre" no es de origen inglés, ni de ningún otro idioma blanco. Es de origen árabe, y significa "infiel".

Los negreros musulmanes de Zimbabwe designaban con ella a los esclavos negros. Aunque ahora los santones mahometanos se llenen la boca con su doctrina de la igualdad de los hombres, "independientemente del color de su piel".




AHORA LA FICCIÓN DE AZANIA:
Otra invención, con fines políticos, es la del nombre de Azania, que los terroristas bantúes y xhosas del Africa del Sur dan al territorio de aquella República.
Su objetivo confesado es la toma del poder y la eliminación física de los blancos.

Cuando lo logren, se proponen rebautizar el país, dándole el nombre mencionado. Pero el caso es que nunca existió una Azania en la realidad. En la ficción, sí.
Fue el nombre que dio el escritor inglés Evelyn Waugh a un país imaginario, africano, cuyos naturales eran harto cretinos, en su libro "Black Mischief" (Fechoría Negra).

Por cierto que el gobierno etíope se dio por aludido, interpretando que el escritor se refería a Etiopía en aquel libro, y a Waugh se le prohibió la entrada en el país y se le declaró persona non grata.

El mismo caso se da con Namibia, nombre que los guerrilleros, los terroristas, los libertadores, -o como quiera llamárseles-, del territorio del Africa del Sudoeste reservan al país cuando logre su independencia.




¿QUÉ PASA CON NAMIBIA?
En ningún mapa, tratado geográfico o diccionario hemos visto referencia alguna a Namibia o a su origen por la sencilla razón de que no lo tiene. Es una afabulación más.

Hay más: la organización subversiva que, lucha contra el ejército sudafricano se llama, a sí misma, S.W.A.P.O., inicialesde la "South West African Political Organization", que significa Organización Política del Africa del Sudoeste.
Tal organización actúa desde aproximadamente 1974, con lo que sabemos que el nombrecito debe ser posterior a esa fecha, pues, de lo contrario, se habrían autodenominado Namibia Political Organization".


¿CÓMO JUSTIFICAR ZAMBIA?
Tampoco existe justificación alguna para el nombre de Zambia, dado a la antigua Rhodesia del Norte y extraído de la nada.



TÉRMINO NEGRITUD.
Y lo mismo cabe decir de lo que ciertos cenáculos europeos y americanos han inventado con el nombre de "Negritud", auténtico camelo cultural.

¿Cómo puede hablarse de cultura cuando no se ha sido capaz de crear siquiera un idioma con una gramática?


¿ARTE NEGRO?
Leamos lo que en cierta ocasión escribió el crítico de arte francés Max-Pol Fouchet para definir el llamado ArteNegro: "Nos encontramos ante un arte del contenido y de lo real invisible... Ante numerosos estilos mixtos, que dan testimonio no sólo de la prodigiosa. diversidad del arte africano, sino también, de la manera más absoluta, de las dos postulaciones esenciales de la creación artística, y aquí Africa habla en nombre de todos los pueblos.
Arte de lo monumental sin énfasis. Arte del silencio. De la evidencia. Arte de lo Absoluto. Arte que sólo excepcionalmente representa a los dioses, aunque representa siempre su presencia. Arte de lo sagrado, pues lo sagrado no es independiente de la vida de Africa.
Arte que nos lleva, para utilizar palabras de Klee "hacia las insondables profundidades del soplo primordial y, lejos de limitarse a la copia de lo visible, se anexiona la parte de lo invisible ocultamente apercibido
"

Leamos y releamos: estas palabras no tienen sentido.
¿Qué diablos puede ser lo real invisible?
¿O las postulaciones esenciales del Arte?
¿Quién puede explicar lo que son las insondables profundidades del soplo primordial?
¿Y lo invisible ocultamente apercibido?

Todo esto no es ni siquiera cómico. Es puramente demencial. Que un "bon vivant" como el esteta marxista Fouchet diga palabras sin sentido semántico alguno es triste. Pero que "Paris-Match" ponga como pié de foto de una espantosa "escultura" lwalwa: "Podría tomarse por un Picasso" es auténtico, y deprimente. Deprimente para los lwalwa, claro.

Si bien Picasso perpetraba aquellos engendros para explotar el snobismo de los más y, por otra parte, por lo menos sabía dibujar. Porque lo esencial, por otra parte, no se ha dicho.

Se quiere que admiremos, como obras de arte unos objetos que, en el espíritu de sus creadores no lo eran. Eran fetiches destinados a crear y a contrarrestar conjuros de los espíritus malignos.

Se quiere crear, de matute, un "arte negro" a posteriori, y expresarle mediante un argot típico, formulando sus leyes e imponerlo al universo como un arte superior.

Se nos pretende mostrar lo que no existe.

El "arte negro" fue inventado en París, hacia 1910,por marchantes sionistas, firmemente decididos amixtificar a sus contemporáneos, pero la realidad es que las artes plásticas nunca han existido en Africa Negra.

Que a infantiles monstruosidades se las califique de neo-expresionistas, surrealistas o de "insondables profundidades del soplo primordial" no cambiará el hecho de que la llamada "Negritud" cultural es un despampanante timo.

El objetivo de ese timo, aun cuando inicialmente fuera, tal vez un negocio de marchantes desaprensivos, consiste en imprimir en la mente colectiva de las masas esta idea idiota: "Los negros son superiores a los blancos".

Así James Baldwin, junta letras negro-americano declaró: "La raza blanca constituye una minoría numérica en el mundo más tarde, o más pronto, se convertirá en una potencia de segundo orden".

Y Joel Carmichel, líder de los "Panteras Negras", grupo paramilitar racista negro: "Los blancos deben intentar elevarse al nivel del humanismo de los negros".

Esta superioridad negra es afirmada por ciertos blancos de una manera perentoria. Poco importa el escaso éxito, por decirlo de una manera lo más amable posible, de las numerosas exposiciones de arte negro que se perpetran por doquier, pero especialmente en París, Nueva York o Bruselas. Lo que importa es que se consagren a ellas pedantes y plúmbeos artículos en revistas "á la mode" y que los ladrantes progresistas hagan coro por la radio y la televisión.

"Gracias al Africa, el Arte asienta sus bases", soltó una vez por la Radio-Televisión Francesa el impensable Max-Pol Fouchet.
Si tal frase tiene algún sentido, significa que antes de la sorprendente eclosión de las artes negras el Arte, es decir, todas las artes, se encontraban en la infancia. ¡Maravilloso! El oráculo oficial de la cultura francesa televisiva asegura que una horrible estatuilla bambara es uno de los "chefs-d-oeuvre" del arte mundial, mucho más sensacional que Benvenuto Cellini.

Creemos que no vale la pena insistir más sobre esta mixtificación histórica contemporánea del llamado "Arte Negro, o "Negritud".

Sólo nos permitiremos hacer unascuantas preguntas, a ver si hay un inefable "progre" capaz de responderlas adecuadamente.

Si es cierto que en los albores de la Historia las grandes razas humanas empezaron a la vez, o, si se quiere emplear un símil deportivo, tomaron la salida al mismo tiempo y sobre lamisma línea.
Y si es cierto que NO se trata de un problema de educación, pues ésta es un producto de la Civilización y no una causa, puesto que al principio no hay más que la jungla y las cavernas, pedimos que se nos explique:
¿Por qué el Partenón no se eleva sobre una colina del Monomotapa, la Catedral de Chartres a las orillas del Congo o la Capilla Sixtina enMalawi?
¿Por qué no fue un simba quien escribió la Ilíada, la Divina Comedia, o el Quijote?
¿Por qué no fue un Ualoff quien compuso la Sinfonía Pastoral?
¿Por qué no fue un cambara quien compiló un código de leyes como el Derecho Romano?
etc. etc.

Otro mito histórico que parece tener más vidas que un gato es el de la pretendida responsabilidad, exclusivamente blanca, en el hecho,ciertamente deshonroso, de la esclavitud.

La realidad es muy otra.

El comercio de esclavos era practicado ya en Africa muchos siglos antesde las grandes colonizaciones blancas, que se extienden a lo largo de unos dos siglos y medio, como máximo.

Dicho comercio indigno era practicado por los árabes y por los mismos negros. Las tribus, en guerra perpétua, practicaban "razzias" recíprocas. Más tarde, los jefes indígenas vencedores vendieron a traficantes blancos (aunque luego hablaremos de tales blancos) a sus prisioneros de guerra, sus condenados por haber faltado a las costumbres tribales o por lo que fuere, en vez de hacerles trabajar hasta el agotamiento, de emascularlos o de comérselos.

Los verdaderos proveedores de la Trata eran los jefes negros, aliados naturales de los negreros. Los blancos no inventaron la esclavitud. Pero sí la prohibieron.

Sa de Bandeira, en el siglo XIX, en los territorios portugueses de Ultramar, fue el precursor del Anti-Esclavismo.
Luego vinieron americanos, franceses, ingleses y españoles, casi al mismo tiempo, y por tal orden cronológico. Algo más tarde, los holandeses.

Esto es un hecho, y otro hecho es que la Esclavitud sólo fue suprimida en Etiopía en el año 1937, por los fascistas italianos... A LOS QUE SE ACUSO DE HABER ESCLAVIZADOEL PAIS.


Y cuando el Negus, Hailé Sélassié, volvió al poder, tras los carros de combate británicos, en 1942, lo primero que hizo fue reinstaurarla, obligándole los ingleses a prohibirla, de nuevo, en 1943.

No obstante, la Esclavitud continúa existiendo en Etiopía, en el Sudán, y en las costas arábigas del Mar Rojo. Pero como los beneficiarios de tan innoble tráfico no son blancos, la O.N.U., la U.N.E.S.C.O. y la "Conciencia Humana" no han protestado lastimeramente.

Hemos aludido a los negreros blancos. Conviene matizar. El más famoso de los negreros fue un tal Aaron López, un sefardita de “nacionalidad” holandesa.
Luego, pisándole los talones, otro sefardita, Isaac Méndez. Estos caballeros operaron, sobre todo, por el Caribe y la zona Norte de América del Sur.
Correligionarios suyos fueron los principales traficantes de esclavos en la parte Norte del Hemisferio.

Ahora, eso sí, a la hora de aplastar a los occidentales con sus lecciones de moralidad histórica, sionistas de toda laya y barniz se hallan en vanguardia. ¡Cómico y trágico a la vez!.

Los blancos son los culpables de todo lo que no funciona en el mundo. Esta es la creencia general, que se ha amazacotado a martillazos en las mentes de los más. Un complejo de culpabilidad sabiamente instalado en la Conciencia Colectiva de los occidentales. De tal complejo pueden beneficiarse, indirecta y parcialmente, algunos estados (o, más exactamente, algunas tribus) negros.


Pero a los que mueven ese tinglado, ese mito histórico sin precedentes, les importan un comino los negros. Y ya lo demostraron con hechos.