Re: ¿Es obligatorio últimamente apostillar a Franco como "dictador"?
Bien parece que esta muestra de lavado de cerebro o de ingeniería social, será una prolongación de aquello que se sostenía durante la Transtocación, durante la cual todo perropichichi era "demócrata de toda la vida", aunque el día anterior hubiese estado cantando el Cara al Sol con la camisa puesta. No es que se demuestre así que este es un país de bragados, es que se demuestra que, además, lo es de cobardes borregos asnalfabetos.
Por supuesto, eso del "dictador", como epíteto, no como gloria -por ejemplo, nadie echa pestes de Lucio Quincio Cincinato que fue un patricio, cónsul, general y dictador romano-, porque existe la imperiosa necesidad de lavar la sangre que el rojerío-separatisteo tiene en las patas del nefasto periodo de la República. Con un Franco denostado hasta límites inconcebibles, así como su régimen en el que participaron activamente el noventa por ciento de los españoles, y del que se benefició casi el ciento por ciento, resulta muy sencillo presentar a esa República golpista y criminal como una democracia, aunque sea más falsa que un billete de 10.000 euros.
No importa, los primeros en sufrir los efectos negativos de pasar por una universidad que les venía demasiado grande -la educación universitaria se paga para que haya científicos y especialistas, no para hacer politiqueo de barra de taberna-, ahora son los que "mandan" en esta desgraciada etapa histérica en la Historia de España a través de esas agrupaciones de delincuentes llamadas partidos políticos. La gente aún no ha sido capaz de entender siquiera que vivimos bajo un régimen totalitario, parte de un sistema totalitario mundial, y eso es la antítesis de lo que ell@s creen que es la democracia.
Y hago hincapié en esto de lo que ell@s creen por que tienen una idea total y absolutamente sesgada de lo que es la democracia. Ésta, por definición es totalitaria, y no puede ser otra cosa: aspira a su absoluta imposición en el mundo; aspira al control total de los ciudadanos que no son sino súbditos del Estado; aspira a una perpetuidad irreversible.
No son necesarios desfiles de gente uniformada externamente (nazis y soviéticos) portando antorchas, hoy la gente está uniformada moral e intelectualmente y en lugar de esa antorchas portan televisores, ordenadores y, particularmente, móviles a través de los cuales se hace mover a las masas al unísono.
La gente se mueve como las bandadas de peces en el océano y quienes no responde a esa llamada del amo, se convierte en sospechoso. Pues esa democracia ideológica, no se diferencia en nada de la democracia griega de la Antigüedad, la de la polis con su perímetro sagrado (dioses manes y penates paganos versus Satanás hoy en día), con sus usos y costumbres en las que se era maricón autorizado hasta que había que casarse a la fuerza, en la que las mujeres estaban encerradas en los gineceos, o la misma en la que los niños pasaban a ser educados (a proceder su adoctrinamiento ético y moral) por el Estado a partir de los 7 años de edad. La misma, igual de antiguallas la de entonces y la de ahora. Y esa es la fanfarria que han vendido e implantado para que todo el mundo baile al mismo soniquete de flautín.
Hoy lo moderno, lo revolucionario, lo progre, ha de consistir precisamente en llevar la contraria, en combatir semejante crimen de lesa humanidad, y no hablo metafóricamente.
Última edición por Valmadian; 04/10/2018 a las 18:27
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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