Esto me recuerda a un libro que leí una vez.
- ¿Qué haces en la vida?
- Tengo dieciocho años. Voy al colegio y estudio COU, el último año.
- Y de mayor ¿qué quieres hacer?
- Estudiar filología francesa o inglesa.
- ¿Qué tal vas con los exámenes?
- Ay, por favor, ¡no seas malo!
- Vale.
- De momento voy bien, pero los exámenes finales me dan miedo. No sé si los aprobaré.
- ¿Así que tienes poco tiempo al margen de tus estudios?
- Sí.
- Sin embargo, dedicas tu tiempo libre a venir aquí después de tus clases.
- Hombre, mi colegio está al lado, y siempre me tratas bien.
- Es que me encanta relajarte y me encanta que seas una de las pocas chicas que conozco a las que le guste tanto comer.
- Tampoco estoy gorda.
- ¿Así que tienes que estudiar mucho este año?
- Es que es horrible. No es normal lo que hacen con el COU. ¿Tú sabes lo que tengo que estudiar? Mira, te lo cuento para que no pienses que no quiero estar contigo. A finales de abril tengo los exámenes de la tercera evaluación y a finales de mayo tengo los globales de todos los libros y a finales de junio tengo la Selectividad.
- Pues suerte. Oye, hoy en día ¿España te parece cristiana?
- Sí.
- ¿En qué sentido?
- Porque la mayoría somos cristianos.
- Pero en la actualidad, en este país, ¿qué quiere decir ser cristiano?
- Pues básicamente ir a misa.
- Entonces ¿tú vas a misa?
- No, pero porque tengo francés el sábado por la mañana y el domingo es el único día que puedo dormir un poco más, y si fuera a misa... bueno, podría ir por la tarde pero tengo que estudiar.
- ¿Y?
- Pues que no tengo tiempo.
- Entonces, para ti, ¿ser cristiano sólo es ir a misa?
- Pues no, no es sólo ir a misa; también es confesarse una vez al mes. ¿Sabes que el otro día me confesé?
- ¿Dónde?
- En misa, en mi colegio.
- ¿Y qué dijiste? ¿Habías hecho cosas malas?
- Sí.
- ¿Qué, por ejemplo?
- No te lo voy a decir.
- Pero ¿has hecho cosas malas hace poco?
- ¡Siempre! Le dije al cura que creo que hago cosas que no debería hacer para la edad que tengo, y el cura me dijo: penitencia, un Ave María. Vamos, que yo creo que no se enteró de lo que le estaba diciendo, porque si no me hubiera puesto como cinco Padres Nuestros y no sólo un Ave María.
- ¿Pero qué le dijiste?
- ¿Tú que crees?
- No sé.
- ¿No sabes? Pues es que hay cosas que no debería hacer según la Iglesia y según mi ideología porque soy muy pequeña.
- ¿Le hablaste de sexo?
- Claro...
- ¿Pero con detalles, o de manera general?
- En general, ¿que te crees? El problema es que no tendría que hacer todo esto.
- ¿Pero dónde está el problema de ser cristiano y tener una vida sexual normal?
- Es que, sabes lo que pasa, que en realidad está bien todo lo que dice la Iglesia porque es mejor, al final es mejor. Lo que dice sobre el preservativo es una gilipollez, pero sobre otras cosas lleva razón. Por ejemplo, ¿por qué dice la Iglesia que hay que esperar al matrimonio para acostarte con un chico? Porque es verdad, porque si estas con un chico de joven y lo haces, cuando lo dejas con él, ¿qué haces? ¿Te das duchas frías cada noche? Pues no; te vas con otro, con otro y con otro, y eso, a largo plazo, te degrada como persona.
- ¿En qué? Oye, ¿en qué estoy degradado como persona?
- ¿Tú? ¡Total! Degradado total.
- ¿Por qué?
- Siempre te he visto con chicas diferentes.
- ¡No siempre es porque yo lo elija! Varias chicas que conocí tuvieron que volver a su país y empezaron algo nuevo allí. Entonces, ¿lo mejor es no empezar nunca?
- Lo mejor es empezar cuando ya tienes una relación estable, aunque, no sé, si esperas hasta el matrimonio y resulta que durante la noche de boda tu marido hace mal el amor... ¿sabes? Que no hay química. Pues imagínate toda tu vida con un tío con el que no, con el que no... Que no te pone...
- ¿Que no te pone qué?
- Que no te pone caliente, joder, pues por eso es bueno probarlo, pero probarlo antes de tiempo pues no es bueno, ¿sabes? O sea, yo no puedo hablar bien de esto porque la teoría me la sé muy bien pero luego en la práctica no lo hago.
- ¿Por qué?
- Pues porque no, porque la carne es débil.
- ¿Y?
- Pues que me apetece.
- ¿Sí?
- Sí.
- Entonces, a una le puede encantar la carne y aún así seguir siendo cristiana.
- ¡Sí!
- ¡Entonces eres una cristiana carnal!
- No, pero joder, tampoco se puede vivir sin... Mira, tengo una tía que esta obsesionada y tiene depresiones súper fuertes porque esta súper “cristianizada”, digámoslo así, y se obsesiona por no cumplir los mandamientos, y como hay uno que es de no tener pensamientos impuros, y como todo hijo de vecino tendrá pensamientos impuros durante el día o la noche, cada vez que los tiene, se deprime porque quiere ser cristiana total. Por eso digo yo que ni un extremo ni el otro; que ser muy cristiano tampoco es bueno.
- ¿Pero a partir de qué límite tú ya no eres cristiana?
- Es que yo ya he pecado contra todos de los mandamientos.
- ¿Sí? Por ejemplo, dime uno.
- No robarás. Yo he robado como una loca en Inglaterra y en Irlanda y en todas partes.
- ¿Pero por qué? Si tú tenías pasta. Con lo ricos que son tus padres. Joder, ¡no te entiendo!
- Sacábamos mochilas llenas de ropa, comida, etc. Era una tontería para hacernos los guays.
- Otro.
- Bueno, no matarás; no he matado a nadie aunque, en fin. Pensamientos y actos impuros por supuesto.
- ¿Pero por qué se supone que el placer es impuro?
- Joder, es así, yo no lo decidí. No sé, qué más... amarás a tus padres; pues yo era malísima. Cuando tenía catorce años, insultaba a mi madre todos los días y la trataba fatal. Amarás al prójimo; pues pongo verde a muchísima gente.
- ¿Qué es poner a alguien verde?
- Criticar, ¿sabes?
- Joder, pues en práctica tú no eres cristiana para nada.
- Pues no. Pero el caso es que el otro día me confesé; le conté al cura todo. Sabes como va esto, ¿no?
- No.
- ¿No? Pues que según lo mala que hayas sido, se te pone una penitencia. Si has sido un poco mala, pues te dice: di un Ave María, que es una oración; pero si has ido muy muy muy muy mala, entonces te pone veinte Padre Nuestros, y tienes que empezar “padre nuestro bla bla bla bla bla...”
- No, dímelo entero.
- “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado... hágase tu voluntad...” un momento, ¡ay, que no me lo sé! “Padre nuestro, hágase tu voluntad en el Cielo y en la tierra...”...
- Pero no lo hagas de memoria como si fuese una cosa de la escuela, intenta reflexionar.
- Pero es que no me lo sé de memoria. “Danos nuestro pan de cada día y bendice la muerte de Jesús, amén”. Más o menos. Pero hay otro que me sé muy bien, es el Ave María: “María, madre de Dios, bendice a los pecadores, amén”.
- ¿Y ya esta? ¿Ya eres pura y buena?
- Pues sí.
- Joder, ¡qué bien!
- Sí, pero hay cosas que Dios sólo te perdona si realmente estás arrepentido...
- ¿Y?
- Pues que hay muchos pecados de los que no me arrepiento.
- ¿Cuáles?
- Pues muchos.
- Un ejemplo.
- Sexo.
- Pero, joder, ¿por qué el sexo es un pecado?
- Porque sí. Yo no lo sé, ¡no escribí los Mandamientos!
Y sigue, pero mejor dejarlo aquí.
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