Vayan estos renglones como una primera presentación, a reserva de seguir luego platicando con ustedes de quiénes somos y de nuestros gustos e ideales.
Soy español de México, criollo por todos lados, con orígenes mallorquines, navarros, aragoneses y vascos. Nací en México, en el Paseo de la Emperatriz, mero enfrente de la estatua del Ángel. Estoy casado y ahora tengo cuatro hijos vivos, dos varones y dos hembras: por supuesto que una de las cosas que más odio del mundo actual es la coacción que se nos impone por todas partes para el control natal, para el asesinato de los niños aún no nacidos y para imposibilitar la concepción. El primogénito, que murió hace tres años, estuvo siempre orgulloso de su hispanidad; poco antes de su horrible muerte, ya muy enfermo, pude llevarlo a conocer España: estuvimos en Madrid, Toledo, Cáceres y Valencia.
Soy doctor en historia por la Universidad Nacional Autónoma de México y desde hace diez años soy profesor investigador en la Universdidad Autónoma de Aguascalientes. Estaba en Sevilla el 20 de noviembre de 1975 y entre 1979 y 1980 gocé de una beca del antiguo Instituto de Cultura Hispánica para trabajar en el Archivo General de Indias.
Desde siempre he sido católico tradicionalista. Estudié con los hermanos maristas, a quienes debo mi entrañable amor a la Virgen Santísima, cuyo nombre lleva la menor de mis hijas, que nació el día de la Virgen de Fátima; la otra nació el día Nuestra Señora de las Mercedes. Sé que mi mexicanidad no es sino una forma de hispanidad, y que la hispanidad es nuestra vocación de salvar al mundo dentro de la Iglesia.
Soy aficionado a las corridas de toros, a cuyo estudio he dedicado varias de mis investigaciones históricas; aquí en Aguas soy miembro y he presidido el Centro Tauirino México y España. En cuanto a música, me gusta la zarzuela, el flamenco y las canzonetistas españolas, paradigmáticamente la Piquer.
El carlismo es un tema que me interesa mucho; entre los que tengo en mi lista de pendientes de investigar es el de la historia del carlismo en México, a través del tiempo, aunque por ahora no sé mucho de ello: desde las posibles relaciones de Iturbide con don Carlos María Isidro hasta los mexicanos que lucharon como requetés en la Cruzada de Liberación, pasando por la guerrilla del padre Jarauta contra la invasión yanqui, la visita de don Carlos VII al país en los mil ochocientos setentas y las posibles relaciones entre carlistas y tradicionalistas peninsulares con conservadores, religioneros y cristeros.
Tengo el sueño del exacto cumplimiento del plan de Iguala (garantías irrenunciables de independencia política, unión hispánica y religión católica, plasmadas en la bandera nacional), con el reconocimiento como rey de España y emperador de México del legítimo heredero de la corona... Ya seguiremos.
"Por Cristo al mundo, con el mundo a Cristo"