Tema: politica sudamericana

¿Quién va a ser el titiritero? Pues los de siempre, los masones y sus jefes ocultos. Manejan a sus títeres utlizando todas esas instituciones que tienen en su poder y que en apariencia no tienen nada que ver una con otra y hasta se presentan como antagónicas.

El Fin: Destruir a la Civilización Cristiana.
El Medio: Cualquier medio es permitido. La moral no existe.

Estimados WALSH y DEGRELLE:

Creo no equivocarme al estimar que no existe uno sino varios titiriteros dentro de nuestra región, aunque muchos de ellos se odien mutuamente y se contradigan en los extremos. La razón es una: iberoamérica fue informada por la catolicidad del Imperio Español, y por ende, todo su cuerpo social se entramó bajo el influjo sobrenatural del cual participa necesariamente toda forma católica. Actualmente, muy poco queda de todo aquello, y no solo por influjo de los enemigos declarados de la Fe, sino también por el de cualquiera que, aunque solo materialmente, se haya declarado neutro frente a la verdadera religión, en razon de aquello que sentenciara Nuestro Señor:"Quien no está conmigo está contra Mí". Al respecto no puden caber dudas, porque en definitva se trata de la lucha del naturalismo contra la gracia. El solo hecho de no reconocer la existencia del orden sobrenatural, supone la negación del pecado original con todas sus trágicas consecuencias, no solo en el ámbito personal, sino también en el de la política, ya que ésta constituye, precisamente, la perfección moral del hombre para con sus semejantes.

En definitiva, aquella contradicción en los extremos, tan abundante en el estado de naturaleza caída, no es indicio alguno de ser una parte mejor que la otra (en general solo difieren en la grosería de sus métodos), porque todas estas partes guardan una diferencia insalvable con la sobrenaturaleza, por ser una diferencia de orden y no solo específica como la de aquellas. En este punto radica la imposibilidad metafísica (absoluta) de poder construir un orden justo en un estado sedicente "neutro" o "laico". La recta disposición de las partes solo puede darse en un estado en el cual el monarca tenga por finalidad informar el intelecto posible de sus súbditos con el Verbo. Aquella disposición es, evidentemente, presupuesto necesariio para que el monarca garantice, mediante la violencia (implícita o explícita), la tranquilidad del orden.

Para finalizar y en concreto, cualquiera que impida una clara diferenciación entre la soberanía social y la soberanía política, se comporta como un titiritero, tornando su estado en uno absolutista, como lo son todas las demócracias liberales y sus aparentes antagonistas, los estados totalitarios, cuyas diferencias son no ya de naturaleza, sino que de modo. El pequeño detalle estriba en que esta distinción exclusiva de soberanías ha sido creación exclusiva de la civilización cristiana o cristiandad (entiéndase catolicidad y con impedimento dirimente para el resto de las civilizaciones), y su aplicación más acabada se dio en España, y con especial esplendor bajo los cetros de San Fernando III y de Don Felipe II.


Sin otro particular y en la esperanza de seguir indagando en este tema capital, se despide atte.

C. YÁÑEZ D:


LAUS DEO VIRGINIQUE MATRIS