Al suicida no se le puede decir misa por el escándalo que conlleva. Ahora bien, nada prohíbe rezar por su alma en privado. Recordemos la famosa anécdota de Santa Teresa (qué casualidad, hoy es el día de Santa Teresa), a la que, muy angustiada por haber presenciado como un hombre se arrojaba desde un puente, el Señor le hizo ver que Él podía estar entre el puente y el río para recibirlo si en el último momento se arrepentía. Sólo Dios sabe lo que pueda haber pasado por la mente de ese hombre en sus últimos momentos. Más de un suicida se ha arrepentido cuando ya era tarde y no podía dar marcha atrás. En todo caso, es como cuando se reza por algún difunto. Si su alma ya ha salido del Purgatorio (cosa que sólo Dios sabe) o está en el infierno, la oración no cae en saco roto. Dios la canaliza hacia otra alma que la necesite. En este sentido, la comunión de los santos funciona como los vasos comunicantes. Por lo que a mí respecta, cuenta con el rosario, Pasiego.

Aprovecho para reiterar lo que ya he propuesto en varias ocasiones de abrir un subforo de oraciones que nos permita estar al tanto los unos de las necesidades de los otros para rogar por ellas.