S A T U R D A Y , A P R I L 1 1 , 2 0 1 5
Construyendo “una persona gay que busca al Señor y tiene buena voluntad” , cortesía de Andrea Tornielli
Ya Uds. conocen el asunto del designado embajador ante la Santa Sede escogido por Francia en Enero pasado, Laurent Stefanini, quien es homosexual declarado, motivo por el cual se cree el beneplácito del Estado Vaticano no ha llegado (ver aquí y aquí).
Antes de proseguir, debemos anotar que en la información inicial se señalaba que “la presidenta del grupo francés contra el matrimonio gay Manif Por Tous, Ludovine LaRochere, ha contactado al Nuncio Apostólico en París para objetar su nombramiento”, lo cual ha sido categóricamente desmentido por la propia Ludovine de la Rochere (que es su nombre correcto) a Jean*Marie Guénois, vaticanista de Le Figaro, quien firma un artículo al respecto aparecido hoy en el diario. El desmentido (ver subrayado en la imágen inmediatmente inferior), en una traducción nuestra dice:
«Esta es una afirmación extremadamente grave contra muy seria contra Manif pour tous, lo cual es totalmente contradictorio con nuestro trabajo, con nuestras tomas de posición y con nuestro mensaje. Uno de nuestros portavoces es homosexual. Rechazamos toda homofobia y rechazo de una persona por su orientación homosexual así como defendemos el respeto de la vida privada, en particular de personas públicas. Combatimos el matrimonio homosexual en particular por el interés del niño, que tiene derecho un padre y una madre.»
Ya en varios medios se hace alusión a la famosa frase atribuida a Francisco, “¿Quien soy Yo para juzgar a un gay?”, para denotar la contradicción que existe en el caso concreto
Si se recuerda bien, no fue eso lo que dijo Francisco, lo que en realidad dijo en la conferencia de prensa durante el vuelo de regreso a Roma desde Rio de Janeiro, después de haber asistido a la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud realizada en Julio de 2013, fue lo siguiente (énfasis añadido):
Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?
Bueno, teniendo ya a un homosexual declarado candidato a una embajada ante la Santa Sede, es decir, “una persona es gay ”, lo segundo es conseguir que “busque al Señor y tenga buena voluntad”, o al menos tratar de hacerlo aparecer así. Y eso es lo que el vaticanista Andrea Tornielli al parecer quiere conseguir con un artículo suyo de Vatican Insider, Abr*10*2015, que dedica al asunto. Esta es la manera como Tornielli señala las virtudes (“busca al Señor y tiene buena voluntad”) del Sr. Stefanini (“una persona gay”):
Laurent Stefanini es de hecho un creyente, en su camino de fe ha sido seguido por el cardenal arzobispo de París André VingtTrois, que de alguna manera lo ha «recomendado» asegurándolo en vista de su nombramiento en la embajada en el Vaticano. Nacido en Neuilly*sur*Seine en agosto de 1960, bautizado, ha recibido la confirmación en 1998 justo de VingtTrois, entonces obispo auxiliar. En marzo de 2005, a su salida de la sede diplomática ante la Santa Sede, fue incluido por el Papa Juan Pablo II en la Orden de San Gregorio. Siempre ha vivido célibe, nunca se ha casado ni religiosamente ni civilmente. Nunca negó su orientación sexual, que, explica a los amigos «me impidió formarme una familia y tener hijos». Es un católico practicante.
El candidato embajador nunca ha sido un activista gay, nunca ha hecho cabildeo, siempre se ha destacado por su personal reserva. Conoce bien el mundo vaticano, por haber sido de 2001 a 2005 el número dos de la Embajada francesa ante la Santa Sede y, también si este representara su primer nombramiento como embajador, sabe moverse bien en el ambiente diplomático. Él estaba allí para recibir al Papa Francisco a nombre del presidente en el aeropuerto de Estrasburgo durante la visita de noviembre pasado.
No deja ello de ser significativo porque otros medios de comunicación no especializados en información sobre el Vaticano, buscan fuentes que sí lo sean, si consultan el artículo del vaticanista Tornielli obtienen esta información que pueden reproducir, creando en la opinión pública la percepción necesaria de que el Sr. Laurent Stefanini, “una persona gay que busca al Señor y tiene buena voluntad”, no tiene razones para que su designación como embajador ante la Santa Sede sea vetada en el Vaticano.
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