Esto es una vieja tradición romana, las pasquinadas (de donde viene la palabra "pasquín"), carteles que se colocaban en estatua de un tal Pasquino para quejarse de los abusos de alguna autoridad o satirizarla. Lo curioso es que hasta ahora no hubiera aparecido ninguno. La verdad es que son muchísimo más suaves de lo que se podría oír en el Carnaval de Cádiz. ¿Y dónde está, pregunto yo, la envidia y la difamación a la que alude?
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