La FSSPX/SSPX ha elegido su nuevo superior general, anunciado mediante el siguiente comunicado de la Casa General, Jul-11-2018.
Comunicado de la Casa General de la Fraternidad San Pío XComo acaban de leer, allí se dice que la elección de los dos asistentes se haría hoy, pero el proceso fue inmediato, se eligieron ayer y se comunicó de la siguiente manera.
Elección del Superior General
El 11 de julio del 2018, el Padre Davide Pagliarani fue elegido Superior General, para cumplir un mandato de doce años de duración, por el 4° Capítulo General de la Fraternidad San Pío X.
El nuevo Superior General tiene 47 años de edad y es de nacionalidad italiana. Recibió el sacramento del orden sacerdotal de manos de Monseñor Bernard Fellay en 1996. Ejerció su apostolado en Rimini (Italia), y, posteriormente, en Singapur, antes de ser designado Superior del Distrito de Italia. Desde el año 2012, desempeñó el cargo de Rector del Seminario Nuestra Señora Corredentora de La Reja, Argentina.
Después de aceptar su cargo, el recién elegido pronunció la Profesión de Fe y tomó el Juramento Antimodernista en la capilla del seminario. A continuación, todos los miembros presentes se reunieron ante él para prometerle respeto y obediencia, antes de cantar el Te Deum como acción de gracias.
El día de mañana, los 41 integrantes del Capítulo procederán con la elección de los dos Asistentes Generales, quienes desempeñarán también un mandato de 12 años. El Capítulo continuará hasta el 21 de julio en el Seminario de San Pío X de Ecône (Suiza).
Ecône, 11 de julio de 2018.
Segundo Comunicado de la Casa General de la Fraternidad San Pío X
Elección de los Asistentes Generales
El nuevo Superior General de la Fraternidad San Pío X, padre Davide Pagliarani, con los otros 40 miembros del Capítulo, decidió proceder a la elección de los dos Asistentes generales esta misma tarde.
El primer Asistente elegido fue Monseñor Alfonso de Galarreta, obispo auxiliar de la Fraternidad San Pío X, de nacionalidad española. De 61 años de edad, fue ordenado sacerdote en 1980 en Buenos Aires, Argentina, donde vivió largos años. Dirigió el Seminario Nuestra Señora Corredentora de La Reja (Argentina), así como la Casa autónoma de España y Portugal. Igualmente, fue segundo Asistente de 2002 a 2006. Actualmente reside en la ciudad de Ginebra (Suiza).
Como segundo Asistente general fue elegido el padre Christian Bouchacourt, de nacionalidad francesa. De 59 años de edad, fue ordenado sacerdote por Monseñor Lefebvre en 1986. Trabajó largos años en París, en particular en la Iglesia de Saint-Nicolas du Chardonnet ; fue superior del distrito de América del Sur, y desde 2014 era superior del distrito de Francia.
Con estas elecciones, el Capítulo General podrá empezar a tratar, a partir de mañana, los numerosos asuntos a estudiar hasta el próximo 21 de julio.
Ecône, a 11 de julio de 2018
El nuevo superior, P. Pagliarani, hasta hoy rector del seminario en Argentina. El primer asitente, Mons. de Galarreta, aunque no lo dicen allí, es considerado hispano-argentino, ordenado en Argentina, “donde vivió largos años”. Y el segundo asistente, P. Christian Bouchacourt, por mucho tiempo superior del Distrito de América del Sur, cuya sede es en Argentina. Para anotar que fue durante la guía de este último en 2011 que la FSSPX/SSPX recibió una ayudita del entonces arzobispo de Buenos Aires para aclarar su situación ante la Secretaría de Culto del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina, cuando firmó una carta dirigida a este ente en la que sin ambajes se leía: “Por la presente testifico que la Fraternidad de los Apóstoles de Jesús y María, (o según el título público) Fraternidad Sacerdotal San Pío X es una Congregación de Católicos en proceso de lograr la comunión total”.
No es difícil hacer el nexo entre el ahora argentino rostro de la plana mayor de la FSSPX/SSPX, el argentino Pontífice, anterior arzobispo de Buenos Aires, su posición sobre la situación canónica de la FSSPX/SSPX en Argentina y el proceso de regularización de la situación canónica de la FSSPX/SSPX, por ahora en puntos suspensivos desde la época del Card. Müller, y sobre el cuál nada se ha sabido desde que asumió el nuevo prefecto Ladaria. Como es apenas evidente, una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo, lo que es cierto para Argentina debería ser cierto universalmente, pero actualmente no lo es.
¿Deberíamos anticipar nuevos vientos?
Fuente: SECRETUM MEUM MIHI
Última edición por Martin Ant; 16/07/2018 a las 22:53
Un tal don Davide
16/07/2018
Don Davide es “don Davide”, como don Bosco, don Orione o el mismísimo don Camilo. Es un cura italiano, con vocación de párroco.
Marcelo González
Don Davide (con acento en la a), o sea el P. Pagliarani, es el nuevo Superior General de la FSSPX. Mucha gente se pregunta de dónde salió. ¿Qué significa esta promoción inesperada de un cura raso a la máxima jerarquía? Otros, menos informados todavía, señalan un desorden inaceptable: ¿desde cuándo un simple presbítero va a ser superior de obispos? Estos lefebristas están todos locos.
Tengo dos ventajas para decir algo útil en estas cuestiones. Don Davide fue mi párroco por varios años, hasta la semana pasada, ventaja que no es exclusiva, como resulta obvio, pero que tampoco gozaron la mayoría de los feligreses y observadores/comentadores de la FSSPX. La otra es menos exclusiva aún: conozco la historia de la institución como tantos otros. Pero mejor que la mayoría de los espectadores que balconean los hechos.
Don Davide es “don Davide”, como don Bosco, don Orione o el mismísimo don Camilo. Es un cura italiano, con vocación de párroco. Como feligrés de la parroquia del Seminario de La Reja, he tenido varios. El inolvidable p. Lagneau, a quien gustaba de que lo llamaran “el párroco”. A Mons. Williamson, un ave rara, original y desconcertante. A Mons. de Galarreta, hombre más bien retirado, de sermones profundos y humor ácido. Hasta que llegó don Davide, una síntesis de las virtudes de los anteriores. A todos los he conocido con cierta profundidad. Todos hombres bondadosos en su estilo, efusivo, taciturno o alternante.
Don Davide fue un remanso que llegó como un buen día después de otro buen día, con esto quiero decir, nada sorprendente. El p. Lagneau (RIP) era un hombre lleno de pirotecnia, explosivo, sorprendente, malhumorado, social y retraído. Extraordinario diseñador de “pastoral” adecuada al lugar y a las circunstancias. La Reja está en el Tercer Cordón del Conurbano bonaerense, lo que significa que se convive a diario con gente de condición muy humilde, y con frecuencia personas en las que los vicios modernos agregaron desdichas a su condición, muchas veces miserable, de pobreza clásica. Él, con su nunca superado acento francés, les hablaba en “su” lengua, la de ellos. Su inveterada vocación futbolera lo llevó a establecer relación de amistad con Maradona, con Bianchi, el DT de Boca, antiguo jugador del Paris Saint Germain, a quien veía desde las tribunas en su juventud. Trataba con el embajador de Francia, que lo recibía con toda cordialidad. Y con todas las personas que Uds. puedan imaginar. Pero el objetivo era apostólico. E iba sobre ruedas cuando por desgracia se truncó. Bajo su gestión se hicieron obras impresionantes y se reconstruyó espiritualmente un seminario muy golpeado por uno de los tantos sacudones que sufrió la FSSPX, en vida de Mons. Lefebvre.
La presencia de los monseñores que lo sucedieron en su gestión parroquial fue de otra índole. Su condición de obispos los tuvieron con frecuencia alejados del lugar, cumpliendo otras funciones. En particular a Mons. de Galarreta, que dirigió la comisión teológica reunida en el Vaticano regularmente por un largo período, para tratar los temas doctrinales que la FSSPX reprocha a la Roma conciliar. Mons. Williamson, excéntrico, imprevisible, tuvo que dejar el país por el episodio mundialmente conocido. Ambos marcaron su huella en obras artísticas y edilicias. Su relación con los fieles de misa semanal fue menor. Aunque el primero, que juega como local por ser argentino de crianza y co-fundador del distrito, es muy conocido por todos. Muchos sacerdotes, he oído, lo consideran el obispo más compenetrado con el estilo de Mons. Lefebvre. Habrá percibido el lector que no me refiero a ninguno de ellos en su calidad de directores del Seminario, que no me compete analizar, porque escribo como fiel.
Con don Davide volvimos a tener un párroco propiamente dicho, función secundaria, ya que se trata de una casa de formación sacerdotal. Un amigo mío, que conoce muy bien el clero de la Fraternidad, cuando le pregunté cómo era el sucesor de Mons. de Galarreta me dijo: “Tiene todas las virtudes de los italianos y ninguno de sus defectos”. Mi amigo no es de elogio fácil, así que presté mucha atención a este personaje con tantas expectativas. Vimos llegar a un sacerdote en sus cuarentas, simpático, sonriente, de aspecto bondadoso. A pocas semanas de haber recibido su designación, hablaba ya un castellano razonablemente correcto, aunque no conocía la lengua previamente. Había aprendido el francés y el inglés, hasta donde sabíamos. Se hizo cargo y no cambió nada. Nada que un fiel pueda advertir.
Hizo notables progresos en el manejo del castellano, y pocos en equitación, arte que quiso practicar dado el ambiente rural de la zona. Este detalle (no el de la equitación) marca un carácter de apóstol y de hombre inteligente: puso su atención en hablar con sutileza y corrección la lengua local. La rapidez con que lo logró nos admiró a todos. Ciertamente, hay personas a las que los idiomas se le dan con facilidad, pero...
Esto va a parecer una jactancia, pero en La Reja tenemos excelentes homilías, cada cual en su estilo. Por aquí pasan el orador facundo, el expositor lineal, pedagógico, el teólogo sutil, el amante de la arenga militar, el intérprete de las lecturas. El del índice acusador, el padre misericordioso. Algún gusto nos podemos dar y tenemos cierto expertise en la cuestión.
Si hubiésemos juzgado a don Davide por sus homilías, lo hubiésemos encasillado como un sacerdote piadoso, con especial fervor mariano, de estilo suave y matizado. Sin grandes disquisiciones teológicas, sin excesivo celo moralista. Un director espiritual, con matices humorísticos, como cuando reveló la existencia del “pecado de shopping”. Aunque no dejó de sorprender el énfasis airado y categórico cuando hubo de predicar sobre temas gravísimos, como la legalización del aborto, en curso actualmente en la Argentina.
Yo había ya percibido su firmeza, aunque no en los sermones. Más bien en el trato, en circunstancias en que su mirada, enmarcada con frecuencia en una sonrisa, debía revestirse de autoridad. Su mirada tiene un sello de picardía pero no deja dudas sobre su determinación. Suave en el modo, ciertamente, no querría tener que confrontar con él. Tal vez tarda en llegar al Sí o al No, pero cuando llega, allí se queda.
Las homilías, el trato franco y austeramente bromista, su interés en todas las personas, en los detalles, en el embellecimiento de la liturgia y de la iglesia, el claustro y los parques, nos mostraban a un italiano culto, piadoso, bondadoso. Sin embargo nos engañó escondiendo una cabeza sólida detrás de la voluntad del gobernante. Del gobernante que se aconseja mucho, luego decide y ejecuta. No sólo el hacer, sino el cómo y la percepción que los demás tienen de esas obras le preocupan.
Sus primeras declaraciones como Superior General fueron breves, de carácter protocolar, pero muestran ya cierto estilo de mando. ¿Qué esperan los fieles de Ud.?, es la pregunta: “Pienso que esperan que la Fraternidad sea fiel a la razón por la que fue fundada. Ya he dicho que fue fundada para formar sacerdotes, pero el sacerdocio existe para la santificación de las almas”. Yo interpreto: todo se ordena a esto. Lo demás es añadidura. Difícil gobernar una nave si se confunde el destino que lleva. Demasiado ruido afuera y adentro puede distraernos de nuestro rumbo. Veremos el cómo, pero éste es el qué de la cuestión. El cómo sirve al qué.
Hace allí mismo referencia a “rumores” previos sobre su posibilidad de ser elegido Superior General. Me confieso sorprendido. ¿Un guiño a la Argentina, donde estaba tan a gusto y donde le pronosticaron su elección? En esta familia parroquial (ya no tan pequeña) del Seminario varios tuvimos esa intuición/deseo. En un cruce de palabras se lo manifesté y con una sonrisa cándida me preguntó: “De dónde salió ese rumor”. Para mí no era un rumor, no había escuchado a nadie ni dicho nada. En el momento mismo de pedirle que si resultaba elegido aceptara, ya estaba yo arrepentido de la osadía.
Pero nació sin pensarlo, era una convicción de que su modo de gobierno tiene la virtud de llevar las cosas tan suavemente que parece nada se moviera. Y en realidad, se mueven muchas cosas con una maravillosa naturalidad, en la que las personas se sienten a gusto, representadas (“este hombre está en las cosas que nos preocupan”) y contenidas paternalmente (“Uds. deberían preocuparse más por esto y menos por lo otro”). Lo admirabamos sin darnos cuenta. Lo intuíamos sin advertirlo. Pues, bien, varios otros -hasta donde yo supe luego- le dijeron lo mismo. De ahí, al menos localmente, el “rumor”, que de deseo se convirtió en una inmensa alegría y consuelo.
Don Davide seguirá siendo un párroco italiano, que en la Argentina es como decir, uno de los nuestros. El tipo por el que daríamos la vida. Y seguramente será un excelente Superior General, sobre todo si tiene que discutir en italiano (en idiosincrasia italiana) con la Santa Sede.
A los que nos pretendió engañar escondiendo sus cualidades de intelectual y gobernante bajo la apariencia de simple cura de pueblo, nos ha esperanzado con la expectativa de que un estilo como el de un tal don Sarto -cura italiano, párroco primero, que después hizo carrera- es posible aún en esta Iglesia desgarrada. En particular, en esta parte de la Iglesia, un poco magullada, que se enrola bajo las banderas de ese don Sarto, luego conocido como San Pío X.
Fuente: PANORAMA CATÓLICO INTERNACIONAL
Última edición por Martin Ant; 17/07/2018 a las 14:33
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