Advierto que no va a gustar, pero mirad cómo se las gastan estos " normales tolerantes " :

Un legado homofobico

Para alguien menor de 30 años, es difícil imaginar la Iglesia Católica como otra cosa que un monumento ideológico, voluntariamente aislado, cerrado a los diferentes e increíblemente hostil con los gays y lesbianas. Después de todo, esos son los conceptos tradicionales que nos han rotulado de “moralmente desordenados” e igualmente “condenados”. Y por esto, debemos agradecerle a Juan Pablo II.

Mejor que ningún otro Papa en la edad moderna, él fue un hombre de su tiempo y su espacio: los años de la Guerra Fría y la Europa del Este. En un entorno como aquel, es fácil imponer rápidamente fuertes creencias, especialmente cuando se cuenta con un respaldo institucional de dos milenios. No es coincidencia que Juan Pablo II, Ronald Reagan y Margaret Thatcher ocuparan un lugar en el estado mundial, al mismo tiempo. Las personas siempre fueron propensas a opinar (y aún hoy continúan siéndolo) en términos de “blanco y negro”, “ellos contra nosotros”, “bueno contra malo” (adivina de qué lado estás…) y fueron urgidas a sostener la firme convicción de que los excesos liberales de los años ’60 y ’70 –incluida la liberación gay- necesitaban ser corregidos o, más precisamente, ser arrancados del sistema, tan rápidamente como fuera posible.

Pero, a diferencia de Reagan y Thatcher, Juan Pablo II fue absolutamente autoritario. Ron y Maggie no pudieron hablar por Dios (aunque en el caso de Thatcher, ella se consideraba un Ser Supremo). Y el resultado de aquel poder absoluto es una Iglesia que cerró la ventana al cambio que fue abierta durante el Segundo Concilio Vaticano. Por un breve momento, fue posible mirar a la Iglesia como una fuerza en progreso por un mundo mejor. Gracias a Juan Pablo II, aquel momento se perdió.

Y gracias a Juan Pablo II, la homosexualidad ha ascendido a la cabeza de la lista de demonios modernos. Este ascenso se debió a sus propias experiencias. Durante su juventud, el vivió la ocupación Nazi en Polonia. Como obispo y luego cardenal, padeció la represión del régimen comunista. Cuando el comunismo cayó, algo tenía que reemplazar su lugar como ideología del demonio. Con el ascenso de nuestros derechos, los gays éramos candidatos fáciles a llenar ese vacío.

No es que Juan Pablo II no tuviera otros objetivos. Siempre estaba la difícil cuestión del aborto. Pero hay que admitir que nada estimulaba más a la Iglesia ni a Juan Pablo II como la homosexualidad. Los obispos que eran considerados más diplomáticos en este punto, como el obispo Rembert Weakland de Milwaukee, fueron dejados de lado. Dignity, la agrupación católica gay, fue desautorizada por las iglesias locales.

El pináculo del papado de Juan Pablo II tuvo que ser la notoria carta de Halloween, hecha en 1986, la cual declaraba a gays y lesbianas “alterados”, “auto-indulgentes” individualistas que amenazan la vida y el buen ser de un gran número de personas”. Demasiado para una declaración pastoral. Al igual que en su mejor momento como Papa, su reciente libro difamó la homosexualidad como una ideología del demonio.

No esperen que el nuevo Papa realice algún cambio. Imaginen una corte de conservadores listos para elegir el próximo presidente (ok, no pueden imaginarlo). Esta es la definición funcional del Colegio de Cardenales, que eligirá el nuevo Papa. Prácticamente todos fueron nombrados por Juan Pablo II, quién estableció fuertes condicionamientos a favor de la ideología conservadora. Es difícil imaginarlos eligiendo a alguien con un pensamiento de izquierda, por ejemplo.

Un candidato posible es Joseph Ratzinger, cabeza de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en el Vaticano, y autor de la carta de Halloween. Como Papa, serviría durante un período limitado de tiempo (él tiene 77 años; después de todo, son raros los papados largos) mientras la Iglesia ordena su próxima jugada. Si piensan que las cosas no pueden estar peor, piensen en un papado de Ratzinger. Él es el “James Dobson” del Vaticano, y pueden estar seguros de que no se desviará una pulgada de la línea filosófica dura. Con él como Papa, cada día podría ser Halloween.

Txt. Tom Musbach / John Gallagher. – (PlanetOut Network)
John Gallagher es co-autor de “Enemigos perfectos: la batalla entre los derechos religiosos y el movimiento de derechos gays”.

Traduccion L.F. (Redaccion SentidoG.com)

N.d.R El cardenal aleman Joseph Ratzinger se convirtio en el Papa 265 de la historia cristiana.Ortodoxo en la moral y firme defensor de la tradicion,suscita elogios del ala conservadora y reservas de las corrientes progresistas de la Iglesia.

Ratzinger es apodado el "Panzerkardenal"(cardenal tanque),por su rigidez.Tambien lo llaman "El Gran Inquisidor" por haber dirigido la Congregacion para la Doctrina de la Fe,la cual se encarga de supervisar los parametros de la religion catolica.Esta institucion antes era conocida como el Santo Oficio,o el Tribunal de la Santa Inquisicion.Cuenta con el apoyo del Opus Dei,la linea mas dura de la Iglesia,ya que su intervencion ha sido decisiva para canonizar en tiempo record al polemico Escriba de Balaguer.En el año 2001,ordeno a los obispos mantener estricto silencio en torno al caso de abuso a menores por parte de sacerdotes en EEUU.


¿ Ésta absurda minoría que pretende imponerse es lo que tenemos que aguantar ?.....