En el tema de portada de Verde Islam del día 27 de octubre, aparece un artículo de la BBC sobre los talibanes, artículo que reproduzco a continuación.
Resulta sospechoso, por no decir preocupante, que el llamado Islam moderado en España reproduzca un artículo bastante condescendiente para con los que sostuvieron uno de los regímenes más totalitarios, represores y abominables del S. XX.
Que los anti-americanos del foro no se lleven a engaño: Los talibanes, al-Qaeda y los fundamentalistas islámicos no son esos nacionalistas árabes que luchaban por la libertad de su pueblo contra los imperialismos yankee y soviético. Los islamistas no defienden su identidad y su tierra, sino que aspiran a apoderarse de las tierras de los demás, a imponer en sus países terribles regímenes totalitarios y a dejar sometidos a los cristianos a la condición de dhimmíes, cuando no imponer la sharia a todos para hacer de la "Casa de la Guerra", es decir los países no sometidos a la sharia, en "Casa del Islam".
De Verde Islam y la Comisión Islámica se ha dicho que es la facción moderada del Islam en España, pero con la reproducción de artículos tan positivamente predispuestos hacia los talibanes, sería necesario replantearselo.
David Loyn de la BBC ha obtenido acceso a las fuerzas talibanas movilizadas contra los británicos en la provincia de Helmand, al sur de Afganistán.
No existe en la tierra un ejército tan móvil como el taliban.
Recuerdo que esta era su arma secreta cuando viajé con ellos a mediados de los años 90, mientras arrasaban a sus rivales muyahedines y ocupaban el país.
Pueden moverse con destreza amontonados detrás de todoterrenos Toyota abiertos, sus vehículos predilectos, llevando sus armas como única posesión.
El terreno árido del norte de Helmand les favorece enormemente.
La semana pasada, tras una terrorífica carrera a través del desierto, patrullando una vasta zona que controlan a su voluntad, gritan para que nos detengamos junto a un cauce de un río.
Duros
Llega el atardecer, momento para las plegarias antes de romper el ayuno de Ramadán que respetaron desde el amanecer.
Antes de rezar, se lavan en un charco al costado de un cauce de río casi seco.
Afganistán lleva años sufriendo una sequía, pero la falta de agua limpia no parece incomodar a estos hombres aguerridos.
Se limpian los dientes con palillos afilados que arrancan de los árboles y duermen cubiertos sólo con mantas delgadísimas.
Los talibanes han sorprendido a los británicos que patrullan la provincia con su voluntad de luchar y su capacidad para soportar bajas.
Su creencia en la inminencia del paraíso hace que pocos se muestren temerosos.
Cuando descansamos durante la noche, se dividen en grupos pequeños para comer en las distintas casas de la aldea.
Piden y reciben comida y albergue, pero es imposible saber cuán entusiasmados están realmente los lugareños con su visita.
Base de poder
Estas aldeas remotas, esparcidas en la enorme extensión del desierto de Helmand, son muy pobres y ahora están pobres todavía debido a la sequía.
La comida que comparten es sólo un cuenco de arroz, un débil estofado de verduras y pan rústico.
Los transportistas, que inicialmente les apoyaron cuando surgieron en 1994 para eliminar los controles ilegales de carreteras, han vuelto a apoyarles.
Esta vez los controles están en manos de soldados del gobierno afgano que exigen dinero a punta de pistola a todos los conductores.
El fracaso de la comunidad internacional para frenar esto dificulta todavía más la labor, en el sur del país, de las fuerzas de la OTAN comandadas por Gran Bretaña.
Según el portavoz taliban, Mohammed Anif, "cuando el movimiento islámico taliban surgió inicialmente fue porque la gente estaba preocupada por la corrupción".
"La gente estaba harta de tener que sobornar a los gobernadores y otras autoridades. Nosotros surgimos y extirpamos casi todo el país de la lacra de la corrupción y de los comandantes corruptos. Por eso la gente apoya a los talibanes otra vez", añadió.
Bajas civiles
El conflicto creciente también les favorece. Es difícil para la OTAN promover su misión como un acto humanitario considerando las bajas civiles inevitables del conflicto.
Los talibanes niegan las afirmaciones de los británicos de que cientos de sus combatientes han muerto.
Afirman que, al estar vestidos sólo con camisas sueltas de algodón y pantalones -shalwar kameez- usados por los habitantes locales, los británicos tienen problemas para distinguirles.
En una aldea dañada por un ataque británico la noche del 7 de octubre, algunos estaban demasiado furiosos para hablarme porque yo soy británico.
Una persona simplemente señaló ropa femenina echa jirones y ensangrentada sobre las ruinas de una casa y dijo amargamente, "¿son éstas las casas que vinieron a construir, el tipo de casa donde la ropa está destrozada?".
Fuentes de la OTAN describen la aldea como fuertemente defendida por los talibanes, que dispararon contra sus tropas durante toda la operación.
Los soldados británicos llegaron en helicóptero, arrestaron a un sospechoso y volaron de vuelta.
Pero mataron a seis personas de una familia, incluyendo tres niñas, y demolieron parcialmente una mezquita.
Miles de personas han huido de los combates, muchas buscando cobijo en la ciudad de Kandahar, donde están poniendo al límite los recursos del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas.
Temen por las casas y granjas que dejaron atrás y, aunque no apoyan activamente a los talibanes, la mayoría claramente acusa a la OTAN por el incremento de la violencia.
Memoria popular
Nazar Mohammed, un hombre, que ahora duerme con su familia en una construcción en Kandahar, dice que los talibanes son los que más tienen que ganar con la prolongación del conflicto.
"Es muy obvio. Ahora mismo vemos a los extranjeros con tanques pasar sobre nuestros viñedos. Destruyen los huertos de la gente", comentó.
"Irrumpen por las paredes y pasan por encima de todo. Cuando toman posiciones en una aldea así, nadie puede colaborar con ellos", añadió.
Existen otros factores que alimentan la moral de los talibanes.
Pocos tienen más educación que los años que pasaron en madrazas, las escuelas fundamentalistas religiosas en Pakistán que han producido flujos interminables de talibanes por más de una década".
Y todos conocen la historia de victorias pasadas de Afganistán contra los británicos.
La memoria popular afgana recuerda especialmente las derrotas de los británicos en 1842 y 1880, junto a la humillación de los rusos en los años 80.
Los talibanes desaparecieron en las montañas tras ser derrotados en 2001 y tuvieron dificultades para reclutar.
Cinco años después, han vuelto y están reagrupándose para enfrentarse al viejo enemigo.
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