En mi humilde opinión, los acontecimientos históricos que no nos agradan no deben ser omitidos, sino aprender de ellos para no volver a caer en el mismo error.
Omitir la presencia de la masonería y su abominable producto, el liberalismo, es ayudar al olvido paulatino de este agravio contra España y en consecuencia, a su asimilación como algo propio y aceptable.
Y decir que, sin duda alguna, los movimientos liberales y sus revoluciones, estuvieron amparados por la burguesía masónica (y sólo Dios sabe qué más) que nada tenía que ver con el pueblo gaditano, amante de la Iglesia Católica y sus tradiciones hispánicas.
Un saludo
Calderón
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