Civitella del Tronto, 20 marzo 2017, festividad litúrgica de San José, esposo de la Santísima Virgen María. (Trasladada de ayer domingo). Como saben muchos de nuestros suscriptores y lectores, el profesor Paolo Caucci von Saucken, de la Universidad de Perusa, que había conocido y abrazado el Carlismo a través de Francisco Elías de Tejada, en 1971 se inspiró en las grandes romerías de Montejurra para reunir por vez primera un Encuentro Tradicionalista en Civitella del Tronto. La elección era significativa, pues la fortaleza de Civitella, junto con las plazas de Gaeta y Messina, fue la última en caer en poder de los invasores piamonteses. Situada en el límite del Reino de Nápoles con los Estados Pontificios, simboliza en cierto modo la resistencia de ambos contra la Revolución. El mismo Elías de Tejada acudió en una ocasión al inicio de la andadura, como después Pepe Arturo Márquez de Prado y Alexandra Wilhelmsen. Desde 1993 Miguel Ayuso, finalmente, ha acudido una quincena de veces, la más significativa en 2010, en la cuadragésima edición, acompañando a S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón.

Este año ha tenido lugar el XLVII Encuentro, que el doctor Maurizio Di Giovine, Delegado de la Comunión Tradicionalista en la Península italiana, organizador del acto desde hace más de veinte años bajo la dirección del profesor Caucci, ha querido dedicar a la crítica de Elías de Tejada al protestantismo, al coincidir en 2017 los quinientos años de la pseudo-reforma de Lutero y los cien del nacimiento del ilustre profesor extremeño.

El sábado 18, en una sala del Ayuntamiento de Civitella, Paolo Caucci dio las gracias a la alcaldesa, que estaba presente, quien a su a vez hizo saber a los asistentes lo que había apreciado su fidelidad en un año tan duro para la ciudad, que había sufrido las consecuencias del terremoto que devastó parte de la comarca y dejó abundantes heridas en los edificios de la vieja plaza fuerte.

Antes del comienzo de las ponencias dedicadas al tema central, el profesor Cianciarelli, de la Universidad de Teramo, y el magistrado Silvio Vitale, dedicaron unas sentidas palabras a Pietro Golia, director de la editorial Controcorrente, en cuyo catálogo figuran los cuatro primeros volúmenes de la versión italiana del Nápoles hispánico de Elías de Tejada, y también La monarquía tradicional.

Las ponencias centrales fueron las de Miguel Ayuso (que ilustró las tesis de Elías de Tejada sobre la destrucción de la Cristiandad, así como su refugio primero en las Españas y finalmente en el Carlismo), Edoardo Vitale (sobre el antiluteranismo de la literatura política napolitana de los siglos XVI y XVII), Giovanni Turco (sobre las premisas teoréticas equivocadas del luteranismo y sus consecuencias prácticas) y Gianandrea de Antonellis (sobre algunas de las consecuencias religiosas del luteranismo). El teniente coronel Giovanni Salemi y el escritor Pasquale Salusto, en un tercer bloque, evocaron el asedio de la fortaleza en 1861. Y Maurizio Di Giovine, finalmente, presentó las novedades bibliográficas, entre las que destacaban dos novelas: una de tema carlista, descubierta por De Antonellis, editada en el siglo XIX por entregas en un diario tradicionalista y ahora publicada como libro por primera vez, y otra del propio Di Giovine, divertimento en el que buena parte de los personajes están tomados de amigos de nuestros días.

La cena, en el histórico Hotel Zunica, concluyó con unas palabras del profesor Caucci, que hizo un brindis por S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón, quien minutos antes se había querido hacer presente por medio de una llamada telefónica, y que entregó simbólicamente sendas boinas rojas a Paolo Ficcadenti y Gianandrea De Antonellis, regalando para terminar a Maurizio Di Giovine la boina roja de Elías de Tejada.

El domingo 19 los congresistas asistieron a la Santa Misa de siempre, ofrecida por los Mártires de la Tradición en la única iglesia de la localidad abierta tras el terremoto, donde al finalizar se hizo la tradicional bendición y distribución de lirios. La ofrenda floral posterior en el monumento a Matteo Wade, defensor de la ciudad durante el anterior asedio napoleónico, seguida del almuerzo de clausura, en el Hotel Zunica --con asistencia de una destacada delegación de la Asociación de Antiguos Alumnos de La Nunziatella, presidida por Giuseppe Cattenacci-- puso fin a la reunión.


Agencia FARO