El Víctor lo ha merecido.
Hoy a misa.... También. Que tenemos nuestras iglesias muy vacías. ¡Nos apena!. Que la hay de tarde, también.
Yo es que soy muy chorona, ¡El que es de una manera!, y mire que me riñen por esto, ¡Pero nada! O me da la fuerza como ave fénix y tengo genio, pero luego, soy una blandengue de cuidao. Y en estas fechas extraño a mis padres, mis buenos, honrados, tan traballadores padres.
Y otros familiares. Entre ellos: Mi abuela.
Aquella muller andaluza, que me enseñó a la Virgen, a Jesucristo.... Que me llevó a Misa tantísimas veces. Y que cuando perdió la vista por cataratas, me decía: Mi hija O miiha pronuciando otras veces: Llévame a la iglesia, vamos a rezar. Ella fue mi enseñanza. Una Cristiana Católica apreciada por todo el pueblo de lo buenísima y trabajadora que era. Me llenaba de historias acaecidas en su tierra. Estoy y espero no errar en que este con Dios, pues mujer tan buena, las hubo, hay y habrá.... ¡Mi abuela era tan especial y ejemplar! Y su ser era así, por su fe, no sólo por su bondad. Aquellas homilias, evangelios que yo oía con ella, que entonces, eran más verdaderas misas. Que salías con un sentido de culpa por los males de todo. Mi párroco, el que me bautizo, dio confirmación y Comunión .... Si pareciese que nos reñía a los congregados, que extensas sus charlas, que verdadera y larga palabra en encaminarnos a lo dado por Jesus.... ¡¡Hoy son tan escuetas!!.
Su gallega dice. Yo vi la luz en mi terriña Santiaguesa. Mi Galicia que aún conserva más catolicismo, aún diezmado, que este Madrid donde trabajo y moro a miña casa.
Un saludo afectuoso. Y repito: Tenemos que llenar nuestros templos. Falta nos hace. Lo que ganaríamos ¡Por Dios!.
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