¿Sentir que futuras abortistas sean ahora abortadas?

En frío y en teoría todo aborto es repugnante, pero pese a lo horrible del tema se pueden sacar algunas enseñanzas.

Si se tiene en cuenta que las más furibundas valedoras del “derecho” al aborto proceden del feminismo socialista y podemita, y que parecen ser ellas, además, las que con mayor desparpajo recurren al mismo, no cabe duda de que los hijos e hijas que, con cuentagotas, llegaran a traer al mundo serán educadas en “valores” abortistas y por tanto futuros/as abortistas con probabilidad casi absoluta, y peor aun, algunas hasta "ministras pro-aborto".

Por eso cabría preguntarse, a estas alturas, si merece la pena dolerse de que esas futuras abortistas, ya abortadas, no lleguen a venir al mundo. Desde luego, algunos estamos muy lejos de llorar por ello.

Y es que la catadura moral de la madre se traslada a su prole. De madre abortista y pro-abortista, hija abortista y pro-abortista.

Por lo mismo, muchos fetos que no nacerán, se lamentarían de que las ampliaciones del aborto no hubieran estado vigentes en épocas en que estas abortistas de hoy habían sido engendradas, muchas de las cuales no estarían haciendo leyes abortistas, sino en el cubo de la basura de una clínica hace algunas décadas. No se deberían sentirse ofendidas imaginando que sus madres las hubieran abortado, sino que hasta las deberían aplaudir, si quieren ser consecuentes.

De paso, ellas mismas se convierten en aniquiladores de su propia población socialista-podemita. Nada que objetar.

(Sobre mujeres del entorno eclesiástico-conservador se supone que no recurren a ello o, en tal caso, lo harán más recatadamente y sin ostentaciones).