Elecciones en Galicia: Balance rápido

Si el PPdG perdiera la elecciones gallegas ...

El PP perdiera la mayoría absoluta en Galicia, ello se explicaría por un desgaste de imagen a nivel español, no gallego. Esto resulta claro si se conoce lo gris que es Touriño y lo poco carismático que es Quintana, además de un cierto desgaste de la “imagen Fraga” debido a una evolución generacional en el electorado gallego que ya comenzó a ser importante a mediados de los 1990.

El Bloquerismo en Galicia ha pasado de ser una alternativa folclórica a la izquierda del PP, para ser un apéndice del PSOE. Los tiempos en que el BNG superó al PSOE como segunda fuerza en las urnas, allá por mediados de los 1990, no volverán. Son tan “nacionalistas” que se resignan a ser una cuña de la izquierda jacobina, subversiva y neoprogre. Además, resulta hasta ridículo verles celebrar una "vitoria" de pitufos secundones, en la que pierden de golpe 4 escaños en tributo a Zapatero. Al BNG se le puede aplicar aquello que escribió Castelao: “sodes uns nacionalistas fracasados”.

El “cambio” en Galicia consistirá en una jacobinización izquierdista a lo Zapatero y en una imitación moderada por parte del BNG de la táctica Carallodista de ERC: mucho ruido, pocas nueces, pero sobretodo mucha molestia y sinrazón.

Es decir, Galicia “cambia” el caciquismo regionalista, rural y folclórico de siempre (algo muy gallego) por el jacobinismo izquierdoso y progre, aderezado por el autodeterminismo light, todavía light, del BNG.

Si el PP es caciquil, PSOE y BNG tambien lo son. La diferencia consiste en que el BNG es el caciquismo folclórico del PPdG en versión socialdemócrata y marxista, aunque sus juventudes urbanas sean crecientemente neoprog. Pero el caciquismo del PSOE, que conocemos muy bien del Felipismo y del Zapaterismo, es mucho más poderoso y peligroso. El BNG ganará cierto perso -aunque de secundón- en la opinión pública y en las consellerías de la Xunta en San Caetano. Sin emabrgo, el PSOE gallego no es el PSC: ni el PSdG es regionalista, ni gallego, ni verdaderamente autónomo. La dirección del PSdG siempre ha estado en Ferraz –-Francisco Vazquez aparte, que en realidad bien podría estar con en el PPdG si no fuera tan urbanita y tan poco regionalista.

Es decir, estamos ante una toma de poder del PSOE zapateril, que se ha valido de su auge en el contexto español y del BNG para lograrlo. Lo mismo hizo el PSdG en el municipio lucense hace ocho años, gobernando la primera legislatura con el BNG para luego aparcarlo en el mirador del consistorio. En Galicia entera es de esperar que los votos del BNG se reduzcan en cuatro años en beneficio del PSOE. Si Ferraz no hace sus deberes bien, sin embargo, un regreso del PPdG es mucho más probable que un crecimiento del BNG para fortalecimiento de la coalición progre-marxista.

Por otra parte, Touriño es un peso muerto. El PSdG es una mera correa de transmisión de Ferraz; no es el PSC ni lo será nunca. Al PSOE en Galicia sólo le va bien cuando le va bien en Madrid. Es de esperar cierto carallodismo por parte del BNG, pero cuya incidencia quedará principalmente relegada al impacto que puedan causar dede las consellerías, pues en la Carrera de San Jerónimo no son nadie. El BNG tampoco tiene don de medios ni es capaz de escándalos pro-etarras a lo Carallod. Asimismo, Quintana representa al BNG moderado, de discurso ambiguo y gestor de municipios. Con él están los “ansiosos” de Esquerda Nacionalista, que desde hace 25 años sólo buscan participar del poder, y la UPG de raiz marxista-leninista, que aunque no son progres nunca han gobernado nada más allá de dos o tres ayuntamientos y ya veremos con qué salen … Hay que estar atentos al reparto de poder entre PSdG y BNG, que será decidido en Ferraz por tipejos como Rubalcaba, Caldera y Pepiño Blanco. Es aqui donde la "victoria" perdedora del BNG influirá en un reparto, en que nada Ferraz tendrá las dos riendas en su larga mano.

En cuanto al PPdG, ya en el otoño pasado (2004) amenazó el gran barón Baltar con una escisión, cuyo séquito contaría con más de tres cuartos de los concejales del PPdG en Galicia. Los "de la boina", caciques locales y antiguos Centristas de Galicia, llegaron al PP gallego de finales de los 1980 para regionalizarlo y tomar el poder en todas las instituciones con Fraga como cabeza visible. El sector boina siempre ha estado en el poder en los últimos 17 años. Sin embargo, anteriormente han demostrado una gran unidad de acción ante las elecciones y una vitalidad y una autonomía considerables respecto a la Calle Génova. Es decir, puede haber alguna sopresa a nivel local, pero es improbable que el PPdG se fracture desde si mismo, pues su objetivo es único: reconquistar San Caetano. Lo único que puede dañar al PPdG en su empeño sería un intento celoso de sometimiento por parte de la Calle Génova, aunque esto es improbable con Rajoy en la presidencia del ppartido.

A nivel de municipios su poder fáctico es mucho más real que el que va a tener el PSOE en San Caetano. Además, PSdG y sobretodo el BNG fracasaron rotundamente en alcaldías como Vigo y Ferrol (aunque el primero triunfó en Lugo y Santiago, donde tiene buenos alcaldes, de mayor capacidad gestora y ciudadana que Touriño).

Es decir, hasta hace unas horas el mapa político Gallego reflejaba una fuerte oposición campo-ciudad, dando la razón al intrigante Ramón Piñeiro. Esto se refuerza con el resultado de ayer. Pero además, habrá una oposición todavía más fuerte entre el San Caetano bicéfalo (o 'siamés' en espera de amputación parcial) y el monolitismo de la boina en los concellos del rural.

Si tras estas elecciones el PPdG perdiera el poder en la Xunta, las sorpresas pueden ser tres: que Ferraz se exceda en su zapaterismo y haga una política demasiado garrafal, que el BNG haga algo sensato que le otorge más votos, o que Rajoy permita al PP estatal poner “orden” en el PPdG, debilitándolo. Como hablamos de Galicia, las sorpresas no son demasiado probables, sobretodo las dos últimas. Por tanto, es de esperar que el binomio PSdG-BNG vuelva a la oposición en cuanto lo haga el club jacobino de Ferraz. Para cuando esto ocurra, se repetirá el descalabro del tripartito de Laxe en los 80. Pero de momento, si pierde el PPdG, Galicia pierde toda autonomia, aun la ficticia, para estar mangoneada por el zapaterismo de Ferraz.

Galicia no será la Cataluña del tripartito, sino lo que Ferraz mande.

Si el PPdG perdiera la mayoría absoluta, no por ello tirarían la boina sus poderosos barones. Touriños y Quintanas son y serán políticos de guiñol, contentos de sobra con sus despachos, mientras Zapatero se convierte en el auténtico Victor neoprogre de Las Españas ...

Zapa!
Zapa!
Zapa!

Y Fraga? Probablemente se dedique por fin a envejecer, como su electorado.