DON JOSÉ ESCOBAR GUTIÉRREZ :



Así se llama este vecino mío, de la Plaza de Cuatrovitas, que habita la casa más antigua de Bollullos de la Mitación, la que está justo al lado de la Iglesia de San Martín de Tours; casa que antaño fuera un convento de monjas; una casa confortable, que aún conserva parte de su antiguo corral, y su jardín, que le da un tono verdoso que refleja en el interior blanquecino, muy típico de la Andalucía. En su dormitorio, un rosario, una concha grande de Santiago, un Cristo en la cabecera de su cama, y aún guarda un arcón donde conserva su boina roja. Era la casa de su mujer, que falleció años ha. José, un barberito de pueblo, siempre ha sido un hombre temperamental, con una fe tan profunda que en varias ocasiones aún manifiesta su sacerdotal vocación que no pudo llegar a cumplir; aunque tiene una familia maravillosa, todo hay que decirlo. José cumple en Julio noventa y seis años, noventa y seis, que se dice pronto…Estuvo encarcelado en la época del Frente Popular en el mismo Bollullos cuando aún carecía de filiación política alguna, junto con Juan José Gutiérrez ( Un conocido artista bollullero, que fue actor, trabajó en cuadros flamencos y era un maestro recitando poesía; se viajó toda la América, con Juanito Valderrama, Lola Flores, etc. ) por el mero hecho de ir a misa…Venían de Coria del Río para quemarlos vivos, sí, tal y como suena. Al poco tiempo, tras ser tomado el pueblo por los Cruzados Nacionales ( En donde el Requeté tuvo mucho que ver ) este hombre de tan honda fe se enroló en las filas hispalenses del Requeté, al mando de Don Enrique Barrau Salado; haciendo guardia en el Pabellón de la Argentina ( Creado con motivo de la Exposición Iberoamericana del 1929, en la Dictadura del general Primo de Rivera; así como todos los pabellones y bastantes consulados americanos que aún perviven en la ciudad ) Combinó las guardias con su oficio de barbero, entrando en batalla sobre todo en la toma de Atarfe ( Granada ); también anduvo por los campos de Córdoba y radicóse en Morón de la Frontera. Finalizada la Cruzada, pasó a trabajar en el ayuntamiento, donde mi abuelo materno, Juan José Ruiz Falla ( Más conocido como Morante, un camisa vieja falangista ) ejerció la alcaldía durante diecisiete años; donde construyó un consultorio-que llevaba el nombre de su gran amigo el médico norteño radicado acá Don Jaime Galiay Iranzo-, un colegio, y bastantes viviendas, amén de proclamar a la Virgen de Cuatrovitas patrona del Aljarafe y del Verdeo, revitalizar las fiestas populares, la Semana Santa; amigo de Utrera Molina, fue una época de una honda labor social que el pueblo desconocía. José, junto con Periquito, Juan de Dios, Salvador el Guarda, la gente del Yiyo, Albino, etc. formó el gran contingente tradicionalista de Bollullos de la Mitación ( Muchos de origen soriano ), que, junto con Pilas, Sanlúcar la Mayor y Benacazón, con Sevilla, fueran conocidos como “ la Navarra del Sur “. Impresionó a todas Las Españas cuando en el año de 1934 unos setecientos carlistas desfilaron uniformados bajo los mandos de Barrau y Fal Conde en el Quintillo, actual zona urbanizada de Montequinto. Entonces, muchos patriotas tenían que hacer vida acompañados de una pistola, ante la salvaje intolerancia de las hordas marxistas que se alzarían con el poder en 1936, pero que siempre estuvieron detrás de la quema de conventos y bibliotecas, asesinatos de curas y violaciones de monjas, y que vieron frustrado su golpe de estado en la Asturias del 1934; y que incluso se ensañaron a base de bien con los anarquistas. Toda aquella trágica epopeya la vivió José, y tantos que también por ahí pasaron….Siempre que puedo voy a verlo; el pobre sufre los lógicos achaques de la vejez, ha perdido mucho de audición y de vista y se está quedando muy delgado. No obstante, siempre que le muestro una boina roja, le llevo algún almanaque carlista, o le enseño alguna estampa o parche con la Borgoñona Cruz de San Andrés, se le nota un brillito tan especial en los ojos….Con su prodigiosa memoria, aún es capaz de orar en latín, y de recitar fragmentos enteros de El divino impaciente de José María Pemán; apasionado del teatro tradicional, interpretó la figura de San Ignacio de Loyola en la representación popular. Aún recuerda las variadas versiones del Oriamendi, la de “ Por Dios, por la Patria y el Rey, lucharon nuestros padres…” , la de “ Por Dios y la España Inmortal, Requetés a luchar y a triunfar….” ; la de “ ya se pone el sol por los Montes de Aragón “….” Detente enemigo, el Corazón de Jesús está conmigo “….Cuando le digo que aún existimos los tradicionalistas, esboza una sonrisa de complicidad y me dice que se siente orgulloso de que algo por lo que él luchó siga vivo. Aún se arranca con el ¡ Adelante Boinas Rojas, por la Fe y el Ideal ! Aún recuerda la valentía de Enrique Barrau llamando a la Tercera Compañía, aún recuerda cuando el valiente Albino murió como un gran valiente ante la metralla roja. Y es que José ha visto muchas cosas. Él es el más vivo referente del desastre que para España significó la II República, cuando Azaña dijo que “ España había dejado de ser católica “. Y es que, como en una ocasión me dijo Antonio Barrau ( Hijo de Enrique Barrau ) el carlismo penetró con tanta fuerza a principios del siglo XX en el corazón hispalense por su hondura religiosa como eje. Dios y la Virgen, qué mejores estandartes de esta tierra romera….A José se le va la vida…Muchas veces me dice que es lógico que él muera pronto, pero yo le digo “ José, esa lógica sólo la sabe Dios “; y él me dice “ por supuesto, hijo, por supuesto “…Es normal que el hombre sienta hastío, ya no puede ir a la Iglesia aun teniéndola al ladito, pero reza el Ángelus en su casa, y cada domingo va el párroco del pueblo a darle la comunión; y es que José sabe más de Catolicidad que él, pero esa es otra historia….No obstante, José, como tantos otros, es la más viva ilustración de un merecido homenaje. Sin hombres como él, España, esa España Auténtica que todos amamos y que nos han robado ( De una manera o de otra….) no viviría. Pero como dijo Vázquez de Mella, España no puede morir. Y por eso mismo, porque morir no puede, dio, da y dará hombres de esta talla, que harán en la materia lo que llevan en el espíritu. No sé cuánto tiempo de vida le quedará a José, pero lo que sí sé seguro es que el hombre podrá morir con la conciencia bien tranquila, y que en el Reino de los Cielos tendrá un sitio preferente por lo que desarrolló para con la vida terrenal. Brindemos, como brindara Menéndez Pelayo en el madrileño Retiro, por los hombres como José, que son el máximo referente para la construcción del futuro.