La Iglesia Católica no sigue, ni ha seguido nunca, de manera oficial, ninguno modelo astronómico concreto sino que siempre ha dejado libertad para que se formulara por la comunidad científica distintas hipótesis al respecto. Otra cosa distinta es que, efectivamente, a nivel particular cada uno siguiera la hipótesis que mejor le pareciera (por ejemplo, en la época del caso Galileo la hipótesis más seguida a nivel particular, sobre todo por los astrónomos de la Compañía de Jesús, no era la ptolemaica, sino la ticónica).
Si así hubiera sido, jamás hubiesen juzgado a Galileo. Observo una cierta contradicción en lo que dice.
Porque siempre se formularon de manera hipotética, no categórica o tética. La cuestión principal no era que uno sostuviera en hipótesis tal o cual modelo, en lo cual el Magisterio de la Iglesia no tenía ni pretendía tener ninguna competencia. El problema era cuando venía alguien que quería interpretar personalmente las Sagradas Escrituras, en lo cual sí que tenía entonces que intervenir el Magisterio (que es el único y verdadero competente para la auténtica interpretación de las Sagradas Escrituras). Esto no es una opinión mía,
sino que lo explica brillantemete el Santo Cardenal Belarmino en su famosísima carta al fraile carmelita Foscarini.
Copérnico pudo haber sido acusado por las mismas causas, por tanto, s¡gue sin responderse a la pregunta de ¿por qué no a él?, y sigo afirmándome en que había otras motivaciones. El seguimiento de la causa así lo hace ver con bastante claridad.
Esta posición sigue siendo la posición oficial de la Iglesia Católica actualmente. Es decir, deja libertad para que las personas pueden sostener de manera hipotética tal o cual modelo explicativo. Por ese motivo,
yo no estoy llamando ni pretendo llamar hereje ni a usted ni a nadie, porque la Iglesia Católica deja libertad para sostener un modelo u otro (pues la Iglesia Católica no tiene ninguna competencia para sostener más un modelo que otro).
Pues hombre, faltaría más que estuviese usted lanzando anatemas, es decir, que ha resultado evidente hasta ahora que no ha sido así. Respecto a la otra parte, si, en particular desde la Comisión Bíblica de 1909, aunque su misión está más referida a la Creación especial del hombre y a la evolución, ¡ojo! no al darwinismo. En cuanto a la elección entre geocentrismo y heliocentrismo, no hay posicionamiento oficial, como en tantas otras cuestiones, pero resulta más que evidente que el heliocentrismo es el modelo más admitido, sino fuese así no tendría sentido alguno la existencia del moderno Observatorio Vaticano en Monte Graham (Arizona) y su permanente colaboración con la NASA a través del Instituto Goddard.
No, Valmadian. Lo que dice la sentencia del Tribunal es que Galileo escribió su opinión en un libro que trataba de las manchas solares. La sentencia va en contra de la opinión dicha en ese libro, no en contra de las manchas solares (que era algo, obviamente, aceptado por todo el mundo cuando se vieron gracias al telescopio).
Dicha acusación es evidente que se refiere a que se negaban a admitir que en el Sol pudiera haber manchas. El principal problema de Galileo, a diferencia del que nunca padeció Copérnico, es que dispuso de un telescopio aunque fuese muy pequeño, elemental y lleno de aberraciones ópticas, pero fue suficiente para comprobar la existencia de los accidentes superficiales lunares, la existencia de las cuatro lunas galileanas, llamadas así en su honor, la posibilidad de observar la superficie del Sol, las fases de Venus, el fondo estelar de la Vía Láctea, incluso llegó a ver Saturno, sin que pudiera distinguir los anillos, algo que le parecieron como unas orejas. Y todo esto, lo mostró físicamente, hizo partícipes personalmente a sus acusadores de sus observaciones, aunque algunos se negaron a mirar a través del telescopio (¿por qué sería?) y éstos se dieron cuenta en el acto de que aquello era un golpe definitivo a la postura oficial del establisment eclesiástico, esa y no otra fue la razón por la cual al primero no lo juzgaron y si a Galileo. El argumento de que a Copérnico no se le juzgó por haber fallecido en el mismo año en el que se publicó Sobre las revoluciones sobre las esferas celestes, no tiene sentido por cuanto sus observaciones llevaban 33 años difundiéndose. Se afirmó cuando fue publicado que era "el libro que nadie ha leído", lo que era evidente, una razón de perogrullo pues acababa de ser publicado, y en aquella época ni había las imprentas de hoy, ni los servicios publicitarios y de distribución. El libro no lo habrían leído, pero conocían sus contenidos. Y a Galileo le obligaron a renunciar a sus descubrimientos, lo que fue un monumental absurdo por cuanto en lugar de aceptar las evidencias y aprovecharlas para interpretarlas teológicamente como apoyo a la grandeza de Dios, lo único que lograron fue justo lo contrario, demostrando así una inmensa ceguera. Hay que ver el daño que le ha provocado a la Iglesia semejante causa y semejante sentencia, ha sido carnaza para los lobos.
Si un hereje o un anti-Dios descubre algo nuevo empíricamente, siguiendo el método científico (que es el que teorizó Aristóteles mucho antes que Francis Bacon, no lo olvidemos), por supuesto no tengo ningún inconveniente en aceptarlo, como es lógico.
Todos los descubrimientos empíricos que se iban haciendo en tiempo de Galileo era inmediatamente aceptados sin ningún problema de ningún tipo viniera del campo protestante o del católico (fases de Venus, manchas solares, rotación del Sol, etc...).
Ya se ve, rotundamente si, vamos. ¿Sobre qué obligaron a Galileo a retractarse públicamente, acaso a negar que los burros volaban? Acaba usted de incurrir en una evidente y manifiesta incoherencia.
No. Lo que estoy haciendo es abrir hilos distintos para diferentes temas. Es una de las reglas que usted me señaló para el debate, es decir, en lugar de hacer un
totum revolutum dentro de un mismo hilo, se van fijando temas específicos en hilos distintos que toquen aspectos concretos, para así poder debatirse mejor.
Si, ya veremos.
Marcadores