Iglesia Católica: Hubo un tiempo…

Iglesia Católica: Hubo un tiempo…

Ortiz de Zárate

En el artículo anterior sosteníamos que la Iglesia Institución, hablando de una manera general, ha desaparecido por haberse corrompido hasta la médula. Es imposible encontrar un colegio “católico” que enseñe la auténtica doctrina; o un seminario en el que no se enseñen herejías modernistas; o una parroquia en la que se predique la auténtica doctrina católica; o una diócesis en la que el obispo, de una manera o de otra, no comulgue con las modernas teorías de comprensión, tolerancia, bienvenida, acogida, incluso promoción de aquellas conductas que la Iglesia siempre ha considerado pecaminosas. Al parecer, mi apreciación queda ratificada por la últimas payasadas vomitadas por la boca del cardenal Kasper sobre la posibilidad de recibir la comunión sacramental por parte de los divorciados de un matrimonio rato y consumado que han vuelto a contraer nuevas nupcias con otro cónyuge, y por la sandeces no menos heréticas con las que el cardenal austriaco, Christoph Schönborn, ha alabado el triunfo del travesti Thomas Neuwirth en el Festival de la Canción de Eurovisión. En sus declaraciones, el cardenal nos regalaba con la siguiente blasfemia-estupidez:

“En el colorido jardín de Dios hay una variedad de colores. No todos que han nacido como seres masculinos se sienten como hombre, y lo mismo del lado femenino. Merecen como persona el mismo respeto al que todos tenemos derecho”

Dicen que en Alemania hay mucho turco, y ya se sabe que a esta gente siempre le ha gustado andar de bugarrones. Se ve que algo de ello se le habrá pegado al personal ario. Pinta de turco el/la cantante sí que tiene, la verdad.
Sí, hubo un tiempo en que la Iglesia Católica Institución era realmente católica. Hubo un tiempo en que el Rito de la Misa no se había traducido a las lenguas vulgares del mundo. Sólo existía el lenguaje litúrgico universal de una Iglesia eterna, como se ve en el inmemorial Rito Romano, cuyo desarrollo orgánico había procedido casi de forma imperceptible desde el siglo V, o en los venerables ritos orientales, casi de la misma antigüedad, y que en su mayoría se han librado del vandalismo litúrgico que ha arrasado con la liturgia principal de la Iglesia.
Sí, hubo un tiempo en que en nuestras Iglesias no había altares de estilo Luterano, sino sólo altares mayores orientados a Dios, cuyo aspecto despertaba sentimientos de respeto y reverencia.
Sí, hubo un tiempo en que no había lectores laicos, ni “ministros eucarísticos”, ni niñas en la zona del santuario, sino sólo sacerdotes, diáconos en preparación para el sacerdocio y acólitos varones que constituyeron la principal fuente de vocaciones sacerdotales durante muchas generaciones y que llenaban los seminarios.
Sí, hubo un tiempo en que no se oía música profana durante la Misa, sino sólo Canto Gregoriano o polifonía, que más que producir zapateos con los pies, aplausos, o mero aburrimiento, elevaba el alma a la contemplación de lo divino.
Sí, hubo un tiempo en que no se habían extendido los abusos litúrgicos. A lo mucho, había algunos sacerdotes que celebraban la Misa tradicional de forma insegura pero siempre dentro de una estructura que seguía las rúbricas, los textos y la música y que protegía el misterio central de cualquier posibilidad de profanación, manteniendo la dignidad suprema del culto divino contra las flaquezas humanas.
Sí, hubo un tiempo en que no había la “Mafia gay” en los seminarios, ni en las Cancillerías, ni en el mismo Vaticano, ni tampoco clérigos rapaces que abusaran de niños en todo el mundo, porque las autoridades eclesiásticas aplicaban la regla de que “los votos religiosos y la ordenación sacerdotal se prohibirán a todos aquéllos que sientan inclinación a las perversas tendencias homosexuales o de pederastia…”
Sí, hubo un tiempo en que no habían seminarios cerrados, ni conventos vacíos, ni parroquias abandonadas, ni escuelas católicas cerradas. Sólo hubo seminarios , conventos , parroquias y escuelas llenas de fieles católicos de familias numerosas .
Sí, hubo un tiempo en que ni el aborto ni el divorcio eran conocidos en las familias cristianas, con muy pocas excepciones. Y las familias tenían gran número de hijos, con gran regocijo de todos. Y los sacerdotes animaban a las jóvenes parejas a formar esas familias numerosas que eran la prez de nuestra fe.
Sí, hubo una tiempo en que no había “Ecumenismo”, tan sólo la convicción de que la Iglesia Católica es la Única y Verdadera Iglesia fundada por Jesucristo. Los fieles seguían las enseñanzas ancestrales de la Iglesia y no tomaban parte en el culto de los no católicos, porque la unión de los cristianos sólo puede ser promovida mediante el regreso a la única y verdadera Iglesia de Cristo de aquellos que están separados de ella porque en el pasado se alejaron infelizmente de la Única Esposa de Cristo. Esposa que es visible a todos y que ha de seguir siéndolo, de acuerdo con la voluntad de su Fundador.
Sí, hubo un tiempo en el que no había “Diálogo”. Sólo había evangelización por parte del clero y laicos apologistas con el objetivo de hacer conversos a la religión verdadera. Y hubo conversos, entrando en la Iglesia en números tan grandes que parecía que incluso Estados Unidos se estaba convirtiendo en una nación católica. Esta Iglesia existió tan sólo hace cincuenta años, y está en la memoria de millones de católicos actuales.
Sí hubo un tiempo en que la Iglesia Católica, en sus instituciones, era realmente católica. Pero esa Iglesia ya ha desaparecido, ha sido enterrada a muchos metros de profundidad; precisamente por aquellos que habían sido llamados a defenderla, protegerla, alimentarla y engrandecerla. Hoy, estos pastores se dedican, en su mayoría (pues siempre hay una muy honrosa excepción; honrosa, pero poco numerosa), a hacerle la rosca a heréticos, divorciados vueltos a casar, abortistas, destructores de la familia, homosexuales, politicastros demoníacos…etc.
Estamos en el mes de la Virgen, y con Ella todo es posible, incluso la resurrección de una Iglesia Institución que huele a podrido porque lleva años muerta. No hay arma más poderosa, después de Jesucristo, que la intercesión de Nuestra Madre. A Ella nos encomendamos, pidiéndole de todo corazón que salve a España y al mundo; y a la Iglesia Católica, el alma de ambos.

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UN COORDIAL SALUDO, LA IGLESIA ES UNA INSTITUCION DIVINA CREADA POR CRISTO NUESTRO SEÑOR, QUE HABRA TERREMOSTOS, TEMPESTADES,SICLONES, por decirlo asi, y no caera, simpre estara visible, hasta la eternidad, hasta la consumacion de los siglos, es la esposa De Cristo N.Señor. Es inmaculada, no esta corrompida.
Existe con toda la hermosura de su liturgia, de sus seremonias, de sus Dogmas, EXISTE LA IGLESIA MAS VIVA QUE NUNCA, cobijando a sus hijos que SI QUIEREN SE FIELES.