Alguien que no tenga la percepción distorsionada por el uso y abuso de psicotrópicos o haya sufrido una lesión severa en el cortex orbitofrontal, es decir, alguien con un mínimo de sentido común y buen gusto, no dudaría en afirmar que la primera "obra" del "genio" Pablo Picasso comparada con la segunda es una tomadura de pelo que bien pudiera ser de un niño de primero de ESO.
Es cierto que, a Picasso hay que entenderlo en el contexto histórico-político, que en su día representó todo una revolución expresiva y bla, bla, bla... Así, hasta leerse dos centenares de libros escritos por prestigiosos críticos de arte -a ser posible de fuera de España- para llegar a la conclusión de que la obra en cuestión, justifica que tenga un valor de seis millones de euros.
Pero digan lo que digan, estudiosos, sabios, catedráticos, abonados de las exposiciones-canapes, Picasso es un prostituta -palabran del pintor malagueño- que a día de hoy, sigue siendo un cagarro pinchado en un palo.
He dicho.
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