Re: Putin, Putin, Putin
Kontrapoder pienso que sólo con las imágenes que cuelgas en tu mensaje, el #5, debería bastar a muchos patriotas para meditar un poco. Cualquier persona puede tener sus propias ideas, razonar sus propios argumentos, pero han de ser coherentes aunque todos, sin excepciones, caigamos en contradicción con cierta facilidad. En cualquier caso, no se combate el error con otro error, eso es cometer dos errores. Y digo esto porque me parece delirante atacar a los EEUU apoyando a Rusia, o viceversa. Por otro lado, eso de cuando los intereses coinciden es algo similar a esa expresión de "los míos", ¿qué "míos"? si acaso aliados circunstanciales con los que se comparten aspectos de base. Para mi, "míos" son mi familia y mis amigos más allegados y como cristiano, "mis hermanos en la fe" ¿pero los demás? ¿y eso de qué va? Por tanto, mi Patria es España, después Hispanoamérica y, finalmente, "tú me das, yo te doy, en la misma medida y condición" eso para Europa, y a los demás "¡ahí está la puerta!"
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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