Los alemanes, o al menos sus políticos conservadores, viven una fiebre por la seguridad. Las propuestas más extremas se suceden desde hace meses, acentuadas a partir del 5 de Septiembre a raíz de la detención de una célula islamista. Dos de los detenidos, Fritz Gelowicz y Daniel Schneider, eran alemanes conversos al islam, un hecho que ha sacudido a la sociedad.![]()
Al ministro del Interior, el cristianodemócrata Wolfgang Schäuble -empeñado en aprobar una nueva ley que daría máximos poderes a la Oficina de Investigación Criminal (BKA) y a quien acusan de querer convertir el país en un Gran Hermano orwelliano-, le tomó el relevo ayer el titular de Defensa. Franz Josef Jung, en una entrevista a la revista Focus, se muestra partidario de derribar -"si no hay otro medio"- un avión de pasajeros si un grupo de terroristas pretendiese utilizarlo para cometer un atentado. El Tribunal Constitucional alemán ya echó por tierra en el 2006 una ley similar propuesta por el entonces ministro del Interior socialdemócrata, Otto Schilly. Un día antes, Schäuble, él mismo víctima de un atentado en 1990 que le postró en una silla de ruedas, volvía a calentar motores al afirmar que "el riesgo de ataques terroristas no ha disminuido" y agitaba la posibilidad de "un ataque nuclear". "Muchos especialistas están convencidos de que ya no se trata de saber si tal ataque es posible, sino de cuándo tendrá lugar", declaraba al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, sin especificar si existen amenazas concretas.
A sus propuestas ya rechazadas en bloque, como el uso de informaciones obtenidas mediante torturas por servicios secretos extranjeros y la eliminación selectiva de terroristas, se han sumado otras al debate:
Virus a sospechosos. Aunque Schäuble la calificó como de mero "documento de trabajo" ante el aluvión de críticas, los atentados frustrados han dado alas a la propuesta. Según esta, el BKA podría enviar ocultos en correros electrónicos administrativos virus troyanos que se alojarían en los ordenadores de los sospechosos y revelarían sus movimientos en Internet.
Conversos musulmanes. La mencionada detención de dos alemanes convertidos al islam sacudió a la población. Unos 18.000 germanos habrían abrazado esta religión. Schäuble ya había descrito la situación como "amenazante". Luego se desmintió. Pero el vicepresidente del grupo parlamentario de la CDU, Wolfgang Bosbach, habría pedido la creación de un registro policial de los nuevos musulmanes. Las declaraciones, según la televisión pública bávara, no eran "exactas", pero hasta su corrección fueron apoyadas por importantes políticos conservadores.
Conspiración, móviles, Internet. Schäuble desearía introducir la figura delictiva de la conspiración, al modo de EEUU, y aboga por prohibir a los sospechosos que no puedan ser expulsados del país el uso de móviles y de Internet.
Campos de entrenamiento. Tras conocerse que los detenidos del 5 de Septiembre había viajado a campos de entrenamiento para terroristas, el ministro del Interior propuso llevar ante la Justicia a todos los sospechosos que hayan viajado a esos campos de Pakistán y Afganistán.
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