Lo normal en estos tiempos de globalización. Cuando yo era niño, lo habitual era que una empresa española fuera española, y no eran tantas las que estaban extendidas por otros países. Y las extranjeras que se establecían aquí o instalaban fábricas tenían que atenerse a la legislación española. Y también cuando Hispanoamérica supuestamente se emancipó, más que independiente se volvió dependiente de los capitales gringos. Feliz cumpleaños, Erasmus.